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KING CRIMSON

IN THE COURT OF THE CRIMSON KING

Año de publicación: 1969

Puntuación:

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1) 21st Century Schizoid Man; 2) I Talk To The Wind; 3) Epitaph; 4) Moonchild;

5) The Court Of The Crimson King.

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Uno de los discos importantísimos en la historia del rock, pues fue pionero de lo que se llamaría rock progresivo: piezas de extensa duración con desarrollos instrumentales largos, voces angelicales e incluso corales y letras inspiradas en mundos fantásticos tipo Tolkien. No es que esos sean los ingredientes únicos o necesarios, pero es siempre complicado ponerle etiquetas a algo tan amplio o variado como el rock.

 

Este grupo sufrirá muchos cambios tanto de personal como de estilo musical durante su larga trayectoria, con Robert Fripp como guitarrista e hilo conductor de la historia de King Crimson. En esta primera encarnación del grupo estaba acompañado por Michael Giles en la batería (uno de los hermanos de Giles, Giles & Fripp, interesante trío de música pop muy inglesa y origen de King Crimson), Ian McDonald en el mellotron, saxofón y flauta, y Greg Lake en el bajo y cantando con su gran voz. Por otro lado, la letra de las canciones será proporcionada por Peter Sinfield, letrista unido al movimiento progresivo al seguir después con ELP y otras colaboraciones similares.

 

Mediante ‘21st Century Schizoid Man’ tenemos un inicio de álbum demoledor. Bueno, realmente al principio tenemos solo unos sonidos donde no sabemos lo que va a pasar, hasta que todos los instrumentos entran comandados por… ¡un saxofón! Y tocando lo que será la maníaca melodía principal. Más maníaca todavía será la voz distorsionada de Lake cantando como un desquiciado, acorde al tono de la canción. El intermedio instrumental es de una fuerza inusitada, con un ritmo infernal rapidísimo donde todos los músicos aportan todo su potencial. Y cómo no, el retorno a la parte principal es otro apoteósico momento para recordar.

 

En el polo opuesto se sitúa ‘I Talk To The Wind’, pues empieza con una melodía de flauta (que seguramente será el mellotron) y una percusión tranquila para adentrarnos luego en una especie de balada folk al principio coral, para dar luego paso a la dulce voz de Lake que nos transporta agradablemente hasta la sección instrumental, que vuelve a ser una delicia, con la flauta acompañada de una agradable batería. A continuación, el comienzo majestuoso y magistral de ‘Epitaph’ nos anuncia que nos encontramos ante una de las más bellas creaciones del rock progresivo. Esta memorable introducción va desapareciendo paulatinamente para que entre la voz angelical de Lake, acompañada inicialmente de la batería pero pronto también adornada por más instrumentos y sonidos. Igual que todas las anteriores, tiene un gran pasaje instrumental intermedio y un memorable retorno a la parte inicial, en lo que es otro inolvidable himno del género progresivo.

 

En cambio, ‘Moonchild’ es el momento más flojo del disco. Aunque en realidad tiene un buen inicio, ya que se trata de una balada cantada con una voz algo distorsionada y acompañada de una buena melodía de guitarra, mientras que en la segunda parte de la canción el grupo se olvida de toda melodía y se dedican a producir sonidos aleatorios sin ton ni son. Y el problema es que esto dura varios minutos.

 

Si no acabas durmiéndote con toda esa cacofonía (o si le das a la tecla de pasar canción), llegarás a otra canción majestuosa, la gran ‘The Court Of The Crimson King’, con unos coros añadidos a la memorable melodía de mellotron que lidera la parte musical de esta canción. Tiene también unas brillantes partes instrumentales y un falso final donde se empiezan a escuchar algunos sonidos sueltos que pueden hacer temer otro momento tedioso como el de ‘Moonchild’, pero la entrada de la batería nos devuelve a la memorable melodía principal.

 

Con ello se pone punto final a uno de los discos más importantes de la historia de la música, inicio de un estilo, el rock progresivo, que en los siguientes años será la moda –qué tiempos aquellos– junto al hard-rock.

1) Peace - A Beginning; 2) Pictures Of A City; 3) Cadence And Cascade;

4) In The Wake Of Poseidon; 5) Peace - A Theme; 6) Cat Food;

7) The Devil's Triangle; 8) Peace - An End.

IN THE WAKE OF POSEIDON

Año de publicación: 1970

Puntuación:

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Segundo disco del grupo y ya tenemos la primera revolución de tantas que poblarán la carrera de King Crimson: McDonald y Giles se han ido (grabarán pronto un buen LP juntos) y Lake se marchará poco antes de la publicación del disco, aunque estará implicado en las tareas de grabación. Por si fuera poco, el álbum fue criticado como una imitación menor del primero (comenzando por su título), y eso es algo bastante cierto pero no tanto, como veremos a continuación. La copia respecto al primer disco es bastante difusa, similar de alguna manera a lo que podríamos decir de los discos de los Moody Blues tras el Days Of Future Passed, es decir, hay elementos y esquemas similares pero las canciones suenan con propiedad.

 

El disco contiene una trilogía de canciones llamadas ‘Peace’, donde la primera es un breve canto a cappella de Lake y unas notas de guitarra sueltas al final; ‘Peace – A Theme’ es lo mismo pero solo con guitarra española; y finalmente, ‘Peace – An End’ es casi como la unión de las dos anteriores, al cantar nuevamente Lake acompañado de la guitarra.

 

Cuando comenzamos a escuchar ‘Pictures Of A City’, nos puede recordar con razón a ‘21st Century Schizoid Man’, pero es claramente una composición diferente, si bien es cierto que hay momentos como en el intermedio instrumental, cuando se acelera todo, que recuerda todavía más al citado tema del primer disco. En cualquier caso, sigue teniendo mucha fuerza y se puede disfrutar igualmente, aunque carezca de la maestría de la anterior. Las similitudes no acaban precisamente ahí, puesto que a continuación llega ‘Cadence And Cascade’, una balada acústica que podría recordar a ‘I Talk To The Wind’, aunque sin la flauta ni el pasaje instrumental de la segunda, por lo que tampoco se consigue igualar su grandeza, además de que en este caso ya no está cantada por Lake tampoco, sino por quien sería su reemplazo, el también bajista y cantante Gordon Haskell.

 

Al tema ‘In The Wake Of Poseidon’ le toca recordar a ‘Epitaph’ (¡de momento vamos siguiendo el orden del primer disco!), pero lo que asistimos realmente es a otra canción épica que sí que puede recordar a su predecesora en algunos momentos, pero podemos sustraernos completamente de ello y disfrutarla tal cual es, ya que se trata de otra de las bellas composiciones de esta primera etapa de la banda. Posee un maravilloso estribillo que empieza con Lake casi murmurando, para luego ir subiendo la intensidad, además de una coda memorable. Ocho minutos mágicos de lo mejor que pueden ofrecernos.

 

Mediante ‘Cat Food’ por fin llegamos a un momento que no recuerda al disco anterior, aunque a cambio las líneas de bajo iniciales recuerdan bastante a las de ‘Come Together’ de los Beatles. En el instrumental ‘The Devil's Triangle’ practican ese tipo de jam que tanto les gusta, donde además nos cuelan unos breves segundos del coro de ‘The Court Of The Crimson King’ hacia el final. Al menos en este caso esta pieza experimental se puede escuchar de forma amena, a diferencia de otras similares del grupo. Consta de tres partes y resulta bastante intrigante en su desarrollo; es todo un crescendo instrumental llevado por una percusión tipo militar y, cuando parece que ha acabado, vuelve nuevamente con unos sonidos inquietantes al mellotron. Originalmente, en directo, la titulaban ‘Mars’ por estar inspirada en una obra del compositor clásico Gustav Holst, pero por problemas legales hubieron de cambiarle el título.

 

Valorando este álbum en global, comprobamos que sale afectado por los profundos cambios que hubo en la banda. Aunque el mellotron ahora sea tocado por Fripp también, está claro que los siguientes años iban a ser complicados si querían seguir en la misma senda trazada por los importantes músicos que ahora ya no habrían de estar, si bien la solución escogida será todo lo contrario: seguir por nuevos caminos menos transitados y redefinir el estilo y concepto de King Crimson. Una dinámica que se mantendrá a lo largo de los años.

LIZARD

Año de publicación: 1970

Puntuación:

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1) Cirkus; 2) Indoor Games; 3) Happy Family; 4) Lady Of The Dancing Water; 5) Lizard.

A partir de este disco el grupo entra en una fase donde todo se vuelve más complejo y menos melódico, por lo que pierde gran parte del atractivo que poseía en primer lugar por esa habilidad y talento demostrado en aunar ambos conceptos, tal como había quedado demostrado en los dos álbumes precedentes.

 

En cualquier caso, ‘Cirkus’ no empieza mal, es como si se mezclaran ‘Epitaph’ y ‘21st Century Schizoid Man’ en un cóctel de imprevistos, donde la parte más calmada está a un alto nivel con una gran interacción entre guitarra española, mellotron y saxofón. Si hubiera estado cantada por Lake seguro que subiría más enteros, pero en cambio tenemos la voz de Gordon Haskell que quizá esté hecha para temas con más energía. Las partes instrumentales que componen este tema están bien por su mezcla de melodía y disonancia, que en este caso crea un contraste muy bien conseguido y que le proporciona un toque diferente. Este contraste se pierde ya en el limbo cuando se vuelve a intentar en la siguiente ‘Indoor Games’, pues sin una inspirada melodía no se pueden compensar las disonancias.

 

Peor todavía es ‘Happy Family’, con unos irritantes efectos en la voz y una instrumentación desacoplada y atonal que la convierten en una mala experiencia que será difícil escuchar entera. A continuación, ‘Lady Of The Dancing Water’ empieza en un tono muy folk con su flauta inicial, para luego dar paso a un calmado tema donde esta flauta va acompañada de una guitarra acústica, pero sin conseguir ningún efecto destacado, es más bien una canción que se olvida fácilmente.

 

Para el final tenemos la larga pieza que da título al álbum, compuesta por cuatro partes y que sorpresivamente está cantada por Jon Anderson de Yes, lo cual tampoco se puede entender como una buena noticia. La primera parte, llamada ‘Prince Rupert Awakes’, es la mejor de las tres, pues es esa canción tipo ‘I Talk To The Wind’ que saben ejecutar a la perfección, y tiene además un gran final coral que enlaza con la segunda parte (‘Bolero’) mediante una trompeta, que dará paso a una calmada melodía con un fondo percusivo muy ligero reminiscente del Bolero de Ravel. El problema viene cuando llega un punto en que los músicos ya no saben qué hacer y empiezan a aparecer las consabidas disonancias y un estilo que más parece una improvisación de jazz.

 

La tercera parte, ‘The Battle Of Glass Tears’, está a su vez subdividida en otras tres, pero no perderé tiempo en escribir su nombre. Tras un largo pasaje instrumental algo caótico que encontramos desde su inicio, llega una breve parte cantada casi a cappella y en un tono fúnebre, que da paso a otro pasaje instrumental análogo al anterior e igualmente no demasiado brillante, liderado primero por el mellotron y luego por el saxofón para convertirse nuevamente en otro amasijo instrumental sin nada que se pueda destacar. Los últimos dos minutos parece que vamos a escuchar un tranquilo réquiem de guitarra, pero parece que no podían quedarse satisfechos si no volvían a crear otra amalgama sonora final, que por cierto es en sí misma la cuarta y breve parte.

 

En definitiva, muy flojo resultado el que obtenemos con estos componentes del grupo que no durarán más allá de este álbum, aunque como veremos a continuación, el problema no está tanto en los componentes como en la poca inspiración compositiva.

ISLANDS

Año de publicación: 1971

Puntuación:

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1) Formentera Lady; 2) Sailor's Tale; 3) The Letters; 4) Ladies Of The Road; 5) Prelude: Song Of The Gulls; 6) Islands.

Como si no hubieran aprendido nada del disco anterior, aquí se repite un estilo musical similar que crea más quebraderos de cabeza que momentos de disfrute, por lo que los nuevos reclutamientos de Fripp no consiguen el resultado deseado. En este caso, por los títulos de las canciones se puede pensar en un concepto marítimo que impregne todos los temas de un cierto toque particular, pero musicalmente no se encuentra nada especial, así que la tarea recae en el conocido letrista de rock progresivo Peter Sinfield.

 

Pasando a hablar de las canciones, ‘Formentera Lady’ parece que no acaba de arrancar hasta pasados los dos minutos, donde empieza la parte cantada pero con una melodía que más bien deja indiferente y que acaba aburriendo, aunque esto no es nada comparado con la segunda mitad del tema, que es una mezcla de sonidos atonales sin propósito aparente, principalmente un irritante saxofón, todo ello con las mismas dos notas de bajo repitiéndose una y otra vez.

 

El instrumental ‘Sailor's Tale’ es bastante mejor, como si hubieran hecho una jam inspirándose nuevamente en la de ‘21st Century Schizoid Man’. En su parte final el mellotron toma el mando y acaba desvariando y malogrando el resultado global de este discreto tema. Más discreto todavía es ‘The Letters’, un fallido intento de contraste entre una parte cantada de forma casi inaudible y sin aportar nada que enganche, y otra parte más enérgica pero que suena a algo ya escuchado anteriormente, como si esta canción se hubiera grabado para rellenar hueco.

 

Para lo poco que dura, ‘Ladies Of The Road’ suena bastante variado, aunque no siempre con buen resultado. Empieza otra vez con una casi inaudible voz, hasta que llega nuevamente el fastidioso saxofón que ya habíamos sufrido en ‘Formentera Lady’ y el tema se transforma en una olvidable imitación de ‘Come Together’ de los Beatles. Lo mejor sin duda es el fragmento formado por las voces que van entrando en contrapunto armónico para cantar “All of you know that the girls of the road/ Are like apples you stole in your youth”.

