top of page

LED ZEPPELIN

LED ZEPPELIN

Año de publicación: 1969

Puntuación:

1) Good Times Bad Times; 2) Babe I'm Gonna Leave You; 3) You Shook Me;

4) Dazed And Confused; 5) Your Time Is Gonna Come; 6) Black Mountain Side;

7) Communication Breakdown; 8) I Can't Quit You Baby; 9) How Many More Times.

Led Zeppelin, uno de los grupos más venerados y uno de los más exitosos de la década de los 70. Yo mismo caí en el error inicial de considerarlos a la altura de los Beatles o los Rolling Stones, porque la verdad que la primera vez que uno escucha tamaño arsenal de sonido, no puede quedarse sino asombrado. Hiriente fue el día a finales de los 90 que, al igual que les habrá pasado a muchos, investigando sobre el grupo descubrí una página web donde informaba de qué canciones más antiguas habían copiado para sus composiciones propias. Y no se trataban de 3 ó 4 canciones, ni de 7 u 8, sino de un buen puñado, muchas consideradas de las mejores del grupo. Pero bueno, de desengaños está llena la vida. En mis comentarios, salvo excepciones, no me voy a entretener diciendo de dónde han tomado cada melodía, porque no me he puesto a escuchar todas las canciones originales y además los textos se alargarían demasiado.

 

En cualquier caso, que esta breve introducción no nos dé tampoco una visión negativa, porque estamos ante un grupo muy importante y además este disco precisamente es de una gran importancia histórica, musicalmente hablando. Para mí también es el mejor disco de la banda, aunque durante muchos años no fue así debido a mi poco aprecio por las dos versiones de blues incluidas, pues en principio contrastan con el sonido más duro del resto del disco, y cualquiera que se ponga a escuchar a Led Zeppelin, lo último que quiere es oír música de blues… Pero cuando uno dedica tiempo a escuchar estos dos temas, pronto notará que no son de ninguna manera la típica versión de un blues, pues estamos ante un grupo que es una bestia sonora sin apenas parangón en ese momento. ‘You Shook Me’ curiosamente destaca más por su órgano y armónicas bluseros que por la guitarra de Page, aunque éste se marca un gran solo también. Todavía mejor y más representativa como ejemplo de la transición del grupo entre el blues-rock y el hard-rock es la otra versión, ‘I Can't Quit You Baby’, con esa gran guitarra cada vez que acaba de recitar Plant (¡lo que hacen dos notas musicales y una batería potente!), junto con la sección rítmica mastodóntica, que la transforman completamente. Lo que queda claro aquí es que, de igual manera que los Rolling Stones un lustro antes cambiaron definitivamente la interpretación del blues al proporcionarle la agresividad, Led Zeppelin lo revoluciona también con una instrumentación todavía más potente.

 

Y si estas versiones comentadas nos informan de la transición musical pero desde un origen de blues, en la excepcional ‘Dazed And Confused’ tenemos lo mismo pero desde la parte hard-rock. El brillante inicio con unas líneas de bajo misteriosas y unos acordes de guitarra, junto con esa forma arrastrada de cantar de Plant, nos hacen pensar en otro blues-rock pero compuesto por el grupo. Aunque el concepto de blues, si ya queda arrinconado tras las primeras notas alargadas de Page tras el “Soul of a woman was created below”, definitivamente pasa a la historia con uno de los riff de guitarra más rompedores de la historia del rock que aparece tras el “Gonna love you baby, here I come again”. Y el intermedio instrumental también es demoledor, quizá le sobren los momentos en los que Page le da por tocar la guitarra con un arco de violín, cosa que en directo se extendía demasiado, pero cuando llegamos aproximadamente a los 3:30 minutos, la catarata de sonido que consiguen solo tres músicos abruma como mínimo. Y al retomarse la parte inicial ya estamos en catarsis.

 

Por otro lado, curiosamente el disco se inicia con un sonido que recuerda a los Yardbirds (de hecho Jimmy Page provenía de allí cuando formó Led Zeppelin, y de hecho los Yardbirds grabaron una versión inicial de ‘Dazed And Confused’), así que en ‘Good Times Bad Times’ tenemos una canción donde los instrumentos acompañan a la voz y no al revés, como es el caso de la mayoría de ocasiones en este grupo. Además, con solo la introducción de guitarra ya nos anuncian un sonido duro y potente, y no nos defraudarán. Aun así, tiene una estructura más pop, algo que repetirán en “Your Time Is Gonna Come” con un resultado más discreto, aunque con un buen sonido inicial de órgano por parte de Jones. Esta última canción enlaza con la oriental “Black Mountain Side”, un instrumental acústico agradable con percusión de tablas hindúes.

 

Al hilo de lo que comenté sobre sus plagios, por la siguiente canción fueron directamente denunciados por la autora original, una tal Anne Bredon, por lo que el inicial “Traditional, arranged by Jimmy Page” fue cambiado en ediciones posteriores del álbum por un “Anne Bredon, Jimmy Page & Robert Plant” como autores, ya que a la primera le fue otorgada la razón tras el juicio. En cualquier caso, ‘Babe I'm Gonna Leave You’ es una grandísima canción, con un comienzo que nos hace pensar en una balada con sonido folk, pero que Bonham a la batería nos recuerda pronto que estamos ante un grupo más potente. El intermedio instrumental es magistral, con los lamentos de Plant mientras el resto del grupo mantiene el tono oscuro de la canción. Por otro lado, ‘Communication Breakdown’ es un ejemplo de lo que abundará más en el Led Zeppelin II, canciones de rock duro de tres minutos con todos los elementos de este nuevo estilo: voz desgarrada, baterías y bajos estruendosos, y una guitarra rápida, precisa y enérgica. Una gran canción, por otro lado.

 

Para el final nos dejan una impresionante pieza multiparte, ‘How Many More Times’. Tiene un inicio con un ritmo que hasta parece de swing, que pronto quedará acompañado por otro riff asesino de guitarra mientras Plant empieza a cantar “How many more times”. A los 2:15 aproximadamente tenemos un solo espectacular de Page, con unos ecos y efectos asombrosos. Y poco después de los 3 minutos, aparece el motivo del Bolero de Ravel, muy utilizado por los músicos de sonido duro de la época, incluidos Jeff Beck (con su propia versión, llamada ‘Beck’s Bolero’, donde precisamente tocaron Page y Jones) o Deep Purple en su ‘Child In Time’. A los 5:30 aproximadamente (la parte del “Rosie”) tenemos una marcha marcial, con la que nos mantienen en tensión hasta que, magistralmente tras un grito descomunal de Plant a los 7 minutos, volvemos al riff asesino inicial. Grandísimo final para un grandísimo disco que inaugura el nacimiento de un nuevo estilo que nunca decaerá en las próximas décadas por sus múltiples ramificaciones.

LED ZEPPELIN II

Año de publicación: 1969 

Puntuación:

1) Whole Lotta Love; 2) What Is And What Should Never Be; 3) The Lemon Song;

4) Thank You; 5) Heartbreaker; 6) Living Loving Maid (She's Just A Woman);

7) Ramble On; 8) Moby Dick; 9) Bring It On Home.

