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PIXIES

SURFER ROSA / COME ON PILGRIM

Año de publicación: 1988

Puntuación:

1) Bone Machine; 2) Break My Body; 3) Something Against You; 4) Broken Face;

5) Gigantic; 6) River Euphrates; 7) Where Is My Mind?; 8) Cactus; 9) Tony's Theme;

10) Oh My Golly!; 11) You Fuckin Die!; 12) Vamos; 13) I'm Amazed; 14) Brick Is Red; [COME ON PILGRIM (EP)]: 15) Caribou; 16) Vamos; 17) Isla De Encanta; 18) Ed Is Dead; 19) The Holiday Song; 20) Nimrod's Son; 21) I've Been Tired; 22) Levitate Me.

Los Pixies, uno de los grandes grupos independientes que salieron en los 80, empezaron publicando un EP llamado Come On Pilgrim, que en la reedición en CD se incluyó como apéndice del primer LP Surfer Rosa. Como ese mismo CD es el que tengo, lo comentaré todo conjuntamente (aprovecharé para reseñar que, por error, en el CD el título de la canción 11 no viene impreso y por tanto a partir de ahí ya no se corresponden el número y los títulos; aunque dicho corte número 11 no es una canción propiamente dicha, sino Francis Black diciendo algo sobre “fucking die”).

 

Como decíamos, este CD es el principio de la carrera de los Pixies, aunque aquí aparezca en orden inverso, pues el EP llegó primero. Lo que encontramos es un grupo con un sonido devoto de la música punk, hardcore y también el rock y el pop más clásicos; a mí también me recuerda a lo que se puede escuchar en The Modern Dance de Pere Ubu, publicado en 1978. Pero en los Pixies todo suena diferente y genuino, sobre todo por la personalidad de su cantante y principal compositor, Frank Black, con sus historias truculentas y sus interpretaciones que les dan una vida propia. Además, tenemos a Joey Santiago, un guitarrista filipino con gusto por buscar sonidos diferentes a su instrumento (aunque técnicamente es muy limitado, al menos experimenta con lo que sabe), y una sección rítmica bien profesional y compacta.

 

Así que empecemos por Surfer Rosa. Nada más darle al play, escuchamos una batería marcando un ritmo al que pronto se unen las guitarras y el bajo. ‘Bone Machine’ es un buen ejemplo del sonido que impregnará el disco: una guitarra fuerte pero melódica, una batería potente y precisa, un bajo con más o menos protagonismo pero importante siempre, y un cantante que parece un psicótico hipocondríaco. En ‘Break My Body’ nos muestran un lado algo más pop, lo cual no es un hecho aislado y así encontramos muestras de ello todavía mejores como ‘Gigantic’ (cantada por la bajista Kim Deal y compuesta junto a Black, con una introducción genial a cargo del bajo y los “aaaah aaah aaaah” de Black), o como “River Euphrates”, poseedora de otro gran estribillo donde cantan en contrapunto Deal y Black creando un gran contraste, dada la sencillez de una y los alaridos del otro.

 

El sonido más hardcore lo tenemos bien representado con ‘Broken Face’ y, sobre todo, ‘Something Against You’, que es un delirio total con los instrumentos a toda pastilla y Black dejándose la voz. La canción estrella del disco es, sin lugar a dura, ‘Where Is My Mind?’, gracias a una melodía de guitarra inolvidable (más inolvidable será todavía si has visto la película El Club de la Lucha), unos breaks instrumentales entre estrofa y estrofa demoledores y una letra e interpretación que nos meterán en la mente convulsa del protagonista. El componente psicológico de la canción, algo que caracteriza buena parte de la producción de los Pixies, es también muy destacable, tanto por los coros aullantes como por el resto de elementos que traspasan la frontera de la mera función musical. La siguiente canción, ‘Cactus’, fue versionada años más tarde por David Bowie, aunque lo único que tiene destacado es su progresión instrumental. Después de ‘Cactus’ llega algo más de punk/hardcore sin mayores novedades, aunque en ‘Vamos’ a Santiago le da por sacar los sonidos más locos posibles a su guitarra. Todas estas canciones son en mi opinión lo más olvidable del disco, hasta que llegamos a su final con la brillante ‘Brick Is Red’, que tiene una melodía sencilla pero impresionante interpretada a la guitarra, que se va repitiendo hasta cuando Black y Deal cantan a dúo.

 

El EP Come On Pilgrim deja todavía mejor sabor por ser más concentrado, aunque se repite uno de los momentos flojos del LP anterior con otra toma diferente del rollo experimental de ‘Vamos’, que es casi lo más flojo de aquí también. En cualquier caso, el comienzo de este EP es fenomenal, con una introducción de guitarra que, después de los compases iniciales, parece inspirada en ‘The House Of The Rising Sun’ de los Animals. En ‘Caribou’ también tenemos esa progresión en ascenso marca de la casa que culmina Francis Black con sus alaridos maníacos, también algo típico del sonido Pixies.

 

Con ‘Isla de Encanta’ tenemos otra buenísima dosis de punk-rock y la demostración de que el castellano de Black no pasaría de un nivel B1. La breve duración de la canción le da ese plus de energía concentrada al estilo de los Ramones. Energía que repetirán en ‘The Holiday Song’, que tiene una melodía de guitarra y un estribillo aún mejores. ‘Nimrod's Son’ comienza muy bien, con una brillante interacción de guitarra acústica y eléctrica, además de un ritmo muy rockabilly. Después se acaba desinflando un poco, pero es también una buena canción.

 

El resto de canciones son de un estilo similar, pueden tomarse como ejercicios vocales de Black para probar sus cambios de voz y de intensidad. Algo que tiene su culminación en la final ‘Levitate Me’, que tiene varios cambios de ritmo y además un final apropiado al tono del disco, con Black repitiendo “Won't you please run over me” en un tono de súplica delirante.

