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STEELY DAN

CAN'T BUY A THRILL

Año de publicación: 1972

Puntuación:

1) Do It Again; 2) Dirty Work; 3) Kings; 4) Midnite Cruiser; 5) Only A Fool Would Say That; 6) Reelin' In The Years; 7) Fire In The Hole; 8) Brooklyn (Owes The Charmer Under Me);

9) Change Of The Guard; 10) Turn That Heartbeat Over Again.

Gran debut de una banda de prestigio entre amantes de la buena música, es decir, de aquélla interpretada con gusto y con detalles que eleven el nivel por encima del mero entretenimiento o de ser una simple música de fondo de carácter agradable. Dos amigos llamados Walter Becker (bajo) y Donald Fagen (teclado) formaron esta banda después de haberse buscado la vida como músicos de acompañamiento y como compositores de canciones, pero finalmente consiguieron su sueño de grabar un disco propio. Dada la inseguridad de Fagen para cantar en estos inicios, contaron con la participación de un tal David Palmer, aunque en el álbum el propio Fagen y otros miembros de la banda se alternan en el liderazgo vocal.

 

Precisamente ‘Do It Again’, cantada por Fagen, es una de las canciones más famosas y carismáticas de Steely Dan. Con su gran ritmo de ecos latinos, su poderosa parte vocal, sus magníficos detalles instrumentales y unos grandes solos de guitarra y teclado que se van alternando en la parte central del tema, será difícil no sucumbir al encanto de este tema. En los años ochenta pudo escucharse una graciosa versión por parte de un grupo electrónico en la que se empleaba la base rítmica de ‘Billy Jean’ de Michael Jackson con la parte vocal de este tema de Steely Dan. Una de las melodías más pegadizas del disco la encontramos precisamente nada más iniciarse ‘Reelin' In The Years’, que supone un gran comienzo al estar ejecutada brillantemente con la guitarra, instrumento que volverá a brillar en el consiguiente solo. Y en la gran ‘Dirty Work’ nos deleitan con más memorables melodías y un gran estribillo.

 

Y es que el adjetivo memorable puede ser empleado con gran profusión durante los primeros años de Steely Dan, puesto que podría aplicarse igualmente a la melodía de teclado que inicia ‘Kings’, la cual parecería copiada de ‘Moira's Hand’ de Affinity si no fuera porque esta última quedaría inédita hasta 2003. Aquí también la magnífica parte instrumental presenta un gran solo de guitarra pasados los dos minutos, tras recibir el testigo del teclado, ingredientes similares que jalonan la brillante ‘Fire In The Hole’. No es que ambas canciones tengan unas melodías vocales que sobresalgan ni un estribillo excesivamente llamativo, pero en cuanto los instrumentos ocupan el primer plano, el resultado final es sencillamente impresionante. Aunque ‘Fire In The Hole’ es de las que crecen con las diferentes escuchas. Este protagonismo tan pronunciado de la guitarra no será algo habitual en la discografía del grupo, pero aquí incluso ofrece momentos de gran energía como la segunda mitad de ‘Change Of The Guard’.

 

El estribillo de ‘Midnite Cruiser’, que está cantada por el batería Hodder, quizá sea más convencional, pero la parte instrumental en la que va envuelta vuelve a elevar el resultado final. Las canciones que pasan más desapercibidas son ‘Only A Fool Would Say That’, ‘Brooklyn (Owes The Charmer Under Me)’ (aunque se emplee una pronunciada steel guitar) y la final ‘Turn That Heartbeat Over Again’, donde solo podría destacarse lo inusual de que Becker participe en la parte vocal, pero no dejan de tener una cuidada estructura y producción igualmente.

 

En el libreto del CD podemos disfrutar de unos comentarios de Fagen y Becker a nivel retrospectivo con ese humor inteligente que también abraza las letras de sus canciones cuando lo requieren. Pero queda claro que estamos ante un grandísimo disco de debut que auguraba un buen futuro a la banda por el talento, la profesionalidad y la minuciosidad demostrados aquí.

COUNTDOWN TO ECSTASY

Año de publicación: 1973 

Puntuación:

 1) Bodhisattva; 2) Razor Boy; 3) The Boston Rag; 4) Your Gold Teeth;

5) Show Biz Kids; 6) My Old School; 7) Pearl Of The Quarter; 8) King Of The World.

