CLÁSICOS DEL ROCK
ANÁLISIS DE LAS DISCOGRAFÍAS DE LOS ARTISTAS Y GRUPOS IMPORTANTES EN LA HISTORIA DE LA MÚSICA ROCK
T. REX
1) Hot Rod Mama; 2) Scenescof; 3) Child Star; 4) Strange Orchestras;
5) Chateau In Virginia Waters; 6) Dwarfish Trumpet Blues; 7) Mustang Ford;
8) Afghan Woman; 9) Knight; 10) Graceful Fat Sheba; 11) Wielder Of Words; 12) Frowning Atahuallpa (My Inca Love).
MY PEOPLE WERE FAIR AND HAD SKY IN THEIR HAIR BUT NOW THEY'RE CONTENT TO WEAR STARS ON THEIR BROWS
Año de publicación: 1968
Puntuación:
Los T. Rex tal como han pasado a la historia poco tienen que ver en lo estilístico con lo que fueron sus inicios, aunque en esencia sí que puedan encontrarse puntos en común. De hecho, al principio se hacían llamar Tyrannosaurus Rex, nombre largo pero extremadamente corto si lo comparamos con el disparatado título del álbum. En su primera etapa no encontraremos nada de glam-rock, ni siquiera guitarras eléctricas, ni riffs malignos como los de sus grandes clásicos. Aquí estamos ante una especie de folk psicodélico de corte más sencillo respecto a lo que bandas como The Incredible String Band (más asociadas a esa denominación de folk psicodélico) estaban haciendo por esas fechas. Y decimos de corte sencillo porque los ingredientes de la música son únicamente Marc Bolan (el compositor) con su voz y su guitarra, más Steve Peregrin Took en la percusión y cualquier otro elemento adicional que suene. Desde el principio tuvieron la suerte de contar con el que sería poco después reconocido como gran productor musical principalmente asociado a David Bowie, Tony Visconti.
Con todos estos ingredientes, no vamos a encontrar ninguna sorpresa adicional ni nada que se salga del estilo impuesto en estos inicios. Conforme escuchamos la primera canción, ‘Hot Rod Mama’, ya nos podemos hacer una idea de lo que nos encontraremos, aunque ésta suena ineludiblemente a blues. Esa psicodelia de carácter británico que iba más encaminada a la retrotracción hacia una etapa infantil de la mente, tenía el peligro inherente de que las composiciones se dirigieran también hacia un infantilismo difícil de digerir por quienes escuchaban la música libres de sustancias sospechosas. Cuando se traspasa esa delgada línea hacia lo infantil, como en ‘Mustang Ford’ o ‘Strange Orchestras’, el resultado se resiente considerablemente. Tampoco ayuda mucho cuando conecta el chip tipo mantra y comienza a repetir consignas tipo “Hare krishna” como en la final ‘Frowning Atahuallpa (My Inca Love)’.
De lo poco que pueda salvarse de tanto devaneo vocal de Bolan, y de tanta guitarra y bongos, está la balada contemplativa (aunque con algunos cambios de ritmo) ‘Child Star’, en la que el estribillo está muy bien elaborado, con esos sutiles alargamientos vocales (“Who said you'd go far, ah, ah, ah, ah”) que demuestran un incipiente gusto por las melodías reconocibles. Y también hay que destacar ‘Afghan Woman’, que es la canción con mejor y más reconocible melodía de todo el álbum.
El mayor problema de este disco es que estas dos canciones son prácticamente un oasis dentro de la heterogeneidad restante que no es que sea mala pero tampoco llama la atención y quizá se vuelva el sonido un tanto monótono a lo largo del álbum. Un debut en definitiva que deja trazas de talento pero que no despeja ninguna duda sobre cuál iba a ser el futuro del dúo.
PROPHETS, SEERS & SAGES THE ANGEL OF AGES
Año de publicación: 1968
Puntuación:
1) Deboraarobed; 2) Stacy Grove; 3) Wind Quartets; 4) Conesuala; 5) Trelawny Lawn; 6) Aznageel The Mage; 7) The Friends; 8) Salamanda Palaganda;
9) Our Wonderful Brownskin Man; 10) O Harley (The Saltimbanques);
11) Eastern Spell; 12) The Travelling Tragition; 13) Juniper Suction;
14) Scenescof Dynasty.
Nuevo disco pero mismo sonido y con un título igualmente largo, aunque no lo parezca tanto si lo comparamos con el anterior. Tan sólo tres meses separan ambos discos y no hay tiempo material para avances o novedades. Una buena parte de las canciones siguen teniendo una duración inferior a los dos minutos y ello redunda en un mayor dinamismo a la hora de escuchar el álbum, pues si alguna no gusta mucho, se acaba tan pronto que nos dejamos envolver por la siguiente. La única canción que llega a los cuatro minutos de duración es la última ‘Scenescof Dynasty’, que es la misma melodía vocal repetida una y otra vez con unas palmas como único acompañamiento, por lo que haberla recortado en tres minutos no hubiera afectado al resultado final.
El comienzo no es nada bueno con la rayada mental de ‘Deboraarobed’, que conforme avanza se va desvariando indefectiblemente por su ritmo frenético que no conduce a ningún lado. Tampoco mejoran las cosas en temas como ‘Trelawny Lawn’ y ‘Conesuala’, donde Took parece ir a su bola con la percusión, desentonando con el resto del tema y provocando una percepción poco comprensiva por parte del oyente. No obstante, la parte de Bolan tampoco resulta inspirada, como ocurre también en la siguiente ‘Aznageel The Mage’.
No obstante, aun conteniendo bastantes momentos flojos, el sentido melódico de Bolan parece ir mejorando y aquí podemos encontrar varios ejemplos de buenos temas acústicos. Uno de ellos es ‘Wind Quartets’, poseedor de variadas melodías y esos “oh-uh” a final de estrofa que le dan un toque especial. ‘The Travelling Tragition’ y ‘Stacy Grove’ destacan por sus buenas melodías, la segunda por unas bonitas armonías vocales que dan un contrapunto bucólico a la melodía principal de las estrofas. Por otro lado, ‘O Harley (The Saltimbanques)’ sorprende por sus diversos cambios de ritmo y diferentes secciones que ofrece en poco más de dos minutos. Pero la mejor de todas es la movidita ‘Salamanda Palaganda’, que gracias a su dinámico ritmo y las pegadizas melodías cantadas por Bolan, convierten la canción en toda una experiencia. Es bastante meritorio que con tanto minimalismo instrumental y acústico se consiga un tema tan rápido.
Al final, tenemos más canciones flojas que en el disco de debut, pero análogamente hay más canciones buenas, por lo que puestas en una romana nos queda un equilibrio evaluable de manera idéntica al álbum anterior.
UNICORN
Año de publicación: 1969
Puntuación:
1) Chariots Of Silk; 2) 'Pon A Hill; 3) The Seal Of Seasons; 4) The Throat Of Winter; 5) Cat Black (The Wizard's Hat); 6) Stones For Avalon;
7) She Was Born To Be My Unicorn; 8) Like A White Star, Tangled And Far, Tulip That's What You Are; 9) Warlord Of The Royal Crocodiles; 10) Evenings Of Damask; 11) The Sea Beasts; 12) Iscariot; 13) Nijinsky Hind; 14) The Pilgrim's Tale;
15) The Misty Coast Of Albany; 16) Romany Soup.