 

Lo mejor del álbum es curiosamente el tema más inusual incluido en él, el instrumental de corte clásico ‘Prelude: Song Of The Gulls’, que es como si hubieran rescatado algún Andante de una pieza de cámara de la época del Clasicismo musical (Mozart, Haydn…). Por otro lado, el tema que da título al disco empieza también de una forma dulce, casi como si se tratara de una nana. Es una de las piezas más tranquilas que haya compuesto Robert Fripp, y su segunda parte instrumental eleva ligeramente el tono calmado con una melódica trompeta, pero en general parece música para teleseries más que algo serio. Tras acabarse este largo tema, llegan unas voces de estudio y unos sonidos de afinación de instrumentos que no se sabe bien qué pintan aquí.

 

Por suerte, la primera fase de King Crimson acaba con este álbum, pues parece que Fripp vio que el camino que seguían estaba creativamente agotado y había de protagonizar la primera de tantas y grandiosas mutaciones que sufriría el grupo tanto en sus componentes como en su estilo musical.

EARTHBOUND

Año de publicación: 1972

Puntuación:

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1) 21st Century Schizoid Man; 2) Peoria; 3) The Sailor's Tale; 4) Earthbound; 5) Groon.

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Previo al cambio anunciado de los componentes de King Crimson, se publicó este disco en directo a partir de la selección de varias actuaciones de febrero-marzo de 1972, pertenecientes a su reciente gira. Lo que no se entiende es qué criterio pudieron emplear para publicar un disco en directo con tan paupérrima calidad de sonido, puesto que para ese año ya existía tecnología suficientemente buena para realizar grabaciones en directo de gran calidad. Que se lo digan, por ejemplo, a The Who o The Rolling Stones. Pero el sonido no será precisamente lo peor del disco, puesto que está plagado de improvisaciones que solo podrán dejar satisfechos a los amantes del jazz o, por decir alguno más, de los temas más desquiciantes de Can.

 

Al menos la obvia elección de ‘21st Century Schizoid Man’ es imprescindible escucharla, aun teniendo ese pésimo sonido, y es lo único que vale la pena rescatar de este disco. El solo de guitarra es impresionante, con Robert Fripp dándolo todo, hasta que deja el testigo para el pertinente solo de saxofón de Mel Collins (a quien recordamos sobre todo por su incorporación a los Dire Straits más exitosos, aunque participó con infinidad de grupos y artistas), que también se luce y no desentona con la excepcional ejecución de la canción, incluida la voz de Burrell que suena más esquizoide y terrorífica que nunca. Una lástima, porque con un mejor equipo de grabación podría haber pasado por ser una de las mejores versiones en directo de este magnífico tema.

 

A partir de aquí, como oyente puedes empezar a santiguarte mientras comienza ‘Peoria’ y todavía se puede escuchar el agradable saxofón de Collins liderando el tema, porque luego llegará el canto de Burrell tipo scat que traspasará los límites de lo insufrible. Este estilo de canto vuelve a repetirse lamentablemente en ‘Earthbound’, la cual es todavía peor que ‘Peoria’ (quién lo diría), pues se trata de una relativamente extensa improvisación que no parece tener ningún sentido ni tampoco aporta nada, y que nadie querrá volver a escuchar por segunda vez. Lo mismo pero en sentido triple (por su más extensa duración) podría decirse de la improvisación final ‘Groon’, que no puede resultar una experiencia más atroz pues carece de melodías ni algo que se le parezca; se trata solamente de unos músicos que por momentos parece que están afinando sus instrumentos y en otros parece que están practicando su coordinación. Incluso nos meten el inevitable solo de batería que se vuelve interminable y que acaba en unos irritantes sonidos de sintetizador que te obligarán a darle a la tecla de stop. Lamentable.

 

Para recordarnos que habían grabado un disco de estudio anteriormente, del Islands nos encontramos ‘The Sailor's Tale’, que es más bien otra improvisación que nuevamente queda lastrada por la calidad del sonido, pudiendo haber obtenido un mejor resultado en caso contrario. Tampoco acaba de estar del todo bien conseguida alguna de las transiciones entre las partes más pausadas y las más dinámicas, aunque cuando uno ha escuchado el resto del disco, la verdad que hasta parece mejor de lo que es.

 

En definitiva, el único motivo que encuentro para la publicación de este disco es que Fripp quería justificar su decisión de cambiar a todos los miembros del grupo. Como si hubiera querido decirnos: “¿Veis por qué es necesario hacer borrón y cuenta nueva? ¡Mis compañeros son unos zoquetes y no pueden aportar nada más!”. Y ciertamente el renacimiento de King Crimson volverá a despertar la ilusión en el grupo.

LARKS' TONGUES IN ASPIC

Año de publicación: 1973

Puntuación:

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1) Larks' Tongues In Aspic, Part One; 2) Book Of Saturday; 3) Exiles; 4) Easy Money;

5) The Talking Drum; 6) Larks' Tongues In Aspic, Part Two.

Como ya se dijo, para la grabación de este disco Fripp reclutó nuevos miembros, en una especie de refundación de King Crimson: John Wetton en el bajo y la voz (que había estado en Family y que años después fundaría los exitosos Asia), David Cross con el violín y el mellotron, Jamie Muir en la percusión y Bill Bruford de Yes en la batería. Parece que la ayuda de Wetton en la composición (además del resto) consigue que vuelva el gusto por la melodía sobre el caos instrumental, lo cual se agradece y permite obtener un resultado mucho mejor de lo que veníamos escuchando hasta este momento.

 

Los tres primeros minutos de la extensa pieza instrumental ‘Larks' Tongues In Aspic, Part One’ constan de una mágica melodía parece que tocada con el xilófono o la marimba, que desaparecerá después para llegar a terreno de nadie, donde pronto llegará el demoledor riff característico de esta pieza y marcará el verdadero inicio de esta brutal jam en  la cual todos los músicos aportan lo mejor de sí. A partir de los ocho minutos la pieza se transforma en el show de Cross, que con su violín nos mantiene en vilo hasta que pasados los once minutos se lanza con una gran y ágil melodía que acaba con la entrada del resto en un final inquietante. La segunda parte de esta pieza, ubicada en el final del LP, es todavía mejor, pues es mucho más rockera y además ya desde su inicio nos deslumbra con un agresivo riff de guitarra que será precisamente su leitmotiv. La jam instrumental que le sigue es excepcional en su fiereza, llevándonos a un final tipo cascada de sonido que va esfumándose poco a poco y que también finaliza el disco.

 

Lo que se puede encontrar entre ambas piezas es de índole diversa. ‘Book Of Saturday’ es una bonita canción tranquila cantada por la emotiva voz de Wetton y con una gran parte instrumental donde interactúan a la perfección la guitarra eléctrica y el violín. ‘Exiles’ también es un calmado tema que impacta desde su intrigante comienzo donde unos sonidos imitando la naturaleza nos sumergen en una especie de pesadilla hasta que unas notas de bajo y de violín nos empiezan a despertar para dar paso, casi a los dos minutos, a una bella melodía liderada por el violín y aderezada por unas deliciosas líneas de guitarra. A Wetton quizá le falta algo más de suavidad en la forma de cantar, pero en cualquier caso la magia del tema viene de su magnífica y perfecta instrumentación, de ahí su insuperable parte final que es para ser escuchada repetidamente y sin dejar uno de deleitarse cada vez.

 

Por otro lado, ‘Easy Money’ es la demostración de que el grupo también sabe hacer grandes composiciones rock focalizadas en la parte vocal, aunque la fuerza del inicio luego decae intencionadamente hasta que se canta el título de la canción, donde ya vuelve a subir el tono y así se pasa a una extensa parte instrumental donde brilla la guitarra de Fripp en un gran solo. Entonces volveremos nuevamente a la estructura inicial, que tendrá un carácter todavía más potente por la incisiva irrupción de diversos efectos estridentes de la guitarra.

 

Cuando leemos el título ‘The Talking Drum’ y empezamos a escuchar unos flojos sonidos de percusión aleatorios sin sentido alguno, no podemos sino empezar a pensar con temor que nos encontramos ante otra de esas improvisaciones atonales y caóticas de las que era y es devoto el grupo. Pero por suerte, aunque muy lentamente, todo empieza a cobrar sentido y el ritmo ágil que aparece (gran bajo de Wetton) permite la incorporación primero del violín con una melodía de carácter oriental y luego la maníaca guitarra de Fripp que transforman el miedo inicial que teníamos con el tema en toda una experiencia sonora.

 

En definitiva, estamos ante una gran reinvención del grupo como figuras de la improvisación y el sonido vanguardista en el rock, que no durará más allá de dos discos de estudio más pero que aun así dejaron una huella imborrable durante ese periodo.

STARLESS AND BIBLE BLACK

Año de publicación: 1974

Puntuación:

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1) The Great Deceiver; 2) Lament; 3) We'll Let You Know; 4) The Night Watch; 5) Trio; 6) The Mincer; 7) Starless And Bible Black; 8) Fracture.

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Continuación decepcionante tras la brillantez del disco anterior, debido principalmente a las tendencias dirigidas a la improvisación por las que el grupo deja fluir su imaginación y talento, aunque ello no resulte en un sonido atractivo en la mayoría de los casos. De hecho, la mayoría del álbum fue grabado en directo con una posterior eliminación del sonido ambiente y los aplausos en el estudio.

 

En cualquier caso, ‘The Great Deceiver’ es una manera frenética de iniciar un disco, gracias sobre todo a una magnífica guitarra esquizoide que eleva el nivel de un tema que suena un tanto arrastrado en las estrofas principales, pero que en el estribillo mejora muchísimo.

 

Los momentos tranquilos comienzan en la primera parte de ‘Lament’, con una tranquila melodía cantada por Wetton y acompañada únicamente por unas notas de guitarra a la que empezarán a añadirse el bajo, la percusión, el mellotron y unas líneas de guitarra más melódicas, justo antes de que empiecen a aburrir las mismas notas monocordes. Luego el tema tendrá un desarrollo más potente, imitando el estilo expuesto en Larks' Tongues In Aspic. Pero para tranquilidad y relajación tenemos el mejor tema del disco, que es ‘The Night Watch’, el cual empieza con una amplia y ornamentada introducción de guitarra y percusión (y probablemente de violín), que dará paso a la delicada parte vocal compuesta por dos partes diferentes. Pero lo más grandioso es la guitarra que empieza a sonar a partir de los 2:20 y que aportará una gran carga emotiva a lo que queda de tema, incluido un memorable solo.

 

El instrumental ‘We'll Let You Know’ parece que no va a arrancar nunca y al menos ofrece una curiosa interacción entre la guitarra y la percusión. Mucho mejor es otro instrumental del disco llamado ‘Trio’, un crescendo al más puro estilo de lo que podría ser una pieza de cámara de música clásica, un estilo nada habitual en el rock pero que aquí proporciona un punto de diversidad y buen hacer, donde obviamente brilla Cross con su violín. Justo a continuación llega otro cuasi-instrumental (‘The Mincer’) que tampoco aporta mucho y que cuando llega su breve parte cantada podría parecer una inspiración clara para el tema ‘Voices Inside My Head’ de The Police, solo que estos últimos realizaron un gran tema y lo de King Crimson no pasa de aceptable.

 

El problema del disco llega con lo que era la segunda cara del LP original y que comprende los dos últimos temas. El que da título al disco es lo que parece una improvisación instrumental que más bien aburre, de hecho hasta pasados los cinco minutos no ofrece nada de interés, y lo restante tampoco es que nos motive a aplaudir. Y en la final ‘Fracture’ el ya empleado recurso del crescendo ya no se utiliza de manera eficiente, sino para ir improvisando de manera aleatoria, y únicamente en su parte final se anima lo suficiente para provocar algo de interés, aunque para ello se haya de haber soportado previamente una parte bastante tediosa.

 

Por suerte, parece que tomarán nota de los inconvenientes que presenta este disco así como de sus escasos aspectos positivos, por lo que en el siguiente volverán a la senda de la excelencia, más propia para el gran nivel que atesoraban los componentes de esta versión de King Crimson.

Tal como puede deducirse por la portada, en este disco el grupo queda reducido a un trío, ¡pero vaya trío!, pues Fripp, Wetton y Brufford son referencias musicales sin lugar a dudas. El violinista Cross todavía participa en una última canción (‘Fallen Angel’) y aún así recibieron la ayuda de antiguos compañeros como Ian McDonald y el saxofonista Mel Collins para otros temas. En el que sería su último LP de estudio durante varios años, siguen la senda musical marcada por los anteriores discos (de hecho fue publicado en el mismo año que Starless And Bible Black) pero dando mayor relevancia a la melodía y apoyándose en unas inspiradas composiciones que no podían dejar entrever el abrupto final que supondría en la carrera del grupo por mucho tiempo.

 

La canción que da título al álbum (la única compuesta aquí en solitario por Fripp) le aporta un enérgico inicio con su inconfundible riff de guitarra, del estilo más característico de King Crimson. Más adelante, casi a los tres minutos, se transforma en un sombrío tema que pulula sigilosamente a través de una inquietante atmósfera que sirve de puente para el retorno del riff principal. Quizá sea ésa la única pega que se le pueda poner a tan brillante inicio, esto es, que se repita demasiado el mismo riff.

