CLÁSICOS DEL ROCK
ANÁLISIS DE LAS DISCOGRAFÍAS DE LOS ARTISTAS Y GRUPOS IMPORTANTES EN LA HISTORIA DE LA MÚSICA ROCK
DIRE STRAITS
DIRE STRAITS
Año de publicación: 1978
Puntuación:
1) Down To The Waterline; 2) Water Of Love; 3) Setting Me Up; 4) Six Blade Knife;
5) Southbound Again; 6) Sultans Of Swing; 7) In The Gallery; 8) Wild West End;
9) Lions.
Dire Straits fue uno de los primeros grupos que llamaron mi atención en mi infancia, y eso cuando hacía ya unos años que se habían separado después de grabar el Brothers In Arms, y previamente al mediocre retorno que tuvieron. ¿Y quién no se puede enamorar del grupo después de escuchar ‘Sultans of Swing’? Para valorar mejor lo que representa este disco hay que situarse en el año 1978, año en que la moda musical es por un lado la música disco y por otro la música punk. Los grupos rock de moda son los Ramones, Sex Pistols, The Clash, Blondie, Patti Smith, etc… ¿Qué oportunidad podían tener un grupo de chicos que querían tocar un rock tranquilo próximo al blues? Mark Knopfler, compositor y guitarrista principal de la banda, ya tenía cerca de 30 años cuando publicaron este LP, estaba claro que no se iba a apuntar a ninguna moda pasajera. Pero gracias a esa fidelidad a sus inquietudes y a lo que les había influenciado musicalmente, lograron tener éxito con este gran álbum, donde hay que destacar una influencia destacable de J.J. Cale, tanto en la forma de cantar como en los ritmos y la forma de tocar la guitarra.
En estos inicios, Dire Straits está comprendido por Mark Knopfler en la guitarra principal y la voz, su hermano David en la guitarra rítmica, John Illsley al bajo y Pick Withers en la batería; lo que diríamos un cuarteto de rock al uso. Y en este disco se dedican a hacer canciones rítmicas con unos excelentes solos de guitarra, una compenetración propia de profesionales y muchas ganas de recibir un merecido reconocimiento a pesar de que hubieron de triunfar primero fuera del Reino Unido con ‘Sultans Of Swing’ para ser reconocidos tiempo después en su país.
Esas ganas de hacer un gran trabajo se aprecia desde el mismo comienzo, pues en ‘Down To The Waterline’ crean una especie de suspense en la introducción (que será mejorado y aumentado posteriormente en su éxito ‘Money For Nothing’) mediante acordes sueltos de los instrumentos que llegado un momento convergen en el inicio real de la canción, donde se desarrolla un ritmo guitarrero semi-rápido y unos grandes solos que nos introducen de la mejor forma en el sonido global de este disco. Y es que la única pega que se le puede poner al debut de Dire Straits es la poca diversidad del sonido, pero cuando éste es bueno tampoco representa un problema. Por ejemplo, ‘Setting Me Up’ y ‘Southbound Again’ podrían intercambiarse y nadie lo notaría, ya que ambas poseen un ritmo rápido similar. Son de las más devotas del sonido de J. J. Cale y quizá por eso son temas menores, puesto que se limitan a emular a otro artista.
Pero los ritmos lentos que encontramos son también muy agradables, como ‘Water Of Love’, canción seria y firme con una percusión muy elaborada marcando dicho ritmo, además de otro magnífico trabajo de guitarra de Knopfler. Y ‘Six Blade Knife’, una favorita de Tarantino, que está comandada por unas prominentes líneas de bajo que le aportan un carácter sobrio. Ahora bien, ‘Wild West End’ me resulta más monótona y aburrida, una balada más bien normalita, además de que el pasaje instrumental que precede a las nuevas estrofas y que también finaliza este tema, me suena a copiada de ‘Stay’ de Pink Floyd. Y si hablamos de ‘In The Gallery’, deberían haberla acortado en duración, ya que se repite en demasía el mismo ritmo, aunque al menos tiene unos buenos solos de guitarra. Su letra resulta graciosa al tratar el tema del arte moderno, tan controvertido como extravagante, donde muchas veces las ideas son buenas pero excesivamente simplona la forma de implementarlas. Eso cuando no parece un insulto a la inteligencia, claro. Y no digamos cuando ocurren cosas como en el IVAM (Institut Valencià d’Art Modern), donde su directora Císcar, como buen ejemplo de lo que hizo su partido durante 20 años, se dejó los criterios artísticos de lado para seguir sus propios criterios de beneficio personal.
Pero no nos pongamos negativos y pasemos a la canción estrella del disco, del grupo y de Knopfler como compositor: ‘Sultans Of Swing’. Este tema denota tintes autobiográficos pues habla en cierta manera, con retazos, de los humildes comienzos en las actuaciones en clubs de una banda no profesional pero con interés y ganas de hacer buena música. El estribillo instrumental, con la guitarra de Knopfler en primer término, es inolvidable, y el solo de guitarra con el que acaba el tema en fade-out por desgracia se hace brevísimo.
Por último, hay que destacar también el último tema del álbum, ‘Lions’, que nos dejará con muy buen sabor de boca al final de todo, pues posee un gran inicio gracias a una expresiva melodía de guitarra que da paso a la entrada de todos los instrumentos y la voz de Mark, además de un magnífico solo hacia la mitad de la canción. En definitiva, estamos ante un buen álbum de guitarras para cualquier aficionado a la música rock básica (que no simple) y directa, tocada con instrumentos de verdad, para degustar tranquilamente cada una de sus canciones. Nada de poner este disco en una fiesta.
COMMUNIQUÉ
Año de publicación: 1979
Puntuación:
1) Once Upon A Time In The West; 2) News; 3) Where Do You Think You're Going;
4) Communiqué; 5) Lady Writer; 6) Angel Of Mercy; 7) Portobello Belle;
8) Single Handed Sailor; 9) Follow Me Home.
