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BJÖRK

2018

1) Human Behaviour; 2) Crying; 3) Venus As A Boy; 4) There's More To Life Than This; 5) Like Someone In Love; 6) Big Time Sensuality; 7) One Day; 8) Aeroplane;

9) Come To Me; 10) Violently Happy; 11) The Anchor Song;

[BONUS TRACK:] 12) Play Dead.

DEBUT

Año de publicación: 1993 

Puntuación:

2018

El título de este álbum no es técnicamente correcto en cuanto a ser el debut en solitario de Björk, no tan solo por su etapa en The Sugarcubes, sino también porque de bien pequeña (en 1977) grabó un disco de versiones y en 1990 otro más con un trío islandés de jazz, titulado Gling-Gló, entre otros proyectos por medio sin mayor repercusión. En cualquier caso, nos dirigimos directamente a este Debut como la entrada con propiedad de esta artista islandesa en la escena musical mundial bajo su propio nombre y visión artística. Bien vale esta última aseveración, ya que no puede colegirse mucha relación entre la música de los Sugarcubes y la de este álbum. Aun observando el eclecticismo que rodea la música de Björk, el mundo de la electrónica es el elegido como ideal para acompañar y permitir en cierta manera visualizar la imaginería y expresividad de sus evocadoras composiciones. Personaje principal en este nuevo rumbo es sin duda el productor Nellee Hooper, quien además aparece como coautor de casi la mitad de los temas y proporciona la experiencia necesaria para lograr una obra muy consistente que, no obstante, deja relucir su carácter de obra primeriza, algo que tampoco supone mayor problema.

 

Para comenzar, nada más apropiado que el amenazante ritmo y la letra de ‘Human Behaviour’ como la mejor carta de presentación del universo de Björk. Versos como “There's definitely no logic / To human behavior” o “And there's no map / And the compass wouldn't help at all” ya son indicativos de que nos debemos dejar llevar por su imaginería propia y muy particular. Su voz nos transporta por diferentes estados de ánimo y diferentes emociones en sus cuatro minutos, todo un prodigio de expresividad que definen a una artista bien singular. A Thom Yorke seguro que le encantó, porque años después grabaría ‘There There’ con Radiohead, de ritmo claramente devoto del de ‘Human Behaviour’.

 

Encontramos varias incursiones en la escena dance, en mayor proporción de lo que será habitual en sus posteriores álbumes, algo achacable a la juventud rebosante de energía que traía de su etapa en los Sugarcubes: ‘Crying’ (que arranca de verdad a partir del primer estribillo, Björk en estado puro), ‘Violently Happy’ o ‘Big Time Sensuality’. ‘There's More To Life Than This’ está grabada en directo y se nota por los ruidos de fondo, que por si fuera poco se nos dice en el CD que ha sido dentro de los aseos de un bar, quizá una broma para justificar esos momentos en los que se la escucha entrar en algún sitio y cerrar la puerta. En cualquier caso, no es lo mejor que vayamos a encontrar en el álbum pues, salvo ‘Crying’, no hay nada en este estilo que realmente suponga algo notable, ya que solo la voz de Björk las dota de cierta personalidad, pero sin melodías destacables, si acaso puede citarse la del estribillo de ‘Big Time Sensuality’.

 

Se intercalan momentos de mayor tranquilidad y relax, que muestran el lado más delicado de la artista. Únicamente un arpa la acompaña en ‘Like Someone In Love’, una escapada fuera de la electrónica que denota su carácter abierto a todo tipo de influencias que encajen en su mundo propio. De manera análoga, unos vientos disonantes conforman la base sonora de ‘The Anchor Song’, como si los ruidos de un barco al zarpar acabaran creando la música ideal para acompañar este canto, que es como si el propio barco se expresara. La sombra de Stockhausen es bien alargada. La genialidad en la sutileza de los arreglos de ‘Venus As A Boy’ abruma por su creatividad. Violines, pianos, cellos y otros instrumentos van dejando destellos de notas que crean el ambiente propicio para que la voz de la islandesa vuelva a crear momentos mágicos tanto en las melódicas estrofas como en esa manera de cantar “He believes in beauty”. Estribillo que por cierto llega en un momento en el que realmente no esperamos escuchar ninguno, ya que parece que ha bajado el tono para comenzar con otra nueva estrofa.

 

En ‘One Day’ parece estar cantando a contracorriente respecto de la música, como si la voz y la instrumentación siguieran caminos diferentes, como si fuera la Captain Beefheart de la música electrónica. Puestos a encontrar similitudes con clásicos del rock, los aires místicos y de percusión oriental de ‘Aeroplane’ la podrían hacer pasar por la ‘Set The Controls For The Heart Of The Sun’ (Pink Floyd) de la era moderna. Pero no solo sirve echar la mirada atrás, sino que este álbum supone también una huida hacia delante, con influencias en la música posterior. Por ejemplo, el tono intimista bajo un ritmo propio de trip-hop hacen de ‘Come To Me’ una precursora de Portishead, cuyo debut mediante el portentoso Dummy aparecería al año siguiente.

 

La canción adicional ‘Play Dead’ es la única de estructura convencional de estrofa-estribillo, quizá una imposición obligada al estar destinada a la banda sonora de una desconocida película de Hollywood, que tampoco hay que desconcertar al público que va al cine a ver una película de acción para pasar el rato. Estar más domesticada no le resta mérito y su tono solemne le servirá a Björk para explorar a su manera ese camino en futuras composiciones. En cualquier caso, estamos ante un grandísimo disco de debut que alumbraba los inicios de una carrera extremadamente personal y no apta para todos los gustos, pero muy original y creativa, que le servirá para lograr una merecida notoriedad (tercer puesto en ventas en las listas británicas) muy sorprendente para una propuesta tan alejada de la música comercial.

POST

Año de publicación: 1995 

Puntuación:

1) Army Of Me; 2) Hyperballad; 3) The Modern Things; 4) It's Oh So Quiet;

5) Enjoy; 6) You've Been Flirting Again; 7) Isobel; 8) Possibly Maybe;

9) I Miss You; 10) Cover Me; 11) Headphones.

Vista la comprensiva aceptación recibida tras su debut en solitario en la escena musical con una propuesta personal y arriesgada, Björk se siente confiada para ampliar miras e incorporar otras visiones diferentes que enriquezcan su propia visión musical. El productor Nellee Hooper sigue siendo personaje principal pero esta vez con algo menos de protagonismo, ya que para la composición y producción se invitan a varios artistas de la música electrónica, algunos de prestigio como Tricky o Howie B. Björk sabe lo que quiere y a quién puede necesitar para conseguirlo.

 

Sonidos industriales potentes y amenazantes introducen ‘Army Of Me’, donde Björk parece estar luchando no solo contra sí misma en su letra que exige autosuficiencia y fortaleza para ello, sino también contra el poderoso ritmo existente para que su voz encaje y no encaje al mismo tiempo, creando un efecto muy desconcertante pero peculiar y bien logrado en último término. La intimidación sonora es una de las vías exploradas en la carrera de la islandesa y en la claustrofóbica ‘Enjoy’ tenemos otro ejemplo. El estilo ya testado de ir cantando a contracorriente del acompañamiento instrumental se muestra de manera poco afortunada en ‘I Miss You’, desaprovechando la original percusión de aires africanos que pierden todo su efecto debido a unas trompetas que no encajan para nada y que lastran el resultado final. Es lo más flojo del disco.

 

A diferencia de Debut, que parecía borrar todo rastro musical previo, aquí sí encontramos unos pocos temas que recuerdan a su etapa en los Sugarcubes. El más evidente es ‘The Modern Things’, puesto que una vez entra la percusión militar y se unen la voz y otros efectos, comenzamos a pensar si no aparecerá de repente el infausto Einar para darnos un susto y romper la ambientación. Por otro lado, las ganas que tendría Björk de grabar un musical se hacen realidad en ‘It's Oh So Quiet’, poseedora de las características más predecibles del género y al mismo tiempo con el toque particular de la islandesa en la interpretación. En el vídeo musical dirigido por Spike Jonze no se queda atrás y baila con soltura las diferentes coreografías. Un precedente claro de su futura participación como actriz en Dancer In The Dark de Lars Von Trier.

 

En un álbum con tanta estridencia y energía, choca encontrar momentos de intimismo total como ‘You've Been Flirting Again’. Cuando los temas lentos no tienen melodía, como ocurre en ‘Possibly Maybe’, solo pueden disfrutarse si un@ consigue imbuirse de su ambientación íntima, para lo cual hay que tener una cierta predisposición. Tampoco falta el momento minimalista y calmado tipo ‘Like Someone In Love’, con la diferencia de que, donde había un arpa en aquella, aquí hay lo que parece un clavicordio en ‘Cover Me’. Y bueno, ya podría Björk haber cantado sin megáfono. Aunque para minimalismo total está la pieza escrita y producida junto a Tricky, ‘Headphones’, destacable por esa manera de multiplicar su voz como si estuviéramos escuchando a varios clones de la islandesa.

 

Mucho mejor resultado presenta el mejor tema del álbum. El sutil desarrollo de ‘Hyperballad’ sirve de perfecto soporte para que llegue su fabuloso y elaborado estribillo, elevando en él el ritmo de tal manera que acaba evolucionando hacia un sonido dance ideal para cualquier rave-party de la época. En cambio, la extravagante ‘Isobel’ no acaba de despegar por su estribillo demasiado simplón que parece copiado de alguna nana. Eso sí, cuando llega la mágica y evocadora sección pasados los dos minutos, cambia el panorama por completo y estamos ante otra demostración de genialidad. Una lástima que no esté el resto del tema a la misma altura.

 

En cualquier caso, estamos ante otra gran obra de Björk, que si bien pierde el factor sorpresa y la novedad en la propuesta respecto a su debut, a cambio demuestra que sabe profundizar y expandir su sonido sin limitaciones impuestas, con su voz como obvio rasgo diferenciador (de alguna manera moderniza grandes voces del jazz como Nina Simone o Billie Holiday) y sin miedos para seguir explorando texturas musicales nuevas que permitan extender su mensaje personal e introspectivo por el mundo.

TELEGRAM

Año de publicación: 1996 

Puntuación:

1) Possibly Maybe; 2) Hyperballad; 3) Enjoy; 4) My Spine; 5) I Miss You; 6) Isobel;

7) You've Been Flirting Again; 8) Cover Me; 9) Army Of Me; 10) Headphones.

