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THE MOVE

1) Yellow Rainbow; 2) Kilroy Was Here; 3) (Here We Go Round) The Lemon Tree;

4) Weekend; 5) Walk Upon The Water; 6) Flowers In The Rain; 7) Hey Grandma;

8) Useless Information; 9) Zing Went The Strings Of My Heart; 10) The Girl Outside; 11) Fire Brigade; 12) Mist On A Monday Morning; 13) Cherry Blossom Clinic.

THE MOVE

Año de publicación: 1967

Puntuación:

De Birmingham emergió uno de los grupos más populares en el Reino Unido a finales de los sesenta. En estos inicios mezclaron pop y psicodelia de una manera muy creativa, aportando una gran cantidad de singles exitosos al panorama musical y colocando al casi único compositor de The Move, Roy Wood, en la misma liga de Lennon, McCartney o Ray Davies (aunque The Move no pudiera llegar al excelso nivel de The Beatles o The Kinks). Wood posee esa magia de los grandes melodistas de elaborar piezas más sencillas o complejas pero extremadamente efectivas para las estrofas y los estribillos, además de para crear un middle-eight que sea igual de memorable o más todavía. Las composiciones en las que aúna grandeza en esas tres partes es cuando crea piezas atemporales y representativas de todo un movimiento, como ‘Useless Information’. Una de esas canciones pop perfectas, rebosante de melodías pegadizas. También demostraba Wood conocimiento y visión para los arreglos, introduciendo elementos de música clásica o efectos sonoros donde mejor podían quedar.

 

La única pega que se le puede poner a este álbum es que queda más bien como un producto de su tiempo. Hay canciones que, aun siendo amenas y agradables, suenan algo pasadas de moda y encasilladas en el mundo colorido de finales de los sesenta, problema que han sufrido otras bandas de manera más evidente, como por ejemplo The Incredible String Band, quienes fueron toda una sensación en su momento pero ahora quedan categorizados como un producto de su época. Así, efectos de sonido de lluvia introducen ‘Flowers In The Rain’, que en 1967 (año en el que fue publicada como single) probablemente tuvo mayor impacto porque es un tema sencillo pero pegadizo y con esa imaginería colorista que estaba tan en boga. También escuchamos una sirena en la genial píldora de melodías ‘Fire Brigade’, traspasando por su calidad la barrera de lo anticuado. Otras canciones suenan todavía más desfasadas y pasadas de moda, al tener una cadencia y estilos asociadas irremisiblemente a esa época de finales de los sesenta, como es el caso de ‘(Here We Go Round) The Lemon Tree’, donde destaca el prominente bajo de Kefford, quien justamente dejaría el grupo tras la publicación de este álbum debido a trastornos mentales.

 

‘Yellow Rainbow’ presenta esa curiosa mezcla de flower-power con una sección rítmica más propia de un grupo de rock duro, como si hubiera estado John Paul Jones tocando el bajo. Es un rasgo muy característico de The Move, creando un marcado contraste, como ocurre también por ejemplo en la aparentemente inocente versión de ‘Weekend’. En cualquier caso, la garra y energía de The Move aparece en este debut en contadas ocasiones, aunque como en el caso de ‘Hey Grandma’ de manera algo mesurada, pero es innegable la fuerza del breve estribillo (“This time round, this time round / Everything's upside down, upside down”) de esta composición de los Moby Grape.

 

A partir de ‘Walk Upon The Water’ entramos en el terreno de los estribillos memorables. Las estrofas no llaman mucho la atención, pero cuando llega el gran estribillo (“Let's go for a walk upon the water / Let's go for a stroll across the sea / First one, follow me”) y sobre todo su psicodélico puente (“Three small bodies swept up by the morning tide / Now their souls are washed up / Faith destroyed their minds”), o más bien segundo estribillo porque se repite, no podemos sino caer rendidos ante tanta genialidad. La breve coda recuerda a los Beatles por sus instrumentos de viento disonantes. Más ecos Beatles encontramos en la delicada balada repleta de violines ‘The Girl Outside’, donde la aparente linealidad del tema se deshace al llegar al estribillo que solamente se eleva a genialidad alargando el segundo verso: “Who needs the girl outside / When I can ride the time and life with you”. Y es que cuando emplean instrumentos orquestales el paralelismo con los de Liverpool viene a la mente en un santiamén. La emotiva balada ‘Mist On A Monday Morning’ adquiere una riqueza sonora innegable con lo que parece un cuarteto de cuerda como único acompañamiento.