Si se hubiera de definir de una manera breve y concisa, diríamos que estamos ante el típico ejemplo de “segundo disco”. El primero tuvo un éxito tan inesperado que presumiblemente la compañía discográfica urgió a sacar otro nuevo y mantener el filón comercial. Pero ya se sabe que la inspiración no se puede forzar, hay que darle su tiempo. Así que aquí tenemos un intento de calco del primer LP pero con la mitad de inspiración, lo cual quiere decir que hay demasiado relleno, pero por suerte tampoco se le puede llamar un mal disco, ni siquiera mediocre, sino claramente irregular.
De hecho, el inicio del álbum es espectacular con ese solo de guitarra como único instrumento, preparándonos para lo que pronto va a ser una excursión por el Viejo Oeste con un ritmo que recuerda algo al reggae pero más rockero (algo así como el anterior ‘In The Gallery’ pero mejorado), una amalgama de guitarras trepidante y un final de los que serán marca de la casa, con un ritmo y coros casi mantraicos y un solo de guitarra que no deja de deleitarnos mientras el volumen se va desvaneciendo. Bob Dylan seguro que se fijó en ella, primero para grabar su ‘Man Gave Names To All The Animals’ (ciertamente me quedo con ‘Once Upon A Time In The West’ sin dudarlo) y luego para fichar a Mark Knopfler como guitarrista en su álbum Slow Train Coming, cosa que hizo en cuestión de meses después de ser grabado este disco que estamos revisando.
La siguiente canción (‘News’) no es de lo más destacado, pero posee una expresiva parte de guitarra que acompaña a un Knopfler muy convincente como cantante, si bien le sobra la monótona parte instrumental que finaliza el tema. Después llega ‘Where Do You Think You're Going’, la cual escuché por vez primera en el recopilatorio Money For Nothing y entonces no me gustó nada excepto su parte final , aunque realmente es otra versión diferente a la de este disco. En la versión que encontramos aquí, en mi opinión excepcional, la estrella es Withers en la batería. Cómo va entrando y saliendo a lo largo del tema es impresionante, con un ritmo pausado pero firme, como un Charlie Watts o el Ringo Starr de 'A Day In The Life'. Y por supuesto se debe destacar el final apoteósico, sintiendo como todos los músicos se dejan la piel tocando la coda instrumental. A continuación, para acabar lo que sería la primera cara de la cassette (así lo escribo porque en ese formato me lo compré yo cuando tendría unos 11 años, en el entonces famoso Simago de Elx), tenemos la primera prueba de lo comentado en el primer párrafo sobre la falta de inspiración. El tema que da título al álbum, cuando lo escuchamos por primera vez su comienzo, podemos decir: “pues no está mal, otro ritmo marcado por la guitarra”, pero cuando llevamos un rato y no dejamos de ver cómo se va repitiendo una y otra vez de la misma manera sin apenas variaciones, de lo único que quedan ganas es de pasar a la siguiente canción.
Por suerte luego llega ‘Lady Writer’, una especie de reescritura de ‘Down To The Waterline’ del disco anterior pero que no deja de tener un ritmo pegadizo y mucha fuerza. Después de haber mencionado a Bob Dylan como posible seguidor del estilo de Knopfler, es curioso ver justo lo contrario en el pésimo intento de emular el estilo del primero que es ‘Angel of Mercy’, demasiado simple y repetitivo que queda como uno de los momentos más flojos del disco. A continuación, ‘Portobello Belle’ es un momento de tranquilidad, una canción tipo folk sin más pretensiones, que luego da paso a una joya oculta de la carrera de Dire Straits: ‘Single Handed Sailor’. Es una canción rockera guiada por un riff de guitarra impresionante, rivalizaría con cualquiera de los éxitos de Neil Young. Y en un disco de tan grandes contrastes, no podía finalizar de otra manera que como la primera cara, con una canción (‘Follow Me Home’) que tiene una introducción lentísima y larguísima, sin ofrecer nada novedoso después, monotonía sin más. Sorpresa la mía cuando la escuché de sintonía de un programa de Radio3 del cual no recuerdo el nombre.
Para el próximo disco, Mark ya tendría aprendida la lección y además habría cambios en el grupo, su hermano David (igual que el otro hermano David de los Kinks) probaría suerte en solitario, pero sin ninguna fortuna. Y los Dire Straits ampliarían su sonido, pero eso es otra historia que seguiremos contando más adelante.
MAKING MOVIES
Año de publicación: 1980
Puntuación:
1) Tunnel Of Love; 2) Romeo And Juliet; 3) Skateaway; 4) Expresso Love;
5) Hand In Hand; 6) Solid Rock; 7) Les Boys.
Nuevo disco y la dirección que busca Mark para evolucionar y variar su sonido es la introducción de Roy Bittan (de la E Street Band) en los teclados, además de la marcha de la guitarra rítmica de su hermano David. Y la verdad que el sonido en general podría recordar de alguna manera a Bruce Springsteen, pero en este caso mucho más melódico y con la guitarra destacando como instrumento principal, como no podía ser de otra manera. Solo vemos siete canciones, pero salvo la última las demás no están alargadas hasta la extenuación, sino que su duración se justifica por sus deliciosas codas instrumentales (‘Tunnel Of Love’, ‘Skateaway’ o ‘Expresso Love’) que podrían durar todavía unos minutos más sin cansarnos. El título del disco está bien pensado porque se aprecia de forma etérea en el ambiente ese espíritu ilusorio del cine.
Con ‘Tunnel Of Love’, que inicia el disco mediante una introducción un poco chocante tomada de un vals de Rodgers y Hammerstein, encontramos una canción épica que posee todas las características de lo mejor que pueden ofrecer los Dire Straits: un ritmo de guitarra demoledor, un estribillo con fuerza, unos magníficos solos de guitarra y un final instrumental que pone los pelos de punta. La siguiente canción, ‘Romeo And Juliet’, (tranquilos, no es una versión de Karina) será un clásico dentro del repertorio en directo del grupo, aunque a mí me deja más bien indiferente, la letra es empalagosa (aunque bueno, estamos hablando de hacer películas, ¿no?) y la melodía instrumental es bastante repetitiva, aparte de ser una especia de imitación de la que puede escucharse en ‘Jungleland’ de Bruce Springsteen, pero decelerada.