A la tercera fue la vencida y Tyrannosaurus Rex consiguieron grabar por fin un buen disco dentro del estilo hippie-acústico que abrazaron en sus inicios. La estructura es similar a los álbumes anteriores: temas acústicos más o menos breves y una sorpresa al final. Aún así, puede observarse una ligera evolución y una mejora derivada de la experiencia que revierte en un disco presentable y recomendable como introducción a los inicios de Marc Bolan.
Vemos también unos primeros intentos de experimentación con instrumentos nuevos y, en algunos casos, sonidos más próximos al rock, como la percusión que restalla en ‘She Was Born To Be My Unicorn’, que parece que haya sido extraída del sonido ambiental de alguna fábrica. O el cambio de ritmo inusitado en ‘Like A White Star, Tangled And Far, Tulip That's What You Are’, que se transforma en una ágil celebración de los ritmos acústicos. Dentro de la categoría de experimentos fallidos se encontraría, como cabía esperar, el punto de la discordia que llegaba al final con el experimento de ‘Romany Soup’, en el que el famoso locutor radiofónico John Peel cuenta una historia que se alterna con un ritmo del dúo en el que se va repitiendo “Romany soup, I gotta get Romany soup” como si fuera un mantra. Lo que queda claro es que un cuento no pega mucho dentro de una obra musical.
En cualquier caso, ya desde el inicio mediante ‘Chariots Of Silk’ observamos el mayor cuidado por las melodías, algo meramente circunstancial en los anteriores trabajos. Ya no hace falta que nos concentremos tanto puesto que canciones como ‘Cat Black (The Wizard's Hat)’ o ‘The Sea Beasts’ ya presentan melodías reconocibles desde el inicio, algo poco habitual en los anteriores trabajos. Incluso canciones más discretas como ‘The Seal Of Seasons’, ‘'Pon A Hill’ o ‘Warlord Of The Royal Crocodiles’ hubieran sido momentos destacados en cualquiera de los dos primeros álbumes.
Que una u otra canción pueda considerarse la mejor dependerá de cuan original encuentre el oyente alguna de las melodías, de tantas que hay. En mi caso, creo que cabe destacar ‘Iscariot’, gracias a esos emotivos finales de verso (“Liar”, “Fire”) y a su remate en forma de estribillo (“Of my love / Will burn thee to a wizened word”), así como ‘The Pilgrim's Tale’, por su lograda atmósfera inquietante.
Tras este álbum, nuevos tiempos llegarían para Tyrannosaurus Rex, comenzando por la defenestración de Steve Peregrin Took como percusionista. Tampoco es que fuera algo relevante, pues Marc Bolan era el compositor y principal valedor de la música que estaban realizando. Y la visión artística que tendría para los próximos años requería a otras personas y a un compañero que aportara energía positiva.
A BEARD OF STARS
Año de publicación: 1970
Puntuación:
1) Prelude; 2) A Daye Laye; 3) Woodland Bop; 4) Fist Heart Mighty Dawn Dart; 5) Pavilions Of Sun; 6) Organ Blues; 7) By The Light Of A Magical Moon;
8) Wind Cheetah; 9) A Beard Of Stars; 10) Great Horse; 11) Dragon's Ear;
12) Lofty Skies; 13) Dove; 14) Elemental Child.
¿Cómo es esto? ¿Una guitarra eléctrica? Es lo que debieron pensar en ese momento los seguidores de Marc Bolan cuando, sin haber escuchado nada antes, compraron el nuevo LP de Tyrannosaurus Rex y comenzaron a escuchar el breve instrumental ‘Prelude’ que inaugura este disco. La incorporación de la guitarra eléctrica como un elemento más es la mayor novedad junto al nuevo percusionista Mickey Finn, quien acompañaría fielmente a Bolan hasta el final. Aunque no fuera tan buen percusionista como el anterior, parece que su apariencia apta para la imagen que quería proyectar Marc, así como la buena sintonía que surgió entre los dos, le hizo decidirse por Finn para continuar con su evolución musical.
En cualquier caso, tras ‘Prelude’ llega ‘A Daye Laye’ y en él nos damos cuenta de que no ha habido tampoco un cambio radical, sino que estamos ante una fase de transición en que se sigue el estilo folk previo pero con la guitarra eléctrica como un instrumento más, aparte de una percusión más discreta. Por suerte, la inspiración compositiva no decae y sigue en el mejor nivel demostrado en Unicorn. Así, en la acústica y brillante ‘Pavilions Of Sun’, que engancha con su ritmo ágil y aguerrido, se añade de repente en su intermedio instrumental una guitarra distorsionada que sorprende por su audacia. Como si fuera el mismo Dylan en el festival de Newport.
Y para ser la primera vez con la guitarra eléctrica, demuestra un amplio rango de registros, desde la citada fiereza de ‘Pavilions Of Sun’ al sonido tipo slide de la contemplativa ‘Great Horse’, pasando por la distorsión etérea de ‘Lofty Skies’. Es decir, adapta el sonido al mensaje o intención de la canción, como debe de ser. Lo que no se puede es tocar un blues-folk acústico ayudándose de dos teclas del órgano y una percusión invariable (‘Organ Blues’). Mejor empleado está el órgano en la tenebrosa ‘Wind Cheetah’, donde el solo de guitarra eléctrica parece ideal para una noche de Haloween.
Hay canciones que sí sirven de preludio a lo que vendrá en los años próximos. Los acordes y progresión de ‘Fist Heart Mighty Dawn Dart’ son totalmente rock y con unos cambios de ritmo más próximos a ese estilo propio que desarrollará. Otro ejemplo es la melódica ‘By The Light Of A Magical Moon’, la cual presagia la próxima transformación en grupo de rock (T. Rex) con esas precisas líneas de guitarra eléctrica que adornan toda la canción, más el sonido rítmico que produce el mismo Bolan con su voz. Aunque el tema que mayormente enlaza con lo que vendrá después es la fiera ‘Elemental Child’ que llega al final, donde marcando unos rítmicos acordes con la guitarra desde el inicio, consigue al mismo tiempo demostrar su valía como músico y su originalidad compositiva. Por si fuera poco, pasados los dos minutos se embarca en un impresionante pasaje instrumental basado en un potente solo más propio del rock duro que habría sido del gusto de Jimmy Page. Si a esta canción le añadiéramos un bajo y una batería, tendríamos una todavía más impresionante demostración de poderío.
En resumen, fue un gran acierto el “descubrimiento” de la guitarra eléctrica y su conciso empleo, que unido al estado de gracia compositivo de Bolan sirvió para plantar una semilla en este álbum de transición que fructificaría junto a más avances en toda una revelación del glam rock de principios de los años setenta, todo un modelo a seguir para David Bowie, por ejemplo.
T. REX
Año de publicación: 1970
Puntuación:
1) The Children Of Rarn; 2) Jewel; 3) The Visit; 4) Childe; 5) The Time Of Love Is Now; 6) Diamond Meadows; 7) Root Of Star; 8) Beltane Walk; 9) Is It Love?;
10) One Inch Rock; 11) Summer Deep; 12) Seagull Woman; 13) Suneye;
14) The Wizard; 15) The Children Of Rarn (reprise).
Mucha gente suele tomar este álbum como el inicio del sonido clásico de T. Rex, pero me imagino que suele ser porque aquí definitivamente acortaron el nombre de Tyrannosaurus Rex para hacerlo más eufónico. Musicalmente, no es más que la continuación de la transición efectuada en A Beard Of Stars, si bien la guitarra eléctrica parece perder aquí protagonismo respecto a la anterior entrega. Si alguien hubiera de ordenar la discografía en base a la música, seguro que intercambiaría la posición de ambos álbumes y pensaría que éste va a continuación del Unicorn. A cambio de esta disminución de la guitarra, puede escucharse arreglos con instrumentos de cuerda, lo cual embellece temas como ‘Diamond Meadows’.