 

A continuación, la distorsión que sirve de introducción de ‘Fallen Angel’ no preludia la preciosa canción lenta que podemos disfrutar a continuación, en la que se alternan las líneas de guitarra eléctrica del más puro “estilo Fripp” con algunas de guitarra acústica que son toda una delicia. Pasado el minuto y medio, encontramos otro pasaje que suena más perturbador, donde van repitiendo el título de la canción mientras los instrumentos van sonando más fuertes y sombríos, incluida una trompeta. Tras un magnífico intermedio instrumental se retomará la misma estructura inicial pero con nuevos detalles que engrandecen el resultado global. El final del disco también se corresponderá, en primer término, con una atmósfera más relajada gracias a ‘Starless’ (donde curiosamente se canta el título del disco anterior), que posee una agradable primera parte vocal que volverá a dar paso a otro momento inquietante, inicio de una nueva sección donde el tono irá subiendo a medida que los instrumentos van gradualmente complementándose hasta llegar a un maníaco solo de saxofón de Collins, al más puro estilo del ‘21st Century Schizoid Man’, donde quizá le sobre la repetición que hace de la melodía vocal con su instrumento, pero que no deja de ser una anécdota dentro de la impecable ejecución que realizan y el impresionante último minuto de este tema, que es toda una lección de cómo realizar una finalización magistral. Un perfecto broche de oro para esta obra maestra.

 

Una de esas canciones que parece que anteceden a su época es ‘One More Red Nightmare’, no tanto por poseer otro de esos riffs agresivos e intrigantes que son marca de la casa, sino por la parte cantada, donde el estilo parece adelantarse al hip-hop o algo similar, acompañado de unas líneas de guitarra concisas y una extraña percusión que parecen palmas, que en su conjunto crea una sensación de atemporalidad de tal manera que no desentonaría en cualquier emisora de actualidad, si no fuera por su duración de siete minutos y sus pasajes instrumentales, los cuales delatan su procedencia de origen más artístico.

 

Sin embargo, ya que hemos hablado de ese sonido característico de King Crimson basado en sus reconocibles riffs, cabe señalar que no menos característico es, desafortunadamente, su interés por los sonidos atonales y la improvisación sonora. Aquí no podían ser menos y en ‘Providence’ tenemos otro ejemplo demasiado extenso (ocho minutos) que se debe tomar, si vamos de buen rollo, como el ‘Moonchild’ de este gran disco, y si vamos a malas, como su ‘Happy Family’. Aunque al menos hacia el final se anima un poco, quizá porque en este caso se trata de una grabación en directo y habría que animar un poco a los espectadores.

 

En cualquier caso, que este último párrafo no desvíe a nadie sobre esta obra maestra llena de grandes melodías, grandes riffs y una interpretación instrumental de antología. Fripp deshizo la banda tras este disco y ello también le permitió colaborar más activamente con grandes nombres de la música como Brian Eno, Peter Gabriel, David Bowie, Talking Heads o Blondie. Buen palmarés sin duda.

1) Red; 2) Fallen Angel; 3) One More Red Nightmare; 4) Providence; 5) Starless.

Puntuación:

Año de publicación: 1974

RED

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USA

Año de publicación: 1975

Puntuación:

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1) Larks' Tongues In Aspic Part II; 2) Lament; 3) Exiles; 4) Asbury Park; 5) Easy Money; 6) 21st Century Schizoid Man.

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Este disco en directo nace de la selección de canciones pertenecientes a diferentes actuaciones por los Estados Unidos del trío Fripp/Wetton/Bruford junto a David Cross en el violín y el teclado. Una gran alineación musical que es garantía de concierto de nivel, siempre y cuando las tecnologías permitan una grabación en condiciones, como es obvio. Si acaso, puede ponerse como pega que el violinista Eddie Jobson añadiera en el estudio algo de violín y piano electrónico para tres de los temas.

 

Sobre el repertorio seleccionado, tampoco hay demasiadas sorpresas aunque hay tan pocas canciones, pues un clásico de sus inicios de concierto fue siempre ‘Larks' Tongues In Aspic Part II’, que apenas se diferencia de la versión de estudio, aunque ello no le resta nada de su impresionante riff y desarrollo. ‘Lament’ tampoco se diferencia demasiado de la aparecida en Starless And Bible Black, por lo que pasa más bien desapercibida. En cambio, ‘Exiles’ presenta una introducción algo diferente con un acertado liderazgo del violín de Cross, que dará paso seguidamente a la sentida interpretación donde se van sucediendo las delicadas melodías que componen este tema sobre lo que transmite la sensación de estar exiliado. Brillantes las melodías que toca Fripp a los tres minutos como retorno hacia la parte vocal, así como su último minuto y medio, que es toda una demostración de maestría instrumental. La otra interpretación de grandísimo nivel es, cómo no, su tema fetiche ‘21st Century Schizoid Man’, donde su esquizofrénica y distorsionada parte vocal hasta provoca pavor (por no decir que acojona), y donde vuelven a brillar en las improvisaciones instrumentales.

 

La novedad que encontramos aquí es una improvisación llamada ‘Asbury Park’, cuyo título se corresponde precisamente con el emplazamiento de la mayoría de actuaciones aquí incluidas y que consiste en la inevitable improvisación tan del gusto de unos músicos virtuosos como los de King Crimson. Al menos no se dejan llevar hacia recovecos atonales y consiguen una fiera demostración de guitarra distorsionada bien acompañada por una potente sección rítmica. Sin mucho sentido, porque es una improvisación, pero que al menos se puede escuchar y entretiene, y que acaba de forma suave para enlazar con la fiereza de entrada de ‘Easy Money’, que con su memorable comienzo consigue enganchar desde el principio. El intermedio podría haber sido algo más ligero, puesto que durante casi dos minutos nos quedamos algo impávidos esperando que suceda algo sin que realmente varíen mucho ese interludio, aunque lo más curioso es que no se vuelve a repetir la parte vocal.

 

Al final, la sensación que nos dejan estos directos es que no dejarían de ser un agradable final momentáneo para la trayectoria del grupo, que unos años después volvería con algunos componentes nuevos y un sonido todavía más nuevo y vanguardista. Como un broche final en forma de demostración de su fuerza en directo, mucho mejor que el lamentable Earthbound aunque peor que otros discos en directo del grupo que florecerán algunos años después.

DISCIPLINE

Año de publicación: 1981

Puntuación:

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1) Elephant Talk; 2) Frame By Frame; 3) Matte Kudasai; 4) Indiscipline;

5) Thela Hun Ginjeet; 6) The Sheltering Sky; 7) Discipline;

[BONUS TRACK:] 8) Matte Kudasai (alternative version).

El retorno de King Crimson volvió a dejar estupefactos a la crítica y el público, pues lo único que une este nuevo álbum con la trayectoria anterior del grupo es el nombre de Robert Fripp: ideólogo, compositor y sempiterno guitarrista. En la formación sigue estando el brillante batería Bill Bruford, a los que se unen las brillantes incorporaciones de Tony Levin en el bajo (entonces conocido por su trabajo en los discos en solitario de Peter Gabriel y del músico de jazz Herbie Mann) y Adrian Belew en la guitarra y voz, este último con un impresionante currículum en esos momentos que comprendía su participación con Frank Zappa, David Bowie y los Talking Heads, aunque aún no había emprendido su carrera en solitario, lo cual tendría lugar un año después con su Lone Rhino. El propio Fripp había colaborado también en los últimos años con Talking Heads y Bowie, e incluso con Blondie, absorbiendo de esta manera nuevas influencias y participando en los nuevos sonidos de finales de la década de los setenta. Así pues, los King Crimson se reinventan como grupo vanguardista del movimiento New Wave, aportando destreza musical y creatividad a partes iguales, con unos músicos que participan activamente en la consecución de un sonido que puede parecer similar a otros grupos contemporáneos en primer término, siendo en aspectos como la estructura y los efectos conseguidos con los instrumentos donde más se distingue esta obra maestra del grupo.

 

El inicio del disco con ‘Elephant Talk’ hace pensar indiscutiblemente en los Talking Heads, no solo por la forma paranoica de cantar de Belew al estilo de David Byrne, sino también por el ritmo de influencia africana y la guitarra esquizoide que parece barritar como un elefante por momentos, haciendo honor al título de la canción. Pasados los 2:30 se llega a un ritmo más calmado si no fuera por el estridente sonido de guitarra, que parece imitar a un violín. El tono del álbum va subiendo en intensidad con la siguiente ‘Frame By Frame’, donde el riff principal quizá se repita demasiado aunque tenga suficientes variaciones como para mantener el interés, sobre todo con esos inusitados cambios de ritmo que preceden a las partes cantadas. Aunque la fuerza brutal absoluta llegará en ‘Indiscipline’, donde un comienzo abrupto da paso a un complejo y abrumador riff donde se alternan las dos guitarras con una descomunal percusión y el bajo de Levin que mantiene la base estructural. Cada nueva entrada de toda esta conjunción de instrumentos basados en su avasallador riff es una potente descarga de adrenalina.

 

También hay espacio para momentos de calma y tranquilidad, como la relajante ‘Matte Kudasai’, donde la guitarra llega a imitar en este caso el sonido de las gaviotas (¡cuánto animal suelto!) y Belew canta en una voz más sosegada. Tiene una agradabilísima melodía vocal, algo de lo que adolece el otro momento de calma del disco, ‘The Sheltering Sky’, lo más flojo del disco pues a la falta de melodías discernibles se suman sus más de ocho minutos que no parecen dirigir el tema hacia ningún lugar concreto, siendo lo más flojo del álbum. En los bonus tracks hay una versión alternativa de ‘Matte Kudasai’ a la que se añade una parte adicional de guitarra de Fripp, algo difícil de percibir hasta que no se haya escuchado varias veces ambas versiones.

 

Los ritmos bailables llegan en la acelerada ‘Thela Hun Ginjeet’, que descoloca bastante al ser escuchada por primera vez pero que acaba enganchando por su pegadizo ritmo y por ese sonido como de eco de la guitarra que aparece cada vez que Belew canta la última línea de la estrofa, además de poseer infinidad de sonidos experimentales que convierten la canción en toda una experiencia. En el instrumental final ‘Discipline’ parecen recogerse elementos de ‘Thela Hun Ginjeet’ y otras canciones del disco pero con diferente tempo, recuperando también ese sonido característico de la guitarra que parece basarse en los loops electrónicos para mantener sonidos hipnóticos como base para las diferentes secciones de esta brillante pieza.

 

En resumen, la nueva etapa de King Crimson se estrena con uno de sus mejores discos, de difícil escucha en las primeras ocasiones pero que recompensa enormemente conforme un@ se va familiarizando con las estructuras de tal manera que se pueden disfrutar los innumerables detalles sonoros que adornan la totalidad de temas. En unas notas de Robert Fripp que acompañan al disco, además de impregnarlas de un cierto humor irónico muy propio de él, deja muy clara sus intenciones al emplear el nombre de King Crimson: significa una manera de hacer las cosas. Un propósito artístico loable que definirá la totalidad de su carrera.

BEAT

Año de publicación: 1982

Puntuación:

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1) Neal & Jack & Me; 2) Heartbeat; 3) Sartori In Tangier; 4) Waiting Man;

5) Neurotica; 6) Two Hands; 7) The Howler; 8) Requiem.

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Es cuando menos curioso que Beat represente la primera ocasión en que el grupo repetía formación de un disco al siguiente, lo cual es buena señal por el gran nivel demostrado y sirve así de continuación de Discipline. Como tampoco era cuestión de repetirse en lo musical, lo que vemos es un nuevo giro de tuerca dentro de esa dinámica sonora, colmando de complejidad buena parte de los temas y con algún momento de respiro por medio. También se da un nuevo giro con la carga conceptual de este álbum, de subrayada intelectualidad. 25 años se cumplían entonces de la publicación de En el camino (On the road) de Jack Kerouac y por ello el título Beat hacía referencia directa al movimiento literario de tal nombre (o también llamado beatnick), tal como puede inferirse de los títulos de las canciones; veamos algunos ejemplos:

- ‘Neal (Cassady) & Jack (Kerouac) & Me’: a pesar de que Cassady no fuera un escritor propiamente dicho, sino más bien una figura unificadora y catalizadora del movimiento Beat. Sería el equivalente en España a Pepín Bello en la Residencia de Estudiantes de Madrid.

- ‘Sartori In Tangier’: la ciudad africana de Tánger fue destino predilecto de esta generación, quedando incluso reflejado en la depravada El almuerzo desnudo de William S. Burroughs.

- ‘The Howler’: haciendo referencia al famoso poema de corte surrealista Howl (en España, Aullido), que Allen Ginsberg escribiera en 1955.

 

Para quien esté más interesado, puede buscar numerosas referencias en internet, tarea gratificante sin duda, tanto por lo insólito del caso como por la relación socio-literaria de los miembros de esta generación de escritores, reflejada en buena parte precisamente por Kerouac, pues en su citada obra aparecen algunos de ellos durante los largos viajes narrados atravesando los Estados Unidos y la fraternidad absoluta que marcaba sus encuentros. Aunque originalmente Kerouac empleaba pseudónimos para referirse a sus amigos, hoy en día pueden encontrarse nuevas ediciones con los nombres verdaderos.

 

Hablando ya de música, que es lo más interesante, mediante el comienzo de ‘Neal & Jack & Me’ se sugiere que el punto de partida de este álbum es justo la continuación del anterior, con ese sonido de guitarras que crean como un loop electrónico. La voz de Adrian Belew sigue teniendo como referencia a David Byrne y se acopla a la perfección con el sonido modernista y el contenido tipo road movie de la letra. ‘The Howler’ no se queda atrás, y el aullido de guitarras a partir de los 2:55 produce un efecto a la vez desestabilizador y energizante. Cuando se despojan de tanta complejidad y se centran más en las melodías es cuando consiguen joyas pop como ‘Heartbeat’, a la que tampoco le falta un solo de guitarra de sonido original, aunque destaque más su elaborado estribillo vocal, demostrando al mismo tiempo que Belew también sabe competir cuando se requiere una voz más melódica.