Pero por suerte esto tiene solución y por lo tanto a continuación tenemos dos grandes temas: ‘Skateaway’ y “Expresso Love”, que ya por el título nos dan una expectativa de movimiento que no nos va a defraudar, porque dentro del espíritu melancólico que impregna el disco, estas dos canciones de estribillos potentes y complejos, y sobre todo en la segunda una coda instrumental que vuelve a ser emocionante, nos hace pensar en ese momento si éste será el mejor disco de los Dire Straits. Y en ‘Skateaway’, aunque empiece con una percusión algo repetitiva y un sonido prominente de teclado (muy acertado al recrear una ambientación introspectiva), que eso no despiste a nadie porque para mí ésta es una de las canciones donde mejor interactúa la guitarra de Mark con el resto de elementos, apareciendo con grandes fraseos cada vez que enfila el final de cada verso en el estribillo, como si fuera una continuación de sus palabras. Lástima que los siguientes temas bajen algo este altísimo nivel.
¡Pero bajar el tono no significa que no se puedan disfrutar! ‘Hand in Hand’ es una gran balada, en este caso bien llevada por una buena melodía de piano, algo inusual en este grupo hasta el momento. En cambio, ‘Solid Rock’ es una dinámica canción de rock, que además en directo todavía sería mejorada con mayor fuerza interpretativa y un final instrumental que aquí no aparece. Finalmente, llega el punto flojo del disco, ‘Les Boys’, que se hace demasiado larga porque tiene un estribillo que se repite demasiado, y además, ¿a mí qué me importa que los chicos hagan cabaret y sean gays? Me parece muy bien, Mark, ¡¡¡pero no me lo repitas todo el tiempo!!!
Aun así, este disco se merece una valoración alta porque en él se nota que estamos en el inicio de los años álgidos de Knopfler como compositor, por lo que aprovechará esa inspiración para, en un par de años, empezar también a componer destacadas bandas sonoras de películas.
LOVE OVER GOLD
Año de publicación: 1982
Puntuación:
1) Telegraph Road; 2) Private Investigations; 3) Industrial Disease;
4) Love Over Gold; 5) It Never Rains.
Su primer disco nº 1 en el Reino Unido, algo increíble pues estamos situados en los años 80 y los inicios del tecno-pop, y lo que tenemos en las manos es un disco con solo cinco canciones y una de ellas de casi quince minutos de duración. En 1982, un tema de tan extensa duración podría parecer un suicidio comercial, pero si había algo que había demostrado Dire Straits hasta ese momento era que las modas no iban con su música. En este nuevo álbum, Mark Knopfler busca un disco serio, emotivo, majestuoso en su ejecución. Él mismo será el único productor para conseguir su propósito.
La pieza de larga duración ‘Telegraph Road’ abre el disco. Tiene un inicio misterioso con un sonido de teclado que se asemeja a un distante silbido, el cual poco a poco va cogiendo forma y transformándose genialmente en una melodía acompañada enseguida por un piano. Entonces entran ya la percusión, el bajo y algunos retazos de guitarra, para poco después empezar Knopfler a cantar de una manera que recuerda algo a Bruce Springsteen, de hecho esta primera parte me recuerda a su disco Darkness On The Edge Of Town. La letra también la podía haber firmado The Boss, pues se trata de una historia épica sobre la formación de una población a partir del asentamiento de un individuo, con su momento álgido de crecimiento y su posterior decaimiento con la falta de trabajo y oportunidades. Todo ello acompañado de un gran poderío instrumental, donde no faltan momentos más tranquilos como el intermedio instrumental que se inicia más o menos a los 5:20 con un solo de piano y que luego va progresando a la vez que eleva el tono general, hasta que se retoma la melodía principal pero con un ritmo ligeramente más rápido, lo cual le da una gran fuerza a los versos finales, preludio del final épico instrumental que se empieza a gestar a partir de los 9:30 aproximadamente.
La siguiente canción, ‘Private Investigations’, tiene una estructura perfectamente medida y una ejecución casi matemática. Es el logrado intento de Knopfler por producir un sonido atmosférico y envolvente, claustrofóbico incluso, acorde a esa vida de detective que nos va cantando. Lo que le falta a este tema es tener mayor gancho, ya que tanta perfección instrumental nos deja un tanto incólumes por falta de algo que llame la atención. La primera parte cantada está mucho mejor, al adentrarnos en los sentimientos del investigador y emplear en el momento álgido una melodía de guitarra muy emotiva; es la segunda parte la que adolece del gancho necesario para completar la catarsis que se pretende alcanzar con tanta atmósfera.
‘Industrial Disease’ es el precedente del mejor y famoso ‘Walk Of Life’ de Brothers In Arms. Una canción movidita y entretenida con una melodía principal interpretada al teclado, aunque en este caso la forma de cantar quede como arrastrada, y la melodía principal de teclado citada tampoco llega a ser memorable. Parece más un divertimento que otra cosa. El problema de la canción que titula el disco, ‘Love Over Gold’, es que todo lo que tiene que aportar ya se ha obtenido con anterioridad, incluso mejor, mediante ‘Telegraph Road’. Hay que destacar que la melodía de la estrofa de “It takes love over gold and mind over matter…” la recogió Knopfler para componerle a Tina Turner su éxito ‘Private Dancer’ de 1984.
Para el final tenemos ‘It Never Rains’, que se inicia de forma tranquila, agradable también. Parece una canción discreta, pero tiene una segunda parte más potente y genial, con Knopfler cantando en un estilo que recuerda a Bob Dylan, que empieza justo cuando canta “You were just a roller coaster memory”. También con un gran sonido de órgano. El final instrumental es para lucimiento de Mark a la guitarra, que aunque aporta sonidos diferentes no es tampoco de sus momentos más brillantes.
Este disco tiene una puntuación menor que el anterior porque lo que ganan desde el punto de vista artístico, lo pierden en la frescura melódica. Tras este álbum se tomarían un descanso más largo hasta el éxito mundial de Brothers In Arms, ya que Knopfler se dedicaría a componer sus primeras y geniales bandas sonoras de películas. Aunque también nos dejarían entre medio su mejor disco, un disco doble en directo, pero eso ya es otra historia…
1) Twisting By The Pool; 2) Badges, Posters, Stickers, T-Shirts;
3) Two Young Lovers; 4) If I Had You.