La mejor canción de todo el disco es sin duda ‘Jewel’, de clara influencia del rock'n'roll clásico, pero camuflada mediante un acerado ritmo cáustico/acústico donde al final aparece un desbocado solo de guitarra donde el tema alcanza un clímax inesperado respecto a lo que era su comienzo. También con influencia del rock'n'roll podríamos catalogar el ritmo que dirige ‘Beltane Walk’.
Pero la mayoría de canciones presenta buenas melodías, algunas de primer nivel como en ‘Suneye’, pero es innegable el encanto de piezas como ‘The Visit’ (con ese estribillo en el que parece decir “Julia”) o detalles como la guitarra distorsionada que va apareciendo en ‘Root Of Star’. Y ya puestos, destacar también la inquietante melodía de ‘Childe’, donde los acordes eléctricos disonantes contribuyen a transmitir una extraña inquietud, o el gran solo de guitarra de ‘Seagull Woman’, tema donde ponen también las voces unos futuros colaboradores de Bolan, Mark Volman y Howard Kaylan, que habían fundado en los sesenta el grupo The Turtles y que en estos inicios de los setenta también participarían en discos y actuaciones de Frank Zappa.
Vale la pena escuchar el disco porque requeriría demasiado tiempo ir resaltando qué detalle es el que vale la pena de cada tema, así que ya tiene algo en qué entretenerse el lector/oyente. Eso sí, para el final nos encontramos con un tema bastante problemático. Aunque comienza bastante bien, mediante un ritmo ágil y varios acordes eléctricos que mantienen el interés, en ‘The Wizzard’ después se pierde el norte y el tema se vuelve cansino hasta los casi nueve minutos que dura.
También hay algún blues normalito, que es el caso de ‘One Inch Rock’, aunque diluido entre el resto de canciones, de manera que no afecta a la percepción positiva que se tiene en general tras escuchar el álbum. Es realmente un paso atrás en la evolución musical de T. Rex, pero puede tomarse como el último coletazo hippie-acústico antes de la transformación definitiva en una máquina de éxitos del glam-rock.
La mejor canción de todo el disco es sin duda ‘Jewel’, de clara influencia del rock'n'roll clásico, pero camuflada mediante un acerado ritmo cáustico/acústico donde al final aparece un desbocado solo de guitarra donde el tema alcanza un clímax inesperado respecto a lo que era su comienzo. También con influencia del rock'n'roll podríamos catalogar el ritmo que dirige ‘Beltane Walk’.
Pero la mayoría de canciones presenta buenas melodías, algunas de primer nivel como en ‘Suneye’, pero es innegable el encanto de piezas como ‘The Visit’ (con ese estribillo en el que parece decir “Julia”) o detalles como la guitarra distorsionada que va apareciendo en ‘Root Of Star’. Y ya puestos, destacar también la inquietante melodía de ‘Childe’, donde los acordes eléctricos disonantes contribuyen a transmitir una extraña inquietud, o el gran solo de guitarra de ‘Seagull Woman’, tema donde ponen también las voces unos futuros colaboradores de Bolan, Mark Volman y Howard Kaylan, que habían fundado en los sesenta el grupo The Turtles y que en estos inicios de los setenta también participarían en discos y actuaciones de Frank Zappa.
Vale la pena escuchar el disco porque requeriría demasiado tiempo ir resaltando qué detalle es el que vale la pena de cada tema, así que ya tiene algo en qué entretenerse el lector/oyente. Eso sí, para el final nos encontramos con un tema bastante problemático. Aunque comienza bastante bien, mediante un ritmo ágil y varios acordes eléctricos que mantienen el interés, en ‘The Wizzard’ después se pierde el norte y el tema se vuelve cansino hasta los casi nueve minutos que dura.
También hay algún blues normalito, que es el caso de ‘One Inch Rock’, aunque diluido entre el resto de canciones, de manera que no afecta a la percepción positiva que se tiene en general tras escuchar el álbum. Es realmente un paso atrás en la evolución musical de T. Rex, pero puede tomarse como el último coletazo hippie-acústico antes de la transformación definitiva en una máquina de éxitos del glam-rock.
ELECTRIC WARRIOR
Año de publicación: 1971
Puntuación:
1) Mambo Sun; 2) Cosmic Dancer; 3) Jeepster; 4) Monolith; 5) Lean Woman Blues; 6) Get It On; 7) Planet Queen; 8) Girl; 9) The Motivator; 10) Life's A Gas; 11) Rip Off; [BONUS TRACKS:] 12) Rip Off; 13) Mambo Sun; 14) Cosmic Dancer; 15) Monolith;
16) Get It On; 17) Planet Queen; 18) The Motivator; 19) Life's A Gas.
Si hubiera que elegir un disco como representación icónica del nacimiento del glam-rock, elegiríamos sin duda este Electric Warrior. En él, T. Rex entierra definitivamente su pasado e inicia una nueva etapa y de paso una nueva era en la historia de la música rock. Para ello, se rodea de diferentes músicos en el estudio, incluyendo los característicos coros de los ex-Turtles Howard Kaylan y Mark Volman (colaboradores por entonces de Frank Zappa también), así como la participación estelar del multiinstrumentista Ian McDonald, quien fuera miembro original de King Crimson y que en 1971 publicó también su impresionante LP McDonald And Giles junto al ex-batería de King Crimson, años antes de dirigirse a ganar pasta gansa con la música comercial de Foreigner. En cualquier caso, el mayor mérito está en la producción de Tony Visconti, quien embellece muchas de las canciones con instrumentos de orquesta en un segundo plano sin ensombrecer la labor de Bolan y compañía, elevando la cualidad artística de las composiciones.
Y el comienzo del álbum no puede ser más definidor, ¿pues qué mejor introducción al nuevo sonido de T. Rex que ‘Mambo Sun’? El ritmo movido que invita a bailar (sin ser un mambo en realidad), los acordes de guitarra que van cayendo, los coros glam de Kaylan/Volman y la voz entre intrigante y seductora de Marc Bolan, completan una escena atractiva e hipnotizante que se deja traslucir durante casi todo el álbum. Aunque si hubiera que catalogar una canción como bailable, elegiríamos mejor ‘The Motivator’ por sus pegadizas melodías y su dinámico ritmo perfectamente punteado por la guitarra.
Las baladas que encontramos son en su mayoría geniales. La más sencilla pero también la más emotiva es ‘Girl’, el único tema acústico de todo el álbum al que se van añadiendo posteriormente un brillante fiscorno y algo de guitarra eléctrica tranquila. Con un ritmo más prominente, ‘Cosmic Dancer’ sale reforzada por la introducción de instrumentos orquestales de cuerda (violín y violoncelo, cortesía del gran productor Tony Visconti), los cuales enfatizan la progresión del tema, que curiosamente sale bien parado gracias a un estribillo tan simple como el “oh, oh” de Bolan. La guitarra del final, que parece reproducida al revés, también le da un puntazo ideal. Algo más floja queda ‘Life's A Gas’ por ser demasiado lenta, aunque las melodías no están mal y sobre todo la manera de culminar cada estrofa antes de repetir el título de la canción.
