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THE ROLLING STONES

ENGLAND'S NEWEST HITMAKERS

Año de publicación: 1964

Puntuación:

1) Not Fade Away; 2) (Get Your Kicks On) Route '66; 3) I Just Want To Make Love To You; 4) Honest I Do; 5) Now I've Got A Witness; 6) Little By Little; 7) I'm A King Bee; 8) Carol; 9) Tell Me (You're Coming Back); 10) Can I Get A Witness; 11) You Can Make It If You Try; 12) Walking The Dog.

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Lo primero que debo escribir antes de empezar con los Rolling Stones es que la discografía que seguiré será acorde a la edición en Estados Unidos, que presenta bastantes diferencias respecto a la del Reino Unido en los primeros años, tal como era habitual en los primeros grupos de la invasión británica. Aquí estamos ante el inicio de la banda que revolucionó completamente el blues, el R&B y el rock, introduciendo la agresividad y la provocación en las interpretaciones como nadie había hecho antes, o al menos que lo hubiera introducido en la memoria colectiva (que en muchos casos suele haber diferencias). La jugada comercial fue presentarlos como la versión malota de los Beatles, aunque esa imagen de chicos malos queda algo ingenua para las siguientes generaciones. Eso ha sido una constante a lo largo de la historia, es decir, que aquello que parecía un escándalo para una generación, en la siguiente resultaba irrisorio. Bueno, hay excepciones como por ejemplo François Rabelais en la literatura, quien puso el listón bien alto en el siglo XVI y en comparación con los siguientes. En lo musical, estamos hablando aquí de un disco conformado casi exclusivamente por versiones de canciones de raíces norteamericanas donde solo encontraremos una composición original de la dupla Jagger/Richards, que es la canción pop normalita ‘Tell Me’.

La primera canción ('Not Fade Away') ya es una declaración de intenciones de lo que vamos a escuchar, puesto que quién nos iba a decir que una canción famosa de Buddy Holly iba a tener una energía y una agresividad tan palpables. Y es que la sección rítmica de Wyman y Watts marcan aquí un estilo que justifica su aura de reyes del R&B de la época. Solo hay que comparar la interpretación de estas versiones con las de los Beatles en un estilo similar para comprobar que en eso los Rolling Stones les llevaban mucha ventaja. En ese sentido, se podría tomar ‘Route '66’ como una de las canciones más típicas que podemos imaginar, incluidas las palmas que acompañan a la batería. Bastante mejor y más movidito suena ‘Can I Get A Witness’ de Holland/Dozier/Holland, que solo con saber que la escribieron estos compositores ya es sinónimo de buen hacer.

 

Otras grandes versiones que encontramos son: ‘I Just Want To Make Love To You’, que aquí tiene un ritmo muy rápido comparada con la original; ‘I'm A King Bee’, de Slim Harpo, con una interpretación vocal de Jagger de antología, haciendo esa pronunciación que recuerda el zumbido de una abeja; o ‘Carol’, que también despliega mucha energía aunque se distingue menos de la original de Chuck Berry.

 

El punto flojo del grupo en estos momentos lo detectamos pronto: las baladas. ‘Honest I Do’ suena hasta ridícula comparada con el resto del disco. Y el instrumental que sigue, ‘Now I've Got A Witness’, no mejora nada las cosas, es bastante discreto y olvidable. ‘You Can Make It If You Try’ es la otra pésima balada que nos obliga a apretar rápidamente la tecla de pasar canción.

 

Al menos la versión de ‘Walking The Dog’ permite acabar con buen sabor de boca, ya que se añade algo de humor por medio de los silbidos que se escuchan y además contiene otra interpretación amenazante y un gran solo de guitarra de Keith Richards, más aparte un peculiar empleo de la guitarra rítmica que preludia el estilo de algunos futuros éxitos.

 

La producción en general del disco parece bastante discreta, algo que enseguida mejorarían en el siguiente. Pero no deja de ser este un buen LP de debut, aun siendo básicamente un disco de versiones.

12x5

Año de publicación: 1964 

Puntuación:

1) Around And Around; 2) Confessin' The Blues; 3) Empty Heart;

4) Time Is On My Side; 5) Good Times Bad Times; 6) It's All Over Now;

7) 2120 South Michigan Avenue; 8) Under The Boardwalk; 9) Congratulations;

10) Grown Up Wrong; 11) If You Need Me; 12) Suzie Q.

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En su segundo disco del mismo año, los Rolling Stones no pueden hacer otra cosa que seguir el camino que se habían marcado con pequeños avances centrados en una mejor selección de versiones y en este caso cinco composiciones originales. En general parece que van orientándose ligeramente hacia un sonido más pop, pero todavía sin claras evidencias.

 

Las dos primeras canciones que encontramos siguen la buena estela R&B dejada anteriormente, demostrando que no habían sido flor de un día, y mejorando algo más en la tercera, ‘Empty Heart’, sobre todo en la producción, que permite disfrutar de un sonido más claro, y además hay que reseñar que se trata de una composición original. Justo a continuación encontramos uno de los grandes clásicos de los Rolling Stones de la primera época, precisamente una balada, que era el estilo que no dominaban según lo visto en el primer disco. Pero aquí, ‘Time Is On My Side’ destaca por su gran interpretación vocal, su fuerza rítmica en los momentos que cantan “You'll come running back”, y un buen solo de guitarra. Por desgracia, esto será una excepción porque casi al final encontramos la balada ‘If You Need Me’ para acordarnos del horror del primer disco, y es que esta canción está arruinada por un sonido de órgano bastante molesto de fondo, así como un momento en que Jagger empieza a recitar de forma bastante patética.

 

De las composiciones propias, ‘Good Times Bad Times’ es bastante discreta, un blues que bien podría parecer una versión. ‘Congratulations’ es algo mejor, pero se nota que todavía no han logrado dar el gran salto cualitativo que se verá en poco tiempo. Y ‘Grown Up Wrong’ es un buen blues con un sonido de guitarra que recuerda a la forma de tocar con el cuello de botella del delta del Missisipi.

 

Así que lo mejor del disco siguen siendo sus versiones. ‘It's All Over Now’ tiene un magnífico comienzo y un sonido que van acercando ligeramente al pop, además del siempre enérgico solo de guitarra de Keith Richards que hay que destacar aquí. Lástima que a continuación tengamos, igual que en el primer disco, un instrumental olvidable (‘2120 South Michigan Avenue’) compuesto por ellos bajo el pseudónimo que empleaban como grupo, Nanker Phelge. Y en el siguiente tema, una versión de ‘Under The Boardwalk’, tienen un inicio que recuerda a ‘My Girl’ pero al menos consiguen una buena interpretación.

 

Y al final acabamos con nota muy alta puesto que la versión de ‘Suzie Q’ es magnífica, de la forma fuerte y agresiva que solo ellos saben hacer en ese momento. Es una versión muy diferente a la que hicieron después los Creedence Clearwater Revival, pero cabe decir que ambas son muy buenas, y puestos a elegir me quedo con ésta, por poseer un ritmo más dinámico. En cualquier caso, es una acertada manera de finalizar un álbum importante dentro del proceso evolutivo de la banda y que mostraba a unos músicos con mente abierta y dispuestos a mejorar.

NOW!

Año de publicación: 1965 

Puntuación:

1) Everybody Needs Somebody To Love; 2) Down Home Girl; 3) You Can't Catch Me;

4) Heart Of Stone; 5) What A Shame; 6) Mona (I Need You Baby);

7) Down The Road Apiece; 8) Off The Hook; 9) Pain In My Heart;

10) Oh Baby (We Got A Good Thing Goin'); 11) Little Red Rooster; 12) Surprise Surprise.

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Tercer disco en un corto lapso de tiempo (¡y todavía publicarán dos más este año!), que significa volver al camino inicial, es decir, las desviaciones pop que encontrábamos en el disco anterior aquí desaparecen casi por completo. Pero también es una mejora respecto al sonido del primer disco, aquí ya son definitivamente los p*** amos del R&B.

 

No obstante, tenemos un inicio bastante discreto con la versión simplemente profesional de ‘Everybody Needs Somebody To Love’ de Solomon Burke, que entretiene pero nada aporta. Ejemplos así encontramos también en las versiones ‘Oh Baby’ o ‘Pain In My Heart’, como si hubieran tenido que grabar rápidamente algunos temas de relleno y por tanto no se note el entusiasmo puesto en sus mejores grabaciones. En cambio, ‘Down Home Girl’ sí que es otra de sus grandes versiones de la primera época, con todas las características del gran sonido Stones que tampoco quiero volver a recalcar para no repetirme (¿cuántas veces habré empleado los adjetivos “agresivo”, “amenazante”, “desafiante”?).

 

Cómo no, del gran Chuck Berry encontramos la versión de ‘You Can't Catch Me’, con un buen resultado y un buen solo de guitarra, pero que no presenta complejidad alguna para ellos. Y cómo no encontrar también un ritmo tipo Bo Didley, algo habitual en la época, con la interpretación de ‘Mona’ de Ellas McDaniel, para conseguir un entretenido tema.

 

Una versión que también se ajusta perfectamente a la imagen que querían transmitir los Rolling Stones es ‘Little Red Rooster’ de Willie Dixon, con Mick Jagger interpretando al gallito que es el rey del corral y tiene a todas las gallinas a sus pies, papel que le venía perfecto, además de una gran guitarra slide de Brian Jones que nos devuelve al sonido de los años 20 y 30. Y es que Brian Jones era el todoterreno del grupo, no era un músico virtuoso pero tenía la capacidad de aprender a tocar cualquier instrumento de forma competente en poco tiempo. ‘Down The Road Apiece’ también es otra gran versión a resaltar, con un gran trabajo a la guitarra y un loco piano seguramente interpretado por el oculto sexto Stone, el pianista Ian Stewart, uno de sus músicos más importantes pero defenestrado en las apariciones públicas por su imagen algo paleta que estaba en las antípodas de lo que querían aparentar ser. Pero fue un músico que estuvo con ellos hasta su muerte en los años 90, y todo el grupo fue a su entierro.

 

En este disco también tenemos otra gran balada del grupo, ‘Heart Of Stone’, pero con la gran diferencia que en este caso se trata por fin de una composición Jagger/Richards, y que nadie olvide prestar atención al gran solo de guitarra que se marca Keith. Y es que aquí las composiciones propias van mejorando, ‘Off The Hook’ vuelve a encantarnos con una gran línea de bajo y un estribillo pegadizo. Y al final tenemos ‘Surprise Surprise’ una buena canción de ritmo más movido, hasta bailable, y otro buen estribillo. La composición original más floja es ‘What A Shame’, donde realmente poco aportan al álbum y a su sonido.

 

Aunque este disco tenga la misma puntuación que el anterior, creo que es ligeramente mejor, pero sin tampoco llegar a las ocho estrellas que lo colocarían a la altura del siguiente, lo cual no es posible por la gran selección de canciones que veremos a continuación.

1) Mercy Mercy; 2) Hitch Hike; 3) The Last Time; 4) That's How Strong My Love Is;

5) Good Times; 6) I'm Alright; 7) (I Can't Get No) Satisfaction; 8) Cry To Me;

9) The Under Assistant West Coast Promotion Man; 10) Play With Fire;

11) The Spider And The Fly; 12) One More Try.

Puntuación:

Año de publicación: 1965 

OUT OF OUR HEADS

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Este es el disco de la explosión mundial/universal de los Rolling Stones, no porque no fueran ya famosos con lo que habían publicado hasta ese momento, pero si hay algo claro es que ‘Satisfaction’ es una canción conocida por cualquiera, hasta por los no interesados en el rock.

 

El álbum empieza con una gran versión de ‘Mercy Mercy’ que tiene un buen ritmo que será emulado y mejorado en sus propias composiciones, además de esa gran melodía de guitarra que se va repitiendo como aperitivo de lo que encontraremos. ‘Hitch Hike’, de Marvin Gaye, empieza con un ritmo fuerte de guitarra y batería, que es lo más destacable del tema y que será copiado por la Velvet Underground para su disco de debut.

 

Antes de toparnos con ‘Satisfaction’ encontramos ‘The Last Time’, otro gran ejemplo eclipsado por el primero de un riff repetido y repetido hasta la saciedad pero que brillantemente podría continuar durante horas sin cansarnos, pues lo que escuchamos son unos ritmos geniales mantenidos por Wyman y Watts, y bien acompañados por una melodía de guitarra excepcional. Ambas canciones tienen esos momentos de parada y retorno al comienzo que les dan un carácter cíclico original. En ‘Satisfaction’, además de lo anterior, tenemos una letra de angustia existencial hedonista y juvenil, donde el protagonista no sabe cómo seguir obteniendo satisfacción de todo lo que tiene al alcance. Otis Redding pronto se apropiaría de este tema, que sería uno de sus puntos fuertes en directo, tal como puede comprobarse en el documental (algo amateur) de culto Rock City (1973).

 

Cambiando de registro, ‘That's How Strong My Love Is’ va creciendo en intensidad hasta el final, una buena canción, así como la siguiente versión del gran Sam Cooke, ‘Good Times’, donde Wyman ciertamente se luce con su bajo. En ‘Cry To Me’ también utilizan ese truco de ir incrementando la intensidad interpretativa, sobre todo en los finales de estrofa, pero el resultado es algo más discreto que en la ya comentada. También tenemos un ejemplo del sonido del grupo en directo, con ‘I'm Alright’ (aunque quién sabe si aquí hicieron el viejo truco de grabar en estudio y añadirle los gritos en directo después, algo que presuntamente harían en Got Live If You Want It).

 

Otra gran e importante canción que encontramos en el disco es ‘Play With Fire’, donde Brian Jones introduce el clavecín y crea una atmósfera intimista muy adecuada, quizá envalentonado por la experimentación que empezaban a tener sus amigos los Beatles. El resto de canciones no están nada mal, pero musicalmente destacan menos, aunque la que cierra el disco (‘One More Try’) es bastante floja, parece que la hayan compuesto en cinco minutos, pero no deja de tener un buen ritmo. ‘The Under Assistant West Coast Promotion Man’ y ‘The Spider And The Fly’, ambas compuesta por ellos, no pasan de ser unos pasables blues con algo de ritmo, nada que se pueda destacar salvo su ejecución impecable, que ya es bastante.

 

En definitiva, lo que tenemos aquí es la primera obra maestra de los Rolling Stones, donde vemos a un grupo que sigue mejorando en todos los aspectos: en la composición, en la cohesión y maestría instrumental, en la interpretación vocal y en la experimentación de nuevos sonidos.

DECEMBER'S CHILDREN (AND EVERYBODY'S)

Año de publicación: 1965 

Puntuación:

1) She Said Yeah; 2) Talkin' About You; 3) You Better Move On;

4) Look What You've Done; 5) The Singer Not The Song; 6) (Get Your Kicks On) Route '66; 7) Get Off Of My Cloud; 8) I'm Free; 9) As Tears Go By; 10) Gotta Get Away;

11) Blue Turns To Grey; 12) I'm Moving On.

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Como su título dice, es un disco que se sacó en diciembre para aprovechar el tirón de las ventas navideñas. Es por tanto un disco editado a base de retazos, es decir, fueron cogiendo canciones que solo habían publicado en el Reino Unido, incluso algunas de un EP en directo, más el famoso single ‘Get Off Of My Cloud’, y poco más. De hecho el disco dura media hora escasa. También hay que destacar que el sonido no acaba de ser muy bueno, la producción nos recuerda al sonido poco pulido del primer disco.

 

El álbum tiene un comienzo fuerte con ‘She Said Yeah’, con la interpretación agresiva habitual, aunque se aprecia inmediatamente la mejorable producción que tiene y que ya he citado. Es una canción breve y enérgica que no tendrá mucha continuación después. ‘Talkin' Bout You’, de Chuck Berry, suena más convencional, así como muchas otras canciones aquí, como la balada ‘You Better Move On’, que peligrosamente bordea la línea que lleva a lo tonto y empalagoso. ‘Look What You've Done’ es un típico blues que parece tocado sin ganas y sin mucho esfuerzo.

 

Después llegamos por fin a una composición de Jagger/Richards. ‘The Singer Not The Song’, pero es una canción pop decepcionante que solo mejora ligeramente lo que veníamos escuchando hasta ese momento. La canción en directo ‘Route '66’ tampoco es gran cosa (no lo era en el primer disco), y al escuchar el mismo tipo de sonido que en el resto de canciones, uno no puede dejar de pensar si ésta fue grabada en estudio y luego le añadieron los gritos… quién sabe… Al final tenemos otra canción en directo, ‘I'm Moving On’, a la que se le puede aplicar perfectamente todo lo anterior.