Como Fagen ya se veía seguro para cantar todo lo que hiciera falta, a David Palmer le dieron la patadita y la banda siguió su andadura sin apreciables cambios en lo musical respecto al disco de debut. Fagen y Becker seguirán siendo los únicos compositores del material original con el que vuelven a deleitarnos en esa mezcla de rock, jazz y algo de blues, con mentalidad abierta para absorber otras influencias, como corresponde a ese espíritu rock que prevalece en sus primeros años y que más adelante perderá algo de terreno respecto al jazz, aunque no la predominancia.

 

Y con esos mismos músicos la guitarra tocada por Dias seguirá brillando en primer plano, como podemos comprobar en el fiero solo de ‘The Boston Rag’, que mantiene un ritmo pesado que podría encajar en un disco de Deep Purple, sobre todo tras la entrada de la guitarra; o en el extremo opuesto en forma de steel guitar para acompañar las delicadas melodías vocales de ‘Razor Boy’ y sus destellos excepcionales de teclado. Ese loable gusto por la guitarra steel lo volverán a repetir en ‘Pearl Of The Quarter’, canción de gusto agridulce por su inteligente letra donde se expone una expresión de amor hacia una chica que parece tener una dedicación sospechosa (eso de estar cantando casi cada día “voulez vous” es un detalle ya bastante significativo por sí mismo).

 

Al igual que ocurría con ‘Do It Again’ en su debut, ‘Your Gold Teeth’ representa la incursión de Steely Dan en los ritmos más latinos desde la perspectiva del grupo, un ejemplo más de la fusión del rock con otras músicas, tan característico de principios de los setenta. Otro guiño más evidente a dicho disco de debut es ‘Show Biz Kids’, que quedaría como una variación de ‘Change Of The Guard’, aunque incluyen una paródica letra con frases como “Show biz kids making movies of themselves” o, haciéndose autopropaganda, "They got the Steely Dan T-shirt".

 

En ‘My Old School’, liderada por un rítmico teclado, introducen el saxofón como instrumento líder, que al menos en este caso proporciona un buen resultado, aunque mucho mejor todavía en la final ‘King Of The World’, que presenta una de las melodías vocales más memorables y un ritmo ágil aderezado por grandes punteos de guitarra. También es de destacar el solo de teclado final, donde juegan magistralmente con las disonancias. Por otro lado, ‘Bodhisattva’ es en esencia como una especie de rock'n'roll tocado por músicos de jazz, de ritmo entretenido aunque de propósito demasiado sencillo y espíritu desenfadado como para poder ser una pieza destacada.

 

Así pues, en global este álbum no representa una mejora respecto al anterior, más bien una continuación donde el entusiasmo y los éxitos radiofónicos que encontrábamos con anterioridad se compensan aquí con la incorporación de nuevos elementos y la creatividad melódica que siguen desarrollando.

PRETZEL LOGIC

Año de publicación: 1974

Puntuación:

1) Rikki Don't Lose That Number; 2) Night By Night; 3) Any Major Dude Will Tell You; 4) Barrytown; 5) East St Louis Toodle-oo; 6) Parker's Band; 7) Through With Buzz;

8) Pretzel Logic; 9) With A Gun; 10) Charlie Freak; 11) Monkey In Your Soul.

La evolución lógica hacia la excelencia musical encontró aquí su cota más elevada. En ningún otro álbum de Steely Dan encontraremos tal cantidad de canciones de primerísimo nivel con perfecta y precisa instrumentación, pegadizas melodías y diversidad sonora. También es quizá el disco donde la palabra pop pueda pronunciarse con cierta propiedad, pues el balance entre complejidad y accesibilidad está muy equilibrado, con el sonido tan agradable como siempre. Para esta ocasión, Becker y Fagen echaron mano de un buen número de músicos de sesión, rompiendo de alguna manera la unidad como banda que habían ostentado en sus dos primeros discos, lo cual no interfiere para nada en la calidad musical, que es impresionante.