Los álbumes de remixes no suelen tener mucha repercusión por tener un propósito muy concreto y estar destinados a un público también muy concreto, pero siempre hay excepciones honrosas donde se demuestra suficiente creatividad como para echarles un vistazo con interés, como pudiera ser el caso de Mixed Up de The Cure o el presente disco, todavía mejor. Telegram recoge los remixes de la mayoría de temas de Post más uno nuevo titulado ‘My Spine’, cada uno de ellos producido por un músico diferente, por lo que la diversidad sonora no puede ser mayor, pues incluso hay cabida para un cuarteto de cuerda. No es por tanto un disco de remixes al uso, sino una deconstrucción/reconstrucción de temas previos donde el punto de partida no es necesariamente la versión original, puesto que, en la mayoría de casos, poco o nada tienen que ver.

 

Hay un poco de todo y esa diversidad juega a favor. Tanto ‘Cover Me’ como ‘Army Of Me’ están irreconocibles al transformarse en sendos instrumentales dance más apropiados para pistas de baile, aunque requerirían un pequeño empujón rítmico. ‘Possibly Maybe’ se introduce en terreno de Portishead pero con la voz completamente distorsionada, creando un raro y extravagante efecto. Más agresiva resulta ‘Enjoy’, desarrollando un sonido industrial extremo que alcanza unas estridencias que pueden dar dolor de cabeza en el momento equivocado. En el polo opuesto se sitúa ‘Headphones’, que está incluso más ralentizada y también más alargada, motivo por el cual es inevitable que decaiga el interés conforme avanza.

 

Una canción que sale obviamente mejorada es ‘I Miss You’, lastrada por la producción original y aquí al menos acompañada sobriamente por un ritmo de trip-hop que incluso da pie a la entrada de un imprevisto rapero. ‘Isobel’ también sale muy beneficiada por el acompañamiento rítmico de las estrofas, que eliminan la negativa sensación de nana simplona que transmitía la original, mientras que se mantiene su memorable parte instrumental del estribillo. Sin nada que ver en origen, ‘Hyperballad’ se transforma en una pieza del Romanticismo más pasional debido a sus arreglos para instrumentos de música de cámara. El mismo tratamiento recibe ‘You've Been Flirting Again’, pero con una parte instrumental más convencional que casi parece de banda sonora irrelevante, salvado todo por la parte vocal, como no podía ser de otra manera.

 

Como ya se ha dicho, hay un tema inédito, ‘My Spine’, que en realidad es un rechazo de las sesiones de Post que luego aparecería como cara B del single de ‘It's Oh So Quiet’ y que probablemente quedó fuera al recordar en su canto a ‘Hyperballad’, concretamente cuando canta “always, always” de manera muy similar al verso “A way to start the day” de este último tema. Como coautora y percusionista de 'My Spine' está Evelyn Glennie, sorda desde pequeña pero capaz de superarlo para convertirse en una prestigiosa instrumentista a nivel mundial. Llegó a grabar junto a Mark Knopfler la banda sonora de la película Altamira (2016), si bien el resultado fue más bien discreto.

 

En definitiva, puede tomarse este disco como una entrada con identidad propia dentro del catálogo de Björk, no solo por la originalidad en los nuevos arreglos, que tampoco sería un caso tan singular, sino porque el resultado casi podría competir con el propio álbum en cuestión que se está remezclando. Una recomendable curiosidad.

HOMOGENIC

Año de publicación: 1997 

Puntuación:

1) Hunter; 2) Jóga; 3) Unravel; 4) Bachelorette; 5) All Neon Like; 6) 5 Years;

7) Immature; 8) Alarm Call; 9) Pluto; 10) All Is Full Of Love.

Llegada a este punto, Björk decidió que necesitaba un ligero cambio de rumbo y que el productor Nellee Hooper ya no podía seguir al timón del viaje, sustituyéndolo principalmente por otro DJ y productor: Mark Bell. Aun así, se seguirá apoyando eventualmente en otros productores, puesto que lo evidente es que primero está la visión artística de la islandesa y detrás los nombres que hagan falta para llegar a ese objetivo de la manera más apropiada. Sorprendentemente, este álbum fue grabado (y también en parte escrito) en España, concretamente en Málaga. Su promoción y publicidad aquí fue igualmente muy extendida, más que nunca; en esa época vivía yo en Valencia y todavía la recuerdo empapelada de carteles con la portada del disco por muchas calles.

 

Y es que, en cierta manera, en este tercer álbum Björk se siente confiada y sabe que puede llegar a mucha más gente con el poderío visual y emocional de sus canciones. Demuestra que la experiencia adquirida es todo un grado, llegando a conseguir todo un solemne himno de la introspección como ‘Bachelorette’, el cual recoge toda esa sabiduría adquirida en la composición y donde demuestra su poderío vocal que le permite llegar a todo tipo de registros, expresando emociones en cada nota salida de su boca. De manera análoga, pocas composiciones de la islandesa son más evocadoras de paraísos perdidos como ‘Jóga’, o en este caso cabría decir de paisajes emocionales como dice la letra (“Emotional landscapes / They puzzle me confuse”), donde vuelven a amalgamarse con brillantez la música orquestal con la industrial, como nadie antes había conseguido de manera tan universal. Como es obvio, ‘Hunter’ es el Bolero claustrofóbico de Björk, infinitamente más intimidante y amenazador que el de Ravel. Y no hay que tomar ‘Unravel’ como ningún juego de palabras aunque musicalmente sea todo lo contrario al carecer casi de ritmo y tratarse de una balada de desengaño amoroso.

 

Toda esa brillantez de temas mediante los que comienza el álbum, pierde fuelle irremediablemente después, rompiendo las ilusiones de encontrar la obra maestra de esta artista. Pero no significa que todo lo demás sea irrelevante, ya que todavía encontraremos destacados temas como ‘5 Years’, apoyado en una impensable percusión industrial, así como la minimalista ‘All Is Full Of Love’, la cual no llama mucho la atención en primer término debido a su lentitud, hasta que llega esa sutileza melódica con la que va repitiendo el título, otro pequeño detalle de genialidad. Su vídeo musical es también impactante al mostrar un apasionado amor robótico.

 

La percusión de ‘All Neon Like’, que podría haber surgido de la maquinaria de una fábrica, seguro que fue del agrado de Lars von Trier a la hora de decidirse por Björk como protagonista de Dancer in the Dark, aunque el tema en sí sea de lo más flojo de este álbum. La melodía inicial de ‘Immature’ podría parecer extraída de un tema de Mike Oldfield, aunque lo que más llama la atención es esa manera de cantar alargando continuamente las sílabas, que puede volverse algo monótono.

 

Cuando ya estamos pensando que Björk se ha olvidado de los temas de baile para dedicarse a exorcizar sus demonios internos, llega la recta final con lo más parecido que podremos encontrar: en primer lugar ‘Alarm Call’, donde la parte vocal no pasa de discreta pero quizá sea lo más adecuado para acompañar un ritmo genérico de baile como este, lo más cerca que ha estado de emular a Michael Jackson; justo a continuación llega un verdadero chute de rave mediante ‘Pluto’, compuesta junto a Mark Bell, la cual llega a un clímax insufrible donde Björk comienza a repetir un chillido durante medio minuto, que pone más bien de los nervios.

 

En resumen, la madurez artística a la que ha llegado Björk no le da para dejarla plasmada en un álbum completo, fluctuando cualitativamente de una manera que entonces no se sabía cómo podría continuar. De todas maneras, ya nos estábamos acostumbrando a que lo mejor de sus álbumes se acumule al principio, pero aun así cabía cuidar un poco más la segunda cara en esta ocasión. Su próximo paso será lograr un inesperado pero merecido éxito como actriz, incluso por encima de su faceta como música.

SELMASONGS

Año de publicación: 2000 

Puntuación:

1) Overture; 2) Cvalda; 3) I've Seen It All; 4) Scatterheart; 5) In The Musicals;

6) 107 Steps; 7) New World.

Pasó el tiempo sin tener noticias de Björk y volvió transformada en una actriz premiada en un festival tan importante como el de Cannes y además con el Premio del Cine Europeo bajo el brazo. La oportunidad le llegó de la mano del provocador y, a veces también, deslumbrante director danés Lars von Trier, en una de sus mejores películas, Bailar en la oscuridad (Dancer in the Dark), un musical fuera de los cánones del género que igualmente fue muy premiado con una buena cantidad de galardones, ya que no se limitaba a engarzar escenas de baile a partir de un guion típico, sino que se dedicaba a desmitificar toda esa ilusión del “sueño americano”. En principio, Björk solo se iba a encargar de la banda sonora, pero finalmente el director la convenció para que representara a la desdichada protagonista (Selma, de ahí el título de este álbum), a la que ciertamente consigue transmitir una autenticidad difícil de igualar. El propio von Trier participa en las letras de las canciones, pues son un reflejo directo de la película que debían mantener la visión del director, aunque no se corresponden exactamente con lo que escuchamos en el film.

 

La obertura es una pieza clásica instrumental sin más, donde Björk demuestra que conoce el lenguaje musical fílmico y cómo implementarlo. Es cuando llega ‘Cvalda’ que asistimos a una composición más acorde al mundo de la islandesa. Es uno de los temas más destacados al basar su instrumentación en la armonización de los sonidos de la fábrica donde trabaja Selma, la protagonista. El dueto que cantaba Björk junto a uno de los actores en la película en ‘I've Seen It All’ es aquí sustituido por otro dueto con Thom Yorke de Radiohead, aunque la aportación vocal de este no resulta un elemento esencial como para haberle echado en falta de haber sido otro cantante el elegido. Este tema casi podría tomarse como una extensa coda relajada de ‘Cvalda’, debido a su percusión industrial similar.

 

Hay temas que delatan su propósito cinematográfico, pues otra cosa no explica los parones que sufre ‘In The Musicals’, uno de ellos para dejar una percusión a solas, mientras que la cuenta numérica de ‘107 Steps’ como única letra tampoco se entendería sin haber visto la película. El sonido de caja de música que inicia ‘Scatterheart’ y su letra de nana hace pensar en un tema más delicado, pero pasado el primer minuto, que es cuando el hijo se ha quedado dormido, llega un ritmo ominoso que devuelve todo a la cruda realidad. Al no tener melodías, puede resultar algo repetitiva si un@ no se introduce del todo en este canto de desesperación.

 

Para el final queda la pieza más solemne, ‘New World’, que repite las melodías orquestales de la obertura bajo un ritmo de aires industriales y la voz cálida de Björk, amalgamando de alguna manera los tres elementos principales en que se basa la música y conformando una especie de réquiem final para finiquitar tanto el álbum como el film. Llegados al final, queda claro que se recomienda ver la película antes de escuchar esta banda sonora, ya que de otra manera no se pueden entender algunas decisiones de la composición. De manera aislada, este álbum no puede situarse entre lo mejor de la islandesa, pero unida a la importancia del film es de indudable valía dentro de su discografía.