En su segundo disco, los Led Zeppelin se centran más en el sonido hard-rock, el estilo que ellos mismos han contribuido a definir. Ya no hay casi nada que nos indique que venimos de una transición del blues-rock, ni encontramos apenas nada que se salga de la senda del rock duro (nada de pop-rock a lo ‘Good Times, Bad Times’ o sonidos orientales a lo ‘Black Mountain Side’). Estamos ante un grupo que ya sabe lo que tiene que hacer y que sabe hacerlo a la perfección.

 

Para el inicio tenemos la inolvidable ‘Whole Lotta Love’, una de sus canciones más brutales con uno de sus riffs más carismáticos. El arquetipo de canción de rock duro. Impresionante en todos los sentidos, cada vez que escucho a Page recorrer su mástil tras los repetidos “You wanna whole lotta love” es como un subidón de adrenalina. El intermedio instrumental con los alaridos orgásmicos de Plant quizá sea prescindible, pero el retorno hacia la melodía principal es otro momento brutal, así como ese falso final donde Plant acaba cantando casi a cappella y alarga ese “Looooooooooove” hasta que entra el resto del grupo nuevamente.

 

Pero la adrenalina no acaba aquí, por supuesto. El inicio tranquilo de ‘What Is And What Should Never Be’ no nos engaña, pues pronto llega el potente estribillo, esquema de calma-fuerza-calma que repiten en el intermedio instrumental de la canción. Y para más momentos de apoteosis eléctrica, cómo no mencionar el riff asesino de ‘Heartbreaker’, así como su impresionante parte central instrumental. Esta canción acaba de sopetón para que llegue el instantáneo comienzo de ‘Living Loving Maid’, uno de los ritmos más rápidos del disco y que parece una evolución de ‘Communication Breakdown’ del álbum de debut.

 

También encontramos algunos momentos muy flojos en este álbum. Lo peor es sin duda ‘The Lemon Song’, otra apropiación indebida de una vieja canción blues, que tiene una melodía demasiado repetitiva y poco efectiva. Yo normalmente le doy a la tecla de pasar canción cuando llega. Por otro lado, en la controvertida ‘Moby Dick’ encontramos el típico solo de batería que afloraba en todos los grupos rock del momento. La melodía principal de guitarra está muy bien, hasta que descubres que ha sido tomada prestada y pierde todo su encanto. Esa misma melodía (con sus pequeñas variaciones pertinentes en ambos casos) es la que tomaron los Beatles para su ‘I Feel Fine’, la diferencia es que la canción de los Beatles no está enfocada directa y únicamente en esa melodía prestada. En directo, Bonham alargaría el solo de batería hasta límites muy superiores a la línea que marca el buen gusto.

 

Los pocos momentos que nos separan del rock duro más directo son ‘Thank You’ y ‘Ramble On’. La primera es una muy buena balada con guitarra acústica y donde la estrella es Plant cantando. Un gran juego de voces, aunque este tipo de arreglos acústicos no eran nada habituales en el grupo hasta ese momento. En ‘Ramble On’ enlazan más con el folk en principio, pero cuando llega su estribillo potente ya nos recuerda rápidamente donde nos encontramos. Para el final tenemos ‘Bring It On Home’, otro tema que empieza de una manera engañosa para volver a encontrarnos enseguida ante otro riff asesino y un grupo que en general nos vuelve a dejar con una sensación de poderío sonoro superior a todo lo que había hasta entonces.

 

No le puedo dar también la máxima puntuación a este álbum por esos momentos flojos que he comentado, pero aun así es éste un grandísimo disco de rock duro, quizá el único que recomendaría junto a In Rock de Deep Purple a cualquiera que solo quisiera tener un par de discos de este estilo en su colección, o a cualquiera que quisiera iniciarse en él.

LED ZEPPELIN III

Año de publicación: 1970 

Puntuación:

1) Immigrant Song; 2) Friends; 3) Celebration Day; 4) Since I've Been Loving You;

5) Out On The Tiles; 6) Gallows Pole; 7) Tangerine; 8) That's The Way;

9) Bron-Y-Aur Stomp; 10) Hats Off To (Roy) Harper.

¿Cómo es eso? ¿Led Zeppelin se ha vuelto una banda acústica? Bueno, en cierta manera sí, aunque ya habíamos visto anteriormente que el sonido acústico nunca lo habían descartado del todo, pero aquí es obvio que la guitarra acústica tiene un papel destacado. No obstante, se puede decir que lo que encontramos aquí es una primera toma de contacto del grupo con la diversidad, desde un punto de vista artístico, que por desgracia no estará a la altura de lo esperado en unos músicos con tanto éxito acumulado.

 

En cualquier caso, todavía tenemos al gran grupo rock de duro del anterior disco, como demuestran nada más empezar con ‘Immigrant Song’, una de sus grandes canciones, que tiene un ritmo rapidísimo marcado por la guitarra de Page y ese alarido heroico de Plant. Este estilo más duro solo lo volveremos a encontrar en ‘Celebration Day’ (con una guitarra que curiosamente tiene un sonido que parece inspirado en los blues de los años 40) y ‘Out On The Tiles’, que son más convencionales pero tienen un buen estribillo, que es donde el grupo da lo mejor de sí en estos casos.

 

También tenemos un intento de canción atmosférica en ‘Friends’, aunque el sintetizador de John Paul Jones no acabe de conseguir el efecto deseado, además de que la voz de Plant no encaja mucho con el concepto de atmósfera que se busca aquí. Lo que sí consiguen es un gran blues-rock con ‘Since I've Been Loving You’, que aunque tiene un comienzo lento como las versiones blues de su primer disco, también nuestra paciencia será ampliamente recompensada. Estamos ante una interpretación seria, sobria y con una gran guitarra de Page, además de un gran Plant que pasa del canto más calmado al grito más desgarrador en su mejor estilo. Una de las joyas del grupo que puede pasar inadvertida.

 

En cuanto a las piezas acústicas, tenemos algunas interpretadas con fuerza y ritmo, como es el caso de ‘Gallows Pole’, que entra dentro de mis primeros recuerdos del grupo porque es la canción que Plant y Page eligieron para promocionar su disco acústico en directo de los años 90. Es una buena canción que tiene un ritmo enérgico que la hace separarse del folk tradicional, aunque la parte final quizá resulte demasiado larga. La otra pieza acústica de ímpetu similar (‘Bron-Y-Aur Stomp’) es más movidita pero a su vez tampoco destaca demasiado.

 

Después nos quedan dos canciones más tranquilas, una es la aburridísima ‘That's The Way’, que solo se salva por la gran parte instrumental final, con una bella melodía acústica interpretada por Page. La otra canción es ‘Tangerine’, buena balada pero con un estribillo que me suena un poco desafinado, aunque tiene un gran solo de guitarra de Page y se observan detalles que aparecerán en la futura ‘Stairway To Heaven’. Para el final nos dejan la horrorosa ‘Hats Off To (Roy) Harper’, un blues cantado y tocado en un estilo tipo de los años 30 ó 40, pero que solo puede horrorizar a quien ni siquiera conozca esa música.

 

Por desgracia, ésta no será la última vez que piensen que pueden ser más grandes que los Beatles (o más bien intentar equipararse) y hacer un disco artístico y diverso al nivel de sus mejores trabajos, porque aquí queda claro que ése no es su juego. Sin embargo, más adelante, en Houses Of The Holy volverán a diversificar su sonido sobremanera, más por búsqueda de nuevos estilos que por experimentación artística, pero no de modo tan acústico como aquí (lo cual no es malo), y más bien debido a la falta de ideas (lo cual sí lo es) que a una intención clara y directa como lo escuchado en este álbum. Y por cierto, si se hiciera una votación, quizá la portada de este disco tendría el número uno en cursilería y mal gusto.