 

‘Sartori In Tangier’ es un extraño instrumental bailable de inicio silencioso que mezcla sonidos orientales creados con la guitarra eléctrica con un ritmo de percusión bastante movido. Es como una especie de psicodelia New Wave, si es que tal término pudiera acuñarse. ‘Waiting Man’, aun siendo bailable, a estas alturas ya suena a más de lo mismo, otra nueva oportunidad para practicar la distorsión de la guitarra y el canto deliberadamente desacompasado de Belew, que vuelve a repetir justo a continuación en ‘Neurotica’, de título definitorio puesto que en sí la canción es toda una neurosis con sus cambios de ritmo súbitos y sus disonancia que dejan completamente desconcertado al oyente. Por otro lado, ‘Two Hands’ es una balada de intencionalidad atmosférica donde destaca la interacción de las guitarras de Fripp y Belew. Aunque para atmósferas tenemos la metida de pata final, donde el inicio de guitarra parece presagiar una brillante música adecuada al título (‘Requiem’), para luego transformarse en un horrendo collage sonoro donde todos los instrumentos van a su aire y por ende el resultado final es desastroso.

En definitiva, no puede tomarse este Beat sino como una continuación musical de Discipline, que pierde algo de su frescura aunque para compensarlo lo envuelvan en un homenaje a la Generación Beat. Pero los músicos están en forma y solo con la multitud de detalles que pueblan el sonido ya hay suficiente sustancia para proporcionar un interés continuado en este álbum intermedio dentro del famoso trío de discos de la primera mitad de los ochenta.

THREE OF A PERFECT PAIR

Año de publicación: 1984

Puntuación:

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1) Three Of A Perfect Pair; 2) Model Man; 3) Sleepless; 4) Man With An Open Heart;

5) Nuages (That Which Passes, Passes Like Clouds); 6) Industry; 7) Dig Me;

8) No Warning; 9) Larks' Tongues In Aspic (Part III).

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Este álbum cierra la trilogía de discos de los ochenta de King Crimson, manteniendo las mismas directrices musicales que en los dos discos anteriores pero despojándolo de cualquier conceptualización y realizando una división más o menos aproximada en un lado más comercial o digerible, y otro lado más experimental y complejo. Sirve como ejemplo de las dos vertientes paralelas por las que Robert Fripp ha dirigido su carrera y la de esta banda.

 

En la primera mitad del álbum, encontramos en general un sonido menos complejo y más enfocado al pop-rock. Aunque el atípico ritmo de ‘Three Of A Perfect Pair’ pudiera hacer parecer lo contrario, lo cierto es que tiene una estructura bien definida y accesible donde, aparte de todo el armazón sonoro, lo mejor es su estribillo “one, one too many schizophrenic tendencies keeps it complicated”, nuevamente devoto de un histrionismo a lo David Byrne. Belew incluso nos cuela en ‘Model Man’ una especie de confesión (quién sabe si personal) sobre la imperfección de las personas, que no es únicamente física sino también psicológica. Quizá la respuesta para asumir la realidad sea ser más abierto y tragarlo todo, según nos transmite en ‘Man With An Open Heart’, la canción más accesible de todas y con el estribillo más pegadizo. Igual que ocurría en Beat, cuando King Crimson se dirige hacia un sonido más pop restringiendo su complejidad es cuando consiguen grandes temas como este ‘Man With An Open Heart’.

 

Por otro lado, Bruford no habría de esforzarse demasiado en ‘Sleepless’, marcado por el especial sonido de guitarra y con una parte vocal algo forzada. Es precisamente esa interacción entre las guitarras de Belew y Fripp lo que salva de la mediocridad a temas como ‘Model Man’, más complejos de lo deseable pero que una vez asimilados proporcionan mayor deleite. Es asombroso escuchar los sonidos que estos músicos consiguen de sus guitarras.

 

Avanzando en el álbum, a partir de ‘Nuages’ llega el momento de Fripp al mando de la nave con la interpretación de un gran número de instrumentales (con la excepción de ‘Dig Me’, que vuelve a ofrecer una parte vocal de Belew) que desarrollan de diferentes maneras la exploración sonora característica de King Crimson. La más disonante de todas quizá sea ‘No Warning’, con una percusión aparentemente aleatoria de Bruford y unos inquietantes sonidos de guitarras distorsionadas, aunque ‘Industry’ no le quedaría muy a la zaga, si bien presenta una estructura algo más clara. La demostración inequívoca de la nostalgia de Fripp hacia el sonido de King Crimson de principios de los setenta es el título de la última canción. Las frenéticas notas que inician ‘Larks' Tongues In Aspic (Part III)’ nos avisan del intenso vendaval de sonido que nos espera, que en sus seis minutos de duración levitará entre el frenesí y la calma. Aúna complejidad e interés y deja el final abierto para que pueda haber una hipotética nueva parte en el futuro, cuando a Fripp se le ocurra cómo puede conseguir algo diferente en un encuadre similar.

 

Después de este álbum comenzará una nueva hibernación de la banda, que no volverá a publicar nada nuevo hasta entrados los años noventa, amén de los aluviones de brillantes discos en directo de todas las épocas que comenzarán entonces a florecer, para mayor deleite de los amantes de la música, puesto que en directo King Crimson demostrará ser una máquina de improvisar y epatar a partes iguales. Fripp se dedicará a sus clases magistrales, colaboraciones y proyectos musicales en solitario o en compañía de gente como Andy Summers, guitarrista de The Police. Aquí finaliza pues la, podríamos decir, fase New Wave de su vasta trayectoria.

THE GREAT DECEIVER

Año de publicación: 1992

Puntuación:

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CD I: 1) Walk On... No Pussyfooting; 2) Larks' Tongues In Aspic, Part Two; 3) Lament; 4) Exiles; 5) Improv - A Voyage To The Centre Of The Cosmos; 6) Easy Money;

7) Providence; 8) Fracture; 9) Starless.

 

CD II: 1) 21st Century Schizoid Man; 2) Walk Off From Providence/No Pussyfooting;

3) Sharks' Lungs In Lemsip; 4) Larks' Tongues In Aspic, Part One; 5) Book Of Saturday; 6) Easy Money; 7) We'll Let You Know; 8) The Night Watch;

9) Improv - Tight Scrummy; 10) Peace - A Theme; 11) Cat Food; 12) Easy Money;

13) It Is For You, But Not For Me.

 

CD III: 1) Walk On... No Pussyfooting; 2) The Great Deceiver; 3) Improv - Bartley Butsford; 4) Exiles; 5) Improv - Daniel Dust; 6) The Night Watch; 7) Doctor Diamond; 8) Starless; 9) Improv - Wilton Carpet; 10) The Talking Drum; 11) Larks' Tongues In Aspic, Part Two; 12) Applause & Announcement; 13) Improv - Is There Life Out There?

 

CD IV: 1) Improv - The Golden Walnut; 2) The Night Watch; 3) Fracture; 4) Improv - Clueless And Slightly Slack; 5) Walk On... No Pussyfooting; 6) Improv - Some Pussyfooting; 7) Larks' Tongues In Aspic, Part One; 8) Improv - The Law Of Maximum Distress, Part One; 9) Improv - The Law Of Maximum Distress, Part Two; 10) Easy Money; 11) Improv - Some More Pussyfooting; 12) The Talking Drum.

Esta caja de cuatro CD se corresponde con una selección de conciertos grabados entre 1973 y 1974, es decir, entre las publicaciones de Larks' Tongues In Aspic y Starless And Bible Black. Así pues, la formación del grupo comprende a Robert Fripp en la guitarra, John Wetton en el bajo, Bill Bruford en la batería y David Cross en el violín. Todos ellos realizan una demostración de cohesión y poderío, con profusión de improvisaciones y diverso resultado.

 

El primer volumen y las dos primeras canciones del segundo volumen se corresponden con un concierto acaecido en Providence (Estados Unidos) en junio de 1974. Los más eruditos de King Crimson habrán reconocido, pues, que el tema en directo ‘Providence’ incluido en Red es efectivamente un pequeño recorte del que podemos escuchar aquí. También del mismo álbum, inédito en esos momentos, encontraremos aquí en dos ocasiones, la mejor de ellas en el tercer volumen, una estupenda interpretación de ‘Starless’, donde Wetton demuestra que tiene una expresiva voz y todos los músicos desarrollan un pasaje instrumental algo diferente que en la versión de estudio, pero igual de emocionante y con momentos explosivos que la encumbran, si nos fijamos en la incluida en el tercer volumen.

 

Para que se note que el jefe es Fripp, a lo largo del álbum se incluyen extractos de la rayada ambiental que se montó en 1973 junto a Brian Eno (que no sería la última, precisamente) llamada No Pussyfooting, la cual contiene pasajes más digeribles que otros y que aquí se refleja igualmente en momentos más atonales y caóticos/insufribles, y otros más llevaderos que crean un ambiente propicio para el estilo de la banda. Aunque afortunadamente/desafortunadamente no serán los únicos momentos complicados pues, como ya se ha dicho, abundan las improvisaciones donde todos los músicos demuestran en algún momento su valía y virtuosismo. Lo que esperamos en estas improvisaciones es que la magia surja en algún pasaje al menos, algo que por suerte ocurre, por ejemplo, en piezas largas como ‘Is There Life Out There’ o ‘The Golden Wagnut’, que compensan en cierta manera el tiempo invertido en escucharlas. Pero si lo que vamos a encontrar son collages sonoros sin sentido alguno, como en la citada ‘Providence’ o en las dos partes (¿para qué las separan si son igual de irritantes?) de ‘The Lawn Of Maximum Distress’, la verdad que valdría la pena haberlas quitado de en medio. Probablemente esté bien poder escuchar algo así cuando se ve a los músicos cómo generan el sonido, pero no desde un equipo de música. ‘A Voyage To The Centre Of The Cosmos’ puede hacerse pesada, pero tiene algunos momentos buenos o muy buenos donde los músicos demuestran su virtuosismo con gusto y con propósito definido, aunque en global sea más floja. Incluso hay improvisaciones de cierta belleza como la efectuada por Cross en ‘Daniel Dust’, donde consigue un lirismo especial punteado por la guitarra de Fripp.

 

Lo que redime este cuádruple álbum es sin duda las magistrales interpretaciones que encontramos, verdaderos momentos de inspiración y emoción que vuelven únicas e imprescindibles cada una de ellas. Particularmente, ‘The Night Watch’ suena adorable en cualquiera de sus interpretaciones, sus melodías son inolvidables y toda una sensación de placer. Los temas se repiten, como es obvio, pero hay suficientes diferencias como para escucharlos todos con interés, por lo que también será cuestión de gustos casi el seleccionar cuáles son las mejores entre ellas. Por ejemplo, con ‘Easy Money’ yo me quedaría con la incluida en el segundo disco, la que aparece en primer lugar, correspondiente a un concierto de 1973 en Glasgow, puesto que es la que más me transmite, además de ser la más fiera de todas y con un descomunal retorno tras la pausada sección central. En el mismo disco volveremos a encontrar ‘Easy Money’ pero en forma más abrevida, ya que la improvisación que sigue después, que no está nada mal, se titula graciosamente ‘It Is For You, But Not For Me’. También encontramos una composición inédita (‘Doctor Diamond’) con parte vocal de Wetton y una alternancia de partes más calmadas y otras más dinámicas, donde la guitarra disonante hasta queda bien.

 

Las diferentes encarnaciones de King Crimson nunca fueron muy dadas a recuperar temas de etapas anteriores (principalmente porque cada etapa es un mundo) y aquí no iban a ser menos. Pero una canción que siempre fue del gusto de cualquier músico en la banda e interpretada con brillantez casi siempre es ‘21st Century Schizoid Man’, del mítico disco de debut. Aquí escuchamos la misma interpretación que la incluida en el álbum en directo USA, pero sin recortes y sin las adiciones de Eddie Jobson. Lo que sí es una sorpresa es poder encontrar dos temas pertenecientes a In The Wake Of Poseidon, ‘Peace – A Theme’ y ‘Cat Food’, ambos bien ejecutados y con ‘Cat Food’ recordando a ‘Come Together’ más que nunca.

 

Es difícil valorar un mastodóntico álbum de este tipo, pues se va pasando de un extremo a otro, desde lo sublime a lo indigesto, pero la maestría de King Crimson en directo es indiscutible, arte en su pura esencia. La grandeza de sus directos está en relación directa con la inspiración y el estado de ánimo de los músicos, ¿qué mayor definición de lo que es la expresión artística podemos encontrar?.

VROOM [EP]

Año de publicación: 1994

Puntuación:

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1) VROOOM; 2) Sex Sleep Eat Drink Dream; 3) Cage; 4) Thrak;

5) When I Say Stop, Continue; 6) One Time.

El retorno de King Crimson al estudio tras una década en la que el panorama musical había vuelto a cambiar no trajo en esta ocasión un cambio formal en la música de la banda, pero sí en su estructura. Inaugurando el período del doble trío, se unieron a la formación un nuevo bajista (Trey Gunn) y un nuevo batería (Pat Mastelotto), que junto a los músicos ya existentes hacían un total de dos guitarras, dos bajos y dos baterías nada menos. De ahí lo de doble trío. El estilo musical es pues similar al de sus álbumes de los ochenta, aunque con un tono más sombrío y sin tanta creatividad en las nuevas composiciones. Tampoco es que podamos encontrar mucho en un EP, más aparte está la manera de trabajar de Fripp, en que la música se compone entre todos los músicos como parte de sesiones de improvisaciones.