 

También hay hueco para el humor en forma de parodia (‘Zing Went The Strings Of My Heart’) de las baladas de finales de los cincuenta, que no deja de ser un simple divertimento. Bajo la broma empleada en la 2ª Guerra Mundial por los soldados aliados, ‘Kilroy Was Here’, se encierra una agradable pieza de pop melódico. En cambio, ‘Cherry Blossom Clinic’ es un tema que sería regrabado y engrandecido todavía más, aunque aquí aparece originalmente en una grandeza a lo Sgt. Pepper's en la cual la amalgama de instrumentos rock e instrumentos clásicos crea un efecto catártico particular. Lo curioso es que su letra puede tomarse como una parodia del flower-power que The Move expresaba en sus canciones, puesto que se trata del punto de vista de un recién internado en un psiquiátrico que no hace más que ver cosas como cielos floreados, tal como cantan en ‘Flowers In The Rain’. Una manera ideal de finalizar inteligentemente este disco, un buen ejemplo de la música pop de finales de los sesenta y un inicio de carrera interesante y prometedor. Se le perdona el excesivo apego a la moda musical del momento.

SHAZAM

Año de publicación: 1970 

Puntuación:

1) Hello Susie; 2) Beautiful Daughter; 3) Cherry Blossom Clinic Revisited;

4) Fields Of People; 5) Don't Make My Baby Blue; 6) The Last Thing On My Mind; [SOMETHING ELSE FROM THE MOVE:] 7) So You Want To Be A Rock'n'Roll Star;

8) Stephanie Knows Who; 9) Something Else; 10) It'll Be Me; 11) Sunshine Help Me.

Antes de la publicación de este segundo LP saldría un EP de versiones titulado Something Else From The Move, que en la reedición de Shazam en CD se insertaría en los bonus tracks. Que la mayoría de canciones sean versiones no significa necesariamente que se trate de una obra menor, puesto que la banda no se limita a ejecutar sin más basándose en las versiones originales, sino que ponen su sello en ellas de tal manera que muchas podrían pasar por composiciones propias. Tal es la inventiva de esta interesante banda. Por tanto, este disco no es tampoco la continuación de lo mismo que habíamos escuchado con anterioridad, puesto que las inquietudes de Roy Wood le llevaban en una evolución firme y constante. No hizo falta que llegara Jeff Lynne para que The Move hiciera incursiones en el incipiente movimiento progresivo, estilo que impregna en parte este álbum, aun sin perder la esencia pop en que se basaba su LP de debut ni la apertura a todo tipo de influencias.

 

Los tres primeros temas son los únicas composiciones originales (de Wood, obviamente), que transitan entre lo aceptable y lo genial, siendo una de ellas una regrabación. El espectacular comienzo de ‘Hello Susie’ es todo un ejemplo para cualquier grupo de rock progresivo que quisiera comenzar en la época, pues tiene fuerza y complejidad a partes iguales para epatar desde el inicio. Lástima que después el tema flojee al sonar algo atascado y con una manera de cantar un tanto hiriente. A continuación llega ‘Beautiful Daughter’, un bonito tema pop acústico y con acompañamiento de cuerda clásica que demuestra que tenían una habilidad para los arreglos al mayor nivel. Tal como reza su título, ‘Cherry Blossom Clinic Revisited’ es la revisión de la canción final de su disco de debut. Aquí se la pasa por un tamiz de estilos variados, pues por momentos suena a rock duro, otros a pop y en su parte central a rock progresivo, pues en esta sección central instrumental se ejecuta una variación extendida de la famosa pieza coral de Bach Jesus bleibet meine Freude, perteneciente a su cantata Herz und Mund und Tat und Leben, BWV 147.