Puntuación:
Año de publicación: 1983
EXTENDEDANCEPLAY
Divertimento de Mark Knopfler en un EP de música inspirada en el rock'n'roll más clásico de los años 50 con un resultado muy decepcionante, además de que no tiene nada que ver con el tipo de música que llevaban haciendo los Dire Straits, mucho más sofisticada.
La primera canción que encontramos es la, para mí, insufrible ‘Twisting By The Pool’, pues representa lo peor y lo más falso de ese estilo, con una penosa letra que intenta transmitir alegría, unos “yeah” metidos con calzador y un simplón estribillo que se repite hasta la saciedad. Por si fuera poco, tiene un falso final que nos hace respirar aliviados brevemente para luego haber de volver a escuchar de nuevo los irritantes “twisting by the pool”. La siguiente ‘Badges, Posters, Stickers, T-Shirts’ es un olvidable rockabilly, que aunque bien ejecutado no aporta nada nuevo ni tampoco se diferencia de cualquier tema mediocre del género. ‘If I Had You’ no suena mal, pero en un minuto ya han hecho todo lo que tenían que ofrecer, por lo que da sensación de pérdida de tiempo, aunque el final instrumental es más agradable con la guitarra de Mark y el sonido de órgano que la acompaña. La mejor del EP es sin duda ‘Two Young Lovers’, que al menos suena más original con ese liderazgo del saxofón y la alegre melodía principal que interpreta, aunque no deja de palidecer respecto a la soberbia versión en directo que se marcarán en el Alchemy.
Por suerte, no volverán a repetir semejante desacierto, aunque la tentación volverá a entrarle eventualmente a Knopfler en el futuro On Every Street, si bien en ese caso será más por falta de ideas que por probar estilos diferentes. Aquí no sirve ni la excusa del homenaje.
CD I: 1) Once Upon A Time In The West; 2) Expresso Love; 3) Romeo And Juliet;
4) Love Over Gold; 5) Private Investigations; 6) Sultans Of Swing.
CD II: 1) Two Young Lovers; 2) Tunnel Of Love; 3) Telegraph Road; 4) Solid Rock;
5) Going Home.
Puntuación:
Año de publicación: 1984
ALCHEMY
Alchemy documenta un concierto del 23 de julio de 1983 en el Hammersmith Odeon de Londres. Estamos ante uno de los mejores ejemplos de lo que debe ser un disco en directo: no una mera interpretación ante el público de exactamente lo que hemos escuchado en el disco de estudio (para eso ya tenemos el original), sino una oportunidad de hacer cambios, probar nuevos arreglos o añadir partes nuevas si hay la suficiente inspiración para conseguirlo. Y aquí encontramos todo ello. El gran momento creativo por el que pasa Knopfler, que le llevaría a componer buena música para películas en los próximos años, pero alejada del rock, quizá sea la clave para introducir muchas novedades en las interpretaciones de su repertorio.
Empieza el concierto con una grandiosa introducción, una melodía de teclado más propia de los ELP más pomposos (y que además puede escucharse en la película de Local Hero, concretamente la pieza 'Stargazer') nos da paso al anuncio del grupo y al inicio de la gran ‘Once Upon A Time In The West’, que en este caso cambia el ritmo pulsado inicial que tenía en estudio, que la entroncaba algo con el reggae, por un ritmo más continuado y con más energía. La guitarra de Knopfler es la estrella de la canción (y prácticamente de todo el disco, como no), y la coda es todavía mejor que la que podía escucharse en Communiqué, de ahí que sus trece minutos de duración estén más que justificados.
Mientras escuchamos los acordes de 'Industrial Disease' y comenzamos a preguntarnos por qué no aparece en el listado de canciones, empieza de repente la que verdaderamente toca, ‘Expresso Love’, la cual no pierde nada de la épica y la fuerza que tenía en el estudio, y aunque en este caso no se presenten muchas diferencias, es una canción que en directo transmite mucha más emoción y energía. En la siguiente canción, ‘Romeo and Juliet’, sí que encontramos una introducción instrumental nueva, aunque lo de después sea similar a la versión de estudio. A continuación tenemos dos piezas del disco anterior, que no presentan apenas variaciones, y en el caso de ‘Private Investigations’ podemos disfrutar nuevamente del virtuosismo al bajo de Illsley tocando la misma nota todo el tiempo en el inicio de la parte instrumental. Pero bueno, siendo positivos, hay que decir que en directo la canción suena mejor todavía. Paradójicamente, el tema estrella ‘Sultans Of Swing’ es el único que pierde fuelle al adaptar sus arreglos a un concierto masivo. Uno de sus fuertes era el intimismo que transmitía, como si estuviéramos viendo a esa banda tocando en un pequeño club, pero aquí se pierde toda esa mística a favor de un sonido en directo más envolvente. En cualquier caso, añaden una parte final instrumental nueva, con amagos de falso final y que al menos nos dejará buen sabor tras acabar el primer volumen del concierto.
El segundo disco empieza con la maravillosa canción de boogie ‘Two Young Lovers’, liderada no por la guitarra de Knopfler, sino por el saxofón de Mel Collins, que toca una gran y rápida melodía que la convierte en una pieza incluso bailable. Conforme acaba esa canción, tenemos otro de los grandes momentos del concierto por su componente novedoso. Me refiero a la memorable introducción de ‘Tunnel Of Love’, primero con una melodía de teclado curiosamente bien acompañada por las palmas del público, y luego otra vez Mel Collins en el saxofón, añadiendo otra épica melodía que, si no miramos el listado de canciones, no nos hace sospechar que pronto llegaremos a la conocida introducción real de ‘Tunnel Of Love’.
Siguiendo con la épica, después llega ‘Telegraph Road’, casi idéntica a la versión de estudio aunque en directo mejora porque suena algo más rockera y enérgica, y por eso el final de la canción es todavía más potente, con momentos que delatan dónde se inspiró Knopfler para la parte instrumental final de la posterior ‘Calling Elvis’ de On Every Street. ‘Solid Rock’ está también sumamente mejorada, pues es también más rockera (más acorde a su título), y el estribillo cobra más protagonismo y fuerza respecto a la versión original. Y finalmente tenemos ‘Going Home’, tema instrumental que compuso para la banda sonora de la película Local Hero, en España titulada Un Tipo Genial. Gran melodía optimista con dos brillantes interpretaciones, la primera con Knopfler solo a la guitarra y la segunda con Mel Collins al saxofón junto a todo el grupo en funcionamiento.
