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BOB DYLAN (2)

THE BOOTLEG SERIES, VOLUMES 1-3: RARE & UNRELEASED 1961-1991

CD I: 1) Hard Times In New York Town; 2) He Was A Friend Of Mine;

3) Man On The Street; 4) No More Auction Block (live); 5) House Carpenter;

6) Talkin' Bear Mountain Picnic Massacre Blues; 7) Let Me Die In My Footsteps;

8) Rambling, Gambling Willie; 9) Talkin' Hava Negeilah Blues;

10) Quit Your Low Down Ways; 11) Worried Blues; 12) Kingsport Town;

13) Walkin' Down The Line; 14) Walls Of Red Wing; 15) Paths Of Victory;

16) Talkin' John Birch Paranoid Blues (live); 17) Who Killed Davey Moore?;

18) Only A Hobo; 19) Moonshiner; 20) When The Ship Comes In;

21) The Times They Are A-Changin'; 22) Last Thoughts On Woody Guthrie (live).

 

CD II: 1) Seven Curses; 2) Eternal Circle; 3) Suze (The Cough Song);

4) Mama, You Been On My Mind; 5) Farewell Angelina;

6) Subterranean Homesick Blues;

7) If You Gotta, Go Go Now (Or Else You Got To Stay All Night);

8) Sitting On A Barbed Wire Fence; 9) Like A Rolling Stone;

10) It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry; 11) I'll Keep It With Mine; 12) She's Your Lover Now; 13) I Shall Be Released; 14) Santa-Fe; 15) If Not For You; 16) Wallflower; 17) Nobody 'Cept You; 18) Tangled Up In Blue; 19) Call Letter Blues; 20) Idiot Wind.

 

CD III: 1) If You See Her, Say Hello; 2) Golden Loom; 3) Catfish; 4) Seven Days (live);

5) Ye Shall Be Changed; 6) Every Grain Of Sand; 7) You Changed My Life;

8) Need A Woman; 9) Angelina; 10) Someone's Got A Hold Of My Heart; 11) Tell Me; 12) Lord Protect My Child; 13) Foot Of Pride; 14) Blind Willie McTell;

15) When The Night Comes Falling From The Sky; 16) Series Of Dreams.

Puntuación:

Año de publicación: 1991

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A diferencia del anterior Box Set (Biograph), en esta ocasión no se incluyen canciones publicadas con anterioridad y todo lo que podemos escuchar aquí son temas descartados, tomas alternativas, versiones en directo y otras rarezas. Todo en riguroso orden cronológico, por lo que es un ejemplo de cómo debería hacerse este tipo de recopilaciones, razonando que el oyente casual se compraría un recopilatorio normal pero el conocedor de la obra de Dylan preferiría escuchar novedades, aunque la cantidad incluida aquí es deshorbitante.

 

Todo el primer volumen y parte del segundo comprende la primera etapa de folk acústico de Dylan, por lo que todo lo que escuchamos es a Bob con su guitarra y su armónica reciclando melodías y aportando otras nuevas. Cuando consigue derribar el muro de la melodía tradicional es cuando sale ganando, como ocurre con ‘Man On The Street’, la dinámica ‘House Carpenter’ (con un buen trabajo de guitarra), ‘Let Me Die In My Footsteps’ y su poderoso mensaje antibelicista, la vitalista ‘Walkin' Down The Line’ o en ‘Seven Curses’, esta última de letra cruda ante la impotencia que puede sufrir un ciudadano ante un juez cruel. La tradicional ‘He Was A Friend Of Mine’, un descarte de su disco de debut, aquí suena agradable en su simpleza de guitarra y armónica, con mucho mejor resultado que la tediosa grabación que hicieran The Byrds.

 

La mejor de todas las canciones de esta primera etapa es ‘Mama, You Been On My Mind’, algo tosca y rudimentaria en lo básico de su grabación, pero con grandísimas melodías que van apareciendo conforme un@ la va conociendo y asimilando. Tampoco hay que perderse la valiente e irónica ‘Talkin' John Birch Paranoid Blues’ (la John Birch Society era una ultraconservadora y poderosa asociación anticomunista), interpretada en directo porque fue vetada tanto en una aparición televisiva en el Ed Sullivan Show como del disco The Freewheelin', al reírse en su letra de la paranoia anticomunista que asolaba el país desde los años cincuenta, pues el protagonista en su afán de encontrar comunistas en cualquier lugar, se acaba investigando a sí mismo. En el polo opuesto, hay que ser muy fan de Bob Dylan para tolerar derrapes como ‘Talkin' Hava Negeilah Blues’, de humor muy personal y al menos breve, aunque más radical se vuelve en ‘Last Thoughts On Woody Guthrie’, interpretada en directo y que se trata simplemente de su voz recitando sin más acompañamiento durante siete minutos, lo que hubiera sido un blues hablado de haber añadido un ritmo acústico y una armónica.

 

Para casi iniciar la etapa eléctrica en el segundo volumen (pues de las mismas sesiones aparece en primer lugar la bella balada de despedida ‘Farewell Angelina’), tenemos nada menos que una toma acústica de la canción que iniciaba el Bringing It All Back Home, la proto-rap ‘Subterranean Homesick Blues’. Aunque sorprende mucho más escuchar una toma alternativa muy potente de ‘It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry’, que acabó siendo un blues lento pero que aquí aparece en versión rockera con ritmo ágil, guitarra incisiva y órgano frenético. Esta versión probablemente fuera escuchada por Al Kooper y Mike Bloomfield (si es que no participaron también en ella) para la versión que ambos grabaran junto a Stephen Stills en su álbum de 1968 Super Session. Siguiendo con las tomas alternativas, la de ‘If Not For You’ se parece más a la que grabara George Harrison en All Things Must Pass, al potenciar la melodía con la guitarra y apaciguar el tempo para transmitir una mayor sensación de calma.

 

También podemos escuchar ‘I'll Keep It With Mine’ y ‘If You Gotta, Go Go Now (Or Else You Got To Stay All Night)’ en su versión original, pues en su momento los Fairport Convention grabaron ambas canciones, en el segundo caso una versión traducida al francés sin mucha gracia retitulada ‘Si Tu Dois Partir’, que aquí suena a una especie de honky-tonk por la prominencia del piano, pero es bastante entretenida de escuchar. De las grabaciones con The Band durante la época del Basement Tapes se recuperan dos canciones más: la exitosa ‘I Shall Be Released’ que The Band grabaría para su LP de debut y que aquí deja un contraste raro entre el falsete de Manuel y la voz rasposa de Bob; y otras grandes melodías inéditas en ‘Santa-Fe’. De la última época con The Band, la de Planet Waves, hay otra buena canción llamada ‘Nobody 'Cept You’ con un sonido distorsionado de guitarra que le da un toque especial.

 

Como curiosidad podemos comprobar cómo ‘Call Letter Blues’ es el embrión de lo que sería ‘Meet Me In The Morning’ en el Blood On The Tracks y ‘She's Your Lover Now’ un descarte que se transformaría en la futura ‘One Of Us Must Know (Sooner Or Later)’ del Blonde On Blonde. Lo más flojo de este segundo volumen es sin duda el vals country ‘Wallflower’, que con esa definición ya queda claro el nulo interés que suscita.

 

El tercer volumen comprende los últimos coletazos de los setenta así como –oh, ¡alarma!– material de la década de los ochenta. No obstante, al contrario de lo que uno pudiera preveer, lo que viene a demostrar este disco es que Dylan no estaba tan mal en los ochenta, sino que el poco acierto a la hora de elegir qué composiciones publicar y, principalmente, la lamentable producción que eligió para sonar moderno y enrollado, hicieron que quedaran muchos buenos momentos por el camino. Como ejemplo hipotético, ‘Ye Shall Be Changed’ es lo que podríamos imaginar como estándar mínimo de calidad para el Dylan ochentero: una batería sin alma, una instrumentación que simplemente acompaña, pero al menos unas melodías vocales agradables que hubieran convertido este descarte del Slow Train Coming en una canción destacada en casi cualquier disco de Bob en los ochenta, aun teniendo una letra radicalmente religiosa. Obviamente esto no quita que se incluyan canciones algo flojas como ‘You Changed My Life’, donde empezaba a abusar de los coros femeninos (es un descarte del Shot Of Love) y de su cristianismo activista del momento.

 

El mayor contraste llega en los descartes de la grabación de Infidels en 1983, pues las canciones inéditas que podemos escuchar abarcan lo peor y (casi) lo mejor de este volumen. Así pues, tenemos por un lado las vulgares y aburridísimas ‘Someone's Got A Hold Of My Heart’, ‘Tell Me’ y ‘Lord Protect My Child’, impropias de un gran artista como Dylan. Y luego, justo a continuación, llega toda una pieza de sólida estructura y enérgico canto de Bob llamada ‘Foot Of Pride’, que con una mayor elaboración se hubiera convertido en una de las mejores canciones de aquel disco, pues aquí parece emular un poco en su ritmo a ‘Gloria’ de los Them. Mejor todavía es ‘Blind Willie McTell’, una épica composición de escasa instrumentación pero con un memorable trabajo de piano que brilla tanto como la parte vocal de Dylan.

 

La interpretación de ‘Seven Days’ en directo (de 1976) es brutal, aunque con un curioso ritmo reminiscente del reggae. No sería hasta que llegara a las manos de Ronnie Wood que esta canción alcanzara todo su potencial fiero y crudo. Aquí no desmerece nada a la versión de Ronnie, pues aunque el ritmo sea algo más pausado, la fuerza sigue ahí, con un empleo magistral de los instrumentos (es la época del violín de Scarlet Rivera), y la interpretación vocal de Dylan es inigualable.

 

Sobre grabaciones alternativas de temas conocidos, se ha de destacar que ‘Every Grain Of Sand’ gana mucho en versión demo con arreglos mínimos. Aunque la mayor sorpresa es comprobar cómo ‘When the Night Comes Falling from the Sky’ aquí presenta melodías reconocibles y un gran acompañamiento de guitarra eléctrica y piano, nada que ver con la horrorosa versión final que acabaría en el Empire Burlesque. Para el final, encontramos una canción –la única, ‘Series Of Dreams’– correspondiente a las sesiones del Oh Mercy y posee un dinámico ritmo de prominente percusión.

 

Este recopilatorio es otra de tantas demostraciones de que nos encontramos ante un genio de la música popular del siglo XX. No ha habido más casos hasta la fecha que un disco de descartes se convierta en imprescindible dentro de la carrera de un autor, contando con tantas brillantes canciones en su interior. Además, tiene el añadido de permitirnos escuchar música de todas las etapas musicales de Bob para comprobar que la genialidad puede quedar en estado latente pero nunca desfallece.

GOOD AS I BEEN TO YOU

Año de publicación: 1992

Puntuación:

1) Frankie & Albert; 2) Jim Jones; 3) Blackjack Davey; 4) Canadee-i-o;

5) Sittin' On Top Of The World; 6) Little Maggie; 7) Hard Times; 8) Step It Up And Go; 9) Tomorrow Night; 10) Arthur McBride; 11) You're Gonna Quit Me; 12) Diamond Joe; 13) Froggie Went A-Courtin'.

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¿Y qué tenemos después de un discreto trabajo de composiciones propias como Under The Red Sky? Pues un discreto disco de canciones tradicionales interpretadas en solitario por el propio Bob, como si estuviéramos nuevamente empezando de cero y recordando su disco de debut. En esta ocasión se trata de él, su guitarra y su armónica, lo cual potencia esa imagen de artista folk novel apartado del materialismo musical. La diferencia principal es que en 1962 era un chaval ambicioso, algo inseguro pero con ganas de triunfar, y treinta años después es un artista de largo recorrido con ganas de tomarse las cosas con tranquilidad y de descansar su frágil creatividad de los últimos años. No hay mucho que decir ante un disco así, pues la música folk tan pura se aparta claramente de los cánones del rock, pero tratándose de Dylan podemos señalar algunos detalles que sirvan para hacerse una idea de lo que contiene.

 

Lo más acertado lo encontramos en aquellos temas que poseen un buen trabajo de guitarra, como en la inicial ‘Frankie & Albert’. Pero también hay varios casos en que los temas pasan sin mayor pena ni gloria, como ‘Jim Jones’, ‘Little Maggie’ o ‘Hard Times’, que nada aportan ni al álbum ni a la música tradicional en sí. La mejor canción es ‘Blackjack Davey’, gracias a sus grandes melodías y la memorable guitarra que mantiene el ritmo y rellena los espacios vacíos con magníficos acordes. Dura casi seis minutos pero se pasan volando. Quizá le falte a la interpretación vocal de Dylan algo más de fuerza, sobre todo si lo comparamos con la poderosa versión que hicieran los Steeleye Span en 1975. Pero es que no podemos comparar la magnífica voz de Maddy Prior con la de Dylan. De las canciones más lentas, podría destacarse la buena interpretación que realiza en ‘Tomorrow Night’, la cual quizá estuviera destinada a una voz más melódica pero que aquí también agrada por la autenticidad que transmite Bob.

 

Como excepción al territorio folk donde nos encontramos, aparece una interpretación genérica del blues ‘Sittin' On Top Of The World’, muy socorrido en los años sesenta (Cream o Grateful Dead fueron algunos de sus intérpretes) y que aquí pasa totalmente desapercibido. Aunque ‘You're Gonna Quit Me’ quizá se pueda definir como un blues.

 

Cuando el ritmo es más movido, la canción gana en notoriedad. Así, ‘Step It Up And Go’ mantiene la atención con su ritmo tipo rockabilly y ‘Diamond Joe’ también entretiene bastante gracias a la guitarra. También resulta agradable la final ‘Froggie Went A-Courtin'’, como si en esta ocasión el disco estuviera nuevamente dedicado a su nieta, aunque en este caso se haga demasiado repetitiva por su excesiva duración. En cualquier caso, algo que queda claro tras escuchar este álbum es que Dylan se apartó definitivamente (y con buen criterio) de toda la parafernalia del negocio musical enfocada a explotar la imagen de un artista. Por fin se decidió a seguir haciendo lo que le pedía el cuerpo en ese momento sin importarle las ventas y la popularidad. Este disco agradará más a los musicólogos interesados en las raíces populares norteamericanas, pues al resto dejará más bien indiferente. Una hora de música pasable sin más.

WORLD GONE WRONG

Año de publicación: 1993

Puntuación:

1) World Gone Wrong; 2) Love Henry; 3) Ragged & Dirty; 4) Blood In My Eyes;

5) Broke Down Engine; 6) Delia; 7) Stack A Lee; 8) Two Soldiers; 9) Jack-A-Roe;

10) Lone Pilgrim.

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Lo que puede tomarse como la segunda parte de Good As I Been To You sigue por consiguiente con la interpretación de oscuras tonadas tradicionales con Bob, su guitarra y su armónica como únicos elementos presentes en todas las canciones. Para enfatizar el carácter antropológico, lingüístico y musical del álbum, el propio Dylan escribe las notas relativas a cada tema. No cabe duda de su audacia después de tantos años de carrera, pero lo más significativo es comprobar cómo se apropia de estas tonadas haciéndolas propias y dándoles un toque especial que convierte este disco en recomendable para cualquiera. El nivel melódico mejora ligeramente respecto al álbum anterior, aunque esto último dicho con reservas, pues tratándose de versiones de blues y canciones tradicionales tampoco hay que acumular demasiadas expectativas. Siendo simples y directos (tal como haría algún presidente del gobierno concreto), diríamos que esto “es lo que es” y punto.

 

Tampoco es que pueda destacarse mucho, dadas las obvias razones asociadas a la música tradicional. Hay algunas canciones de ritmo más animado como ‘Ragged & Dirty’ y otras donde la letra resulta hasta graciosa, como es el caso de ‘Broke Down Engine’, que trata el tema de la impotencia de una manera sutil, además de que Dylan realiza una interpretación muy buena, pues parece que estemos escuchando al mismo protagonista de la historia en su desesperación por no poder emplear adecuadamente sus atributos. Aunque la mayoría de las letras abarcan historias más truculentas de amor y violencia, propias de la cultura popular de las zonas rurales de Estados Unidos.

 

La mejor de todas las canciones es ‘Jack-A-Roe’, pues tiene una melodía pegadiza y ese sabor añejo e incluso épico al narrar una historia de arrebato amoroso en un entorno marinero, todo adornado con un gran trabajo de guitarra que mantiene un ritmo vigoroso sin pausa durante todo el tema. Y podemos decir que el tema más flojo llega a continuación, pues ‘Lone Pilgrim’ suena demasiado lento y las pausas de guitarra que contiene no lo favorecen en nada.

 

Como curiosidad, acabaremos diciendo que la portada del disco parece hacer referencia a la canción que le da título, cuando entona la frase “Pack up my suitcase, give me my hat”. En resumen, nadie necesita comprar este álbum para comprender la carrera de Dylan, pero para quien quiera un buen ejemplo de su lado folk, ésta es una buena elección. Un nuevo guiño a sus orígenes.

MTV UNPLUGGED

Año de publicación: 1995

Puntuación:

1) Tombstone Blues; 2) Shooting Star; 3) All Along The Watchtower;

4) The Times They Are A-Changin'; 5) John Brown; 6) Desolation Row;

7) Rainy Day Women # 12 & 35; 8) Love Minus Zero/No Limit; 9) Dignity;

10) Knockin' On Heaven's Door; 11) Like A Rolling Stone; 12) With God On Our Side.