 

Gran primer disco del grupo que no tiene la puntuación máxima por los momentos algo flojos que se dejan translucir y sobre todo porque hay un sonido bastante uniforme en muchas de las canciones. Pero sin duda es un disco de debut imprescindible de finales de los ochenta. La irrupción de los Pixies en el panorama musical surgía con una personalidad ya bastante definida, todo un soplo de aire fresco para lo que estaba siendo esa década.

1) Debaser; 2) Tame; 3) Wave Of Mutilation; 4) I Bleed; 5) Here Comes Your Man;

6) Dead; 7) Monkey Gone To Heaven; 8) Mr. Grieves; 9) Crackity Jones;

10) La La Love You; 11) No. 13 Baby; 12) There Goes My Gun; 13) Hey; 14) Silver;

15) Gouge Away.

DOOLITTLE

Año de publicación: 1989

Puntuación:

La obra maestra de los Pixies, pues aquí consiguen por un lado darle más variedad a su sonido, y por otro las composiciones en su mayoría son geniales. Aquí también explota la imaginería surrealista de las letras de Frank Black (o Black Francis, según el momento, aunque su nombre real sea Charles Thompson), ayudado por el descubrimiento del cine de Buñuel, tal como se refleja en la inicial ‘Debaser’, inspirada por el visionado de Un perro andaluz (1929), una de las dos películas cortas y surrealistas que realizó junto a Dalí. De ahí sus frases “slicing up eyeballs” (por la famosa escena de la navaja rajando el ojo) y el grito de “I am un chien andalusia”, que es una mala interpretación del título original francés Un Chien Andalou. Por otro lado, hay que destacar la fiereza incontestable del tema, aun teniendo una estructura un tanto caótica. Y si es una de las favoritas del gran periodista musical Diego Manrique, por algo será…

 

La siguiente canción, ‘Tame’, comienza con un ritmo muy característico de la bajista Kim Deal, para conformar una de las estructuras musicales también características del estilo del grupo, donde se pasa del casi murmullo inicial de Black al griterío desenfrenado repitiendo la palabra del título. Ese mismo estilo es el que podríamos destacar en otros buenos temas como por ejemplo ‘I Bleed’, que además tiene una buena parte donde interactúan vocalmente los dos miembros citados, algo que se echará más en falta en su último álbum antes de la disolución.

 

Con un sonido más pop y decadente tenemos la misteriosa ‘Wave Of Mutilation’, donde se crea un sonido atmosférico ayudado por la voz etérea que Black consigue aquí. Lovering también se atreve con el canto en otro tema pop, ‘La La Love You’, con varias melodías de guitarra que se van sucediendo iniciadas por una buena introducción de su batería. Las partes instrumentales de muchos temas que aparecen en este disco también son muy buenas, como la sección final de ‘No. 13 Baby’, o las que unen las diferentes estrofas distorsionadas de Black en ‘Dead’.

 

Sobre la variedad de sonido comentada, podemos destacar la música surfera en ‘Here Comes Your Man’, que tiene una de las melodías más reconocibles del grupo y un gracioso vídeo musical donde el playback lo realizan simplemente dejando la boca abierta cuando cantan Black o Deal. También tenemos una especie de country resignado y cantado por esta última en ‘Silver’, donde curiosamente también toca la guitarra slide para dejarle el bajo al batería Lovering. ‘Monkey Gone To Heaven’, además de inspirar la portada del disco, es otro de sus temas conocidos, con la incorporación de violines y violoncelos que le aportan una majestuosidad inusual en esta banda. Tiene un ritmo relajado, solo alterado por el sorpresivo canto de Black, que al final se desata tras cantar lo de “the devil is 6” que a mí también me suena a “the devil exists”.

 

Casi al final, llega la inclasificable ‘Hey’, una desgarradora historia donde el enamorado protagonista no puede soportar la idea de perder a alguien con quien se siente encadenado, aun teniendo la visión de prostitutas revoloteando por su mente. Es una canción psicológica, donde el “we're chained” que va modulando punteado por los coros de Deal nos transmiten toda la desesperación del protagonista.

 

También tenemos algunos temas que nos recuerdan al disco de debut, tanto lo peor como ‘Crackity Jones’, con unos berreos acompañados de un guitarreo desenfrenado pero sin apenas melodía ni interés; como de lo mejor con ‘Mr. Grieves’, que empieza de forma titubeante aunque pronto llegamos a un gran estribillo muy dinámico, de los que nos tienen acostumbrados. La final ‘Gouge Away’ es ya el broche final a esta obra maestra de surrealismo juvenil, con un inicial ritmo pulsante característico del grupo, que desemboca en otro enérgico y memorable estribillo.

 

Tras escuchar este disco solo nos queda quedarnos rendidos ante semejante catarata de creatividad compositiva. Lástima que a partir de ahora empezaran algunas tensiones en el grupo que desembocarían en su disolución, aunque previamente nos dejarán un par de buenos discos que no bajarán demasiado el nivel alcanzado aquí.

1) Cecilia Ann; 2) Rock Music; 3) Velouria; 4) Allison; 5) Is She Weird; 6) Ana;

7) All Over The World; 8) Dig For Fire; 9) Down To The Well; 10) The Happening;

11) Blown Away; 12) Hang Wire; 13) Stormy Weather; 14) Havalina.

Puntuación:

Año de publicación: 1990

BOSSANOVA

El principio del abrupto fin de este grupo de exigua carrera tiene su origen en este disco, pues tanto la decisión de Black de trasladarse a vivir a Los Angeles y grabarlo allí, como las críticas negativas que tuvo tras su publicación, desencadenaron tensiones existentes que irían en aumento hasta la disolución efectiva del grupo al año siguiente. Aparte de todo esto, a Black Francis le interesaba por esta época todo el tema de los ovnis, los extraterrestres y los encuentros interestelares, algo que parece bastante idóneo para las letras surrealistas que tanto le agradaban, aunque esta temática quizá no fuera tampoco del gusto del resto del grupo.