Por otro lado, ‘Jeepster’ es el arquetipo de canción pegadiza y popular de T. Rex, enfundada en un estilo típico como el boogie. Aunque como quintaesencia del sonido del grupo está sin duda la celebérrima ‘Get It On’ (retitulada ‘Bang A Gong’ en Estados Unidos por diferenciarla, aparentemente, de otra canción exitosa en ese momento con el mismo título, aunque la intención última fuera eliminar su libidinoso título original), donde las melodías inquietantes y los punteos de guitarra, junto al reconocible estribillo, convierten la canción en casi un himno de los jóvenes del momento, también por el desparpajo descrito en la adoración hacia una chica. Entre tantos buenos temas se cuela un patinazo grande, ‘Lean Woman Blues’, un vulgar blues que desentona completamente con el innovador sonido del resto del álbum.
Hay canciones difícil de clasificar como ‘Monolith’, pues está cantada de manera pausada pero instrumentalmente tiene un ritmo potente donde se dejan caer destellos de afilada guitarra. ‘Planet Queen’ posee un comienzo bastante extraño con su ritmo prominente, creando un ambiente algo opresivo donde después las voces penetrantes se funden asombrosamente en el conjunto. También hay lugar para un rock más duro de lo habitual en la final ‘Rip Off’, cantada con especial rabia por Bolan y con una parte de guitarra sencilla pero mordiente, bien apoyada por unos vientos que imprimen una fuerza descomunal en una especie de crescendo central.
La edición que yo poseo es la del 30º aniversario, donde se incluyen interesantes tomas intermedias (llamadas Work in Progress) de la mayoría de las canciones, aportando una visión insólita de lo que era el proceso de grabación de T. Rex. En cualquier caso, aquí queda demostrado con claridad meridiana que Marc Bolan tenía un gran talento y una creatividad que lo situaban en la primera línea de la escena musical, abanderando el auge del glam-rock y en particular provocando lo que entonces se llamó en el Reino Unido (en Estados Unidos nunca triunfaría) como T. Recstasy, un nuevo fenómeno para masas adolescentes que afortunadamente tenía un trasfondo artístico excepcional.
THE SLIDER
Año de publicación: 1972
Puntuación:
CD I: 1) Metal Guru; 2) Mystic Lady; 3) Rock On; 4) The Slider; 5) Baby Boomerang;
6) Spaceball Ricochet; 7) Buick Mackane; 8) Telegram Sam; 9) Rabbit Fighter;
10) Baby Strange; 11) Ballrooms Of Mars; 12) Chariot Choogle; 13) Main Man;
[EXTENDED PLAY:] 14) Cadilac; 15) Thunderwing; 16) Lady.
CD II: 1) Metal Guru; 2) Mystic Lady; 3) Rock On; 4) The Slider; 5) Baby Boomerang; 6) Spaceball Ricochet; 7) Buick Mackane; 8) Telegram Sam; 9) Rabbit Fighter; 10) Baby Strange; 11) Ballrooms Of Mars; 12) Chariot Choogle; 13) Main Man; 14) Cadilac; 15) Thunderwing; 16) Lady.
Considerado como el mejor disco de Marc Bolan, lo cierto es que The Slider sólo puede apasionar a los verdaderos fanáticos de T. Rex. Manteniendo a los mismos músicos del disco anterior, una cierta frescura se pierde por el camino y muchas canciones van siguiendo una especie de fórmula que ya no impacta como lo hiciera Electric Warrior. Aun así, todavía podemos escuchar algunos clásicos de la banda y eso convierte a este disco en uno de los destacados y recomendables en su trayectoria.
A ‘Metal Guru’ y ‘The Slider’ les ocurre exactamente lo mismo, que transcurren por terrenos ya demasiado explotados aunque se les añadan los típicos elementos del sonido T. Rex. Aunque por suerte presentan ambas algún giro eventual que las salva de la convencionalidad, justo en los pasajes entre estrofas, cuando aparece un fragmento coral junto a un cambio de ritmo que demuestra el talento singular de Bolan. De manera similar, otros temas transitan por terrenos conocidos hasta que llega un estribillo genial que los redime de todo lo demás, tal como podría decirse de ‘Telegram Sam’, el cual podría tomarse como el arquetipo para la carrera de Los Rodríguez en sus composiciones tipo ‘Mucho Mejor’. La canción de T. Rex tiene su gancho, pero lo mejor es sin duda su memorable estribillo: “Telegram Sam / You're my main man”, de los que invitan a acompañar, puesto que el resto del tema suena a lo ya conocido. Algo menor pero igualmente efectiva es ‘Baby Strange’, que a pesar de tener un inicio un tanto pueril y un riff demasiado simplón, la parte vocal es muy buena, sobre todo en el melódico estribillo (“Oooohhhhh, you're strange”).
Habiendo mencionado ya a Los Rodríguez, pasamos de manera más directa a nombrar a Radio Futura, quienes versionaron ‘Ballrooms Of Mars’ desvirtuándola de su significado original, en la que se nombran a Dylan y Lennon como artistas con una visión especial que les hace sobresalir entre el resto. Es una balada bien adornada de guitarra (gran solo distorsionado el que se marca Bolan) y con buenas melodías, a la que únicamente se le puede objetar una duración demasiado larga para lo que presenta (de hecho, repite dos veces la letra íntegra), pero los dos solos de guitarra de este tema bien valen la pena. Continúan las baladas acústicas y/o orquestales ya exploradas con anterioridad, aquí en la forma de ‘Mystic Lady’, ‘Spaceball Ricochet’ o ‘Rabbit Fighter’, esta última con una afiladísima guitarra que no parece encajar demasiado bien, por mucho que el propio Bolan manifestara en su momento que era el mejor trabajo de guitarra que había hecho.
Por otro lado, podemos encontrar la típica canción alegre y despreocupada, ‘Baby Boomerang’, que tiene su reescritura en forma de bonus track llamada ‘Thunderwing’, que deja igual de indiferente. Si hubiera que acuñar el término blues-glam, uno de sus exponentes sería ‘Rock On’, que quizá se repita demasiado para poder ser un tema destacable. Y la tentación de volver a grabar una especie de mantra llega en lo que era el final del LP original, ‘Main Man’, flojo tema donde parecen volver a reciclar melodías antiguas, además de que en ‘Telegram Sam’ ya nos quedábamos servidos de “main man” de mejor manera.
De lo mejor de este álbum son las dos explosiones de energía rockera que podemos encontrar. Una de ellas es el riff asesino que lidera ‘Buick Mackane’, junto a los aullidos desaforados de Bolan, levantando el ánimo al más pusilánime. Además, posee una caótica pero efectiva coda instrumental, algo poco habitual en las composiciones de Marc. La otra magnífica dosis de adrenalina la aporta ‘Chariot Choogle’, que con un riff menos vistoso pero muy incisivo junto a los “yeah, yeah” de Bolan, engancha desde el inicio y a través de su desarrollo mediante una mezcla de estrofas heavy y estribillo glam. Encontramos un tercer tema de demostración de poderío, ‘Cadilac’, que también es muy potente pero carece de la brillantez de las dos canciones citadas.