 

La extensa ‘Fields Of People’ era del grupo estadounidense de efímera existencia Ars Nova, aunque en las manos de The Move parece que sea una composición original, puesto que suena 100% a ellos. Las melódicas estrofas acompañadas de sonidos barrocos, el estribillo psicodélico coral y sorpresas como la aceleración del ritmo pasados los tres minutos, convierten el conjunto en irresistible. Eso sí, hay que perdonar las risas que se les escapan en algunos momentos, que rompen un poco el carácter enigmático que transmite este tema. Sorprende también su coda instrumental final, en la que van acelerando el ritmo paulatinamente. ‘Don't Make My Baby Blue’ es más discreta, pero vale la pena escucharla por el gran trabajo de guitarra, distorsiones incluidas. Y para finalizar lo que era el LP original, encontramos una versión del cantautor folk Tom Paxton, ‘The Last Thing On My Mind’, aquí transformada en una especie de folk psicodélico que suena más bien a Jefferson Airplane, aunque tampoco es gran cosa.

 

Cuando llega el turno del EP, vemos que no se anduvieron con rodeos en la selección de temas. Something Else From The Move fue recogida de una actuación en directo en 1968, en el mítico Marquee de Londres, y por ello el sonido es más básico y directo. En los temas fueron sobre seguro, primero con una versión fiel de ‘You Want To Be A Rock'n'Roll Star’ de The Byrds, aunque con una guitarra más psicodélica, y luego con la espacial ‘Stephanie Knows Who’ de Love en una fiera interpretación que extiende acertadamente los pasajes instrumentales. Después se pasan a la actualización del rock'n'roll clásico con interpretaciones que llaman en principio la atención por su sonido duro, tanto en ‘Something Else’ de Eddie Cochran, como en ‘It'll Be Me’, popularizada por Jerry Lee Lewis. Aunque en realidad son lo más discreto del disco. Mucho más animada y de pegadizo ritmo resulta ‘Sunshine Help Me’ de Spooky Tooth, que es una manera de acabar dejando una buena impresión, pues los pasajes instrumentales son nuevamente impresionantes.

 

Así pues, tenemos aquí una especie de segunda presentación de la banda. Si en primer lugar nos enseñaron que sabían agradar con canciones pop aparentemente sencillas pero repletas de detalles sofisticados, en este segundo álbum nos demuestran que son capaces de interpretar cualquier tipo de material con originalidad y creatividad, dotando de nueva vida a algunas de las composiciones ajenas y aportando algunas nuevas al mismo nivel. Y bueno, ese homenaje a Bach es también toda una declaración de intenciones y algo más que un gesto, pues la genialidad de Roy Wood solo podía estar inspirada por los mejores.

1) Looking On; 2) Turkish Tram Conductor Blues; 3) What?;

4) When Alice Comes Back To The Farm; 5) Open Up Said The World At The Door; 6) Brontosaurus; 7) Feel Too Good;

[BONUS TRACKS:] 8) Wild Tiger Woman; 9) Omnibus; 10) Blackberry Way; 11) Something; 12) Curly; 13) This Time Tomorrow;

14) Lightning Never Strikes Twice; 15) Something (Italian);

16) Wild Tiger Woman Blues; 17) Curly Where's Your Girlie.

Puntuación:

Año de publicación: 1970 

LOOKING ON

De histórico momento puede denominarse la incorporación de Jeff Lyne a The Move. Intrascendente resultaba la salida del cantante Wayne, puesto que Lynne además de tener buena voz era multiinstrumentista y compositor. Y por si esto fuera poco, las tareas de producción se las reparten entre él y Wood. Su idea principal era que Wood y él se dirigieran a un sonido más progresivo de reminiscencias clásicas pero sin perder el sentido melódico, como si fuera una continuación de donde los Beatles lo dejaron al grabar ‘I Am The Walrus’. Así que entre los dos crean esta obra que, junto a los bonus tracks, aporta un eclecticismo abrumador y una portentosa demostración de ideas. Esta creatividad parece que espoleó hasta al baterista Bevan, quien reclama su cuota de protagonismo y se lanza con algunos solos de batería en al menos un par de temas.