 

El sonido ambiental o atmosférico que habían empezado a practicar en el disco anterior, aquí lo desarrollan algo más y en mayor cantidad. Ese es el caso de la genial ‘Velouria’, que podría ser la perfecta música para cualquiera de las historias de amor enfermizas de Edgar Allan Poe (con haber hecho referencia a unos dientes, ya serviría para Berenice), con una parte vocal de Black que navega entre la dulzura inicial y algunas subidas de tono, acompañado por las vagas pero sutiles armonías de Kim Deal. ‘Ana’ es otro tema entre ambiental e hipnotizante que podría ser el ‘Monkey Gone To Heaven’ de este disco, donde Santiago vuelve a demostrar que se pueden conseguir sonidos inauditos con líneas de guitarra sencillas pero efectivas. La final ‘Havalina’ también recrea este tipo de sonido, algo más onírico y lento, y por ello no tan brillante como las citadas anteriormente.

 

El gusto por la música surf es evidente desde el inicio, pues ‘Cecilia Ann’ es la versión de un instrumental de los Surftones, que no deja de ser un buen comienzo de disco mostrando una fuerza que encontraremos en más ocasiones, como en la gran descarga de adrenalina rockera que es ‘Allison’, o con un ritmo menos rápido pero igual de enérgica y más memorable aún, en ‘Down To The Well’, donde ese gran ritmo llevado por la guitarra de Santiago es el catalizador principal de un tema donde vuelve a aparecer otro personaje femenino, en este caso Betty (a sumar a Cecilia Ann, Allison y Ana), nombrada en otra letra de amor obsesivo que deriva en sentimientos violentos, una nueva banda sonora para Poe. Otro de los grandes momentos de este disco lo encontraremos en ‘Blown Away’, que tiene uno de los mejores ritmos de guitarra del álbum además de proporcionar una fuerte energía.

 

En el polo opuesto, lo más flojo que encontramos aquí es quizá en el momento en que más vulgares se pretenden mostrar, como es en el caso de ‘Rock Music’, una excusa para el ruido sin melodías y los berreos sin mucho sentido, aunque tampoco se puede decir que sea un bodrio. Otro momento de baja calidad es ‘Hang Wire’, que instrumentalmente parece un refrito de elementos de otros temas y además su estribillo se puede calificar de diferentes maneras excepto inspirado, melódico o elaborado. También encontramos algunos momentos pasables aunque no brillantes, como es el caso de ‘Dig For Fire’, que parece un outtake del Doolitle pero sin dejar por ello de ser un tema agradable, o ‘Stormy Weather’, que podría definirse como el ‘Wild Honey Pie’ de los propios Pixies, ya que esta última canción de los Beatles la solían interpretar para comenzar sus conciertos. Así que por tratarse de un tema de ese tipo, se puede concluir consecuentemente que le sobraría la mitad de su duración debido a su repetitividad.

 

Por otro lado, ‘All Over The World’ representa a los Pixies en plena forma, con su poderoso ritmo de prominente bajo y sus repentinas descargas de guitarra, a lo que hay que añadir su gran pasaje instrumental acompañado de voces raras (probablemente por la temática alienígena comentada) que antecede la brillante parte final donde cantan "all my thoughts". Y en un estilo similar pero con todavía mejor resultado porque rescata el canto histérico de Black tenemos ‘The Happening’, repleta de grandes melodías, principalmente la que suena entre estrofas y que servirá de leitmotiv para su magnífica coda. También vuelve a mostrar la fijación que tenía Black por los números, aquí con el 51 y el 9. Por otro lado, una de las canciones a las que parecían haber tomado mucho aprecio por lo que se puede deducir de otras publicaciones posteriores del grupo, es ‘Is She Weird’, que tiene un buen trabajo de guitarra pero que sin embargo pierde mucho en su poco inspirada y repetitiva parte vocal.

 

Resumiendo, este disco es de los que sorprenden poco en la primera escucha, pero que posee muchos detalles y melodías que irán apareciendo y sorprendiendo conforme uno va asimilando el sonido y familiarizándose con las canciones. Es sin duda otra joya del catálogo de los Pixies que suele valorarse como el disco más flojo del grupo (sin contar su retorno en 2014) aunque desde mi punto de vista para nada es así, puesto que ese dudoso mérito se lo colocaremos al siguiente.

TROMPE LE MONDE

Año de publicación: 1991

Puntuación:

1) Trompe Le Monde; 2) Planet Of Sound; 3) Alec Eiffel; 4) Sad Punk; 5) Head On;

6) U-Mass; 7) Palace Of The Brine; 8) Letter To Memphis;

9) Bird Dream Of The Olympus Mons; 10) Space (I Believe In); 11) Subbacultcha;

12) Distance Equals Rate Times Time; 13) Lovely Day; 14) Motorway To Roswell;

15) Navajo Know.

Todo se acaba en esta vida y la unión de los Pixies no iba a ser menos, aunque visto el nivel en el que se encontraban no deja de dar lástima por las posibilidades que presentaban en cuanto a que seguían incluyendo novedades en su sonido (no demasiadas tampoco), aunque también hay que señalar que en un sentido similar hay momentos en que no parecen demasiado inspiradas las composiciones de Black respecto a los discos anteriores. En efecto, las primeras escuchas resultarán quizá algo decepcionantes, más incluso que en Bossanova, y cualquiera que empiece a escuchar a los Pixies por primera vez aquí, ciertamente no existen muchas posibilidades de que siga descubriendo su música en algún tiempo.

 

Hablando de Bossanova, la canción ‘Trompe Le Monde’ protagoniza un comienzo que parece ser la continuación de donde nos habíamos quedado anteriormente, por su sonido envolvente y su parte vocal etérea, además de un sonido de guitarra que pasado el minuto parece inspirado en la música barroca, algo poco habitual en Joey Santiago.

 

Seguidamente, en ‘Planet Of Sound’ vuelven a caer en la trampa de crear un sonido vulgar a base de estridencias y una manera de cantar robótica y sin aliciente. Al menos eso lo solucionan en ‘Sad Punk’, donde cada “named extinction” supone una inyección gradual de fuerza, además de tener una segunda parte con un ritmo más pausado que tampoco queda nada mal.