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De entrada resulta chocante ver un disco que incluya los conceptos “Dylan” y “Unplugged” como título definitorio que sirva de orientación y en cierta manera de promoción de su contenido. Imaginemos un disco que se llamara “AC/DC MTV Plugged” y nos podemos hacer una idea de la situación. Para alguien que ha confeccionado buena parte de su imagen y una parte importante de su carrera como intérprete acústico, suena hasta gracioso que le graben un Unplugged. Pero tratándose de Bob Dylan, sabemos de antemano que su enfoque no puede ni debe ser el que esperaríamos de cualquier otro artista en las mismas circunstancias. La primera sorpresa es que se olvida de sus dos últimos discos y en vez de dedicarse a interpretar versiones y canciones tradicionales, echa mano de su repertorio clásico para mayor deleite del personal. Parece que esto fue una exigencia de la cadena musical, que la pasta es la pasta y hay que dar lo que el público demanda.

 

En este caso tampoco encontramos demasiadas novedades en las interpretaciones. La que sufre una de las mutaciones más drásticas es ‘The Times They Are A-Changin'’, que queda irreconocible como una balada contemplativa vulgar y demasiado extensa (casi seis minutos) donde la voz de Dylan se vuelve insoportable en muchos momentos. Y es que precisamente la voz es un problema aquí. Si bien no llega al pésimo nivel demostrado en directo en el siglo XXI (como ejemplo, su concierto en Alicante de 2008 que tuve el placer de ver), lo cierto es que su voz suena más nasal que nunca, algo que en algunas canciones se nota demasiado para pasarlo por alto, sin llegar a suplirlo tampoco con un expresividad excepcional como antaño, aunque en los años siguientes esa expresividad desaparecería por completo en el escenario. Una de las pocas que parece ganar con esa nueva voz es la festiva ‘Rainy Day Women # 12 & 35’, que también gana puntos al suavizar su instrumentación extrema de la versión de estudio y permitir cierta libertad a los músicos que se agradece.

 

Otra de las canciones más cambiadas en la entonación de los versos es la anteriormente genial ‘Love Minus Zero/No Limit’, aquí convertida en plataforma tediosa para la horrible voz de Bob. Ni siquiera se mantiene la acogedora percusión original, que era uno de sus puntos fuertes. Al menos en el clásico ‘Knockin' On Heaven's Door’ si que conseguimos una interpretación a la altura de un genio como él, pues el armazón instrumental es perfecto (grandes solos de órgano y de Dylan con su armónica) y es uno de los momentos que salvan el disco, incluida la parte vocal. Aunque la mejor es ‘Tombstone Blues’, la cual suena como si hubiera mezclado la parte instrumental con la de ‘Subterranean Homesick Blues’ pero interpretado con guitarras acústicas. En cualquier caso, tiene un sonido fenomenal con unos músicos muy cohesionados.

 

Por otro lado, no se entiende por qué elige tocar ‘Shooting Star’ del disco Oh Mercy, cuando tenía canciones mucho mejores y porque además suena algo tediosa al estilo de bodrios anteriores como ‘License To Kill’. De las sesiones de este álbum se recupera el descarte ‘Dignity’, que no suena mal pero tampoco levanta pasiones precisamente. El único guiño a los últimos discos de canciones tradicionales que había editado es ‘John Brown’, que hubiera sido una buena inclusión en alguno de ellos, pues se trataba de un tema inédito en su discografía.

 

Los dos temas que cierran el álbum (‘Like A Rolling Stone’ y ‘With God On Our Side’) adolecen del mismo problema: una excesiva duración y una voz de Bob que no mantiene el tipo. Ni siquiera la buena emulación del órgano original de Al Kooper en ‘Like A Rolling Stone’ sirve para salvar su resultado final. En cualquier caso, el disco tuvo un buen nivel de ventas (de hecho, es lo único que recuerdo de Dylan durante mi adolescencia, el resto de discos fueron ninguneados para el gran público) y quizá eso le diera fuerzas a Bob para regalarnos el que sería de verdad su gran retorno y a su vez el mejor álbum de la última etapa del genio de Minnesota.

TIME OUT OF MIND

Año de publicación: 1997

Puntuación:

1) Love Sick; 2) Dirt Road Blues; 3) Standing In The Doorway; 4) Million Miles;

5) Tryin' To Get To Heaven; 6) Til I Fell In Love With You; 7) Not Dark Yet;

8) Cold Irons Bound; 9) Make You Feel My Love; 10) Can't Wait; 11) Highlands.

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Tras el buen resultado obtenido con Daniel Lanois como productor, en este nuevo álbum Bob volvió a contar con sus servicios y así Lanois volvió a realizar una producción magistral, subrayando adecuadamente la instrumentación cristalina y acoplándola a la perfección a la rasposa voz de Dylan para que encaje en ella. Y no es solo que Bob vuelva con composiciones novedosas (aunque bastante etiquetables como blues-rock), sino que nada menos que setenta y tres minutos de gloria es lo que encontramos en este CD, que en la época del vinilo hubiera sido un doble álbum. No hay apenas nada que pudiéramos señalar como relleno, lo cual es toda una sorpresa vista la trayectoria que siguió en los ochenta. Así pues, se trata del gran retorno de Dylan por la puerta grande, una última demostración de poderío, al alcance únicamente de grandes genios como él.

 

El inicio casi reggae que presenta ‘Love Sick’ ya nos presenta a un artista veterano, seguro de sus posibilidades y con un acompañamiento instrumental impecable, elemento este último que será una de las señas de identidad del Dylan viejuno. Esas dos notas de guitarra tipo Dire Straits que anteceden el estribillo (“I'm sick of love”) le dan un toque especial que encaja a la perfección con el ritmo intrigante que acompaña a la perfección este tema de una persona hastiada del amor en la vida. Precisamente una cierta negatividad es lo que transmite el álbum, si bien tampoco es que sea todo una visión pesimista de la vida, pues también algo de nostalgia subyace en la majestuosa apacibilidad de ‘Tryin' To Get To Heaven’.

 

Por otro lado, ‘Not Dark Yet’ es una balada épica a mayor gloria Dylan, con algunos ecos melódicos de ‘Jokerman’. Aquí la letra sí que es muy pesimista, pues incluso se refleja que un@ todavía no ha tocado fondo: “It's not dark yet, but it's getting there”. El acompañamiento instrumental es fenomenal, de los que podrían durar mucho más y mantenernos en el mismo nivel de placidez. Y lo que a priori podría parecer una balada de más de quince minutos al estilo de la clásica ‘Sad Eyed Lady Of The Lowlands’ (más que nada por titularse ‘Highlands’) es por el contrario un entretenido blues donde el liderazgo lo toma el órgano pero sin olvidar la brillante guitarra que aparece por todo el álbum. Cuentan los rumores que a Dylan le preguntaron si tenía la versión corta de la canción y él contestó: “ésta es la versión corta”. Quizá puede hacérsele larga a más de un@, aunque realmente suena a lo que J.J. Cale ya hacía en los setenta pero en versión extensa y con equivalente excelencia instrumental.

 

Los blues-rock afilados como ‘Til I Fell In Love With You’ serán también un rasgo característico de la última etapa de Dylan cuando busquemos algo de energía en su música. Obviamente a estas alturas ya no podemos esperar un ‘Most Likely You Go Your Way And I'll Go Mine’ (aunque en los ochenta compusiera ‘Seven Days’), pero se agradece disfrutar brillantes interpretaciones con una afilada guitarra, como es el caso también de ‘Can't Wait’. Mejor todavía si cabe es ‘Cold Irons Bound’, gracias a su ominoso ritmo llevado por un magistral bajo, los grandes punteos de guitarra y ese órgano amenazante que suena en los finales de estrofa.

 

No podían faltar canciones más ligeras como el rítmico blues de ‘Dirt Road Blues’ o blues-rock más canónicos como ‘Million Miles’ (con una buena parte de órgano). También ‘Make You Feel My Love’ o ‘Standing In The Doorway’ representan quizá el tipo de sonido que podríamos asociar con una persona mayor, pero al menos en la segunda de ellas, cuando más confiados estamos, llegan esos momentos donde el ritmo parece engrandecerse (“You left me standin' in the doorway cryin' / Sufferin' like a fool”) y nos damos cuenta de que estamos ante uno de los artistas más grandes y en plena forma.

 

El mejor disco de rock que haya hecho una persona mayor de cincuenta años (en este caso, más cerca de los sesenta). Y mucho mejor que otros destacados discos de la década realizados por veinteañeros. Merecedor del premio Grammy que se llevó, todo un regalo para sus seguidores y el último retazo de originalidad creativa que nos ofrecería Dylan. Ya después se refugiaría en el plácido blues-rock, pero con gusto y con ganas de agradar, excepto por su voz que irá empeorando con los años.

CD I: 1) She Belongs To Me; 2) 4th Time Around; 3) Visions Of Johanna;

4) It's All Over, Now Baby Blue; 5) Desolation Row; 6) Just Like A Woman;

7) Mr. Tambourine Man.

 

CD II: 1) Tell Me Momma; 2) I Don't Believe You (She Acts Like We Never Have Met);

3) Baby, Let Me Follow You Down; 4) Just Like Tom Thumb's Blues;

5) Leopard-Skin Pill-Box Hat; 6) One Too Many Mornings; 7) Ballad Of A Thin Man; 8) Like A Rolling Stone.

Puntuación:

Año de publicación: 1998

THE BOOTLEG SERIES VOL. 4: LIVE 1966, THE "ROYAL ALBERT HALL" CONCERT

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Las comillas del título del disco ya indican que este concierto no fue grabado realmente en el Royal Albert Hall de Londres. En realidad, la actuación tuvo lugar en Manchester, un concierto mitad acústico y mitad eléctrico, como era lo habitual en esa etapa aunque para entonces ya había sido recientemente publicado el insuperable Blonde On Blonde. No obstante, si para entonces un@ podría pensar que el shock de escuchar instrumentos eléctricos con Dylan ya había sido superado y asumido, nada más lejos de la realidad puesto que parece ser que para cada concierto nuevo siempre había una parte del público que expresaba su malestar (quién podría imaginar que Dylan tenía seguidores de mentalidad cerrada) en forma de abucheos. Aquí queda documentado ese histórico momento en que, tras acabar de toca ‘Ballad Of A Thin Man’ alguien del público le grita “Judas” (con el aplauso de bastantes personas) y Dylan le responde “I don't believe you... You're a liar!”, para iniciar una estupenda interpretación de ‘Like A Rolling Stone’.

 

Curiosamente, aunque tampoco es de extrañar tratándose de Dylan, el repertorio acústico se compone en buena parte de canciones que habían sido grabadas con acompañamiento rítmico (‘4th Time Around’ o ‘Visions Of Johanna’, por ejemplo). Así, el primer volumen es tranquilo, con grandes interpretaciones como la siempre emotiva ‘4th Time Around’ o la mágica ‘Mr. Tambourine Man’, en la cual se excede un poco con el solo de armónica. El público es totalmente receptivo porque está escuchando lo que espera, aunque en casos como ‘Desolation Row’ probablemente no recibiría la misma respuesta ante un público no anglosajón al estar la clave en su tratamiento de las palabras. De hecho, ‘It's All Over Now, Baby Blue’ pierde totalmente el interés al sonar demasiado errática, por ejemplo sin encajar bien las partes de armónica con el resto. ‘Just Like A Woman’ también queda floja al variar la entonación en el estribillo.

 

Todo cambia completamente en el segundo volumen, pues en él entran en escena el grupo de acompañamiento The Hawks (futuros The Band), quienes realizan un soberbio acompañamiento donde el teclado de Hudson y, sobre todo, la guitarra de Robertson llenan todos los espacios vacíos con impresionantes líneas lanzadas a discreción. El muro de sonido creado por momentos es apabullante, lo suficiente para que el público quede completamente callado durante las actuaciones. A la inversa de cómo se planteara la parte acústica, aquí tambien se electrifican canciones que originalmente pertenecían a su primera etapa (‘One Too Many Mornings’ y ‘I Don't Believe You’, presentada como “It used to be like that and now goes like this”), con buen resultado al proporcionar una visión diferente pero igualmente efectiva porque las melodías siguen ahí. Precisamente en ‘One Too Many Mornings’ la guitarra de Robertson suena especialmente deliciosa. Y cuando éste se vuelve el protagonista, es cuando las interpretaciones se convierten en esenciales, como ‘Baby, Let Me Follow You Down’ o en la irreconocible ‘Just Like Tom Thumb's Blues’. Pero Hudson no podía quedar en segundo plano todo el tiempo, así que en la final ‘Like A Rolling Stone’ obviamente toma el protagonismo con una impresionante interpretación de órgano, por supuesto bien acompañada por la guitarra de Robertson, donde engrandece todavía más el trabajo original de Al Kooper.

 

Así pues, si hacemos un resumen global tenemos una parte eléctrica brutal e imprescindible y una parte acústica aceptable, por lo que la valoración global es la de un álbum recomendable y un documento histórico de una de las etapas más interesantes de Bob Dylan.

LOVE AND THEFT

Año de publicación: 2001

Puntuación:

1) Tweedle Dee & Tweedle Dum; 2) Mississippi; 3) Summer Days;

4) Bye And Bye; 5) Lonesome Day Blues; 6) Floater (Too Much To Ask);

7) High Water (For Charley Patton); 8) Moonlight; 9) Honest With Me;

10) Po' Boy; 11) Cry A While; 12) Sugar Baby.

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Una de las características que definirá al Dylan del siglo XXI seguirá siendo lo imprevisible de sus trabajos. Nunca sabremos de antemano cuál será el siguiente paso, si bien ya no volverá a salirse de los estilos más tradicionales de la música norteamericana, sea en cualquiera de sus vertientes de blues, jazz, etc. En esta ocasión, esa música de raíces envuelve todo el disco, formado íntegramente por composiciones originales, lo cual es una sorpresa si recordamos algunas de sus últimas obras (Good As I Been To You o World Gone Wrong), aunque algunas melodías probablemente estén recicladas de oscuros cancioneros de la América profunda que solo conoce Bob. Por otro lado, no podemos dejar pasar la ocasión de destacar su deterioro vocal, que en estudio todavía puede tolerarse pero que en directo se convertiría más bien en un suplicio. No obstante, la sabia elección de su elenco de músicos acompañantes (que en su mayoría también saldrían de gira con él) es la clave para disfrutar del Dylan viejuno, puesto que ofrecen unas ejecuciones instrumentales impecables.

 

De lo mejor que puede ofrecernos este último Dylan es algo como ‘Tweedle Dee & Tweedle Dum’, de gran potencia rítmica (con un sencillo pero prominente bajo que marca todo el tema) y un cierto aire de entretenimiento propio donde un@ puede imaginarse a todos los músicos disfrutando de su ejecución, de cada entrada instrumental que sigue a cada línea cantada. Cuando existe esa potencia sonora es cuando los temas consiguen esa fuerza extra que puede satisfacer a aquellas personas no interesadas especialmente en el blues, como en ‘High Water (For Charley Patton)’, homenaje bien claro a una de las leyendas del Delta blues, o en la dinámica ‘Honest With Me’, donde nos regala unos buenos acordes de guitarra conforme va cantando el estribillo.

 

Las canciones más tranquilas también disfrutan de una brillante interpretación, resaltando positivamente la calma que intenta transmitir Bob con su voz cascada, como ‘Po' Boy’ o ‘Mississipi’. ‘Mississipi’ es una de las mejores composiciones de este álbum, pues aunque comienza como un balada rock más o menos convencional, la progresión instrumental y los diferentes detalles que van adornando el sonido (sobre todo la fuerza que coge en el estribillo), la sitúan aquí como una de las referencias. Otras baladas de un estilo más jazzístico como ‘Bye And Bye’ o ‘Moonlight’ fluyen sin mayor compromiso. Si acaso, en ese estilo jazz me quedaría con ‘Floater (Too Much To Ask)’, al poseer mejores melodías y un destacado violín que aporta dinamismo y aviva el interés en los pasajes entre estrofas. Cuando entra en estilos interpretados de manera demasiado genérica, como el boogie-woogie de ‘Summer Days’ o el blues canónico ‘Lonesome Day Blues’ es cuando suscita menor interés, puesto que en principio nadie escucha a Dylan para encontrar algo que pueden haber hecho otros mucho antes. ‘Cry A While’ también parece seguir esos mismos pasos, pero solo con ese cambio de ritmo que acompaña los inicios de estrofa ya se sitúa en otro nivel superior.

 

Para el final nos vuelve a regalar una de esas baladas oscuras (‘Sugar Baby’) pero repleta de sabias palabras sobre el amor propias de alguien que ha vivido todo tipo de situaciones a lo largo de su vida y que tiene una perspectiva coherente de lo que son los sentimientos. La parte instrumental es bastante sobria, aunque cabe destacar la ominosa guitarra que suena cuando canta el breve estribillo.

 

Este disco realmente merece ser escuchado y recomendado como ejemplo de música de raíces americanas interpretada con gusto. En Estados Unidos parecieron entenderlo así y el álbum llegó hasta el puesto nº 5 de las listas, todo un logro a estas alturas de su carrera.

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 5: LIVE 1975

CD I: 1) Tonight I'll Be Staying With You; 2) It Ain't Me Babe;

3) A Hard Rain's A-Gonna Fall; 4) The Lonesome Death Of Hattie Carroll;

5) Romance In Durango; 6) Isis; 7) Mr. Tambourine Man; 8) Simple Twist Of Fate;

9) Blowin' In The Wind; 10) Mama, You Been On My Mind; 11) I Shall Be Released.

 

CD II: 1) It's All Over Now, Baby Blue; 2) Love Minus Zero/No Limit;

3) Tangled Up In Blue; 4) The Water Is Wide; 5) It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry; 6) Oh, Sister; 7) Hurricane; 8) One More Cup Of Coffee (Valley Below);

9) Sara; 10) Just Like A Woman; 11) Knockin' On Heaven's Door.