VESPERTINE

Año de publicación: 2001 

Puntuación:

1) Hidden Place; 2) Cocoon; 3) It's Not Up To You; 4) Undo; 5) Pagan Poetry;

6) Frosti; 7) Aurora; 8) An Echo, A Stain; 9) Sun In My Mouth; 10) Heirloom;

11) Harm Of Will; 12) Unison.

La maduración artística de Björk llega al fin y de la manera más razonable que podría preverse para una artista tan singular. Se olvida del marketing y las rave-parties, aislándose del mundo y refugiándose completamente en su yo interior, de manera que cada uno de los temas de Vespertine es un reflejo de su propia visión, sin pensar en listas de ventas ni nada que pueda perturbarla. Obviamente, se apoya en productores externos para que complementen con su experiencia lo necesario para poder darle forma a esa visión. El sonido es más relajado que nunca y las palabras de Björk diciendo que quería hacer música de cámara moderna son ideales para describir buena parte del álbum. Los teclados y las arpas, junto a una percusión programada muy suave, conforman el soporte instrumental básico de muchas de las composiciones, ayudando de esa manera a crear la ambientación adecuada para un disco tan delicado e introvertido.

 

La fusión perfecta entre sonidos electrónicos y musica orquestal encuentra un gran ejemplo en ‘Hidden Place’, rematado en un sencillo pero memorable estribillo bien complementado por la orquesta: “We go to the hidden place”. Es un exótico efecto similar al de ‘Pagan Poetry’, en este caso con harpas y teclados creando un entramado musical onírico que lucha contra los sonidos industriales mientras que la voz de Björk se desgañita conforme avanza en intensidad. La repetición final de tanto “I love him” quizá suene excesiva, pero es consecuente con la introversión expuesta, al estilo de cómo lo hacía Joni Mitchell en la expresión de los sentimientos amorosos más ocultos. El concepto de belleza en la música tiene también una fabulosa muestra en ‘Aurora’, donde la islandesa despliega otro alarde de maestría vocal. Es decir, no solo su voz en este caso, porque los coros ayudan a crear un sonido celestial que nos transporta a esos paraísos naturales/emocionales donde solo sabe llegar ella. En una atmósfera general tan relajada, el dinamismo de la percusión de ‘Undo’ tiene un efecto más poderoso y en su estribillo trae recuerdos de Kate Bush, además de poseer una gran cantidad de detalles instrumentales que van aflorando paulatinamente. También se agradece el ritmo algo más rápido de ‘Heirloom’, que podría pasar por un descarte de Homogenic pero sin desmerecer su estructurada construcción que la convierte en un tema destacado aunque no se sitúe entre lo mejor del disco.

 

El carácter más introspectivo de este álbum queda reflejado en la amplia cantidad de temas que muestran a una artista completamente metida en su propio mundo, al que no toda la gente está dispuesta a introducirse. El desconcertante loop percusivo de ‘Cocoon’ es un ejemplo de la dificultad que entraña discernir esa introspección. Los teclados que suenan como una caja de música le dan un toque mágico a ‘It's Not Up To You’, donde la mayor sorpresa es encontrar un estribillo reconocible, algo poco habitual en la música de la islandesa. Es como una gloriosa nana que deja anticuadas todas las canciones de cuna existentes. Por otro lado, el etéreo vibráfono del breve instrumental ‘Frosti’ podría pasar por una pieza de Pierre Moerlen en su etapa de Gong.

 

Como viene siendo una costumbre, la segunda mitad del álbum es de menor nivel que la primera. En este caso, era de esperar porque los siete primeros temas son casi insuperables, pero todavía encontramos grandes momentos de genialidad, en especial la composición que finaliza el álbum. ‘Unison’ comienza de manera minimalista, de tal manera que únicamente escuchamos la voz de Björk, y cuando empiezan a aparecer los sonidos instrumentales ya solo cabe dejarse llevar de nuevo por su cadencia hipnótica y sus detalles, así como esperar a que llegue su delicado estribillo: “Let's unite, tonight / We wish you, shouldn't fight / Embrace, you tight, let's unite, tonight”. En cuanto a ‘Sun In My Mouth’, es como una repetición de ideas ya suficientemente desplegadas en el disco, pero al menos desplegadas con gusto, todo lo contrario que ‘Harm Of Will’, donde no se atisba nada más que un relleno musical repetido que durante más de cuatro minutos no parece que vaya a acabar nunca. Suena a vulgar banda sonora en la que Björk ha metido sus susurros y unos coros para que todo quede como una copia barata de ‘Aurora’. Por otro lado, ‘An Echo, A Stain’ es simplemente atmósfera por el hecho de crear una atmósfera, sin melodías que la complementen.

 

La sutileza de las melodías y la infinidad de detalles sonoros convierten este disco en la mejor obra de la carrera de Björk. Se le puede objetar demasiada uniformidad en el sonido, pero esa uniformidad es solo ficticia y consecuencia inevitable de escucharla por primera vez. Como toda obra maestra, su grandeza comienza a aflorar en consecuentes escuchas, cuando la familiaridad con los temas permiten fijarse en esa sutileza melódica que encumbra Vespertine como un disco muy personal y universal al mismo tiempo. Así pues, Islandia ha aportado dos obras maestras a la música contemporánea: para momentos de calma, el presente álbum; para momentos de alegría y exaltación, Life's Too Good de los Sugarcubes. Ambas con la firma de Björk, demostración palpable de su genialidad creativa.

CD I: 1) Síðasta Ég; 2) Glóra; 3) Fuglar; 4) Ammæli; 5) Mamma.

 

CD II: 1) Immature; 2) Cover Me; 3) Generous Palmstroke; 4) Jóga;

5) Mother Heroic.

 

CD III: 1) The Modern Things; 2) Karvel; 3) I Go Humble; 4) Nature Is Ancient.

 

CD IV: 1) Unravel; 2) Cover Me; 3) Possibly Maybe; 4) The Anchor Song; 5) Hunter.

 

CD V: 1) All Neon Like; 2) I've Seen It All; 3) Bachelorette; 4) Play Dead.

Puntuación:

Año de publicación: 2002 

FAMILY TREE

El embarazo de Björk le llevó a detener su carrera momentáneamente, así que era un buen momento para echar un vistazo a los archivos e ir publicando más discos que no hicieran decaer su bien merecido éxito. Este boxset de seis discos (cinco de ellos mini-CD’s) no es una recopilación propiamente dicha porque buena parte de su contenido estaba inédito, al menos fuera de Islandia. El sexto disco es una recopilación donde la selección de temas la ha hecho la propia Björk, diferenciándose pues del Greatest Hits que salió publicado al mismo tiempo. Los dos primeros discos recogen, aunque sea de manera muy breve, ejemplos de los orígenes musicales de la islandesa y por ello vienen subtitulados como Roots, mientras que el resto son versiones alternativas adscritas a formatos concretos, con alguna que otra novedad.

 

Las dos primeras canciones que encontramos en el primer disco pertenecen al dúo Elgar Sisters, un breve proyecto junto a un guitarrista islandés que no dio más allá de algunas canciones sueltas. La inquietud que transmite ‘Síðasta Ég’ en un tono menor es precursor directo de lo que sería la carrera en solitario de Björk, sorprende encontrar algo así una década antes. En cambio, ‘Glóra’ suena a alumno de flauta en prácticas. Hasta Nick Mason estaba más atinado en Ummagumma, que ya es decir. Mediante ‘Fuglar’ entramos en terrenos más conocidos, ya que pertenece al grupo KUKL, germen de lo que llegaría a ser The Sugarcubes, puesto que ya contaba con Einar en sus filas. El sonido es más salvaje y caótico, por lo que KUKL podría tomarse como el equivalente islandés de The Birthday Party, al menos por la impresión que nos deja ‘Fuglar’. Las dos canciones siguientes pertenecen directamente a la etapa en Sugarcubes, concretamente a Life's Too Good, el álbum de debut de la banda. ‘Ammæli’ es la versión en lengua islandesa de ‘Birthday’, mientras que ‘Mamma’ es directamente la conocida como ‘Mama’, por lo que se tratará de una errata.

 

El arpa toma el protagonismo en el segundo disco, proporcionando interesantes versiones alternativas de temas conocidos más un par de temas inéditos. Uno de ellos es el evocador ‘Generous Palmstroke’, que desarrolla bellas melodías y crea una ambientación de balada trovadoresca que solo se ve interrumpida por esa repentina subida de tono donde el/la arpista acaba expresando un descontrolado frenesí, que igualmente se detiene de súbito para continuar en modo trovadoresco ante los aplausos del público gratamente sorprendido. En cuanto al otro tema inédito, ‘Mother Heroic’, la ausencia de melodías reconocibles provoca su olvido inmediato. ‘Jóga’ es prácticamente equivalente a la versión de Homogenic, ya que se queda con los únicos ingredientes de la voz y las cuerdas orquestales.

 

El subtítulo de Beats para el tercer disco hace referencia a la introducción manifiesta de ritmos en los temas, pero tres de ellos son inéditos de todas maneras, es decir, no habían aparecido en ningún álbum de larga duración. Estos temas inéditos dejan la sensación de que podrían haberse embellecido un poco más; sobre todo ‘Karvel’, que presenta una interesante parte vocal. Por lo demás, en este tercer disco encontraremos una versión más relajada de ‘The Modern Things’, la cual se encontraba originalmente en Post.

 

El cuarto y quinto minidisco son de la misma índole y por ello vienen subtitulados como Strings. Todo su contenido se basa en temas ya conocidos pero transformados por los arreglos de cuerdas según la senda marcada en Telegram, fluctuando entre la melodía y la disonancia, o ambas a la vez como en ‘Cover Me’. Unos arreglos para cuarteto de cuerda son siempre interesantes, sobre todo en la música de la islandesa, aunque en el caso de ‘Bachelorette’ ya estaba marcada originalmente por el empleo de estos instrumentos y por tanto su conversión completa es de mucho menor interés. El carácter de Bolero de ‘Hunter’ resulta todavía más evidente bajo un ensamblaje clásico de cuerdas. No falta una pequeña broma como es el breve fragmento de la Tocata y Fuga de Bach que se escucha al inicio de ‘Cover Me’.