De las tres canciones finales del primer disco, que se añadieron posteriormente en las reediciones en CD, destaca sobremanera la pegadiza ‘Lady’, que además de inolvidables melodías presenta ese genial giro melódico de cada final de estrofa (“I'm gonna give all my love to you”) que dispara las endorfinas a límites insospechados. La edición del 30º aniversario posee un segundo disco titulado Rabbit Fighter (The Alternate Slider) en el que nos muestran nuevamente versiones alternativas sin arreglos de producción, que suenan más directas y cercanas pero que no mejoran lo ya conocido. Bueno, salvo ‘Lady’, que suena igual de brillante y con un muro de sonido guitarrero. Las únicas novedades que encontramos son la toma alternativa de ‘Buick Mckane’, que es realmente otra canción diferente de fuerza rockera; y ‘Sunken Rags’, una dinámica pero convencional pieza donde la guitarra lleva el liderazgo del ritmo.
En definitiva, vale la pena escuchar este disco, pero que nadie se crea toda la parafernalia que lo rodea. De hecho, el mito de que la foto borrosa de la portada era obra de Ringo Starr parece que no es cierto. Cabe aprovechar ahora para señalar que Ringo dirigió ese año una película sobre T. Rex, ¡quien diría que este chico timbalero llegaría a ser director de cine!.
TANX
Año de publicación: 1973
Puntuación:
1) Tenement Lady; 2) Rapids; 3) Mister Mister; 4) Broken Hearted Blues;
5) Shock Rock; 6) Country Honey; 7) Electric Slim & The Factory Hen; 8) Mad Donna;
9) Born To Boogie; 10) Life Is Strange; 11) The Street & Babe Shadow;
12) Highway Knees; 13) Left Hand Luke & The Beggar Boys;
[BONUS TRACKS:] 14) Children Of The Revolution; 15) Jitterbug Love;
16) Sunken Rags; 17) Solid Gold Easy Action; 18) Xmas Message;
19) 20th Century Boy; 20) Free Angel.
La refinación y pulimentación del sonido de T. Rex llega aquí a su apogeo, con todo el despliegue de recursos de producción que fuera necesario para sacar el mayor rendimiento a las creaciones de Marc Bolan. Lo único que se queda por el camino, como no podía ser de otra manera, es la frescura de estas composiciones, pues se atisba una cierta formulación a la hora de componer, algo tampoco ocultado por el propio Bolan, quien aseveraba que su prolificidad provenía del hecho de que la mayoría de éxitos eran permutaciones de doce compases de blues y él había encontrado unos nuevos doce compases que funcionaban. Es de agradecer una demostración tal de honestidad dentro del mundo de la música.
Así pues, tenemos aquí la quintaesencia del sonido de T. Rex, donde se crean combinaciones de estrofas, estribillos, algunos cambios de ritmo, instrumentación adicional y todo aquello que los había encumbrado estos años. Con tantos temas de una misma dirección artística, se hace difícil saber por dónde comenzar, pero por ejemplo puede señalarse el comienzo ultrapegadizo que posee ‘Mister Mister’, únicamente ensombrecido después por un estribillo poco inspirado, aunque en este tema podemos escuchar también un saxofón, algo inusual en T. Rex hasta ese momento y que en este disco se prodigará bastante, adornando adecuadamente algunas canciones, como ocurre también en la dinámica y pegadiza ‘The Street & Babe Shadow’, a la cual le faltaría un estribillo que la rematara mejor. Aunque para canciones pegadizas está ‘Born To Boogie’, que si en principio parece el clásico boogie para agradar al personal, posteriormente llega su magnífico estribillo (“Spend some time with you / I wanna do all I wanna do”) para subir el ánimo a todo el mundo. Y ‘Shock Rock’ vuelve a deleitarnos con un memorable estribillo (“If you know how to rock, you don't have to shock”) de los que Bolan escribía por decenas en esa época.
‘Tenement Lady’ puede tomarse inicialmente como otro himno del glam con grandes punteos de guitarra, en este caso también envuelto en un etéreo mellotron, aunque sorprendentemente se convierte después en una pieza acústica más entroncada con los inicios de Bolan. Lo que le da ese toque especial a ‘Country Honey’ son los coros del estribillo, aunque por lo demás también presenta una especial fuerza el tema gracias en parte a la incisiva guitarra. En un estilo de rock'n'roll más clásico encontramos ‘Rapids’ y en ‘Mad Donna’ parece que se estén parodiando a sí mismos y al estilo que representaban, única manera de entender positivamente un tema muy flojo.
No encontramos apenas canciones lentas en este álbum. De lo más parecido es ‘Electric Slim & The Factory Hen’, bien adornado por violines, donde la fuerza de su estribillo probablemente no la haga encajar en el término de balada. Lo más asociado a la típica balada de T. Rex es ‘Life Is Strange’. En cambio, cuando leemos la palabra blues en una canción de T. Rex, podemos esperar algún tropezón en forma de vulgar blues, pero ‘Broken Hearted Blues’ es una balada glam bien adornada por el saxofón, que le aporta un aire nocturno de final de fiesta. Si acaso, en un lenguaje más marcadamente blues está interpretada ‘Left Hand Luke & The Beggar Boys’, aunque la expresiva parte vocal de Bolan junto a los prominentes coros femeninos (donde probablemente intervenga su novia Gloria Jones, famosa por grabar la primera versión de ‘Tainted Love’, tema que hizo famosos a Soft Cell) le dan un aire singular que mantiene el interés del oyente.
En los bonus tracks encontramos caras A y B de singles, entre ellos dos de los temas más inolvidables de toda la carrera de T. Rex: ‘Children Of The Revolution’ y ‘20th Century Boy’. El primero se sustenta en una poderosa sección rítmica comandada por instrumentos de viento, que son la clave de la grandeza de la canción, donde los coros acompañados por Flo y Eddie enfatizan su sencillo pero efectivo estribillo. En cambio, ‘20th Century Boy’ es una descarga eléctrica descomunal, con esa guitarra en primer plano que desgrana el que posiblemente sea el mejor riff de guitarra de toda la carrera de T. Rex y también uno de los más reconocibles de la historia del rock. La parte vocal de Bolan también es excepcional, transmitiendo toda la fuerza necesaria, por lo que se le perdona la quizá excesiva repetición de tanto “Twentieth century toy / I want to be your boy”. Por otro lado, ‘Solid Gold Easy Action’ posee un comienzo un tanto exagerado con demasiados “eh, eh, eh”, aunque luego el estribillo tiene la fuerza melódica habitual. ‘Jitterbug Love’ no queda muy atrás, con unos perfectos cambios de ritmo que alternan la dinámica parte principal con una especie de solemne estribillo.
En cualquier caso, lo que representa este álbum es un final de ciclo. Marc Bolan entraría en una nueva fase musical empeorada por un descenso en el nivel creativo del que le costaría salir. La resaca tras dos años de imparables éxitos le pasaría factura, pero ahí quedaba durante ese intervalo de tiempo su liderazgo del movimiento glam-rock bien entendido.
ZINC ALLOY AND THE HIDDEN RIDERS OF TOMORROW
1) Venus Loon; 2) Sound Pit; 3) Explosive Mouth; 4) Galaxy; 5) Change;
6) Nameless Wildness; 7) Teenage Dream; 8) Liquid Gang;
9) Carsmile Smith And The Old One;
10) You Got To Jive To Stay Alive - Spanish Midnight; 11) Interstellar Soul;
12) Painless Persuasion V. The Meathawk Immaculate; 13) The Avengers;
14) The Leopards Featuring Gardenia And The Mighty Slug.