Puntuación:

Año de publicación: 2002

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Una de las características esenciales de Bob Dylan desde casi mediados de los setenta es su determinación por tocar en directo con las menores interrupciones posibles. De hecho, desde 1988 no ha parado de actuar y desde entonces se acuñó ese estajanovismo musical como The Never Ending Tour. Aquí estamos mucho antes, en 1975, ante una selección de la que fue su gira más recordada, pues The Rolling Thunder Revue se concibió como un tour de músicos amigos que se iban desplazando de población en población como si fueran un espectáculo ambulante de tiempos pretéritos. Entre la gran cantidad de músicos que acompañaron a Dylan, destaca la presencia de Joan Baez (lo cual tampoco es una sorpresa) y la de –atención al dato– el guitarrista Mick Ronson, el mismo que había llenado de grandes pasajes de guitarra la primera etapa glam-rock de David Bowie y que cumple un papel importante dentro del sonido denso y consistente de la banda.

 

Como siempre, la clave de sus discos en directo está en los arreglos de las canciones. Cómo las reinventa o cambia de tal manera que son casi irreconocibles, solo está al alcance de un genio de la música. De esta manera, el inicio con la pieza originalmente de country sencillo ‘Tonight I'll Be Staying With You’, se transforma aquí en un potente himno de big-band donde el poderío sonoro abruma por toda la carga épica que transmite, además de que Dylan suena más expresivo que nunca. A continuación llega ‘It Ain't Me Babe’, que se transforma desde una canción de amor roto original a una inquietante imploración para que todo finalice, gracias a la sección rítmica y la guitarra steel, que crean una atmósfera de interrogante hacia lo que ocurrirá, aunque conociendo la letra con anterioridad ya sabemos que el final no es feliz. Pero si originalmente daba la impresión de que la pareja de la canción no estaba ya junta mientras cantaba, en esta es como si el chico estuviera diciendo todo eso mientras están todavía juntos. Es curioso cómo puede cambiarse el punto de vista de un tema mediante unos arreglos u otros. ‘It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry’ cobra un carácter más festivo y le da mayor vitalidad, que es lo que le hacía falta a la original del Highway 61 Revisited. En cambio, en ‘The Lonesome Death Of Hattie Carroll’ cada melodía o punteo de guitarra (excepcional trabajo de Ronson), cada nota del bajo, cada golpe de batería, transmite mayor desolación si cabe para la indignante historia de prejuicio racial. El estribillo también sale fortalecido con los nuevos arreglos y el canto a dos voces.

 

Por supuesto, hay también nuevos arreglos que no acaban de encajar bien con lo que era la canción original. Así, ‘A Hard Rain's A-Gonna Fall’ se convierte en una especie de marcha festiva donde se diluye la fortaleza del mensaje lírico/apocalíptico que era precisamente lo mejor de la canción. Aunque con sección rítmica ‘Love Minus Zero/No Limit’ hubiera salido ganando, lo cierto es que Dylan realiza una gran interpretación él solo con su guitarra y su armónica, tan expresivo como siempre. En ‘Tangled Up In Blue’ parece añadir algunos versos adicionales o cambiar los existentes, aunque la rapidez con la que canta hace complicado verificarlo en primer término.

 

Escuchar a Bob Dylan cantando junto a Joan Baez es, cuando menos, un acontecimiento histórico-musical. No es que vayamos a descubrir nada nuevo, pero se palpa la emoción en el ambiente cuando los dos aúnan sus voces (aunque es difícil para cualquiera intentar aunar su voz a la de Dylan) y canciones poco vistosas como ‘Mama, You Been On My Mind’ o ‘The Water Is Wide’ transmiten una emoción especial. Para finalizar esta obra en directo se incluye una inconmensurable interpretación de ‘Knockin' On Heaven's Door’, a la cual se unió el mismísimo Roger McGuinn (por aquel entonces The Byrds ya se habían disuelto), quien participa así en una de las mejores versiones en directo que se hayan hecho nunca de esta canción. Mucho mejor que la de Guns N' Roses.

 

Las canciones de Desire suenan exactamente igual a como sonarían pronto en ese disco, algo lógico puesto que en el momento de iniciarse la gira justo se acababa de grabar aunque todavía no había sido publicado. Pero es siempre un placer poder volver a escuchar grandísimos temas como ‘Isis’, ‘Hurricane’ o ‘One More Cup Of Coffee’. Justo antes de comenzar con ‘Hurricane’, Bob incluso solicita la posible ayuda de cualquiera que pueda aportar algo para la causa del boxeador injustamente encerrado en la cárcel. Mención aparte merece la emotiva interpretación de ‘Sara’, con una acertada sección rítmica y que fue presenciada por la propia Sara Dylan (la mujer de Bob) si nos atenemos a lo que se dice en el libreto. En ‘Sara’ abruma la sinceridad en la entonación de Dylan y donde la armónica final transmite un sentimiento especial solo alcanzable para artistas de verdad.

 

Como todos los discos de la edición de Bootleg Series, presenta un libreto muy bien detallado y con gran profusión de fotos. Es muy emocionante ver fotos de los músicos tocando en directo (en una de ellas aparecen Joni Mitchell y Roger McGuinn juntos en el escenario), así como otra de Dylan hablando con Rubin “Hurricane” Carter con una reja por medio, pero el primer premio de fotografía se lo lleva sin duda la foto de Dylan junto a Allen Ginsberg sentados ante la tumba de Jack Kerouac. Grandes momentos culturales. Y bueno, estamos ante el mejor disco en directo de Bob Dylan y, por extensión, ante uno de los mejores discos en directo de la historia, que gana puntos en cada nueva escucha.

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 6: LIVE 1964

Año de publicación: 2004

Puntuación:

CD I: 1) The Times They Are A-Changin'; 2) Spanish Harlem Incident;

3) Talkin' John Birch Paranoid Blues; 4) To Ramona; 5) Who Killed Davey Moore?;

6) Gates Of Eden; 7) If You Gotta Go, Go Now (Or Else You Got To Stay All Night);

8) It's Alright, Ma (I'm Only Bleeding); 9) I Don't Believe You;

10) Mr. Tambourine Man; 11) A Hard Rain's A-Gonna Fall.

 

CD II: 1) Talkin' World War III Blues; 2) Don't Think Twice, It's All Right;

3) The Lonesome Death Of Hattie Carroll; 4) Mama, You Been On My Mind;

5) Silver Dagger; 6) With God On Our Side; 7) It Ain't Me, Babe;

8) All I Really Want To Do.

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En la misma línea de recoger actuaciones en directo de períodos clave dentro de la carrera de Dylan, este nuevo volumen de The Bootleg Series nos ofrece el concierto acaecido en el Philharmonic Hall de Nueva York la noche de Halloween de 1964. En esos años todavía no se había creado The Rocky Horror Picture Show, por lo que no encontraremos nada terrorífico dentro del repertorio seleccionado. Para cuando se produjo este concierto, Dylan ya había publicado el álbum que le comenzaría a alejar del movimiento folk tal como se había conocido hasta ese momento, Another Side Of Bob Dylan. Lo que escuchamos es a un artista ya muy popular y consagrado que lo pasa bien con su público. De hecho, bromea en muchas ocasiones, se le escucha reír e incluso tiene el detalle de esforzarse en vocalizar bien para que la audiencia entienda toda su poesía. La entonces inédita y humorística ‘If You Gotta Go, Go Now’ llega incluso a provocar las carcajadas del público, gracias a su letra en apariencia inocente pero muy pícara en el fondo.

 

En directo, Dylan destapa también su valentía para interpretar canciones sobre gente real, aun habiendo sufrido los efectos de la censura previamente. ‘Talkin' John Birch Paranoid Blues’ era un blues hablado que había sido vetado para aparecer tanto en The Freewheelin' como en el programa de Ed Sullivan, uno de los más famosos de la televisión estadounidense. El motivo era su burla de la paranoia anticomunista que había azotado al país durante la década anterior (liderada por el miserable senador McCarthy) y que todavía coleaba en los años sesenta en forma de asociaciones ultraconservadoras como la John Birch Society. ‘Who Killed Davey Moore?’ no fue vetada pero trata sobre el caso real de un famoso boxeador que murió tras una pelea de boxeo, aunque musicalmente es bastante discreta.

 

Podemos encontrar varias canciones que formarían parte de la vertiente acústica del LP Bring It All Back Home, toda una demostración del arroyo de ideas que inundaban el cerebro de Bob. En la mágica ‘Mr. Tambourine Man’, solo puede objetarse una entonación de voz quizá demasiado fuerte para lo que podría exigir una letra evocadora como ésta, además de que los pasajes de armónica no acaban de encajar del todo tal como ocurriría un tiempo después. ‘It's Alright, Ma (I'm Only Bleeding)’ se extiende más allá de los once minutos pero todavía no ha alcanzado el nivel excepcional de su posterior versión de estudio, básicamente porque la guitarra suena más débil y no avasalla con los fieros acordes tras cada verso, tal como haría posteriormente. Aparte de eso, Dylan también canta de manera muy lenta, con la idea de que se entienda bien su dicción. Mediante las palabras “This is called a sacrilegious lullaby in D Minor” parece presentar ‘Gates Of Eden’, aunque realmente lo hace para afinar su guitarra. La interpretación que realiza de esta canción es excepcional, cuidando cada palabra y multiplicando su efecto.

 

Hacia el final encontramos la aparición estelar de Joan Baez, quien en los años previos había dado la oportunidad a Dylan de participar en sus conciertos y aquí le devolvía tan gran favor durante cuatro canciones seguidas, una de ellas para mayor lucimiento de su entonces buena amiga. Es destacable la interpretación que realizan ambos de ‘It Ain't Me, Babe’, aunque el resto de canciones quedan más discretas. En ‘Mama, You Been On My Mind’ encontramos algunos problemas de coordinación entre las dos voces, solucionado con humor por ellos mismos y ‘With God On Our Side’ sigue siendo un plomazo aunque la cante con ella. Por otro lado, la tradicional ‘Silver Dagger’ es cantada únicamente por Baez mientras Dylan toca la armónica.

 

Estilísticamente no encontraremos nada relevante en este álbum, pero es toda una delicia escucharle cantar grandes himnos como ‘A Hard Rain's A-Gonna Fall’ o ‘The Lonesome Death Of Hattie Carroll’. En el libreto volvemos a encontrar una foto de Bob con Allen Ginsberg, demostrando que la amistad venía bien de lejos. También aparece en algunas fotos otro de los artistas folk novatos del Greenwich Village neoyorquino, John Sebastian, quien tan solo un año después alcanzaría una enorme fama con su grupo de folk-rock The Lovin' Spoonful. En definitiva, un disco histórico de mucha carga emocional pero más bien destinado a los fans de Dylan que al público en general.

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 7: NO DIRECTION HOME: THE SOUNDTRACK

Año de publicación: 2005

Puntuación:

CD I: 1) When I Got Troubles; 2) Rambler, Gambler; 3) This Land Is Your Land;

4) Song to Woody; 5) Dink's Song; 6) I Was Young When I Left Home; 7) Sally Gal;

8) Don't Think Twice, It's All Right; 9) Man of Constant Sorrow;

10) Blowin' in the Wind; 11) Masters Of War; 12) A Hard Rain's A-Gonna Fall;

13) When the Ship Comes In; 14) Mr. Tambourine Man; 15) Chimes of Freedom;

16) It's All Over Now, Baby Blue.

 

CD II: 1) She Belongs to Me; 2) Maggie's Farm; 3) It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry; 4) Tombstone Blues; 5) Just Like Tom Thumb's Blues; 6) Desolation Row; 7) Highway 61 Revisited; 8) Leopard-Skin Pill-Box Hat; 9) Stuck Inside of Mobile with the Memphis Blues Again; 10) Visions of Johanna; 11) Ballad of a Thin Man;

12) Like a Rolling Stone.

Aprovechando el tirón de la reciente película documental dirigida por Martin Scorsese sobre los primeros años de Bob hasta su electrificación (No Direction Home), se editó un nuevo volumen doble de estos Bootleg Series. Afortunadamente, no se limitaron a introducir las canciones de estudio ya conocidas que aparecen en el film, sino que se hizo una mezcla entre unas pocas rarezas, tomas alternativas y otros temas cantados en directo. Al estar todo ordenado de forma cronológica, nos sirve también de panorámica de la evolución de uno de los artistas más impresionantes de la música popular.

 

Para empezar, se incluyen unas alhajas de sus inicios, previas a la edición del primer LP. No podemos llamarlas joyas porque la calidad de sonido no es demasiado buena, algo obvio, y porque Dylan en sus inicios era más bien un imitador que estaba en proceso de aprendizaje para absorber el mayor número de influencias posible. Nada menos que de 1959 data el blues ‘When I Got Troubles’, sin mayor interés que la curiosidad de escuchar a Bob en sus verdaderos inicios. Lo mismo podemos decir de la tradicional ‘Rambler, Gambler’, de 1960, o de la interpretación de la mítica ‘This Land Is Your Land’ de su ídolo Woody Guthrie. Grabadas en un hotel de Minesotta en 1961, como puede colegirse de las notas de las canciones, encontramos dos nuevos temas tradicionales (‘Dink's Song’ y ‘I Was Young When I Left Home’) que marcan el estilo de lo que sería su estreno en vinilo. De hecho, se incluye también ‘Song To Woody’, ya conocida por pertenecer al álbum homónimo de debut.

 

Encontramos también algunos descartes, destacando entre ellos ‘Sally Gal’, una pieza folk de ritmo muy rápido que fue descartada de las sesiones de The Freewheelin', quizá porque sonaba demasiado ligera, tanto musicalmente como en la letra simple y desenfadada, respecto al material contenido allí. Lo que sorprende es descubrir cómo ‘Mr. Tambourine Man’ ya había sido probada y descartada en Another Side Of Bob Dylan, aunque escuchándola aquí queda bien justificada la decisión. La canta a duo junto a su amigo Ramblin' Jack Elliott y el resultado no queda nada bien.

 

Lo que no podía faltar son versiones alternativas de temas conocidos, todo un filón para completar espacio, y aquí encontramos un poco de todo. Puede destacarse la versión más rockera de ‘Leopard-Skin Pill-Box Hat’, que sigue siendo algo tediosa pero donde brillan los pasajes instrumentales más que nunca, sobre todo en la parte final. También deja mejor sensación la versión rápida y rockera de ‘It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry’, más próxima también a la brillante interpretación que realizaran unos pocos años después el trío Kooper, Bloombield y Stills. En ‘Stuck Inside of Mobile with the Memphis Blues Again’ queda bien claro que la canción necesitaba todavía varias vueltas, pues aquí aparece con un ritmo más lento y con menos florituras instrumentales que en la versión final, echándose en falta sobre todo los brillantes punteos de guitarra que sazonaban toda la canción. Peor todavía queda ‘Visions Of Johanna’, la cual se muestra como un atascado rock al que le sobra la martilleante percusión, los punteos de guitarra que parecen copiados de otros temas de Bob, la manera de cantar inquisitiva... o sea, todo. Está tocada junto a The Hawks (futuros The Band), con los que a veces parecía que la situación se iba de las manos y se dedicaban a descuartizar temas. Lo cual prueba la genialidad de Dylan al transformarla completamente en la envolvente pieza evocadora que formaría parte después de Blonde On Blonde.

 

Encontramos también una buena cantidad de canciones en directo, que tras los volúmenes 4, 5 y 6 de estas Bootleg Series ya queda poco margen para ofrecernos algo diferente. Además de unas interesantes aunque innecesarias interpretaciones de 1963, en las que desgrana sus himnos contemporáneos (‘A Hard Rain's A-Gonna Fall’, ‘Masters Of War’), encontramos dos canciones de dos festivales de Newport consecutivos. Recordemos que éste era el festival folk más importante de la época, por lo que escuchamos primero una emotiva interpretación de ‘Chimes Of Freedom’ de 1964, ideal para este tipo de eventos. Ya en el segundo volumen escuchamos otra interpretación en Newport pero del año siguiente, 1965, que es ese momento histórico cuando sin previo aviso sacaron los instrumentos eléctricos y Dylan y su banda comenzaron a tocar una descomunal versión de ‘Maggie's Farm’ ante el estupor general (incluido el de Pete Seeger), aquí recogido con un sonido cristalino y estupendo, el verdadero tesoro de esta banda sonora. Por otro lado, se palpa la tensión en cada verso en la solemnidad de ‘Ballad of a Thin Man’, de una actuación en Edimburgo de 1966, con un magnífico órgano de fondo que subraya los dardos lanzados por Bob. La actuación de ‘Like A Rolling Stone’ ya la conocíamos del volumen cuatro de las Bootleg Series, el del concierto en Manchester de 1966 donde le gritaban “Judas” a Dylan.

 

Puede resumirse este álbum en que, de todos los volúmenes que se habían publicado hasta ese momento de las Bootleg Series, éste es el primero del que puede prescindirse para entender la carrera de Bob Dylan. Obviamente, tiene sus momentos buenos y sus grandes momentos, pero en conjunto resulta más superfluo. En cualquier caso, se agradece que el nivel en general es bueno.

LIVE AT THE GASLIGHT 1962

Año de publicación: 2005

Puntuación:

1) A Hard Rain's A-Gonna Fall; 2) Rocks And Gravel; 3) Don't Think Twice, It's All Right; 4) The Cuckoo (Is A Pretty Bird); 5) Moonshiner; 6) Handsome Molly; 7) Cocaine; 8) John Brown; 9) Barbara Allen; 10) West Texas.