 

La grandeza instrumental de ‘Night By Night’ asombra por su perfección, con un impresionante trabajo de guitarra y un gran estribillo que varía el ritmo (“Well I don't really care if it's wrong or if it's right”). Lo que no acabo de entender es su referencia a la Reina de España en el inicio de la canción. Otra demostración de grandeza la encontramos en los noventa segundos que dura ‘Through With Buzz’, donde se ofrece tal cantidad de melodías y cambios de ritmo que abruman por su genialidad. En ‘Any Major Dude Will Tell You’, además de todos los ingredientes ya comentados, el elemento significativo que consigue hacerla destacar es esa pegadiza melodía que suena cada vez que Fagen repite el título de la canción en el estribillo. Por otro lado, una de las canciones más conocidas es ‘Rikki Don't Lose That Number’, gracias a su elaborado estribillo, aunque el bajo tiene bastante gancho llevando ese misterioso y reconocible ritmo.

 

Dentro de la diversidad estilística que encontramos en este álbum, puede señalarse el rítmico jazz de la versión de Duke Ellington ‘East St Louis Toodle-oo’, que recuerda todavía más a Django Reinhardt. También cabe señalar la incursión en el blues de la canción que da título al álbum. En cambio, el animado country-western de ‘With A Gun’ entronca con el mejor estilo del Tumbleweed Connection de Elton John, y el majestuoso piano de la decadente ‘Charlie Freak’ contiene una de las mejores partes vocales del álbum.

 

Las canciones que menos destacan no es que sean malas o convencionales, ni mucho menos, sino que simplemente no están al nivel de excelencia sublime del resto. Así, ‘Barrytown’ proporciona igualmente un momento de tranquilidad bien condimentada, al contrario que el marcado ritmo de ‘Parker's Band’ (con unas estrofas principales que al principio recuerdan bastante a ‘Tell Me What You See’ de The Beatles) o el más denso sonido de la final ‘Monkey In Your Soul’, que con su marcada guitarra inicial parece que vaya a seguir una dirección diferente del habitual jazz-rock melódico marca de la casa, cosa que no llega a ocurrir.

 

Ésta es la cima creativa de Steely Dan y toda una joya para quienes disfruten apreciando cada instrumento en una obra musical. Es también su disco más variado y el que mejor ejemplifica el gusto exquisito requerido para valorar su carrera.

1) Black Friday; 2) Bad Sneakers; 3) Rose Darling;

4) Daddy Don't Live In That New York City Anymore; 5) Doctor Wu;

6) Everyone's Gone To The Movies; 7) Your Gold Teeth II; 8) Chain Lightning;

9) Any World (That I'm Welcome To); 10) Throw Back The Little Ones.

Puntuación:

Año de publicación: 1975

KATY LIED

Nuevo año y prosigue el vendaval creativo del dúo Becker/Fagen con otro nuevo álbum, manteniendo la misma filosofía de adquirir los servicios de músicos de sesión para la grabación de los discos, destacando aquí la participación más activa de Jeff Porcaro, conocido por su colaboración con infinidad de grupos y artistas (tocaría la batería en ‘Mother’ de Pink Floyd, del disco The Wall) y por pertenecer a la banda de éxito comercial Toto. La originalidad no pareció acompañar necesariamente la nueva producción de Steely Dan, puesto que la variedad sonora de Pretzel Logic se limita aquí a una especie de jazz-rock ligero que durante los próximos años se irá asentando en las composiciones del dúo. Un preludio de ese futuro es cuando presenciamos cómo pueden sonar cuando conectan el piloto automático y se dedican a lanzar melodías simplemente agradables con un buen armazón instrumental, algo que por otro lado es una característica implícita a este grupo/dúo. Así, ‘Bad Sneakers’ o la demasiado calmada ‘Chain Lightning’ sirven perfectamente como música de acompañamiento de calidad y cierta melodía. Más floja queda ‘Doctor Wu’ debido al solo de saxofón que no acaba de sobrepasar la barrera de lo mediocre.

 

En cambio, ‘Black Friday’ es el acercamiento de Steely Dan a un rock'n'roll clásico, aunque el estribillo nos recuerda que las aproximaciones de la banda nunca son ortodoxas. Para un rock más duro (duro en lo que puede entenderse para este grupo) nos hemos de dirigir a ‘Daddy Don't Live In That New York City Anymore’, donde la afilada guitarra eléctrica es la que le da vida al tema. Y es que se agradece bastante cuando enfilan algún ritmo dinámico como en ‘Rose Darling’, de elaborado y adornado estribillo.