Puntuación:
Año de publicación: 1974
Viendo el título del disco, que pronto trae a la memoria el de Ziggy Stardust And The Spiders From Mars de David Bowie, además de algunos títulos estrambóticos de canciones (donde ‘Change’ nos hace recordar más a Bowie por ‘Changes’), aunque lo eran también en sus inicios, podemos pensar a priori que seguiremos escuchando otro álbum de glam-rock al estilo de los anteriores. Pero nada más lejos de la verdad. El corte de pelo de Bolan que podemos ver en la portada es indicador también de un cambio estilístico en su música, muy influenciado por quien comenzaba a ocupar su corazón y parte de su cerebro: la cantante Gloria Jones, omnipresente también a lo largo y ancho de este álbum. Los coros femeninos abarcan un protagonismo mayor que nunca, a veces en proporción excesiva.
Por un lado, piezas como ‘Venus Loon’ o ‘Explosive Mouth’ parecen en principio entroncadas en el mismo estilo glam-rock típico de T. Rex, como si nada hubiera cambiado, pero se aprecia un mayor énfasis en el aspecto glam (demasiados devaneos vocales) que en el aspecto rock. Por otro lado, se deja entrever un cierto gusto por los ritmos funk, también en otros temas como el flojo ‘Liquid Gang’ o el más incisivo ‘The Avengers (Superbad)’. Pero es sobre todo la inspiración soul lo que sobrevuela otros temas como ‘Carsmile Smith And The Old One’, por la influencia de Gloria Jones. En cambio, se vuelve hacia el rockabilly en ‘Painless Persuasion V. The Meathawk Immaculate’. Es como si anduviera errante sin saber qué dirección tomar, puesto que en la final ‘The Leopards Featuring Gardenia And The Mighty Slug’ parece emular la manera de cantar de Bob Dylan, pero del peor Dylan de temas como ‘The Ballad Of Frankie Lee And Judas Priest’ o ‘If Dogs Run Free’.
El pueril comienzo de ‘Sound Pit’ nos hace recordar la versión que hicieran The Move de ‘Zing! Went The Strings Of My Heart’, con la diferencia de que estos últimos directamente estaban en modo paródico, mientras que Marc Bolan va en plan serio y queda todo como un pastiche. Y es que el término parodia, o más bien autoparodia, es lo que mejor encaja en este álbum, con ejemplos como ‘Nameless Wildness’, que suena a T. Rex, posee sus elementos característicos, pero queda muy simplón y produce una indiferencia total. Realmente podrían pasar por descartes temas tan flojos como ‘You Got To Jive To Stay Alive - Spanish Midnight’. También nos toca padecer una de las baladas más aburridas y plomizas que haya salido nunca de la pluma de Marc Bolan, que es sin duda ‘Teenage Dream’.
Algo de la agresividad de los T. Rex más incisivos se deja entrever en ‘Galaxy’, pero el estribillo coral no acaba de encajar muy bien. Y es que solo encontraremos una canción que recuerde la grandeza alcanzada por Bolan en estos últimos años, y ésa es ‘Change’. Es una canción de tempo pausado, pero los instrumentos suenan expresivos y los detalles sonoros denotan una cuidada elaboración que es de agradecer en un disco tan flojo como éste. El mayor problema es que no se trató de un simple bache, sino que todavía se hundirían más en la miseria en el siguiente disco, todo un compendio de lo que no debe hacerse.
BOLAN'S ZIP GUN
Año de publicación: 1975
Puntuación:
1) Light Of Love; 2) Solid Baby; 3) Precious Star; 4) Token Of My Love; 5) Space Boss; 6) Think Zinc; 7) Till Dawn; 8) Girl In The Thunderbolt Suit; 9) I Really Love You Babe; 10) Golden Belt; 11) Zip Gun Boogie;
[BONUS TRACKS:] 12) Do You Wanna Dance?; 13) Dock Of The Bay.
Tras el fracaso del álbum anterior, Marc Bolan se cerró en banda sobre sí mismo y asumió las tareas de producción para esta ocasión, como si la culpa hubiera sido de los demás. La decisión no podría haber sido más equivocada, puesto que el tiempo como productor le dejaría menos para dedicar a la composición y el nivel de este disco es por tanto muy bajo. Esto ya no tiene nada que ver con el glam-rock, ya pasado de moda para 1975, y la reinvención de T. Rex como grupo de funk, soul y boogie hace aguas por todos lados, sobre todo porque Bolan no está a la altura que debería.
Comenzar con los “la, la, la” de ‘Light Of Love’ ya nos proporciona una penosa impresión de lo que va a ser este lamentable disco. Precisamente uno de los aspectos negativos es el abuso de coros con melodías pueriles o, en el mejor de los casos, mediocres; de nada sirve la presencia de Nilsson como invitado. Detalles como ése o el mal uso del sintetizador lastran el 80% del contenido. Es escuchar despropósitos como ‘Till Dawn’ y hacernos pensar en el motivo de incluir algo así en un disco, perdiendo el tiempo en añadir solos de guitarra y coros para embellecer algo que no puede mejorar ya de entrada. Y cuando encontramos un trabajo de guitarra verdaderamente excepcional, como ocurre en ‘I Really Love You Babe’, está tan mal aprovechado por la vulgaridad de su parte vocal y lo irritante de tanta repetición del título de manera chillona, que un@ siente lástima de esa conjunción de escasa inspiración y mala producción que dinamitan este disco, pues las pocas ideas buenas podrían haberse aprovechado mejor. ‘Think Zinc’ podría pasar por una canción de John Lennon de su etapa de Some Time In New York City (1972), aunque por ello pierde originalidad. También suena muy manido, además de atascado, el soul de ‘Golden Belt’.
Resultaría más rápido hablar de lo poco que puede salvarse, pues tal denominación puede aplicarse únicamente a tres temas: ‘Solid Baby’ suene entretenida por los detalles que se van añadiendo, no solo por los sintetizadores espaciales sino también por los coros que van apareciendo o esos súbitos palmeos (o lo que sean realmente) que se añaden a la percusión. En cambio, ‘Space Boss’ posee un pasable y pausado (vaya aliteración) ritmo funky que es la clave, pues el tema se basa en la extensión de ese ritmo como si fuera una especie de jam, donde se incluye un maníaco saxofón. Para encontrar el polo opuesto dentro del mismo estilo, solo hay que dirigirse a la penosa ‘Girl In The Thunderbolt Suit’. Lo último que puede salvarse es la canción que cerraba el LP original, ‘Zip Gun Boogie’, no porque sea gran cosa, sino porque suena entretenida y entre lo más elaborado que podamos encontrar aquí. En cualquier otra de sus obras hubiera aparecido como relleno.
Los bonus tracks casi no vale la pena comentarlos, pues se trata de una versión futurista y ya desfasada del clásico ‘Do You Wanna Dance?’ (grabada también por los Beach Boys y los Ramones), así como la versión acelerada del éxito póstumo de Otis Redding ‘Dock Of The Bay’, coescrita junto al legendario guitarrista Steve Cropper, aquí cantada por Gloria Jones y donde no aparece Bolan por ningún lado. No aportan nada a un álbum que significaba un mayor hundimiento tanto en ventas como en prestigio. Al menos habría una reacción positiva ante semejante engendro y T. Rex resucitarían cual ave fénix para reivindicarse como fuerza todavía relevante en el panorama musical que pronto sufriría una gran sacudida con la llegada del Punk y la New Wave.
FUTURISTIC DRAGON
Año de publicación: 1976
Puntuación:
1) Futuristic Dragon (introduction); 2) Jupiter Liar; 3) Chrome Sitar; 4) All Alone; 5) New York City; 6) My Little Baby; 7) Calling All Destroyers; 8) Theme For A Dragon; 9) Sensation Boulevard; 10) Ride My Wheels; 11) Dreamy Lady; 12) Dawn Storm;
13) Casual Agent;
[BONUS TRACKS:] 14) London Boys; 15) Laser Love; 16) Life's An Elevator.