LED ZEPPELIN IV

Año de publicación: 1971

Puntuación:

1) Black Dog; 2) Rock And Roll; 3) The Battle Of Evermore; 4) Stairway To Heaven;

5) Misty Mountain Hop; 6) Four Sticks; 7) Going To California;

8) When The Levee Breaks.

Tras el batacazo que se dieron en el anterior disco, por suerte vuelven a la senda del rock duro, aunque todavía se dejan llevar por algunas veleidades artísticas pero en mucho menor grado y con mejores resultados en general.

 

Tenemos férreos ramalazos de rock con ‘Black Dog’, que en su estructura de pausa-aceleración-pausa delata su referencia inequívoca a ‘Oh Well’ de Fleetwood Mac, además de por la melodía de guitarra que se va desarrollando. Tenemos también otros momentos poderosos en ‘Misty Mountain Hop’ (con un gran trabajo al teclado de John Paul Jones, una guitarra frenética de Page y una impresionante batería de Bonham que se deja los brazos en un golpeo abrumador), y la algo menor ‘Four Sticks’, también con un ritmo fuerte y la energizante interpretación de Plant, que se pasea con sus agudos por todo el tema, sobre todo en la parte más pausada que parece el estribillo. Encontramos también un homenaje a Elvis Presley con ‘Rock And Roll’, gracias a la primera frase “It's been a long time since I rock'n'roll”, ya que Elvis solía decir aquello de “Been a long time, baby”. Y es que además el ritmo de la canción recuerda a rockeros como Chuck Berry, aunque con ese extra de poderío que aportan los Led Zeppelin.

 

Sorprendentemente, tenemos una canción a dúo, de tipo folk (‘The Battle Of Evermore’), donde la cantante invitada es nada menos que la legendaria Sandy Denny, conocida principalmente por su participación en la magnífica primera época de los Fairport Convention, así como por su trágica muerte pocos años después por los problemas derivados de una aparatosa caída por unas escaleras. Por desgracia, esta canción no está a la altura de la artista invitada, aunque tampoco suena mal, es más bien por lo repetitiva que suena pues hacia la mitad del tema ya nos han aportado todo lo que podían y la mandolina que lo lidera (si es que es una mandolina) al final acaba hartando un poco, así como los constantes gritos y lamentos del dueto. No obstante, hay otro momento mucho peor que es la balada acústica ‘Going To California’, que normalmente suele ser uno de los temas destacados de este disco y no entiendo por qué, pues la melodía de guitarra es de lo más vulgar que se puede encontrar, así como la parte cantada que se repite y se repite en su propia mediocridad.

 

Pero no nos desviemos de la que es una de las grandes creaciones del grupo y una de las más recordadas, la minisuite ‘Starway To Heaven’, que en sus diferentes partes condensa todo un cúmulo de emociones cambiantes y opuestas que van desde la calmada parte inicial hasta el desenfreno eléctrico final. Precisamente el citado inicio está tomado de la gran ‘Taurus’ de Spirit, con esa memorable melodía de mellotron tocada por Jones y la guitarra acústica de Page. Este inicio de balada-folk se mejora todavía más con la entrada posterior de la batería, que la dota de ritmo y la prepara para la llegada de la transición entre la parte acústica y la poderosa parte eléctrica, donde tras un gran solo de Page entra Plant para transmitir toda la carga épica que acumula el tema en un arranque de coraje vocal. Y es que Plant realiza aquí también una de sus mejores y más recordadas interpretaciones, con una cálida entonación en su primera parte mientras nos canta una letra de imaginería fantástica pero poética.

 

Para el final también tenemos un grandísimo tema de blues-rock, ‘When The Levee Breaks’, que se inicia con otra estruendosa percusión de Bonham que da paso –¡sorpresa! – a una amenazante armónica de notas largas y otra épica melodía de guitarra que se irá repitiendo como una especie de estribillo instrumental, porque la canción tiene otra parte más rockera donde Plant se deja de entonación blues y retoma su lado frenético.

 

Este disco marcará el fin del pico creativo del grupo, que ya ha evolucionado y pulido su estilo hasta conseguir el mejor sonido que pueden crear, acompañado además de grandes composiciones. Así que a partir de ahora todo dependerá de la calidad compositiva dentro de ese estilo (algo complicado de mantener en el tiempo sin repetirse) o de la búsqueda de nuevos estilos musicales donde aportar algo (lo cual requiere absorber el nuevo estilo hasta hacerlo propio). Desafortunadamente, lo que acontecerá será un inicial mantenimiento aceptable de su nivel en ambos aspectos citados para caer más adelante en la mediocridad más absoluta.

HOUSES OF THE HOLY

Año de publicación: 1973

Puntuación:

1) The Song Remains The Same; 2) The Rain Song; 3) Over The Hills And Far Away;

4) The Crunge; 5) Dancing Days; 6) D'Yer Mak'Er; 7) No Quarter; 8) The Ocean.

El inicio del ocaso lo representa este disco, donde la falta de ideas desorienta al grupo y lo dirige hacia algunos tímidos intentos de absorber nuevos estilos, encontrar de alguna manera nuevas vías de expresión, y hacia un sonido algo más genérico en algunos casos. Por suerte, la grandeza de la banda todavía se deja ver en muchos momentos, pero adoleciendo en parte de la inspiración que tuvieron inicialmente. 

 

Si tuviéramos que elegir algún tema para empezar, podemos decir que ‘Over The Hills And Far Away’ es uno de los ejemplos de cómo la falta de ideas les encamina a un sonido más genérico y comercial, aunque en este caso al menos está realizado con gusto y con una estructura interesante donde la canción empieza como una balada acústica, con una buena melodía ejecutada con la guitarra, para después pasar a una parte más pop y con lo que podría ser un estribillo instrumental de energía más rockera. Más o menos lo mismo se podría decir de los temas que abren y cierran el disco. ‘The Song Remains The Same’ presenta unos riffs de guitarra potentes pero con poco gancho, y lo único que se salva es la parte de las primeras estrofas de Plant, pues el resto suena demasiado genérico. ‘The Ocean’ es bastante mejor, pues aunque el riff inicial suena también algo simple, al menos está desarrollado con inspiración y la parte cantada tampoco está nada mal.

 

La joya de este disco y una de las joyas de su carrera es ‘No Quarter’, que presenta un inolvidable uso del mellotron por parte de Jones y una memorable guitarra de Page que, junto a la majestuosa interpretación de Plant, confieren al tema una épica insuperable, además de tener una magistral progresión que va desde el murmullo inicial de Plant hasta la explosión instrumental que desencadena el torrente de sonido épico. Otro ejemplo de sonido épico pero en este caso fallido es ‘The Rain Song’, pues tiene una perfecta ejecución pero no transmite ni la mitad de sensaciones que ‘No Quarter’, y a mí más bien me suena apático, aunque quizá ésa es la intención del grupo, de ahí su título. El que sí falla claramente en su intento de proponer un riff de guitarra enérgico y bailable es ‘Dancing Days’, pues quedaría bien para un grupo de garage que acabara de empezar en el mundo de la música, pero no para los Zep. Todo queda simplón en esta canción, hasta los versos de Plant.