En este disco se recoge una selección de canciones interpretadas en directo en el Gaslight Cafe de Nueva York, cuando ya había publicado su LP de debut pero seguía siendo desconocido por el gran público. De esta actuación ya se había publicado algún tema suelto en recopilaciones varias, como por ejemplo ‘No More Auction Block’ en la primera remesa de las Bootleg Series. Más de la mitad del repertorio son canciones tradicionales, puesto que en el disco de debut apenas había composiciones originales, si bien tenemos la suerte de encontrar versiones primerizas de dos temas que formarían parte del formidable The Freewheelin'. Aquí encontramos a un Dylan serio, concentrado en no cometer errores en esos momentos cruciales para el lanzamiento de su carrera artística. Esa seriedad afecta a la trascendencia de temas desenfadados como la tradicional y no apta para mojigatos ‘Cocaine’.

 

De los citados temas que aparecerían en The Freewheelin', ‘Don't Think Twice, It's All Right’ está interpretada con un ritmo algo más acelerado, que era lo habitual en directo en esa primera época de nuestro bardo. En cambio, ‘A Hard Rain's A-Gonna Fall’ ya suena clavada a como aparecería después, por lo que no aporta nada salvo esa sensación especial que transmite en directo con su letra, pues incluso puede escucharse levemente a la gente coreando en los finales de estrofa.

 

Por otro lado, la historia de amor de la tradicional ‘Barbara Allen’ se hace algo tediosa al durar casi ocho minutos, aunque la salva el trabajo de guitarra que va dejando Bob por el camino, con algunas florituras que adornan bien la desdichada historia. Mucho más emotiva suena la balada ‘Moonshiner’, tema también tradicional donde demuestra que su voz es extremadamente expresiva, independientemente de su cadencia nasal y algo ronca.

 

Y es que los acordes de guitarra que va soltando por el camino es lo que salva temas como ‘The Cuckoo’, demostrando que era un alumno sumamente aventajado respecto a quienes habían sido sus ídolos y referencias. En otro orden de cosas, ‘John Brown’ es una de las primeras manifestaciones antibelicistas de Dylan, con una gran fuerza lírica (“But the thing that scared me most was when my enemy came close / And I saw that his face looked just like mine” --> “Pero lo que más me asustó ocurrió cuando mi enemigo se acercó / Y vi que su rostro se veía como el mío”), aunque el acompañamiento acústico no acompaña para incrementar el alcance del mensaje. Esta canción ya la conocíamos del concierto MTV Unplugged de 1995. sin embargo, lo más potente que encontramos en este álbum llega al final con el blues de ‘West Texas’, en el cual se marca un aguerrido ritmo que hubiera agradado a un joven Jimmy Page como inspiración para sus futuros devaneos acústicos, aunque no pudiera haber llegado a escucharla. También parece contener trazas de lo que sería el armazón musical de la futura canción electrificada ‘Subterranean Homesick Blues’.

 

Para ser una de las primeras actuaciones que pueden encontrarse de Dylan, la verdad es que se escucha con agrado. Curiosamente, no se escucha nada de armónica, quién sabe el motivo, además de una sobriedad interpretativa que dota a estas canciones de cierta solemnidad más propia de un artista veterano que de un novel como Bob. Pero seguramente ése fue también uno de los factores que ayudaron a forjar los legendarios inicios de Dylan, esenciales para entender su evolución y éxito posterior.

LIVE AT CARNEGIE HALL 1963 [EP]

Año de publicación: 2005

Puntuación:

1) The Times They Are A-Changin'; 2) Ballad of Hollis Brown;

3) Boots of Spanish Leather; 4) Lay Down Your Weary Tune; 5) North Country Blues;

6) With God on Our Side.

A estas alturas de la carrera de Dylan, sorprende que se publique un simple EP dada la cantidad de material inédito que se atesora sobre él. En cualquier caso, el motivo probablemente sea que algunas de las canciones interpretadas en esta actuación del Carneggie Hall de Nueva York ya habían sido publicadas con anterioridad en algunos volúmenes de The Bootleg Series y no quisieron duplicarlos. Pero lo que está claro es que hubiera quedado mejor tener el repertorio entero tal cual sucedió, ya puestos a escuchar un concierto concreto. De hecho, existe un bootleg llamado Unravelled Tales que incluye la actuación completa repartida en dos discos.

 

Lo que encontramos aquí no va a sorprender a nadie. Cinco de las seis canciones formarían parte del que iba a ser el siguiente LP de Bob, The Times They Are A-Changin'. Están interpretadas tal cual aparecerían ahí (no se puede pedir mucho cuando los instrumentos son únicamente una guitarra acústica y una armónica), por lo que este EP está destinado a los fans más acérrimos del primer Dylan, el defensor de los derechos sociales mediante su repertorio de canción-protesta. Aquí se muestra también más amigable y confiado que en el precedente Live At The Gaslight 1962, por lo que se le puede escuchar bromear con el público y las risas de éstos. Sobra decir que a finales de octubre de 1963 la gente ya está rendida a los pies de su héroe y por ello hasta aplauden cada vez que acaba una estrofa en la plomiza ‘With God On Our Side’, puesto que su letra antibelicista repasando los conflictos bélicos que han marcado la historia de Estados Unidos bien lo merece.

 

El comentario que hacíamos en su momento de que ‘Boots Of Spanish Leather’ era una mala reescritura de ‘Girl From The North Country’, queda aquí corroborado porque la segunda no se interpretó, si nos atenemos al listado de Unravelled Tales. Como ‘Girl From The North Country’ ya había sido reciclada de alguna tonada tradicional, quizá era la manera de borrar cualquier rastro que le delatara. Lo que sí denota es el deseo se ser perfectamente comprendido, decelerando ligeramente la velocidad en algunos casos para tal fin, como puede observarse en algún momento de ‘North Country Blues’, por ejemplo.

 

La única canción que no iría incluida en The Times They Are A-Changin' es la fantástica y evocadora ‘Lay Down Your Weary Tune’ (una predecesora evidente de ‘Mr. Tambourine Man’), que ya habíamos escuchado previamente en Biograph y que aquí en directo nos vuelve a deleitar en cierta manera. Es quizá lo único positivo, pues el resto de temas puede escucharse mucho mejor en su respectivo álbum, más aún cuando este EP es una arbitraria selección que no posee ningún sentido práctico salvo hacer caja.

MODERN TIMES

Año de publicación: 2006 

Puntuación:

1) Thunder On The Mountain; 2) Spirit On The Water; 3) Rollin' And Tumblin';

4) When The Deal Goes Down; 5) Someday Baby; 6) Workingman's Blues #2;

7) Beyond the Horizon; 8) Nettie Moore; 9) The Levee's Gonna Break; 10) Ain't Talkin'.

Aunque no hubiera desistido de seguir con sus continuadas giras sin interrupción desde 1988, habían pasado cinco años desde el último disco de estudio y nadie podía imaginar qué dirección iba a tomar el genio de Minnesota. La sorpresa fue entonces que no había sorpresa, es decir, que Dylan continuaba escarbando en los estilos tradicionales de Estados Unidos, preferentemente el blues. Una ventaja que presentaba era disponer de los experimentados músicos que le acompañaban en las giras, lo cual se refleja en una compenetración musical que revierte en unas ejecuciones instrumentales impecables. La voz de Bob sigue de capa caída (estaba claro que eso era ya una consecuencia de la edad) pero vuelve a realizar unas buenas interpretaciones acordes al mensaje más o menos intencionado que se lanza en algunos temas.

 

Donde más chirría la voz cascada de Bob es en las canciones tranquilas como ‘Spirit On The Water’ o ‘Beyond The Horizon’, donde pretende sonar dulce pero únicamente puede bajar el tono de voz para conseguir un efecto apacible, pues tan pronto lo eleva se nota que ha perdido muchas habilidades en ese aspecto. Peor todavía es cuando la canción resulta ser un aburrimiento, como ocurre en la amorosa ‘When The Deal Goes Down’. Más auténtica suena ‘Nettie Moore’, verdadero lamento por un amor perdido que deja huella hasta la vejez, solo hay que fijarse en el descarnado estribillo que acaba con la frase “The world has gone black before my eyes”.

 

Como es lo habitual en este tipo de álbumes de Bob, encontramos piezas movidas que parecen casi un divertimento para los músicos, sea para recoger la poesía de Dylan (‘Thunder On The Mountain’) o simplemente para emular el estilo más canónico del blues rítmico como en ‘Rollin' And Tumblin'’ o ‘Someday Baby’, poseedora ésta de una brillante parte instrumental. Aunque no tenga nada que ver con la canción de Led Zeppelin, ‘The Levee's Gonna Break’ sí que parece recordar a ese tema en su parte vocal pero de manera más acelerada, si bien en ambos casos probablemente hayan bebido de la misma fuente oscura, pues ya sabemos de la predilección de Jimmy Page por recolectar tonadas ajenas, si bien Dylan suele escarbar un poco más en la música popular norteamericana con un afán más de descubrimiento y divulgación que de adquirir una fama a costa del trabajo de otros.

 

Podemos encontrar una joya para la posteridad, que es la final ‘Ain't Talkin'’. En ella confluyen una visión pesimista del mundo (“The whole world is filled with speculation”, “The suffering is unending”) y una inquietante instrumentación repleta de detalles donde destaca el trabajo la guitarra, que lleva principalmente el ritmo pero al mismo tiempo va dejando deliciosos punteos de vez en cuando. Solo por esta canción, una de las mejores de su última época, vale la pena escuchar este disco. Lejos de pasadas glorias pero firme y seguro en su intención y resultado.

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 8: TELL TALE SIGNS: RARE AND UNRELEASED 1989-2006

CD I: 1) Mississippi; 2) Most Of The Time; 3) Dignity; 4) Someday Baby;

5) Red River Shore; 6) Tell Ol' Bill; 7) Born In Time; 8) Can't Wait;

9) Everything Is Broken; 10) Dreamin' Of You; 11) Huck's Tune;

12) Marchin' To The City; 13) High Water (For Charley Patton).

 

CD II: 1) Mississippi; 2) 32-20 Blues; 3) Series Of Dreams; 4) God Knows;

5) Can't Escape From You; 6) Dignity; 7) Ring Them Bells; 8) Cocaine Blues;

9) Ain't Talkin'; 10) The Girl On The Greenbriar Shore; 11) Lonesome Day Blues;

12) Miss The Mississippi; 13) The Lonesome River; 14) Cross The Green Mountain.

 

CD III: 1) Duncan & Brady; 2) Cold Irons Bound; 3) Mississippi; 4) Most Of The Time;

5) Ring Them Bells; 6) Things Have Changed; 7) Red River Shore; 8) Born In Time;

9) Tryin' To Get To Heaven; 10) Marchin' To The City; 11) Can't Wait;

12) Mary And The Soldier.

Puntuación:

Año de publicación: 2008 

Esta nueva recopilación de rarezas y temas en directo no podía estar más actualizada al cubrir desde la época de grabación de Oh Mercy hasta el más reciente Modern Times. Como siempre, sorprende encontrar temas inéditos de gran nivel que, una vez pasada la etapa correspondiente por la edición de un álbum, pasaban a la historia junto a las canciones sí publicadas. Todo un ejemplo de integridad artística, pues lo que un@ puede razonar ante este comportamiento es que cuando ya no se sentía con ganas de seguir con algo, lo dejaba de lado y pasaba página para seguir con aquello que la inspiración y la apetencia le marcaran. Lo que más abunda es el material correspondiente a las sesiones de Oh Mercy y las de Out Of Mind, pues entre ambas abarcan al menos la mitad de este triple disco, aunque encontramos también demasiadas tomas alternativas de temas ya conocidos, o incluso tomas alternativas de las canciones inéditas.

 

Podemos encontrar hasta cuatro incursiones en el mundo de la cinematografía, con canciones que formaron parte de la banda sonora original de diferentes películas. De una tal Lucky you tenemos la contemplativa y demasiado calmada ‘Huck's Tune’. Mucho mejor es ‘Cross The Green Mountain’, de la película Dioses y generales de 2003, al estar interpretada en ese estilo épico característico de Dylan, muy en la onda de ‘Sad Eyed Lady Of The Lowlands’. ‘Tell Ol' Bill’ es una versión alternativa de la canción que formaría parte de la banda sonora original de la película En tierra de hombres (North country, 2005), que en un estilo próximo al jazz engancha por su dinámico ritmo y su magnífico trabajo de guitarra, acompañando la evocadora letra de regusto novecentista. Ya en directo podemos escuchar ‘Things Have Changed’ de Jóvenes maravillosos (Wonder Boys, 2000), que le serviría para ganar el premio Óscar a la mejor canción original. Aunque puede resultar algo monótono, presenta unos memorables pasajes instrumentales entre estrofas que son lo mejor de este tema.

 

De las sesiones de Oh Mercy encontramos varios temas descartados de dudosa calidad. No es que sean malos, sino que pueden escucharse con cierto agrado si exceptuamos el más flojo ‘Born In Time’ (aunque la versión del tercer disco es más aceptable por acentuar las guitarras acústicas), pero no ofrecen nada digno de ser recordado. ‘Series Of Dreams’ o ‘God Knows’ no resultarán ser precisamente unos descubrimientos inolvidables como algunas otras canciones de esta antología. ‘Dignity’ ya la conocíamos por aparecer en el MTV Unplugged, o más bien podríamos decir que ya la habíamos olvidado porque era un tema discreto. Aquí incluso aparece por partida doble, siendo la primera una floja demo con el piano.

 

De las sesiones de Time Out Of Mind, la última obra maestra de Dylan, encontramos aquí varios descartes que sorprendentemente quedaron relegados al archivo. El más destacado es ‘Dreamin' Of You’, poseedor de un ritmo que podría pasar por el de una canción de Blur de la época, pero la canción en sí es una joya perdida en la que el órgano crea un trasfondo de inquietud y la guitarra enfatiza los cambios de tono con acertados punteos. De ‘Mississippi’ encontramos hasta tres versiones diferentes que van desde la inicial únicamente acústica hasta la última y mejor, con percusión, teclado y guitarra para adornar convenientemente este tema que engancha sobre todo por el giro melódico que realiza en lo que pudiera llamarse estribillo aunque no repita la letra (“Got nothing for you, I had nothing before / Don't even have anything for myself anymore”). En cambio, ‘Marchin' To The City’ es un vulgar blues sin mayor trascendencia, que también mejora un poco en la versión alternativa del tercer disco, sobre todo porque su duración está acortada a la mitad.

 

Por otro lado, para recoger también la época en que Bob tiró de cancionero folk ajeno (los álbumes World Gone Wrong y Good As I Been To You), lo cierto es que no encontramos demasiadas versiones aquí. Todas ellas están ejecutadas de manera impecable igualmente, aunque tampoco se hubieran echado en falta. No sorprende que rescate a Robert Johnson (‘32-20 Blues’), pero sí resulta curioso que rescate un tema de inspiración country tan discreto como la contemplativa ‘Miss The Mississippi’ de Bill Halley. La que más sorprende es la tradicional ‘Duncan & Brady’, por estar interpretada en clave de rock.

 

La química especial que Dylan tiene con sus músicos de la última etapa en directo queda aquí bien documentada. La fuerza rockera que imprimen en ‘High Water (For Charley Patton)’ hace rejuvenecer a Bob veinte años. ‘Cold Irons Bound’ también retumba en sus incisivos pasajes instrumentales y los guitarrazos que se van soltando por todo el tema. Ambas son la mejor respuesta a la pregunta de por qué Dylan sigue realizando giras habiendo pasado de los setenta años.

 

La única pega que se le puede poner a esta recopilación es que tenga demasiadas tomas alternativas de piezas ya conocidas que, en algunos casos, tampoco presentan en origen nada suficientemente interesante para querer escucharlas en proceso de formación. Al menos tiene un puñado de canciones extraordinarias que mantienen el lustre de la carrera inigualable de Dylan.

TOGETHER THROUGH LIFE

Año de publicación: 2009 

Puntuación:

1) Beyond Here Lies Nothin'; 2) Life Is Hard; 3) My Wife's Home Town;

4) If You Ever Go To Houston; 5) Forgetful Heart; 6) Jolene; 7) This Dream Of You;

8) Shake Shake Mama; 9) I Feel A Change Comin' On; 10) It's All Good.

Para su nuevo disco de estudio Dylan reclutó a una serie de músicos también nuevos para él, entre los que se encontraban el guitarrista habitual de Tom Petty and The Heartbreakers (Mike Campbell) y –ay mare– David Hidalgo del grupo Los Lobos, aquéllos que se forraron a finales de los años ochenta tocando su versión de ‘La Bamba’. Sorprendentemente, Hidalgo se encarga de tocar el acordeón, que visto lo visto parece que fue un instrumento al que Bob le tomó cariño. De hecho, la música aquí es algo más calmada en general, acorde a la instrumentación empleada, aunque no faltan las piezas de blues potentes o movidas. Sin embargo, la mayor novedad no se encuentra en la música, sino en la letra. En esta ocasión se juntó con Robert Hunter, el fiel letrista de los Grateful Dead, con quien ya había compuesto alguna canción puntual en el flojo álbum Down In The Groove. La temática de las letras no cambia respecto a lo que venía haciendo el propio Dylan en sus últimos discos, pues aporta esa visión de persona longeva y sabia, algo pesimista también, sobre diferentes aspectos de la vida, haciendo énfasis en aspectos  nostálgicos o melancólicos.