En definitiva, es éste un disco en directo de los imprescindibles que hay que tener (no por su portada, que es bastante fea). La variedad en los arreglos y las diferentes sorpresas y novedades que vamos encontrando, lo convierten en una referencia de lo que debe ser un álbum en directo. Es decir, que no se limita a trasladar lo mismo que ya puede escucharse en las versiones de estudio. El vídeo del concierto la verdad que no vale mucho la pena: una mala iluminación que lo tiñe todo de rosado y unas cámaras que no están muy concentradas en enfocar momentos interesantes. Con escucharlo solamente la verdad que ya es más que suficiente.
BROTHERS IN ARMS
Año de publicación: 1985
Puntuación:
1) So Far Away; 2) Money For Nothing; 3) Walk Of Life; 4) Your Latest Trick;
5) Why Worry; 6) Ride Across The River; 7) The Man's Too Strong; 8) One World;
9) Brothers In Arms.
Estamos ante el disco que más éxito tuvo en la carrera del grupo, el primero de la historia en vender más de un millón de copias en CD (algo claramente circunstancial), todo ello ayudado por un puñado de magníficos y pegadizos singles que son precisamente lo mejor del álbum. Y es que quién no ha escuchado alguna vez en su vida ‘Money For Nothing’ o ‘Walk Of Life’…
Pero vayamos por pasos, el disco empieza con otra grandísima canción, ‘So Far Away’, poseedora de un característico sonido de cuello de botella en la guitarra que le aporta un genuino sabor americano sureño pero novedoso a la vez, como si lo hubiera compuesto The Band. También cabe destacar la melodiosa y preciosa parte final, con los coros del grupo repitiendo “You’re so faaaaaaar…”, mientras seguimos disfrutando del magnífico sonido de guitarra.
Y qué decir de ‘Money For Nothing’, cantada a dúo con Sting y con una inolvidable introducción que magistralmente crea un clima de tensión que va creciendo gracias al inteligente uso de los instrumentos, hasta el clímax final que desencadena la entrada del famoso riff de guitarra que representa el inicio real de la canción. Curiosamente triunfó en la MTV gracias a un vídeo musical entretenido, pero la letra de la canción es precisamente un feroz ataque a la música de consumo y marketing que inunda dicha cadena y cualquier emisora de música comercial. Es decir, de artistas que no tienen ni idea de música, que muchas veces ni saben componer y ni siquiera tocar un instrumento, solo coger un micrófono y cantar, pero que les crean una imagen que triunfa y vende. En la versión larga del disco quizá le sobre algo de tiempo, pero no hay duda de la enorme fuerza que tiene esta canción, de lo más rompedor que haya compuesto Knopfler en su vida.
Tercera canción y tercer éxito, ‘Walk Of Life’ es una canción pop pero con una melodía de teclado ultrapegadiza que junto a su ritmo rápido la convierte en todo un canto de alegría, además de un homenaje a la música como impulsora de buenos sentimientos.
Por desgracia, a partir de aquí la cosa empieza a torcerse un poco. ‘Your Latest Trick’ es una especie de jazz-pop con un apacible ritmo y una melodía de saxofón que queda entre el límite de lo decente y la música de sala de espera tipo Kenny G. Al menos, la letra ayuda a entrar en la canción, además de que la guitarra rítmica, no muy perceptible en primer término, es toda una delicia. Pero con la siguiente canción, ‘Why Worry’, sí que nos damos un buen batacazo. Todo un plomazo que empieza como una balada acústica edulcorada y empachosa, para acabar en una parte instrumental larguísima, insistente y aburridísima, con una melodía de piano que se va repitiendo muchísimas veces hasta que se hace molesta nada más haberla escuchado tres o cuatro veces. Quien la conozca entenderá por qué he utilizado tantos superlativos en sentido peyorativo.
Con ese mal trago acababa lo que era la cara A del cassette original, para empezar la cara B con otro trago igual de malo. ‘Ride Across The River’ es un pastiche musical de reggae y ritmos latinos que parece una demo que no hubiera sido desarrollada (yo lo llamaría proyecto musical concebido no nacido, por utilizar terminología contemporánea), con un ritmo que se desarrolla a trompicones, un canto desacompasado y lo que parece una flauta andina que no cesa de repetir una melodía poco inspirada. Lo único que se salva aquí es el solo de guitarra, por el contraste que tiene con el ritmo creado.
A continuación llega ‘The Man's Too Strong’, que no mejora mucho lo anterior pero puede decirse que este intento de country-western es al menos aceptable, aunque el estribillo instrumental de guitarrazos acústicos deja un tanto desconcertado. Por suerte, con ‘One World’ volvemos a respirar un poco al volver a escuchar una melodía rockera de guitarra. Una buena canción de letra sencilla y sin más pretensiones que animar la parte final del disco.
Para el final tenemos la canción que da título al álbum, un bello canto antibelicista con un memorable trabajo de Knopfler en la guitarra. Mediante los sintetizadores del inicio se consigue crear una atmósfera de tragedia que nos introduce en los horrores de la guerra, y cada fraseo de guitarra que suena tras cada línea cantada por Knopfler es como un sentido lamento. Por cierto, que la parte central de “There's so many different worlds…” es calcada a la canción ‘Birds In Paradise’ del guitarrista Snowy White. Pero que eso no nos desvíe de escuchar maravillados la grandiosa parte final instrumental, con una guitarra que transmite mucho más sentimiento todavía que las palabras.
Tras este disco, Mark Knopfler se tomaría un largo descanso de la música rock para dedicarse a estilos más calmados y más agradables para él, aunque unos pocos años después volvería pero para intentar exprimir por última vez el éxito de Dire Straits de una manera mucho menos inspirada.
ON EVERY STREET
Año de publicación: 1991
Puntuación:
1) Calling Elvis; 2) On Every Street; 3) When It Comes To You; 4) Fade To Black;
5) The Bug; 6) You And Your Friend; 7) Heavy Fuel; 8) Iron Hand; 9) Ticket To Heaven; 10) My Parties; 11) Planet Of New Orleans; 12) How Long.