 

Y para el final nos quedan los dos intentos de expandir la paleta musical del grupo, probablemente por falta de ideas originales más que por otra cosa, visto el destino que les aguardaba. En uno de los intentos fallan estrepitosamente, y en el otro salen indemnes por los pelos. El horrible engendro lo encontramos en ‘The Crunge’, un intento de superar al maestro James Brown en su campo, el funky, pero 1º) Robert Plant cantando funky es como Massiel cantando rap; y 2º) Musicalmente suena fatal. La verdad que la imitación de James Brown que hizo Roger Daltrey en un par de temas del disco de debut de los Who suena celestial confrontado a esta lamentable pérdida de tiempo que es ‘The Crunge’. Por otro lado, se redimen un poco con la incursión en el reggae (un reggae especial por la escandalosa batería de Bonham) en ‘D'Yer Mak'Er’, que incluso tuvo una versión mucho tiempo después de la mano de Sheryl Crow. Y es que, aunque también se observa claramente que no es su estilo, que suena como un elefante en una cacharrería, al menos tiene un estribillo pegadizo que permite su escucha repetida.

 

Tras lo escuchado en este LP, la verdad que se podría temblar ante lo que hubiera de venir después, pero por suerte rescatarán temas descartados y se pondrán un poco las pilas para entregarnos lo que será su último gran disco, pero eso ya es otra historia.

PHYSICAL GRAFFITI

Año de publicación: 1975

Puntuación:

CD I: 1) Custard Pie; 2) The Rover; 3) In My Time Of Dying; 4) Houses Of The Holy;

5) Trampled Under Foot; 6) Kashmir.

CDII: 1) In The Light; 2) Bron-Y-Aur; 3) Down By The Seaside; 4) Ten Years Gone;

5) Night Flight; 6) The Wanton Song; 7) Boogie With Stu; 8) Black Country Woman;

9) Sick Again.

Doble LP que puede dar la falsa impresión de que entraron en un pico creativo, de tal manera que el aluvión de ideas resultante se tradujo en una gran cantidad de temas del que, tras arduas disputas internas tuvieron que descartar el triple LP y seleccionar solo lo mejor para llenar uno doble… ¡Pero no! Dejemos de soñar con dulces hipótesis y afrontemos la realidad, pues esa dura realidad nos dice que lo que hicieron realmente fue rescatar temas descartados, no únicamente del último disco, sino ¡desde el año 70!. Aunque hay que ser justos y admitir que eso ocurrió solo para la mitad del álbum.

 

Tomando un orden cronológico, debo empezar por ‘Bron-Y-Aur’ que data de 1970, año en que publicaron su disco más acústico (Led Zeppelin III), y por ello nos encontramos ante una bella pieza instrumental, tranquila y de carácter bucólico, que nada tiene que ver con ‘Bron-Y-Aur Stomp’ de aquel disco.

 

De 1971, época del Led Zeppelin IV, tenemos tres temas. La gran ‘Down By The Seaside’, que empieza como una complaciente balada de tempo medio con una dulce guitarra que suena a slide, y que tiene una sorpresiva y enérgica segunda parte donde el ritmo se acelera en un estilo envolvente, para volver después nuevamente a la melodía inicial. Las otras dos canciones son momentos flojos, ‘Night Flight’ tiene la palabra “relleno” marcada por todos los lados, y ‘Boogie With Stu’ no tiene más justificación que incluir a Ian Stewart (Stu para los amigos) como coautor de algún tema, a quien fue el sexto Rolling Stone que nunca fue incluido oficialmente por su imagen de palurdo arreglado. Pero es una canción de lo más mediocre, supongo que derivada de alguna sesión de jam que se marcarían en el estudio.

 

De 1972, que era la época de grabación del Houses Of The Holy, tenemos otros tres temas, uno de ellos precisamente con ese mismo título y que desgraciadamente tiene ese sonido genérico que impregnaba aquel disco, en un estilo pop-rock, aunque tampoco se puede decir que sea una canción floja. Aceptable y nada más, aun careciendo de estribillo. ‘The Rover’ en su inicio parece que va a ser también algo similar en cuanto a tener un sonido genérico, pero su memorable estribillo le hace subir varios peldaños en la escala de nivel y lo convierten en un tema destacado. Y ‘Black Country Woman’ es una canción acústica que ni suena a country ni a casi nada, un deshecho en toda regla que recuperaron con mal criterio.

 

Hablando ya de los temas que se grabaron expresamente para este álbum (quién sabe si las ideas que los inspiraron no eran también rescatadas de años anteriores), podemos empezar por uno de sus temas legendarios, ‘Kashmir’, que con un impresionante uso del mellotron le confieren en primer lugar unos aires orientales, acentuados en la parte del “all I see turns to brown as the sun burns the ground”. El que más brilla aquí, aparte del citado mellotron, es Robert Plant con su interpretación vocal que se ajusta perfectamente al tono atmosférico inquietante de esta épica canción. Otro impresionante tema es el que le precede, ‘Trampled Under Foot’, con un sintetizador devoto del mejor Stevie Wonder y una fuerza arrolladora transmitida con la siempre potente batería de Bonham y las líneas de guitarra de Page, que aun en un segundo plano le confieren una fiereza adicional, tanta como la aportada por la descomunal interpretación vocal de Plant. Otro momento similar de descomunal fuerza lo encontramos en ‘The Wanton Song’, que tiene un memorable estribillo instrumental donde se funden la guitarra y el mellotron en una maravillosa melodía. Fuerza también es lo que encontramos en ‘In My Time Of Dying’, tema de larga duración –más de diez minutos– que empieza pausadamente como otra especie de blues tipo años 40 (debido a ese sonido característico de guitarra que consigue Page), para después ir incrementando la tensión paulatinamente en un buen desarrollo pero sin la brillantez de anteriores momentos. De manera análoga, el inicio de este doble álbum no es muy impactante que digamos, pues ‘Custard Pie’ cumple con su cometido de rock enérgico pero le falta algo más de gancho,

 

El segundo volumen se inicia como acabó el primero, es decir, con aires orientales de mellotron en ‘In The Light’, aunque en este caso la duración del tema de casi diez minutos se hace más bien aburrida. Es como si fuera una aberración de ‘In My Time Of Dying’, aunque quizá esté exagerando demasiado, pues la atmósfera inquietante más o menos está bien conseguida, aunque los riffs de guitarra que aparecen no son muy inspirados.

 

Pero si hablamos de piezas atmosféricas, hay que destacar sin duda ‘Ten Years Gone’, con un estilo similar a ‘No Quarter’ del Houses Of The Holy en cuanto a ese contraste entre las estrofas principales que tienen un carácter tranquilo y la memorable y épica melodía de guitarra que las sucede. El puente de la canción quizá no esté bien conseguido del todo, pero la guitarra sin duda eleva el tema a un nivel superior. Y al menos con ese buen sabor también nos dejan en el final del álbum, ‘Sick Again’, que si bien su inicio no hace preludiar nada destacable, lo cierto es que en su estribillo instrumental recupera toda su fortaleza, con una gran melodía que posteriormente les lleva a un maníaco intermedio instrumental que recuerda a sus mejores momentos.