 

Aunque sea un detalle que en principio no parece de mucha importancia, el hecho es que la participación de la bajista Kim Deal es directamente proporcional a la grandeza del grupo. De hecho, los grandes Pixies los volvemos a encontrar en ‘Alec Eiffel’, con su aguerrida parte principal llena de fuerza junto a una memorable coda final cantada por Black y Deal que se inicia con la incursión del teclado como instrumento principal, aunque antes la guitarra ya ha hecho de las suyas, como no podía ser de otra manera. Y ‘Palace Of The Brine’ caería en la mediocridad si no fuera por la repetición del título a dúo. Las mejores canciones serán aquellas donde más destaque el bajo o la aportación vocal de Deal (aunque secundaria, como siempre).

 

Precisamente el convencionalismo en el que caen en algunos temas es lo que hace que este disco sea el más flojo de los cuatro que publicaron, aun siendo igualmente un buen disco. Por si fuera poco, a mitad del álbum es donde se concentran en su mayoría, pues desde ‘Letter To Memphis’, siguiendo con ‘Bird Dream Of The Olympus Mons’ (una balada que demuestra que tampoco era su fuerte), la demasiado repetitiva ‘Space’, o‘Subbacultcha’, que solo tiene de interesante su letra sobre esa pareja tan rara aunque finalmente no es para tanto, puede decirse que en todas estas canciones podemos observar ingredientes típicos de los Pixies pero que al mismo tiempo nos hacen recordar tiempos mejores. Tampoco tiene nada de especial la versión de ‘Head On’, tema de los Jesus And Mary Chain, que no aporta nada novedoso salvo la curiosidad de escucharla, aunque fue una de las canciones publicadas como single.

 

Menos mal que hacia el final del disco el nivel vuelve a mejorar mucho, pues ya en la breve pero épica ‘Distance Equals Rate Times Time’ es donde se notan esas vibraciones especiales que transmite el desquiciado canto de Black, sobre todo en cada “looking into the sun”. A continuación, ‘Lovely Day’ tiene un comienzo que no preludia nada bueno, pero pronto cambia con la entrada del bajo y además la guitarra vuelve a ser la estrella, con esas brillantes líneas tras el “and it's going away”. Por otro lado, lo que había escrito antes sobre las baladas de Black cambia de sentido completamente en ‘Motorway Roswell’, pues aquí si que consigue dar en la diana con unas melodías adecuadas y evocadoras como las que usa para cantar "on a holiday / for many miles / looking for a place to stay" y una parte instrumental evocadora. Y la final ‘Navajo Know’ es la que quizá suene más diferente de todo el álbum, con un sonido que recuerda más a los Cure de la época o incluso a los Sugarcubes, donde destacan el trasfondo de teclado y las líneas de guitarra más melódicas.

 

Y no se puede acabar de escribir sin señalar la que para mí es una de las mayores curiosidades de este disco: el riff del estribillo en ‘U-Mass’, que es clavado al de la archiconocida ‘Smells Like Teen Spirit’ de Nirvana, cuando ambos discos (este Trompe Le Monde y el Nevermind) fueron publicados el mismo año y el mismo mes. Pero bueno, cualquier conocedor de la evolución de la música rock y de los Pixies puede deducir que el éxito de Nirvana derivó de hacer una combinación lineal entre los Beatles y los Pixies (que ningún fan de Kurt Cobain me maldiga por ello).

 

Y de esta manera acabó, en principio de forma definitiva, la trayectoria musical del grupo hasta bien entrado el siglo XXI, aunque por el camino nos dejarán algunas grabaciones inéditas, conciertos y otras rarezas que seguiremos comentando. Pero no cabe duda de que fueron un grupo importante e influyente en los grupos que surgieron durante la década de los noventa.

DEATH TO THE PIXIES

Año de publicación: 1997

Puntuación:

1) Debaser; 2) Rock Music; 3) Broken Face; 4) Isla De Encanta; 5) Hangwire; 6) Dead; 7) Into The White; 8) Monkey Gone To Heaven; 9) Gouge Away;

10) Here Comes Your Man; 11) Allison; 12) Hey; 13) Gigantic; 14) Crackity Jones;

15) Something Against You; 16) Tame; 17) Wave Of Mutilation;

18) Where Is My Mind?; 19) Ed Is Dead; 20) Vamos; 21) Tony's Theme.

Death To The Pixies es un recopilatorio de la exigua carrera del grupo, donde el  segundo disco se corresponde con buena parte de un concierto de 1990 celebrado en Holanda, que es precisamente lo que voy a comentar aquí. Recordemos que 1990 es el año de Bossanova y por tanto podemos contemplar todavía a los Pixies en buena forma. Por otro lado, tal y como podía esperarse de un grupo técnicamente nada complejo, las interpretaciones son casi idénticas a las versiones de estudio aunque, en el caso de los Pixies, en directo consiguen transmitir una fuerza adicional con su entusiasmo y la energía que demuestran ante el público. Así, tenemos un arranque inconmensurable con ‘Debaser’, donde todos los elementos que ya conocemos de Doolitle vienen amplificados por la actitud y la entrega que se transmite en la interpretación. Lo mismo podríamos decir de ‘Hey’ y ‘Where Is My Mind?’, ambas dos joyas en sí mismas, donde en ‘Hey’ Black interpreta a la perfección la frustración del protagonista de la sórdida historia, con una voz que transmite todos los matices inherentes a una personalidad compleja. La única pena de ‘Monkey Gone To Heaven’ es que sin el sonido orquestal de acompañamiento pierde su hipnotismo, aunque no deja de ser una gran interpretación igualmente.