 

Lo único que penaliza esta recopilación de rarezas es que no hay tantas novedades como pudiera parecer a primera vista y la mayoría de esas novedades tampoco se sitúan entre lo mejor de la carrera de Björk. Sirve para satisfacer alguna curiosidad pero no es nada esencial dentro de su discografía.

DEBUT LIVE

Año de publicación: 2004 

Puntuación:

1) Human Behaviour; 2) One Day; 3) Venus As A Boy; 4) Come To Me;

5) Big Time Sensuality; 6) Aeroplane; 7) Like Someone In Love; 8) Crying;

9) Anchor Song; 10) Violently Happy.

En 2003 se había publicado un boxset titulado Live Box de cuatro discos conteniendo cada uno de ellos un concierto dedicado a su vez de forma íntegra a cada uno de los cuatro álbumes de estudio publicados hasta la fecha (descontando Telegram y la banda sonora Selmasongs), siendo cada concierto también de su época correspondiente. En 2004 se publicaría cada uno de estos conciertos por separado, siendo el primero el referido a Debut. Este concierto es en realidad buena parte de la grabación para el MTV Unplugged de septiembre de 1994 que ya se podía encontrar en vídeo, con la salvedad de la sustitución de ‘Venus As A Boy’ por una grabación de junio de 1995 en un programa de la BBC británica. Y bueno, como Unplugged ciertamente tiene más gracia ver a una artista alejada en principio de lo que significa ese término que llamar a otros artistas como Bob Dylan o Neil Young, cuyo repertorio acústico ya es considerable de por sí. La única canción que se queda fuera respecto al repertorio contenido en Debut es ‘There's More To Life Than This’, quizá porque la versión incluida en aquel ya era en directo. Tampoco está ‘Play Dead’, pero porque originalmente no se encontraba en el álbum.

 

En cuanto a las interpretaciones, nos llevaremos muchas sorpresas. Muy pocos artistas encontramos que tengan la capacidad y las ganas de introducir nuevos arreglos de manera tan compulsiva y con tan buenos resultados. Solo Bob Dylan me viene a la mente. En el caso de Björk, sus inquietudes musicales le llevan a emplear avezados músicos de cualquier estilo, sea de música clásica, jazz, música india o de cualquiera que pueda aportar texturas y sonidos nuevos. Todo ello dota también de humanidad y expresividad a la música, algo muy necesario para desarrollar el verdadero potencial de las composiciones de la islandesa, destinadas a universalizar sentimientos muy personales. Así, entre otros encontramos aquí a un saxofonista de jazz, un músico indio y a la excepcional percusionista sorda Evelyn Glennie. ¡Menos mal que no aparece por aquí Ray Cooper!

 

Con esta configuración, lo que más curiosidad suscita es saber cómo se las apañará para ejecutar los temas más electrónicos y bailables. En ‘Big Time Sensuality’ se cambia todo por unos arreglos jazz atonales que se vuelven demasiado repetitivos. ‘Crying’ tampoco es de los temas más logrados, pero cuando son unos músicos quienes tocan la percusión en vez de una caja de sonidos, el resultado es naturalmente mucho mejor. En su inicio, ‘Violently Happy’ parece que va a quedar transformada en una pieza más clásica y relajada, pero luego van entrando diferentes ritmos que la convierten en un final de fiesta ideal. El tema que en concreto sale mejorado es ‘Come To Me’, ya que el ritmo pregrabado de trip-hop que poseía el original no permitía disfrutar tan bien de sus delicadas melodías y su cuidado desarrollo, toda una delicia para los oídos.

 

Temas como ‘Like Someone In Love’ o ‘Anchor Song’ no presentan variaciones por motivos obvios. A la segunda se le une ahora ‘Aeroplane’ porque el cambio en los arreglos hace que ambas entronquen dentro del mismo estilo de jazz minimalista. En el caso de ‘Human Behaviour’, sorprende la valiente y acertada propuesta de emplear un clavicémbalo como único instrumento de acompañamiento a su voz. Poc@s artistas hoy día podrían hacer algo así. Se recomienda por tanto escuchar este concierto, se conozca o no el propio Debut, ya que ambos discos se complementan a la perfección al aportar perspectivas muy distintas. En ese sentido, la comparación con Dylan no ha sido nada gratuita. Por último, señalar que el concierto de la MTV puede encontrarse en el DVD titulado MTV Unplugged & Live.

POST LIVE

Año de publicación: 2004 

Puntuación:

1) Headphones; 2) Army Of Me; 3) One Day; 4) The Modern Things; 5) Isobel;

6) Possibly Maybe; 7) Hyperballad; 8) I Go Humble; 9) Big Time Sensuality; 10) Enjoy; 11) I Miss You; 12) It's Oh So Quiet; 13) Anchor Song.

Siguiendo el orden cronológico de los álbumes, le tocaba el turno a la implementación en directo de Post, pero nuevamente con algunas ausencias y la adición de varios temas de Debut. Las interpretaciones se corresponden con diferentes actuaciones acaecidas entre 1995 y 1997, aunque más de la mitad del repertorio se corresponde con un concierto en Inglaterra de febrero de 1997 (en el Shepherds Bush Empire), cuando se estaba gestando en los estudios de grabación lo que sería Homogenic, del cual no encontraremos nada aquí. A diferencia de lo que ocurría en Debut Live, en esta ocasión los arreglos son en muchos casos análogos a los de las versiones equivalentes de estudio, si bien la puesta en escena con una amplia diversidad de músicos, incluida una percusión real, ya es motivo más que suficiente para escuchar estas interpretaciones con interés. Y bueno, siguen habiendo también suficientes sorpresas como por ejemplo ‘The Modern Things’, donde un prominente acordeón es el protagonista junto a, obviamente, la impetuosa interpretación de Björk. En cualquier caso, respecto al directo comentado anteriormente, sorprende que haya tan pocas novedades en la ejecución cuando había transcurrido dos años desde el concierto principal y el álbum interpretado.

 

Se vuelven a repetir ‘Anchor Song’ y ‘Big Time Sensuality’ de Debut, que son precisamente de las más interesantes en su propuesta. En la primera de ellas, se sustituye el saxofón por el acordeón y ciertamente se enriquece bastante el sonido, aunque esto ya será más cuestión de gustos. En cuanto a ‘Big Time Sensuality’, a diferencia de los extravagantes arreglos que había ensayado en Debut Live, aquí se vuelve a la senda bailable y para ello integra percusión programada con percusión real, otorgándole así los aires dance originales. Y es que, para extravagancias aquí, ya se tiene ‘I Miss You’, que al menos en directo queda mejor al poderse desglosar mentalmente los instrumentos participantes.

 

La ausencia de instrumentos orquestales provoca que ‘Isobel’ pierda toda la fuerza original. En el caso de ‘It's Oh So Quiet’, al pertenecer a otra actuación diferente, sí que se aporta el toque Broadway necesario, aunque suena algo ralentizada respecto al equivalente de estudio. A ‘Hyperballad’ tampoco le sienta bien que sus connotaciones dance queden difuminadas, ya que en el equivalente de estudio eso era precisamente lo que servía de perfecto colofón al crescendo emocional que representaba el tema. Por el contrario, en ‘Enjoy’ se rebaja considerablemente el tono intimidante aunque hacia la mitad se introduzca un ritmo rápido de dance al estilo de Prodigy, pero que en definitiva deja una mejor sensación.

 

‘I Go Humble’ no formó parte de Post pero ya la conocimos en el boxset Family Tree. Aquí deja mejor impresión al sonar menos artificial, lo cual es precisamente uno de los puntos fuertes de Björk en directo, puesto que consigue darle una mayor vitalidad al sonido y eso ayuda a percibir su música más cercana y más humana. Así pues, este álbum no resulta tan interesante pero se queda con la misma puntuación que el anterior, aunque por muy poco no se queda con una inferior. De hecho, quedaría en cuarta posición si hiciéramos un ranking de estos cuatro álbumes en directo. Puede adquirirse en DVD el concierto principal del cual se nutre este álbum, bajo el título de Live At Shepherds Bush Empire.

HOMOGENIC LIVE

Año de publicación: 2004 

Puntuación:

1) Vísur Vatnsenda-Rósu; 2) Hunter; 3) You've Been Flirting Again; 4) Isobel;

5) All Neon Like; 6) Possibly Maybe; 7) 5 Years; 8) Come To Me; 9) Immature;

10) I Go Humble; 11) Bachelorette; 12) Human Behaviour; 13) Pluto; 14) Jóga;

15) So Broken; 16) Anchor Song.

El título de este tercer álbum en directo extraído del Live Box se entiende bien como referencia a la gira de presentación tras la publicación de Homogenic, no a la interpretación íntegra de esta obra. Se trata, pues, de una selección de temas pertenecientes a diferentes actuaciones de la gira, entre finales de 1997 y 1998, donde aparte se incluyen tres de un programa de televisión. Para esa época, Björk ya controlaba su voz por completo y era capaz de ejecutar sin problema y sin dejarse una sola nota la forma de cantar en el estudio. Para conseguir llevar su música a las cotas más altas, se acompaña de un octeto de cuerda formado por músicos islandeses, lo cual repercute en una mejora cualitativa más que evidente, como puede comprobarse aquí.

 

La participación de músicos de corte clásico es bien aprovechada en ‘Isobel’ para interpretarla de igual manera que en Post, es decir, mezclando percusión programada con instrumentos de cuerda. A ‘5 Years’ le favorece ostensiblemente el empleo de una percusión más orgánica, sin distorsión, y por supuesto la profusión de cuerdas que enfatizan de verdad la expresividad de la islandesa. Pero donde más se lucen tanto los músicos clásicos como una Björk en estado de gracia es en la emocionante interpretación de ‘Jóga’, donde demuestra que sus dotes como cantante son realmente excepcionales, con unos registros inalcanzables para muchas otras. Cabe señalar que no se le añade ningún componente electrónico ni percusión alguna, solo la islandesa y su octeto de cuerda, para mayor gloria de la interpretación. En el caso de ‘Bachelorette’, es equivalente a la versión de estudio. No obstante, temas como ‘All Neon Like’ ‘You've Been Flirting Again’ o ‘Possibly Maybe’ es previsible que en directo sean superfluos salvo que se trate de una noche realmente inspirada de la artista para conseguir matices nuevos con su voz. Tampoco cabe esperar nada novedoso de piezas de baile como ‘Pluto’, que ya era de por sí un tanto desesperante.