 

‘Looking On’ inicia el disco de forma bombástica con las características más relevantes de The Move: potente sección rítmica y melodías vocales excepcionales. El excelente solo de guitarra, el melódico estribillo (“Oh may it not be so / See me looking down / I'm just looking on”) y la coda instrumental son de lo más brillante que sabía ofrecer esta banda. La primera impresión que da este tema es que no se trata de nada especial, pero una vez se va desarrollando va ganando más y más fuerza. Una paciencia que nos es recompensada a lo largo de sus más de siete minutos. De manera análoga, ‘Feel To Good’ no levanta muchas pasiones aun teniendo un potente ritmo, hasta que llega una imaginativa sección central instrumental en la que demuestran sus excelentes habilidades y que repetirán de nuevo en la parte final. Eso sí, las sorpresas no se acaban porque llegando a los diez minutos introducen una parte vocal a cappella de doo-wop que haría tirar la toalla a los críticos musicales del momento a la hora de encasillarlos.

 

La entrada de Lynne en The Move se refleja de forma obvia en temas como su composición ‘What?’, preludio claro del estilo que desarrollaría la Electric Light Orchestra. Texturas sonoras de corte clásico, que les enfilaba hacía el rock progresivo, pero sin perder un instinto melódico y armónico más cercano a los Beatles. El instrumento clave en ‘What?’ es el piano, pues lleva el peso del armazón sonoro en el que caben solos de guitarra distorsionada y solemnes coros. A partir de los cuatro minutos se acelera inesperadamente el ritmo como otro gesto más de la genialidad que atesoraba este tándem Wood/Lynne. Más ominosa resulta otra composición de Lynne, ‘Open Up Said The World At The Door’, de inquietante ritmo y parte vocal, poseedora de unos brillantes pasajes instrumentales (el primero aparece justo en el minuto uno) que la convierten en una experiencia diferente. Luego, hacia la mitad, llega un solo de piano de estilo boogie que ya acaba de desconcertarnos para este tema que parece una ópera-rock reducida al mínimo. Eso sí, lo más inquietante es la magnífica coda final, que llega tras un solo de batería, en la que las líneas de bajo crean un ambiente tétrico que se magnifica todavía más por el excepcional sonido de guitarra (con un timbre diferente) y los coros más propios de un ritual masónico/satánico.

 

Dado el espíritu libre y abierto del grupo, también se dirigen hacia géneros más clásicos en los que dejar su impronta. Como su título indica, ‘Turkish Tram Conductor Blues’ es la incursión de la banda en el blues-rock pero al estilo portentoso que tenían, lo cual significa que el estruendo va a ser ensordecedor respecto a los parámetros en los que se suele mover un blues. En cambio, si pensamos en el rock'n'roll de los años cincuenta, tenemos ‘When Alice Comes Back To The Farm’, que es como una actualización glam antes de que este género apareciera en escena. Algo similar podría decirse de ‘Brontosaurus’, el cual fue además uno de los temas seleccionados como single, pero no resulta demasiado vistoso porque la broma está en relacionar el pesado y lento riff con el paso de un brontosaurio. Pero este riff se hace demasiado repetitivo y además parece extraído de la sección instrumental central de ‘Lady Madonna’ de los Beatles. Al final el tema se transforma en un boogie Move-ificado donde Jerry Lee Lewis hubiera disfrutado tocando el piano.