 

En primer lugar, ‘VROOOM’ presenta dos partes bien diferenciadas: la primera de ellas es el típico tema de King Crimson en que un potente riff de guitarra se alterna con pasajes más pausados y experimentales; la segunda parte es menos intimidante al estar basada en un agradable ritmo de medio tempo. La experimentación citada realmente no es nada si lo comparamos con las disonancias estruendosas de ‘Thrak’, composición que hay que tomarla con ganas, o a la más contemplativa y repleta de efectos sonoros ‘When I Say Stop, Continue’, título gracioso cuando escuchamos casi al final a Belew pedir que acaben de tocar cuando él les avise, aunque antes el grupo se ha lanzado hacia las disonancias acompañadas de una prominente percusión. Realmente, tras escuchar ‘Thrak’ un@ queda desconcertad@ porque no sabe bien si todas las emociones negativas que le ha sabido extraer mediante su música es algo para alabar o no. Pero en cualquier caso, siete minutos parece más bien una tortura si nos atenemos a la percusión que martillea incansablemente.

 

El resto de temas tienen letra, aunque sea a veces casi simbólica como en ‘Sex Sleep Eat Drink Dream’, una pieza paranoide donde tanto la letra como la música parecen describir un estado mental desquiciado producto de la vida moderna. Más crítica todavía con la sociedad en que vivían/vivimos es la siguiente ‘Cage’, que en minuto y medio desparrama un ritmo frenético mientras Belew suelta perlas como “Social fanatics, they're a dime a dozen and they carry guns” o “You're never safe in a world of hate with criminal minds with guns and knives”. Para el final nos dejan el mejor tema de todos, la balada ‘One Time’, en la que el ritmo es más bien ágil pero el resto de instrumentos crea un entorno apesadumbrado en el que la voz suplicante de Belew transmite la resignación por los vaivenes de la vida. Una de las mejores interpretaciones vocales de Belew con King Crimson.

 

Buena parte de este EP sería regrabado para el siguiente álbum, THRAK, donde ya les tocaría demostrar si esta singular unión de seis músicos iba a conseguir crear algo acorde al excepcional nivel técnico que poseían. De momento, el primer intento no estaba mal pero quedaba algo discreto.

THRAK

Año de publicación: 1995

Puntuación:

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1) VROOOM; 2) Coda: Marine 475; 3) Dinosaur; 4) Walking On Air; 5) B'Boom;

6) THRAK; 7) Inner Garden I; 8) People; 9) Radio 1; 10) One Time; 11) Radio II;

12) Inner Garden II; 13) Sex Sleep Eat Drink Dream; 14) VROOOM VROOOM;

15) VROOOM VROOOM: Coda.

Tras el EP que sirvió de presentación de la nueva formación de King Crimson como doble trío, llegó lo que era de verdad su nueva obra. Para ello, regrabaron buena parte del EP anterior (solo se dejaron dos temas por el camino) y completaron el resto con nuevas composiciones en un estilo similar, esto es, con temas más experimentales y otros más mundanos. Las regrabaciones son acertadas puesto que como mínimo igualan lo que ya habíamos escuchado, o lo mejoran notablemente como es el caso de ‘THRAK’, recortada casi en la mitad de su duración original y donde al menos se pueden tolerar sus intimidantes ritmo y guitarra. Para evitar confusiones, también cabe señalar que en la nueva toma de lo que originalmente era ‘VROOOM’, aquí se dividen sus dos secciones en dos temas diferentes: ‘VROOOM’ y ‘Coda: Marine 475’.

 

Las composiciones nuevas están muy bien, pues lo único que se les podría achacar es no aportar realmente novedades como solían hacer antaño. A ‘Dinosaur’ únicamente le falla su estribillo demasiado simple. Por lo demás, es un fantástico tema con una gran melodía vocal en las estrofas y una incisiva parte de guitarra al más puro estilo King Crimson, sin olvidar el bajo que destaca en un segundo plano. Tras lo que parece un atascado puente (“When I look back on the past / It's a wonder I'm not yet extinct”) llega una sección central calmada que parece de música clásica hasta un falso final tras el cual se retoma la parte principal. Sobre la letra, esta canción nos habla de la autocrítica de alguien que reconoce su ingenuidad en el pasado, que ha provocado que se aprovechen de él, temática muy actual en cualquier época si nos atenemos a la ingenuidad sociológica existente de creer cualquier argumento que suene o parezca lógico. Ah, y tratándose de dinosaurios, no podía faltar la inevitable imitación del rugido del dinosaurio con la guitarra, que aparece por el final. Probablemente cortesía de Belew, muy aficionado a extraer sonidos de su instrumento que se asemejen a seres u objetos reales.

 

Como ya ocurriera en otras épocas, lo mejor son las canciones tranquilas, que contrasta sobremanera con la imagen de estos músicos más proclives a las improvisaciones estruendosas. En primer lugar, ‘Walking On Air’ presenta ecos tanto de ‘The Sheltering Sky’ (se nombra en la letra, todo un detalle del humor de Belew) como de ‘Sun King’ de The Beatles en su ritmo. Pero es un nuevo viaje hacia paraísos virtuales de la mano de una música evocadora. La otra canción tranquila ya la conocíamos del anterior EP, pues se trata de la emotiva ‘One Time’, aquí ampliada en su duración y con una sección rítmica más compacta, una nueva versión mejorada si cabe.

 

Encontramos algunos temas breves divididos en dos partes, como es el caso de la contemplativa ‘Inner Garden’ (donde ambas partes son muy similares) o ‘Radio’, que parece extraída de la banda sonora de una película de misterio, aunque en su segunda parte se acaba transformando en una pieza de órgano celestial estorbada por algunos sonidos tormentosos. Por otro lado, ‘B'Boom’ es una pieza básicamente de percusión, que resulta más o menos entretenida pero que es para escucharla una vez y punto, salvo que seas músico y te interese la batería. El instrumental final ‘VROOOM VROOOM’ nos deja con buenas sensaciones, porque los seis músicos se complementan a la perfección, en primer lugar manteniendo un incisivo riff con diferentes variaciones y un desarrollo bien llevado; y luego desglosando una coda más caótica pero que es un prodigio cuando nos fijamos que cada instrumento va por su cuenta, dando la sensación de ser una amalgama de sonidos disonantes aleatorios que en conjunto crean una experiencia única.

 

En definitiva, este álbum significaba el apropiado retorno de la formación de Robert Fripp, que volvería a la dinámica de realizar una gran cantidad de conciertos y seguir grabando, aprovechando la sinergia y las ideas que pudieran surgir en conjunto entre todos los músicos participantes. Música en su acepción más pura y purificada, conceptualmente hablando.

CD I: 1) VROOOM; 2) Frame By Frame; 3) Sex Sleep Eat Drink Dream; 4) Red;

5) One Time; 6) B'Boom; 7) THRAK; 8) Improv - Two Sticks; 9) Elephant Talk;

10) Indiscipline.

 

CD II: 1) VROOOM VROOOM; 2) Matte Kudasai; 3) The Talking Drum;

4) Larks' Tongues In Aspic (Part II); 5) Heartbeat; 6) Sleepless; 7) People;

8) B'Boom (reprise); 9) THRAK.

Puntuación:

Año de publicación: 1995

B'BOOM

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De una serie de actuaciones en Argentina durante octubre de 1994 se editó esta selección que recoge en directo a la formación de doble trío estrenada en la década de los noventa. No era necesario que nos demostraran que los álbumes editados no eran simplemente producto de los trucos de estudio, puesto que los grandes músicos que siempre han desfilado por King Crimson son una garantía de técnica, calidad y cohesión. Si acaso, lo que se echa en falta en B'Boom es la falta de algo más de imprevisibilidad, puesto que estamos ante una mezcla heterogénea de temas más accesibles y otros más experimentales y de carácter improvisador, pero tanto unos como otros se desarrollan respecto a la idea mental que nos creamos previamente. Además, la presencia de más músicos permite adornar o incluso complejizar todavía más las composiciones anteriores a Vroom, lo cual ya resulta de interés.

 

En cualquier caso, se limitan a interpretar básicamente la música compuesta desde su retorno en los ochenta mediante Discipline, con la recuperación de ‘Red’, ‘The Talking Drum’ y la siempre excepcionalmente construida ‘Larks' Tongues In Aspic (Part II)’ como únicos guiños al pasado, aunque las tres encajan muy bien en el nuevo estilo que adoptó la banda en ese retorno, y más con este doble trío que encadena pasajes muy inspirados. De ‘People’ no habíamos dicho nada en el análisis anterior, pero podemos observar cómo se enfatiza el ritmo de manera que suena más funky, lo que unido a que los músicos parecen más implicados hacen  que incluso suene mejor aquí. En cambio, ‘THRAK’ en directo vuelve a sonar excesivo en su planteamiento y ejecución.

 

Estamos en definitiva ante un buen álbum en directo que únicamente adolece de parecerse demasiado a las versiones de estudio. Pero siempre podemos encontrar algún detalle que nos haga disfrutar de nuevo de estas composiciones, o simplemente dejarnos llevar por el encanto de temas más accesibles como ‘Heartbeat’ y su distorsión de guitarra como si estuviera tocada en sentido inverso, por poner un ejemplo. Y bueno, es un documento musical que reflejaba esta nueva etapa de King Crimson, un carácter histórico que no se debe obviar.

THRAKATTAK

Año de publicación: 1996

Puntuación:

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1) THRAK; 2) Fearless And Highly THRaKKed; 3) Mother Hold The Candle Steady While I Shave The Chicken's Lip; 4) THRaKaTTaK Part 1; 5) The Slaughter Of The Innocents; 6) This Night Wounds Time; 7) THRaKaTTaK Part II; 8) THRAK (reprise).

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Este disco en directo evidencia un hecho del que todavía no éramos del todo conscientes hasta ese momento: hay dos tipos principales de seguidores de King Crimson. Unos son los que valoran las melodías e inventiva de la banda siempre que tengan un propósito musical de agradar; los otros son los que disfrutan escuchando exploraciones sonoras experimentales e improvisadas, independientemente de que sean disonancias o atonalidades extremas. Así pues, para los segundos tuvieron el detalle de publicar este THRaKaTTaK (tal cual lo escriben en la portada), que es en realidad una recopilación de improvisaciones en directo del tema ‘THRAK’ tomadas de diferentes conciertos de finales de 1995. Es por ello que se inicia y finaliza el disco con esta composición, como si lo de en medio fuera una extensa improvisación de cincuenta minutos para demostrar la faceta técnica-creativa de unos músicos que se dejan llevar por la inspiración del momento.

 

El problema es que para el aficionado casual de la música de King Crimson, se trata de un puñetazo en el estómago. Tal como ocurre con el jazz más abierto o experimental, esta música va dirigida a un tipo de oyente muy concreto que sabe apreciar esta clase de sonidos sin necesidad de observar a los músicos. En mi caso, el único interés que podría tener este álbum vendría de poder ver de dónde o cómo se extraen los sonidos que escuchamos. Como no es el caso, salvo la parte central de ‘The Slaughter Of The Innocents’ no hay nada que me llame la atención y escuchar este tipo de piezas durante tanto tiempo me produce hastío y rechazo absoluto. No es necesario ser más descriptivo. Tampoco hace falta decir a qué tipo de seguidor de King Crimson pertenezco. Punto y final.

EPITAPH

Año de publicación: 1997

Puntuación:

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CD I: 1) 21st Century Schizoid Man; 2) The Court Of The Crimson King;

3) Get Thy Bearings; 4) Epitaph; 5) A Man, A City; 6) Epitaph;

7) 21st Century Schizoid Man; 8) Mantra; 9) Travel Weary Capricorn;

10) Improv - Travel Weary Capricorn; 11) Mars.

 

CD II: 1) The Court Of The Crimson King; 2) Drop In; 3) A Man, A City; 4) Epitaph;

5) 21st Century Schizoid Man; 6) Mars.

 

CD III: 1) 21st Century Schizoid Man; 2) Get Thy Bearings; 3) The Court Of The Crimson King; 4) Mantra; 5) Travel Weary Capricorn; 6) Improv; 7) Mars.

 

CD IV: 1) 21st Century Schizoid Man; 2) Drop In; 3) Epitaph; 4) Get Thy Bearings;

5) Mantra; 6) Travel Weary Capricorn; 7) Improv; 8) Mars.

Mediante este cuádruple álbum nos llegaba por fin un surtido de actuaciones en directo de la primera formación de King Crimson, todas grabadas durante 1969 en conciertos o, si nos fijamos en las primeras canciones, en la BBC. Podemos escuchar de esta manera cómo sonaban Fripp, Lake, McDonald y Giles, siempre y cuando las limitaciones técnicas no hagan su aparición y perjudiquen la calidad del sonido. La única pega es que, en este primer año de vida como banda, el repertorio es bastante limitado porque se ciñe al contenido de In The Court Of The Crimson King junto a, en la mayoría de casos, improvisaciones o temas atonales que para escucharlos sin imágenes se vuelven indigestas. Y bueno, escucharlo una vez no viene mal para hacerse una idea, pero cuando se vuelven a repetir a lo largo de los cuatro discos, pues mucha gracia ya no hace. Como descubriríamos después, estas improvisaciones instrumentales serían la norma habitual y se repetirían en las actuaciones de la banda durante los siguientes años.

 

Los cuatro primeros temas fueron grabados en la BBC, lo cual se nota en una mayor claridad del sonido, aunque tampoco tan bueno como esperaríamos, y por ello dos de las mejores interpretaciones (de las señaladas) pertenecen a esas grabaciones. Por ejemplo, puede notarse la diferencia en la calidad del sonido del primer ‘Epitaph’ con el de los otros dos. Ciertamente son interpretaciones de primer nivel, pero la tecnología no permite que estas dos últimas puedan igualarse a la primera de la BBC. Eso sí, la interpretación de ‘21st Century Schizoid Man’ en el Fillmore East es de una brutalidad apabullante y gana a la algo más suavizada de la BBC, haciendo olvidar cualquier detalle técnico que, en este caso concreto, resulta irrelevante.