 

El único tema que se puede salvar para la posteridad de este disco es ‘Get Off Of My Cloud’, con un ritmo devoto de ‘Louie Louie’ pero mejorado a la batería por Watts, y una interpretación apabullante de Jagger, cantando de una manera medio recitada quizá influenciada por Dylan. La siguiente canción, ‘I'm Free’, por suerte también sale de la mediocridad y nos ofrece un gran estribillo “Love me, hold me” al mejor estilo del ‘Eight Days A Week’ de los Beatles, evidenciando el seguimiento claro que hacían de cada paso de sus amigos de Liverpool.

 

Por otro lado, ‘As Tears Go By’ fue un éxito en la época, pero en mi opinión éste lo catalogaría como el ‘Yesterday’ de los Rolling Stones, una buena canción sin duda, con una buena orquestación pero que no pasa de canción melódica agradable. A mí personalmente no me entusiasma, ni siquiera la versión que grabó Mª del Mar Bonet a finales de los 80 en su disco Ben a Prop. A continuación, ‘Gotta Get Away’ es otra canción más pop y convencional, que pronto se nos olvidará, igual que ‘Blue Turns To Grey’. Ambas son composiciones propias, pero no tienen nada especial y solo sirven para rellenar espacio.

 

Como se puede deducir, este es un disco publicado solamente para aprovechar el tirón navideño y el single de fama del momento. No tiene ninguna canción ofensiva pero la mediocridad amenaza a la mayoría del disco, salvado por unos pocos momentos puntuales. El peor disco del grupo hasta la fecha, sin duda.

1) Paint It Black; 2) Stupid Girl; 3) Lady Jane; 4) Under My Thumb; 5) Doncha Bother Me; 6) Think; 7) Flight 505; 8) High And Dry; 9) It's Not Easy; 10) I Am Waiting;

11) Going Home.

Puntuación:

Año de publicación: 1966 

AFTERMATH

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Después del bajón del anterior disco, aquí vuelven al camino correcto. Todo son composiciones de Jagger y Richards, e introducen muchos instrumentos y sonidos nuevos, además de una sorpresa final en forma de vasta composición de larga duración.

 

Tenemos un gran comienzo en ‘Paint It Black’ con la famosa introducción de sitar, instrumento tocado por el multiinstrumentista Brian Jones y que suena a lo largo de la canción, la cual tiene un gran contraste entre el ritmo de la estrofa inicial y el enérgico e inolvidable estribillo. Una de sus más grandes canciones.

 

A continuación, ‘Stupid Girl’ tiene una melodía demasiado arrastrada, con una batería bastante molesta, y además la letra si que parece estúpida. Suele destacarse como canción importante del disco pero a mí no me lo parece para nada, salvo por la “originalidad” de su misoginia.

 

En ‘Lady Jane’ expanden su sonido hacia la música medieval. Es una balada delicada con una guitarra acústica que bien podría ser una mandolina, además de posteriormente el mágico sonido del clavecín en la parte instrumental para darle la ambientación perfecta. Otro ambiente tranquilo lo encontraremos al final en ‘I Am Waiting’, aunque en este caso el estribillo sea más movidito, pero aun así ese contraste lo ejecutan a la perfección. Y hablando de multiinstrumentalismo, cortesía habitual de Brian Jones, cómo no citar esa melodía de marimba (similar a un xilófono) en el inicio de ‘Under My Thumb’, que junto al resto de instrumentos crea otro momento mágico en la obra del grupo. Es una de sus canciones clásicas, con una estructura pop perfecta.

 

En el disco tenemos varios ejemplos de blues, ya que todavía no se ha hecho efectivo el paso hacia un estilo pop más acentuado. ‘Doncha Bother Me’ es un buen blues con un sonido de guitarra que imita al sonido de los bluesmen de los años 30 y 40. Otro blues, pero mucho peor, es ‘Flight 505’, con un piano que al principio, en tono de humor supongo, justo antes de empezar a cantar toca exactamente las notas de ‘Satisfaction’. Pero eso no la salva de ser la peor canción del disco. ‘High And Dry’ deja mejor sabor de boca, con otro sonido de guitarra que recuerda a décadas anteriores y un buen trabajo de armónica.

 

Por otro lado, ‘Think’ es una canción pop normalita, que se deja escuchar y donde solo se podría destacar la parte del “Back, back, a little bit baby”, que es donde hacen ese in-pass instrumental que le da algo de caché. ‘It's Not Easy’ no tiene ni eso, es más mediocre, solo salvada por una interpretación arrogante que queda muy bien cuando le toca a Jagger.

 

Para el final nos dejan la impresionante ‘Going Home’, con una melodía inicial de guitarra que nos mantendrá ya expectantes durante sus más de diez minutos de duración. Es un blues con un gran ritmo y donde la estrella es sin duda Mick Jagger, que dará rienda suelta a todos los efectos vocales que pueda hacer con su boca, mientras el grupo le acompaña perfectamente con ligeras variaciones que van introduciendo poco a poco y que permiten disfrutar enteramente de la canción. Esta canción será mal entendida por algunos como Arthur Lee, que en Da Capo pretenderá que su grupo Love haga algo similar, pero donde queda clarísimo que Arthur Lee como cantante no puede competir con Jagger.

 

En definitiva, el grupo retorna a la senda evolutiva ascendente, por lo que podemos ir previendo que pronto se irán superando gracias al afán experimental que demuestran al igual que sus amigos y rivales, los Beatles.

1) Under My Thumb; 2) Get Off Of My Cloud; 3) Lady Jane; 4) Not Fade Away;

5) I've Been Loving You Too Long; 6) Fortune Teller; 7) The Last Time;

8) 19th Nervous Breakdown; 9) Time Is On My Side; 10) I'm Alright; 11) Have You Seen Your Mother Baby Standing In The Shadow; 12) (I Can't Get No) Satisfaction.

Puntuación:

Año de publicación: 1966 

GOT LIVE IF YOU WANT IT

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Escuchando otros discos en directo de la época, de otros artistas, me sorprende escuchar la gran calidad instrumental (que no de producción) que se obtiene aquí en algunas de las canciones, lo cual es un indicio de la supuesta práctica que se realizaba en esa época: hacer una grabación en estudio y luego añadirle el griterío histérico de las fans. Más adelante, lo habitual en el mundo de la música rock será retocar en estudio las partes que no convenzan mucho del directo.

 

La música que aquí aparece no supera a las versiones de estudio en ningún momento (¡incluso ‘I'm Alright’ ya aparecía en directo en Out Of Our Heads!), solo hay ligeras variaciones como la melodía principal de ‘Under My Thumb’, que está tocada con la guitarra, o el también arreglo de guitarra y algo más de velocidad que tiene ‘Lady Jane’. Pero al menos lo que sí tenemos es la demostración de fuerza que ya ofrecían estos tipos en su primera época.

 

Aparecen tres canciones que no podemos encontrar en otros discos de la época, que son dos versiones y una composición propia. Una es ‘I've Been Loving You Too Long’ de Otis Redding, tocada de forma convencional; otra es la gran ‘Fortune Teller’ que aquí suena fantástica, como de estudio, con un gran ritmo, siendo para mí la mejor versión que he escuchado, superando a la de los Who y por supuesto a la de los Hollies; y la tercera novedad es la propia ‘19th Nervous Breakdown’, aunque esta última sí que había sido publicada anteriormente como single, y es una de sus grandes composiciones R&B, con mucha fuerza, un ritmo próximo al sonido más heavy y esos magníficos coros del “Here it comes”, la lástima es que todo ello quede lastrado por una mala producción.

 

Por lo demás, poco puede destacarse porque ya se ha dicho que las interpretaciones difieren poco de los originales. Como nota de humor, ‘The Last Time’ empieza con un amago de ‘Satisfaction’, la cual precisamente aparecerá al final, y que tiene un ritmo más rápido que el original, aunque eso no le da un resultado mejor.

 

En resumen, es un pasable disco en directo con muchas de sus canciones conocidas, pero que no aporta apenas nada al catálogo del grupo salvo su valor histórico como ejemplo de su sonido en directo de la época, y ya hemos dicho que esto último queda en entredicho.

 

1) Let's Spend The Night Together; 2) Yesterday's Papers; 3) Ruby Tuesday;

4) Connection; 5) She Smiled Sweetly; 6) Cool, Calm And Collected; 7) All Sold Out;

8) My Obsession; 9) Who's Been Sleeping Here; 10) Complicated;

11) Miss Amanda Jones; 12) Something Happened To Me Yesterday.

Puntuación:

Año de publicación: 1967 

BETWEEN THE BUTTONS

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Siendo un grupo que tocó tantos estilos diferentes como respuesta a ir sumándose a los caminos que iban abriendo otros grupos, principalmente los Beatles (lo cual no quiere decir que los Stones no aportaran sus cosas), es curioso cómo demostraron en cada uno de los estilos que tocaron que podían ser los números uno también en ellos.

 

Así que podemos declamar con convicción que en este disco nos encontramos ante una obra maestra pop, su obra maestra pop, de igual manera que The Who consiguieron con The Who Sell Out, donde ambos tienen ese punto experimental que hace que todo suene elaborado y diferente pero sin perder su accesibilidad comercial. La canción que lo abre es ya en sí un buen ejemplo de ello, con un inicio poco habitual al crearse una compleja melodía entre un piano, la voz principal y los coros, y es que paradójicamente la sencillez aparente del tema transmite lo contrario por sus elaborados arreglos vocales, de hecho en directo nunca podrán conseguir ese efecto. También encontramos aquí una de sus más bellas baladas, ‘Ruby Tuesday’, con una gran melodía principal y un todavía mejor estribillo donde quizá choque demasiado el estridente golpeo de batería que lo acompaña.

 

Ciertamente los momentos enérgicos o rockeros no son muchos, y están más conectados al pop que al rock, pero todos los que aparecen son ciertamente de lo mejor entre lo mejor. Tanto ‘Connection’ como ‘My Obsession’ y ‘Complicated’ son grandísimos temas con similares ingredientes: una sección rítmica potente y con un papel destacado de Wyman en las diferentes melodías de bajo, que son geniales; unas partes vocales y corales magníficas que magnifican las ya de por sí grandes melodías; un papel más destacado del piano que la guitarra en ‘My Obsession’. ‘All Sold Out’ también tiene su potencia, es como un rock arrastrado y extraño con una guitarra que bordea el sonido más duro pero que tiene un contraste muy pop con los “he, he” corales que van adornando el tema.

 

En lo que podríamos como momentos más pop, tenemos ‘Yesterday's Papers’, que empieza con una intrigante línea de bajo, una extraña percusión y lo que parece un xilófono por ahí sonando (quizá sea una marimba), en lo que es otra muestra de canción pop de compleja estructura, con otra gran parte vocal. ‘Who's Been Sleeping Here’ tiene la curiosidad de permitir escuchar a los Rolling Stones emulando a Bob Dylan, incluido Mick Jagger, que canta con una entonación algo más seca y más propia de Dylan, además del lógico uso de la armónica en un papel principal. En ‘Miss Amanda Jones’ empiezan con una guitarra muy a lo Chuck Berry pero su estructura la acerca más al pop, sobre todo en el puente que se repite dos veces.

 

También se infiltran en el terreno del music-hall con dos ejemplos. Uno es ‘Cool, Calm And Collected’, con un ritmo movido que le da dinamismo y un piano que le acerca al boogie, además de una gran coda final frenética donde progresivamente se va acelerando el citado ritmo hasta el final. El otro ejemplo es la canción final, ‘Something Happened To Me Yesterday’, donde también canta Keith Richards y se escuchan trombones, silbidos y otros efectos que la dotan de un carácter festivo.

 

Quien sabe lo que les pasaría por la cabeza al grupo, pues en los próximos años seguirían cambiando de estilo en sus discos, eso sí, proporcionando obras maestras en todos los géneros que tocaron. Aunque primero nos dejaron un recopilatorio de singles que habrá que comentar primero, justo a continuación...

 

1) Ruby Tuesday; 2) Have You Seen Your Mother Baby Standing In The Shadow;

3) Let's Spend The Night Together; 4) Lady Jane; 5) Out Of Time; 6) My Girl;

7) Backstreet Girl; 8) Please Go Home; 9) Mother's Little Helper; 10) Take It Or Leave It; 11) Ride On Baby; 12) Sittin' On A Fence.

Puntuación:

Año de publicación: 1967 

FLOWERS

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Este disco es un recopilatorio derivado de esa disociación existente entre los discos publicados en el mercado británico y el estadounidense, es decir, canciones que habían sido publicadas en la versión británica pero que en los discos de Estados Unidos (que son los que estoy siguiendo yo) habían quedado fuera. Por ello, tenemos repetidas ‘Let's Spend The Night Together’ y ‘Ruby Tuesday’ del Between The Buttons y, sorprendentemente, ‘Lady Jane’ de Aftermath.

 

En general, el sonido aquí es devoto del precedente LP, con un estilo pop artístico y a ratos algo experimental. ‘Have You Seen Your Mother Baby Standing In The Shadow’ es uno de sus gloriosos himnos pop, con guitarras distorsionadas e incluso trompetas que acompañan el lascivo y amenazante discurso de Jagger, complementado con coros adicionales que le aportan mucha fuerza. Con la misma denominación de himno pop se podría definir a ‘Mother's Little Helper’, con una letra de angustia existencial de una esposa por hacerse vieja (“What a drag it is getting old”), y unas grandes melodías que recuerdan un poco al estilo costumbrista de The Kinks. Para darle variedad a la parte más pop, en ‘Ride On Baby’ se acompañan de una gran melodía de clavecín, que sumada al muy agradable estribillo que aparece, la convierte en otro punto destacado del disco.

 

Tenemos varias baladas, una de ellas es ‘Out Of Time’, que bordea la línea que separa la balada edulcorada y empalagosa de la balada emotiva e interesante. Línea que traspasa hacia el lado edulcorado la versión de ‘My Girl’, que ciertamente podría desaparecer del mapa porque no aporta nada a la versión original. ‘Backstreet Girl’ vuelve a situarse cerca de esa polémica línea, pues es una pieza acústica cantada con una aparentemente falsa emotividad de Jagger, además de un acordeón algo genérico pero que al menos le da un toque diferente, junto a lo que parece la marimba que utilizaron en ‘Under My Thumb’. Por otro lado, ‘Take It Or Leave It’ tiene un buen comienzo que acaba siendo enormemente perjudicado por su tonto estribillo. Por suerte, para el final nos dejan una gran balada acústica, ‘Sittin' On A Fence’, que en este caso sí que está interpretada con la épica suficiente y tiene un emotivo y animado estribillo de los que invitan a ser acompañados mientras lo escuchas.

 

Y tampoco olvidemos que el fiero R&B de los viejos días vuelve en ‘Please Go Home’, con todos los elementos clásicos del grupo, además de algunos efectos sonoros que le aportan ese toque artístico que siempre han tenido.

 

En resumen, un disco muy recomendable e interesante, pues aunque tiene canciones ya publicadas anteriormente y un par de momentos bajos, casi la mitad de sus temas están a un gran nivel.

1) Sing This All Together; 2) Citadel; 3) In Another Land; 4) 2,000 Man;

5) Sing This All Together (See What Happens); 6) She's A Rainbow; 7) The Lantern;

8) Gomper; 9) 2,000 Light Years From Home; 10) On With The Show.

Puntuación:

Año de publicación: 1967 

THEIR SATANIC MAJESTIES' REQUEST

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Debido a su portada, este disco suele tomarse como ejemplo de la teoría que dice que los Rolling Stones iban a caballo de los Beatles e intentaban imitarlos, ya que su portada estrambótica y multicolor no deja de recordar a la de Sgt. Pepper’s. Pero precisamente en su portada se inicia y prácticamente se acaba cualquier comparación con los de Liverpool, porque aquí no tenemos pop-rock orquestal. Tampoco R&B, ni siquiera pop de alto nivel como lo último que venían haciendo los propios Stones; lo que tenemos aquí es ni más ni menos que ¡una obra maestra del rock psicodélico!

 

No obstante, en el primer tema que encontramos, ‘Sing This All Together’, utilizan en su letra ese recurso de invitar al oyente a contemplar o participar en la música, algo que ya hacían los Beatles en el Sgt. Pepper’s, así que cualquier persona superficial que vea la portada y luego escuche solo la primera canción para hacerse una idea, le pondrá a este disco la etiqueta de imitación a perpetuidad. Pero el sonido coral y psicodélico que encontramos en esta primera canción ya debería ser suficiente para entender que estamos ante una experiencia sonora diferente. Este tema se retomará en una especie de reprise instrumental hacia la mitad del álbum, pero en esta segunda parte suena desfasado, anticuado y aburrido, aparte de no aportar nada de interés. Y encima dura más de ocho minutos. Por si esto no fuera poco, al final, y rememorando otra vez al Sgt. Pepper’s, nos recuerdan en ‘On With The Show’ la invitación a la fiesta pero de forma desastrosa, con una voz casi de megáfono y una música simplona y efectista.