 

En resumen, viendo que para sacar adelante este doble álbum hubieron de echar mano en buena parte a temas descartados anteriormente, las expectativas a partir de ahora no son nada halagüeñas, aunque hay que reconocer que en los temas grabados expresamente para este disco el nivel todavía está bastante bien.

PRESENCE

Año de publicación: 1976

Puntuación:

1) Achilles' Last Stand; 2) For Your Life; 3) Royal Orleans; 4) Nobody's Fault But Mine; 5) Candy Store Rock; 6) Hots On For Nowhere; 7) Tea For One.

Si eres un fanático de Led Zeppelin, ciertamente no deberías estar leyendo esta página web, y si no lo eres pero en tu mente le confieres al grupo un aura majestuosa de grupo líder del movimiento rock, la verdad es que deberías parar tu investigación en Led Zeppelin IV. Si aún así has seguido escuchando sus discos de estudio y ese aura empieza a derrumbarse, deberías plantarte en Presence sin ni siquiera escucharlo (quizá solo la primera canción) o deberás tener claro que tras la escucha de este disco bajarás definitivamente al grupo del pedestal de los más grandes. El aspecto extramusical más destacado es que Plant fue al estudio de grabación en silla de ruedas debido a un accidente, lo cual lleva a pensar sobre la fiereza que se puede transmitir en ese estado, algo que quizá afectara a sus interpretaciones en este disco. Que se lo digan a Axl Rose cuando suplió al cantante de AC/DC en la gira de 2016, apareciendo en los conciertos también en silla de ruedas.

 

Para empezar, sin que podamos apreciar apenas signos de decadencia en lo musical, tenemos ‘Achilles' Last Stand’, quizá el último coletazo épico que podía salir de la menguante creatividad compositiva que quedaba. El riff principal de guitarra no está nada mal, ni tampoco su desarrollo, el problema mayor estriba en las pocas ideas presentadas en un tema que dura diez minutos y, aparte, Plant no suena muy convincente con sus alaridos.

 

La parte inicial de ‘For Your Life’ parece una versión poco inspirada de ‘Custard Pie’ del disco anterior. Y además el riff principal no podía ser más simplón. Al menos, a los dos minutos el panorama cambia ligeramente y empieza a sonar por momentos una guitarra más creativa que más adelante ofrece algunos solos que nos dejan un poco más tranquilos.

 

El primer horror nos llega a la tercera, pues ‘Royal Orleans’ es el retorno a otro intento fallido de hacer un tema funk, cuando lo único que consiguen tocar es un irritante ritmo y una aún más irritante guitarra rítmica. Los horrores por desgracia no acabarán aquí, pues también está ‘Candy Store Rock’, que es un rock que no sabría clasificar, pero que en cualquier caso suena muy estúpido, parece un insulto a sus oyentes. Y como no hay dos sin tres, justo a continuación llega ‘Hots On For Nowhere’, que es un ‘D'Yer Mak'Er’ sin gracia y sin melodía decente, con una patética batería que va haciendo molestas paradas en su ritmo y un lamentable solo de guitarra.

 

Situada entre las anteriores, ‘Nobody's Fault But Mine’, que no pasa de ser un discreto pop-rock con un inicio del estilo ya demasiado visto de ‘In My Time Of Dying’, hasta parece un buen tema. Pero realmente no lo es tanto, pues lo único que podría destacarse es su solo de guitarra y algunos momentos de la interacción de la voz de Plant con la guitarra de Page.

 

La canción final, igual que la que abre el disco, es lo único que se puede salvar de este despropósito en forma de álbum. Para rastrear el origen o inspiración de ‘Tea For One’, hay que remontarse hasta el Led Zeppelin III  y uno de sus temas estrella, ‘Since I've Been Loving You’, pues es también un blues-rock con un gran trabajo de Page en la guitarra, que aquí sí vuelve a brillar como en etapas anteriores. La duración de casi diez minutos es un tanto excesiva para lo que se presenta, pero quizá ésa fue una de las ideas: alargar al máximo las únicas dos canciones destacables de este prescindible álbum, del cual no vale la pena añadir ningún lamento más.

THE SONG REMAINS THE SAME

Año de publicación: 1976

Puntuación:

1) Rock And Roll; 2) Celebration Day; 3) The Song Remains The Same; 4) The Rain Song; 5) Dazed And Confused; 6) No Quarter; 7) Stairway To Heaven; 8) Moby Dick;

9) Whole Lotta Love.

Disco en directo correspondiente a una serie de conciertos realizados en el Madison Square Garden de Nueva York en julio de 1973, de los que también salió un film de igual título, aunque hay algunas pequeñas variaciones de temas entre uno y otro. Lo que encontramos en este disco son unos pocos temas cortos –menos de la mitad– y el resto de ellos de duración superior a los diez minutos, aunque el más monstruoso sería ‘Dazed And Confused’, que llega casi a los veintisiete minutos.

 

Lo que más se nota en este directo es que todo lo que han ganado en profesionalidad, lo han perdido en frescura. Para empezar, en ‘Rock And Roll’, Plant canta con una voz mucho menos aguda que en el estudio, como si estuviera algo cansado, aunque por suerte lo mejor llega con el incisivo solo que nos regala Page, además de estar ejecutado el tema en una estilo más distorsionado y que recuerda menos al rock and roll que se homenajea. Pero el problema de Plant con la voz si que arruina la siguiente ‘Celebration Day’, pues era precisamente su forma de cantar en el estribillo lo que elevaba el nivel de este tema y aquí lo cambia por una voz desganada y vulgar.

 

‘The Song Remains The Same’ hace honor a su título y no cambia apenas nada respecto a la versión de estudio. Y acto seguido nos llega otro tema del Houses Of The Holy, ‘The Rain Song’, aquí con un desarrollo todavía más lento para que Page se explaye con delicadas pero monótonas líneas de guitarra, además de que su segunda parte más enérgica no suena demasiado bien ensamblada, aunque paradójicamente es aquí donde logramos escuchar por fin a Plant brillando y llegando a esos tonos altos y agudos a los que estábamos bien acostumbrados.

 

Tras todo ello, llegamos al tour de force de este disco en directo. ‘Dazed And Confused’ empieza con una introducción ligeramente más larga gracias a una impresionante guitarra de Page surtida de efectos. Y es precisamente Page quien adopta aquí el rol de guitar hero y realiza una demostración de poderío, aunque se exceda en el uso del arco de violín en su parte central, tal como le gustaba hacer con este tema. Pero llegando a los quince minutos retoma el esquema inicial y ejecuta el maníaco solo correspondiente, interactuando brillantemente con los alaridos de Plant. Luego llegarán otros momentos de lucimiento de la guitarra, al más puro estilo de Clapton en su etapa de Cream, para volver magistralmente a la estructura inicial de la canción y seguir a continuación con más frenéticas improvisaciones de guitarra. Impresionante en todos los sentidos, lo único que le sobra al tema –además del arco de violín– es haber metido con calzador algunos versos de la canción ‘If You're Going To San Francisco’ de Scott McKenzie.