 

Al principio ya nos quiere impactar con ‘Beyond Here Lies Nothin'’, la cual posee una gran fuerza y un ritmo de aires latinos, por lo que recuerda un poco al clásico de los primeros Fleetwood Mac, ‘Black Magic Woman’. Como veremos a lo largo del disco, los mejores temas son aquéllos en los que se imprime una cierta fuerza o dinamismo en la música. Así, ‘Forgetful Heart’ impone su mirada melancólica hacia un añorado pasado que quedó por el camino, empleando para ello un armazón instrumental compacto y bien potente, gracias a un gran trabajo de guitarra. Y es que la guitarra pasa más desapercibida de lo que nos habíamos acostumbrado en discos anteriores. Es por ello que se agradece su protagonismo en ‘Shake Shake Mama’, salvándola al mismo tiempo de la mediocridad.

 

En las baladas flojea bastante porque su voz ya no llega a la suavidad necesaria para acompañarlas apropiadamente, tal como ocurre en ‘Life Is Hard’, donde además la mandolina le da un aire de tuna que no ayuda mucho. Hay momentos en que incluso cae en el aburrimiento, como en ‘My Wife's Home Town’. Pero sí, en este disco suena más viejo que nunca y algunos temas deberían ser irónicos aunque no lo parezcan, puesto que en ‘I Feel A Change Comin' On’ quizá se muestra una vitalidad excesiva en la letra para una interpretación que denota lo contrario. En ‘If You Ever Go To Houston’ lo peor es sin duda tener que escuchar el cansino acordeón que sigue la misma progresión de acordes durante todo el tema, siendo tan prominente que destaca sobre todo lo demás y convierte este tema en casi una pesadilla, pues dura casi seis minutos. ‘This Dream Of You’ es tres cuartos de lo mismo, una canción para tocar si Dylan se decidiera a hacer una gira por los geriátricos de Minnesota.

 

Mediante el discreto y animado blues de ‘Jolene’, Bob intenta darle algo de entretenimiento al disco, pero tampoco consigue mucho más que proporcionar un rato agradable sin mayor pretensión. La final ‘It's All Good’ es de lo más bailable que vamos a encontrar, con una afilada guitarra que parece evocar continuamente la melodía del clásico del blues de Slim Harpo ‘I Got Love If You Want It’. Al menos este final deja un buen sabor de boca para un disco bastante flojo que le hace caer en una mediocridad que podía haber evitado de haber tenido más dedicación. La edad no perdona y aquí se hace notar en algunas canciones.

CHRISTMAS IN THE HEART

Año de publicación: 2009 

Puntuación:

1) Here Comes Santa Claus; 2) Do You Hear What I Hear?; 3) Winter Wonderland;

4) Hark The Herald Angels Sing; 5) I'll Be Home For Christmas; 6) Little Drummer Boy; 7) The Christmas Blues; 8) O' Come All Ye Faithful; 9) Have Yourself A Merry Little Christmas; 10) Must Be Santa; 11) Silver Bells; 12) The First Noel; 13) Christmas Island; 14) The Christmas Song; 15) O' Little Town Of Bethlehem.

Pues sí, si el título del álbum y la portada ya te hacen sospechar razonablemente de lo que debe de ser su contenido, echando un vistazo a los títulos de las canciones cualquier duda queda disipada por completo. Un disco de canciones navideñas no merece perder mucho tiempo en su análisis, salvo que estas canciones hayan sido interpretadas desde una perspectiva novedosa o innovadora. Pero no es éste el caso, puesto que a Dylan simplemente le apetecía grabar un disco así, quizá pensando en sus nietos. Otro asunto es lo adecuado del repertorio para un artista que había perdido muchas facultades vocales. Quizá sea eso mismo lo único novedoso: cuando un@ piensa en los villancicos, le vienen a la mente instrumentos apacibles y voces cálidas y suaves, no una voz rasposa, nasal y envejecida. Aquí es como si estuviera cantando el mismo Papá Noel, si acaso.

 

Puede que una idea tan simple le hubiera venido con la intención de aprovechar al acordeonista (Hidalgo, del grupo Los Lobos) que vulgarizaba algunos temas de Together Through Life, pues aquí lo encajó a la perfección mediante un repertorio previsible e inofensivo. De hecho, en ‘Must Be Santa’ se desmelena como si le fuera la paga en ello. En cualquier caso, la intención final del disco era recaudar fondos para organizaciones sociales, a las cuáles destinó Bob todos sus derechos de royalties. Pero aquí estamos para analizar la música, no las buenas intenciones que ya son loables por sí mismas.

 

Si el cura y el barbero que revisaron la biblioteca de Don Quijote para quemar los libros innecesarios se hubieran acercado a los estudios de grabación donde estaba Dylan, la única canción que hubieran salvado para la posteridad de la quema, sin ser tampoco para lanzar cohetes, es ‘Do You Hear What I Hear?’, principalmente por los punteos de guitarra que le dan un toque original y diferente. El resto de canciones es muy lamentable, pues hay que ser muy fan de Dylan para tener ganas de escucharlo. Por muy empalagoso que resulte Raphael cantando ‘El Tamborilero’, comparado con Dylan sabe a gloria, pues precisamente ‘Little Drummer Boy’ es de las interpretaciones más ridículas que podemos encontrar. No todo son villancicos, pues también nos cuela un aburrido blues de obvio título: ‘The Christmas Blues’. Pero nada cabe decir de esta obra que no deja de ser otra cosa que un divertimento personal y que tampoco tiene mucho sentido analizar desde una perspectiva musical.

 

Yo, personalmente, para la Navidad me dirijo hacia la música del Renacimiento, donde piezas corales antiguas y eternas como por ejemplo ‘E La Don Don’ o ‘Riu, Riu, Chiu’, de sutiles estructuras, me satisfacen tanto espiritual como intelectualmente, además de imbuirme de ese espíritu navideño reconfortante. Este álbum de Dylan lo dejaremos para los dylanistas recalcitrantes. O ni siquiera para ellos, que no hay que ser malos en Navidad. Pero bien podría plantearse la situación de que la alcaldesa Manuela Carmena lo contratara para cantar villancicos en Madrid durante la Navidad y que algún pacato/mojigato, ante esa voz ronca y cascada, se rasgara las vestiduras exclamando: “No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena”.

CD I: 1) Man On The Street (fragment); 2) Hard Times In New York Town;

3) Poor Boy Blues; 4) Ballad For A Friend; 5) Rambling, Gambling Willie; 6) Talking Bear Mountain Picnic Massacre Blues; 7) Standing On The Highway; 8) Man On The Street; 9) Blowin' In The Wind; 10) Long Ago, Far Away; 11) A Hard Rain's A-Gonna Fall;

12) Tomorrow Is A Long Time; 13) The Death Of Emmett Till; 14) Let Me Die In My Footsteps; 15) Ballad Of Hollis Brown; 16) Quit Your Low Down Ways; 17) Baby, I'm In The Mood For You; 18) Bound To Lose, Bound To Win; 19) All Over You; 20) I'd Hate To Be You On That Dreadful Day; 21) Long Time Gone; 22) Talkin' John Birch Paranoid Blues; 23) Masters Of War; 24) Oxford Town; 25) Farewell.

 

CD II: 1) Don't Think Twice, It's All Right; 2) Walkin' Down The Line; 3) I Shall Be Free;

4) Bob Dylan's Blues; 5) Bob Dylan's Dream; 6) Boots Of Spanish Leather;

7) Girl From The North Country; 8) Seven Curses; 9) Hero Blues; 10) Whatcha Gonna Do?; 11) Gypsy Lou; 12) Ain't Gonna Grieve; 13) John Brown; 14) Only A Hobo;

15) When The Ship Comes In; 16) The Times They Are A-Changin'; 17) Paths Of Victory; 18) Guess I'm Doing Fine; 19) Baby Let Me Follow You Down;

20) Mama, You Been On My Mind; 21) Mr. Tambourine Man; 22) I'll Keep It With Mine.

Puntuación:

Año de publicación: 2010 

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 9: THE WITMARK DEMOS 1962-1964

Esta nueva entrega de The Bootleg Series indaga en la fase inicial de Bob Dylan. Como reza el título, este doble álbum recoge una gran cantidad de demos que fueron creadas entre 1962 y 1964 para dos empresas musicales editoras de canciones: Witmark & Sons y Leeds Music, si bien cuatro de ellas (las resaltadas en gris) ya habían aparecido anteriormente en otros volúmenes de esta serie y una gran parte también las conocíamos por otras versiones más elaboradas, también en estas series. Dada la gran prolificidad creativa de Dylan, especialmente en los años sesenta donde era todo un torbellino de ideas, en sus inicios parecía una buena idea recibir una cantidad de dinero importante por aportar composiciones al cancionero de una empresa que luego podía ofrecerlas a artistas consagrados, popularizando al mismo tiempo las canciones de Bob. Esto explica también la gran cantidad de versiones de Dylan que se pueden escuchar desde los inicios de su carrera, puesto que su cancionero estaba a disposición de quien quisiera emplearlo.

 

¿Pero cuál es la valía musical del disco si la apartamos de su indiscutible valor histórico? Al tratarse de demos, todas estas grabaciones tienen un formato simple de acompañamiento de guitarra o de piano (y al principio no era precisamente un buen pianista, como podemos comprobar por ejemplo en las simples notas que acompañan ‘When The Ship Comes In’), con alguna parte ocasional de armónica, pues el propósito de estas demos era que fueran pulidas posteriormente para su producción final en forma de canción. Así, no se tienen en cuenta algunos tosidos sueltos, alguna que otra desafinación o algunas palabras de introducción como en la plomiza ‘Boots Of Spanish Leather’, sobre cierto problema que no acabamos de captar. Incluso la calidad del sonido no es demasiado buena a veces.

 

De las canciones inéditas tampoco es que encontremos demasiado que destacar. Encontramos temas rarísimos como ‘Hard Times In New York Town’, ‘Whatcha Gonna Do?’, ‘I'd Hate To Be You On That Dreadful Day’ o ‘Gypsy Lou’, entre otros, que ciertamente suenan bastante vulgares, lo mismo que podría interpretar por los clubs cualquier cantante folk del momento. En general, lo que escuchamos es lo que esperaríamos de cualquier músico similar del momento, si bien es cierto que en las letras Bob empezó a distinguirse pronto del resto de sus colegas. La mejor podría ser ‘Farewell’, pues tiene ese gran momento lírico donde sube el tono al cantar “So it’s fare thee well my own true love”, enfatizando la letra amorosa de este tema. Por otro lado, ‘Standing On The Highway’ no es gran cosa, pero destaca por ser una curiosa emulación del estilo de gente como John Lee Hooker.

 

Las canciones conocidas que encontramos (‘Blowin' In The Wind’, ‘A Hard Rain's A-Gonna Fall’, ‘Mr. Tambourine Man’...) no hacen olvidar las ya conocidas, puesto que los ingredientes de estos temas no permiten tampoco demasiado margen de mejora. No está mal volverlas a escuchar nuevamente y en el caso de ‘Masters Of War’ se sigue palpando toda la rabia contenida que va soltando con la letra. Así pues, únicamente la curiosidad del conocedor de la obra de Dylan puede actuar de acicate hacia la escucha de este álbum. Tampoco puede y debe decirse mucho más de unas grabaciones que nunca tuvieron la intención de ser publicadas, sino simplemente de conseguir dinero trabajando como compositor. Y en estos casos primaría más la cantidad que la calidad, obviamente.

IN CONCERT - BRANDEIS UNIVERSITY 1963

Año de publicación: 2011 

Puntuación:

1) Honey, Just Allow Me One More Chance; 2) Talkin' John Birch Paranoid Blues;

3) Ballad of Hollis Brown; 4) Masters of War; 5) Talkin' World War III Blues;

6) Bob Dylan's Dream; 7) Talking Bear Mountain Picnic Massacre Blues.

Originalmente un apéndice en forma de tercer disco del anterior The Witmark Demos, este concierto de octubre de 1963 fue publicado posteriormente como álbum independiente aunque por la fecha no anduviera desubicado en aquél. Aunque por el nombre de la universidad parece que estemos en Europa, lo cierto es que la Brandeis pertenece al estado de Massachusetts, en Estados Unidos. Comercializado como uno de esos descubrimientos que no se sabía que existían, deja documentado el repertorio político y valiente que Dylan seleccionó para una audiencia en teoría culta, crítica y analítica. Activista quizá menos, puesto que las purgas estadounidenses desde principios del siglo XX contra todo líder de masas que luchara por las mejoras sociales había sido brutal (Joe Hill, el macartismo... y no quedaba ni un mes para el asesinato del presidente Kennedy) no dejaba mucho lugar para la euforia juvenil. Fue tan casual la grabación de este concierto que el primer tema, ‘Honey, Just Allow Me One More Chance’, lo encontramos ya comenzado.

 

A estas alturas, el repertorio lo conocemos ya a la perfección, por lo que resultaría repetitivo volver a comentar cosas sobre las canciones de forma individual. Pueden señalarse factores exógenos en todo caso, como en la burla del anticomunismo paranoico que había sufrido recientemente los Estados Unidos reflejada en ‘Talkin' John Birch Paranoid Blues’, que provoca risas entre el público durante su exposición y luego un gran aplauso final. En ‘Masters Of War’ también se capta una inquina especial en la forma de cantar de Dylan, que no es para menos para este tema de mensaje antibelicista y antiautoritario tan valiente y directo. Al menos, para ser del mismo año que el anterior Live At Carnegie Hall, en este concierto se evitan los temas aburridos que formarían parte del álbum The Times They Are A-Changin', del que solo encontramos ‘Ballad Of Hollis Brown’. Y es que seis meses separaban estos dos conciertos, de mayo a octubre, lo cual significaba en los años sesenta un gran intervalo de tiempo. Así, se pueden complementar ambos conciertos en cuanto a que poseen un repertorio diferente y también en cuanto a lo prescindibles que son dentro de la discografía de Dylan.

TEMPEST

Año de publicación: 2012 

Puntuación:

1) Duquesne Whistle; 2) Soon After Midnight; 3) Narrow Way;

4) Long And Wasted Years; 5) Pay In Blood; 6) Scarlet Town; 7) Early Roman Kings;

8) Tin Angel; 9) Tempest; 10) Roll On John.

Dylan vuelve a la carga con composiciones originales pero ya con esa aura de viejo músico que canta para pasarlo bien, por lo que en general dirige su mirada hacia estilos antiguos como los que escucharía cuando era bien pequeño. Musicalmente, este álbum es mucho menos vistoso porque la guitarra pasa en general a un segundo plano, pasando incluso desapercibida en algunos temas. La atmósfera es más bien intimista, como si Bob preparara el terreno propicio para desgranar sus historias sin sobresaltos que desvíen la atención de sus invenciones líricas.

 

Casi la primera mitad del disco no predispone demasiado a pensar que será una escucha placentera. En primer lugar, ‘Duquesne Whistle’ suena igual que los viejos temas de jazz de principios del siglo XX, de lo que podríamos entender como dixieland los poco conocedores de ese estilo, ya que su ritmo es bastante dinámico. Curiosamente, está compuesta junto a Robert Hunter, letrista habitual de los Grateful Dead. Tampoco podía faltar el blues más puro y duro, en este caso reminiscente de John Lee Hooker en ‘Early Roman Kings’. La calmada ‘Soon After Midnight’ también suena bien pero es igual de discreta. Aunque las letras siguen siendo bastante elaboradas, hay momentos en los cuales la música suena repetitiva como en ‘Narrow Way’, básicamente porque dura casi ocho minutos y no varia un ápice en todo ese tiempo. Ciertamente, cuando la música es aburrida como en ‘Long And Wasted Years’, poco caso se le hace a su voz ultra-rasposa.

 

A partir de ‘Pay In Blood’ ya empieza a mejorar el asunto, no solo por su ritmo entretenido y su letra entre crítica e irónica, sino también por ese detalle magistral en cada inicio de estribillo, donde el giro melódico (“Sooner or later you make a mistake / I'll put you in a chain that you never will break”) aporta una fuerza extra para cada retorno de estrofa principal. Son esos detalles los que convierten cada obra de Dylan en un acontecimiento de interés, puesto que en general ya no podemos esperar más sorpresas de alguien tan mayor. Pero es satisfactorio comprobar cómo gente de tan provecta edad todavía facturas discos de un nivel aceptable o incluso bueno, solo hay que echarle un vistazo a los tres últimos que publicó en vida Leonard Cohen, muy buenos todos ellos.

 

El ritmo inquietante de ‘Scarlet Town’ mantiene el interés de su letra evocadora de tiempos pasados en que las circunstacias sociales eran un punto más de opresión hacia la libertad individual, además de poseer un buen solo de guitarra. De manera similar transcurre ‘Tin Angel’, en la que nos narra una historia típica de baladas trovadorescas sobre triángulos amorosos. En esta ocasión hay una doble muerte, primero el amante de la mujer mata al marido y luego la mujer mata a su amante. Quizá le faltaría algo de protagonismo a los instrumentos para añadir emociones en los momentos determinantes de la historia, tal como hicieron brillantemente los Fairport Convention en canciones de temática similar, lo que hubiera servido aquí para convertir tan elaborada historia en una de las mejores canciones del último Dylan. Las narraciones novelescas no acaban aquí, pues en ‘Tempest’ nos sorprende recreando al hundimiento del Titanic, aunque la mayor sorpresa es que lo haga en un estilo cercano al folk británico o irlandés, donde no falta algo de acordeón y violín. Casi quince minutos dura la narración sin apenas cambios en lo musical, como si ya estuviera pensando entonces que podía optar al premio Nobel de literatura. Para el final nos deja un bonito homenaje a John Lennon (‘Roll On John’), denotado no solo por su mención de Liverpool y de los Quarrymen, nombre inicial que tenían los Beatles, sino también por las referencias que deja a canciones escritas por él: “I heard the news today, oh boy”, de ‘A Day In The Life’, o “Come together right now over me” de ‘Come Together’.