En teoría los Dire Straits se disolvieron tras la grabación del exitoso Brothers In Arms, lo que equivalía a decir que Mark Knopfler seguiría su carrera en solitario para desviarse por otros senderos musicales que le interesaban, no sin cierto éxito en algunos casos, aunque siempre lejos de lo que consiguió con su grupo. Es por ello que el sorpresivo retorno con este On Every Street no podía provocar sino escepticismo respecto a lo que podían ofrecer, puesto que ya tenían una cierta edad que los englobaba dentro de la categoría de dinosaurios del rock. Y por desgracia así fue, un retorno falto de originalidad y sin criterio musical, destinado a aprovechar el último tirón comercial de la marca Dire Straits y sacar el máximo rendimiento económico que sirviera de respaldo a la apacible carrera en solitario de Knopfler. El esperado y deseado retorno del grupo fue finalmente una decepción, pero un público ávido por escuchar material nuevo de la banda aupó las ventas al número uno en muchos países, incluido el Reino Unido. Podría haber sido peor, eso está claro, pero la falta de inspiración y el intento de repetir el estilo de algunas canciones del Brothers In Arms para volver a cosechar un gran éxito resultó contraproducente a la larga. Seguramente por eso Mark Knopfler después de este disco y de su larga gira se dedicaría ya íntegramente a su carrera en solitario (aunque en realidad Dire Straits no deja de ser otra faceta de su carrera personal).
Para empezar, la selección de ‘Calling Elvis’ como single de lanzamiento no podía ser menos acertada, por lo que de entrada hubo de decepcionar a más de uno (grupo de gente en el que me incluyo). Un tema con tan poco gancho comercial (por muchas referencias que haga a canciones de Elvis Presley) y que lo único interesante que presenta en su instrumentación está tomado de ‘Telegraph Road’, ya nos preludia el nivel artístico de lo que vamos a escuchar. Aunque en la parte visual se lo curraron, pues acompañaron la canción de un original vídeo musical en el que rememoraban una antigua serie de ciencia-ficción interpretada por marionetas e incluso ellos mismos aparecían caracterizados de esa manera. Y es que precisamente una de las lacras principales de este disco es su poca originalidad en cuanto a que muchos temas parecen versiones menores de otros ya escuchados con anterioridad. Quizá para facilitarnos inconscientemente el descubrimiento de la equivalencia entre temas del Brothers In Arms y de On Every Street, nos colocan todos los temas susceptibles de ello juntitos. ¿Y es que ‘The Bug’ no es una variación menor de ‘Walk Of Life’? buscando otra vez un ritmo movidito pero con resultado más discreto, además de un sonido más country, quizá ayudado por el sonido de slide. ¿Y acaso ‘You And Your Friend’ no es una recreación del tono apocalíptico de ‘Brothers In Arms’? en este caso con una letra más simplona y una parte vocal decepcionante, pero al menos la guitarra de Knopfler sí que brilla con soltura, adecuándose a una conseguida atmósfera dramática. Y por último, ¿no es ‘Heavy Fuel’ un lamentable intento fallido de componer otro tema rock basado en un brillante riff como era ‘Money For Nothing’? pero aquí el riff es de lo más insulso y además lo repiten hasta la saciedad. Y lo más gracioso de todo es que fue elegida como segundo single del disco, para promocionarlo. Ya puestos, podemos afirmar también que el acústico ‘Iron Hand’ sería el ‘The Man's Too Strong’ de aquí, donde los guitarrazos son sustituidos por una grave percusión.
Por tanto, pretender dar imagen de lo que uno ya dejó de ser hace tiempo no suele dar resultados fructíferos, y por ello es en las canciones que más podrían asemejarse al estilo que adoptará en solitario cuando Knopfler consigue autenticidad y también transmitir dominio de lo que está haciendo, como por ejemplo podría ser el caso de ‘When It Comes To You’, en un estilo blues-rock con grandes líneas de guitarra. En la canción que da título al álbum, aunque vuelve a utilizar la estructura de calma-melodía placentera-calma y coda instrumental que emplearon con mucho mejor resultado en ‘Where Do You Think You're Going’ del Communiqué, en este caso hay que destacar también su memorable coda (de lo mejor de este álbum), nada que ver con el aburrimiento de la parte cantada, demasiado repetitiva y demasiado larga. Y ese sonido más maduro de Knopfler fuera de Dire Straits se deja ya traslucir claramente en ‘Planet Of New Orleans’, donde vuelve a brillar con su guitarra y se marca al final un magistral solo interaccionando con el saxofón y volviendo a transmitir algo de las grandes sensaciones de antaño, aunque para ello hay que tragarse casi ocho minutos de canción.
La falta de ideas vuelve a traslucirse en ‘Fade To Black’, una imitación del estilo de ‘Ballad Of A Thin Man’ de Bob Dylan, pero en versión tediosa y con una parte vocal algo molesta por la forma que tiene Mark de cantar. Otra sorpresa negativa es encontrar lo que parece un bolero (‘Ticket To Heaven’), un estilo que no pega para nada con los Dire Straits, más bien para un salón de baile de la tercera edad.
Por otro lado, hay también lugar para momentos más gentiles como ‘My Parties’, liderada por un saxofón y donde la parte vocal vuelve a denotar una influencia grande de Dylan. Y bueno, como por esa época Mark Knopfler ya había ofrecido al público su lado más country en otros proyectos, ese lado americano aflora aquí en la final ‘How Long’, forma amistosa de finalizar un olvidable disco con una agradable pero también olvidable canción.
En resumen, un decepcionante retorno del grupo que sería también su canto de cisne y que quizá hubiera sido mejor haberlo descartado en su momento, pero la pasta es la pasta. La suerte es que la falta de ideas la suplen con profesionalismo y una perfecta ejecución instrumental, pues de otra manera el resultado podría haber sido catastrófico.
ON THE NIGHT
Año de publicación: 1993
Puntuación:
1) Calling Elvis; 2) Walk Of Life; 3) Heavy Fuel; 4) Romeo And Juliet;
5) Private Investigations; 6) Your Latest Trick; 7) On Every Street;
8) You And Your Friend; 9) Money For Nothing; 10) Brothers In Arms.