 

Una de las curiosidades del LP es ‘In Another Land’, la primera y última composición de Bill Wyman en el catálogo de los Stones. Es la que en estilo más se podría comparar al pop psicodélico del Piper At The Gates Of Dawn de Pink Floyd, incluso en su estribillo el tono vocal recuerda algo al de Syd Barrett. En cualquier caso, es un tema muy bueno, donde se escucha el clavecín, lleno de efectos de sonido (hasta la voz de Wyman está distorsionada), donde incluso al final de forma hilarante se escuchan unos ronquidos.

 

También hay obviamente elementos que recuerdan algo al pop glorioso de Between The Buttons, como la parte inicial de ‘2,000 Man’, aunque pasado el primer minuto llega un estribillo y un desarrollo posterior que suena ya al rock psicodélico que sobrevuela este álbum, que no está a tan gran nivel como ese primer minuto, pero que por suerte es retomado hacia el final del tema.

 

Uno de los temas más conocidos del LP es ‘She's A Rainbow’, debido a su pegadiza melodía de piano que ya se escucha desde la introducción. Este tema sí que tiene sección orquestal y tiene una memorable parte vocal que no hace echar en falta la ausencia de estribillo. A continuación llega la extraña ‘The Lantern’, que tiene unos sonidos que recuerdan algo a la música oriental, en un desarrollo donde se mezclan voces corales, guitarras acústicas y eléctricas en otra amalgama psicodélica de buen nivel.

 

También hay cabida para un impresionante tema cantado por Richards, ‘Citadel’, con uno de los más potentes riffs de guitarra que haya creado nunca, demostrando que la psicodelia también puede ser desafiante. Y con ‘Gomper’ introducen los inevitables sonidos hindúes que tanto impregnaron a los grupos británicos del momento desde el ‘Norwegian Wood’ de los Beatles, con un final instrumental demasiado largo y rallante.

 

Uno de los temas más inquietantes es ‘2,000 Light Years From Home’, ya desde su inicio con una ominosa introducción de teclado disonante y unas líneas de bajo que dan paso a un magnífico tema de rock psicodélico con tintes orientales (como un ‘Set The Controls For The Heart Of The Sun’ de Pink Floyd, pero con fuerza arrolladora).

 

En definitiva, un gran disco de los Stones, que volverán a cambiar completamente de registro en su siguiente trabajo para dirigirse hacia lo que quizá sea lo que mejor saben hacer y donde en cualquier caso demostrarán que son unos auténticos maestros. Sigan leyendo.

1) Sympathy For The Devil; 2) No Expectations; 3) Dear Doctor; 4) Parachute Woman;

5) Jig-Saw Puzzle; 6) Street Fighting Man; 7) Prodigal Son; 8) Stray Cat Blues;

9) Factory Girl; 10) Salt Of The Earth.

Puntuación:

Año de publicación: 1968 

BEGGARS BANQUET

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Después de tanto experimento, los Stones aquí vuelven a la música de raíces americanas, pero no para ceñirse al blues y el R&B como era lo más habitual, sino también para ampliarlo al country, sin dejar de lado tampoco esa visión creativa y experimental que habían ido desarrollando, con el mejor ejemplo de esto último en la conocidísima ‘Sympathy For The Devil’.

 

¿Qué se puede decir de ‘Sympathy For The Devil’, una de sus mejores creaciones artísticas? Precisamente su proceso creativo puede ser visto en parte en la anticuada y desfasada película de igual título dirigida por Godard. En cualquier caso, lo que tenemos al final es una singular mezcla de ritmos latinos, coros fantasmales, guitarras de rock duro y una solemne letra satánica donde Jagger se nos presenta como la encarnación del mal, todo en un portentoso crescendo donde gradualmente va subiendo la intensidad y añadiéndose elementos. Tras ese vendaval de sonido llegará la calma con ‘No Expectations’, en una perfecta ejecución incluyendo unas buenas líneas de piano y donde ya escuchamos la guitarra slide, que también será un ingrediente importante y de forma más memorable en la gran ‘Jig-Saw Puzzle’, que suena algo country –más bien country-rock– pero que tiene una grandiosa progresión rockera, donde gradual y casi imperceptiblemente se va incrementando la fuerza del tema, comandada por la brillante interpretación de Jagger.

 

Como ejemplo más directo de la desviación hacia el country más formal, tenemos ‘Dear Doctor’, tema de guitarras acústicas y armónica, con una gran melodía y una parte vocal coral que le aporta también ese sabor sureño, y con ese momento de humor donde Jagger cambia la voz para hacer de mujer, según marca la letra. Un híbrido entre el country y el blues lo encontramos en ‘Prodigal Son’, cantada en un acento extraño, supongo que imitando el de algún confederado del sur. De similar resultado es ‘Factory Girl’, que es una reivindicación del buen sonido acústico que detentaba el grupo, y donde podemos escuchar un violín para darle un carácter más rural al tema, cortesía de Rick Grech (entonces en el grupo Family, para poco después formar parte del grupo de exigua vida Blind Faith, junto a Clapton, Ginger Baker y Steve Winwood).

 

Los momentos de energía que encontramos son impresionantes. Aparte de la ya citada ‘Sympathy For The Devil’, tenemos otra grandioso y conocido ejemplo en ‘Street Fighting Man’, con un reconocible riff y una aguerrida parte vocal que es la que lidera la progresión del tema, que en su letra está relacionada con los fenómenos turbulentos que marcarían ese año del 68, por ejemplo en las revueltas estudiantiles de París o en las manifestaciones en la antigua Checoslovaquia que acabaron con la entrada de los tanques para disolverlas. Otra magnífica muestra de energía es ‘Stray Cat Blues’, en un estilo rock más clásico pero lindando con el rock duro, con una punzante guitarra eléctrica que en el solo pertinente llega hasta el desenfreno más extremo y que después se funde con la voz de Jagger en un momento memorable, además de una atmosférica coda instrumental final.

 

‘Parachute Woman’ es un blues pero interpretado de una manera diferente, como si el estilo de los bluesmen de los años 40 lo hubieran pasado por un tamiz de efectos sonoros para conseguir un sonido nuevo y muy original, además de ese tono inquietante que sabían imprimir a sus temas.

 

Para el final tenemos un tema que está entre el rock, el country y el gospel, ‘Salt Of The Earth’, que es el broche dorado a esta imprescindible obra de reivindicación de la música tradicional y de la creatividad por igual (como hicieron The Band, pero mejor todavía), con memorables melodías, un sonido impecable en todos los sentidos y que además fue el último disco donde intervino Brian Jones antes de ser expulsado del grupo por su carácter errático y su fuerte dependencia de las drogas, algo que acabó derivando en su trágico final, encontrado muerto en su piscina. Con esa decisión perdieron a un habilidoso multiinstrumentista pero ganaron la incorporación del mejor guitarrista que haya tenido el grupo en su larga trayectoria, me estoy refiriendo a Mick Taylor, que encajará mejor dentro del sonido que en los próximos años seguirá el grupo.

 

1) Gimme Shelter; 2) Love In Vain; 3) Country Honk; 4) Live With Me; 5) Let It Bleed;

6) Midnight Rambler; 7) You Got The Silver; 8) Monkey Man;

9) You Can't Always Get What You Want.

Puntuación:

Año de publicación: 1969

LET IT BLEED

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Otra obra maestra de los Rolling Stones, pero que no llega a la altura de la anterior ni de otros soberbios discos aún mejores que éste, por muy venerado que sea en general por los medios de información musicales conocidos. Por otro lado, es el disco donde debuta el mejor guitarrista que haya acompañado nunca a Keith Richards, que no es otro que Mick Taylor, aunque su aportación se reduzca aquí a solo dos canciones, por lo que el peso recae con éxito nuevamente en Richards, demostrando su genialidad con ese instrumento.

 

Supongo que esta valoración algo menor por mi parte viene bastante condicionada por algunas de las canciones más conocidas de los Stones que podemos encontrar aquí. Una de las ultra-conocidas que no me entusiasman es ‘Country Honk’, si bien es cierto que la versión conocida es la más rockera del single llamado ‘Honky Tonk Women’, que por otra parte tampoco me llama la atención. Aquí la adornan con algo de sonido ambiental, un prominente violín y una percusión que parece ejecutada en cajas de detergente, pero no deja de sonar artificioso por la poco creíble ambientación. Está claro que no podían rivalizar con Fairport Convention ni Steeleye Span. Precisamente la canción que da título al álbum tiene una parte vocal que en su comienzo recuerda de forma demasiado descarada a ‘Honky Tonk Women’ y en su desarrollo a veces también, pero en cualquier caso para mí no deja de ser un vulgar blues sin nada importante que señalar salvo su perfecta ejecución, que no es poco. La otra “vaca sagrada” de este álbum es la venerada ‘You Can't Always Get What You Want’, a la que no acabo de cogerle el punto, pues su comienzo con los coros femeninos me resulta muy molesto, y su posterior desarrollo no es que deje de estar bien, pero me suena demasiado convencional en comparación con algunos de los increíbles temas que podemos encontrar en este disco.

 

Pero pasemos ya a ensalzar los maravillosos y memorables momentos que nos ofrece este álbum, algo que podemos disfrutar desde el épico comienzo de ‘Gimme Shelter’ con sus fenomenales líneas de guitarra y los coros femeninos, aportando ambas un carácter sombrío para adelantar el tono apocalíptico del tema. Y el solo de guitarra en la parte central es magnífico, de los mejores del repertorio de Richards. Otro grandísimo tema de tono sombrío es ‘Monkey Man’, con unas inquietantes líneas de teclado iniciales y un ejemplar desarrollo propio de lo que podría ser la perfecta canción de rock. Quizá le puedan sobrar los gritos desahogados finales de Jagger, pero bueno, es cuestión de gustos.

 

Los Stones más potentes aparecen en temas como ‘Live With Me’, el cual tiene mucha energía y un prometedor comienzo con las líneas de “I have nasty habits”, aunque luego se desinfla un poco en su desarrollo. En cambio, ‘Midnight Rambler’ es uno de los mejores temas que podemos encontrar aquí, con una impresionante interacción entre guitarra y armónica, además de un incremento gradual e imperceptible del tono general que deriva en una jam al estilo de ‘Going Home’ del Aftermath, con Jagger explotando sus capacidades vocales. Así se llega a un falso final que sirve para que nos deleitemos viendo renacer nuevamente el tema en todo su esplendor.

 

Tenemos también una versión del legendario bluesman Robert Johnson, ‘Love In Vain’, que es toda una delicia para disfrutar de su sonido sureño en todo el esplendor instrumental que aporta el grupo, además de la sentida interpretación de Jagger, que es todo un experto en sacar el máximo partido a un viejo tema de blues. Más adelante encontramos ‘You Got The Silver’, que se podría catalogar como el momento donde los Stones componen su propio ‘Love In Vain’, por lo que de esta manera se pierde el factor de originalidad y, por consiguiente, el interés en escucharlo.

 

Como puede deducirse de lo ya escrito, por mi parte no puedo situar este disco entre lo mejor del grupo, aunque como puede observarse con las puntuaciones que he puesto a discos anteriores y que pondré en los siguientes, lo que menos me afecta para escribir son las opiniones generalizadas sobre los discos. Pero en cualquier caso no deja de ser uno de los grandes álbumes del final de la década dorada de la música pop-rock y otro más a añadir a la leyenda de los Rolling Stones.

1) Jumpin' Jack Flash; 2) Carol; 3) Stray Cat Blues; 4) Love In Vain; 5) Midnight Rambler; 6) Sympathy For The Devil; 7) Live With Me; 8) Little Queenie; 9) Honky Tonk Women; 10) Street Fighting Man.

Puntuación:

Año de publicación: 1970

GET YER YA-YA'S OUT

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Este disco en directo recoge unas grabaciones seleccionadas de diferentes actuaciones en Estados Unidos, poco antes de la publicación del Let It Bleed. Ya está Mick Taylor perfectamente integrado en el grupo y eso le permite brillar con su guitarra en muchos momentos, y también cuentan con Ian Stewart tocando el piano en algunos temas, seguramente arrinconado en alguna esquina del escenario para que nadie viera su imagen anti-glamour que chocaba con aquélla transmitida por los Rolling Stones. Quizá la novedad de Taylor y el poco tiempo que dispusiera para aprender el ya vasto repertorio de canciones que el grupo poseía hasta ese momento, sería la razón por la que se incluyen dos versiones de Chuck Berry y una selección de temas donde se echaría en falta algunas más audaces.

 

Encontramos algunas sorpresas negativas, como en el inicio con ‘Jumpin' Jack Flash’, que tiene un ritmo algo más lento que la versión de estudio, lo cual le hace perder algo de fuerza. Una lástima puesto que se trata de un gran ritmo que enganchaba por su agilidad. Y como luego llega ‘Carol’ de Chuck Berry, la sensación que da escuchando el disco es de que están como calentando motores para llegar a su mejor momento durante el transcurso de la actuación, algo que sería válido si este disco comprendiera una única actuación. Pero bueno, no se puede negar que es un buen tema de rock'n'roll que ameniza el álbum aun cuando podrían haber incluido más material propio, puesto que más adelante aparece otra canción del gran Berry (‘Little Queenie’) que, con su sonido boogie enfatizado por la presencia de Ian Stewart en el piano, preludia el estilo mediante el cual transformaron la original ‘Country Honk’ en la famosa ‘Honky Tonk Women’, más enfocada en crear un estribillo para que la gente se desahogue cantando en un concierto que en conseguir algo memorable. Esos momentos suponen lo más convencional de este álbum en directo, por lo que tampoco ayuda que se incluya ‘Live With Me’ del Let It Bleed, puesto que suena a lo más típico que podríamos esperar de los Stones, aunque tiene un gran solo de guitarra pasado el minuto y medio.

 

En ‘Stray Cat Blues’ quien parece fallar algo es Mick Jagger con su forma de cantar algo desganada, pero al menos las guitarras son toda una delicia. Sobre la parte vocal, cuando llega ‘Love In Vain’ de Robert Johnson es cuando de verdad uno puede empezar a rendirse ante la perfección que rezuma el maravilloso sonido de guitarra que acompaña a la emotiva interpretación de Jagger, la estrella aquí junto a Taylor y Richards, quienes dan todo un ejemplo de compenetración de guitarra.

 

Y si alguien comenzaba a echar de menos la fiereza característica del grupo en sus mejores años, la espera queda enormemente recompensada cuando llega ‘Midnight Rambler’ y su impresionante ritmo, que a partir de los dos minutos se acelera en una orgía de sonido (incluida la penetrante armónica). Pasados los cuatro minutos se interrumpe para introducirnos en un intermedio intrigante donde van apareciendo subidas eventuales de tono que no se sabe hacia donde irán, pero que inevitablemente servirá de introducción a la magistral transición hacia el retorno de la estructura inicial que se puede disfrutar a partir de los seis minutos. Una duración total de casi nueve minutos para la que probablemente sea la mejor interpretación de este disco. Otros de los mejores momentos llegan con ‘Street Fighting Man’ y ‘Sympathy For The Devil’, la cual pierde sus reminiscencias latinas originales y sus alaridos corales para transformarse en un maravilloso tema rock rayano con el R&B, con una gran guitarra rítmica y un impresionante solo de guitarra a partir de los tres minutos que se desarrolla hasta el final, cortesía seguramente de Mick Taylor. Para el final, ‘Street Fighting Man’ arrolla desde el principio con su fuerza y su mensaje, todo un himno a la rebelión que todavía se engrandece más en directo.

 

En resumen, un disco imprescindible en directo que, si bien no sorprende tanto como debiera, incluye algunas interpretaciones increíbles que ningún aficionado al rock puede perderse. Además de que presenta la mejor alineación musical que tuvo el grupo en su amplia carrera, con todos sus componentes en su mejor momento, tal como seguirían demostrando en su siguiente disco de estudio.

 

1) Brown Sugar; 2) Sway; 3) Wild Horses; 4) Can't You Hear Me Knocking;

5) You Gotta Move; 6) Bitch; 7) I Got The Blues; 8) Sister Morphine; 9) Dead Flowers;

10) Moonlight Mile.

Puntuación:

Año de publicación: 1971

STICKY FINGERS

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Este disco supone la gran obra maestra de la época de Mick Taylor como guitarrista. Con unos músicos en plena forma y un dúo de compositores todavía en su época más creativa, produjeron un hito de la música rock que resultaría insuperable para el resto de su carrera. La producción también es impecable, puesto que pueden discernirse todos los instrumentos de forma clara y por consiguiente disfrutar plenamente de cada una de las canciones.