 

La pieza de Gustave Holst ‘Mars’ ya la conocíamos por aparecer en In The Wake Of Poseidon bajo la denominación de ‘The Devil's Triangle’, aunque aquí acaba desvariando por completo, que unido a la pésima calidad del último de los discos (en el Chesterfield Jazz Club). Análogamente ‘A Man, A City’ aparecería titulada en In The Wake Of Poseidon como ‘Pictures Of A City’ y podía tomarse como una variación lenta de ‘21st Century Schizoid Man’ que también incluye pasajes inspirados.

 

Así, nos quedan algunos temas inéditos hasta eso momento aunque fueran números fijos dentro de su repertorio en directo. Originalmente una composición de corte protoprogresivo de Donovan, ‘Get Thy Bearings’ sirve aquí de excusa para que McDonald ponga el saxofón en primer término y se desmadre un poco. Paradójicamente, la mejor de las versiones está en el cuarto disco. ‘Travel Weary Capricorn’ se dirige hacia el free-jazz, donde lo único que no encaja es la voz de Lake, pues el pobre Gregg no estaba hecho para esos alardes vocales, tal como puede comprobarse también en ‘Drop In’, donde McDonald vuelve a explayarse libremente con el saxofón. Por otro lado, el título de ‘Mantra’ ya es indicativo de que hemos de afrontarla con una mentalidad abierta y relajada y dejarnos llevar por el crescendo sonoro formado. Una vez acabada, ya podemos preguntarnos si ha valido la pena escucharla, pero al menos la del cuarto disco es la más audible de las tres existentes. Recuerda a los Pink Floyd más abiertos de More.

 

Puede decirse que este álbum está destinado a quienes conozcan bien el debut de la banda y quieran solazarse escuchándola en directo, aunque ‘I Talk To The Wind’ no aparezca. Quienes no conozcan el citado debut, que es lo mismo que decir que no conocen a King Crimson, es mejor que pasen de largo porque las versiones en directo son inferiores a las de estudio y, además, la gran cantidad de improvisaciones puede ahuyentar a más de un/a neófit@.

THE NIGHT WATCH

Año de publicación: 1997

Puntuación:

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CD I: 1) Easy Money; 2) Lament; 3) Book Of Saturday; 4) Fracture;

5) The Night Watch; 6) Improv: Starless And Bible Black.

 

CD II: 1) Improv: Trio; 2) Exiles; 3) Improv: The Fright Watch; 4) The Talking Drum;

5) Larks' Tongues In Aspic Part II; 6) 21st Century Schizoid Man.

Este doble álbum recoge un concierto completo, preludio de la vasta colección de grabaciones en directo que comenzaría a publicarse en 1998 bajo el nombre de King Crimson Collector's Club. Esta colección será comentada en su momento, pero de una manera más breve y sencilla. El concierto que pasamos a comentar tuvo lugar en Amsterdam el 23 de noviembre de 1973, durante la gira de promoción de Larks' Tongues In Aspic, mediante una formación como cuarteto con Bill Bruford, John Wetton y David Cross acompañando a Fripp. En su momento fue grabado porque algunas partes se aprovecharon después para crear el Starless And Bible Black, así que la sensación de déjà vu está justificada, más si cabe cuando la caja The Great Deceiver ya nos había ilustrado en esa etapa en directo de la banda.

 

Wetton demuestra que en directo también sabe transmitir sentimiento con su voz, por lo que ‘Book Of Saturday’, ‘The Night Watch’ y ‘Exiles’ deleitan tal cual lo hacían en el disco correspondiente. En estas dos últimas además logran aunar una ejecución instrumental fantástica que incluye mágicos solos de guitarra de Fripp de los que consigue en sus noches más inspiradas. Otro de los grandes momentos de este álbum es una brutal interpretación de ‘Easy Money’ donde lo bordan en su introducción, no tan sencilla de ejecutar como pueda parecer.

 

En un concierto de King Crimson no podían faltar las improvisaciones atonales y aquí las encontramos en cantidad: ‘Fracture’, ‘The Talking Drum’, ‘The Fright Watch’. Esta última la peor de todas con diferencia al ser una abstracción total sin lugar para nada que tenga un mínimo de estructura. En cambio, ‘Trio’ y ‘Starless And Bible Black’ aparecen denominadas como improvisaciones porque en la época del concierto eran todavía inéditas, por lo que se escuchan con el mismo agrado que en su álbum, aunque hay probabilidad de que incluso sean las mismas.

 

La interpretación de ‘21st Century Schizoid Man’ es poderosa como siempre, pero no puede englobarse entre las mejores que hayan hecho porque la sección improvisada no está tan inspirada como en otras ocasiones y deja un tanto indiferente por pasajes como ese donde la guitarra se estanca con notas alargadas. Es la única pega general que se le puede poner a este álbum, que buena parte de su contenido no aporta nada nuevo y lo que debe ser novedoso no es del todo inspirado. Pero que King Crimson haga lo que se espera de ellos ya es bastante, lo que sumado a los temas destacados donde ofrecen lo mejor de sí, hacen de este álbum una adquisición aceptable y suficiente para seguir disfrutando de su música.

2018

ABSENT LOVERS

Año de publicación: 1998

Puntuación:

CD I: 1) Entry Of The Crims; 2) Larks' Tongues In Aspic Part III; 3) Thela Hun Ginjeet; 4) Red; 5) Matte Kudasai; 6) Industry; 7) Dig Me; 8) Three Of A Perfect Pair; 9) Indiscipline.

 

CD II: 1) Sartori In Tangier; 2) Frame By Frame; 3) Man With An Open Heart;

4) Waiting Man; 5) Sleepless; 6) Larks' Tongues In Aspic Part II; 7) Discipline; 8) Heartbeat; 9) Elephant Talk.

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2018

Además de ser uno de los mejores álbumes en directo de rock que se hayan editado, Absent Lovers también posee su valor histórico por contener el último concierto de la etapa de King Crimson en los años ochenta, que tuvo lugar el 11 de julio de 1984 en Montreal (los miembros canadienses de Arcade Fire eran demasiado jóvenes entonces para haberlo visto). Recordemos que en los años ochenta King Crimson estaba formado por Robert Fripp, Adrian Belew, Tony Levin y Bill Bruford, cuatro excepcionales músicos que, si están en una noche inspirada como esta, llegan a un nivel que es prácticamente insuperable. Incluso en piezas en origen más discretas como ‘Industry’, aquí las dotan de una vitalidad especial, ayudado todo por una excelente calidad de sonido que permite percibir cada instrumento casi como si lo estuviéramos viendo.

 

Se ha de excluir de tanto halago a ‘Entry Of The Crims’, ya que podrían haber reducido a la mitad su duración, puesto que se trata de una extensa introducción ambiental que también les serviría para afinar los instrumentos, si es que no era ese el propósito. Esta entrada da paso a una descomunal interpretación de ‘Larks' Tongues In Aspic Part III’, en el estilo de lo que eran los nuevos King Crimson de los ochenta, que sin lugar a descanso enlazan con el frenesí de ‘Thela Hun Ginjeet’ para conformar un inicio de infarto. ‘Indiscipline’ presenta una extraña introducción mediante un solo de percusión de Bruford con la batería electrónica pero emulando las percusiones étnicas, como si hubiera actualizado los sonidos tribales. Después Belew canta de una manera tan relajada que da la impresión de que va a ser una versión light del tema, aunque en realidad está interpretando al psicótico personaje de la canción a la perfección, ya que el “I did!” que marca la entrada de la descarga sonora que llega a continuación pone los pelos de punta por lo inesperado, por mucho que conozcamos la canción.

 

Otros temas como ‘Red’ suenan impecables pero demasiado parecidos a sus equivalentes de estudio, probablemente porque Levin y Belew no estaban tan familiarizados con él. No es el caso de ‘Larks' Tongues In Aspic Part II’, renovada por el cuarteto sin perder nada de su poderío original, si acaso todavía más enfatizado por el vendaval sonoro al que nos someten. También resulta muy interesante comprobar cómo los efectos de guitarra de ‘Matte Kudasai’ son trasladados sin problema al directo, algo pronosticable dados los músicos intervinientes. En cualquier caso, salvo la citada introducción de ‘Entry Of The Crims’ y ‘Dig Me’, que es más caótica y por ello deja más desconcertado cuando no hay imágenes por medio, lo demás son interpretaciones de primerísimo nivel que asombran por el alto nivel de excelencia con el que ejecutan un tema detrás de otro.

 

No es necesario por tanto ir tema a tema describiendo el contenido, porque escuchar este concierto es toda una experiencia para los oídos. Aunque el repertorio es casi como una recopilación de su producción de los ochenta, la mayoría de estas composiciones cobran nueva vida y resulta imprescindible para cualquiera, sea conocedor o no de la obra de King Crimson, y que no tema las emociones fuertes. Poco más cabe añadir salvo animar a todo el mundo a escuchar este impresionante álbum que representa otra dimensión en la música. Ah, y el título proviene de la letra del tema ‘Neal & Jack & Me’ (“absent lovers, absent lovers”), que irónicamente no encontraremos aquí. Seguro que es otro puntazo del humor peculiar de Fripp.

CIRKUS

Año de publicación: 1999

Puntuación:

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CD I: 1) Dinosaur; 2) Thela Hun Ginjeet; 3) Red; 4) B'Boom; 5) THRAK; 6) 1 ii 2;

7) Neurotica; 8) Indiscipline; 9) VROOOM VROOOM; 10) Coda: Marine 475;

11) Deception Of The Thrush; 12) Heavy ConstruKction; 13) Three Of A Perfect Pair; 14) Sleepless; 15) Elephant Talk.

 

CD II: 1) 21st Century Schizoid Man; 2) Ladies Of The Road; 3) A Man, A City;

4) In The Court Of The Crimson King; 5) Fracture; 6) Easy Money; 7) Improv: Besançon; 8) The Talking Drum; 9) Larks' Tongues In Aspic Part II; 10) Starless.

Este doble álbum es una recopilación de actuaciones en directo probablemente pensado para el oyente neófito respecto a la obra del grupo, de ahí su subtítulo: The Young Persons' Guide to King Crimson Live. Se recogen interpretaciones de todas las épocas, dedicando el primer disco (denominado como Neon Heat Disease 1984-1998) al repertorio de los ochenta y noventa, mientras que el segundo de los discos (titulado Fractured 1969-1996) abarca el repertorio de los sesenta y setenta, este último incluyendo también una interpretación de la formación actual, como puede inferirse del título, concretamente la de ‘Larks' Tongues In Aspic Part II’. Al ser una recopilación, se incluyen algunos temas de Absent Lovers (los tachados del primer volumen) y de The Night Watch y Epitaph (los tachados del segundo), pero el resto eran inéditos hasta esa fecha. Algunos de los temas volverán a aparecer en los siguientes años en la colección King Crimson Collector's Club, mediante la que se van publicando conciertos íntegros de toda la carrera de la banda.

 

De entre las interpretaciones más logradas, la mayoría son las que ya habíamos conocido de los álbumes anteriormente citados. Puede destacarse aquí ‘Dinosaur’, muy revitalizada en directo gracias a una inspirada interpretación del formato de doble trío que participa en él. Se recupera también un tema de Islands que hasta ahora nunca habíamos escuchado en directo: ‘Ladies Of The Road’. Deja mejor impresión que la versión de estudio, así que es todo un hallazgo, aunque la voz del bajista Burrell deja mucho que desear, lo cual justifica que solo estuviera en King Crimson durante la grabación del citado álbum y la posterior gira.

 

A estas alturas ya sobra extenderse nuevamente en la glorificación de estos músicos que en directo demuestran que están en otro nivel muy alejado de la mayoría de bandas que pueblan el panorama del rock. Tampoco es necesario incidir en unos temas que, en su mayor parte, son conocidos y no presentan variaciones sustanciales. Repasando los títulos, pueden verse algunas novedades que, tratándose de este grupo, ya se puede intuir de qué van. ‘Heavy ConstruKction’ es una enérgica improvisación instrumental donde curiosamente la percusión la toca Belew, conocido como multiinstrumentista en su carrera en solitario pero que en King Crimson no solía excederse más allá de la guitarra, instrumento en el que ya es todo un portento de técnica. En cambio, ‘1 ii 2’ representa a esa vertiente más experimental de King Crimson que interpretaba en directo material complejo y complicado de digerir como un proyecto paralelo bajo el nombre de ProjecKts. Esta pieza es de lo más accesible, así que ya puedes hacerte una idea de lo que puede ser el resto. Como no podía ser de otra manera, también hay lugar para otros temas instrumentales de corte improvisado y atonal, destinados a los fans más intrépidos.

 

Así pues, estamos ante otro buen álbum en directo de King Crimson pero ya innecesario, no solo porque sea una recopilación sino porque no ofrece casi alicientes salvo la portentosa interpretación de ‘Dinosaur’ y la recuperación de ‘Ladies Of The Road’. Eso sí, si se tienen en cuenta los temas tachados, la valoración global sube una estrella sin dudarlo.

1) ProzaKc Blues; 2-3) The ConstruKction Of Light; 4) Into The Frying Pan;

5) FraKctured; 6) The World's My Oyster Soup Kitchen Floor Wax Museum;

7-9) Larks' Tongues In Aspic Part IV; 10) Coda: I Have A Dream;

11) (ProjeKct X) Heaven And Earth.

Puntuación:

Año de publicación: 2000

THE CONSTRUKCTION OF LIGHT

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Tras el formato de doble trío que había forjado las últimas entregas de estudio, volvía King Crimson al formato de cuarteto manteniendo a Adrian Belew en la guitarra junto a Robert Fripp (si bien este también toca el teclado), el bajista Trey Gunn y el batería Pat Mastelotto. La presencia de Belew es siempre una gran noticia, pero Gunn y Mastelotto no pueden competir con Tony Levin y Bill Bruford, respectivamente, por lo que en la práctica no solo se iba a notar la disminución del doble trío, sino también la técnica particular de los músicos que faltaban, sin que ello signifique desmerecer a los dos presentes.