Si el disco On Every Street respondía principalmente a motivos comerciales y económicos, era obvio que no podía faltar la consiguiente gira por medio mundo y la publicación de un nuevo disco en directo. En este caso, todas las canciones fueron seleccionadas de dos conciertos diferentes, uno en Francia y otro en Holanda, y hay que reseñar que el contenido del CD es diferente respecto al DVD del mismo nombre. Lo más novedoso en el sonido en directo del grupo, además de la gran cantidad de músicos en escena (nueve en total, uno más incluso que en el Alchemy), es el aprovechamiento destacado de Chris White con el saxofón y de Paul Franklin con la pedal steel guitar, pues de esta manera aportan timbres nuevos y solos eventuales al contenido que en general no resulta demasiado novedoso respecto a las versiones de estudio.
Lo endeble de este disco es que el material nuevo no llega a la altura de los grandes temas previos, además de que en sus grandes éxitos ya no están capacitados para aportar mucho más que lo ya conocido. Al menos el sonido en directo vuelve las canciones más recientes algo más vivas. Pero eso no puede salvar tampoco a ‘Calling Elvis’ de la indiferencia que transmite, aparte de que la alargan innecesariamente hasta los diez minutos, donde lo único que puede destacarse es el gran momento de guitarra que llega pasados los 8:30. Que ‘Heavy Fuel’ tenga un inicio diferente tampoco la salva de la descarada e insulsa mediocridad donde está insertada. ‘On Every Street’ al menos alegra por su memorable coda, que nos hace olvidar el rollazo inicial de tres minutos, pues su parte vocal sobra. Pero la parte final con su magistral pedal steel guitar (muy prominente en todo el álbum, para bien) nos recuerda de verdad a lo mejor de este grupo. Y de ‘You And Your Friend’ poco se puede decir salvo que es una perfecta recreación de la versión de estudio, casi nota por nota.
Del exitoso álbum Brothers In Arms tenemos cuatro canciones más, para que se note todavía más la intención comercial, aunque en su defensa cabe señalar que tras aquel disco no hubo disco en directo para tener la oportunidad de escuchar cómo sonaba. Así que aquí podemos encontrarnos ‘Walk Of Life’, clavada al original aunque en directo se noten algo más las guitarras rítmicas que acompañan al pegadizo teclado. También son obvias elecciones 'Money For Nothing' (sin su memorable introducción ni pasajes instrumentales que eviten añorar la versión de estudio) y 'Brothers In Arms', en la cual sí que consiguen recrear una ambientación sonora ideal para esta impecable diatriba antibélica, además de proporcionarnos una coda instrumental memorable, muy parecida a la versión de estudio pero con un solo de pedal steel guitar alternándose con la guitarra de Knopfler que vale la pena escuchar. Además, presenta la curiosidad de iniciarse y finalizar con unas notas de flauta. Pero lo más curioso de este disco en su lanzamiento fue presentarlo mediante la canción 'Your Latest Trick', que ciertamente en directo parece cobrar algo más de vida.
Tras todo ello, poca cabida quedaba para otros temas, pero aun así introdujeron dos versiones de diez minutos de 'Romeo And Juliet' y 'Private Investigations'. La primera incluso mejora algo la introducción ya conocida en el Alchemy y al menos el solo de saxofón que podemos escuchar pasados los seis minutos está bastante bien, sobre todo cuando entra la batería para darle mucha más fuerza. Al saxofón parece que también quiere volver a sacarle partido para la introducción de 'Private Investigations', que por lo demás no aporta nada nuevo a lo ya conocido previamente.
Así pues, nadie se perderá nada si nunca escucha este disco en directo, sobre todo cuando actualmente se pueden encontrar otras grabaciones de actuaciones pertenecientes a su época dorada. Aún así, tiene suficientes momentos buenos para poder escucharlo con interés, al menos una vez en la vida, pero no deja de ser el colofón de la jugada comercial de Mark Knopfler, que a partir de entonces se olvidaría por completo de la música rock para desviarse hacia las raíces norteamericanas que tanto le interesaban.
LIVE AT THE BBC
Año de publicación: 1995
Puntuación:
1) Down To The Waterline; 2) Six Blade Knife; 3) Water Of Love; 4) Wild West End;
5) Sultans Of Swing; 6) Lions; 7) What's The Matter Baby?; 8) Tunnel Of Love.
Dentro de las grandes ediciones de la BBC, la correspondiente a los Dire Straits cubre únicamente una actuación de sus inicios, exactamente de 1978, cuando solo habían publicado su primer disco, más una grabación extra de ‘Tunnel Of Love’ del año 1981 que no aporta nada, puesto que presenta los mismos arreglos y las mismas novedades que ya habíamos escuchado en el Alchemy. Es decir, diferente a la versión de estudio pero exhibiendo la misma genialidad que ya habíamos podido disfrutar en el celebrado disco doble en directo, por lo que nadie descubrirá nada nuevo.
Las interpretaciones del grupo son, tal como cabría suponer, casi calcadas a las canciones de estudio, debido a que estaban empezando y que la edición del disco de debut era reciente. Todavía no hay margen para las novedades y las improvisaciones se centran en alargar algunos solos, aunque no se puede destacar nada en especial. Si acaso, comprobamos cómo el tempo de ‘Wild West End’ es ligeramente más lento, e incluso el de ‘Sultans Of Swing’ parece también algo más lento, muy poco, como si la tocaran con mayor cuidado para evitar cualquier desliz en la interpretación de la que era (y por siempre será) la canción más idiosincrásica del grupo.
La novedad del álbum es una canción inédita compuesta por Mark Knopfler y su hermano David (recordemos que David estuvo en la formación inicial de Dire Straits durante sus dos primeros discos), que es casi la única composición de toda la carrera del grupo no compuesta por Mark en exclusiva (la otra es ‘Money For Nothing’, coescrita junto a Sting). Así, ‘What's The Matter Baby?’ tiene un estilo ineludiblemente asociado a este último, por lo que no hubiera desentonado en ningún disco de estudio. Es una canción de ritmo dinámico, con un cálido estribillo y un gran solo de guitarra de Mark, es decir, con todos los ingredientes de los mejores temas del grupo en sus inicios.