 

También podemos encontrar una canción inédita respecto a los discos de estudio, ‘Into The White’, que presenta como única curiosidad el estar cantada por Kim Deal, pues por lo demás es un rock decadente sin más historia. Aunque la voz de Deal no sea precisamente su fuerte, como podemos comprobar también en ‘Gigantic’, gran canción con un canto amateur. También podría destacarse como novedoso el tratamiento de ‘Wave Of Mutilation’, ralentizada en demasía, tanto que hasta resulta algo tediosa por momentos. Y es que todo no iba a ser de color de rosa en un concierto de los Pixies. Los peores momentos son aquellos en los que olvidan las melodías y producen un sonido más vulgar respecto a lo que es su idiosincrasia, como es el caso de ‘Rock Music’, ‘Broken Face’ (lastrada principalmente por los desvaríos vocales de Black) y ‘Crackity Jones’, donde Black acaba pareciendo un perro rabioso más que otra cosa.

 

Para finalizar sus actuaciones, era típico que interpretaran la dupla ‘Vamos’/‘Tony's Theme’, donde el grupo podía divertirse y sobre todo Santiago, quien en ‘Vamos’ daba rienda suelta a su imaginación para ir extrayendo sonidos distorsionados y algo experimentales de su guitarra, incluso con lugar para alguna broma, pues por momentos empieza a tocar la melodía principal de la famosa ‘Rebel Rouser’ de Duane Eddy.

 

En resumen, estamos ante un concierto no imprescindible pero que vale la pena escuchar y disfrutar, pues el grupo se encontraba en el punto óptimo de madurez y energía de toda su carrera, además de incluir la mayoría de grandísimas canciones de su repertorio. Todo un ejemplo de cómo demostrar personalidad sin necesidad de complejidades ni detalles superfluos.

AT THE BBC

Año de publicación: 1998

Puntuación:

1) Wild Honey Pie 2) There Goes My Gun; 3) Dead; 4) Subbacultcha; 5) Manta Ray;

6) Is She Weird; 7) Ana; 8) Down To The Well; 9) Wave Of Mutilation;

10) Letter To Memphis; 11) Levitate Me; 12) Caribou; 13) Monkey Gone To Heaven; 14) Hey; 15) In Heaven (Lady in the Radiator Song).

Para todos los grupos y artistas de los que la BBC ha publicado sus actuaciones en directo, se puede aseverar en general que todos estos discos son recomendables. Aquí no va a ser menos y podemos disfrutar de un sonido impecable, tal y como sonaría si los Pixies se plantaran en tu casa y comenzaran a tocar, además de una panorámica de toda la trayectoria del grupo, puesto que se incluyen actuaciones desde 1988 a 1991. La única observación que pudiera objetarse a este disco es la escasa diferencia de las interpretaciones en directo respecto a las versiones finales de estudio, pero siendo comprensivos hay que indicar también que estas grabaciones en la BBC servían para presentar los nuevos álbumes (la interpretación de varios temas de Doolittle como ‘Hey’ datan de 1988), por lo que había poca cabida todavía para incluir algún nuevo detalle, si bien los Pixies tampoco se caracterizaron por hacer demasiados cambios en directo para sus canciones.

 

La sorprendente versión rockera de ‘Wild Honey Pie’ de los Beatles (sorprendente simplemente porque cualquier otro grupo o artista hubiera elegido alguna canción más conocida) era muy empleada por los Pixies para iniciar sus conciertos, y aquí se adapta a la perfección para que los berreos de Black cantando “Honey pie” den la impresión de que se trata de una composición de los propios Pixies. Las otras canciones hasta la fecha inéditas por haberse publicado únicamente en single son la olvidable ‘Manta Ray’, que parece un refrito descartado del Bossanova, y la canción final ‘In Heaven (Lady in the Radiator Song)’, que está mucho mejor y que presenta varias de las características propias de los Pixies, como es su esquizofrénica parte final con Black dejándose nuevamente la voz. También vale la pena escuchar la ejecución de ‘Monkey Gone To Heaven’ sin sonidos adicionales salvo los de los cuatro miembros del grupo, sin perder nada de su carácter atmosférico.

 

Del resto de canciones tampoco vale la pena extenderse porque apenas puede destacarse nada que no se haya dicho con anterioridad de ellas en el análisis del disco correspondiente, pero en cualquier caso esta recopilación en directo es un magnífico ejemplo de la fuerza y la buena conjunción musical que tenían los Pixies como grupo, donde la suma de sencillez, entusiasmo y grandes melodías proporcionan treinta y cinco minutos de goce musical. Y para terminar, destacar el detalle gamberro que tienen en el libreto, donde no se puede leer buena parte del listado de canciones al quedar la huella blanca de una rueda como si hubiera pasado casualmente por allí. Menos mal que ese listado aparece en la parte de atrás de la caja del CD.

COMPLETE 'B' SIDES

Año de publicación: 2001

Puntuación:

1) River Euphrates; 2) Vamos (Live); 3) In Heaven (Lady In The Radiator Song) (Live);

4) Manta Ray; 5) Weird At My School; 6) Dancing The Manta Ray;

7) Wave Of Mutilation (UK Surf); 8) Into The White; 9) Bailey's Walk; 10) Make Believe; 11) I've Been Waiting for You; 12) The Thing; 13) Velvety Instrumental Version;

14) Winterlong; 15) Santo; 16) Theme From Narc; 17) Build High;

18) Evil Hearted You; 19) Letter To Memphis.

Disco recopilatorio de caras B de los singles de los Pixies, ordenados de forma cronológica. Deja más bien un sabor agridulce pues aunque nos sirve para disfrutar de composiciones nuevas o versiones novedosas, lo cierto es que tampoco puede equipararse nada de este disco a sus grandes canciones.

 

Aparecen varias versiones, algo poco habitual en la trayectoria del grupo pero que en las caras B de los singles si que podemos encontrar. Encontramos dos de Neil Young, una es la impactante ‘I've Been Waiting For You’, que no desmerece la versión original pero que tampoco aporta nada en especial salvo la esquizoide guitarra de Santiago, que ya es algo; y la otra es la olvidable ‘Winterlong’, que ya era olvidable en la versión original de Young. También podemos escuchar una versión de ‘Evil Hearted You’ de los Yardbirds (compuesta por Graham Gouldman, fundador y miembro de los 10cc), cantada en el castellano nivel B1 de Black (con decir que el título de la canción se traduce como “Corazón diablo” ya está todo dicho), y una versión instrumental de una tonada de un videojuego, llamada ‘Theme From Narc’.