 

Si este álbum ya de por sí es muy bueno, lo que realmente le sirve para llevarse la medalla al mejor de la discografía de The Move es sin duda la adición de los bonus tracks. Si el LP original se nutría de temas de extensa duración, aquí tenemos otros más cortos y directos que fueron publicados como single, demostrando que podían competir en ambos campos. La variedad es asombrosa pues si por un lado escuchamos ‘Wild Tiger Woman’, en la que vuelven a echar la vista a los años cincuenta pero con un ritmo mucho más rápido, por otro lado llega ‘Blackberry Way’, un glorioso himno de pegadiza parte vocal que simboliza la perfección pop. El pop florido y la alegría de ‘Omnibus’ o ‘Curly’ habrían encajado a la perfección en el LP de debut. De la segunda encontramos una segunda versión alternativa titulada ‘Curly Where's Your Girlie’, muy parecida.

 

‘Something’ no es una nueva versión de la canción de George Harrison, pero es también una gran pieza lírica cantada (quizá por Wayne antes de su marcha) al mejor estilo de los cantantes melódicos. Igualmente, ‘This Time Tomorrow’ tampoco es la canción de The Kinks, sino una balada acústica y tranquila que recuerda a aquéllas primeras baladas escritas por Lennon/McCartney en los Beatles. Probablemente el dúo Duncan Dhu conociera esta canción cuando compusieron ‘En Algún Lugar’, ya que cuando estos cantaban “Y en las sombras” suena muy igual a como lo hacen The Move con “Yes I miss those happy days”. Hacia el final no pueden evitar añadir el toque artístico, que llega en forma de guitarra reproducida en sentido inverso, o eso es lo que parece. Y si seguimos con referencias, ‘Lightning Never Strikes Twice’ es por lo que hubieran matado Crosby, Stills & Nash tras su disco de debut. Su parte vocal es impresionante y el ritmo de acompañamiento mantiene el interés sin descanso, además de un solo final que podría parecer el de un sitar eléctrico si algo así existiera.

 

Aunque The Move estuviera condenado a desaparecer por las inquietudes artísticas de sus dos fuerzas musicales, este primer disco demostraba la genialidad acumulada de Wood y Lynne, quienes condensaban un amplio espectro musical entre el LP original y los singles incluidos adicionalmente. Todavía nos dejarían un disco más, no tan brillante como éste pero igualmente de primer nivel.

MESSAGE FROM THE COUNTRY

Año de publicación: 1971 

Puntuación:

1) It Wasn't My Idea To Dance; 2) The Minister; 3) Message From The Country;

4) The Words Of Aaron; 5) Ben Crawley Steel Company; 6) Until Your Mama's Gone;

7) No Time; 8) Ella James; 9) Don't Mess Me Up; 10) My Marge.

Y llegó el final de The Move. Los avances en estos cuatro años habían sido más que evidentes, pero las inquietudes de los dos cerebros dominantes, Wood y Lynne, hacía inevitable que surgieran nuevas ideas y que, en este caso, decidieran finalizar la trayectoria como The Move para empezar con ilusión la nueva etapa como Electric Light Orchestra. En cualquier caso, no se tomaron este último disco con desgana precisamente, puesto que encontramos algunas de las mejores composiciones de la banda, aunque entremezclada con algunos rellenos que le restan parte de su fortaleza general.

 

Canciones como ‘The Minister’ presentan un estilo que entronca directamente con lo que serían los inicios de la Electric Light Orchestra. La instrumentación rock a la que se añade el violoncelo como uno más y las voces corales casi de oratorio, son una muestra de ese interés por la fusión del mundo del rock y el de la música clásica. Está compuesta por Lynne, quien sale ganador en esta ocasión porque suyos son los mejores temas del álbum. Así, la mezcla de épica, rock y clasicismo alcanza su cénit en la impresionante ‘The Words Of Aaron’, que presenta una excepcional coda instrumental con un breve retorno al estilo de ‘Strawberry Fields Forever’ de The Beatles. Y es que, parafraseando un título de Miguel Delibes, la sombra de los Beatles era afortunadamente alargada y más para un devoto de sus melodías y producción como Lyne, quedando todo ello reflejado también en una gran composición como ‘No Time’, la única balada del disco y que está interpretada mediante unas bellas voces, una florida flauta y otros instrumentos acústicos. Y no nos olvidemos de destacar ‘Message From The Country’, de ritmo denso y potente en el que destaca un magnífico trabajo del bajo (aquí tocado por Wood) donde unas sencillas pero muy efectivas notas van completando cada verso, además de una parte coral al mejor estilo de los Beach Boys. O mejor dicho, que ya quisieran haber tenido los Beach Boys en 1971.