 

Por otro lado, el particular humor del dúo se deja traslucir a lo largo del álbum, donde por ejemplo en ‘Everyone's Gone To The Movies’ se trata el tema de cuando los jóvenes iban al cine no necesariamente para ver la película en cuestión. La titulada como segunda parte de ‘Your Gold Teeth’ (canción del disco Countdown To Ecstasy), no parece tal puesto que no se le encuentra una conexión clara. Pero tiene un agradable ritmo de vals liderado por el piano y la guitarra eléctrica se deja querer con un apañado solo. El teclado tiene un obvio papel protagonista y hay momentos en que parece inspirado en Rod Argent durante su etapa de los Zombies, como ocurre en ‘Any World (That I'm Welcome To)’.

 

Aunque el nivel general del álbum es bueno, tampoco encontramos demasiados momentos destacables al nivel excelso de un buen puñado de temas que nos habíamos encontrado hasta este momento. Lo mejor aquí llega al final con ‘Throw Back The Little Ones’, que con un gran inicio de vientos (muy bien empleados a lo largo del tema) da paso a una de las partes vocales con mejor melodía de todo el disco, además de poseer geniales momento como esos breves pasajes instrumentales entre el estribillo y el retorno a la estrofa, que también dejan lugar a un gran solo de guitarra. Así que este tema final no es el que mejor define lo que vamos a encontrar aquí pero sí el tono general de una música más o menos apacible y con suficientes detalles como para poder recomendar este álbum.

1) Kid Charlemagne; 2) The Caves Of Altamira; 3) Don't Take Me Alive;

4) Sign In Stranger; 5) The Fez; 6) Green Earrings; 7) Haitian Divorce;

8) Everything You Did; 9) The Royal Scam.

Puntuación:

Año de publicación: 1976

THE ROYAL SCAM

Con el piloto automático puesto, el nuevo disco representa una continuación respecto a la trayectoria que habían seguido desde sus comienzos. No obstante, a partir de ahora se hará complicado comentar de una manera original los discos de Steely Dan, pues en esencia seguirán el camino descendiente desde el rock hasta el jazz-rock, sin desviación alguna. Uno de los mayores aciertos de este álbum es que contaran con la participación del gran guitarrista de sesión (y con una larga carrera propia también) Larry Carlton, pues su trabajo se deja notar a lo largo del disco, aunque no es el único guitarrista implicado, puesto que incluso Becker se permite tocar ese instrumento como solista en ‘The Fez’.

 

Se podría hacer una breve clasificación de las canciones en función del instrumento que toma el rol principal. Así pues, lo mejor de ‘Kid Charlemagne’ o de ‘Everything You Did’ (ésta con una letra humorística sobre una pelea de pareja) llega cuando la guitarra toma el protagonismo, puesto que de otra manera no pasarían de ser canciones agradables sin más. Aún así, hay casos como ‘Don't Take Me Alive’ en los que la guitarra suena todavía más inexpresiva que el resto del tema, aunque al menos está interpretada con gusto.

 

Cuando los vientos asumen el liderazgo, no suele ser una buena noticia para un grupo de rock (o de jazz-rock, o de blues-rock, o lo que sea relacionado con el rock), sobre todo cuando es de manera contemplativa como en ‘The Caves Of Altamira’. Sin embargo, si consiguen complementar los vientos con buenos punteos de guitarra, como en ‘Sign In Stranger’, entonces el resultado mejora bastante. Y si nos vamos a otro instrumento, el teclado, vemos que en ‘The Fez’ es lo más destacado, manteniendo como una especie de melodía de trasfondo a lo largo del tema y dejando destellos con diferentes timbres durante toda la canción.

 

Lo más negativo es cuando encontramos temas como ‘Green Earrings’, que parecen más destinados a rellenar espacio que a otra cosa. Rellenar espacio con suficiente gusto, eso sí, que estamos hablando de Steely Dan. En el polo opuesto, de lo mejor del álbum es la casi (muy apropiadamente) reggae ‘Haitian Divorce’, que además de su negro humor sobre un matrimonio roto, posee el mejor estribillo de todo el disco.