 

Una buena manera de comenzar este disco es con ‘Brown Sugar’, la cual podría considerarse como la quintaesencia del estilo más característico de los Rolling Stones: un reconocible riff, una interacción magistral de guitarras, una perfecta sección rítmica y una parte vocal que transmite toda la fuerza del rock, una mezcla de energía y de pasarlo bien. Y otra de sus canciones más recordadas es la preciosa balada-rock ‘Wild Horses’, previamente grabada por Gram Parsons, entonces muy amigo de Keith Richards, para el segundo disco de los Flying Burrito Brothers, grupo de country-rock que recordemos formó junto a otro ex-Byrds, el bajista Chris Hillman. El caso es que tampoco suena demasiado country aquí, y entre ambas versiones, siendo las dos excepcionales y también muy parecidas, la prefiero con la voz de Parsons, aunque obviamente esto es cuestión de gustos. Si hubiera que buscar algo que sonara más country-rock, entonces elegiríamos ‘Dead Flowers’, muy estimada por los fans del grupo pero que comparada con la mayoría de temas aquí incluidos no puede colocarse entre lo más destacado de este disco.
 

La que sería la cara b del single de ‘Wild Horses’, ‘Sway’, parece que fue compuesta por el dúo Jagger/Richards junto a Mick Taylor, algo bastante veraz porque hasta el mismo Ronnie Wood ha asegurado que es la forma que tienen de trabajar y los componentes del grupo deben asumirlo. Parece que el vampirismo compositivo de alguna manera existió en el grupo, esto es, que interviniera quien interviniera los créditos de composición irían para Jagger y Richards. En cualquier caso, que esas acciones detestables y vergonzosas no nos aparten de disfrutar lo que es un grandioso tema rock con un memorable estribillo: “It's just that demon life has got me in its sway” que al final de la canción se acaba fundiendo brillantemente con un impresionante solo de guitarra.

 

Dos secciones bien diferenciadas componen ‘Can't You Hear Me Knocking’, además de que su inicio es como la visualización sonora de la creación de una composición de rock. Empieza con varios acordes sueltos de guitarra eléctrica que pronto se transforman en el impresionante riff asesino que distingue a este tema junto a la agresiva parte vocal de Jagger y su gran estribillo a varias voces “Help me baby, ain't no stranger”. Hacia la mitad de su duración se transforma en una jam de toques latinos en un estilo próximo a los grupos de fusión de la época como Blood, Sweat & Tears o incluso a los primeros Chicago, con una guitarra solista de Taylor que brilla entre el conjunto junto al saxofón.

 

Resulta sorprendente escuchar en este disco una versión de blues como ‘You Gotta Move’, con un ritmo demasiado pausado que contrasta negativamente con el resto del álbum. Un blues mejor y bien ornamentado de trompetas y saxos es ‘I Got The Blues’, en un estilo que recuerda mucho al que caracterizaba la música de Otis Redding y que cuenta con la participación de Billy Preston en el órgano, quien le aporta buena parte de su encanto.

 

Uno de los más grandiosos riffs de guitarra de la carrera de los Stones es sin duda el de ‘Bitch’, reforzado todavía más con los instrumentos de viento, y que también posee un gran solo de guitarra. También es famosa esta canción por su famosa línea en la que Jagger canta “When you call my name / I salivate like a Pavlov dog” (“Cuando me llamas por mi nombre / Salivo como un perro de Pavlov”). Más cruda es ‘Sister Morphine’, compuesta junto a Marianne Faithfull (a ésta, como era novia de Richards, sí que la incluyen en los créditos), que parece tratar sobre los momentos posteriores a una sobredosis, cuando a uno lo llevan camino del hospital. Posee unos arreglos musicales sobrios pero poderosos, con la participación del gran Ry Cooder en la guitarra, muy reconocible.

 

Para finalizar este imprescindible álbum tenemos la épica balada ‘Moonlight Mile’, que va ganando en intensidad de manera gradual y casi imperceptible, con un excepcional uso del sonido orquestal y un poderoso estribillo. Proporciona además una elegante manera de acabar el disco, con la música como deshaciéndose poco a poco. Para finalizar, comentar como curiosidad su creativo envoltorio en vinilo diseñado por Andy Warhol, pues la fotografía de los pantalones tenía una cremallera de verdad que podía bajarse. En España –cómo no– la portada fue censurada y sustituida por otra paradójicamente más repugnante que mostraba unos dedos cortados asomando de una lata, para hacer un dudoso honor al título. En fin, lo que suele pasar con las normas de censura, que no ven mucho problema con la violencia pero sí con la sexualidad.

1) Rocks Off; 2) Rip This Joint; 3) Shake Your Hips; 4) Casino Boogie; 5) Tumbling Dice;

6) Sweet Virginia; 7) Torn And Frayed; 8) Sweet Black Angel; 9) Loving Cup; 10) Happy; 11) Turd On The Run; 12) Ventilator Blues; 13) I Just Want To See His Face;

14) Let It Loose; 15) All Down The Line; 16) Stop Breaking Down; 17) Shine A Light;

18) Soul Survivor.

Puntuación:

Año de publicación: 1972

EXILE ON MAIN ST.

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Es curioso que en su momento este disco fuera infravalorado y actualmente sea al contrario, sobrevalorado en demasía e incluso en algunas publicaciones es considerado uno de los mejores discos de la historia (!?!?!). Es un disco muy bueno, eso sí, pero dentro del catálogo de los Rolling para mí no estaría ni entre los cinco primeros, hay demasiadas canciones de relleno que empañan lo que podría haber sido un buen disco individual, ya que originalmente era un doble LP (¡aunque no llega ni a llenar un solo CD completo todo el álbum!). El mismo Mick Jagger, en la biografía realizada mediante entrevistas a los componentes del grupo According to The Rolling Stones (editada por Planeta), lo considera como un mal disco, con una pésima producción, donde solo salvaría cuatro canciones (y una de ellas es ‘Sweet Virginia’, lo cual no parece muy coherente si solo se salvan cuatro…, pues parece una canción country más bien discreta). Es cierto que la producción deja mucho que desear en bastantes canciones, pero estamos hablando de los Rolling Stones en su apogeo con Mick Taylor de guitarrista y además con los habituales buenos músicos invitados a tocar, como Nicky Hopkins al piano, Jim Price y Bobby Keys en los vientos, además de otras colaboraciones como las de Ian Stewart o Billy Preston, quien contribuye con su órgano a que ‘Shine A Light’ sea uno de los puntos fuertes de este disco, además de poseer un fantástico solo de guitarra. Billy Preston continuó colaborando más adelante con los Rolling Stones hasta que hubo un pequeño desliz referido a la autoría de una canción, algo que escribiré en su momento.

 

La canción estrella del disco y una clásica en la mayoría de sus conciertos es ‘Tumbling Dice’, donde siguen con su música de raíces americanas y donde para mí la clave de la canción es el cambio de ritmo de Watts cuando los coros cantan “Baby”, algo tan simple convierte una canción country-rock normalita en un clásico. ‘Torn And Frayed’ sería otra canción memorable al estilo de la anterior, donde vuelven a demostrar su maestría en este estilo, en este caso con una parte vocal que engancha desde su inicio: “Hey let him follow you down”. Hay que destacar también ‘Ventilator Blues’, que precisamente fue uno de los puntos de fricción de Mick Taylor con los Glimmer Twins, ya que según el primero él mismo fue el autor de la canción pero en el disco apareció acreditada como Jagger/Richards/Taylor. Es un blues-rock muy bueno, como no podía ser de otra manera. ‘Shine A light’ es otro gran clásico, una canción de góspel que no hace recordar a nada de lo que asociaríamos con ese estilo en primer lugar. Tiene un comienzo lento que se engrandece conforme entra la sección rítmica. Y qué decir del inicio del disco, un arranque con mucha fuerza en las dos primeras canciones, ‘Rocks Off’ y ‘Rip This Joint’, que al mismo tiempo marcan lo que será el resto del álbum: son buenas canciones pero a las que les falta un escalón más para lograr ese estatus de clásico con las que se les ha etiquetado estos años, además de presentar una producción más tosca, nada que ver con el glorioso Sticky Fingers, pero que se pueden disfrutar igualmente, la primera con un estribillo reforzado por unos buenos instrumentos de viento y ‘Rip This Joint’ en una vena más honky.

 

Y bueno, después de comentar tantas cosas buenas y positivas (bueno, y algunas no tanto), hablemos más de los aspectos que me han motivado a poner la puntuación de este disco. Por ejemplo, solo hay que escuchar una vez ‘I Just Want To See His Face’ para pensar en ella como candidata a peor canción de la banda. Un intento de hacer algo mantraico arruinado en parte por una pobre producción. ‘Sweet Black Angel’ no se queda muy lejos de la anterior, la verdad que con ello queda claro que Rolling Stones y música espiritual son dos conceptos antagónicos. De poco le había servido a Mick Jagger asistir al famoso concierto de góspel de Aretha Franklin en una iglesia de Los Ángeles en 1972. Además, hay demasiadas canciones que suenan a simple divertimento, sin un propósito claro salvo el de llenar el disco, como ‘Casino Boogie’ (un boogie como dice el título), ‘Sweet Virginia’ (me quedo con The Band), ‘Turd on the run’ (algo mejor que las anteriores, pero también normalita), ‘Stop Breaking Down’ (qué bien se lo pasarían tocando por tocar…), o ‘All Down The Line’ (no sé qué tiene esta canción respecto a otras para ser tan aclamada). Y bueno, cuando escuchas ‘Soul Survivor’, que es el último corte, solo tienes ganas de que acabe el disco, salvo que tengas la tecla de stop a mano.

Después de tanto apaleo, mejor digamos algo agradable para dejar buen sabor de boca, que el disco también lo merece. ‘Shake your hips’ es una buena versión, está muy bien ese punteo que le da un sonido de los años 40, además de que fue una de las canciones que promocionaron el disco. Y ‘Happy’ es la contribución vocal de Keith, canción muy aclamada pero que considero inferior a otras incursiones vocales de él, aunque tiene un gran sonido de guitarra. Pero una de las canciones que dan fe de la gran conjunción musical que existía puede ser por ejemplo ‘Let It Loose’, pues podría durar diez minutos y seguir deleitando con su perfecta ejecución y el placer de escuchar como se complementan a la perfección todos los instrumentos. También habría que destacar la gran ‘Loving Cup’, muy acorde al estilo más característico de los Stones.

 

Lo que queda claro después de escuchar este disco es que el exilio voluntario a Francia que realizaron para no pagar tantos impuestos en Inglaterra (hasta el 83% de los ingresos en grandes fortunas, ¡¡Eso sí que es socialismo!!), no resultó tan saludable musicalmente, y es que las fiestas que se pegaron en la mansión francesa de Keith seguro que fueron de antología, y eso se tiene que notar por algún lado. Hay una foto muy buena en el libreto del CD donde se ve a Keith y Mick Jagger cantando al unísono en plena grabación (ya en los estudios finales de Hollywood) ¡y cada uno con su respectiva bebida en la mano!

1) Dancing With Mr. D; 2) 100 Years Ago; 3) Coming Down Again;

4) Doo Doo Doo Doo Doo (Heartbreaker); 5) Angie; 6) Silver Train; 7) Hide Your Love;

8) Winter; 9) Can You Hear The Music; 10) Star Star.

Puntuación:

Año de publicación: 1973

GOAT'S HEAD SOUP

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Nada menos que a Jamaica se desplazó el grupo para grabar la gran mayoría de canciones que componen este nuevo disco que sigue por el mismo camino que habían continuado en los últimos años. Siguen rodeándose todavía de la pléyade de grandes músicos que solían acompañarles en esa época (Billy Preston, Nicky Hopkins, Jim Price, Bobby Keys...) y eso se traduce en otra impecable demostración de poderío instrumental.

 

‘Dancing With Mr. D’ representaría el camino por el que no debieron desviarse los Rolling Stones, tal como reflejarían en su siguiente disco. El riff principal de guitarra no está mal, pero ese estribillo cantado a varias voces en plan “colegueo” ciertamente solo puede agradarle a los fans acérrimos, puesto que el resto de mortales no escuchamos a los Stones para ver cómo se lo pasan de bien, sino por ser uno de los mejores grupos de la historia del rock. Esta tipología de canción “somos súper-guays” tendrá su cénit en la futura ‘It's Only Rock'n'Roll’. En el polo opuesto, la siguiente ‘100 Years Ago’ representa ese estilo rockero épico gracias a su impecable instrumentación y su memorable parte vocal. Aunque para una impecable demostración de épica amorosa tenemos la famosa ‘Angie’, una de las mejores interpretaciones vocales de la carrera de Jagger que transmite cada uno de los sentimientos expresados en la canción con su voz, con un magnífico piano a cargo del gran Nicky Hopkins. La versión menor de ‘Angie’ sería lo que encontramos más adelante en ‘Winter’, a la que también le sobran los arreglos orquestales del final.

 

Si seguimos vislumbrando detalles de futuros discos de la banda, en ‘Coming Down Again’ se estaría gestando ese gusto por melodías hipnóticas y algo repetitivas que, cuando se corresponden con grandes composiciones, podían ofrecernos grandes discos como el futuro Black And Blue, si bien aquí se queda en un fallido intento nada beneficiado por su larga duración y las pocas variaciones que se suceden, además de una parte vocal que linda con lo empalagoso. Mucho mejor resultado consiguen en ‘Can You Hear The Music’, donde la preciosa instrumentación engrandece la celebración musical que es este tema. Por otra parte, el lado más salvaje del grupo aparece en ‘Doo Doo Doo Doo Doo (Heartbreaker)’, bien enfatizado con las trompetas que suenan en el estribillo y con una buena parte de teclado de Billy Preston, que sirven para reforzar la cruda letra crítica con las actuaciones policiales en Estados Unidos. Y el lado más purista/tradicionalista del grupo lo encontramos en el rock'n'roll de ‘Silver Train’ y el blues de ‘Hide Your Love’.

 

Y de ‘Star Star’ podemos decir que es una manera de acabar el disco con un toque alegre gracias a su estribillo que invita a cantar si lo entiendes como “Star, rock star, rock star...”, cuando en realidad lo que dice es “Star, fucker star, fucker star...”, pues la letra es de las más obscenas que hayan escrito nunca. Y el comienzo guitarrero parece todo un homenaje a Chuck Berry, quien era algo más sutil a la hora de abordar las connotaciones sexuales de sus letras.

 

Otro gran disco de los Rolling Stones, que incluso fue número 1 en España y sin ningún tipo de censura, lo que da a entender que nadie se dignó a escuchar el disco o, lo más probable, que en las mentes retorcidas de los censores no cupiera el conocimiento del idioma inglés.

1) If You Can't Rock Me; 2) Ain't Too Proud To Beg; 3) It's Only Rock'n'Roll;

4) Till The Next Goodbye; 5) Time Waits For No One; 6) Luxury; 7) Dance Little Sister;

8) If You Really Want To Be My Friend; 9) Short And Curlies; 10) Fingerprint File.

Puntuación:

Año de publicación: 1974

IT'S ONLY ROCK'N'ROLL

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Este disco supone el final de una etapa al ser el último donde participe el gran guitarrista Mick Taylor en el grupo, si bien todavía seguirán colaboradores habituales como Nicky Hopkins, Billy Preston, Ian Stewart o incluso el percusionista Ray Cooper. El mayor problema que presenta el disco es la poca creatividad e inspiración que demuestran, como si hubieran de haberse tomado un descanso y no obcecarse en la dinámica de publicar un álbum por año (o dos en sus inicios) que llevaban hasta ese momento.

 

La canción que da título al LP, como ya se dijo comentando el disco anterior, es el resultado del mal camino tomado por los Stones como estrellas que pueden hacer cualquier cosa que les divierta pues siempre habrá mucha gente que compre sus discos. El caso es que tampoco es que sea un horror, pero el mayor problema que presenta esta canción es su simplón estribillo que además es repetido hasta la saciedad. Que fuera un éxito y que se convirtiera en uno de los temas más alabados del grupo solo puede entenderse por su carácter de himno que permite a los fans fundirse con ellos en los conciertos mientras se corea el estribillo. Pero personalmente, tanto "I like it" me acaba cansando hasta la extenuación. Peor todavía es el intento de actualizar a Chuck Berry en la repetitiva ‘Dance Little Sister’, pues simplemente dejan claro el mal momento creativo que estaban sufriendo.

 

Por otro lado, en la inicial ‘If You Can't Rock Me’ Jagger parece afónico al cantar, única novedad que puede destacarse de un buen tema rock en el estilo que podríamos catalogar como más característico en los Rolling Stones. También podemos encontrar una versión en ‘Ain't Too Proud To Beg’ del grupo vocal The Temptations de la Motown, que aquí no aporta nada salvo el estilo algo más rockero de la interpretación. La balada acústica tipo ‘Wild Horses’ llega con su descarada imitación llamada ‘Till The Next Goodbye’, que por este motivo es totalmente olvidable. Y el intento de hacer otro ‘Honky Tonk Women’ llamado ‘Short And Curlies’ se queda en eso mismo, en un intento, donde lo único salvable son las buenas líneas de guitarra que asoman por momentos.