 

En resumen, un disco aceptable pero obviamente lejos de la grandeza de Bob Dylan. Realmente tampoco tiene mucho sentido comparar esta última etapa de Dylan con sus mejores épocas, pues cada artista pasa por diferentes fases durante su vida y en cada una ofrece lo que en ese momento piensa que es lo adecuado o lo que simplemente le aporta la inspiración. Y cuando ya se hace mayor, es inevitable que no eche la vista atrás y haga aquello que más satisfacción le ha producido personalmente. Que nadie corra a comprar este disco, pero que nadie lo deje de escuchar al menos un par de veces, o tres, en su vida.

CD I: 1) Went To See The Gypsy; 2) Little Sadie; 3) Pretty Saro; 4) Alberta #3;

5) Spanish Is The Loving Tongue; 6) Annie's Going To Sing Her Song;

7) Time Passes Slowly #1; 8) Only A Hobo; 9) Minstrel Boy; 10) I Threw It All Away;

11) Railroad Bill; 12) Thirsty Boots; 13) This Evening So Soon; 14) These Hands;

15) In Search Of Little Sadie; 16) House Carpenter; 17) All The Tired Horses.

 

CD II: 1) If Not For You; 2) Wallflower; 3) Wigwam; 4) Days Of '49;

5) Working On A Guru; 6) Country Pie; 7) I'll Be Your Baby Tonight;

8) Highway 61 Revisited; 9) Copper Kettle; 10) Bring Me A Little Water;

11) Sign On The Window; 12) Tattle O'Day; 13) If Dogs Run Free; 14) New Morning; 1

5) Went To See The Gypsy; 16) Belle Isle; 17) Time Passes Slowly #2;

18) When I Paint My Masterpiece.

Puntuación:

Año de publicación: 2013 

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 10: ANOTHER SELF PORTRAIT (1969-1971)

De ese período entre 1969 y 1971 salieron tres obras de la mente de Dylan que en su tiempo fueron infravaloradas: Nashville Skyline, Self Portrait y New Morning, especialmente la segunda de ellas al ser interpretada erróneamente como un “fuck off” hacia sus seguidores. El cambio estilístico fue obviamente radical, aunque ya había sido iniciado con el magnífico LP John Wesley Harding, pero el talento y la genialidad seguían ahí y esta recopilación de rarezas, demos y tomas alternativas es una demostración más de la grandeza de Dylan. Es impresionante comprobar las diferencias que existen en algunos casos entre las tomas alternativas y las finales que se llegaron a publicar, cómo pueden idearse tan geniales variaciones.

 

Un pequeño detalle que confirma el buen estado de forma creativo en que se encontraba Dylan en esa época es que las dos únicas canciones que podríamos catalogar como flojas, entre los dos discos que comprende esta rcopilación, no fueron composiciones propias: ‘These Hands’ y ‘Bring Me A Little Water’. Otras versiones como ‘Annie's Going To Sing Her Song’ o ‘Thirsty Boots’ tampoco es que llamen la atención, aunque al menos suenan bien. Pero no va a ser todo discreción, puesto que encontramos como novedades otras canciones tradicionales interpretadas con gusto, como ‘Pretty Saro’ (con la voz suave de la época del Nashville Skyline), ‘Tattle O'Day’ o ‘This Evening So Soon’, esta última en el estilo de guitarra acústica y armónica más enlazado con la época pre-eléctrica.

 

Se incluyen dos canciones rescatadas del mítico concierto en el Festival de la Isla de Wight en 1969, acompañado por The Band, donde volvía a los escenarios tras su accidente de moto de 1966. Las crónicas señalan que no fue una actuación satisfactoria respecto a las altas expectativas que se tenían, aunque el entusiasmo de volver a verle parece que pudo más. En cualquier caso, tanto ‘I'll Be Your Baby Tonight’ como ‘Highway 61 Revisited’ dejan más bien indiferente. No se refleja la presencia de tantos grandes músicos en el escenario. Y ya que hemos nombrado a The Band, señalaremos como curiosidad el tema escrito por Dylan ‘When I Paint My Masterpiece’, que sería publicado oficialmente por The Band en su disco Cahoots de 1971, aquí en versión demo que ya denotaba algo de su potencial. Siguiendo con las composiciones originales inéditas, de ‘Working On A Guru’ se puede decir que es un simple blues-rock sin mayor relevancia y la olvidable ‘Wallflower’ ya la conocíamos pero por aparecer en el triple volumen inicial de las Bootleg Series, si bien aquí escuchamos una versión alternativa. Su título probablemente le dio nombre a la banda de su hijo Jakob, The Wallflowers, de efímero éxito a finales de los noventa.

 

Sobre las versiones alternativas de temas ya conocidos, es todo un placer poder escucharlos porque suenan al mismo tiempo familiares pero diferentes. Por ejemplo, la primera versión acústica de ‘Went To See The Gypsy’ le da un carácter diferente y deja al mismo tiempo una buena impresión de lo que vamos a encontrar. La segunda es más pausada y contemplativa, pero no pierde nada de su fuerza y simplemente nos hace escucharla desde otra perspectiva. La versión acústica de ‘Days Of '49’ no puede aspirar a llegar al poderío de la que sería la definitiva, pero sigue teniendo su fuerza por esa parte vocal de Dylan mostrando rabia contenida.

 

De lo mejor de esta recopilación son las dos versiones de ‘Time Passes Slowly’, ambas en un estilo de rock de medio tempo, y la segunda con una introducción de percusión espectacular y luego un acertado empleo del órgano. Esta segunda versión parece anteceder grandísimos temas posteriores como ‘Isis’. Atrás no se queda la versión orquestada de la emotiva ‘Sign On The Window’, donde paradójicamente el piano parece brillar más todavía que en la versión final. Sin ser brillante ni mucho menos, ‘If Dogs Run Free’ queda mucho mejor en la versión placentera que encontramos aquí, antes que en el despropósito de scat-jazz en que se convertiría finalmente. Análogamente, en su versión minimalista de piano ‘Spanish Is The Loving Tongue’ suena al menos aceptable, no como el bodrío que nos soltaron en el recopilatorio Dylan, publicado sin permiso de su autor en 1973. En el polo opuesto se situaría ‘If Not For You’, pues adornada con un violín no deja muy buena sensación porque la vuelve empalagosa.

 

Tampoco es necesario seguir enumerando canciones porque es un placer poder escuchar la mayoría de ellas. Después de la últimas recopilaciones de archivos que no aportaban apenas nada más que el interés histórico dentro de la creación cronológica de Bob, aquí podemos decir con satisfacción que han conseguido completar un doble disco recomendable y que, incluso para aquéllos que no hayan escuchado los álbumes de la época, supondrá una emocionante experiencia. ¿De dónde sacaba este hombre tal cantidad de melodías e ideas? Se entiende con lógica la admiración que le profesan tantos grandes músicos que han tocado con él.

 

PD: En la edición Deluxe puede encontrarse otro disco adicional con el concierto que realizó acompañado de The Band en el Festival de la Isla de Wight de 1969, su esperado retorno a los escenarios tras el grave accidente de motocicleta que le apartó del mundo musical. Su valor es más histórico que musical, puesto que las interpretaciones son en general calmadas, tranquilas y con poco entusiasmo, como si una cierta inseguridad envolviera a Dylan. Ni siquiera en una pieza humorística como ‘Rainy Day Women #12 & #35’ denotan que lo estén pasando bien. Se limita a cumplir el expediente y no aporta nada, aunque el repertorio esté bien elegido. La interpretación de ‘Lay Lady Lay’ está muy bien, aunque en el polo opuesto nos tenemos que tragar una aletargadora ‘I Pity The Poor Immigrant’. Este concierto sí que es para los más fans de Dylan.

CD I: 1) Edge Of The Ocean; 2) My Bucket's Got A Hole In It; 3) Roll On Train; 4) Mr. Blue; 5) Belshazzar; 6) I Forgot To Remember To Forget; 7) You Win Again; 8) Still In Town; 9) Waltzing With Sin; 10) Big River (take 1); 11) Big River (take 2);

12) Folsom Prison Blues; 13) Bells Of Rhymney; 14) Spanish Is The Loving Tongue;

15) Under Control; 16) Ol' Roison The Beau; 17) I'm Guilty Of Loving You;

18) Cool Water; 19) The Auld Triangle; 20) Po' Lazarus; 21) I'm A Fool For You (take 1); 22) I'm A Fool For You (take 2).

 

CD II: 1) Johnny Todd; 2) Tupelo; 3) Kickin' My Dog Around; 4) See You Later Allen Ginsberg (take 1); 5) See You Later Allen Ginsberg (take 2); 6) Tiny Montgomery; 7) Big Dog; 8) I'm Your Teenage Prayer; 9) Four Strong Winds; 10) The French Girl (take 1); 11) The French Girl (take 2); 12) Joshua Gone Barbados; 13) I'm In The Mood;

14) Baby Ain't That Fine; 15) Rock, Salt And Nails; 16) A Fool Such As I; 17) Song For Canada; 18) People Get Ready; 19) I Don't Hurt Anymore; 20) Be Careful of Stones That You Throw; 21) One Man's Loss; 22) Lock Your Door; 23) Baby, Won't You Be My Baby; 24) Try Me Little Girl; 25) I Can't Make It Alone; 26) Don't You Try Me Now.

 

CD III: 1) Young But Daily Growing; 2) Bonnie Ship The Diamond; 3) The Hills Of Mexico; 4) Down On Me; 5) One For The Road; 6) I'm Alright; 7) Million Dollar Bash (take 1);

8) Million Dollar Bash (take 2); 9) Yea! Heavy And A Bottle Of Bread (take 1);

10) Yea! Heavy And A Bottle Of Bread (take 2); 11) I'm Not There; 12) Please Mrs. Henry; 13) Crash On The Levee (Down in the Flood) (take 1); 14) Crash On The Levee (Down in the Flood) (take 2); 15) Lo And Behold! (take 1); 16) Lo And Behold! (take 2); 17) You Ain't Goin' Nowhere (take 1); 18) You Ain't Goin' Nowhere (take 2);

19) I Shall Be Released (take 1); 20) I Shall Be Released (take 2); 21) This Wheel's on Fire; 22) Too Much Of Nothing (take 1); 23) Too Much Of Nothing (take 2).

 

CD IV: 1) Tears Of Rage (take 1); 2) Tears Of Rage (take 2); 3) Tears Of Rage (take 3);

4) Quinn The Eskimo (take 1); 5) Quinn The Eskimo (take 2); 6) Open The Door Homer (take 1); 7) Open The Door Homer (take 2); 8) Open The Door Homer (take 3);

9) Nothing Was Delivered (take 1); 10) Nothing Was Delivered (take 2);

11) Nothing Was Delivered (take 3); 12) All American Boy; 13) Sign On The Cross;

14) Odds And Ends (take 1); 15) Odds And Ends (take 2); 16) Get Your Rocks Off;

17) Clothes Line Saga (Answer To Ode); 18) Apple Suckling Tree (take 1);

19) Apple Suckling Tree (take 2); 20) Don't Ya Tell Henry; 21) Bourbon Street.

 

CD V: 1) Blowin' In the Wind; 2) One Too Many Mornings; 3) A Satisfied Man;

4) It Ain't Me, Babe; 5) Ain't No More Cane (take 1); 6) Ain't No More Cane (take 2);

7) My Woman She's A-Leavin'; 8) Santa-Fe; 9) Mary Lou, I Love You Too;

10) Dress It Up, Better Have It All; 11) Minstrel Boy; 12) Silent Weekend; 13) What's It Gonna Be When It Comes Up; 14) 900 Miles from My Home; 15) Wildwood Flower;

16) One Kind Flower; 17) She'll Be Coming 'Round the Mountain; 18) It's The Flight Of The Bumblebee; 19) Wild Wolf; 20) Goin' To Acapulco; 21) Gonna Get You Now;

22) If I Were A Carpenter; 23) Confidential; 24) All You Have To Do Is Dream (take 1); 25) All You Have To Do Is Dream (take 2).

 

CD VI: 1) 2 Dollars And 99 Cents; 2) Jelly Bean; 3) Any Time; 4) Down By The Station;

5) Hallelujah, I've Just Been Moved; 6) That's The Breaks; 7) Pretty Mary;

8) Will The Circle Be Unbroken?; 9) King Of France; 10) She's On My Mind Again;

11) Goin' Down The Road Feeling Bad; 12) On a Rainy Afternoon;

13) I Can't Come In With A Broken Heart; 14) Next Time On The Highway;

15) Northern Claim; 16) Love Is Only Mine; 17) Silhouettes; 18) Bring It On Home;

19) Come All Ye Fair And Tender Ladies; 20) The Spanish Song (take 1);

21) The Spanish Song (take 2); 22) 900 Miles From My Home/Confidential.

Puntuación:

Año de publicación: 2014 

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 11: THE BASEMENT TAPES COMPLETE

Ufffff (se puede colocar un silbido en su lugar)... en esta ocasión hay que tomar aire y coger fuerzas porque ya no se han molestado en realizar una criba y mostrarnos lo que podía ser más interesante, sino que supuestamente se han incluido todas las grabaciones realizadas por Bob Dylan junto a The Band en la casa rural llamada Big Pink, durante varios meses de 1967 y mientras Bob se recuperaba del grave accidente de motocicleta que sufriera en el verano de 1966. Bueno, en realidad sí que se publicó, al mismo tiempo que ésta, otra edición de dos discos en los que se recogía una selección de lo supuestamente mejor; pero en esta página web vamos a lo grande, así que intentaremos dar algunas pinceladas de todo ello, parafraseando el título de ‘When I Paint My Masterpiece’.

 

Que nadie espere grandes revelaciones, que no obstante haberlas haylas, porque simplemente se trata de una extensión de aquello que se publicara en 1975 bajo el nombre de The Basement Tapes: una mezcla heterogénea de canciones tradicionales, versiones y composiciones originales de Dylan, todo ello bajo un enfoque rústico y básico que impregna todo el conjunto. La cantidad de ideas que se habían acumulado durante aproximadamente un año de inactividad aquí se muestran en forma de aciertos y desaciertos, además de demostrarnos el carácter distendido de muchos momentos en que unos amigos se dedican a tocar piezas ajenas de predilección mutua. Que nadie se deje llevar por la prensa musical que en general alabó esta edición como una genialidad exquisita de Dylan. Como cantaba el otro gran Bob, Bob Marley, “don't let them fool you”. Hay demasiados bocetos y demasiados desvaríos entre amigos como para considerar esto como una gran obra. Además, hay bastantes momentos en que la calidad del sonido es bastante mala, lo que impide disfrutar de canciones aparentemente geniales como ‘I Can't Come In With A Broken Heart’. Aunque también podemos comprobar que en algunas ocasiones acertaron, puesto que la mejor toma de ‘Open The Door Homer’ es la primera, justo la que se publicó en 1975.

 

Resulta curioso encontrar canciones en las que nos indican que les fueron añadidas nuevas pistas en la versión editada en el original The Basement Tapes. En principio son solo estas cinco: ‘Tiny Montgomery’, ‘This Wheel's on Fire’ (sorpresón), la segunda toma de ‘You Ain't Goin' Nowhere’, la tercera toma de ‘Tears of Rage’ y ‘Goin' to Acapulco’. Ya es cuestión de que los más eruditos en la obra de Dylan se dediquen a encontrar esos detalles adicionales de diferencia. También se incluyen bastantes temas de los que acabaron formando parte de aquel álbum, lo cual no se acaba de entender bien del todo puesto que deberían haber incluido o todos, para darle coherencia a la coletilla de Complete que viene en el título, o ninguno porque ya pueden encontrarse en el Basement Tapes original. De ‘You Ain't Goin' Nowhere’ puede destacarse la acusada diferencia entre la primera y la segunda toma, toda una demostración de cómo evolucionar de lo bueno a lo excelente.

 

‘I'm Not There’ había sido incluida en la banda sonora original de la gran película sobre Dylan de mismo nombre de Todd Haynes, estrenada en 2007. Dicha banda sonora era en realidad un disco tributo de otros artistas interpretando el repertorio dylaniano y la única pieza original de Bob era justo esta memorable canción que había quedado en el olvido y que melódicamente es de lo mejor que grabó en Big Pink. Para cualquier admirador de la obra de Dylan, resulta de una emoción indescriptible el poder descubrir todavía joyas como ésta.

 

Con tal ingente cantidad de canciones, es normal que nos hayamos de encontrar algunas impropias de los grandes músicos que se encontraban reunidos. Curiosamente, una de las peores es la más larga de los seis discos, ‘Sign On The Cross’, la cual durante más de siete minutos no ofrece una sola melodía y además Bob desafina bastante en la entonación, algo que no puede salvar ni el órgano errante de Hudson. Tampoco resulta agradable escuchar momentos de chanza de los músicos como ‘Bourbon Street’, ‘The Spanish Song’ (que esperemos que sea una broma de verdad) o ‘See You Later Allen Ginsberg’, aunque esta última aparezca brevemente. De todas maneras, tampoco puede considerarse eso como un defecto, puesto que es algo inherente a las circunstancias que rodean estas grabaciones rurales. Precisamente un carácter más rústico que ‘Edge Of The Ocean’ no se puede tener, puesto que parece que estemos escuchando trabajar a un carpintero de fondo mientras martillea algo, al mismo tiempo que la canción. De haber querido realizar una grabación de verdad, seguro que hubieran mejorado cosas, pues por ejemplo la segunda toma de ‘I'm A Fool For You’ o la de ‘Wild Wolf’ demuestran que podrían haber sido grandes canciones de haber continuado puliéndolas algo más.