 

No faltan las veleidades clásicas para complementar en directo algunos de sus temas, como es el caso de la introducción de violín de ‘Come To Me’ que suena a primer Romanticismo (principios del siglo XIX) por todos los costados. Quizá por ello se incluye también en el repertorio ‘Vísur Vatnsenda-Rósu’, una vieja pero bella canción islandesa a partir de un poema de una poetisa del siglo XIX de aquel país, ejecutada aquí de forma instrumental por el acompañamiento orquestal. Aunque pertenezcan a conciertos diferentes, lo cierto es que enlaza muy bien como perfecta introducción de ‘Hunter’, que es como si aquella antigua melodía se transformara de repente en una catarata emergente de sonido amenazante que deslumbra como si fuera un ente hipnotizador.

 

La canción que vuelve a repetirse igual que en los dos directos anteriores es ‘Anchor Song’, nuevamente con unos nuevos arreglos ya que aquí son los vientos quienes desarrollan la parte instrumental. Lo que no se entiende es que nos dejen con dos minutos de sonido ambiente al final, como si hiciera falta en un disco reflejar el entusiasmo que provoca Björk en sus seguidores/as. Y bueno, lo que nunca falla es ‘Human Behaviour’, una de sus mejores composiciones y muy representativa del mundo de esta artista. Encontramos también una canción inédita, ‘So Broken’, que suena igual que si hubiera cantado ‘Bachelorette’ con unos arreglos de guitarra española para que suene como una chanson (canción francesa).

 

Hay que dejarse llevar por la voz de Björk para disfrutar al máximo de este álbum en directo. A quien no le llegue lo suficientemente hondo, o incluso le transmita indiferencia (algo complicado salvo que se escuche a Björk con la misma atención que, por ejemplo, a Jennifer Lopez), no es necesario que pierda el tiempo con este disco. Esto es expresión artística, es decir, arte en su definición más completa como producción única y singular de una artista concreta. O lo que es lo mismo, Björk en estado puro y además muy accesible para todos los públicos.

VESPERTINE LIVE

Año de publicación: 2004 

Puntuación:

1) Frosti; 2) Overture; 3) All Is Full Of Love; 4) Cocoon; 5) Aurora; 6) Undo; 7) Unravel; 8) I've Seen It All; 9) An Echo, A Stain; 10) Generous Palmstroke; 11) Hidden Place;

12) Pagan Poetry; 13) Harm Of Will; 14) It's Not Up To You; 15) Unison;

16) It's In Our Hands.

El cuarto y último disco de los que formaban parte originalmente de la caja Live Box vuelve a representar en esencia la plasmación en directo del disco de estudio correspondiente, puesto que además recoge una selección de la gira de presentación realizada en la segunda mitad de 2001. Solo dos temas de Vespertine (‘Sun In My Mouth’ y ‘Heirloom’) se quedan fuera, mientras que se añaden temas de Selmasongs y unas pocas rarezas. Para un álbum tan espiritual y de innumerables detalles y sutilezas, es previsible que su implementación en directo respete los elementos originales para poder conseguir la misma ambientación introspectiva requerida, de tal manera que Björk pueda abrir su corazón y su mente. En cualquier caso, la sutileza de las composiciones permite que su implementación pueda enriquecerse con la vitalidad de los músicos acompañantes, que incluye coros y cuerdas, y el resultado vuelve a ser espectacular, una obra de arte. Aunque al principio puede parecer exactamente lo mismo que en el disco de estudio, que en parte es una impresión correcta, conforme se va escuchando este concierto en repetidas ocasiones, los detalles de grandeza van aflorando y vuelven a convertirlo todo en una experiencia para los sentidos.

 

La interpretación coral en directo aporta una vida nueva a temas como por ejemplo ‘Aurora’ o ‘Hidden Place’, ambas muy dependientes de las voces en sus evocadores estribillos, sin desmerecer los deliciosos punteos y otros arreglos de las cuerdas. Y ‘Harm Of Will’ deja mejor impresión por resultar más discernible su estructura y, cómo no, por sonar más cercana. Pero no es necesario volver a repasar las canciones una a una porque sería perder la perspectiva con la que se ha de afrontar este álbum, que es volver a dejarse llevar por la música y que la emoción surja por sí misma. Eso sí, ‘Generous Palmstroke’ es exactamente la misma grabación que encontrábamos en la recopilación de Family Tree.

 

Sí que es necesario señalar que ‘Frosti’ no es la pieza instrumental de Vespertine, sino otra pieza instrumental similar pero menos brillante. También es novedosa la inclusión de dos temas de Selmasongs. Aprovechando el octeto de cuerda que le acompañaba, eso le da opción a que los músicos desarrollen la ‘Overture’ de la banda sonora. Y es curioso que elija también ‘I've Seen It All’ cuando originalmente era un dueto y aquí la canta ella sola. En la época del concierto, ‘It's In Our Hands’ era una pieza inédita que luego aparecería publicada en la recopilación Greatest Hits y, aunque aquí aparente no desentonar con el tono mágico e intimista del resto del repertorio, en su parte central se lanza a los sonidos industriales y crea una explosión de energía que queda como un epílogo de emociones fuertes en la parte final. La que sí encaja muy bien con el tono general es ‘Unravel’, pieza rescatada de Homogenic.

 

El típico aunque normalmente justificado comentario de que un álbum en directo pierde interés cuando se limita a reflejar de manera fiel lo mismo que se puede escuchar en el álbum de estudio, aquí no puede ni debe aplicarse rigurosamente. Como obra de arte, tal cual puede denominarse, que es Vespertine, su recreación en directo responde a la necesidad de expresividad de la artista, de tal manera que nuevos arreglos o variaciones podrían alterar la uniformidad que posee y que crean la atmósfera idónea para que Björk exprese todo lo que lleva dentro. Para quien Vespertine no le llegue muy adentro, quizá no le valga la pena dedicar tiempo a este directo, pero se estará perdiendo una performance artística en toda regla.

MEDÚLLA

Año de publicación: 2004 

Puntuación:

1) Pleasure Is All Mine; 2) Show Me Forgiveness; 3) Where Is The Line; 4) Vökuró;

5) Öll Birtan; 6) Who Is It (Carry My Joy On The Left, Carry My Pain On The Right); 7) Submarine; 8) Desired Constellation; 9) Oceania; 10) Sonnets/Unrealities XI;

11) Ancestors; 12) Mouth's Cradle; 13) Miðvikudags; 14) Triumph Of A Heart;

[BONUS TRACK:] 15) Komid.

El regreso de Björk a la escena musical no pudo ser más imprevisible. Como si no hubiera habido interrupción alguna en el devenir de su obra, el siguiente paso fue crear un disco experimental basado casi en exclusividad en las posibilidades de la voz como elemento vehicular en la música. Una propuesta bien arriesgada y con unas complicaciones evidentes si lo que se pretendía era seguir llegando al gran público. De hecho, había actuado en un famoso concierto en la Ciutat de les Arts i les Ciències de Valencia a finales de mayo de 2003 (al cual tuve el placer de asistir) y apenas tocó nada nuevo del presente álbum. Pero si algo ha caracterizado siempre a la islandesa es que ha seguido lo que le marcaba su instinto y su inspiración. Como un gesto que puede entenderse también como homenaje, en dos de los temas participa Robert Wyatt, uno de los mejores músicos existentes entre los que han sabido experimentar con la voz al mismo nivel de un instrumento dentro del mundo del rock. Más sorprendente en principio resulta encontrar al cantante de Faith No More, pero a Björk debieron gustarle sus tonos graves y no dudaría en hacerse con sus servicios en un par de canciones.

 

La  manera por la cual las voces acaban envolviendo en ‘Pleasure Is All Mine’ y nos permiten adentrarnos en ese mundo onírico e íntimo de Björk, es la mejor carta de presentación de este álbum y también de lo mejor que encontraremos. Dado el enfoque vocal presentado, es previsible encontrar canciones a cappella, o casi, como ‘Show Me Forgiveness’ o ‘Vökuró’, que paradójicamente no se diferencian de lo que ya había hecho en anteriores ocasiones de manera eventual. Pero piezas de experimentación vocal tan evidente como ‘Miðvikudags’, el bonus track ‘Komid’ o ‘Öll Birtan’ pueden volverse complicadas de digerir y no porque la segunda esté cantada en islandés. También pueden resultar desconcertantes los cantos tribales de ‘Ancestors’. O cuando la instrumentación es básicamente atonal, como en ‘Desired Constellation’, cuesta mucho esfuerzo introducirse en ella. Pero en otros casos es todo lo contrario, puesto que con ingredientes similares consigue temas tan agradables al oído como ‘Sonnets/Unrealities XI’. Por otro lado, el problema de ‘Where Is The Line’ es que se acaba repitiendo mucho y por momentos suena muy errática, desaprovechando la genial idea de alargar en varias notas la pronunciación de “line”.

 

Cuando encontramos melodías vocales de una calidad excepcional, como en ‘Who Is It’, es cuando realmente compensa haber dedicado tiempo a escuchar este álbum experimental que es más accesible de lo que aparenta en primera instancia. Otro de los puntos fuertes es ‘Mouth's Cradle’, apoyado inicialmente en un complejo entramado sonoro de voces y sonidos varios que luego desemboca en un sensacional estribillo. Wyatt interviene activamente en ‘Submarine’, una composición que podría pasar perfectamente por suya al poseer toda su impronta, superando con su voz a la propia Björk en muchos momentos. El otro tema en el que participa es ‘Oceania’ pero no se nota su presencia. Este tema fue un encargo para la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de Atenas, prueba del carácter más cultural de esta competición si lo comparamos con la música que se elige para los mundiales de fútbol. Aun teniendo esta obra un carácter tan experimental, Björk incluye un tema hasta bailable y quizá pensado para las discotecas: ‘Triumph Of A Heart’. En realidad, es lo más flojo del álbum porque la base rítmica provoca más bien risa y desentona con una parte vocal más cuidada pero que adolece de un estribillo poco atractivo. Lo mejor fue su gracioso vídeo musical, dirigido por Spike Jonze, en el cual aparece un gato como marido despechado de Björk.

 

Así que, al fin y al cabo, la experiencia de escuchar un álbum experimental no ha sido tan complicada como podría preverse antes de comenzar. Ciertamente exige del oyente su atención y algo de esfuerzo intelectual, pero las acertadas melodías que aparecen en determinados momentos y la originalidad en el empleo de las voces, hacen de este álbum una valiosa escucha y seguramente permitió a mucha gente en su momento ampliar su propia visión musical. Así que vaya desde aquí una amplia enhorabuena hacia Björk.

DRAWING RESTRAINT 9

Año de publicación: 2005 

Puntuación:

1) Gratitude; 2) Pearl; 3) Ambergris March; 4) Bath; 5) Hunter Vessel;

6) Shimenawa; 7) Vessel Shimenawa; 8) Storm; 9) Holographic Entrypoint;

10) Cetacea; 11) Antarctic Return.