 

Pero el mejor tema de todo el álbum es el que lo cierra y le da título. Sus paradas de ritmo le confieren una solemnidad que se acrecienta con los punteos de guitarra que van apareciendo y con un acertado saxofón que también va dejando destellos sin acaparar el protagonismo. Se le puede objetar excesiva profesionalidad que puede desembocar en esterilidad emocional, pero no es el caso. Steely Dan demuestran una vez más que tienen un sonido sólido y cohesionado en el que todos los músicos suman y aportan algo interesante, incluidos los coros femeninos. La única lástima es que hayan tantas grandes melodías como en discos anteriores.

Cuando un@ escucha este álbum por primera vez, la indiferencia que produce es absoluta y hace pensar si no nos habremos equivocado al introducirlo en el equipo de audio, puesto que estamos ante el disco más vendido de toda su obra, además de ser ganador de un premio Grammy. Ya habíamos avisado previamente de la dificultad de escribir sobre la música de Steely Dan conforme pasan los años, puesto que se puede describir de manera general como una fusión entre jazz, pop y rock, con mayor componente del primero. Una segunda escucha del álbum todavía no da muchos frutos, pero ya empezamos a discernir ciertos detalles que dan un toque especial a las composiciones. No es hasta la tercera vez que se escucha el álbum (y eso con suerte) que por fin parecen aflorar acordes y melodías imperceptibles al principio, cuando nuestro oído debía asimilar aún las bases instrumentales aparentemente convencionales donde están insertas. Eso sí, de canciones como ‘Peg’ y ‘I Got The News’ no se sacará nada especial aunque se escuchen doscientas veces. Son agradables y punto. La paciencia es, pues, una virtud necesaria para poder disfrutarlo. Eso sí, quien busque algo de energía que no se le ocurra buscar aquí, puesto que lo más cerca que llegará es en la final ‘Josie’. Esto es música como mucho de tempo medio, pensada para ser escuchada de manera relajada y sin necesidad de subir la adrenalina. ¿Alguna vez habéis pensado en qué música escuchar mientras se lee un buen libro? Pues aquí tenemos una buena elección, siempre que se trate de un libro que induzca a utilizar el cerebro durante su lectura.

 

Infinidad de músicos pueblan el disco a lo largo de sus canciones y eso se traduce en una riqueza instrumental de gran calibre, que es lo que esperamos siempre en Steely Dan. Sin embargo, el inicio del álbum no hace pensar en nada nuevo, puesto que ‘Black Cow’ representa una continuación en esa fusión entre rock, pop y jazz que habían desarrollado en su discografía, pero aquí con buen gusto y añadiendo un acertado saxofón.

 

Como ejemplo de la citada dificultad de descubrir la genialidad oculta de algunos temas, en el que da título al álbum en principio nada llama especialmente la atención y quizá por eso nuestra capacidad perceptiva se diluya de tal manera que cuando pasados los dos minutos llegue su brillante progresión instrumental, no estemos atentos y no percibamos la grandeza de su estructura y su ejecución, con los instrumentos fusionándose y complementándose de forma magistral. De manera análoga, el mejor momento de ‘Deacon Blues’ llega en otro pasaje instrumental pasados los 3:50. Este tema inspiró el nombre de un grupo escocés de pop de los ochenta (Deacon Blue) que en España lo petó llegando a conseguir un sorprendente número uno en singles con la canción ‘Real Gone Kid’.

 

En cambio, el ritmo de ‘Home At Last’ sí que consigue mantener en vilo al oyente y posee uno de los mejores/pocos estribillos del disco. Y como ya se ha dicho, todo el álbum es bastante apacible, no es sino con la final ‘Josie’ donde parecen imprimir algo de energía a la música, pues las sinuosas melodías que van apareciendo sin avisar, seducen conforme se van descubriendo. Estamos pues ante un buen disco que no posee el gancho evidente de sus primeros álbumes pero que representa probablemente su última obra equilibrada entre la profesionalidad, la estructuración y la melodía.

1) Black Cow; 2) Aja; 3) Deacon Blues; 4) Peg; 5) Home At Last; 6) I Got The News; 7) Josie.

Puntuación:

Año de publicación: 1977

AJA

GAUCHO

Año de publicación: 1980

Puntuación:

1) Babylon Sisters; 2) Hey Nineteen; 3) Glamour Profession; 4) Gaucho;

5) Time Out Of Mind; 6) My Rival; 7) Third World Man.