 

Entre tanta mediocridad por suerte podemos encontrar todavía algunos momentos que mantienen viva la llama de los Rolling como grupo líder, como sería el caso de ‘Time Waits For No One’, que presenta un ritmo ágil y preciso, un gran trabajo de piano (de Nicky Hopkins) y guitarra, y una gran parte vocal que se agranda al llegar el estribillo. Sobre todo destacable el trabajo a la guitarra de Taylor, quien tendría la polémica servida al participar en la composición del tema y no aparecer en los créditos finales. Uno de los motivos de su salida del grupo. En un estilo similar pero con menor grandeza podemos disfrutar de ‘If You Really Want To Be My Friend’. Y ‘Luxury’ ofrece la versión más pop y bailable de los Stones, pero en el mejor sentido al poseer una clara melodía muy agradable y entretenida.

 

Al menos para finalizar el disco podemos encontrar otro gran ejemplo de funky-rock llamado ‘Fingerprint File’, que deja el listón algo más alto. La voz de Jagger suena aterradora y excepcional, mientras que la guitarra vuelve a brillar junto a la siempre profesional sección rítmica.

 

Flojo disco (que tampoco malo, pues muchos grupos soñarían con tener al menos dos grandes canciones en un único álbum), que indicaba que el tándem Jagger/Richards no era una fuente inagotable de inspiración y que los años no pasaban en balde. Pero vale la pena al menos escuchar las canciones destacadas.

METAMORPHOSIS

1) Out Of Time; 2) Don't Lie To Me; 3) Some Things Just Stick In Your Mind;

4) Each And Every Day Of The Year; 5) Heart Of Stone;

6) I'd Much Rather Be With The Boys; 7) (Walkin' Thru The) Sleepy City;

8) We're Wastin' Time; 9) Try A Little Harder; 10) I Don't Know Why; 11) If You Let Me; 12) Jiving Sister Fanny; 13) Downtown Suzie; 14) Family; 15) Memo From Turner;

16) I'm Going Down.

Puntuación:

Año de publicación: 1975

Recopilación de canciones no publicadas y algunas tomas alternativas que recorren los cinco primeros años del grupo. El intervalo temporal no tiene más sentido que el correspondiente a que el catálogo de Decca (primera discográfica de los Rolling Stones) se lo quedó en propiedad el vampiro musical Allen Klein y éste intentó exprimir comercialmente al máximo lo que encontrara para su beneficio. Así pues, la mitad de las canciones corresponden a la época de 1964-65, sobre todo del primer año, pero curiosamente solo encontramos entre ellas una versión, ‘Don't Lie To Me’, que tampoco es gran cosa. Y podemos pensar que quizá se sentían entonces un tanto inseguros a la hora de grabar sus propias composiciones, puesto que ‘Some Things Just Stick In Your Mind’ ya presenta esa grandeza vocal junto a una buena melodía, que serán ingredientes básicos de sus grandes éxitos, además de un cierto aire psicodélico, algo impensable todavía en 1964. En realidad, la mayoría de estas primerizas composiciones fueron grabadas con músicos de estudio y donadas a otros artistas, quizá porque canciones como ‘Each And Every Day Of The Year’ o ‘Try A Little Harder’, de estilo más soul, cuadraban menos con el estilo R&B fiero de sus inicios. En el mismo sentido, ‘I'd Much Rather Be With The Boys’ imitan directamente el estilo de sus amigos los Beatles.

 

Podemos encontrar también diferentes versiones de canciones ya conocidas, como la magnífica versión de ‘Heart Of Stone’ (del disco Now!), igual de memorable aunque no aporte nada importante, o la versión más orquestada de ‘Out Of Time’, la cual tampoco mejora demasiado la incluida en el recopilatorio Flowers. Hay otras canciones que de igual manera no ofrecen mucho al oyente: ‘We're Wastin' Time’ es una especie de vals con un especial solo de guitarra como único aspecto de interés; y ‘(Walkin' Thru The) Sleepy City’ es una especie de viraje al pop desde el blues, sin escatimar en detalles como campanas.

 

La segunda parte del disco es mucho mejor, ya que incluye material correspondiente al período 1966-69, junto a la ya citada ‘Out Of Time’. ‘If You Let Me’ pertenece a la época del Between The Buttons y no hubiera desentonado nada en ese disco por su aire pop y sus buenas melodías. Del Beggars Banquet se recupera un injustificado descarte llamado ‘Family’, que con algo más de elaboración podría haberse convertido en otro de los impresionantes temas de ese disco o cualquier otro, porque presenta otro magnífico ritmo llevado por la guitarra acústica de Richards, una parte vocal de las grandes de Jagger (variando el tono y la modulación sin despeinarse) y el siempre efectivo piano de Nicky Hopkins, que a falta de otro guitarrista permite que su piano brille en los pasajes instrumentales.

 

Aparte de la ya citada, la única otra versión que podemos encontrar es ‘I Don't Know Why’, perteneciente al que sería el primer disco de Stevie Wonder con cierto nivel, For Once In My Life, de 1968. Aquí podemos encontrar un gran trabajo a la guitarra del entonces nuevo miembro Mick Taylor y una interpretación soberbia en general. Esta canción corresponde a las sesiones del Let It Bleed, de donde también se recuperan la potente ‘Jiving Sister Fanny’ (donde lo mejor vuelve a ser la guitarra de Mick Taylor) y la olvidable composición blues de Wyman ‘Downtown Suzie’.

 

Por último, de la banda sonora de una película donde actuó Jagger tenemos la magnífica ‘Memo From Turner’, en una versión diferente donde se consigue un sonido más potente de guitarras afiladas, probablemente porque la interpretación corriera a cargo de otros músicos. No está claro si en ella intervinieron Al Kooper en la guitarra y Jim Capaldi (de Traffic) en la batería. La versión diferente que aparecería en single, la tercera, lo haría bajo el nombre de Mick Jagger en solitario. Y para el final nos dejan uno de esos temas rock idiosincrásicos del estilo de los Stones, con la participación de Bobby Keys en el saxofón y Stephen Stills en la guitarra.

 

Aunque hay bastante de relleno en este disco, lo cierto es que tampoco hay ninguna canción mala, por lo que podemos decir claramente que estamos ante un buen disco que vale la pena escuchar para encontrar un buen puñado de extraordinarios momentos que están al mejor nivel de lo que podían ofrecer.

1) Hot Stuff; 2) Hand Of Fate; 3) Cherry Oh Baby; 4) Memory Motel; 5) Hey Negrita;

6) Melody; 7) Fool To Cry; 8) Crazy Mama.

Puntuación:

Año de publicación: 1976

BLACK AND BLUE

Tras la partida del irremplazable Mick Taylor, el grupo necesitará buscar un nuevo guitarrista y como es de recibo para probar la valía de un guitarrista, una manera de comprobarlo es observando su desenvoltura en una improvisación instrumental. De ahí que la mayoría de canciones tenga una extensión de cinco minutos o más, basándose en el desarrollo de diferentes y variados ritmos. Este carácter de prueba no significa que la producción sea menor, pues el sonido es totalmente cristalino y depurado, permitiendo degustar cada uno de los instrumentos, que es lo que vale realmente la pena en buena parte de la discografía de los Rolling Stones. Ronnie Wood aparece ya en buena parte de las canciones, aunque participando en los coros, pues como guitarrista solo lo hace en tres: ‘Hey Negrita’ (una composición suya pero acreditada a Jagger/Richards, según la costumbre de este dúo asumida por el bueno de Wood para poder entrar), ‘Cherry Oh Baby’ y ‘Crazy Mama’. Los otros dos guitarristas que participan alternativamente en los otros temas son poco conocidos, uno de ellos Wayne Perkins (que tendría una buena carrera como músico de sesión, participando en discos de Joni Mitchell o los Everly Brothers) y el otro Harvey Mandel, conocido por su etapa en Canned Heat.

 

Así pues, la citada diversidad estilística aparece ya desde el inicio con ‘Hot Stuff’, donde realizan una gran incursión en el funk, con un gran ritmo llevado con brillantes punteos de guitarra de Mandel que luego se transforman en espléndidos solos. ‘Hey Negrita’ es lo más parecido a lo que cualquiera podría asociar a los Rolling Stones si hablara de una jam del grupo, pues todos suman con su contribución a mantener un ritmo pegadizo y aderezarlo de detalles que eviten la pérdida de interés durante sus cinco minutos de duración. En clave jazz llega ‘Melody’, donde la estrella es Billy Preston al piano (con permiso de Mick Jagger), quien se luce con su acompañamiento y sus retazos pianísticos. Precisamente en este disco acabaría de mala manera la colaboración de Preston con los Stones, pues tras comprobar éste en los créditos del álbum que su composición (‘Melody’) aparecía como “inspiration by Billy Preston” pero firmada únicamente por el dúo Jagger/Richards, les dio las gracias educadamente y los mandó a paseo, finalizando lo que había sido una magnífica aportación al teclado que había embellecido bastantes temas de los últimos discos del grupo. Y si hemos encontrado jazz, como en los Stones lo que no podía faltar es algo de blues, aquí lo mezclan con algo de rock en la final ‘Crazy Mama’ para conseguir una canción accesible pero también algo más convencional y demasiado distendida para lograr un mayor efecto. Lo más flojo es sin duda la incursión en el reggae más chabacano mediante la versión de ‘Cherry Oh Baby’, que además de repetitiva no ofrece nada interesante y queda como una imitación barata de la música jamaicana que tanto había triunfado a nivel mundial unos pocos años antes de la mano del embajador Clapton y del profeta Marley.

 

Lo que entenderíamos como los Stones más grandiosos y tradicionales lo encontramos por un lado en ‘Hand Of Fate’, que recuerda a los mejores momentos del Exile On Main St., y que ofrece otro gran riff de guitarra característico, varios magníficos solos y unas grandes melodías acompañadas de la magnífica interpretación vocal de Jagger. Por otro lado, en la vertiente tipo balada podemos disfrutar de ‘Memory Hotel’, con otra tanda de buenas melodías y algún que otro solo antológico. Pero mucho mejor todavía es la canción más conocida de este disco, ‘Fool To Cry’, otra de las baladas tipo ‘Angie’ del grupo, con una cuidada estructura y una gran y peculiar guitarra que lanza emotivas líneas a la par que la voz en falsete. Solo por escuchar el brillante trabajo de la guitarra de Richards vale la pena escuchar la canción.

 

En resumen, estamos ante un disco de los más variados de la discografía del grupo, plagada de desarrollos instrumentales interesantes y que de lo único que puede adolecer es de poseer pocas canciones, pero que en cambio resulta ser una más de las grandes obras de su discografía.

CD I: 1) Intro: Excerpt From "Fanfare For The Common Man"; 2) Honky Tonk Women;

3) If You Can't Rock Me/Get Off Of My Cloud; 4) Happy; 5) Hot Stuff; 6) Star Star;

7) Tumbling Dice; 8) Fingerprint File; 9) You Gotta Move;

10) You Can't Always Get What You Want.

 

CD II: 1) Mannish Boy; 2) Crackin' Up; 3) Little Red Rooster; 4) Around And Around;

5) It's Only Rock'n'Roll; 6) Brown Sugar; 7) Jumpin' Jack Flash; 8) Sympathy For The Devil.

LOVE YOU LIVE

Año de publicación: 1977

Puntuación:

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Doble álbum en directo que recoge una selección de actuaciones entre 1975 y 1977 con muchos retoques añadidos en el estudio de grabación, según recogen las crónicas, lo cual consecuentemente le resta credibilidad y estima. Viendo las fechas de los conciertos, es de esperar que del reciente Black And Blue tampoco encontraremos demasiado, de hecho solo está ‘Hot Stuff’, aunque en una buena interpretación que sin embargo no mejora lo del estudio.

 

En cualquier caso, tampoco encontraremos aquí nada que pueda superar o hacer olvidar la versión de estudio en pro de la interpretación en directo, aunque ésta haya sido modificada posteriormente en el estudio. A eso hay que añadir, como ejemplo, que en ‘Honky Tonk Women’ quizá se condense lo que no me gusta de los últimos Stones tal como los conocemos en el siglo XXI, pues se muestran demasiado autocomplacientes y destinados a agradar a sus grandes aficionados, denotado en esta canción por el extremadamente pausado y repetitivo riff de guitarra y por su parte vocal de cachondeo, donde parece que la intención principal es demostrarnos que se lo pasan  muy bien, más que en sorprendernos musicalmente, que sería lo suyo.

 

A esto se le podría añadir que el medley ‘If You Can't Rock Me/Get Off Of My Cloud’ no queda muy acertado, sobre todo por lo forzado que suena el segundo, como si estuvieran cantando por compromiso, una sensación que se repite en más ocasiones, como por ejemplo en ‘It's Only Rock'n'Roll’. Y la inclusión de ‘You Gotta Move’ no encaja demasiado bien dentro de un concierto de rock por su tipología blues, pero al menos escuchar la guitarra en primer plano y los coros finales le dan suficiente fuerza.

 

Podemos encontrar varias versiones (en concreto cuatro) todas ellas curiosamente en orden consecutivo y pertenecientes a uno de dos conciertos celebrados en Toronto en 1977. Las dos primeras son canciones de Bo Diddley (‘Mannish Boy’ y ‘Crackin' Up’), la segunda sorprendentemente en clave de reggae, y las otras dos versiones ya las conocíamos al pertenecer a sendos álbumes de sus inicios, donde en ‘Little Red Rooster’ no impacta tanto la interpretación de Jagger como hiciera en la versión de estudio del disco Now!.

 

Pero bueno, aunque parezca un disco flojo, ciertamente no lo es, puesto que poder escuchar ‘Jumpin' Jack Flash’ o la versión guitarrera de ‘Sympathy For The Devil’ (con una impresionante coda instrumental) en directo es siempre un acierto, así como otra gran interpretación en ‘Star Star’. Disco recomendable pero que sin embargo no puede ser una parada destacable dentro de la discografía del grupo.

1) Miss You; 2) When The Whip Comes Down;

3) Just My Imagination (Running Away With Me); 4) Some Girls; 5) Lies;

6) Far Away Eyes; 7) Respectable; 8) Before They Make Me Run;

9) Beast Of Burden; 10) Shattered.

Puntuación:

Año de publicación: 1978

SOME GIRLS

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Una vez resuelto el problema de disponer de un nuevo guitarrista, el grupo volvió a mirar hacia las modas musicales imperantes para demostrar al mundo que los Rolling Stones podían ejecutar el estilo que se propusieran, que siempre saldrían ganadores en el intento. Y ciertamente que lo vuelven a conseguir aquí, no sin ciertas reticencias, pues las nuevas modas son el disco y el punk, si bien esta última no dejaba de ser una vuelta a las raíces originales del rock'n'roll mezcladas con la rabia y el hastío de nuevas generaciones que vivían desencantadas por el sistema socioeconómico del mundo contemporáneo. Y bueno, en los Diarios de Andy Warhol, publicados póstumamente, se deja entrever que Mick Jagger (por entonces con Bianca y ya decantándose por la modelo y futura esposa Jerry Hall) era un conocedor de los clubes de moda de Nueva York, el Studio 54 y similares, así que estaba enterado de la nueva escena musical.

La incursión de los Rolling Stones en la música disco no podría proporcionar un mejor resultado que en ‘Miss You’, la cual presenta un prominente ritmo bailable, grandes punteos de guitarra que adornan toda la canción y esa melodía pegadiza e irresistible enfatizada por los coros. El disco también se cierra con cierta inspiración disco en ‘Shattered’, pero lo que gana en agilidad del ritmo lo pierde en su algo simplona repetición del título por parte de Jagger y los otros miembros del grupo. Eso sí, tiene un impresionante solo de guitarra, de los mejores de este álbum.

 

El punk impregna ‘When The Whip Comes Down’ pero no sin cierto carácter formal que hace que no pueda considerarse una canción punk por sí misma, además de que una interacción entre dos guitarristas en los pasajes instrumentales era impensable para ese estilo tan básico. Más punky ciertamente son ‘Respectable’ y ‘Lies’, donde Jagger también canta en un tono algo más histérico de lo normal para amoldarse a los nuevos tiempos. No está mal esta incursión en otro estilo, y puede competir perfectamente con otros grupos del momento, pero no obstante no pueden considerarse canciones destacadas dentro de su discografía. Precisamente cuando dejan de mirar hacia fuera y simplemente se concentran en ellos mismos, es cuando Keith Richards nos entrega una canción más canónica en términos rock pero mucho más efectiva y emotiva que todas las anteriores. Nos referimos al canto de reivindicación del propio Richards ‘Before They Make Me Run’, con una letra que alude de forma indirecta a los problemas que había tenido con la justicia (un año antes en Canadá pudo haber acabado en la cárcel por posesión de heroína), todo ello adornado con un magnífico trabajo de guitarra.