 

También podemos encontrar cosas curiosas, como que el ritmo de la toma de ‘This Wheel's On Fire’ recuerda mucho al de ‘Ballad Of A Thin Man’. O que la tradicional ‘Hallelujah, I've Just Been Moved’ parece haber sido la inspiración principal para el estribillo de ‘A Hard Rain's A-Gonna Fall’. También es una pena que la tercera toma de ‘Nothing Was Delivered’, más animada y rítmica, solo dure treinta segundos. Así pues, ¿qué valoración puede darse a algo que realmente no es una obra en sí, sino un archivo de grabaciones que en origen no iban a ser publicadas? Como de alguna manera hay que catalogarlo y además no deja de ser The Basement Tapes multiplicado por seis, la puntuación debe ser la misma puesto que hay aciertos y desaciertos a partes iguales, además de que la intención de estas grabaciones no era ver la luz, por lo que las canciones no están suficientemente elaboradas. Pero ciertamente vale la pena escuchar las joyas señaladas, puesto que estamos ante Dylan en estado puro y en su mejor vertiente, además de la inmejorable compañía de The Band.

1) I'm A Fool To Want You; 2) The Night We Called It A Day; 3) Stay With Me;

4) Autumn Leaves; 5) Why Try To Change Me Now; 6) Some Enchanted Evening;

7) Full Moon And Empty Arms; 8) Where Are You?; 9) What'll I Do;

10) That Lucky Old Sun.

Puntuación:

Año de publicación: 2015 

SHADOWS IN THE NIGHT

“Hola, me llamo Bob Dylan y a estas alturas de la vida hago lo que me sale del pepxxx”. Esa podría ser la frase de presentación de este nuevo disco conformado exclusivamente por canciones popularizadas por Frank Sinatra en los años cincuenta y principios de los sesenta. No es que sea precisamente una sorpresa que Dylan realice giros inesperados en su trayectoria musical, pero lo último que hubiéramos pensado de un artista con voz tan cascada es que se lanzara a la arena como un crooner, y además para repasar el cancionero de Sinatra, el crooner por antonomasia.

 

Pero para mayor sorpresa del personal, la voz de Dylan suena cálida y apacible (salvo en ‘Where Are You?’, que le sale algo de ronquido y por ello queda entre lo más flojo), demostrando que se trataba de una obra realizada con seriedad, como siempre había sido, y con intención de hacer algo diferente y acorde a las pretensiones del artista. La música de acompañamiento es tranquila y bien ejecutada por diversos músicos, sobre todo de viento y con un protagonismo evidente del pedal steel guitar, a veces de manera muy clara como por ejemplo en ‘Stay With Me’ o ‘Full Moon And Empty Arms’. Precisamente ‘Stay With Me’ sería una de las pocas canciones a destacar que podría recomendarse escuchar, junto a la final ‘That Lucky Old Sun’, siendo ésta la mejor interpretación vocal del álbum pues incluso logra emocionar en su gran estribillo, donde la voz transmite la extraña sensación de que estamos escuchando a alguien que ha acumulado suficiente sabiduría en su vida para hablar directamente a Dios (“Good Lord up above”). Y realmente, tras escuchar esta versión, se hace difícil imaginarse a Sinatra transmitiendo ese tipo de sinceridad.

 

Siguiendo con las sorpresas, la mayor de todas ellas fue que este disco llegó al número uno de ventas en diferentes países, entre ellos el Reino Unido. Resulta excesivo tal premio, pero ciertamente las interpretaciones suenan bien porque Dylan no intenta imitar a Sinatra, sino que realiza el mismo enfoque que cuando por ejemplo interpreta canciones antiguas de blues: recoge unas composiciones ajenas, las estudia y las ejecuta a su manera, respecto a lo que la propia composición en sí le transmite a él y de la manera que mejor puede encajar según su criterio. El sonido es obviamente monótono y nadie va a descubrir nada nuevo, por lo que resulta curioso pensar qué factor o factores fueron los que promovieron en mucha gente la adquisición de este álbum. Poco más podemos añadir sobre un disco que no deja de ser un divertimento de su autor y una nueva faceta para adjuntar a sus múltiples vertientes musicales.

Puntuación:

Año de publicación: 2015 

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 12: THE CUTTING EDGE (1965-1966)

¿¿¿Estamos locos o qué???

Por razones obvias, en esta ocasión no se ha incluido el listado de canciones que conforman esta mega-recopilación de dieciocho discos que salió publicada también en formato reducido de doble disco y en caja de seis. De hecho, a fecha de abril de 2016 todavía no aparece incluido ni siquiera en la página web oficial. Tal como puede inferirse del título, se recoge la etapa más interesante de toda la carrera de Dylan (que ya es decir), en la que se grabaron tres de sus mejores álbumes y también de toda la historia del rock: Bring It All Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde On Blonde. La motivación para publicar todo este material es básicamente comercial: de no publicarse, transcurridos cincuenta años hubieran pasado a ser de dominio público y la discográfica no hubiera podido sacar ningún provecho económico. Así pues, hay que estar mentalizado para escuchar aquí diez tomas seguidas (a veces más) de una misma canción, de hecho uno de los discos está dedicado íntegramente a ‘Like A Rolling Stone’. Tratándose de Bob Dylan, cuando menos la curiosidad sirve de catalizador para asimilar este documento histórico sobre la parte final del proceso creativo de un artista musical.

 

En cualquier caso, esta música no es la sofisticada y colorida de los Beatles, por lo que los avances entre toma y toma no son tan evidentes y en algunos casos casi imperceptibles. Por ejemplo, en ‘Desolation Row’ encontramos una toma acompañada con percusión, alternativa bien obvia. En cambio, ‘Fourth Time Around’ es exactamente igual desde la primera hasta la última toma, pero como suena (casi) perfecta no resulta ningún problema reescucharla varias veces, aunque una de las tomas sea interrumpida por el supuesto horrible sonido del bajo. En otros casos vale la pena paladear las diferencias, puesto que ‘It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry’ presentaba en origen un hipnótico ritmo acelerado antes de su conversión a un blues pausado y aburrido. O verificar cómo se decidió acelerar el ritmo de ‘Just Like A Woman’ para volver a decelerarlo después, tal como quedó en Blonde On Blonde. ‘On The Road Again’ también sufrió esa metamorfosis inversa, puesto que suena más original el ritmo atascado de las primeras tomas que la forma más convencional que adoptó finalmente. De la citada ‘Like A Rolling Stone’ descubrimos que la toma elegida fue la cuarta, desglosándola después en las diferentes pistas que la forman, movimiento innecesario pero que les sirve para rellenar hueco. Tal dudoso honor se vuelve a repetir para ‘One Of Us Must Now’.

 

Sorprende escuchar tomas aceleradas de ‘Visions Of Johanna’, nada que ver con la calmada versión final. No está mal esa quinta toma de la grabación, mucho mejor que la número ocho que formaría parte de No Direction Home, siendo lo peor de aquella compilación. Las tomas iniciales de ‘Mr. Tambourine Man’ con percusión ya dejan claro que Bob también percibió la musicalidad que presentaba este tema que finalmente se ofrecería en formato acústico, despojado de todo elemento añadido. Hasta que llegaron The Byrds y demostraron a Dylan las posibilidades amplias de sus composiciones. También resulta curioso comprobar cómo la primera toma de ‘She's Your Lover Now’ es la mejor de todas, antes de sufrir un lento pero gradual cambio hasta transformarse en el clon de ‘One Of Us Must Know’, tal como pudimos comprobar en el segundo volumen de The Bootleg Series. De ‘I'll Keep It With Mine’ nos quedaríamos también con la cuarta toma instrumental por encima de las otras, al sonar con más variaciones.

 

Canciones inéditas realmente encontramos bien pocas, puesto que las que no acabaron en los correspondientes álbumes de la época pueden ser encontradas en los recopilatorios de rarezas que han ido apareciendo hasta la fecha. Eso sí, el ritmo inicial que tenía ‘I Wanna Be Your Lover’ en las primeras tomas suena mucho mejor, más potente y aguerrido, que la toma final que podíamos escuchar en Biograph, ya que a partir de la tercera toma se asemeja demasiado a ‘Tombstone Blues’. ‘Medicine Sunday’ probablemente fue desechada por sonar similar a ‘Queen Jane Approximately’. De manera análoga, ‘You Don't Have To Do That’ pudo ser descartada por tener ecos claros de ‘If You Gotta Go, Go Now’. Por otro lado, ‘California’ es un vulgar blues y en el disco noveno vemos un tema etiquetado como ‘Instrumental’ que suena agradable y por momentos recuerda a ‘Like A Rolling Stone’. La breve ‘Lunatic Princess’ apuntaba maneras por su ritmo ágil, pero se quedó en la primera toma que podemos escuchar.

 

Para los sesudos investigadores de la obra de Dylan, lo más significativo llega en el último de los discos, pues se trata de demos grabadas en hoteles. Las primeras ocho, ninguna de ellas compuesta por Bob, corresponden a su estancia en el hotel Savoy de Londres, en 1965, que es justo la época del primer viaje y gira de Dylan por el Reino Unido que acabó documentado en la película Dont Look Back (sic). Es  por ello que se puede escuchar a Joan Baez acompañándole en las voces aunque no presenta ningún interés nada de ello. Algo más interesantes resultan las siguientes al ser composiciones originales e inéditas, en primer lugar las grabadas en un hotel de Glasgow en mayo de 1966, de las cuales las dos primeras son sendas tomas de ‘I Can't Leave Her Behind’, en las que se van apuntando maneras hacia una composición introspectiva, aunque en la parte final vemos que muta en una especie de clon de ‘Like A Rolling Stone’. De manera análoga, ‘On A Rainy Afternoon’ tiene ecos musicales de ‘Just Like A Woman’. En cambio, ‘If I Was A King’ y ‘What Kind Of Friend Is This’ son las que quizá podrían haber evolucionado en algo productivo, pero ahí se quedaron como demos. Las que peor calidad de sonido tienen son las seis últimas, grabadas en un hotel de Denver, donde incluso encontramos interpretaciones primerizas de ‘Just Like A Woman’ y ‘Sad-Eyed Lady Of The Lowlands’ con Bob y su guitarra como únicos ingredientes, más la aparición de interrupciones que convierten estas demos en pérdidas de tiempo. Encontramos también el intento de grabar la demo de una historia interesante (‘Positively Van Gogh’), de las que parecen autobiográficas, pero que al final no cuajó musicalmente.

 

En cualquier caso, esta caja de dieciocho discos es toda una locura, destinada a los más fanáticos de la obra de Dylan o a los más investigadores. El resto podría en todo caso escuchar la edición reducida a doble CD, aunque tampoco sacaría demasiado en claro respecto a su utilidad. Así que mejor que no salga de esta web el hecho de haberlo escuchado todo con detenimiento, ya que es indicio unívoco para mi ingreso inmediato en una institución de salud mental. Como paciente, claro. Y en una habitación acolchada preferencial.

FALLEN ANGELS

Año de publicación: 2016 

Puntuación:

1) Young At Heart; 2) Maybe You'll Be There; 3) Polka Dots And Moonbeams;

4) All The Way; 5) Skylark; 6) Nevertheless; 7) All Or Nothing At All;

8) On A Little Street In Singapore; 9) It Had To Be You; 10) Melancholy Mood;

11) That Old Black Magic; 12) Come Rain Or Come Shine.

Tan solo un año había transcurrido desde el anterior disco nuevo de estudio y el motivo es tan simple como que Bob había seguido haciendo lo mismo desde entonces. Otra nueva tanda de canciones con setenta u ochenta años de antigüedad que en algún momento fueron interpretadas por Frank Sinatra (con la excepción de ‘Skylark’) y que aquí vuelven a actualizarse en forma de voz vieja y rasposa, nada que ver con los melodiosos timbres vocales de antaño. Por otro lado, lo que en Shadows In The Night era una formación extensa con gran cantidad de músicos, aquí se reduce drásticamente al eliminar todos los instrumentos de viento. Lo que queda aquí son guitarras (incluida la slide, que en muchos momentos proporciona un toque de calidad necesario), bajo y batería, pero tocado de manera calmada y en un estilo cercano al jazz.

 

Ciertamente se echan en falta los instrumentos de viento, pero aun así el resto de músicos realiza unas ejecuciones impecables que, acompañadas de la voz cascada pero tan expresiva como siempre de Dylan, consiguen un recrear un ambiente relajado y propicio para que vayamos escuchando tema tras tema sin sobresaltarnos pero también sin decepcionarnos. No vale la pena comentar canción a canción porque todas ellas siguen un mismo patrón que nada tiene que ver con el rock. Eso sí, ‘Skylark’, ‘Melancholy Mood’ y ‘On A Little Street In Singapore’ son muy reconocibles en sus melodías de guitarra, aun para los no versados en este estilo. ‘On A Little Street In Singapore’ es probablemente la mejor de todas al crear un ambiente exótico con su instrumentación, transportándonos realmente a esas calles de Singapur de los años treinta del siglo XX. En definitiva, este disco es una nueva aportación de Dylan al cancionero popular estadounidense desde una perspectiva más o menos diferente, una honesta manera de seguir con su carrera artística haciendo lo que le pide el cuerpo.

CD I: 1) I Guess I'll Have to Change My Plans; 2) September Of My Years;

3) I Could Have Told You; 4) Once Upon A Time; 5) Stormy Weather;

6) This Nearly Was Mine; 7) That Old Feeling; 8) It Gets Lonely Early;

9) My One And Only Love; 10) Trade Winds.

 

CD II: 1) Braggin'; 2) As Time Goes By; 3) Imagination; 4) How Deep Is The Ocean;

5) P.S. I Love You; 6) The Best Is Yet To Come; 7) But Beautiful;

8) Here's That Rainy Day; 9) Where Is The One; 10) There's A Flaw In My Flue.

 

CD III: 1) Day In, Day Out; 2) I Couldn't Sleep A Wink Last Night; 3) Sentimental Journey; 4) Somewhere Along The Way; 5) When The World Was Young;

6) These Foolish Things; 7) You Go To My Head; 8) Stardust;

9) It's Funny To Everyone But Me; 10) Why Was I Born.

Puntuación:

Año de publicación: 2017 

TRIPLICATE

“Me remito a lo dicho por…”. Mediante esta frase tan utilizada por los políticos para no meter la pata al hablar sobre algún asunto en el que deben seguir la versión oficial de su partido, podríamos resumir este nuevo álbum, ya que nos podemos remitir a lo ya escrito con anterioridad. Estamos ante un triple álbum, recalcado por su título, que sigue en la misma línea iniciada en Shadows In The Night y continuada en Fallen Angels. Que sea un triple CD es por voluntad de Dylan, puesto que la duración total no llega a los cien minutos y todo hubiera cabido perfectamente en dos CD’s. Quizá era una manera de dosificar el contenido, como advirtiéndonos de que una media hora de canción ligera diaria es suficiente para el cuerpo. Y la verdad que no es mala idea.

 

Acercándose ya a los ochenta años de edad, Dylan disfruta revisando el cancionero antiguo estadounidense, la música que escucharía cuando era un niño. De ahí que resulte curiosa la inclusión de ‘Sentimental Journey’, la cual puede sonarle familiar a algún beatlemano porque otra versión de ella formó parte del lamentable debut discográfico de Ringo Starr en solitario tras la disolución de The Beatles, además de darle título a ese álbum. Precisamente Sentimental Journey era otro disco de versiones de canciones antiguas que fue publicitado en su momento por Ringo como la música que escuchaba en casa con su familia, durante su infancia. Pero donde Ringo fracasaba estrepitosamente al limitarse a poner la voz sobre unos arreglos orquestales, Dylan sale vencedor porque antes de interpretarlas realiza un análisis profundo de cada una de ellas para darles la forma que él cree más conveniente y adaptarlas a los músicos de los que dispone.

 

Así pues, nos podemos crear las expectativas acordes a lo que ya sabíamos de los discos anteriores: unas canciones más agradables, otras más aburridas, pero todas interpretadas con cuidado y gusto, salvo algún momento puntual en que su voz nasal y cascada le juega una mala pasada (‘September Of My Years’, ‘When The World Was Young’) por querer transmitir una delicadeza a la que no puede llegar si no es a su propia manera. Eso sí, de vez en cuando podemos escuchar algún fantástico solo de guitarra de sabor añejo (‘Braggin'’) o una gran guitarra slide (‘You Go To My Head’), pero muy de vez en cuando, por desgracia. Y para los cinéfilos tenemos ‘As Time Goes By’, aunque en este caso nadie le dirá “Tócala otra vez, Bob”.

 

Así pues, ¿qué nos deparará la obra de Dylan en el futuro próximo? El sentido común nos dice que seguirá exprimiendo el cancionero antiguo, de acuerdo a la edad de este caballero. Pero un vistazo a su espíritu artístico nos hace pensar en la posibilidad de otro giro imprevisible. Es evidente que ya no podemos esperar nada transgresor ni que se lance a dejarse la voz en un álbum más rockero (eso ya es fisiológicamente imposible), pero seguiremos a la espera de cualquier sorpresa. Por suerte, sabemos que lo próximo no serán villancicos.

CD I: 1) Slow Train; 2) Gotta Serve Somebody; 3) I Believe In You;

4) When You Gonna Wake Up; 5) When He Returns;

6) Man Gave Names To All The Animals; 7) Precious Angel; 8) Covenant Woman;

9) Gonna Change My Way Of Thinking; 10) Do Right To Me Baby (Do Unto Others);

11) Solid Rock; 12) What Can I Do For You?; 13) Saved; 14) In The Garden.