El siguiente paso tras la grabación de una obra tan arriesgada como Medúlla no fue volver a un sonido más digerible (por denominarlo de alguna manera) sino colaborar con quien era su pareja en ese momento, el artista Matthew Barney, y grabar la banda sonora de su película experimental Drawing Restraint 9. Resulta difícil considerar este álbum como una creación de Björk, ya que su génesis tiene lugar tras una estancia suya en Japón para conocer y aprender de primera mano la música tradicional del país, aparte de que no tiene una participación muy activa en lo que respecta a cantar. La mayoría de temas son instrumentales o incluso presentan una voz masculina, que es precisamente lo que nos encontramos en la primera de las canciones, ‘Gratitude’. Pero casi todo muy alejado de lo que había hecho Björk hasta ahora. Por ejemplo, ‘Ambergris March’ podría pasar por un instrumental de Gong.

 

Esta música no está pensada para disfrutarse de manera aislada, sino para acompañar unas imágenes, por lo que resulta complicado involucrarse en un sonido tan abstracto o étnico, según el tema. Muy cinematográfica en su implementación es la orquestal ‘Hunter Vessel’, aunque se excede demasiado en querer emular el sonido del barco al zarpar y luego se repite la idea en ‘Vessel Shimenawa’. ‘Holographic Entrypoint’ es directamente un canto japonés, pero haber de escucharlo durante diez minutos excede todos los límites de la paciencia salvo que haya un interés antropológico o cultural por medio. No es hasta que llegamos a ‘Bath’ que podemos escuchar el canto de Björk, muy susurrante y sin otro propósito que el ambiental, dentro de una experimentación que excede sin duda a todo lo que había hecho hasta eso momento. El contenido de Medúlla es música comercial al lado de esto. Tampoco escucharemos su voz mucho más y será en piezas similares como ‘Storm’ (de cuyo título se comprende muy pronto el motivo) y ‘Cetacea’, su incursión vocal más plena en la música japonesa.

 

No sirve de mucho extenderse más en hablar sobre este álbum. Sobrepasa por completo los límites de la música experimental y por ello queda como una extravagancia (que ya es decir para esta artista) dentro de su discografía. Resulta difícil imaginarse a alguien que pueda disfrutar de esta música, ni siquiera para quien le hubiera gustado la película, pero en este mundo hay gente para todo.

2020

VOLTA

Año de publicación: 2007 

Puntuación:

1) Earth Intruders; 2) Wanderlust; 3) The Dull Flame Of Desire; 4) Innocence;

5) I See Who You Are; 6) Vertebrae By Vertebrae; 7) Pneumonia; 8) Hope;

9) Declare Independence; 10) My Juvenile;

[BONUS TRACKS:] 11) Earth Intruders (Mark Stent extended mix);

12) Innocence (Mark Stent mix); 13) I See Who You Are (Mark Bell mix).

Bjork_2007_Volta.jpg

2020

Según las declaraciones de la propia Björk, se tomó la grabación de este álbum de manera relajada, pero nadie lo diría. De hecho, aquí retoma la experimentación de Medúlla pero se junta con productores de música hip-hop para imbuir de ritmos secos y rápidos los nuevos temas, lo cual es precisamente la mayor novedad que encontraremos aquí. Así pues, la relajación citada por Björk solo puede entenderse respecto al aspecto melódico, ya que cuesta encontrar melodías originales en una buena parte del álbum.

 

Lo mejor que encontraremos en esta obra está justo al inicio, en las tres primeras piezas. Los sonidos de golpes que introducen ‘Earth Intruders’ ya nos anuncian que Björk sigue siendo la artista impredecible de siempre. Aquí canta con una voz distorsionada que la vuelve más intrigante e incluso intimidante, acompañada de una animada y extraña percusión y sonidos de diversa índole. Por ejemplo, el último minuto y medio está dedicado a sonidos como si fueran de barcos zarpando. Justo a continuación llega ‘Wanderlust’, que puede definirse como toda una obra de arte musical. Comienza como una canción casi a capela junto a disonancias sonoras, pero luego esas disonancias y el ritmo de acompañamiento comienzan a cobrar sentido, más aparte está el emocionante estribillo (“Wanderlust, relentlessly craving / Wanderlust, peel off the layers / Until we get to the core”), con toda la expresividad que la voz de Björk puede transmitir. En la ostentosa –al estilo de las bandas sonoras– ‘The Dull Flame Of Desire’, la islandesa canta a dúo junto al cantante de Antony And The Johnsons, complementándose bien ambas voces, de tal manera que sus siete minutos y medio (el tema más largo del álbum) transcurren con mucho agrado, ya que la parte vocal presenta bellas melodías y la calidez de las voces hace el resto. Björk suena dulce y humilde como hacía tiempo que no se escuchaba en ella. Todo un gusto adquirido de composición.

 

A partir de estos tres primeros temas, nos introducimos en terrenos ya trillados. Es decir, trillados por Björk, de tal manera que el conocedor de su obra no encontrará nada novedoso dentro de una propuesta igualmente experimental e incluso provocadora como en las estridencias electrónicas de ‘Declare Independence’, cuya letra ha sido aprovechada desde entonces por la islandesa para apoyar movimientos independentistas a lo largo del mundo. Incluso llegó a manifestar su apoyo a la independencia de Cataluña, quizá sin conocer todo el sainete esperpéntico/bochornoso de los actores políticos principales en ambos lados.

 

Sonidos más propios del rap en su versión más radical son los que se toman para ‘Innocence’, una decisión que más bien provoca rechazo para quienes no estén acostumbrados a ello. Las calmadas ‘Pneumonia’ y ‘My Juvenile’ sirven para que Björk muestre su lado más vulnerable con una voz que parece que se vaya a romper en algún momento. En la segunda, que además cierra el álbum, vuelve a aparecer la voz de Antony, aunque es más breve y no produce el mismo efecto grandioso de su primera aparición. En cuanto a ‘Vertebrae By Vertebrae’ es una nueva pieza orquestal ostentosa donde juega con las disonancias, ya sin el factor sorpresa. El etnicismo que envolvía el proyecto anterior de Drawing Restraint 9 deja todavía algunos restos aquí. Así, en ‘I See Who You Are’ vuelve a retomar los instrumentos asiáticos sin aportar una parte vocal lo suficientemente interesante para aprovechar ese toque exótico. En ‘Hope’ parece que haya reutilizado la parte vocal de ‘Who Is It’ de Medúlla, añadiendo en este caso un instrumento de cuerda africano llamado kora, tocado por el músico maliense Toumani Diabaté.

 

Sorprende que este álbum haya sido el único en llegar al top ten de la lista de ventas de Estados Unidos y quizá por ello se le ha tildado erróneamente de comercial, pero esta artista islandesa se merece lograr éxitos por su propuesta singular, atrevida y alejada de toda comercialidad. No obstante, representa un punto flojo dentro de su trayectoria, ya que la brillantez asoma al principio pero luego se sumerge en un mar de insulsa experimentación que deja con pocas ganas de volverlo a escuchar. Aun así, los temas destacados merecen ser recordados, y si este disco se trataba en realidad de un trabajo hecho relajadamente, solo quedaba esperar a que Björk retomara la composición con la misma dedicación de siempre.

BIOPHILIA

Año de publicación: 2011 

Puntuación:

1) Moon; 2) Thunderbolt; 3) Crystalline; 4) Cosmogony; 5) Dark Matter; 6) Hollow;

7) Virus; 8) Sacrifice; 9) Mutual Core; 10) Solstice.

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El siguiente proyecto musical de Björk fue una vuelta de tuerca más a su trayectoria ultraexperimental, de tal manera que nos encontramos ante una obra que excede con creces lo estrictamente musical. Aunque anteriormente ya hubo artistas que buscaron aunar contenido multimedia con la música (por ejemplo, aquel fallido The Songs Of Distant Earth de Mike Oldfield), aquí se busca una total integración entre las nuevas tecnologías de la información y la música. Aunque pueda disociarse una de la otra, lo cierto es que la visión de Björk es global y debe apreciarse todo en conjunto, motivo por el cual la música deja de ser el objetivo primordial. Y eso se nota. El sonido es minimalista para que la voz de Björk tome todo el protagonismo posible. Esto no quiere decir que la música sea un mero acompañamiento, ya que los detalles instrumentales son variados y –por fin– pueden escucharse melodías más allá de las disonancias o las -estructuras complejas. Pero es obvio que, cuando los esfuerzos que deberían ir destinados únicamente a la composición musical se reparten en otros campos, el resultado no puede ser el mismo. Se creó una aplicación diferente para cada canción, uniendo así ciencia, naturaleza y música.

 

Aun así, el resultado es mucho mejor de lo que cabría esperar de algo así por lo ya citado: el cuidado por las melodías, aunque requieran de una atención activa por parte del oyente. El arpa y los coros, obviamente junto a la voz cada vez más predominante de Björk, son los elementos más recurrentes en las canciones, donde de vez en cuando se añaden algunos súbitos ritmos programados que nos recuerdan que seguía estando al día en la evolución de la electrónica. Precisamente ‘Moon’ y ‘Virus’ son similares en cuanto al empleo del arpa como instrumento predominante y solo la percusión de estilo oriental de la segunda permite diferenciarlas con claridad.

 

Casi a cappella resulta ‘Cosmogony’, poseedora de un bello y solemne estribillo (“Heaven, Heaven's bodies / Whirl around me / Make me wonder”) que se presenta ya al inicio. Es probablemente la mejor pieza del álbum, sobre todo por lo reconocible que resulta el citado estribillo, al contrario de lo que transmite la mayor parte del contenido. El título de ‘Hollow’ es muy apropiado para un inquietante tema que emplea la orquesta al estilo de las bandas sonoras de Bernard Herrmann con un resultado a la altura de este maestro. Más discreta resulta ‘Dark Matter’ por su lentitud y la ausencia de melodías, si bien la atmósfera inquietante está bien conseguida.

 

Hay decisiones más discutibles como la de añadir un ritmo de trip-hop en ‘Crystalline’, algo que quedaría más justificado en el caso de ‘Mutual Core’ porque es acorde a la elevación del tono en la interpretación vocal de Björk. Sin embargo, para cuando llega el último tema (‘Solstice’), la sensación de repetición y la ausencia de melodías no permiten acabar con buenas sensaciones este complicado álbum. Tampoco está nada claro si vale la pena adentrarse en esta música sin estar simultáneamente en la aplicación correspondiente a cada tema, pero en cualquier caso la experiencia será diferente. Respecto a Volta, pierde en que no contiene ninguna composición que pueda destacarse en la discografía de Björk, pero le gana en cuanto a que mantiene un nivel general aceptable. Y bueno, si lo confrontamos con las obras de sus primeros años, está claro que no hay comparación posible.