 

Un estilo pop más calmado encontramos en la versión de los Temptations ‘Just My Imagination (Running Away With Me)’, aunque la vistosa guitarra de tono country hace dudar del verdadero estilo de la canción, si bien tampoco es mi intención categorizar una tema, puesto que la música es para disfrutarla sin barreras ni restricciones. Pero country si que se podría denominar a ‘Far Away Eyes’, no solo por la típica slide guitar, sino también por su habitual ritmo y la forma de alternar la voz solista con las voces a dúo. Es lo más flojo del disco porque parecía más destinado a los padres de los oyentes que a los propios oyentes, una especie de nueva ‘Sweet Virginia’. Mucho mejor es la conocida balada ‘Beast Of Burden’, donde la interacción de guitarras es magistral aunque la parte vocal quizá se repita demasiado para considerar este tema como un clásico del grupo.

 

La canción que da título al álbum es la más normalita y tradicional acorde a los cánones de los Stones. Es más o menos pausada pero sin perder su gentil ritmo, con una agradable parte vocal y el siempre efectivo sonido de guitarras. Así que, aunque falte una mayor cantidad de canciones memorables como para situar este disco al nivel de una obra maestra, no presenta apenas deslices musicales, de tal manera que sigue siendo un gran disco de los Rolling Stones.

1) Dance (Pt. 1); 2) Summer Romance; 3) Send It To Me; 4) Let Me Go; 5) Indian Girl; 6) Where The Boys Go; 7) Down In The Hole; 8) Emotional Rescue; 9) She's So Cold; 10) All About You.

Puntuación:

Año de publicación: 1980

EMOTIONAL RESCUE

El éxito del disco anterior se les subió a la cabeza y quizá pensaron que sería fácil seguir en la misma senda, por lo que aquí volvemos a encontrar retazos de música disco y punk para continuar en la onda y en la modernidad. El problema es que la inspiración pareció quedarse por el camino y en muchos momentos da la sensación de estar escuchando descartes de Some Girls. Nuevamente se inicia el álbum con un sonido próximo al disco mediante ‘Dance (Pt.1)’, que no está nada mal hasta que un@ percibe cómo se utiliza el conocido riff de ‘Trampled Under Foot’ de Led Zeppelin cada vez que los coros cantan “Ooh! And it's got me moving”, que es precisamente lo único destacable y por ese motivo pierde bastantes puntos. Bueno, destacable sería también que permitieran colarse a Ronnie Wood como coautor del tema, cuando ya había acumulado los mismos méritos anteriormente y había sido ninguneado.

 

Que los Rolling Stones quisieran mimetizar el estilo punk no debería significar ineludiblemente rebajarse al nivel de cualquier grupo de medio pelo en ese estilo, que es lo que consiguen en la irritante ‘Summer Romance’, donde la única sensación que dejan es la de un grupo imitador de los Ramones, o en la vulgar ‘Where The Boys Go’, en la cual entonan la frase “Hey! Never keep a secret from me” de igual manera a otra canción del grupo que no logro recordar ahora mismo. Aunque no mejora mucho más el contenido cuando dedican su tiempo a canciones de medio tempo insustanciales como ‘Let Me Go’ o la tranquila ‘Indian Girl’, que acaba naufragando igual que la voz de Jagger. Al menos podemos encontrar el genérico blues-rock de ‘Down In The Hole’ tocado con suficiente gusto y profesional instrumentación (está muy bien la parte en la que tanto la voz de Jagger como la guitarra van subiendo el tono al unísono), de tal manera que aquí sería uno de los temas destacados, lo cual dice pocas cosas buenas de este álbum.

 

Desde ‘Cherry Oh Baby’ no habíamos escuchado más incursiones de los Stones en el reggae, cosa que realizan aquí en ‘Send It To Me’ con resultado agradable pero sin mayores pretensiones. En la canción que da título al álbum, intercalan una parte pausada con un ritmo que recuerda bastante a ‘Rush Hour Blues’ de The Kinks, pero más lenta, o incluso más claramente al ritmo de ‘Psycho Killer’ de los Talking Heads, con otra parte casi instrumental más agradable y que es lo único que vale la pena de este tema, pues el falsete de Mick resulta un tanto cargante.

 

Lo mejor del álbum es quizá ‘She's So Cold’, aunque su propósito desenfadado le hace perder toda seriedad (“I'm so hot and she's so cold”), pero la grandeza de las guitarras está ahí. Y para el final tenemos la balada de letra muy personal ‘All About You’, cantada por su autor (Richards, quien lanza sus pullas a Jagger como síntoma de las malas relaciones que comenzaban a gestarse entre los dos) y con un buen juego de guitarras aunque el resultado sea más bien discreto. Y es que discreción quizá sea la palabra que resuma este disco vulgar del grupo, una demostración de que la frase que dice “segundas partes nunca fueron buenas”, pues algo que hacían los Stones cuando se inmiscuían en sonidos ajenos a su esencia musical más norteamericana era poner su grano de arena a lo grande y luego pasar a otra cosa. Aquí queda claro que repetir de nuevo lo que te ha dado éxito pero sin poner algo de esfuerzo y dedicación, proporciona resultados mediocres. Quizá también afectara las tensiones internas en el grupo.

1) Start Me Up; 2) Hang Fire; 3) Slave; 4) Little T & A; 5) Black Limousine; 6) Neighbours; 7) Worried About You; 8) Tops; 9) Heaven; 10) No Use In Crying; 11) Waiting On A Friend.

Puntuación:

Año de publicación: 1981

TATTOO YOU

El nuevo gran trabajo de los Rolling Stones, que parecía devolverles a la senda de los líderes musicales, resultó ser una simple recopilación de temas descartados o poco desarrollados durante la década anterior, pero regrabados y con elementos añadidos para obtener un resultado en muchos casos excepcional. Lo más curioso es descubrir cómo algunos descartes como ‘No Use In Crying’ y ‘Little T & A’ pertenecieron al mediocre disco anterior. Un ejemplo claro es el estilo jam de ‘Slave’, que denota así su origen de las sesiones de Black And Blue, por lo que también participa en ella Billy Preston con su teclado. Quizá fuera descartada por asemejarse en cierta manera a ‘Hey Negrita’, pero ‘Slave’ queda mucho más seria y por tanto transmite un mejor efecto.

 

El presente álbum tiene un inicio poderoso, pues ‘Start Me Up’ se convertiría con justicia en una de las canciones más reconocidas del grupo, gracias en buena parte a ese reconocible y memorable riff inicial que marca todo el tema, además de una parte vocal de Jagger de las que convierten a un cantante en icono del rock. Sorprendentemente es una canción rescatada de las sesiones del Some Girls, algo que podría comprenderse en ‘Black Limousine’, un buen blues-rock de las mismas sesiones pero que por su carácter más académico quizá fuera descartado para no desentonar con la música disco y el punk que quisieron abrazar en ese momento.

 

Curiosamente, las canciones más calmadas son de lo mejor del disco. En ‘No Use In Crying’ consiguen por fin componer un impresionante tema de soul que recuerda la grandeza de algunas canciones más antiguas como ‘Time Is On My Side’. La única pega es que Mick parece venirse arriba y acaba abusando un poco del falsete, pero se le perdona. La percusión de Watts es toda una delicia, además de los punteos de guitarra que adornan el tema. En ‘Tops’ las melodías fluyen maravillosamente junto a impresionantes destellos instrumentales como las líneas de guitarra que van cayendo cada vez con mayor intensidad hasta el final. Y ‘Heaven’ se recrea en una atmósfera entre inquietante y celestial, con un gran sonido de guitarra que va creando como ecos, de ahí quizá su título.

 

Por otro lado, tanto ‘Hang Wire’ como ‘Neighbours’ siguen la senda de canciones previas como ‘When The Whip Comes Down’, marrulleras y enérgicas pero sin dejar ningún detalle remanente que uno pueda recordar. La segunda tiene un buen desarrollo y un destacado trabajo de Wyman en el bajo. Wyman también es miembro destacado en la más tranquila ‘Worried About You’, de buen contraste entre las estrofas y el cálido estribillo y donde podemos escuchar el tan socorrido falsete de Jagger en algunos momentos.

 

No podía faltar una canción compuesta y cantada por Keith Richards, en este caso la dinámica y pegadiza ‘Little T & A’, donde demuestra que como cantante tiene pocos recursos pero a cambio consigue mucha autenticidad, por lo que uno de los ganchos del tema son esos “ah, ah, ah” que deja caer cada vez que canta la frase “She's my little rock 'n' roll”. Además, como siempre ocurre con las canciones donde asume el papel de cantante, la parte instrumental es magistral y con un gran trabajo de guitarra.

 

Por último, ‘Waiting On A Friend’ es el final agradable en clave pop bien ejecutado que deja un buen sabor de boca para lo que es el último gran disco de la carrera de los Rolling Stones. A partir de ahora, las tensiones entre Jagger y Richards llegarán hasta extremos enfrentados que condicionarán el trabajo en equipo que habían desarrollado hasta ese momento, además de que Jagger también empezará a pensar en una carrera en solitario a partir de la explotación visual que representará la aparición de la MTV, que volvía millonario de la noche a la mañana a cualquiera con solo martillear un vídeo musical donde se divinizara a la estrella. Y ya sabemos quién asumía el papel de diva en los Stones...

1) Intro (Take The 'A' Train); 2) Under My Thumb; 3) Let's Spend The Night Together; 4) Shattered; 5) Twenty Flight Rock; 6) Going To A Go-Go; 7) Let Me Go;

8) Time Is On My Side; 9) Just My Imagination (Running Away With Me); 10) Start Me Up; 11) (I Can't Get No) Satisfaction; 12) Outro (Star Spangled Banner).

Puntuación:

Año de publicación: 1982

STILL LIFE

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De la consiguiente gira mundial de 1981 tras la publicación de Tatoo You, se editó este disco en directo con canciones pertenecientes a diversas actuaciones de la gira. El grupo parece que pone el piloto automático y realiza unas interpretaciones cumplidoras y poco o nada más, solo hay que fijarse en la manera de cerrar el álbum. No me refiero al extracto de Jimi Hendrix tocando el himno estadounidense, sino a la manera de tocar el gran e inevitable clásico ‘(I Can't Get No) Satisfaction’, donde aceleran un poco el ritmo pero Jagger no parece coger la  misma velocidad cantando y su parte vocal queda como forzada y poco melódica, no parece querer esforzarse mucho más.

 

Otra vez volvemos a escuchar la interpretación de ‘Under My Thumb’ donde la guitarra sustituye a la marimba original, que está muy bien pero que ya teníamos vista del Love You Live. Análogamente, no está mal que recuperen ‘Let's Spend The Night Together’, de su obra maestra del pop Between The Buttons, aquí sustituyendo los coros por la guitarra eléctrica, con gran resultado también. En cambio, ‘Time Is On My Side’ presenta un sonido tan limpio que parece directamente retocado en el estudio, pues suena muy pulcro incluso en comparación con el resto de canciones del álbum. Algo por otra parte bastante habitual, retocar los discos en directo para mejorar partes o directamente tocar temas en un estudio y añadirles sonido de fondo y gritos.

 

Hay varias canciones de los últimos discos, aunque la disposición cronológica abarca todas las épocas del grupo. De lo último, encontramos ‘Shattered’, demasiado repetitiva y donde lo único interesante es el conocido pasaje instrumental que sirve de respiro entre tanto desvarío de Jagger. Pero ‘Let Me Go’ ya de entrada era un tema que no podía ofrecer absolutamente nada nuevo por su vulgaridad, ni siquiera sus solos de guitarra tipo Chuck Berry. Su último éxito del momento, ‘Start Me Up’, aquí está interpretado tal cual la versión de estudio, si acaso con menos fuerza, como si estuvieran ya servidos de haberla tocado cientos de veces.

 

Encontramos varias versiones de clásicos del rock'n'roll que tampoco justifican su inclusión pues, como suele ocurrir, parecen más divertimentos para crear momentos de distensión y tranquilidad en la actuación. Así, ‘Twenty Flight Rock’ de Eddie Cochran y ‘Going to a Go-Go’ de Smokey Robinson And The Miracles pasan sin más pena ni gloria. En definitiva, este disco en directo es totalmente prescindible, se puede escuchar pero no puede satisfacer más que a los grandes aficionados al grupo, quienes probablemente lo comprarían por estas citadas versiones que no aparecen en otros discos de su discografía.

1) Undercover Of The Night; 2) She Was Hot; 3) Tie You Up (The Pain Of Love);

4) Wanna Hold You; 5) Feel On Baby; 6) Too Much Blood; 7) Pretty Beat Up;

8) Too Tough; 9) All The Way Down; 10) It Must Be Hell.

Puntuación:

Año de publicación: 1983

UNDERCOVER

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Tras la ardua y fructífera tarea de reciclaje que realizaron con éxito en el Tattoo You, los Rolling Stones volvieron a lo suyo, que es inspirarse a su manera en las modas imperantes y no perder esa imagen de grupo moderno y enrollado que gusta a la gente “guay” de todas las edades, lo que en el año 1983 significaba también explotar la promoción mediante vídeos musicales tras la aparición exitosa de la MTV. Para tal fin, buscaron ayuda en la producción (en los últimos discos los productores habían sido los propios Richards y Jagger bajo el pseudónimo The Glimmer Twins) para renovar el sonido de la banda. De los músicos adicionales que participan en este álbum, además del sempiterno Ian Stewart, cabe destacar a Chuck Leavell, teclista que adquirió fama en los Allman Brothers Band, y al percusionista jamaicano Sly Dunbar. Una vez más, tales adquisiciones no se ven reflejadas apropiadamente en el sonido global del álbum, puesto que las fricciones entre Jagger y Richards sobre la dirección que debía seguir el grupo (el primero más experimental y abierto, y Richards más centrado en lo que el grupo sabía hacer mejor, rock y blues), seguramente afectaron a la capacidad creativa de ambos.

 

Un grupo como los Stones, tan proclives a estar a la última y absorber los estilos más triunfales del momento, no podían dejar pasar la ocasión de sonar electrónicos al estilo de los grupos techno del momento. De ahí que abusen de los sintetizadores y los sonidos de trompeta en la “moderna” ‘Too Much Blood’, que queda como uno de los momentos más flojos de todo el álbum al intentar imitar a los Talking Heads, aunque Jagger aporta bastante fuerza cada vez que canta “I want to dance / I want to sing”. Aunque más aburrido resulta escuchar grooves poco inspirados y que suenan a versión de canciones anteriores, algo que ocurre con ‘Pretty Beat Up’, la única no compuesta exclusivamente por el tándem Jagger/Richards, pues tiene a Ronnie Wood como coautor. Por otro lado, como si fuera una segunda parte del antiguo ‘She's So Cold’, aquí proponen otro tema desenfadado llamado ‘She Was Hot’, donde sus estrofas principales son de lo más convencional hasta que llega el estribillo (que va cambiando cada vez para narrar los avances entre la pareja), donde parece volver la magia de los Stones, no solo en la letra (aunque no es tan explícita como en otras ocasiones), gracias principalmente a esa sensacional modulación de la voz de Jagger.

 

En el terreno del funk-rock encontramos temas como ‘Tie You Up (The Pain Of Love)’, donde demuestran su maestría en este estilo y donde cabe destacar el gran trabajo de guitarra, que vuelve a añadir un gran solo. En el polo contrario está la nueva demostración de que con el reggae no acababan de encajar (‘Feel On Baby’), aunque tampoco pueda decirse que es una metida de pata. Al menos podían haber seguido a The Clash, quienes demostraron que el reggae podía ser tan amenazador y enérgico como una canción de rock. Y lo que podríamos señalar como el sonido más característico de los Rolling Stones, que aquí queda más bien como momentos menos inspirados, los encontramos precisamente en la recta final del disco con ‘All The Way Down’, ‘It Must Be Hell’ y ‘Too Tough’ (que parece reciclar el ritmo de ‘Jumpin' Jack Flash’ sin demasiadas contemplaciones), en lo que podría englobarse dentro de esas canciones que dicen que se componen en cinco minutos. En ‘All The Way Down’ el único momento de inspiración es donde Mick canta “She's there when I close my eyes”, una especie de middle-eight que vuelve a recordarnos que estamos ante uno de los grupos de rock más grandes de la historia. El resto suena agradable pero convencional.

 

Lo más interesante que ofrece ‘Undercover Of The Night’ (la mejor canción del disco) es ese particular e incisivo riff que se sitúa entre el rock y la electrónica por su efecto de eco, además de poseer un gran solo de guitarra en su parte central. El resto de la canción sigue una especie de estilo disco que no acaba de despegar del todo. También encontramos otro momento de Keith Richards como solista, que aparece sorprendentemente con un sonido más pop en ‘Wanna Hold You’. Es un tema muy entretenido con un buena interacción de voces, que quizá se repita demasiado pero que apenas se nota por el ritmo ágil que sigue.