 

CD II: 1) Slow Train; 2) Ain't Gonna Go To Hell For Anybody; 3) Gotta Serve Somebody; 4) Ain't No Man Righteous, No Not One; 5) Saving Grace; 6) Blessed Is The Name;

7) Solid Rock; 8) Are You Ready; 9) Pressing On; 10) Shot Of Love; 11) Dead Man, Dead Man; 12) Watered-Down Love; 13) In The Summertime; 14) The Groom's Still Waiting At The Altar; 15) Caribbean Wind; 16) Every Grain Of Sand.

 

CD III: 1) Slow Train; 2) Do Right To Me Baby (Do Unto Others); 3) Help Me Understand; 4) Gonna Change My Way Of Thinking; 5) Gotta Serve Somebody; 6) When He Returns; 7) Ain't No Man Righteous, No Not One; 8) Trouble In Mind; 9) Ye Shall Be Changed;

10) Covenant Woman; 11) Stand By Faith; 12) I Will Love Him; 13) Jesus Is The One;

14) City Of Gold; 15) Thief On The Cross; 16) Pressing On.

 

CD IV: 1) Slow Train; 2) Gotta Serve Somebody; 3) Making A Liar Out Of Me; 4) Yonder Comes Sin; 5) Radio Spot for January 1980, Portland, OR show; 6) Cover Down, Pray Through; 7) Rise Again; 8) Ain't Gonna Go To Hell For Anybody; 9) The Groom's Still Waiting At The Altar; 10) Caribbean Wind; 11) You Changed My Life; 12) Shot Of Love; 13) Watered-Down Love; 14) Dead Man, Dead Man; 15) Every Grain Of Sand.

 

CD V: 1) Gotta Serve Somebody; 2) I Believe In You; 3) Covenant Woman; 4) When You Gonna Wake Up; 5) When He Returns; 6) Ain't Gonna Go To Hell For Anybody; 7) Cover Down, Pray Through; 8) Man Gave Names To All The Animals; 9) Precious Angel.

 

CD VI: 1) Slow Train; 2) Do Right To Me Baby (Do Unto Others); 3) Solid Rock;

4) Saving Grace; 5) What Can I Do For You?; 6) In The Garden; 7) Band Introductions;

8) Are You Ready; 9) Pressing On.

 

CD VII: 1) Gotta Serve Somebody; 2) I Believe In You; 3) Like A Rolling Stone;

4) Man Gave Names To All The Animals; 5) Maggie's Farm;

6) I Don't Believe You (She Acts Like We Never Have Met); 7) Dead Man, Dead Man;

8) Girl From The North Country; 9) Ballad Of A Thin Man.

 

CD VIII: 1) Slow Train; 2) Let's Begin; 3) Lenny Bruce; 4) Mr. Tambourine Man;

5) Solid Rock; 6) Just Like A Woman; 7) Watered-Down Love; 8) Forever Young;

9) When You Gonna Wake Up; 10) In The Garden; 11) Band Introductions; 12) Blowin' In The Wind; 13) It's All Over Now, Baby Blue; 14) Knockin' On Heaven's Door.

Puntuación:

Año de publicación: 2017 

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 13: TROUBLE NO MORE 1979-1981

El siguiente volumen de The Bootleg Series se centra en la etapa de descubrimiento de la fe cristiana por parte de Dylan, que abarca los álbumes Slow Train Coming, Saved y Shot Of Love, es decir, una colección cualitativamente muy irregular que además recoge una parte importante de lo peor que haya grabado su autor. La versión completa se compone de ocho discos más un DVD, recuperando sobre todo actuaciones en directo y también tomas alternativas, canciones inéditas y rarezas varias. En esa época, durante los conciertos Dylan aprovechaba para hacer de predicador, pero no de los suaves y tranquilos sino al estilo de San Vicent Ferrer, es decir, con un tono agresivo para recriminar a la gente su falta de fe y advertir de los tormentos que llegarán el día del Juicio Final a quienes no profesen la religión única y verdadera que existía para Bob en aquella época. A San Vicent Ferrer ese sistema le sirvió para convertir gente al cristianismo como churros (no hay nada más convincente que atemorizar), en una época como la Edad Media en que la población en general no sabía apenas leer ni escribir, pero un concierto de rock no es ni de lejos el lugar idóneo para la misma finalidad.

 

Los dos primeros discos, que se pueden adquirir por separado en una versión reducida del box set, recogen una selección de temas en directo de diferentes conciertos de la época, con algunas canciones inéditas que en su mayoría son lamentables cantos religiosos enfundados en arreglos rock vulgares, equivalente a lo que se puede encontrar en Saved. Se puede extrapolar este comentario a buena parte del contenido de este boxset, ya que las canciones ultrarreligiosas casi monopolizan todo y al mismo tiempo rebajan alarmantemente el nivel global, provocando que nos encontremos ante la peor entrega de la colección The Bootleg Series.

 

El comienzo del primer disco es muy bueno pero falsamente esperanzador, puesto que tras la fabulosa interpretación de ‘Slow Train’ (casi todas las que encontraremos lo son) y a continuación la notable ‘Gotta Serve Somebody’, se pierde luego toda emoción con un repertorio menos vistoso o, peor todavía, cuando se enfila el cancionero de Saved. Mucho peor resulta en ese sentido el segundo disco, puesto que todo el repertorio perteneciente al citado álbum es directamente para borrarlo de nuestro cerebro, como si nunca lo hubiéramos escuchado. Como curiosidad, contiene unas interpretaciones diferentes tanto de ‘Gotta Serve Somebody’, que es como si la hubieran pasado por el tamiz de Bo Diddley, como de ‘Slow Train’, donde a las estrofas principales parece que les hayan puesto un ritmo de The Police. Por supuesto, ninguna de ellas mejora los arreglos originales, aunque ‘Slow Train’ presenta a cambio unos fieros solos de guitarra de los que se prodigan poco en esta etapa de Dylan. Lo que es una lástima de verdad es que Carlos Santana participe en ‘The Groom's Still Waiting At The Altar’ y sus desaforados guitarreos queden en un segundo plano, sin que tampoco consiga nada especial. Por último, cabe destacar una emotiva interpretación de ‘Every Grain Of Sand’ justo al final.

           

Los discos tres y cuatro incluyen rarezas, tomas alternativas y canciones inéditas, que en general decepcionan por su penoso nivel. Bueno, tampoco se le puede llamar decepción si de entrada no íbamos con expectativas halagüeñas. Lo mejor, como no podía ser de otra manera, es encontrar de ‘Slow Train’ y ‘Gotta Serve Somebody’ dos versiones con instrumentos de viento, que en el caso de la primera de ellas sirve para darle un toque diferente sin perder su excepcional poderío. Quien no conozca ‘Ye Shall Be Changed’ se sorprenderá por sus pegadizas melodías vocales acompañadas de unos deliciosos punteos de guitarra, que de haberse elaborado más le habría supuesto convertirse en una de sus más notables composiciones de la época, pero ya se había incluido anteriormente en la primera tanda de The Bootleg Series publicada en 1991. Por lo demás, los únicos temas inéditos que podrían salvarse del olvido absoluto son ‘Trouble In Mind’, de interesante estructura musical basada en la compenetración de la guitarra y el piano, la potente ‘Yonder Comes Sin’ (con un destacable trabajo de órgano) y ‘Cover Down, Pray Through’, esta última grabada en directo y de mejor resultado que cuando la toca en otros momentos, sobre todo por lo acertado que está el guitarrista. También puede destacarse que la única interpretación de ‘Ain't Gonna Go To Hell For Anybody’ que llega a un nivel aceptable mínimo en todo el boxset es la que encontramos en este cuarto disco. El resto quedan bastante flojas.

 

El quinto y sexto disco están dedicados a un concierto en Toronto de 1980 y no deja de ser más de lo mismo, nuevamente los mismos temas que ya hemos ido escuchando antes, aunque contiene la mejor interpretación de ‘Covenant Woman’ que se conozca. Por tanto, vale la pena dirigirse a los dos últimos discos ya que documentan un concierto en Londres de junio de 1981, cuando Shot Of Love ya había sido recientemente grabado y solo estaba pendiente de su publicación oficial. Pero no por este motivo, sino porque se ejecuta un repertorio variado que recorre toda su carrera hasta ese momento, aunque sea en su mayor parte previsible. Así, podemos escuchar versiones marcadas por los prominentes coros femeninos en las conocidas ‘Like A Rolling Stone’, ‘Blowin' In The Wind’, una frenética ‘Maggie's Farm’ o ‘Just Like A Woman’. Pero se agradece la inclusión de alguna pequeña sorpresa como ‘I Don't Believe You (She Acts Like We Never Have Met)’, una bonita adaptación de ‘Girl From The North Country’ a través de guitarra acústica y piano, o una incisiva interpretación como la de ‘Ballad Of A Thin Man’, que parece denotar una especial motivación cuando la tocaba en Inglaterra. También como sorpresa encontramos el tema inédito ‘Let's Begin’, pero no es más que otra vulgar balada religiosa liderada por el piano. Hay muy pocos temas en acústico como en los viejos tiempos, ya que ‘Mr. Tambourine Man’ o ‘Blowin' In The Wind’ están electrificadas, aunque en ‘It's All Over Now, Baby Blue’ sí nos recuerda esos orígenes. Aparte de todo ello, cabe destacar los arreglos de ‘Gotta Serve Somebody’, que vuelven a incluir un ritmo marcado a lo Bo Diddley (dejando mejor sensación que la incluida en el segundo disco) o la ejecución en estilo más reggae de ‘Knockin' On Heaven's Door’.

 

El DVD recoge actuaciones de la gira de 1980, la correspondiente al álbum Saved, donde se intercalan sermones bíblicos a cargo de un actor que interpreta a un sacerdote. La pregunta es si no quedaron grabadas las peroratas religiosas que en esa época soltaba Dylan entre canción y canción, o si el propio Dylan ha vetado su inclusión por mostrar una vergonzante faceta suya que por suerte fue pasajera. De hecho, se recogen comentarios del público asistente a los conciertos y se muestran ciertamente decepcionados con ese radicalismo religioso que le estaba haciendo caer en picado desde el punto de vista artístico. Sobra decir que el DVD solo presenta un interés histórico, porque el repertorio interpretado pertenece mayoritariamente a Saved, siendo lo mejor sin duda la siempre brutal interpretación de ‘Slow Train’, uno de los escasos momentos en que se alejan del citado álbum. Pero cuando se deja la guitarra a un lado para sacar el micrófono del soporte, como ocurre en ‘What Can I Do For You?’, se queda en una ridícula mezcla de telepredicador y Julio Iglesias. Eso sí, resulta curioso comprobar cómo hay en el escenario más cantantes femeninas (o casi) que músicos.

 

En definitiva, como documento histórico su interés es evidente, como de cualquier otra etapa de Bob Dylan, pero musicalmente su valía es más que discutible, por lo que solo se recomienda a coleccionistas completistas. Para la/el oyente casual, es mejor mantenerse a distancia.

THE BOOTLEG SERIES, VOL. 14: MORE BLOOD, MORE TRACKS

Año de publicación: 2018 

Puntuación:

CD I: 1-2) If You See Her, Say Hello; 3-4) You're A Big Girl Now;

5-6) Simple Twist Of Fate; 7) You're A Big Girl Now; 8-9) Up To Me;

10-11) Lily, Rosemary And The Jack Of Hearts.

 

CD II: 1-3) Simple Twist Of Fate; 4) Call Letter Blues; 5) Meet Me In The Morning;

6) Call Letter Blues; 7-11) Idiot Wind;

12-20) You're Gonna Make Me Lonesome When You Go.

 

CD III: 1) Tangled Up In Blue; 2) You're A Big Girl Now; 3) You're A Big Girl Now;

4) Tangled Up In Blue; 5) Tangled Up In Blue; 6) Spanish Is The Loving Tongue;

7) Call Letter Blues; 8) You're Gonna Make Me Lonesome When You Go;

9) Shelter From The Storm; 10) Buckets Of Rain; 11) Tangled Up In Blue;

12) Buckets Of Rain; 13-15) Shelter From The Storm.

 

CD IV: 1-2) You're Gonna Make Me Lonesome When You Go; 3-6) Buckets Of Rain;

7-8) Up To Me; 9-12) Buckets Of Rain; 13) If You See Her, Say Hello; 14-16) Up To Me; 17) Buckets Of Rain; 18-19) Meet Me In The Morning; 20) Buckets Of Rain.

 

CD V: 1-3) Tangled Up In Blue; 4-5) Simple Twist Of Fate; 6-7) Up To Me;

8-10) Idiot Wind; 11) You're A Big Girl Now; 12-13) Meet Me In The Morning.

 

CD VI: 1) You're A Big Girl Now; 2) Tangled Up In Blue; 3) Tangled Up In Blue;

4) Idiot Wind; 5) You're A Big Girl Now; 6) Tangled Up In Blue;

7) Lily, Rosemary And The Jack Of Hearts; 8) If You See Her, Say Hello.

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Gracias a esta nueva entrega de las Bootleg Series descubrimos cómo fue la gestación de Blood On The Tracks, uno de los discos más intimistas y aclamados de su autor. Está publicada en formato de un disco o en caja de seis, que es el que comentaremos aquí. Así pues, durante cuatro días Bob estuvo en Nueva York grabando una primera versión acústica a la vieja usanza de sus nuevas composiciones, las primeras solo él con su guitarra y su armónica (que se corresponde aquí con el primero de los discos), con la intención original de que saliera de ahí lo que formaría su nuevo álbum. Sin embargo, no satisfecho del todo con el resultado final, dos meses después regrabó cinco de aquellos temas en unos estudios de Minneapolis. El resultado de todo ello lo encontramos aquí, ordenado todo de forma cronológica, si bien de lo grabado en Minneapolis solo se conservan los másteres finales, es decir, lo que acabó formando parte de Blood On The Tracks, pero están remezclados, por lo que no suenan exactamente igual y por ello vale la pena echarles un vistazo también. En cualquier caso, volvemos a tener aquí otra mastodóntica recopilación de grabaciones, algunas de las cuales ya habían sido publicadas con anterioridad en volúmenes previos de rarezas, así como también las versiones finales. 

 

Todo ello nos da pie a hablar de cómo transcurrió la grabación de esta personalísima obra. Obviamente, escuchar tomas acústicas de algunos temas que ya eran acústicos de por sí en su versión final, parece un poco redundante. Pero es que seis discos de las sesiones de grabación ya han de ser redundantes por definición. En cualquier caso, antes que escuchar cuatro tomas diferentes de ‘Shelter From The Storm’, seguro que para la mayoría resultará más curioso ver a Bill Murray tarareándola al final de la previsible pero entretenida película St. Vincent (2014). Pero comprobar cómo en algunos casos (‘Simple Twist Of Fate’, ‘Call Up Blues’, y casi el remake de ‘Buckets Of Rain’) la primera toma supera a las siguientes, no hace sino acrecentar esa leyenda que envuelve a Bob, quien en muchos casos prefería grabar en una sola toma para que esa frescura e inspiración quedaran reflejadas en la música, como si quisiera encapsular para la eternidad un momento de inspiración artística real. El caso más claro lo tenemos en la versión folk de ‘Lily, Rosemary And The Jack Of Hearts’, tan solo Bob con su guitarra acústica, ya que ciertamente deja mucha mejor sensación que la exagerada versión final que se incluyó en el álbum.

 

Por la primera toma de ‘Tangled Up In Blue’, podría parecer que esta canción era en el estilo folk de sus inicios, no solo por el formato de guitarra acústica y armónica, sino también por la tranquilidad, el tono y la entonación en que está implementada, nada que ver con su versión final. Las diferencias con la segunda toma son más que evidentes. Sorprende la calidez con la que se desenvuelve ‘You're Gonna Make Me Lonesome When You Go’ cuando en la toma quinta la escuchamos apoyada en una sección rítmica, puesto que consigue enfatizar la emoción que transmite Dylan en su sentida manera de cantar, sin desmerecer la parte de armónica en la recta final. Es quizá la única joya que encontraremos en esta colección, aparte de las versiones finales remezcladas. También, aunque sin llegar a ese nivel, puede recomendarse la versión de aires country de la toma octava, la que cierra el segundo disco.

 

Respecto a los pocos títulos novedosos de las grabaciones que no llegaron a formar parte de Blood On The Tracks, encontramos entre ellos a ‘Spanish Is The Loving Tongue’, la cual ya conocíamos de aquel infame álbum no autorizado de rarezas de 1973, Dylan, aunque al menos aquí su primera toma no cae en el horror absoluto al estar interpretada con un acompañamiento simple de guitarra y piano, sin coros vulgares.  El título de ‘Call Letter Blues’ no engaña y es lo que nos encontramos, pero es un blues rítmico que al menos se hace entretenido. Suena mejor la primera toma que la segunda, la cual precisamente se puede encontrar en el segundo disco de los tres primeros volúmenes de The Bootleg Series, recogidos bajo la denominación de Rare & Unreleased (1961-1991). En cuanto a ‘Up To Me’, probablemente fue descartada por parecer una innecesaria reescritura de ‘Tangled Up In Blue’.

 

Como es obvio, esta recopilación de grabaciones solo es apta para amantes de Blood On The Tracks y para eruditos de la obra del de Duluth, y aun así hay que tomarse con calma la escucha de tantas tomas diferentes, para no acabar saturad@. Pero es innegable la genialidad que se palpa a lo largo de las grabaciones, muy enfocadas a evidenciar la emoción del artista en cada instante. No hay artificialidades ni atajos, es la plasmación del proceso creativo de lo que pasa por la mente de Bob en cada momento; siendo al mismo tiempo un reflejo de su vida personal, hay suficientes alicientes como para echarle un vistazo por curiosidad a esta recopilación, puesto que tampoco defraudará a nadie.

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