 

Y si lo anterior te ha dejado con la boca abierta, de ‘No Quarter’ podría decir adecuadamente que es tres cuartos de lo mismo. Aunque en su parte inicial no se diferencia apenas de la versión en estudio (que ya de por sí sería un gran logro), encontramos como novedad un gran solo de guitarra de Page, que se vuelve a adueñar del protagonismo que ya posee debido al gran riff del estribillo instrumental. Por otro lado, a ‘Stairway To Heaven’ de lo único que se le puede acusar es de no superar a la versión de estudio, principalmente por culpa de Plant, que no está nada acertado a la hora de introducir pequeñas variaciones como algunas frases adicionales o algunos “baby, baby, baby” fuera de lugar. Como no podía ser de otra manera, aquí también el solo de guitarra se alarga algo más, con buen resultado.

 

De ‘Moby Dick’ poco hay que decir, porque un solo de batería de diez minutos ya se describe por sí mismo. Y para el final nos dejan ‘Whole Lotta Love’, que tiene un sonido diferente que desafortunadamente suena más punk –en su sentido más básico– y menos agresivo, además de que en el estribillo Page se olvida completamente de hacer ese sonido que parecía provenir del mástil. Este tema también está alargado hasta casi los quince minutos, aunque en este caso no está muy justificada la duración por ser menos inspiradas las partes que lo componen. Aquí sí que da la sensación de que Page se está mirando el ombligo mientras toca.

 

En resumen, aunque se trata de un buen disco en directo con algunos momentos excepcionales, la sensación que da en general es que deberían haber logrado un resultado global más brillante, pero hay que recordar que en 1973 ya no eran tampoco los mismos de unos años atrás. Y bueno, después del chasco de Presence, al menos aquí nos dejan con un buen sabor de boca.

IN THROUGH THE OUT DOOR

Año de publicación: 1979

Puntuación:

1) In The Evening; 2) South Bound Saurez; 3) Fool In The Rain; 4) Hot Dog;

5) Carouselambra; 6) All My Love; 7) I'm Gonna Crawl.

No parece que tuvieran la lección muy aprendida después del fiasco de Presence, por lo que aquí parece que repiten el mismo esquema: colocar lo poco decente que hay al principio y al final del disco, de manera que pueda pasar desapercibido el lamentable relleno interior, pero la verdad que tampoco cuela. Resulta imposible no indignarse al escuchar casi la mitad de los temas aquí incluidos, aunque por suerte el resto consigue compensar ligeramente la caída en picado de creatividad artística que sufrió el grupo.

 

Y para resaltar ese paralelismo entre este canto de cisne y el disco Presence, cabe empezar señalando que ‘In The Evening’ representa una nota alta en el estilo épico similar al que tenía ‘Achilles' Last Stand’, aunque parezca más bien una mezcla entre ‘In The Light’ y ‘Sick Again’ del Physical Graffiti. Al menos tiene un buen solo de guitarra a mitad del tema, pues sobra decir que es Page quien lo salva. Y para el final tenemos ‘I'm Gonna Crawl’, que también es otro blues-rock que no representa demasiadas complicaciones para dejar al menos un buen sabor de boca, pero que no puede hacer olvidar los malos momentos aquí contenidos. Del resto tampoco hay que olvidar la emotiva balada ‘All My Love’, liderada por unas líneas de sintetizador y unos deliciosos punteos de guitarra que crean una gran ambientación para un tema al que únicamente le hubiera faltado tener un estribillo más convincente, más poderoso, pero que al menos instrumentalmente bebe de un nada habitual estilo barroco con excepcional resultado.

 

Para hablar del resto de canciones, hay que empezar a temblar ya. ‘South Bound Saurez’ no suena tampoco mal, pero parece una parodia de ellos mismos, con el agravante de que no se intuye que ellos tuvieran la intención de auto-parodiarse. En cambio, ‘Fool In The Rain’ es directamente mala, una lamentable incursión en los sonidos caribeños que tras los dos primeros minutos de continua repetición estructural llega un silbato para avisarnos de que nos preparemos porque lo que llega a continuación va a revolvernos el estómago, pues se trata de un sonido al más puro estilo carnavalesco brasileño, quién lo diría. Y luego, el título de ‘Hot Dog’ al menos ya nos tranquiliza porque un nombre tan cutre para una canción solo puede ser signo de decadencia, de ahí que escuchemos un horripilante country-western impropio de un grupo como Led Zeppelin. Y bueno, si todo esto ya parece excesivo, cuando nos enchufan a continuación la monstruosidad de diez minutos llamada ‘Carouselambra’, solo podemos colocarnos de rodillas y pensar qué habremos hecho mal en nuestra vida para tener que soportar algo así. Aquí los sintetizadores se vuelven irritantes, los solos de guitarra genéricos y mediocres, y la parte central más lenta es totalmente tediosa e insípida. Y bueno, la coda es horrible, no podía sonar peor la combinación de sintetizador cutre, guitarra monocorde y batería tocada sin ganas.

 

La verdad que tras escuchar tanta atrocidad musical, ciertamente cualquiera se debería alegrar de que el grupo se disolviera, aunque la razón verdadera sería la trágica muerte del batería Bonham, ahogado en su propio vómito tras quedar dormido en una borrachera. Triste final personal y artístico de un grupo que pocos años atrás había sido uno de los más importantes del momento a nivel mundial.

CODA

Año de publicación: 1982

Puntuación:

1) We're Gonna Groove; 2) Poor Tom; 3) I Can't Quit You Baby; 4) Walter's Walk;

5) Ozone Baby; 6) Darlene; 7) Bonzo's Montreux; 8) Wearing And Tearing.

Tras la muerte del batería John Bonham, el grupo decidió disolverse, aunque pocos años después decidirían publicar un disco de temas descartados en diferentes épocas, aun sabiendo por nuestra parte que en discos anteriores ya se habían aprovechado muchos descartes con resultado variable. Así que se puede decir perfectamente que, si los últimos álbumes del grupo ya habían reventado la reputación del grupo, aquí lo único que consiguen es dejarla bajo tierra y a buen recaudo, porque muy poco puede salvarse de un despropósito comercial como éste.

 

Lo único decente que se puede encontrar es la nueva versión (bueno, de 1970) en directo del blues-rock ‘I Can't Quit You  Baby’ de Willie Dixon, que ya habíamos escuchado en el disco de debut del grupo, aquí con un solo de guitarra demasiado genérico para que desbanque a la de estudio. Y también se puede destacar el potente pop-rock de ‘Ozone Baby’, que es una canción rechazada de las grabaciones del anterior disco y que no es gran cosa tampoco pero al menos mucho mejor que alguno de los horrores contenidos en aquél. Precisamente otros descartes del In Through The Out Door son la siguiente ‘Darlene’, que en este caso fue todo un acierto el dejarla fuera porque suena a repetición nada inspirada de lo contenido en el Physical Graffiti, y la final ‘Wearing And Tearing’, que parece un batiburrillo punk con mucho ruido, pocas nueces y ninguna gracia.

 

En directo y perteneciente a la misma actuación de 1970 donde tocaron ‘I Can't Quit You  Baby’, podemos encontrar otra versión enérgica, ‘We're Gonna Groove’, muy breve para lo que estamos acostumbrados pero que no resulta muy convincente, pues salvo el solo central de Page, parece que estén tocando con pocas ganas, algo por otro lado impensable para ese año.