Cuando ya nadie daba un duro por Marc Bolan, principalmente porque no había motivos para ello, se obró el milagro y T. Rex volvió por la senda triunfante aunando melodía, fuerza y acertada producción a partes iguales. La portada, junto al título y el tema ‘Theme For A Dragon’ pueden hacernos pensar en un disco conceptual sobre dragones o en un musical sobre la leyenda de Sant Jordi, pero aun habiéndose recuperado de su bajón creativo, Bolan no estaba tampoco para poner el listón tan alto. En cualquier caso, el nivel es tan bueno como en sus mejores momentos y es toda una alegría comprobar cómo se había recuperado tan bien del bajón creativo anterior.
La guitarra distorsionada y desenfrenada de la introducción al álbum ya nos adelanta que algo ha cambiado en la dinámica descendente que había tomado Bolan, puesto que suena más experimental e innovador que nunca. Para aclarar dudas, a continuación siguen el glorioso boogie de ‘Jupiter Liar’ y el potente rock de ‘Chrome Sitar’, en la vena de ‘Children Of The Revolution’ aunque sin llegar a tan sobresaliente nivel. Es como si no hubieran existido los dos álbumes anteriores y se hubiera retomado el testigo dejado en Tanx. Hasta un instrumental como ‘Theme For A Dragon’ sale vencedor con una solemnidad insólita. La confianza con la que Marc afrontaba estas grabaciones no le hace temer otros estilos en los que no encajaría en principio, puesto que ‘My Little Baby’ es la incursión de T. Rex en el sonido Motown de principios de los sesenta, pero con acierto.
Bueno, no todo iban a ser buenas noticias porque ‘All Alone’ suena a pasteleo pop comercial con exceso de violines, donde lo único que puede salvarse es el solo de saxofón y ese momento de repetición de verso en cada final de estrofa. Peor todavía resulta el desastroso ‘Ride My Wheels’, pues las melodías brillan por su ausencia y el estribillo parece metido con calzador. Pero aparte de eso, no hay nada que pueda catalogarse como flojo, como mucho de relleno en el caso de ‘Casual Agent’ y ‘Dreamy Lady’, aunque ambas son agradables de escuchar.
El sencillo boogie de ‘New York City’ sí que engancha desde el inicio, pues presenta unas melodías vocales ultrapegadizas que dentro de su simpleza consiguen un efecto extraordinario. Tres veces se repite la misma letra y cada vez que se llega al final (con esos “I did, don't you know”) se van añadiendo más elementos que van enfatizando y agrandando todavía más su efecto, además de los logrados pasajes totalmente glam que sirven de unión entre estrofas y también como coda. Podría ser quizá el mejor tema del disco, pero su excesiva sencillez estructural juega en su contra. Muy poco le faltaría también a ‘Dawn Storm’ para convertirse en una épica balada de referencia, sobre todo por su elaborado estribillo iniciado por la memorable entonación del verso precedente “Times they are strange”.
Por otro lado, ‘Calling All Destroyers’ es toda una descarga de adrenalina, además de presentar uno de los ritmos más frenéticos de toda la carrera de Bolan. Recuerda vagamente a ‘Cold Turkey’ de John Lennon, como si se hubiera querido hacer una variación actualizada y Bolan hubiera aportado su granito de arena a la incipiente New Wave. Y es que, aun habiendo retornado en cierta manera hacia atrás en el tiempo, T. Rex suenan al mismo tiempo modernos y mirando hacia el futuro. Por ejemplo, en ‘Sensation Boulevard’ da la impresión de que algo se atasca, pero su estribillo suena muy moderno simplemente por esa manera de entonar el título, un simple detalle que hace sobresalir el tema por encima de la media.
Los bonus tracks vuelven a ser toda una revelación, puesto que si bien ‘London Boys’ suena más discreta, tanto ‘Laser Love’ como ‘Life's An Elevator’ son dos canciones imprescindibles de T. Rex. En concreto, ‘Laser Love’ presenta un ritmo hipnótico aderezado por los gritos de Bolan y una estructura cíclica en la que cada vez que se acaba el pegadizo estribillo, vuelve su grandiosa melodía que se refuerza todavía más con la posterior entrada del genial bajo. En el polo opuesto, ‘Life's An Elevator’ es una balada acústica de amenazante guitarra y tono sombrío donde los primeros versos de su letra parecen ciertamente autobiográficos de lo que habían sido sus dos últimos años: “Sat with a cat on your head / Alone at last / You cry with a sigh / Resurrecting all your past”.
Poco más puede añadirse a lo ya dicho. Esta recuperación musical podía hacer preveer una segunda vida de T. Rex con una perspectiva futura interesante, puesto que parecía que la adaptación a las corrientes musicales novedosas no iba a resultar dramática, sino más bien enriquecedora. No obstante, todo no iba a ser de color de rosa, ni en lo musical ni desgraciadamente en lo personal.
DANDY IN THE UNDERWORLD
Año de publicación: 1977
Puntuación:
1) Dandy In The Underworld; 2) Crimson Moon; 3) Universe; 4) I'm A Fool For You Girl; 5) I Love To Boogie; 6) Visions Of Domino; 7) Jason B. Sad; 8) Groove A Little;
9) The Soul Of My Suit; 10) Hang-Ups; 11) Pain And Love; 12) Teen Riot Structure.
En vez de seguir la senda marcada en Futuristic Dragon, el que sería el último disco de T. Rex lo obvia y parece más la continuación lógica del bajón creativo de los álbumes anteriores al citado. Es decir, en Bolan's Zip Gun se había tocado fondo y por tanto tocaba una recuperación que en principio debería ser más gradual y lenta, como hubiera quedado reflejado de ser Dandy In The Underworld su continuación, y no como en la impresionante demostración de fortaleza de Futuristic Dragon, que encajado cronológicamente entre estos dos álbumes destaca sobremanera. Una lástima el resultado final, puesto que para esta ocasión se había rodeado de buenos músicos, incluida la participación del gran bajista Herbie Flowers o del mismísimo Steve Harley en los coros. Pero si las composiciones no están a la altura, poco se puede hacer.
Curiosamente, las dos canciones de este disco que suelen incluirse en recopilatorios son las dos peores con diferencia. En primer lugar tenemos ‘Dandy In The Underworld’, una flojísima balada que provoca una primera mala impresión de lo que vamos a escuchar después. El otro lamentable tema es ‘I Love To Boogie’, que podría incluirse como referencia en una recopilación que se titulara Boogie para dummies. Si su propósito fuera paródico, hasta podría tener gracia, pero la impresión que da es de ser un nefasto intento serio. No son estas dos canciones las únicas flojas, puesto que también encontramos otras que incluso podrían haber estado bien de haberlas rematado mejor como ‘I'm A Fool For You Girl’, lastrada por un simplón estribillo que además no se cansan de repetir en su parte final hasta llegar a niveles intolerables, o la infantiloide ‘The Soul Of My Suit’, donde únicamente puede destacarse el solo de guitarra, aunque tampoco sea gran cosa.