 

El sonido de la banda sigue siendo devoto de aquel que presentaron a partir del retorno con Discipline, incluso detalles técnicos o fragmentos concretos, lo cual provoca que la mayoría de temas transmitan una sensación de estar repitiendo logros anteriores que repercuten negativamente en su ejecución. En algunos casos como ‘The World's My Oyster Soup Kitchen Floor Wax Museum’, es como si hubieran recuperado a la vez el sonido de los ochenta/noventa entremezclado con el de mediados de los setenta. De hecho, la cuarta parte de ‘Larks' Tongues In Aspic’, dividida en tres secciones de mismo título, recuerda inmediatamente a sus predecesoras, como si hubieran hecho variaciones de una combinación lineal de las composiciones existentes, lo cual no le resta interés tampoco. Hay otro tema que aparece dividido en diferentes partes con el mismo título, ni siquiera la típica coletilla de Part 1, Part 2, etc. Se trata del que titula también el álbum, ‘The ConstruKction Of Light’, que en primer lugar desarrolla instrumentalmente otro entramado similar a los de los ochenta, mientras que en la segunda parte Belew canta una letra bastante incoherente y que no aporta nada de interés a lo anterior.

 

El tema más extenso que encontraremos es ‘FraKctured’, de nueve minutos a través de los cuales transitan desde una aparente calma controlada inicial a una desaforada improvisación que deja bastante desconcertad@. Por momentos recuerda también a temas más antiguos como ‘Frame By Frame’. Por otro lado, la voz distorsionada y desquiciada en ‘ProzaKc Blues’ para teatralizar otro personaje paranoico de Belew no le hace ningún favor a la canción (aunque en realidad sea algo apropiado para el caso) y desvía la atención respecto al potente armazón instrumental que la soporta.

 

Lo mejor del álbum es esa mezcla de potencia y solemnidad que transmite ‘Coda: I Have A Dream’ mientras nos introduce en ese sueño que luego deviene en pesadilla al recordarnos Belew con voz robótica algunos de los episodios más vergonzosos que abochornan al ser humano, de ahí que mordazmente se haga referencia a esas famosas palabras de Martin Luther King. En cambio, ‘Heaven And Earth’ es un tema rescatado del proyecto paralelo de King Crimson llamado ProjeKct X, que incluía al mismo cuarteto que participa en este álbum. Este tema va fluctuando paulatinamente entre la calma y momentos de mayor tensión sonora, destacando mucho más los segundos que los pasajes más tranquilos. Para lo indigeribles que suelen ser esos proyectos paralelos de la banda, la verdad que podemos darnos por satisfechos en este caso.

 

Al final, lo que deja este álbum es un regusto de que es más de lo mismo. Pero bueno, en el caso de King Crimson, más de lo mismo ya es garantía de escuchar un sonido único, aventurado e interesante, que ya es bastante más de lo que pueden ofrecer muchos otros grupos.

HEAVY CONSTRUKCTION

CD I: 1) Into The Frying Pan; 2) The ConstruKction Of Light; 3) ProzaKc Blues;

4) Improv: Munchen; 5) One Time; 6) Dinosaur; 7) VROOOM; 8) FraKctured;

9) The World's My Oyster Soup Kitchen Floor Wax Museum; 10) Improv: Bonn.

 

CD II: 1) Sex Sleep Eat Drink Dream; 2) Improv: Offenbach; 3) Cage;

4) Larks' Tongues In Aspic: Part Four; 5) Three Of A Perfect Pair;

6) The Deception Of The Thrush; 7) Heroes.

 

CD III: 1) Sapir; 2) Blastic Rhino; 3) Lights Please (part 1); 4) ccccSeizurecc;

5) Off And Black; 6) More (And Less); 7) Beautiful Rainbow; 8) 7 Teas;

9) Tomorrow Never Knew Thela; 10) Uboo; 11) The Deception Of The Thrush;

12) Arena Of Terror; 13) Lights Please (part 2).

Puntuación:

Año de publicación: 2000

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Este triple álbum recoge una selección de temas interpretados durante la gira europea del año 2000, acontecida entre mayo y julio, como presentación del que había sido el nuevo disco de estudio en bastantes años. Los músicos son, por tanto, el cuarteto conformado por Fripp, Belew, Gunn y Mastelotto. Como dato curioso, se incluyen actuaciones de Barcelona, Donosti y Madrid, las tres ciudades españolas por las que pasaron consecutivamente.

 

Como era de esperar ante unos músicos de tal envergadura, las composiciones pertenecientes a The ConstruKction Of Light cobran nueva vida en su ejecución en directo. Así, temas originalmente más discretos como ‘ProzaKc Blues’, ‘Into The Frying Pan’ o ‘FraKctured’ transmiten mucha mayor fuerza y permiten constatar la grandeza de estos músicos. La lástima es que el álbum se encuentra interpretado en su totalidad excepto el mejor de los temas, que era ‘Coda: I Have A Dream’. Pero vista la mejora considerable en el resto de temas, tampoco cabe echarlo en falta. De hecho, parece que hubiera valido la pena grabar el citado disco en directo, al estilo de lo que hacía Zappa.

 

Del material de discos anteriores, prácticamente todo pertenece a la década de los noventa, como si estuvieran pasando una página que tampoco tiene mucho sentido pasar en cuanto a que los ochenta están directamente relacionados con el estilo desarrollado. Al menos son originales en la manera de interpretar esos temas, por lo que podemos encontrar una casi irreconocible ‘Cage’ donde Fripp toca su guitarra de tal manera que parece estar sonando un teclado. De manera análoga, sin ningún ingrediente más que la guitarra y la voz de Belew, ‘One Time’ se vuelve más contemplativa y mística. Y es que, para el año 2000, Belew ya había publicado en un par de álbumes de su carrera en solitario recreaciones acústicas de sus propios temas (incluidos algunos de King Crimson), demostrando simultáneamente su descomunal técnica de guitarra, en este caso con la acústica, y la brillantez de algunas de sus composiciones, que no se resentían en un formato tan sencillo. Aquí realiza lo mismo en ‘Three Of A Perfect Pair’, de tal manera que sus excelsas melodías se pueden saborear en su primigenia beldad. Mayor sorpresa si cabe es encontrar ‘Heroes’ de David Bowie, pero como en la versión original tocaba Fripp la guitarra y aparte Belew ha trabajado en varios de los discos de Bowie, la sorpresa no lo es tanto. En cuanto a la interpretación de King Crimson, es inconmensurable, el mejor homenaje que se le podía hacer a un tema que gana cuanto más depurada es la técnica de quienes lo ejecutan.

 

Las improvisaciones delatan su origen por su título, por lo que da la impresión que Alemania les proporcionaba una inspiración especial, como si les llegara el espíritu de Stockhausen. O más bien cabría decir que de Wagner, porque estas improvisaciones no son como aquellas indigeribles que desarrollaban en la década de los setenta, al estilo de algunas de las que encontrábamos en álbumes anteriores previos de aquella época, sino que pueden escucharse con agrado y podrían pasar por desarrollos instrumentales de otros temas, con unas inspiradas partes de guitarra que se van complementando a la perfección junto a la sección rítmica que nunca falla aunque vayan variando de ritmo en sus diversas secciones. Un verdadero espectáculo, sin duda. Mucho más floja resulta otra improvisación que conocíamos de Cirkus, ‘The Deception Of The Thrush’, que solo en su recta final más calmada deja una buena sensación.  Lo que no se entiende es que aparezca por duplicado.

 

Pero si hablamos de improvisaciones, el tercer disco se nos presenta, según el libreto, como “A cohesive presentation out of series of incoherent events”, todo un aviso para navegantes. Sin embargo, resulta ser todo lo contrario, o casi, a lo que esperaríamos encontrar, que es una retahíla de disonancias al estilo del horrendo THRaKaTTaK. En su mayor parte tienen hasta un sentido y se aprecia la estructura que han pretendido improvisar. Un par de estas improvisaciones, ‘ccccSeizurecc’ y ‘Off And Back’, bien vale la pena escucharlas. Eso sí, a partir de ‘7 Teas’ se vuelven más complicadas y desquiciadas, dirigidas a l@s oyentes aficionados a las disonancias. Hay lugar para lucimiento de todos, incluida la batería (‘More And Less’) o el bajo (‘Sapir’). Como curiosidad, bajo el título de ‘Tomorrow Never Knew Thela’ encontramos una recreación de ‘Tomorrow Never Knows’ de los Beatles, tema que parece más que apropiado para King Crimson, puesto que ¿qué otra banda es capaz de hacer sonar una guitarra como si fuera una gaviota? Lo de “Thela” en principio puede parecer una referencia a ‘Thela Hun Ginjeet’ de Discipline, pero no hay nada que la recuerde.

 

Como reflejo de lo que es un concierto de King Crimson en la práctica, ‘Lights Please’ es una parada solicitada por Fripp porque ha visto a alguien grabando o haciendo fotos con su cámara, algo terminantemente prohibido en cualquier concierto donde esté Robert al mando. En el segundo CD se encuentra un vídeo que recoge parte de la actuación en Roma, donde podremos verles en acción interpretando algunos de los temas ya incluidos de otras actuaciones. Todo un espectáculo su manera de tocar. No estamos, pues, ante un álbum en directo imprescindible, pero vale la pena escucharlo por la mejor impresión que dejan los temas de The ConstruKction Of Light, tal como se ha dicho.

VROOOM VROOOM

Año de publicación: 2001

Puntuación:

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CD I: 1) Vrooom Vrooom; 2) Coda: Marine 475; 3) Dinosaur; 4) B'Boom; 5) THRAK; 6) The Talking Drum; 7) Larks' Tongues In Aspic (Part II); 8) Neurotica; 9) Prism;

10) Red; 11) Improv: Biker Babes Of The Rio Grande; 12) 21st Century Schizoid Man.

 

CD II: 1) Conundrum; 2) Thela Hun Ginjeet; 3) Frame By Frame; 4) People;

5) One Time; 6) Sex Sleep Eat Drink Dream; 7) Indiscipline; 8) Two Sticks;

9) Elephant Talk; 10) Three Of A Perfect Pair; 11) B'Boom; 12) THRAK;

13) Free As A Bird; 14) Walking On Air.

¿Otro álbum más en directo? ¡¡¡Noooooo!!! Esto es lo que pensaríamos si se tratara de Paul McCartney, pero con King Crimson el asunto es bien diferente al estar asociado el nivel de la interpretación con el nivel de inspiración de los músicos en el concierto en cuestión y eso siempre se encuentra entre el rango de lo bueno y lo sublime. En cualquier caso, puede resultar algo repetitivo al recoger actuaciones del período 1995-1996, el del doble trío, que ya tenía un precedente conocido en B'Boom. De hecho, puede tomarse como una versión ampliada de aquel al contener una cantidad algo mayor de temas más algunas diferencias. El primer disco recoge una selección de los conciertos en Ciudad de México, donde incluso se escucha decir “Hola” al público, mientras que el segundo se nutre de los Estados Unidos, sobre todo de Nueva York. Tampoco es que sea relevante la ubicación de las actuaciones al pertenecer a la misma gira. Recordemos que esta era la época del doble trío, por lo que tenemos dos guitarristas, dos bajistas y dos bateristas. Pero en King Crimson, menos a veces es más, puesto que en muchos momentos da la sensación de que los músicos están más relajados de lo normal al no tener que esforzarse tanto por rellenar el espacio sonoro.

 

Aun así, ante una pléyade de grandes instrumentistas como Fripp, Belew, Levin, Bruford, Gunn y Mastelotto, solo hay que tener paciencia, dejarse llevar y esperar a que la inspiración les lleve a conseguir alguna ejecución fenomenal que bien valga todo el tiempo invertido, como puede ocurrir para cualquier maestro de la interpretación. Aquí consiguen sublimes y esplendorosas representaciones de ‘Thela Hun Ginjeet’ e ‘Indiscipline’, que nuevamente cobran vida propia en directo, arrollando con su energía. De manera análoga, da gusto volver a escuchar ‘21st Century Schizoid Man’, la única pieza que rescatan de su primera época porque es la única que permite un lucimiento democrático de todos los músicos en su sección central de improvisaciones. Eso sí, el resto del tema lo clavan exactamente al original, con mayor fiereza si cabe. En el polo opuesto, ‘THRAK’ y ‘B'Boom’ nos retrotraen peligrosamente a los excesos de THRaKaTTaK, pero por suerte se corresponden únicamente con esos momentos que dedican a la improvisación en sus conciertos. Lo que no se entiende es que ambos temas se repitan en los dos discos.

 

Encontramos algunos temas inéditos que no habíamos visto en ningún álbum hasta este momento, aunque dos de ellos tengan como únicos protagonistas a los baterías. En primer lugar, ‘Prism’ es una pieza acreditada al percusionista de jazz Pierre Favre, que sirve para que Bruford y Mastelotto den una breve lección de técnica y compenetración. Muy similar en su implementación es ‘Conundrum’, un breve solo de percusión que también vale la pena escuchar, a diferencia de lo que es habitual en piezas de ese tipo. Lo que es toda una sorpresa es encontrar una versión de ‘Free As A Bird’ de los Beatles, aquella canción recuperada de Lennon y reelaborada como carta de presentación del primer volumen de sus antologías. Aquí está cantada por Belew con el único acompañamiento de un piano, para darle un toque original y demostrar su buen hacer como cantante. Es curiosa una entrevista que le hicieron una vez respecto a su participación en Earth Moving de Mike Oldfield, pues aseguró que era la primera vez en su vida que alguien le llamaba por sus dotes de cantante y no por su guitarra.