 

La mejor aportación de Roy Wood es sin duda ‘It Wasn't My Idea To Dance’, que suena como una curiosa fusión de rock y música popular tradicional, como si la melodía principal que suena nada más comenzar fuera interpretada por una banda medieval de chirimía y tambor. El humor vuelve a estar presente, en esta ocasión en forma de calmado country (‘Ben Crawley Steel Company’), donde se crea un marcado contraste con la voz grave y nada melodiosa del batería Bevan. Si superamos el rechazo que provoca una voz de ese tipo, incluso podremos discernir un pegadizo estribillo.

 

También tenemos otro rock'n'roll de corte aparentemente más clásico, ‘Until Your Mama's Gone’, que comienza de manera similar al blues de ‘For You Blue’ de los Beatles pero que en el caso de The Move se transforma en un mastodóntico tema de prominente sección rítmica y otros detalles instrumentales que certifican la particularidad del reconocible sonido de la banda. Aunque más clásicos todavía (respecto al rock'n'roll) se tornan en ‘Ella James’ y en la rockabilly ‘Don't Mess Me Up’, esta última compuesta por el batería Bevan, lo cual es un indicador de que es demasiado directa para lo que esperamos en The Move. Ya para acabar el disco nos meten un divertimento sin pretensiones titulado ‘My Marge’, una parodia de la canción ligera que ellos habrían escuchado de pequeños.

 

Que la recta final del álbum baje tanto el soberbio nivel mostrado con la primera parte, le resta puntos a la hora de darle una evaluación. Una lástima, porque los temas que son buenos son de lo mejor que habían hecho hasta ese momento y, de esa manera, podríamos estar hablando del mejor álbum de la breve trayectoria de The Move. En cualquier caso, fue ésta una honorable manera de finalizar una etapa que daría paso a la Electric Light Orchestra, la cual iba a ser en principio un proyecto paralelo pero que finalmente sería el único que perviviría. Eso sí, Roy Wood no tardaría mucho en abandonarlo y seguir su trayectoria en solitario bajo el nombre de la banda Wizzard o el suyo propio. De Lynne ya tendremos ocasión de hablar cuando llegue el momento. Pero aquí queda el legado de dos mentes musicales geniales.

RECOPILATORIOS

THE VERY BEST OF THE MOVE

Año de publicación: 2000

El título de este recopilatorio es muy engañoso porque recoge en su mayoría singles y obvia completamente el último álbum Message From The Country, como si no hubiera existido. En cualquier caso, encontramos unas pocas canciones inéditas que pasamos a señalar. En primer lugar, ‘I Can Hear The Grass Grow’ es una pieza de flower-pop que era la cara B de otra canción en su mismo estilo: ‘Flowers In The Rain’. En el documental de la BBC Psychedelic Britannia se puede ver brevemente cómo Roy Wood probó a tocar su guitarra para que sonara similar a un sitar en ‘I Can Hear The Grass Grow’. Grabado en el Marquee en el mismo concierto que dio lugar al EP Something Else From The Move, se recupera aquí una versión de ‘(Your Love Keeps Lifting Me) Higher And Higher’ de Jackie Wilson, que es movida e interpretada más o menos al estilo peculiar de la banda, pero poco más. En cambio, ‘Night Of Fear’ es una verdadera joya, no solo por emplear esa fabulosa melodía prestada de la Obertura 1812 de Tchaikovsky (que también tiene su mérito rescatarla), sino también por su pegadizo ritmo y parte vocal. Su cara B fue ‘Disturbance’, mucho más rápida pero menos impactante, aunque igualmente muy entretenida por los diferentes cambios de ritmo que posee. ¡Su parte final terrorífica pone los pelos de punta! Y seguramente alguna que otra idea les dio a Deep Purple y Led Zeppelin.

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