Lo que más abunda son las canciones de relleno como ‘Universe’, la especie de homenaje al rock clásico ‘Jason B. Sad’ (una broma con el título ‘Johnny B. Goode’ de Chuck Berry) o el intento de himno entre disco y glam que cierra el disco: ‘Teen Riot Structure’. También encontramos un exceso de sintetizadores en ‘Groove A Little’, pues sin tanto empacho sonoro se hubiera podido aprovechar su entretenido ritmo.
Pero por suerte no iba a ser todo malo, aunque tampoco haya ningún tema para la posteridad. Puede destacarse ‘Visions Of Domino’ por recuperar la habilidad de Bolan para conjugar clasicismo con giros melódicos y potentes estribillos, bien adornado por violines que quizá suenen más artificiales de lo normal. En ‘Hang Ups’ introduce un inquietante ritmo que logra mantener el interés y ‘Pain And Love’ aporta una solemnidad que demuestra que todavía quedaba talento en Bolan y que el futuro todavía podría habernos traído cosas mejores. Desgraciadamente, Marc fallecería en accidente de automóvil unos meses después de la publicación de este álbum y todas las dudas se quedarían en el aire. Fue el punto final de una carrera breve pero notable durante unos años, dejando su nombre grabado en fuego en los primeros setenta para las generaciones posteriores.
LEFT HAND LUKE: THE ALTERNATE TANX
Año de publicación: 1995
Puntuación:
1) Tenement Lady/Darling; 2) Rapids; 3) Mister Mister; 4) Broken Hearted Blues;
5) Country Honey; 6) Mad Donna; 7) Born To Boogie; 8) Life Is Strange;
9) The Street And Babe Shadow; 10) Highway Knees; 11) Left Hand Luke;
12) Children Of The Revolution; 13) Solid Gold Easy Action; 14) Free Angel;
15) Mister Mister (acoustic & bass demo); 16) Broken Hearted Blues (acoustic & bass demo); 17) The Street And Babe Shadow (acoustic & Bass demo); 18) Tenement Lady (acoustic & bass demo); 19) Tenement Lady (acoustic demo);
20) Broken Hearted Blues (acoustic demo); 21) Mad Donna (acoustic demo);
22) The Street And Babe Shadow (acoustic demo);
23) Left Hand Luke (acoustic demo).
Tiene su aliciente la posibilidad de escuchar la música de T. Rex despojada de los arreglos de producción que imprimía Tony Visconti y eso es lo que nos encontramos en uno de los discos publicados en ese sentido (la lista total de álbumes con tomas alternativas es bien extensa, pues se ha exprimido al máximo el archivo de grabación de Bolan). Como indica su título, Left Hand Luke: The Alternate Tanx nos ofrece una versión alternativa de cómo hubiera sonado Tanx de haber grabado únicamente los instrumentos básicos de rock sin adiciones posteriores. Son todo demos y tomas alternativas que nos muestran el sonido más directo de las composiciones de Marc Bolan. Aquí vemos a un grupo en estado puro, sin apenas artificios de producción.
El disco más o menos se divide en una primera mitad eléctrica y una segunda de demos acústicas, cuya calidad de sonido es algo floja. En la primera mitad podemos observar que más o menos se sigue el orden de la obra original y encontramos versiones alternativas de todos los temas salvo de ‘Shock Rock’ y ‘Electric Slim And The Factory Hen’. La perspectiva es diferente y quizá sea cuestión de gustos que a un@ le pueda agradar más una versión que otra, pero es innegable que la mano de Visconti era normalmente a favor y sabía extraer el potencial de las composiciones. Esto lo observamos enseguida con un claro ejemplo: ‘Children Of The Revolution’. Es un extracto de tan solo un minuto, pero sus poderosos acordes que tanto impactaban con los arreglos orquestales, aquí suenan huérfanos. En cambio, ‘Left Hand Luke’ queda incluso mejor sin tantos coros femeninos que desviaban la atención respecto a los estupendos punteos de guitarra que va soltando Marc, como también suena más aguerrida ‘Rapids’.
Este álbum nos sirve también para comprobar la habilidad de Bolan con la guitarra acústica en la segunda parte, la de las demos, aunque la calidad del sonido no sea muy buena. En cualquier caso, todo en conjunto queda como una curiosidad destinada más bien a los seguidores del grupo que ya conozcan Tanx y quieran escucharlo desde otra perspectiva. Para el resto no presenta mayor interés que poder degustar mejor la afilada guitarra de Marc Bolan, que también vale la pena.
RECOPILATORIOS
THE VERY BEST OF MARC BOLAN AND T. REX
Año de publicación: 1991
Este recopilatorio debería cambiar su título al inducir a engaño, pues únicamente se incluye el período 1972-1977, lo que equivale a decir que se salta el mejor disco de T. Rex: Electric Warrior. Se incluyen muchos singles que originalmente no podían encontrarse de otra manera, aunque hoy en día se han ido añadiendo a las reediciones de los álbumes oficiales. Encontramos dos canciones no comentadas con anterioridad. Una de ellas es ‘Truck On (Tyke)’, single de 1973 que antecedió a la publicación de Zink Alloy y que hubiera sido una de las canciones más destacadas de éste de haberse incluido, aunque tiene un cierto aire disco desconcertante. La otra es la lamentable ‘Celebrate Summer’, una de las últimas composiciones de Bolan antes de su muerte. Pero se incluyen demasiadas canciones malas de la última etapa (‘Dandy In The Underworld’, ‘Teenage Dream’, ‘Light Of Love’) para aconsejar este recopilatorio.
VÍDEOS
BORN TO BOOGIE
Año de publicación: 1972
Estrenada justo después de la publicación del exitoso The Slider, esta película promocional no está hecha sino para mayor ahondamiento en lo que entonces se bautizó como T. Rextasy, cuando estaban en la cresta de la ola. Parece ser que Ringo Starr estaba más que entusiasmado con Marc Bolan y se puso de director además de producir el film. Con un director de tal calibre, el resultado es previsiblemente malo: sketches de un humor absurdo tipo Magical Mystery Tour de los Beatles, quizá incluso con menos gracia. Por ejemplo, resulta cansino esa especie de toma falsa alargada en la que Ringo y Bolan no paran de reírse y bromear con las frases que deben decir (“Some people like to rock”, “Some people like to roll”). Al menos podemos ver partes de un concierto en el que resulta de interés ver la adaptación en directo del sonido a veces pomposo de los discos de estudio (que contenían arreglos orquestales en muchas ocasiones) a un sonido básico de guitarra, bajo y batería. Al percusionista Finn también podemos verle dejándose la piel con el bongó pero apenas resulta audible con los instrumentos eléctricos, donde Bolan demuestra que es capaz de completar el sonido de manera sorprendente con las estridencias de su guitarra. Para compensar la inferioridad de su compañero, en una de las interpretaciones acústicas Bolan le permite un solo de percusión e incluso le acompaña dándole golpes al dorso de su guitarra. Resulta curiosa la interpretación de ‘Children Of The Revolution’ con Elton John acompañando en el piano y Ringo Starr en la batería (doble batería en este caso, pues el baterista habitual toca simultáneamente con él), no así otras recreaciones de temas conocidos, que son superfluas. Lo que sobra ciertamente es la jam en que se transforma la interpretación de ‘Get It On’, que cierra el film original. En la edición en DVD, en los extras se pueden encontrar dos conciertos del mismo día (uno de las 17:30h y el otro de las 20:30) que apenas difieren en su contenido y donde el segundo de ellos sirve de base para la mitad de la película original. También, como sorpresa, una canción en directo de 1967, cuando eran Tyrannosaurus Rex y Bolan llevaba el pelo más corto.