 

En resumen, un irregular álbum que demuestra dos cosas: a) los Stones ya no pueden ser líderes musicales de la nueva década; y b) que Richards quizá tuvieran razón y debieran dedicarse más a los estilos que mejor dominaban, obviando las modas imperantes, siempre pasajeras. Por si fuera poco, las citadas fricciones entre Jagger y Richards irán en aumento y eso provocará que nos traguemos el peor disco de la historia del grupo.

1) One Hit (To The Body); 2) Fight; 3) Harlem Shuffle; 4) Hold Back; 5) Too Rude;

6) Winning Ugly; 7) Back To Zero; 8) Dirty Work; 9) Had It With You; 10) Sleep Tonight.

Puntuación:

Año de publicación: 1986

DIRTY WORK

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La debacle musical llegó al final. Tres años parecía un buen intervalo de tiempo para limar asperezas, pero de nada sirvió ante tantas tensiones que en un grupo no pueden ser buenas. Y cuando dos personas no pueden verse en un estudio, se pierde el punto de vista necesario de tus compañeros de viaje para filtrar o mejorar la producción propia. De hecho tan solo tres temas están compuestos por Jagger/Richards sin colaboración de nadie más, aunque ya intuimos lo que significaba en muchas ocasiones que un tercer nombre apareciera en los créditos de composición: que era el verdadero autor. El pobre Charlie Watts parece haber sido reemplazado por una batería programada, pues la percusión suena totalmente artificial y sin vida, todo lo contrario que conseguía transmitir el bueno de Watts con su estilo pausado pero seguro. Pero más negativo fue el hecho de que Jagger acudiera únicamente a los estudios para grabar su parte vocal sobre la instrumental previamente grabada, pues entonces ya había salido su primer disco en solitario (She's the Boss) y ya estaba centrado en su carrera en solitario (su segundo álbum saldría al año siguiente, en 1987). Quizá por ello Richards se decide a cantar dos temas en un mismo álbum, algo inédito hasta ese momento.

 

Aunque suenen más comerciales de lo que sería deseable durante todo el disco, en ‘One Hit (To The Body)’ vuelven a ofrecer unas melodías memorables y una fantástica guitarra de Richards que va soltando grandes acordes de vez en cuando. También la versión de ‘Harlem Shuffle’ es una de las canciones conocidas del grupo en los ochenta, pues Mick Jagger la sabe personalizar lo suficiente con su interpretación vocal y ese descaro que transmite con su voz, hasta dotarla de un carácter suficiente para disfrutarla en diferentes escuchas. Pero aquí se acaba lo único destacable de Dirty Work, el resto es básicamente para olvidar.

 

Así, ‘Fight’ parece compuesta en cinco minutos y pierde fuelle conforme avanza. Peor todavía resulta ‘Hold Back’, sin melodías y con lo que parece un horroroso estribillo. Lo único que se salva en este tema son los segundos iniciales y los finales (por la guitarra que suena) lo cual es un detalle bastante clarificador. En ‘Too Rude’ ni siquiera se entiende qué querían conseguir. La canta Richards y suenan como un grupo de lo más vulgar. Aunque para vulgaridad absoluta está el engendro de música bailable de ‘Back To Zero’. No se entiende cómo pudieron acordar la inclusión de esta canción en el disco.

 

Por otro lado, hay un ligero intento de volver a recuperar ese estilo de jam envolvente en ‘Winning Ugly’, que comparado con el nivel general del álbum no está mal, aunque tampoco entusiasma salvo quizá en el brevísimo puente donde cantan “How can I live my life this way? / A beauty is staring me in the face”. También parecen querer rememorar ese estilo desenfadado en clave blues de sus inicios (del tipo de canciones como ‘One More Try’ o, ya puestos, de la gran ‘It's All Over Now’) en ‘Had It With You’, pero el resultado es muchísimo más flojo. La canción que da título al álbum también se puede escuchar, pues tiene un ritmo dinámico y un gran juego de guitarras que compensan la falta de melodías.

 

El disco fue dedicado a la memoria del pianista habitual (pero apartado vergonzosamente de la imagen oficial por su apariencia demasiado vulgar) del grupo, Ian Stewart, quien falleciera de un ataque al corazón y por ello se añade un breve corte al final, de forma escondida conforme acaba ‘Sleep Tonight’, la canción final. Ésta es una balada de corte emotivo con los inevitables coros femeninos para esta época, además de que se la reservó nuevamente Richards para cantarla y así intentar dejar un buen sabor de boca tras tanta decepción acumulada en el álbum. Pero la cosa se queda en el intento. Así pues, mejor pasar página lo más rápido posible respecto a este disco, pues representa el punto más bajo de la carrera de los Rolling Stones, no solo por su ropa de la portada.

SINGLES COLLECTION: THE LONDON YEARS

CD I: 1) Come On; 2) I Want To Be Loved; 3) I Wanna Be Your Man; 4) Stoned; ...

 

CD II: ... 2) 19th Nervous Breakdown; 3) Sad Day; ... ; 6) Long Long While; ... ;

10) Who's Driving Your Plane?; ... ; 13) We Love You; 14) Dandelion; ... ;

19) Jumpin' Jack Flash; 20) Child Of The Moon.

 

CD III: ... 4) Honky Tonk Women; ... ; 6) Memo From Turner; ...

Puntuación:

Año de publicación: 1989

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Esta colección de singles que abarca desde los inicios en los años sesenta hasta 1971 fue inicialmente una jugada comercial del vampiro musical Allen Klein, quien se había apropiado del catálogo del grupo perteneciente a su etapa en la discográfica Decca. Sirve también como retrospectiva de la primera etapa de la banda, que precisamente había sido introducida en el Rock and Roll Hall of Fame en 1989, unos meses antes de la publicación de este recopilatorio. El orden de las canciones es cronológico, como debería ser siempre en estos casos, lo cual le añade un interés adicional al conjunto.

 

Comenzando por el primer volumen, nada menos que de 1963 es el single de debut de los Rolling Stones, una versión de ‘Come On’ de Chuck Berry adaptada al estilo R&B inicial del grupo, con una loca armónica tocada por Brian Jones como elemento destacado. Su cara B es la más convencional ‘I Want To Be Loved’ de Willie Dixon, en la que parecen dejar el camino marcado para los Yardbirds. También podemos escuchar con curiosidad la canción que los Beatles les regalaron (‘I Wanna Be Your Man’), que suena diferente a la que grabaran después los propios autores. Aquí destaca por sus poderosas líneas de bajo, un elemento bastante diferenciador entonces entre ambas bandas, aunque en mi opinión los Beatles les superan en dinamismo a la hora de ejecutar el tema. La cara B de ese single, ‘Stoned’, vuelve a ser otro relleno sin mayor historia.

 

Entre las canciones inéditas del segundo volumen, que continua por el año 1965,  encontramos canciones poco vistosas, como un genérico pero potente blues como ‘Who's Driving Your Plane?’ o una típica balada llamada ‘Long Long While’. De la misma manera, el R&B más rítmico lo encontramos en ‘19th Nervous Breakdown’, una composición propia de las que podían escribir decenas en esa etapa de desarrollo, ya en 1966. Lo mejor sin duda llega con la etapa psicodélica, pues encontramos el impresionante single ‘We Love You’ de compleja estructura, iniciado con un pegadizo piano y luego unas voces corales (que incluyen la participación de John Lennon y Paul McCartney, devolviendo la participación de Jagger en ‘All You Need Is Love’) que nos acompañarán durante toda la canción. Destacar el poderoso puente (“You will never win we / Your uniforms don't fit we”) y el video musical en el que criticaban la persecución policial reciente que estaban sufriendo con arrestos incluidos. Su cara B es ‘Dandelion’, de corte más pop pero con esos alargamientos vocales de finales de línea que aseguran su inclusión en la psicodelia. Y cómo no hablar de uno de las mejores e inolvidables canciones de los Rolling Stones, la memorable ‘Jumpin' Jack Flash’, que desde sus primeros acordes de guitarra y las primeras líneas abrumadoras de bajo engancha hasta el final. La forma agresiva de cantar de Jagger es marca de la casa y el riff de guitarra rítmico recupera esa maestría demostrada en ‘Satisfaction’ y similares. Su cara B vuelve a ser psicodélica (‘Child Of The Moon’), en forma de potente balada de elaborado estribillo.

 

El tercer CD es el que menos novedades ofrece, pero solo en el caso de que hayamos escuchado el recopilatorio de rarezas Metamorphosis, puesto que hay bastantes canciones incluidas de éste. Pero vale la pena escuchar nuevamente el tema de Stevie Wonder ‘I Don't Know Why’, que mediante su inicio de guitarra ya anuncia que estamos ante una elaborada canción, en este caso en forma de balada-rock con una cuidada instrumentación y un gran solo de guitarra, que denota su afiliación a la época de Let It Bleed; o el poderío que demuestran en ‘Jiving Sister Fanny’, en ese estilo rock de poderosa sección rítmica y afiladas guitarras muy característico de su producción de los setenta. Así pues, las únicas novedades, que realmente no lo son tanto, son la versión alternativa de ‘Honky Tonk Women’, que deja mejor saber que la versión country del Let It Bleed, y la versión alternativa que encontramos de ‘Memo From Turner’, diferente de la del recopilatorio Metamorphosis gracias a una prominente guitarra slide, ya que aquí aparece la que se publicó bajo el nombre de Mick Jagger en solitario.

 

Resulta peliagudo recomendar una recopilación de los Rolling Stones, pero la importante cantidad de canciones no editadas en disco previamente y la alta calidad de muchas de ellas, convierte este triple álbum en imprescindible. Solo hay que imaginarse un único disco que incluyera todas las canciones arriba escritas; ¡sería buenísimo!.

1) Sad Sad Sad; 2) Mixed Emotions; 3) Terrifying; 4) Hold On To Your Hat;

5) Hearts For Sale; 6) Blinded By Love; 7) Rock And A Hard Place; 8) Can't Be Seen;

9) Almost Hear You Sigh; 10) Continental Drift; 11) Break The Spell; 12) Slipping Away.

Puntuación:

Año de publicación: 1989

STEEL WHEELS

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Igual que hiciera Benito Floro durante el descanso del encuentro de fútbol Lleida-Real Madrid, parece que después del patinazo de Dirty Work alguien importante de su entorno juntó a los miembros de la banda y les gritó: “que sois los Rolling Stones, ¡coño!”, aunque en este caso con mejor resultado que lo que ocurriera en aquel partido. Bromas aparte, las tensiones entre Jagger y Richards se calmaron, sobre todo gracias al bálsamo que resultó ser su entrada en el Rock and Roll Hall of Fame a principios de 1989, un evento catalizador que les devolvió poco después a los estudios de grabación. Que sus respectivos discos en solitario no tuvieran el éxito esperado, probablemente también influyera en buena medida para querer reunir a los Stones nuevamente. Aunque más o menos ya se dedicarán a ejecutar un rock más o menos clásico en la línea de su producción de los setenta, sin olvidar el inevitable influjo de las modas imperantes en cada momento, al menos aquí pondrán interés en lo que realizan y eso se reflejará en el nivel cualitativo de las canciones. Mick y Keith ni siquiera tendrán que echar mano de Ronnie Wood para la composición.

 

Nada mejor para reverdecer las viejas glorias de la banda que comenzar con un rock al más puro estilo de los Stones (‘Sad Sad Sad’), de sonido entretenido y con un estribillo sencillo pero efectivo con solo repetir el título. Y es que lo mínimo que puede pedirse a los Stones es que le den algún toque diferencial de calidad a una canción que parezca vulgar, tal como ocurre en ‘Mixed Emotions’, la cual no llama mucho la atención pero se engrandece al llegar al estribillo (“You're not the only one”), además de ofrecernos un buen middle-eight donde repiten la misma letra citada. Otra balada rock de buen sonido y parte vocal agradecida es ‘Almost Hear You Sigh’, donde los cambios tonales se van sucediendo de forma gradual de tal manera que consiguen una fluencia sonora (con un gran uso del teclado como instrumento acompañante) que podría convertir esta canción en un ejemplo para muchos otros grupos que quisieran intentar algo en ese estilo.

 

No obstante, este retorno por la puerta grande no podía significar precisamente que se hubiera llegado a la perfección. La edad no perdona a la hora de ser creativo y en bodrios como el fallido punk de ‘Hold On To Your Hat’ (donde se limitan básicamente a repetir los acordes de guitarra de ‘C'mon Everybody’ de Eddie Cochran) y la serenata para abuelas ‘Blinded By Love’ nos recuerdan que la época gloriosa de los Stones ya había pasado.

 

Pero afortunadamente saben retomar la grandeza (que nunca acaba de perderse en los genios de la música) para grabar un poderoso rock llamado ‘Rock And A Hard Place’ de marcado estribillo donde la guitarra de Keith Richards brilla como nunca para ensalzar una letra crítica con el llamado orden mundial. Esas paradas rítmicas para retomar de nuevo la canción son de una brillantez incontestable. La inquietud en forma de música disco con la que brillaron años atrás gracias a ‘Miss You’, aquí se recupera con la no menos perturbadora ‘Terrifying’, donde destacan el impresionante trabajo de Wyman al bajo y las afiladas líneas de guitarra (incluido un gran solo) que van apareciendo por todos lados. La coda instrumental final deja lugar a que vayan sonando diferentes instrumentos mientras se mantiene el vibrante ritmo. ‘Hearts For Sale’ destaca por su prominente ritmo también, aunque en este caso en clave de blues-rock y con uno de los mejores trabajos de guitarra del álbum. Más discreto es cuando el ritmo es rápido pero insustancial, como en el caso de ‘Break The Spell’.

 

El tema más extraño de todos es sin duda ‘Continental Drift’, una pieza de psicodelia repleta de motivos orientales que actualiza el estilo para la generación del techno. La batería, que suena programada, no ayuda nada al tono etéreo del tema, pero la buena idea de emplear a unos músicos marroquíes (The Master Musicians of Jajouka) le aporta ese toque diferente y necesario para apartar a los Stones de la imagen de dinosaurios anquilosados. Así, este tema queda también como un homenaje a Brian Jones, no tanto por lo psicodélico, sino porque éste fue el promotor y productor del disco Brian Jones Presents the Pipes of Pan at Joujouka (publicado en 1971), que fue uno de los primeros intentos de promocionar las músicas del mundo.

 

Keith Richards canta dos canciones con una voz más vieja y cascada de lo habitual pero que pasa el aprobado. ‘Can't Be Seen’ es un rock típico a lo ‘Happy’ o ‘Before They Make Me Run’, con el gran trabajo habitual de guitarra que imprime Richards a los temas que canta. La otra es la calmada ‘Slipping Away’, que cierra el álbum en un tono amable, siendo su mejor parte el middle-eight donde acude Jagger a potenciar la parte vocal y alcanzar el clímax de la canción, aunque no se puede negar la fuerza de la coda final, en la cual se va repitiendo el título.

 

Así pues, el gran retorno del grupo por la puerta grande no lo es tanto, pero sí que estamos ante un recomendable disco que posee un poco de todo, incluso relleno, pero donde hay también un par de grandes canciones y algunos grandes momentos más que vuelven a dejar claro quienes seguían siendo los reyes del rock por trayectoria en ese momento. También sería el último disco de estudio con el bajista Bill Wyman, quien retomaría su carrera en solitario, no sin antes participar en la posterior gira (cristalizada en Flashpoint) y un par de canciones más de estudio que se incluirían en este siguiente álbum.

1) Continental Drift; 2) Start Me Up; 3) Sad Sad Sad; 4) Miss You;

5) Rock And A Hard Place; 6) Ruby Tuesday; 7) You Can't Always Get What You Want; 8) Factory Girl; 9) Can't Be Seen; 10) Little Red Rooster; 11) Paint It Black;

12) Sympathy For The Devil; 13) Brown Sugar; 14) Jumpin' Jack Flash;

15) (I Can't Get No) Satisfaction; 16) Highwire; 17) Sex Drive.

Puntuación:

Año de publicación: 1991

FLASHPOINT

La gira de Steel Wheels fue famosa por sus dimensiones mastodónticas y su extensa duración entre los años 1989 y 1990. La parte europea de la gira incluso fue diferente y se llamó Urban Jungle Tour. Como apéndice, se incluyeron dos canciones de estudio nuevas, una de ellas publicada como single (‘Highwire’). Y este disco sería la despedida de Bill Wyman como bajista de los Rolling Stones.