VULNICURA

Año de publicación: 2015 

Puntuación:

1) Stonemilker; 2) Lionsong; 3) History Of Touches; 4) Black Lake; 5) Family;

6) Notget; 7) Atom Dance; 8) Mouth Mantra; 9) Quicksand.

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Espaciando sus álbumes ahora en grupos de cuatro años, con un lapso de tiempo tan amplio existían ciertas expectativas de que retornara la mejor versión de Björk que todo el mundo (es decir, el reducido mundo de quienes conocen la obra de Björk) estaba siempre esperando. Pero esos años dorados, donde había una conjunción de imaginación y melodías que la volvían única, cada vez se veían más lejanos. En la portada vemos a una Björk transfigurada en una especie de Virgen María, al mismo tiempo céltica, luterana y kitsch, a la cual le añaden en pleno pecho una herida en forma de vagina como culminación de la intencionada blasfemia.

 

El comienzo mediante ‘Stonemilker’ en principio nos anuncia que ha vuelto la música orquestal con gusto, sin que ello signifique evitar la tecnología musical más moderna, aunque meses después publicaría una versión de este álbum tan solo con los instrumentos orquestales bajo el título de Vulnicura Strings. Siguiendo con ‘Stonemilker’, la combinación de unos instrumentos reales e interpretados con sentimiento junto a una parte vocal más melódica de lo que nos estaba acostumbrando en los últimos años, consigue que volvamos a emocionarnos de nuevo con ella. Sobre todo si nos fijamos en el extenso pero emotivo estribillo. ¿Quiere esto decir que esto será lo que encontraremos a lo largo del álbum? desgraciadamente, no. En realidad, deberemos tener una paciencia infinita para llegar a ‘Notget’ sin quedarnos dormidos por medio y así poder volver a escuchar una melodía discernible y con una mínima originalidad. El problema es que se trata de una pequeña porción de sus seis minutos y medio de duración, por lo que pronto se acaba la emoción en esta canción.

 

Hay muchos momentos en que la falta de melodías nos hace recordar que la islandesa no se diferencia tanto respecto a lo que había realizado en Volta o Biophilia. En ‘Atom Dance’ vuelve a contar con la participación de Antony, quien todavía aparece en el libreto acreditado bajo ese nombre aunque en breve iba a reaparecer con un nuevo nombre (Anohni) y su primer álbum en solitario tras la disolución de Antony And The Johnsons. No es hasta casi los cinco minutos que puede escucharse claramente la característica voz de este/a cantante para cantar a dúo durante unos instantes, pero la canción no deja de ser más de lo mismo que hay en este álbum. En ‘Family’ lo único que puede destacarse es el apartado instrumental bien diverso, pues juega primero con violentas estridencias para luego acompañarse de una improvisación de violoncelo, pasando al final a unas capas de sonido que bien podrían pasar por ser sintetizadores aunque probablemente sean instrumentos reales.

 

Con una duración de diez minutos, resulta algo desesperante que ‘Black Lake’ contenga varias paradas (que tampoco pueden considerarse falsos finales). Dura diez minutos como podría haber durado veinte, cincuenta o tan solo dos, porque en realidad su propósito parece ser ambiental, es decir, recrear un estado de ánimo en varias fases que no agradará más que a quien vaya predispuesto a dejarse llevar. El tema más corto del disco y casi el único que dura menos de seis minutos (tan solo tres) es ‘History Of Touches’, entre ambiental y minimalista pero igualmente olvidable. Aunque posea un comienzo a cappella, ‘Lionsong’ compagina momentos únicamente vocales con otros acompañada de los instrumentos orquestales.

 

La despedida mediante los repetitivos ritmos rave de ‘Quicksand’ no parece a priori la mejor opción, pero visto el carácter ambiental y repetitivo de buena parte del álbum, casi parece un respiro. Por desgracia, vemos que el concepto de melodía ha ido perdiendo peso en la música de Björk con el transcurso de los años, llegando aquí a niveles mínimos y alarmantes. Sigue transmitiendo esa aura de exclusividad y singularidad que contiene su obra en conjunto, pero ésta cada vez resulta menos atractiva porque se acaba convirtiendo en un mero ejercicio artístico cada vez más alejado del oyente. Se ha de reconocer la originalidad de la propuesta, pero poca gente estará dispuesta a escuchar repetidamente este disco experimental porque la experimentación resulta más bien estéril.

VULNICURA LIVE

Año de publicación: 2016 

Puntuación:

1) Stonemilker; 2) Lionsong; 3) History Of Touches; 4) Black Lake; 5) Family;

6) Notget; 7) Undo; 8) Come To Me; 9) I See Who You Are; 10) Wanderlust;

11) Quicksand; 12) Mutual Core; 13) Mouth Mantra.

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Aunque Björk siempre ha sido una artista audiovisual, resulta curioso que este álbum no fuera editado también en DVD y nos tengamos que conformar con la música. Quizá el motivo sea que no se trata de un concierto completo, sino que recoge una selección de la gira, aunque tampoco hubiera supuesto ningún problema poder verlo en imágenes. En cualquier caso, mantiene la estructura del repertorio interpretado que tenían los conciertos de la gira, de tal manera que las seis primeras canciones se correspondían siempre con las seis primeras de Vulnicura, mientras que el resto del concierto era una selección libre de cualquier tema de su carrera en solitario, incluidos los temas restantes de Vulnicura. La novedad en la gira era la presencia de quince músicos clásicos de cuerda, pero como en Vulnicura ya tocaba un conjunto de cuerda, la novedad en realidad no es tanta al incluir aquí el álbum interpretado al completo salvo ‘Atom Dance’.

 

Así pues, lo que escucharemos de su reciente álbum es equivalente a las grabaciones de estudio. Descubrir las diferencias es una tarea para los fans obsesionados con cualquier detalle novedoso de esta artista, porque para el resto no presenta interés alguno. Si acaso, podemos destacar que ‘Quicksand’ suena menos sintético. Pero poco más. Lo único algo decepcionante es constatar que no consigue llegar a ese estado catártico que vimos en varios momentos de aquellos diversos discos en directo de 2004, pues todo se acerca antes a la profesionalidad que a la inspiración que le aflora eventualmente a un artista.

 

Entre los temas rescatados de su cancionero anterior, tampoco puede destacarse nada en especial. Se agradece que retome ‘Undo’ de Vespertine, pero emplear a los músicos de cuerda para ‘Come To Me’ (de Debut) parece que solo sirve para transformarla en la banda sonora de la película Psicosis, aunque al menos la interpretación de Björk se mantiene en un estándar alto. Si tenía que seleccionar un tema de Biophilia, parecía claro que iba a elegir el que en principio era la estrella de ese álbum por lo impactante: ‘Mutual Core’. También incluye un par de temas de Volta, ‘I See Who You Are’ y la efectiva ‘Wanderlust’ que no consigue deslumbrar aquí.

 

Parecía difícil poder llegar a decir que un álbum en directo de Björk carece de interés, pero no otra definición se puede aplicar a este innecesario disco que clama a gritos su desaparición o, cuando menos, su sustitución por un DVD con imágenes de la gira. Así al menos podríamos entretenernos con el apartado visual, ya que la parte musical pertenece en su mayoría a esta última época de capa caída.

UTOPIA

Año de publicación: 2017 

Puntuación:

1) Arisen My Senses; 2) Blissing Me; 3) The Gate; 4) Utopia; 5) Body Memory;

6) Features Creatures; 7) Courtship; 8) Losss; 9) Sue Me; 10) Tabula Rasa;

11) Claimstaker; 12) Paradisia; 13) Saint; 14) Future Forever.

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Definitivamente Björk se ha convertido en una caricatura de sí misma, no solo por lo referente a la portada, sino porque su música se ha quedado encasillada en un estilo que solo puede enganchar a los ya convertidos y convertidas a su fe artística. Tanta gracia debe hacer en Estados Unidos su figura, que en la película All about Nina de 2018 le hacían hasta dos breves imitaciones, subrayando así su aislamiento artístico que quizá sobrepasaba ya la línea difusa de la excentricidad. En lo musical, Björk se olvida de las melodías y aquí se dedica a medio recitar/medio entonar unas letras intimistas, como siempre, pero todo cada vez más encasillado dentro de una misma tipología. Y sin melodías donde sustentar esas letras se hace muy difícil poder soportar más de setenta minutos de una música similar todo el tiempo, salvo escasas excepciones. Definitivamente, es una artista conceptual y la música ya no tiene mayor propósito que la dotación de ambientaciones especiales y concretas para acompañar sus letras introspectivas.

 

Musicalmente, lo que encontraremos aquí es más de lo mismo ya visto en Biophilia y Vulnicura. Temas como ‘Courtship’ o ‘Loss’ parece que los hayamos escuchado ya varias veces en los años precedentes. Hay que introducirse mucho, demasiado, en algunas composiciones, porque de otra manera hay momentos que se vuelve irritante. Por ejemplo, estar escuchando tanto “I care for you, care for you” en ‘The Gate’, o las reverberaciones vocales en ‘Sue Me’. En realidad, poca gente llegará a escuchar este álbum salvo quienes sigan con interés la carrera de la islandesa, pues como obra de arte sí que posee su interés.

 

La música clásica del primer Romanticismo alumbra ‘Utopia’ y bien podría haberla dejado como instrumental, aunque al menos la voz adopta aquí un rol secundario en pro de la música y los efectos sonoros. La que sí deja como instrumental es la breve ‘Paradisa’ y eso, aunque sea triste decirlo, es lo que permite que se pueda escuchar con agrado. Por otro lado, casi a cappella está cantada ‘Features Creatures’, de la cual publicaría en 2019 varios remixes. No es hasta que llegamos a ‘Claimstaker’ que por fin escuchamos unos creativos arreglos vocales, pues hacia la mitad de esta canción podemos disfrutar de un juego de armonías y contrapuntos que queda como pálido reflejo de la grandeza que otrora tuvo Björk. Y cuando encontramos una melodía reconocible, como ocurre en el comienzo de ‘Saint’, se nota tanto en este caso que proviene de ‘Cosmogony’ (Biophilia) que hasta uno se siente engañado por tan flagrante trampa.