 

Como sorpresa, encontramos todavía a estas alturas un descarte del Led Zeppelin III, ‘Poor Tom’, un flojo tema acústico de ritmo movido que no empieza mal pero que acaba resultando repetitivo y empalagoso, incluso hacia el final aparece una acertada armónica que también acaba perdiendo el norte. Peor todavía es el descarte del Houses Of The Holy, una canción de heavy-metal genérico y horroroso llamada ‘Walter's Walk’, que es la prima hermana de ‘The Crunge’, aportando el mismo nivel de irritación que provocaba el ritmo y entonación vocal de ésta. Y hablando de horrores, parece que como homenaje al fenecido nos incluyen una composición propia de Bonham, que como no podía ser de otra manera se trata de un solo de batería acompañado de unas vomitivas notas de sintetizador barato, o más bien de uno de aquellos órganos de juguete que se regalaban antes en las comuniones. Ya ni siquiera se molesta en copiar algún riff de guitarra como introducción, tal como hiciera años atrás en ‘Moby Dick’.

 

En resumen, este es un disco de esos a los que se les puede colocar la etiqueta de “para coleccionistas”. O incluso con una ligera variación: “ni para coleccionistas”. Lamentable disco final para la trayectoria de un grupo que exprimió demasiado pronto su creatividad y no supo remontar el vuelo. Menos mal que no llegaron a olvidar cómo se tocaban los instrumentos.

BBC SESSIONS

Año de publicación: 1997

Puntuación:

CD I: 1) You Shook Me; 2) I Can't Quit You Baby; 3) Communication Breakdown;

4) Dazed And Confused; 5) The Girl I Love She Got Long Black Wavy Hair;

6) What Is And What Should Never Be; 7) Communication Breakdown;

8) Travelling Riverside Blues; 9) Whole Lotta Love; 10) Somethin' Else;

11) Communication Breakdown; 12) I Can't Quit You Baby; 13) You Shook Me;

14) How Many More Times.

 

CD II: 1) Immigrant Song; 2) Heartbreaker; 3) Since I've Been Loving You; 4) Black Dog; 5) Dazed And Confused; 6) Stairway To Heaven; 7) Going To California;

8) That's The Way; 9) Whole Lotta Love (Medley); 10) Thank You.

Disco doble que afortunadamente es otra de las magníficas grabaciones en directo de grandes artistas archivadas por la BBC, pero que se han ido publicando a lo largo de los años para deleite de los aficionados a la música. El primer disco consta de cuatro sesiones en los estudios de la BBC durante 1969 y el segundo comprende buena parte de un concierto de 1971 en Londres, así que tenemos ejemplos del sonido del grupo en su mejor época.

 

El único problema que presenta esta recopilación de actuaciones es la inevitable repetición de algunos temas, por comprender diferentes sesiones, aunque eso también nos sirve para comparar y valorar. Por ejemplo, el primer ‘You Shook Me’ que encontramos no acaba de convencerme por su ritmo demasiado pausado (probablemente la batería la tocara Bonham con una mano). En cambio el segundo ‘You Shook Me’ mejora lo presente, dura el doble pero los solos son abrumadores y el ritmo se acelera en su parte central con gran efecto. No obstante, con el efecto contrario encontramos ‘Dazed And Confused’ y ‘Whole Lotta Love’, que en su versión de los estudios de la BBC alcanzan un grado máximo de expresión pero que en cambio en el concierto de Londres amplían su duración al doble e incluso al triple para dar cabida a excesos instrumentales desmesurados, en ‘Dazed And Confused’ incluyendo el inevitable juego con el arco de violín que, si en imágenes no resulta nada atractivo, sin ellas se convierte en un fragmento caótico y anodino. Si a eso le añadimos el autocomplaciente y nada original solo de guitarra que empieza hacia los once minutos, ciertamente preferimos sin dudar la versión en la BBC. En ‘Whole Lotta Love’, la larga duración en Londres es debida a que van introduciendo diferentes extractos de versiones de blues y similares, pero que tampoco producen ningún efecto especial, por lo que podían haberse dedicado a desarrollar el tema original, tal y como podemos disfrutar en la primera versión.

 

Encontramos también unos pocos temas inéditos, al menos en su versión de estudio, todos ellos en el primer disco, como ‘The Girl I Love She Got Long Black Wavy Hair’, que tiene casi el mismo riff de guitarra que ‘Moby Dick’ del Led Zeppelin II, más una gran parte vocal de Plant marca de la casa. ‘Travelling Riverside Blues’ es una especie de adaptación de un tema del legendario Robert Johnson, que da la impresión de haber sido la inspiración para componer ‘Custard Pie’ del Physical Graffiti. La última canción inédita es una horrible versión de ‘Somethin' Else’ de Eddie Cochran, que aquí está interpretada en una desafortunada mezcla de rock y Honky-tonk (le sobra totalmente el piano), cantada por Plant de una manera que no pega ni con cola.

 

En este primer disco también se puede destacar la siempre genial ‘How Many More Times’, que solo con su riff inicial ya sube los niveles de adrenalina, además de ser un vehículo perfecto para la improvisación del grupo, y destacar igualmente ‘What Is And What Should Never Be’, con Plant ejerciendo de héroe.

 

En el concierto de Londres lo mejor lo encontramos en sus primeros temas. Con ‘Immigrant Song’ consiguen transmitir la misma fiereza que la versión de estudio, y justo a continuación, en ‘Heartbreaker’ Page recibe la suficiente inspiración para realizar un aguerrido solo y mantener el mismo nivel de poderío demostrado. Y ya como broche genial al triunvirato inicial llega una magistral interpretación de ‘Since I've Been Loving You’, el genial blues-rock de tempo pausado que descubrimos en el Led Zeppelin III, y que aquí suena todavía más desgarrador, tanto por los músicos como por la potente voz de Robert Plant. Precisamente de ese disco tenemos más ejemplos, como una pequeña broma en el tema ‘Black Dog’, el cual es introducido con el riff de ‘Out On The Tiles’; o el relax acústico de ‘That's The Way’, que entretiene y poco más, pues la coda que encantaba en su versión de estudio, aquí queda poco consistente y sin el gradual crescendo conseguido en aquélla. Precisamente momentos de relax hay bastantes, como en la sorpresa de encontrar ‘Thank You’ (bueno, en su sección central es más frenética) como punto final del concierto, o en la penosa ‘Going To California’, que nunca entenderé qué es lo que puede agradar de un tema que estructuralmente no para de repetirse y donde la voz de Plant suena falsa e incluso ridícula, porque el folk-rock calmado no es precisamente lo más adecuado para el estilo de este cantante.

 

En cualquier caso, estamos ante el que quizá sea el mejor disco en directo del grupo, alejado algo más de los excesos que se podían encontrar en The Song Remains The Same, aunque debo reconocer que no he escuchado todavía el How The West Was Won. Por otro lado, estas grabaciones de la BBC pueden tomarse como un “Greatest Hits” en directo pues podrá complacer tanto al fan acérrimo del grupo como al oyente casual que quiera aventurarse en la explosión sónica de la época álgida de los Led Zeppelin.

HOW THE WEST WAS WON

CD I: 1) LA Drone; 2) Immigrant Song; 3) Heartbreaker; 4) Black Dog;

5) Over the Hills And Far Away; 6) Since I've Been Loving You; 7) Stairway To Heaven;

8) Going To California; 9) That's The Way; 10) Bron-Yr-Aur Stomp.

 

CD II: 1) Dazed And Confused/Walter's Walk/The Crunge;

2) What Is And What Should Never Be; 3) Dancing Days; 4) Moby Dick.