 

Podemos comprobar cómo en los singles se aprovechaban, como suele ser habitual en el mundo de la música, versiones instrumentales de temas incluidos en los álbumes oficiales. Así pues, aprovechando la gran coda final de ‘The Happening’ de Bossanova, aquí realizan una remezcla que sirve para volver a disfrutar de una de las mejores melodías de aquel disco; y también de manera menos justificada se cuela para el final la versión instrumental de ‘Letter To Memphis’, perteneciente al Trompe Le Monde. Siguiendo con lo ya conocido con anterioridad, hay una toma alternativa de ‘River Euphrates’ que suena algo diferente, incluso más aterradora en su estribillo que la versión definitiva del Surfer Rosa. Mucho peor es la versión lenta de ‘Wave Of Mutilation’, que aburre hasta a las ovejas.

 

En directo podemos escuchar un par de canciones: la inevitable ‘Vamos’, una de las favoritas del grupo en su repertorio en directo, que muchas veces solía servir de cierre; y ‘In Heaven’, muy del estilo de ‘River Euphrates’ en cuanto a su aparente histerismo.

 

Por otro lado, ‘Weird At My School’ tiene un inicio que parece sacado de una obra de Manuel de Falla, luego con la parte vocal recuerda a ‘Crackity Jones’, aunque también posee un ritmo más propio de la música de western, similar al de ‘Vamos’. Y ‘Manta Ray’, por mucho que diera nombre a otro grupo, pasa de forma muy discreta al copiar ideas de canciones anteriores. Algo mejor es su aparente secuela ‘Dancing With Manta Ray’, que de lo único que adolece es de un ritmo que se vuelve algo cansino por repetitivo.

 

Una canción de los Pixies cantada por Kim Deal ya sabemos de antemano que va a ser interesante, pues aunque ‘Into The White’ comience de forma un tanto simplona con su prominente batería, lo cierto es que al menos posee una melodía bien discernible, si bien el estribillo queda un tanto seco. Y el batería Lovering también tiene sus minutos de gloria y canta la rítmica ‘Make Believe’.

 

Aparecen también descartes de sus inicios que fueron reciclados posteriormente para completar los singles con novedades: ‘Bailey's Walk’, la cual denota claramente que fue una de las primeras composiciones del grupo, tal como dice Black en las notas del libreto, y que presenta uno de esos ritmos que más adelante mejorarían y harían más memorables; la misma sensación de poca experiencia se deja traslucir en ‘Build High’, que al menos parece un divertimento; ‘Velvety Instrumental Version’, un instrumental como dice su título que parece querer adaptar el estilo guitarrero de la Velvet Underground a una vertiente algo más pop propia de los Pixies; la errática ‘Santo’, con un hilarante verso en castellano (“¡Te amo de más!”), que al menos arranca una sonrisa ya que la canción en sí es una metedura de pata.

PIXIES

Año de publicación: 2002

Puntuación:

1) Broken Face; 2) Build High; 3) Rock A My Soul; 4) Down To The Well;

5) Break My Body; 6) I'm Amazed; 7) Here Comes Your Man; 8) Subbacultcha;

9) In Heaven.

Este disco que no dura ni siquiera 20 minutos comprende parte de las primerizas maquetas que el grupo grabó en 1987 con la finalidad de poder firmar su primer contrato y grabar un álbum. El total de canciones grabadas fueron diecisiete, de las cuales ocho formarían parte de su EP de debut Come On Pilgrim y el resto quedarían archivadas hasta ir recuperándose en parte para regrabarlas en los futuros discos del grupo, incluso hasta en el Trompe Le Monde (hablamos de ‘Subbacultcha’, donde curiosamente su parte final es diferente y sería reciclada para ‘Distance Equals Rate Times Time’).

 

Estas tomas primerizas y alternativas no aportan nada nuevo a lo que serían las mejores versiones posteriores, más bien denotan la falta de experiencia y el sonido amateur de un estilo en fase embrionaria que todavía no había acabado de arrancar pero donde demostraban ya todos los elementos característicos de su música. Aquí ya se puede escuchar la sencilla pero creativa guitarra de Santiago, el histerismo de Black, la importancia de la sección rítmica y esas letras psicológicas e intrigantes. Hay casos en los que la canción no ha alcanzado el nivel conocido, como le ocurre a ‘Here Comes Your Man’, a la cual todavía le falta mucho recorrido y no tiene la frescura que la convertiría en una de las canciones más recordadas del grupo. En cambio, ‘Down To The Well’ es todo lo contrario, pues suena mucho más rápida y afilada que la versión final y yo la prefiero así.

 

Las dos canciones aquí contenidas no conocidas hasta la fecha son precisamente lo más flojo de estas maquetas. Tanto el pseudo-country de ‘Build High’ como la simplona y algo irritante ‘Rock A My Soul’ son más bien para sonrojarse teniendo la perspectiva del tiempo por delante.

 

En cualquier caso, este disco no es más que una curiosidad para conocer los orígenes de los Pixies, pero no hay que olvidar tampoco que son los descartes de sus primeras grabaciones. Disco apto principalmente para completistas, aunque vale la pena escuchar esa versión primeriza de 'Down To The Well'.

INDIE CINDY

Año de publicación: 2014

Puntuación:

1) What Goes Boom; 2) Greens And Blues; 3) Indie Cindy; 4) Bagboy;

5) Magdalena 318; 6) Silver Snail; 7) Blue Eyed Hexe; 8) Ring the Bell;

9) Another Toe In The Ocean; 10) Andro Queen; 11) Snakes; 12) Jaime Bravo.