Si para Aja decíamos que se necesitaban al menos tres escuchas para empezar a disfrutar ese disco, para Gaucho deberíamos aumentar el número hasta cinco por lo menos. Se antoja difícil ir asimilando la música de Steely Dan tras la publicación de Aja, puesto que el estilo ya no diferirá desde ese momento y las canciones tenderán a ser más lineales y menos sorpresivas en lo referido a su estructura. Becker y Fagen parecen sentirse ya satisfechos dentro de un sonido elaborado con meticulosos arreglos ejecutados por buenos músicos de sesión.

 

En cualquier caso, Gaucho sería el hermano menor de Aja, una continuación de lo que ya habíamos escuchado con anterioridad pero con menor frescura. La profesionalidad sigue ahí y también ciertos detalles en los temas que denotan el talento incombustible del dúo compositor. Es principalmente el armazón instrumental lo que distingue las canciones de este álbum y lo que las diferencia de cualquier otro tipo de easy-listening, aunque requiere de un esfuerzo y una concentración que tampoco puede atraer a cualquier oyente, menos todavía de quienes no sientan algo de interés por el jazz-rock. Así que comenzar con una pieza de diez minutos (‘Babylon Sisters’) parece una manera complicada de conseguir una buena impresión.

 

La música está más dirigida a la ambientación, a envolver al oyente con composiciones bien diseñadas. La mejor lograda es la final ‘Third World Man’, donde la guitarra toma protagonismo (de los pocos momentos así del disco) y el resto de músicos crea una atmósfera acogedora junto a una cálida parte vocal. La canción que da título al álbum tuvo ciertos problemas legales porque el músico de jazz Keith Jarret denunció a Becker y Fagen por no incluirle en los créditos de composición. Es de lo mejor del disco y a partir de los 2:25 llega un gran pasaje instrumental con un gran empleo de los vientos y unas líneas de guitarra que podrían haber durado más.

 

Y es que la clave para poder disfrutar esta música sigue estando en los detalles. No obstante, en ‘Time Out Of Mind’ toca la guitarra Mark Knopfler, pero no está bien aprovechado y sus punteos los podría haber hecho cualquier otro músico de sesión. Mejor guitarra suena en la siguiente ‘My Rival’, uno de los aspectos destacados junto a ese momento a partir de los 1:50 en que aparece un delicioso teclado que se pone por delante del órgano. Un pasaje instrumental que vuelve a ser una recompensa más a la paciencia de escuchar a Steely Dan. También hay que destacar siempre las letras, puesto que suelen imprimir ese humor particular, a veces indescifrable, pero que en casos como ‘Hey Nineteen’ sirven para pasar al menos un buen rato. En ella habla sobre un hombre quizá algo maduro que se enamora de una chica de diecinueve años y se da cuenta de que no sabe de qué hablar porque ella es de otra generación. Las líneas finales “The Cuervo Gold / The fine Colombian / Make tonight a wonderful night” hacen pensar en a qué está referido ese “fine Colombian”...

 

En cualquier caso, más que escribir sobre todas las canciones, con lo que se ha comentado ya en general un@ puede hacerse una idea de lo que va a encontrar y así poder acercarse a este disco, o no, en función de sus gustos e intereses. Pero lo que puede asegurarse es que nadie quedará enganchado a él.

TWO AGAINST NATURE

Año de publicación: 2000

Puntuación:

1) Gaslighting Abbie; 2) What A Shame About Me; 3) Two Against Nature;

4) Janie Runaway; 5) Almost Gothic; 6) Jack Of Speed; 7) Cousin Dupree;

8) Negative Girl; 9) West Of Hollywood.

Veinte años exactos habían transcurrido desde la última aportación al mundo de la música del dúo Becker/Fagen. Cuando hay un lapso de tiempo tan amplio, un artista normalmente vuelve con algo totalmente diferente a lo que había hecho o, como ocurre en este caso, continua en la misma línea en que lo había dejado y navega plácidamente por aguas conocidas. La suerte que tenemos es, siguiendo con el símil, que navegan pero no hacen aguas. La tónica sigue siendo la misma, lo cual significa que seguimos en la línea de Aja/Gaucho, es decir, composiciones de medio tempo bastante similares y en un estilo jazz-rock que puede tomar préstamos ocasionalmente de otras músicas. Becker y Fagen vuelven a contar con la participación de un buen número de músicos competentes para la ejecución instrumental.