 

Musicalmente hablando, las actuaciones en directo dejan sentimientos encontrados, puesto que por un lado encontramos actuaciones impecables desde un punto de vista profesional y una selección de canciones bastante acertada. Por otro lado, echamos en falta la sensación de emoción que nos embarga cada vez que escuchamos, por ejemplo, una interacción de guitarras entre los dos guitarristas de la banda o alguna entonación vocal de nivel de Jagger. Siendo justos, es Mick Jagger quien parece estar en mejor forma, puesto que las guitarras ofrecen el sonido justo (con escuchar los aceptables solos de ‘Start Me Up’ y ‘Sad Sad Sad’ ya nos puede quedar claro que no habrá nada que se eleve por encima) y Bill Wyman ni está ni –tras esta gira– se le espera, pues el trabajo del bajista queda difuminado dentro del sonido la mayor parte del tiempo. Ya podría haberse esmerado un poco más si sabía que iba a ser su última gira.

 

Al menos, sus grandes éxitos están interpretados con gusto y energía, desde la versión rock de ‘Sympathy For The Devil’ (donde ya no hay lugar para intentar traducir sus aires latinos al directo) hasta las potentes ‘Jumpin' Jack Flash’ o ‘(I Can't Get No) Satisfaction’. Algo poco habitual es escuchar guitarras acústicas que no sean para un blues en un concierto de los Rolling Stones (como sería el caso de ‘Factory Girl’), y aquí la emplean en la obvia ‘Ruby Tuesday’ y luego para la brillante introducción de ‘Paint It Black’, que recordemos era interpretada originalmente por Brian Jones en el sitar.

 

Las nuevas canciones de estudio ya son otro cantar, nunca mejor dicho. ‘Highwire’ versa sobre los intereses económicos en las guerras, donde se demuestra cierta gallardía por parte de la banda en comentar acontecimientos contemporáneos, pues recordemos que las dos canciones de estudio fueron grabadas a principios de 1991, cuando estaba aconteciendo la Guerra del Golfo contra Irak, aunque cierto es que esta guerra fue una reacción a la invasión de Kuwait y los bombardeos del régimen de Saddam Hussein. Pero lo que no se debe olvidar es quién ayudó años atrás a Hussein a hacerse poderoso y a mejorar sus tácticas militares durante la guerra con Irán. El problema de esta canción es que musicalmente suena como un vulgar rock de radio-fórmula. Tampoco levanta mucho el vuelo el funky de ‘Sex Drive’, canción sobre la obsesión sexual con un vídeo repleto de imágenes sensuales. Eso sí, a estas alturas ya se les podía tildar de “viejos verdes” con propiedad porque ya estaban rondando los cincuenta años.

 

En cualquier caso, quedémonos con lo mejor, que son las canciones en directo. No aportarán apenas nada nuevo a los conocedores de la obra del grupo, pero en su momento probablemente sirvió de revulsivo para que una nueva generación de gente cayera rendida ante la grandeza e impresionante trayectoria de los Rolling Stones.

1) Love Is Strong; 2) You Got Me Rocking; 3) Sparks Will Fly; 4) The Worst; 5) New Faces; 6) Moon Is Up; 7) Out Of Tears; 8) I Go Wild; 9) Brand New Car;

10) Sweethearts Together; 11) Suck On The Jugular; 12) Blinded By Rainbows;

13) Baby Break It Down; 14) Thru And Thru; 15) Mean Disposition.

Puntuación:

Año de publicación: 1994

VOODOO LOUNGE

Voodoo Lounge es lo que por entonces fue denominado como “eterno retorno” de la banda y su estreno en la discográfica Virgin, propiedad del excéntrico Richard Branson. Sin Bill Wyman en sus filas, su sustituto fue un treintañero pero experimentado bajista llamado Darryl Jones, que había tocado anteriormente con Miles Davis y con Sting. La ausencia de Wyman no se nota, como era de esperar a estas alturas, y los Rolling Stones se limitan a editar un álbum de sonido clásico respecto a su estilo de las dos últimas décadas. Quizá no pensaron que, estando en Virgin, Richard Branson les permitiría grabar cualquier rayada artística que se les hubiera ocurrido. Pero a estas alturas, el grupo ya era una máquina bien engrasada de crear dinero y Mick Jagger ya había demostrado su buen olfato para las finanzas y para medir con precisión cada paso nuevo de la banda.

 

El inicio del álbum nos muestra a unos Rolling en plena forma con tres piezas de rock de corte clásico aderezados con un toque de fiereza adicional, muy similares entre sí en tono, pero entre los que destaca ‘Love Is Strong’, más pausada pero ejecutada con mayor solemnidad y con una buena parte vocal de Jagger que oscila entre el murmullo y la rabia contenida. ‘I Go Wild’ es otro derroche de fuerza con un gran trabajo de guitarra donde Wood y Richards van apoyándose y alternándose durante toda la canción con gran compenetración, lo mejor de una canción en la que el estribillo es demasiado simplón y no está a la altura del resto.

 

Cuando escuchamos el inicio de ‘The Worst’, cantada por Richards, nos preparamos para escuchar una tonada del Renacimiento, aunque luego transcurre como un apacible country en el que se incluyen sus instrumentos principales: la guitarra slide y el violín. La que sí se queda en el Renacimiento es justo la canción posterior, ‘New Faces’, donde lo peor es la voz de Jagger, insegura y poco melódica, algo poco habitual y que lastra el resultado final.

 

Es inevitable que los Rolling Stones no quieran parecer modernos adoptando estilos contemporáneos para algunas de sus composiciones, que situándonos a principios de los noventa se traduce en marcados ritmos que emulan una percusión programada, aunque aquí parece que no hay tal emulación sino una suplantación real del batería. Así, en ‘Moon Is Up’ aplican una percusión programada (pobre Charlie Watts) para que Jagger cante en modo guay y conecte con las nuevas generaciones, añadiendo después algún punteo de guitarra aleatorio para que nos acordemos que estamos ante un grupo de rock. También sin –aparentemente– Watts y en clave funky pero con un horrendo resultado encontramos ‘Suck On The Jugular’.

 

Afortunadamente, todavía tienen buen gusto para tocar baladas de manera convincente sin caer en lo empalagoso o lo efectista, como suele ocurrirles a las bandas de rock. Así, ‘Out Of Tears’ vence pero no convence, pues Jagger no parece creérselo del todo, pero está adornada por un buen piano y nos regala un acertado solo de guitarra por el camino. Las otras tres canciones lentas del álbum se ubican consecutivamente en la recta final. Más discretas que ‘Out Of Tears’ suenan ‘Blinded By Rainbows’ y la más flojilla ‘Baby Break It Down’, que parece haber sido escrita en cinco minutos. Pero curiosamente están situadas en orden decreciente de aceptabilidad, pues la tercera de ellas es el bodrio cantado por Richards ‘Thru And Thru’, donde durante casi cuatro minutos se dedica a cantar a su manera, acompañado únicamente de la guitarra eléctrica cual Billy Bragg, para luego añadir una percusión y unos arreglos que compiten por la certificación de horror sonoro.

 

La edad no perdona y una duración de una hora del álbum da para algunos disgustos, tal como ya ha sido comentado para algunos casos. No son precisamente los únicos, puesto que ‘Brand New Car’ es un extraño tema de inspiración blues y acordes tipo T. Rex que flojea un poco, principalmente por esa melodía tontorrona que tocan los instrumentos de viento. Y escuchar ‘Sweathearts Together’ de forma seguida puede ser contraproducente para la salud, puesto que representa a unos músicos que van camino de los sesenta años y que tocan la música propia de alguien de ochenta.

 

Cuando un@ ha acabado de escuchar este disco, se da cuenta de que la primera mitad, salvo ‘New Faces’, es de un nivel muy bueno para la época en la que se encontraban, con unos Stones demostrando que estaban a la altura de la leyenda que llevaban detrás (solo cabe recordar que por entonces todavía eran alabados en la MTV y Los 40 Principales) y que podían competir con las bandas y artistas del momento. El problema es el pésimo nivel ofrecido en la segunda mitad del álbum, que mediante balance osmótico con la primera nos permite aseverar que todavía estamos ante un recomendable disco de un grupo que ya había ofrecido lo mejor de sí mucho tiempo atrás.

1) Street Fighting Man; 2) Like A Rolling Stone; 3) Not Fade Away; 4) Shine A Light; 5) The Spider And The Fly; 6) I'm Free; 7) Wild Horses; 8) Let It Bleed; 9) Dead Flowers; 10) Slipping Away; 11) Angie; 12) Love In Vain; 13) Sweet Virginia; 14) Little Baby.

Puntuación:

Año de publicación: 1995

STRIPPED

La orgullosa respuesta de los Rolling Stones a los unplugged que la MTV estaba publicando en los años noventa fue su propio álbum acústico, formado por una mezcla de grabaciones de estudio y otras seleccionadas de actuaciones durante la gira de Voodoo Lounge. Evidentemente, la idea no es nada original y lo que un@ podría esperar es una adaptación de temas eléctricos con arreglos acústicos para la ocasión. No obstante, lo que encontramos en buena parte del álbum son canciones ya de por sí acústicas como ‘Wild Horses’, ‘Dead Flowers’ o ‘Angie’, que nada nuevo van a aportar al legado de la banda.

 

Al menos todo suena bien en general, aunque prima la profesionalidad por delante de la expresividad. Pero ello no es óbice para poder disfrutar de potentes interpretaciones de ‘Street Fighting Man’ o ‘Shine A Light’ (donde cuelan una acertada guitarra eléctrica), como puntos más fuertes del álbum.

 

Las únicas novedades son un agradable blues de Willie Dixon llamado ‘Little Baby’ y grabado en estudio, más otra versión en directo, en este caso de ‘Like A Rolling Stone’ de Bob Dylan, una canción que por el título parecía venirles al pelo, pero más como una broma que otra cosa. Fue publicada como single en su momento y no está mal la interpretación por el ensamblaje de las guitarras de Richards y Wood, pero Jagger no toca la armónica como Dylan y el brillante órgano original aquí aparece simplificado para no alterar la capacidad auditiva del oyente de radiofórmulas de música comercial. Así que este tema es completamente olvidable también.

 

En definitiva, estamos ante un disco pensado únicamente para los fans acérrimos del grupo, pero el resto puede escucharlo al menos una vez por curiosidad y luego ubicarlo en una celda aislada del interior del cerebro.

1) Flip The Switch; 2) Anybody Seen My Baby?; 3) Low-Down; 4) Already Over Me;

5) Gunface; 6) You Don't Have To Mean It; 7) Out Of Control; 8) Saint Of Me;

9) Might As Well Get Juiced; 10) Always Suffering; 11) Too Tight; 12) Thief In The Night; 13) How Can I Stop.

Puntuación:

Año de publicación: 1997

BRIDGES TO BABYLON

Demostrando que todavía les quedaba mecha para rato, los Stones volvieron con nuevos bríos y modernizando su sonido, puesto que Voodoo Lounge era más bien un retorno al rock de raíces norteamericanas que tan bien conocían y dominaban. Por suerte, no es ninguna atrocidad lo que nos ofrecen en este Bridges To Babylon, sino que puede entenderse como una continuación modernizada de Voodoo Lounge, lo cual tiene sus pros y sus contras, como todo.

 

En general, lo que encontramos es un sonido profesional y cohesionado, sin florituras ni virtuosismos, pero demasiado proclive a incluir elementos modernos, que para las fechas en las que se encontraban significaba un riesgo muy grande. Y es que el hip-hop y el sampling no parecen conceptos que podamos asociar a los Rolling Stones. Así, ‘Anybody Seen My Baby?’ suena falso por todos los lados, además de copiar la melodía principal del tema ‘Constant Graving’ de KD Lang. Esas ganas de parecer modernos es lo que les llevaría a elegirla como single, pero lo más sorprendente es que tuviera tantas ventas y hasta fuera utilizada como sintonía publicitaria por Antena3 en España. De sorpresas está llena la vida. Algo mejor queda el otro intento de sonar modernos y enrollados, ‘Saint Of Me’, aunque la percusión parece pregrabada y chirría un poco.

 

Pero el sonido rock aguerrido y directo que asociamos con los Rolling Stones aquí vuelve aparecer en todo su esplendor, como no podía ser de otra manera, en buenos temas como ‘Flip The Switch’, ‘Too Tight’ o ‘Low Down’, en esta última con un buen empleo de los vientos en la parte instrumental central, aumentando la potencia sonora. La mejor de todas las de condición rockera es ‘Gunface’, pues tiene un poderoso estribillo (“I taught her everything / I taught her how to dream”) que supera al resto, ya que todas ellas presentan una perfecta estructura musical de prominente ritmo y gran trasfondo guitarrero.

 

Por otro lado, ‘Out Of Control’ recupera el gusto por los ritmos latinos que antaño demostraran en ‘Sympathy For The Devil’ o en ‘Can't You Hear Me Knocking’, en este caso con una potente parte central donde las guitarras se convierten en protagonistas por unos momentos. En cambio, el denso sonido de ‘Might As Well Get Juiced’ no compensa para nada la falta de originalidad en cuanto a melodías, además de que la armónica se hace muy pesada y la forma de cantar de Jagger resulta cuando menos desagradable.

 

También hay lugar para las inevitables baladas, de resultado dispar, pues encontramos algunas en las que suenan más convincentes (‘Thief In The Night’ y ‘How Can I Stop’) y otras que menos (‘Always Suffering’, ‘Already Over Me’). Resulta curioso comprobar que las dos primeras están cantadas por Richards, quien sorprendentemente supera a Jagger en expresividad. En ‘Thief In The Night’, acompañado de un sonido denso; y en ‘How Can I Stop’ en un estilo soul poco frecuente, potenciado por los coros. Hay una tercera canción cantada por Richards, el pseudo-reggae de ‘You Don't Have to Mean It’, bastante flojo pero quizá más acorde a la edad que tenía en ese momento.

 

Así pues, este álbum quizá pueda ser ligeramente más flojo que Voodoo Lounge, pero ambos son buenos discos que no pueden considerarse entre lo mejor de su carrera, aunque sí rivalizar con sus coetáneos del momento. Una demostración de que el talento no se pierde con la edad.

1) Intro; 2) You Got Me Rocking; 3) Gimme Shelter; 4) Flip The Switch; 5) Memory Motel; 6) Corrina; 7) Saint Of Me; 8) Waiting On A Friend; 9) Sister Morphine; 10) Live With Me; 11) Respectable; 12) Thief In The Night; 13) The Last Time; 14) Out Of Control.

Puntuación:

Año de publicación: 1998

NO SECURITY

Correspondiente a la consiguiente gira monstruosa que siguió a la publicación de Bridges To Babylon, se editó este álbum en directo donde se recogía una cuidada selección de temas que no se repitieran respecto a los últimos discos en directo que habían aparecido en los años anteriores. En el bajo actúa el ya bajista formal (pero no oficial) de la banda, Darryl Jones, aunque la participación que más se agradece siempre es la del gran Bobby Keys en el saxofón. Probablemente sea suyo el gran solo que podemos escuchar en la parte central de ‘Waiting On A Friend’.

 

Una sorpresa es encontrar la interpretación de aquella delicada balada del Black And Blue, ‘Memory Hotel’, donde Jagger y Richards se iban alternando en la parte vocal y que aquí tiene como invitado adicional en la voz al sudafricano Dave Matthews, aunque lo más destacado es ese sonido particular de guitarra que tenía la canción original y que aquí se recupera a la perfección. Tampoco es habitual poder disfrutar de un tema de poderío tan sutilmente desplegado como ‘Sister Morphine’, donde Richards y Wood realizan el mejor alarde de compenetración de todo el disco. En cambio, ‘Respectable’ está recreado en un estilo más próximo al rock'n'roll clásico que al punk desatado, tal como era la intención original allá por 1978.

 

Como canciones inéditas, encontramos únicamente la interpretación del blues tradicional ‘Corrina’, con la participación de miembros del grupo Taj Mahal, con quienes tendrían gran amistad puesto que también participaron en su momento en el Rock'n'Roll Circus.

 

Encontramos varias canciones de los dos últimos discos de estudio de la banda, los de retorno a la primera línea musical. Estas canciones, cinco en total, no presentan apenas diferencias respecto a lo que ya podíamos escuchar en sus respectivos álbumes, excepto en el caso de ‘Saint Of Me’, que mejora al presentar un tratamiento más rockero respecto a la artificial producción modernizada que encontrábamos en Bridges To Babylon. En el polo opuesto, ‘Out Of Control’ quizá se alargue demasiado y ‘Thief In The Night’ queda como lo más flojo del álbum.

 

En cualquier caso, asombra la vitalidad que demuestra la banda en directo, realizando buenas interpretaciones con profesionalidad y también con cierta expresividad, además de no presentar ninguna de las carnicerías de antaño, es decir, de cómo destrozaban algunos de sus clásicos por tocarlos con desgana o por la falta de inspiración de Jagger. Por fin vemos cobrar una nueva vida a las canciones que, en la mayoría de casos, ya nos agradaron positivamente en sus discos originales. Y eso es lo que engrandece de verdad la leyenda de los Stones.

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