 

El único entretenimiento que puede tener este álbum, salvo que un@ sea un fan declarad@ de la islandesa, es hacer el juego de buscar alguna melodía. Se avisa de que dicho juego puede acabar siendo frustrante. A su favor puede decirse que en realidad está haciendo honor al concepto de arte, trascendiendo el concepto establecido de música, pero de esta manera también se está Yoko-onizando al dedicarse a explorar vías experimentales que al final quedan simplemente como eso: experimentos.

2024

FOSSORA

Año de publicación: 2022 

Puntuación:

1) Atopos; 2) Ovule; 3) Mycelia; 4) Sorrowful Soil; 5) Ancestress;

6) Fagurt Er Í Fjörðum; 7) Victimhood; 8) Allow; 9) Fungal City;

10) Trölla-Gabba; 11) Freefall; 12) Fossora; 13) Her Mother's House.

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2024

Definitivamente Björk se ha instalado en un mundo de ambientaciones extravagantes tanto en música como en imagen, dedicada de manera exclusiva a exprimir el personaje artístico que se creó y, de esta manera, dejando la música en un plano secundario. Sobre la música tampoco cabe ya esperar nada sorprendente, es decir, si damos por hecho que la islandesa se va a dedicar exclusivamente a las estructuras electrónicas con arreglos semiorquestales a los que nos tiene acostumbrados, así como a piezas sin electrónica que le acercan a la música clásica contemporánea. Todo ello en sí mismo resulta loable y aventurado, propio de artistas con vocación experimental, pero al final la sensación que transmite es la de estar aprovechando una misma receta. Más sangrante es el hecho de que se haya olvidado casi por completo de las melodías, centrándose en la ambientación y el apartado visual de sus actuaciones. Cabe destacar que el álbum está íntegramente grabado en Islandia y con músicos islandeses casi en su totalidad, como si Björk hubiera querido cerrar un círculo dentro de su propia odisea artística.

 

Cuando uno empieza a escuchar un ritmo de reguetón en ‘Atopos’, la impresión que transmite no es nada halagüeña. Björk se limita a soltar su canto anárquico de siempre, pero sin melodías, aunque lo que sobra de verdad es su último minuto de percusión martilladora que recuerda la música más vulgar de esas discotecas donde hay que bailar con drogas en el cuerpo. Justo a continuación llega ‘Ovule’ y parece una balada de las contemplativas de la islandesa, hasta que entra otro ritmo que casi recuerda al reguetón y volvemos a cerrar los ojos para abrirlos después y darnos cuenta de que no se trata de ninguna pesadilla. En este caso el ritmo es más pausado y la canción puede escucharse con más agrado. Lo que uno saca en conclusión rápidamente es que la Björk de sus mejores años no se hubiera permitido el desliz de añadir unos experimentos tan horrendos como el de los bocinazos de ‘Mycelia’ o las estridencias de ‘Trölla-Gabba’. Más esperable son los juegos de voces de ‘Victimhood’, que están muy bien elaborados a pesar de que la canción acaba divagando en la atmósfera etérea que se conforma.

 

Canciones como ‘Allow’ hubieran sido destacadas en otra época, pero aquí quedan como lo típico que esperamos escuchar de la islandesa, incluidos los consabidos dejes vocales, como también suena a lo de los últimos años el estribillo gritado de la primera mitad de ‘Fossora’. Precisamente en ‘Fossora’ Björk parece, en primer lugar, una parodia de sí misma, para embarcarse luego en una irritante cacofonía que se convierte en una tortura. Todo un alivio cuando acaba. Por el contrario, ‘Freefall’ mejora en su segunda mitad punteada por los pizzicatos de los violines. Pero claro, nos toca esperar. Al menos aprovecha bien la participación de un coro islandés para deleitarnos con lo que vendría a ser la actualización del canto gregoriano en ‘Sorrowful Soil’. Es por ello que la final ‘Her Mother's House’ queda superflua, pues se trata de la típica balada contemplativa con coros de voces. Tiene su mérito, pero ya está muy visto.

 

Una de las mejores melodías vocales que encontramos, también de las poquísimas (sean buenas o malas) es la del estribillo de ‘Ancestress’, el cual aprovecha bien para hacer los consabidos juegos de producción y comprobar cómo queda con diferentes acompañamientos. En forma de crescendo se desarrolla ‘Fungal City’, aunque la supuesta apoteosis es bien previsible y se vuelve algo cansina. En cambio, la tradicional y brevísima ‘Fagurt Er Í Fjörðum’ parece una nana en la interpretación de Björk, pero es que muchas canciones acaban pareciendo una nana en las manos de esta mujer. Así pues, nos encontramos ante la paradoja de un álbum que suena original pero cuyo contenido no es nada original para el conocedor de la obra de Björk. Es una artista con en estilo bien definido que, de momento, no parece que vaya a cambiar.

RECOPILATORIOS

GREATEST HITS

Año de publicación: 2002

Tras el impresionante Vespertine y el embarazo de Björk, era un buen momento para publicar una recopilación de su carrera en solitario, repleta de tantos deslumbrantes temas. Lo más curioso es que la selección de temas fue decidida a través de una encuesta en la página web de Björk, lo cual no llevó a ninguna sorpresa porque todos los temas elegidos se habían publicado como single. Así pues, la única novedad es una canción nueva titulada ‘It's In Our Hands’, que no llama mucho la atención salvo por la inclusión de unos palmeos.

VÍDEOS

VESSEL

Año de publicación: 1994

El afamado, durante algunos años, director de vídeos musicales Stéphane Sednaoui es el responsable de esta filmación que entrelaza la grabación de un concierto de Björk con fragmentos de una entrevista a pie de calle. El concierto es de mayo de 1994 en un teatro de Londres, donde interpreta casi en su totalidad el álbum Debut, con la única novedad de un tema titulado ‘Atlantic’, una relajada y agradable balada pop que se aleja de cualquier excentricidad o histrionismo de la islandesa. No está nada mal el concierto y Björk se muestra como pez en el agua, dejándose llevar por el ambiente del momento; en las entrevistas callejeras es todo lo contrario, con una evidente timidez que no es óbice para que comience a cantar acompañándose del sonido de una alarma de coche. La mayor novedad en cuanto a los músicos que le acompañan es encontrar una flauta travesera en algunas de las canciones.

LIVE AT SHEPHERDS BUSH EMPIRE

Año de publicación: 1998

Si recordamos el álbum en directo Post Live, en buena parte incluía este concierto de febrero de 1997, en cierta manera privado porque no se vendieron entradas y el público estuvo conformado por fans y allegados de Björk. Tampoco es que este hecho sea relevante, porque vemos a la islandesa en su salsa, como siempre, si bien se le ve también más relajada en cuanto a la exigencia que le podía requerir un público obviamente entregado. El repertorio escogido es bastante predecible y no hay apenas sorpresas, si acaso la interpretación de ‘I Go Humble’, entonces una oscura cara B desconocida para el gran público. Pero con Björk siempre hay lugar para las novedades en los arreglos, destacando aquí el acordeón (como ya se dijo en el análisis de Post Live) o el énfasis por alguna melodía más oculta como en ‘Human Behaviour’, en la cual además pierde el hilo de la letra al principio. En definitiva, este concierto dista de ser una referencia pero sigue siendo Björk en estado de gracia y con ganas de entretener.

MTV UNPLUGGED & LIVE

Año de publicación: 2002

Este DVD incluye dos actuaciones diferentes separadas por cuatro años de diferencia. La primera de ellas, correspondiente al Unplugged, es la única interesante porque es de 1994 y nos muestra a una Björk todavía comedida y cohibida (aunque se llega a quitar los zapatos), bien maquillada y con un sencillo pero elegante vestido amarillo. Esta actuación está incluida en el álbum Debut Live, ya comentado más arriba, por lo que aquí podemos darle forma a todo y comprobar la gran cantidad de músicos de diferente índole que la acompañaron en la implementación de los originales y novedosos arreglos de muchas de las canciones. En cambio, la actuación etiquetada como Live data de 1998 y visualmente es un auténtico desastre, con una iluminación, unos movimientos de cámara y unos efectos especiales que resultan molestos para la vista. Una lástima, porque el repertorio, aunque solo sean seis temas, recoge algunos de los mejores hasta ese momento y además con el octeto de cuerda islandés, que siempre embellece cualquiera de ellos.

GREATEST HITS - VOLUMEN 1993-2003

Año de publicación: 2003

Que Björk fue una artista integral desde el principio se puede apreciar a la perfección mediante este DVD que contiene los vídeos musicales estrenados hasta ese año. Puede ser una buena manera de adentrarse por primera vez en el mundo de Björk, pues esta se une a directores con visión artística muy particular como Stéphane Sednaoui, Chris Cunningham o Michel Gondry, este último artífice de varios de los vídeos. Toda una suerte porque Gondry es un maestro de la artesanía audiovisual. En cualquier caso, apenas hay ningún vídeo que deje indiferente, sea en uno u otro sentido. Como curiosidad, en ‘It's In Our Hands’ se puede apreciar su embarazo en esa época.

BIOPHILIA LIVE

Año de publicación: 2014

Parecía una obligación publicar en DVD un concierto de un álbum tan restringidamente conceptual como Biophilia para poder completar la idea que la islandesa pretendía transmitir. De hecho, la voz en off de David Attenborough nos explica al principio el conceptualismo de esta obra y durante las actuaciones podemos ver algunas imágenes que probablemente provengan de las aplicaciones infográficas relacionadas con esta obra. El look de Björk es el mismo que el de la portada del álbum, con esa llamativa peluca anaranjada.

 

En cuanto a la música, en directo escuchamos un sonido más orgánico y menos sintético, por lo cual las canciones salen ganando, como era de esperar. Pero que nadie se haga ilusiones, ya que tampoco puede esperarse que nadie se enamore de esta música tan experimental. Los músicos que acompañan a Björk no son muchos, pero lo que destaca sobremanera es el coro femenino de unas 15 ó 20 mujeres ataviadas con prendas de estilo más o menos futurista, un gran conjunto de voces que permite engrandecer algunas canciones y extraer nuevas perspectivas de otras, algo ya habitual en esta artista. Por ejemplo, ‘Mutual Core’ y ‘Cosmogony’ suenan excepcionales, además de poseer una puesta en escena impactante. Afortunadamente, no todo el concierto se centra en Biophilia y el amplio coro femenino es ideal para interpretar piezas más antiguas como ‘Hidden Place’ o ‘Isobel’, donde en esta última los instrumentos de viento originales son sustituidos maravillosamente por el coro. En definitiva, una nueva e interesante demostración de la versatilidad y creatividad de Björk, aunque el repertorio musical no sea tan atrayente.

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