Aunque tras la desbandada del grupo siguieron reuniéndose alguna que otra vez para realizar pequeñas giras o actuaciones concretas (ya entrado el siglo XXI), no sería hasta 2013 cuando grabarían un primer EP de retorno titulado EP1 al que seguirían un segundo y tercer volumen, eso sí, sin Kim Deal en el bajo, pues ésta ya tenía su propio grupo (The Breeders, que llegó a incluir a su hermana gemela) además de otros proyectos. Precisamente la recopilación de esos tres EP al completo es lo que se recoge en este  nuevo disco: Indie Cindy.

 

Un@ encuentra aquí lo que se espera, es decir, unos Pixies envejecidos que saben recuperar la esencia de su sonido en composiciones aceptables y más o menos acertadas, pero sin provocar ninguna sorpresa ni introducir estilos o elementos nuevos. Ya en la inicial ‘What Goes Boom’ podemos corroborar cómo parecen continuar justo desde donde se quedaron, con un sonido muy propio del Trompe Le Monde, aunque en general de carácter más accesible en este nuevo disco.

 

Un año atrás parecen remontarse (a la época del Bossanova) para entregarnos la brillante ‘Magdalena 318’, no solo por su letra espacial y por jugar nuevamente con los números, sino también por su carácter inquietante, su magnífica melodía y esos “ahhh” que se escuchan cada vez que se repite el nombre femenino del título. Incluso en ‘Bagboy’ parece que estemos escuchando a Kim Deal en el estribillo, repitiendo el título.

 

El lado más pop y convencional aparece en diversos temas, como es el caso de ‘Greens And Blues’ o ‘Ring The Bell’. Cuando ese lado pop lo elaboran un poco más, al menos consiguen algo más trabajado y agradable como ‘Another Toe In The Ocean’. Aunque realmente con la palabra pop quizá esté identificando el tono más suave de buena parte de las canciones, donde con ese sonido más accesible no sean conscientes que igualmente se difuminan entre la masa musical del momento al perder más rasgos particulares. Pero no obstante, los años transcurridos tampoco pueden haber pasado en balde. Precisamente lo más flojo del disco es cuando intentan meter más energía y distorsión (‘Blue Eyed Hexe’).

 

En la edición deluxe se incluye un CD adicional con un concierto de ese mismo año en Estados Unidos, donde por desgracia las canciones más clásicas han perdido todo su encanto al parecer interpretadas con desgana, como si hubieran salido obligados a tocar. Paradójicamente suenan mejor las nuevas y aquéllas de sus últimos discos anteriores que más se asemejan o que sirven de continuación para las nuevas composiciones (‘Ana’), aunque no todas, pues en ‘Head On’ también parecen patinar un poco y ‘Planet Sound’ es una pésima elección.

 

Así pues, si bien el disco de estudio no deja un mal sabor de boca aunque tampoco augura mucho futuro a la banda, el concierto adjunto da más sensación de que se han vuelto a juntar por el dinero que por un propósito artístico, algo por otra parte comprensible para un grupo que ya hizo todo lo que hubo de hacer, creativamente hablando, y que como cualquier persona necesitan ganar dinero para mantener su estilo de vida y su familia.

HEAD CARRIER

Año de publicación: 2016

Puntuación:

1) Head Carrier; 2) Classic Masher; 3) Baal's Back; 4) Might As Well Be Gone;

5) Oona; 6) Talent; 7) Tenement Song; 8) Bel Sprit; 9) All I Think About Now;

10) Um Chagga Lagga; 11) Plaster Of Paris; 12) All The Saints.

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En la gira de presentación de Indie Cindy, los Pixies se llevaron a una nueva bajista que acabaría siendo un miembro estable en el grupo. Se trata de la argentina Paz Lenchantin, que también canta en los coros y compone una de las canciones (‘All I Think About Now’) junto a Black, de tal manera que se destapa en principio como el recambio ideal de Kim Deal, si bien su voz parece a veces más la de un duende que la de una mujer. De 2011 data el último álbum en solitario del líder de los Pixies, lo cual significa que iba a exprimir al máximo el tirón comercial del nombre de su banda, ya que en términos de ventas era evidente el modo adecuado de ganar más dinero.

 

Si en Indie Cindy tenían la excusa del retorno para justificar que su música continuaba la senda que habían abandonado a principios de los noventa, aquí los préstamos respecto a su primera época son descarados. El primer tema, ‘Head Carrier’, nos evoca ‘Trompe Le Monde’, pero al menos salen airosos. Sin embargo, es imposible escuchar el comienzo de la citada ‘All I Think About Now’ y no pensar en ‘Where Is My Mind?’, sobre todo porque no presenta nada de interés salvo la curiosidad de escuchar cantar a Paz como voz principal. El trash de ‘Um Chagga Lagga’ no es más que la reescritura de la penosa ‘Planet Of Sound’, por lo que mucho mejor quedan en ‘Baal's Back’ al incluir más elementos melódicos. Cuando miran atrás también se fijan en sus mejores logros y, por ello, una inesperada solemnidad al estilo de ‘Monkey Gone To Heaven’ consiguen en la calmada ‘Might As Well Be Gone’, algo que intentan repetir de nuevo en la final ‘All The Saints’ con un resultado más discreto.

 

Otras canciones flojas como ‘Oona’ o ‘Bel Sprit’ también transmiten la impresión de ser reciclajes de composiciones antiguas, pero ya sin gracia. Sonar novedoso ya no está en la agenda de Francis e igualmente no está nada claro que los Pixies haciendo pop comercial (‘Classic Masher’) sea lo que su público demanda para reivindicarlos en el siglo XXI. Pero en ‘Talent’ sí que consiguen un tema breve y pegadizo que les acerca en dos minutos a la gloria de canciones de antaño como ‘Here Comes Your Man’ pero sin copiarla. Compite con ‘Tenement Song’ por el título de canción con más gancho del álbum. Sorprendentemente, Frank también puede sonar todavía cálido y agradable, sin más pretensiones, como ocurre en ‘Plaster Of Paris’.