 

CD III: 1) Whole Lotta Love/Boogie Chillun/Let's Have A Party/Hello Marylou/Going Down Slow; 2) Rock And Roll; 3) The Ocean; 4) Bring It On Home/Bring It On Back.

Puntuación:

Año de publicación: 2003

Para una banda que tuvo una presencia tan arrolladora en directo durante la década de los años setenta, era cuestión de tiempo que se publicaran discos que recogieran actuaciones de esa época. En este caso, se trata de una selección de temas de la gira de 1972 en Estados Unidos, concretamente de dos conciertos de junio. Es por tanto un año anterior a The Song Remains The Same y la única diferencia que presenta con éste es que aquí todavía no se había publicado el álbum Houses Of The Holy, aunque podemos escuchar hasta tres de sus temas, que suenan de manera similar a lo que sería la versión de estudio (‘Over the Hills And Far Away’ con un pasaje instrumental central más extenso, pero ‘Dancing Days’ igual de irritante).

 

Como era de esperar, encontramos tres temas extensos más allá de lo imaginable en primer término. Uno de ellos no cuenta porque es la excusa para que Bonham se marca un exagerado solo de batería (‘Moby Dick’). Veinticinco minutos de ‘Dazed And Confused’ dan para muchos desfases instrumentales, pues incluso nos meten un extracto de la pesadilla funky de ‘The Crunge’. Está lejos de la brillantez que consiguieron en The Song Remains The Same. En la misma tónica se encuentra ‘Whole Lotta Love’, extendida en forma de medley con otros temas e improvisaciones que suena algo más interesante pero que solo entusiasma en momentos concretos, mientras que otros suenan a relleno. A partir de los dos minutos comenzamos a escuchar unos sonidos que deben estar hechos con la guitarra pero que suenan a las radios de los ochenta cuando se intentaba sintonizar una emisora. A partir de los 3:20 cambia la cosa y se parecen más bien a The Who, hasta que ya retoman la entrada de guitarra del ‘Whole Lotta Love’ original. Después prosigue con extractos de temas ajenos con no demasiada fortuna. Lo que queda un poco cursi es cantar ‘Hello Mary Lou’ para un grupo como Led Zeppelin. A Freddie Mercury también le gustaba cantar esa canción en directo y lo hacía con más gracia que Robert Plant. Eso sí, a partir de los quince minutos llega un gran solo de guitarra de Page que vale la pena escuchar.

 

Del resto de temas no vamos a encontrar demasiadas novedades salvo las habituales improvisaciones para extender algunos temas, con casos como ‘Heartbreaker’ en que se trata de un solo de guitarra de Page sin acompañamiento, en el que parece mirarse el ombligo durante tres minutos en vez de recrear alguna melodía. Probablemente los temas más parecidos a su equivalente de estudio son los que mejor sensación dejan, como podemos comprobar en las brillantes interpretaciones de ‘Stairway To Heaven’ y ‘What Is And What Should Never Be’. En ‘Immigrant Song’ se confirma que Plant es capaz de realizar los alaridos igual que en el estudio. También hay lugar para algo de humor, como cuando en ‘Black Dog’ comienzan tocando la introducción de ‘Out On The Tiles’, pues el álbum Led Zeppelin III está muy presente aquí, ya que hasta se incluyen dos de sus temas acústicos. Eso sí, ‘That's The Way’ la acaban de destrozar porque la celestial coda de la versión de estudio la reducen al mínimo, tanto de tiempo como de calidad, por lo que el tema se convierte en casi seis minutos de sopor irremisible. Al menos ‘Bron-Yr-Aur Stomp’ queda como un agradable divertimento en el que todos parecen pasarlo bien.

 

Al final, la sensación que deja este triple disco es de ser ligeramente inferior a The Song Remains The Same, pero solamente por incluir varios temas desechables aparte de ‘Moby Dick’, al cual poseen ambos en común. Así que tenemos algunas interpretaciones asombrosas, otras satisfactorias, y unas cuantas lamentables. Pero en definitiva, para escuchar a Led Zeppelin en directo es mejor dirigirse al grabado en la BBC. Éste es para completistas y seguidores de la banda.

VÍDEOS

LED ZEPPELIN

Año de publicación: 2003

Este monumental doble DVD recoge actuaciones y conciertos de toda su carrera, justo desde 1969 a 1979. Podemos comprobar cómo en los grandes estadios eran proclives a excesos instrumentales y desvaríos varios de Plant, lo cual se traslada también visualmente a unos excesos de los cámaras que están grabando, puesto que la fotografía es en ocasiones un tanto deficiente. Curiosamente, lo mejor de todo con diferencia es una actuación en la televisión danesa de marzo de 1969, donde interpretan varios temas de su disco de debut con unos pocos afortunados como público sentados en el suelo frente a ellos. En un ambiente tan íntimo y con las ganas que tendrían de triunfar en ese momento, tanto el sonido como las interpretaciones son excepcionales, donde lo único que sobra es ver a Page flipándose con un arco de violín. Para quien guste de los Zeppelin más hiperbólicos, disfrutará de este DVD; para quien no lo sea, acabará empachado de tanto exceso. Se aconseja ver media hora diaria a lo sumo para no acabar saturad@.

CELEBRATION DAY

Año de publicación: 2012

Este doble DVD recoge el concierto acaecido como homenaje a Ahmet Ertegun tras su fallecimiento, fundador y presidente de la compañía Atlantic Records a la cual pertenecieron los Led Zeppelin. El concierto tuvo lugar en el O2 Arena de Londres, el 10 de diciembre de 2007, y suponía el retorno de la banda tras algunas reuniones puntuales y olvidables (bueno, algunas bochornosas como la del Live Aid de 1985). En esta ocasión, la reunión era también muy especial porque tienen como batería al hijo de John Bonham, Jason, que recuerda mucho a su padre en la manera de golpear tan fuerte.

 

El repertorio interpretado recorre su discografía hasta Presence y recoge buena parte de sus grandes éxitos, con poco margen para sorpresas. De ‘For Your Life’ comenta Plant al presentarla que es la primera vez que la tocan en público, pero podrían haberla mantenido en el mismo estado porque queda como lo más flojo de todo el concierto. Pero demuestran estar en buena forma, además de que evitando los excesos que caracterizaban los conciertos de los años setenta y siendo más concretos y concisos en su ejecución, los protagonistas son los grandes temas que conforman su catálogo. Incluso consiguen que ‘Nobody's Fault But Mine’ parezca una de sus grandes composiciones por su impecable interpretación. Lo que podría haberse ahorrado Page es volver a sacar el arco de violín en ‘Dazed And Confused’ para pasárselo bien como un crío a costa de proferir sonidos atonales con su guitarra. A cambio, puede destacarse la excepcional interpretación de ‘Since I've Been Loving You’ como uno de los grandes momentos que tiene este concierto, principalmente por la guitarra de Page.

 

En el segundo DVD encontramos el ensayo del concierto que es exactamente el mismo repertorio (para eso es un ensayo) pero todo el tiempo con una cámara fija filmando desde unos veinte metros, por lo que se hace fatigoso visualmente. Así que es mejor concentrarse en el concierto propiamente dicho, puesto que es uno de los mejores que hayan grabado como banda (impresionantes ‘Kashmir’ o ‘No Quarter’), aun siendo unos sexagenarios. Una lástima que John Bonham no estuviera en él.

bottom of page