RECOPILATORIOS
MONEY FOR NOTHING
Año de publicación: 1988
Este disco recopilatorio pareció en su momento poner punto y final a la carrera de Dire Straits, puesto que Knopfler se embarcaría en diferentes proyectos en solitario, incluido el álbum de los Notting Hillbillies y su colaboración con el legendario guitarrista country Chet Atkins. Este recopilatorio presenta varias pegas que desaconsejan su compra, no solo porque ofrece innecesarias versiones editadas de los éxitos ‘Money For Nothing’ y ‘Brothers In Arms’, sino también porque hay que sufrir el horroroso remix de ‘Twisting By The Pool’, una aburrida versión más lenta en directo de ‘Portobello Belle’ (descartada del Alchemy) y una mezcla diferente de ‘Where Do You Think You're Going?’ que suena floja comparada con la original, aunque siga manteniendo su emocionante coda.
SULTANS OF SWING: THE VERY BEST OF DIRE STRAITS
Año de publicación: 1995
Más de lo mismo respecto al recopilatorio anterior, solo que esta vez también se incluyen hasta tres canciones de On Every Street (lo cual no sería mayor problema si no constatáramos que del resto de álbumes no se incluyen tantas, exceptuando obviamente el Brothers In Arms). Están las mismas versiones editadas de ‘Money For Nothing’ y ‘Brothers In Arms’, así que no se mejora nada. Si acaso, la única ventaja que ofrece es presentar las canciones en orden cronológico. Pero para la exigua discografía de Dire Straits, vale la pena pasar de recopilatorios e ir directo a los álbumes.
VÍDEOS
ALCHEMY
Año de publicación: 1984
Este vídeo es la traslación en imágenes del concierto que apareció publicado como doble álbum. Lo más importante que cabe decir es que al director de fotografía deberían retirarle el carnet profesional (si es que hay algo así para ellos) porque el empleo de la iluminación es horrible. En muchos momentos se encienden unos focos rojizos que vuelven las imágenes rosadas y molestas, lo cual no permite disfrutar para nada del concierto. En lo único que se diferencia del álbum es que se escucha a Knopfler decir algunas palabras más (no muchas) entre canciones y en que se añade al principio un absurdo fragmento en el que se ve a los miembros de Dire Straits jugando al billar. Que nadie invierte un solo euro en esta lamentable película, pero que se gaste todo lo que haga falta en adquirir el doble álbum.
THE VIDEOS
Año de publicación: 1992
En el antiguo formato de vídeo VHS tengo esta recopilación de los vídeos musicales (hasta veinte) que incluye también tres de los Notting Hillbillies. Tiene su emoción poder ver a unos primerizos Dire Straits tocando en playback sus primeras canciones, aunque hay casos como ‘Tunnel Of Love’ en los que el vídeo queda un tanto ridículo. Pero hay otros bastante graciosos como ‘Money For Nothing’, en el que podemos ver al hombre currante criticando a las estrellas mediáticas del rock y cómo ganan mucho dinero haciendo muy poco, al revés que los currantes que han de estar todo el día cargando electrodomésticos. También tiene su gracia el vídeo de marionetas de ‘Calling Elvis’, homenajeando a una serie antigua de ciencia ficción. Pero en general, cualquier plano donde se vea a Knopfler tocando la guitarra ya es un espectáculo en sí mismo.
DIRE STRAITS
Hablar de vida fuera de Dire Straits es equivalente a hablar de Mark Knopfler, puesto que el resto de miembros que han desfilado por sus filas tienen su carrera propia (como todos) pero resultan irrelevantes. ¿Puede haber alguien interesado en la carrera en solitario del bajista Illsley? Alguien habrá, pero para un músico tan limitado técnicamente y que nunca compuso nada para la banda, no vale la pena perder nuestro tiempo. Respecto a la carrera en solitario de Mark Knopfler, es sorprendentemente activa y diversa hasta que se dedicó más al country, el blues y a reciclarse demasiado.
Una parte de su carrera la ha dedicado a componer bandas sonoras, casi una decena podemos contar. Las mejores fueron sin duda las cuatro primeras (una de ellas para la mítica película La princesa prometida), por lo que se recomienda encarecidamente hacerse con el recopilatorio Screenplaying (1993), ya que recoge lo mejor de ellas. Es paradójico que la guitarra asome en pocas ocasiones por esas primeras bandas sonoras, pero es una señal inequívoca del talento indiscutible de Knopfler.
Sus colaboraciones o proyectos comunes con otros artistas también deben señalarse y entre ellas destaca su aportación fundamental en la guitarra para los discos Slow Train Coming e Infidels, ambos de Bob Dylan (si escuchamos ‘I And I’, los punteos de guitarra son puro Knopfler). También colaboró como músico en Gaucho de Steely Dan y compuso el éxito de Tina Turner ‘Private Dancer’. Grabó un desenfadado disco de, mayormente, versiones con el maestro Chet Atkins (Neck And Neck) y junto a la aclamada cantante country Emmylou Harris publicó el irregular All The Roadrunning en 2006. También muy irregular pero con gran éxito de ventas fue el proyecto The Notting Hillbillies junto a otros músicos británicos de blues y country, afirmado en su único álbum Missing… Presumed Having A Good Time (1990), el cual se apoyaba en un fabuloso tema de Knopfler (‘Your Own Sweet Way’) y otro no menos fabuloso de Steve Phillips (el pegadizo ‘Will You Miss Me’).
Por último, la producción en solitario de Mark Knopfler bajo su propio nombre se ha ido sumergiendo con los años en una mediocridad y previsibilidad descaradas. No obstante, Sailing To Philadelphia (2000) es un magnífico álbum al nivel cualitativo de su mejor producción de estudio con Dire Straits (aunque poco tiene que ver) y aparte de este y de las primeras bandas sonoras, de lo poco que vale la pena conocer es Golden Heart (1996), que fue el primero tras la disolución definitiva de Dire Straits, y el doble álbum Privateering (2012), que es algo inferior pero contiene algunos momentos notables como la canción que le da título.
PD: Ya puede consultarse el análisis de la discografía de Mark Knopfler aquí. Queda así lo anterior como un resumen de su carrera en solitario.