 

Y como ocurría con anterioridad, la clave está en los detalles, que se van encontrando poco a poco (y no todo el mundo tendrá paciencia para ello) y que justifican el sello de calidad de la música. Por ejemplo, en ‘Jack Of Speed’ podemos escuchar el que quizá sea el mejor solo de guitarra del disco. En la canción que da título al álbum, también la mejor que podemos encontrar, parecen inspirarse en primer término en los ritmos brasileños para darle un empaque consistente y aportar unas líneas de bajo destacadas. En estos discos últimos de Steely Dan, ciertamente se agradece que aceleren el ritmo alguna que otra vez, lo que hace que un tema también destaque sobre el resto, cosa que ocurre también en la final ‘West Of Hollywood’. Lo más flojo es ‘Negative Girl’, de ritmo invariable que aburre hasta a las vacas y además está cantada de una manera como si estuvieran susurrando, lo cual contribuye a la sensación de aburrimiento general.

 

Cuatro premios Grammy ganó nada menos este álbum, incluyendo el de disco del año y otro premio a la canción ‘Cousin Dupree’, que no es precisamente de lo más destacado pero que parece que cautivó a los miembros del jurado por su letra sobre el reencuentro y enamoramiento del protagonista con una prima que no veía desde pequeño. Sin menospreciar tampoco este disco, lo cierto es que la cantidad de premios recibidos se antoja excesiva. Parece que la ansiedad que había por poder escuchar nuevo material de Steely Dan tras tantos años de silencio fue un factor decisivo para que se decidieran a premiarlo tan profusamente.

EVERYTHING MUST GO

Año de publicación: 2003

Puntuación:

1) The Last Mall; 2) Things I Miss The Most; 3) Blues Beach; 4) Godwhacker;

5) Slang Of Ages; 6) Green Book; 7) Pixeleen; 8) Lunch With Gina;

9) Everything Must Go.

Con solo tres años de diferencia respecto al álbum de retorno anterior, parecía que el dúo volvía a estar motivado para proseguir con su carrera musical, aunque este nuevo disco resultó ser su definitivo final (a fecha de casi 2017). ¿Y qué tenemos en esta ocasión? Pues sí, ni más ni menos que lo mismo de siempre. O sea, lo mismo que habían estado haciendo desde Aja, lo cual no es poco, aunque convierte el análisis del contenido en toda una prueba de fuego para no repetir términos y expresiones. Por tanto, tampoco me esforzaré demasiado porque tampoco lo merece excesivamente.

 

En cualquier caso, Fagen y Becker son músicos que saben cuidar hasta el último detalle, lo cual es de agradecer y consigue que su música sea siempre cuando menos interesante.  Una buenísima introducción de guitarra crea ya una buena predisposición hacia ‘The Last Mall’ y por ende hacia todo el álbum, aunque luego este tema se desarrolle por derroteros más conocidos. Como siempre, hasta los temas que suenan más discretos tienen algún detalle o una ejecución impecable que los redime de ser olvidados, tal como podría decirse de ‘Green Book’, ‘Lunch With Gina’ o ‘Slang Of Ages’, en el cual no hay que perderse las cinco notas que suenan justo antes de recitar el primer verso del estribillo: “Drop me off in Groovetime”. Es una recompensa brevísima, en eso estamos de acuerdo, pero es uno de esos destellos de talento que desenmascaran a unos grandes artistas.

 

Uno de los pocos momentos en que encontramos un ritmo diferente, más ágil y pegadizo, es en ‘Godwhacker’. Como suele ocurrir cuando se deciden a tocar algo más dinámico, el resultado es muy bueno, sobre todo por el gran trabajo de guitarra que puebla todo el tema. Y para quien –con buen criterio– abomine de la música de Kenny G y quiera saber lo que es un buen solo de viento, tiene la canción final que da título al álbum.

 

Así pues, sin extendernos más, dejamos una valoración al mismo nivel que los últimos álbumes de este grupo/dúo, lo cual equivale a decir que son discos aceptables, interesantes y a los que, en un día bueno, se les puede perdonar la monotonía que por momentos llega a impregnar el sonido.

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