 

Toda esta retahíla de altibajos compendia el peor álbum de estudio de los Pixies hasta la fecha. Queda claro que en los conciertos se van a dedicar a tocar las canciones de siempre porque las nuevas composiciones desmerecen el legado de la primera época del grupo. Como Black no puede dejar de componer, todavía habremos de ver un nuevo álbum de esta segunda etapa. Pero, ciertamente, Head Carrier es toda una decepción que no permitía albergar muchas esperanzas de mejora.

BENEATH THE EYRIE

Año de publicación: 2019

Puntuación:

1) In The Arms Of Mrs. Mark Of Cain; 2) On Graveyard Hill; 3) Catfish Kate;

4) This Is My Fate; 5) Ready For Love; 6) Silver Bullet; 7) Long Rider;

8) Los Surfers Muertos; 9) St. Nazaire; 10) Bird Of Prey; 11) Daniel Boone;

12) Death Horizon.

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Estabilizados como cuarteto gracias a la satisfacción con la nueva bajista, tenemos en 2019 la satisfacción (a priori) de contar con una nueva obra de los míticos Pixies, aunque ya sabemos desde su retorno que no estaban para aportar nada de interés al mundo de la música salvo el recuerdo de su producción dorada. Por tanto, en este nuevo álbum se dedican a reciclar ideas antiguas y a intentar colocar por medio algunas melodías inspiradas aunque poco imaginativas. Ello les sirve para mantener esa base de fans que llenan sus conciertos desde que volvieron a reunirse.

 

Por si fuera poco, ‘In The Arms Of Mrs. Mark Of Cain’ nos presenta a un Francis con la voz más ronca de lo habitual, cavernosa, como si quisiera enfatizar que su edad ya es la de un hombre mayor y no la del chaval inquieto de siempre. Curiosamente, el estilo de la canción recuerda más a los The Cure de la primera mitad de los ochenta que a los Pixies, pero es una buena introducción para el álbum. Aunque para voz tenebrosa tenemos ‘This Is My Fate’, cuyo ritmo juguetón acaba cansando un poco por la nula evolución de la canción. Visto el tono más comedido en el que se desarrolla la mayor parte del disco, sorprende un poco que todavía quede energía para hacer cosas más trash como ‘St. Nazaire’, pero queda como una especie de intrascendente oasis de velocidad eléctrica.

 

Los temas en los que se dedican al reciclaje musical son los que por otra parte entran con mayor facilidad por ubicarse en terrenos conocidos (‘On Graveyard Hill’, ‘Long Rider’), pero de la misma manera se pierde el interés por ellos rápidamente. Curiosamente, o quizá no lo sea, estas dos canciones tienen como coautora a la bajista Paz, de tal manera que es probable su mayor fijación por crear algo en la vena de los Pixies clásicos mientras que Francis no podrá o no sabrá cómo contrarrestar esa tendencia al pecado del autoplagio que lastra la música de la mayoría de artistas del rock cuando se vuelven longevos, esto es, cuando componer música deja de ser una ilusión para convertirse en trabajo. En cualquier caso, en la tercera composición conjunta, ‘Los Surfers Muertos’, sí que aciertan ambos (en la medida que les corresponda) al conseguir un tema con melodías notables y una lograda ambientación tétrica que encaja a la perfección con una letra de violentada imaginería popular mexicana. Otras canciones ni siquiera poseen trazas de las características especiales de los Pixies y se escuchan sin entusiasmo, haciéndonos sentir como apátridas dentro de lo que debería ser el universo de los Pixies, pues ni las letras contienen ese surrealismo irresistible de su primera época (‘Silver Bullet’).

 

‘Daniel Boone’, además de hacer referencia a un prohombre estadounidense que solo conocen en su país, recrea nuevamente una balada atmosférica tipo ‘Monkey Gone To Heaven’, que por cierto les salen muy bien, pero que ya no asombran. Peor se entiende el pseudorockabilly/country sin gracia de ‘Bird Of Prey’, que no funciona ni como parodia. No es hasta que dejan de mirarse el ombligo y las anotaciones de los cuadernos guardados de los ochenta, dedicándose así a desarrollar melodías interesantes con ritmos no triviales, que consiguen aciertos como la pegadiza ‘Catfish Kate’ o ‘Ready For Love’, en la cual la voz de Lechantin se complementa muy bien con la de Black en el estribillo. En cualquier caso, cerrar este irrelevante álbum con un agradable pero rápidamente olvidable pop como ‘Death Horizon’ no sirve para dejar buenas sensaciones, o cuando menos sensaciones diferentes a la de visualizar mentalmente a un grupo con mucha profesionalidad pero poco espíritu. Está claro que en la próxima gira el repertorio interpretado se centrará en el período de 1988 a 1991, como siempre.

VÍDEOS

PIXIES

Año de publicación: 2004

Este recomendable DVD contiene cuatro apartados diferentes:

1) Los pocos vídeos musicales que grabaron en su carrera, únicamente a partir de Doolittle, siendo casi todos ellos olvidables. De hecho, encontramos bromas (por llamarlo de alguna manera) demasiado pesadas como ‘Velouria’, donde el vídeo es una grabación a cámara lenta del grupo caminando por unas rocas. Más gracia tiene ‘Here Comes Your Man’, donde el playback lo hacen Black y Kim abriendo la boca simplemente. O ‘Head On’, donde la pantalla se llena de doce planos (tres por cada miembro del grupo: cara, cuerpo y piernas) que luego van intercambiándose con efecto hilarante.

2) Un concierto de 1988 con el grupo en todo su esplendor repasando el cancionero de su primer EP y LP, más la inclusión de ‘Hey’. Toda una demostración de poderío y adrenalina.

3) Una serie de grabaciones caseras de la gira mundial tras el disco Doolittle que muestran el lado más humano de sus miembros.

4) Un documental llamado Gouge, donde se repasa la exigua discografía del grupo a través de entrevistas a sus miembros (excepto Deal) y de grandes admiradores como David Bowie, miembros de Radiohead, de Blur, o el omnipresente Bono, quien siempre está dispuesto a endiosar a quien sea, lo merezca o no.

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