 

Poco más puede decirse de una música que ya conocemos muy bien y a unos músicos que sabemos hasta dónde pueden llegar. Ha de destacarse también que es la primera vez que podemos escuchar ‘Walking On Air’ en directo, si bien no alcanza la excelencia de la versión de estudio. Así pues, estamos ante un doble disco recomendable, que no imprescindible, para volver a disfrutar de la experiencia única de asistir a la conjunción musical de seis grandes músicos, cuatro de ellos grandísimos.

1) Bude; 2) Happy With What You Have To Be Happy With; 3) Mie Gakure;

4) She Shudders; 5) Eyes Wide Open; 6) Shoganai; 7) I Ran; 8) Potato Pie;

9) Larks' Tongues In Aspic (Part IV); 10) Clouds.

Puntuación:

Año de publicación: 2002

HAPPY WITH WHAT YOU HAVE TO BE HAPPY WITH [EP]

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De igual manera que en los noventa el disco Thrak fue precedido por un EP que adelantaba algunos de los temas que formarían parte de aquel, antes de la presentación de The Power To Believe se publicó este EP donde no todo son novedades pero también con algunos adelantos de lo que sería el futuro álbum. Se mantiene el mismo formato de cuarteto y con los mismos músicos que habían participado en The ConstrucKtion Of Light, lo cual ya sirve de idea para prever una continuación en el sonido que habían desarrollado en su última aventura en el estudio. De hecho, se incluye una interpretación en directo de la cuarta parte de ‘Larks' Tongues In Aspic’, que es especialmente interesante porque a su vez incluye ‘Coda: I Have A Dream’, justo el único tema de aquel álbum que no aparecía en el directo Heavy Construcktion.

 

El principio mediante ‘Bude’, un breve canto a cappella de voz distorsionada que se irá repitiendo más veces con diferente letra (‘She Shudders’, ‘I Ran’), da enseguida paso a ‘Happy With What You Have To Be Happy With’, cuyo título deja bien claro que se trata de una parodia, en concreto de bandas tipo Linkin Park que tanto éxito estaban teniendo en esos años, no solo por su genial e irónica letra sobre cómo conseguir un éxito fácil al componer una canción de metal moderno (póngasele la etiqueta de death metal, trash metal, nu metal o la que sea), sino también por la música donde los riffs pesados parecen exagerados y Belew canta con voz distorsionada como si fuera un chaval flipado con su imagen de rockero.

 

Una opción siempre a mano para completar espacio es incluir piezas ambientales, como es el caso aquí mediante ‘Mie Gakure’ y ‘Shoganai’, esta última de aires orientales pero bastante insulsa. Mejor sensación deja ‘Eyes Wide Open’, una balada acústica de las que Belew gusta de tocar. Se incluye una interpretación en directo de ‘Larks' Tongues In Aspic (Part IV)’, que nunca puede fallar y donde su último minuto y medio es impresionante. Lo que no podríamos esperar es a King Crimson grabando un blues-rock como ‘Potato Pie’, que es entretenido y poco más, aunque vuelve a desplegar el humor de Belew como cantante.

 

La final ‘Clouds’ es en teoría otra pieza a cappella de voz distorsionada, pero esconde un tema oculto que es un collage musical bastante absurdo donde podemos escuchar hasta al público corear el estribillo instrumental de ‘The Court Of The Crimson King’. Es un molesto final para un EP que no convence para nada al andar muy escaso de ideas. Pero bueno, era solo una pequeña presentación de lo que venía a continuación, que en teoría debía ampliar el contenido y mejorar los defectos existentes.

THE POWER TO BELIEVE

Año de publicación: 2003

Puntuación:

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1) The Power To Believe I: A Cappella; 2) Level Five; 3) Eyes Wide Open; 4) Elektrik;

5) Facts Of Life: Intro; 6) Facts Of Life; 7) The Power To Believe II;

8) Dangerous Curves; 9) Happy With What You Have To Be Happy With;

10) The Power To Believe III; 11) The Power To Believe IV: Coda.

Una vez publicado el EP anterior, era cuestión de tiempo que llegara el álbum propiamente dicho. Se mantiene el mismo cuarteto de Fripp, Belew, Gunn y Mastelotto para acabar de pulir y conformar algunas de las composiciones de Happy With What You Have To Be Happy With y añadir algunas nuevas, siguiendo el mismo procedimiento de anteriores ocasiones. El problema llega cuando comprobamos que en realidad no se ha conseguido mejorar mucho lo anterior, señal de que el estancamiento creativo, en cierta manera, había llegado. Aunque todavía queda lugar para alguna pequeña sorpresa.

 

El título del álbum sirve de pretexto para titular a su vez cuatro piezas de diferente naturaleza. La primera de ellas es, como su título indica, un canto a cappella con la voz distorsionada al estilo de lo que se había hecho en el EP previo mediante ‘Bude’, repetido igualmente al principio de la tercera parte antes de enfilarse a unas atonalidades que al menos tienen su gracia. La segunda de ellas es lo más aburrido a lo que podía llegar King Crimson en el siglo XXI, pues además incluye la también ya conocida ‘Shoganai’, mientras que la coda final (es decir, la cuarta parte) es una pieza calmada de sintetizadores que transmite una relajación al estilo de lo que Brian Eno consigue con relativa facilidad. En ‘Eyes Wide Open’ han mejorado la producción respecto de la versión del EP, muy visible sobre todo en la parte vocal, ya que aquí escuchamos la voz de Belew mucho más cristalina y ello sirve para mejorar la versión previa.

 

El mayor problema de este disco es que aquello que podemos escuchar en temas como ‘Elektrik’ es, aunque suene mal decirlo, más de lo mismo. La diferencia con otras bandas es que, para King Crimson, más de lo mismo significa que el nivel está por encima de la media. No es el caso, por desgracia, de ‘Facts Of Life’, ya que se acerca demasiado a las disonancias para dejar un resultado agradable, si bien hay seguidores de King Crimson que lo son por piezas como esta. También es inevitable que ‘Level Five’ no recuerde a ‘Larks' Tongues In Aspic (Part IV)’, tanto en el tono como en la actitud, lo cual no quita que sea otra buena excusa para disfrutar de la impecable técnica de estos músicos. Aun así, mediante ‘Dangerous Curves’ demuestran al menos por una vez que son capaces de sobrepasar los límites y la inventiva de la música electrónica si se lo proponen. Casi podría servir para bailar en cualquier discoteca de moda. Quizá ese camino es el que debían haber explorado a lo largo de todo el álbum para de verdad lograr superar esa especie de techo de cristal que se había formado en el estilo último de King Crimson.

 

Así pues, este álbum ha quedado como el último de estudio de esta longeva banda. Visto lo visto, era lo más honesto si ya no eran capaces de desarrollar nada nuevo, aparte de que la edad es siempre una barrera a la hora de reinventarse. Lo que tocaba a partir de ese momento era seguir desplegando su faceta de intérpretes, que por repertorio y por la calidad que siempre atesoran los músicos integrantes de este grupo, es ya de por sí toda una garantía.

VÍDEOS

EYES WIDE OPEN

Año de publicación: 2003

La última etapa de King Crimson es todo un alarde de técnica y virtuosismo, por lo que este doble DVD nos sirve para asistir a un verdadero espectáculo musical. Lo curioso es que el primer disco es de un concierto de 2003 en Tokyo, mientras que el segundo es anterior, del año 2000 en el Shepherds Bush Empire de Londres. Pero hay que ir preparad@s porque, sobre todo en el segundo de los discos, encontraremos muchísimas improvisaciones, las cuales son más entretenidas acompañadas de imágenes, todo hay que decirlo, de tal manera que podemos ver a unos músicos virtuosos en acción y comprender el alcance de sus ideas. Si exceptuamos las improvisaciones, siempre imprevisibles, las mayores sorpresas que encontraremos están también en el segundo disco: la interpretación en solitario y con guitarra acústica de ‘Three Of A Perfect Pair’ por parte de Belew, quien se había hecho muy aficionado a este formato en su carrera en solitario; y una sensacional versión de ‘Heroes’ de David Bowie, pues hemos de recordar que, en la original, la inolvidable guitarra era de Fripp. Es curioso cómo en directo otros grupos han interpretado esta canción mejor que el propio Bowie.

 

Para quienes prefieran la vertiente melódica de King Crimson (como a un servidor), saldrán encantados con la interpretación de ‘One Time’ que se puede encontrar por partida doble, es decir, en ambos conciertos. Pero esa canción es casi un oasis dentro de unas actuaciones enfocadas más al virtuosismo que a la melodía, que en cualquier caso pueden disfrutarse como se disfruta viendo tocar a músicos de exquisita técnica. Señalar por último que el primer DVD se corresponde en buena parte con el disco EleKtrik: Live In Japan, publicado en 2003.

IN THE COURT OF THE CRIMSON KING - KING CRIMSON AT 50

Año de publicación: 2022

Para celebrar los cincuenta años de existencia de la banda, decidieron que un director de cine y un equipo de filmación les acompañara durante un tiempo en la gira que estaban realizando. Aunque en principio se trata del típico documental que acompaña a un grupo de gira, lo que transmite es muy diferente a esos típicos documentales, aun siendo en esencia lo mismo. Se trata de un tratado sobre la música y, principalmente, sobre la vida del músico y las relaciones entre los miembros de una banda. Hay muchos miembros nuevos, pero también salen hablando muchos exmiembros y todos hablan con una sinceridad que se ha de agradecer. Siempre hay luces y sombras en cada persona, así que unos hablan bien de su paso por King Crimson y otros abjuran. El documental está repleto de bromas, frases inteligentes, reflexiones serias y sentimientos muy profundos. Impactan los fragmentos de música y sobrecoge en muchos momentos de las entrevistas, no es normal encontrar gente que se abra de esa manera a expresar sus sentimientos. Mucho menos a Robert Fripp, quien siempre se muestra impasible y frío, pero acaba derrumbándose emocionalmente en un momento muy concreto. Se recomienda el documental a cualquier persona, sea fan o no de King Crimson, porque posee una carga psicológica muy importante. Precisamente lo único que resulta aburrido del documental es cuando hablan los fans sobre lo que les hace sentir la música de la banda, pues son las típicas frases que podrían decir también los fans de, por ejemplo, las boy bands coreanas.

King Crimson Collector's Club

Desde 1998 en adelante apareció esta colección que recogía conciertos de King Crimson de cualquier época, no siempre de buena calidad y en algunas ocasiones destinados a proyectos paralelos. Como en la mayoría de casos poco cabe añadir a todo lo que se ha escrito hasta ahora, sobre todo de los diferentes y variados álbumes en directo publicados por la banda a lo largo de su carrera, se realizará un análisis breve y conciso que sirva de orientación para quien desee adentrarse todavía más en el fascinante mundo de los directos de King Crimson. En uno de los libretos de esta colección, no puedo recordar cuál, Robert Fripp reconocía la importancia de la inspiración que los músicos tuvieran esa noche para el resultado de cada concierto, puesto que había siempre lugar para la improvisación y para introducir libremente cualquier detalle nuevo. Así, cada concierto de King Crimson es ciertamente una experiencia en sí misma, aunque no siempre grata a los oídos y no siempre diferenciada de la de otros conciertos (hay repertorios lógicamente equivalentes), pero cuando menos interesante.

KCCC01 LIVE AT THE MARQUEE 1969

Año de publicación: 1998

En el cuádruple álbum en directo Epitaph (de 1997) ya disponíamos de una amplia panorámica del sonido de King Crimson en directo en el año 1969. Aquí encontraremos unas grabaciones de alguno de los días que actuó el grupo en el mítico Marquee londinense, de una mala calidad lógica para lo que se podía esperar. Es imposible saber el día exacto, pues fue una grabación pirata de algún espectador y ni siquiera Fripp puede saberlo, de tantas veces que actuaron allí. Así pues, el repertorio interpretado es análogo al que encontrábamos en Epitaph. La resurrección de ‘Drop In’, perteneciente al cancionero entonces archivado de Giles, Giles & Fripp, es todo un desastre al enfocarse hacia el free-jazz. Curiosamente, de ‘Epitaph’ solo escuchamos su segunda mitad, esto es, a partir del intermedio instrumental, pero desgraciadamente la voz de Lake suena muy mal. Encontramos un bonus track perteneciente a una actuación de octubre en otro lugar, también de penosa calidad sonora. Se trata de la improvisación titulada ‘Trees’, donde las cacofonías se entremezclan con algún pasaje más interesante (incluso con trazas de ‘21st Century Schizoid Man’), pero dura casi veinte minutos, a pesar de que se acaba abruptamente (se le acabaría la cinta a la grabadora), y es más una tortura que otra cosa.

 

Lo mejor: tan solo la emoción de escuchar ‘21st Century Schizoid Man’, ‘Epitaph’ y ‘I Talk To The Wind’.

Lo peor: la mala calidad de sonido que hace más indigeribles las improvisaciones (aunque más o menos se salva ‘Travel Weary Capricorn’) y arruina la magia vocal de ‘Epitaph’.

Puntuación: 4/10

KCCC02 LIVE AT JACKSONVILLE, 1972

Año de publicación: 1998

Avanzamos unos pocos años más y llegamos a 1972, que desgraciadamente quiere decir que la calidad sonora de este álbum es equivalente al de Earthbound (donde uno de los temas incluidos es precisamente de este mismo concierto), es decir, de un nivel penoso. Por si fuera poco, el repertorio deja mucho que desear al ser la mitad de los temas de Islands y siendo otro más ‘Cirkus’, que aquí hasta parece disonante. En el libreto ya nos previene Robert Fripp de que los músicos no eran los idóneos para esa etapa y se lanzaban al modo jam porque era la manera de que no se notara la falta de cohesión entre ellos. Únicamente salva de la quema al saxofonista Mel Collins, que ciertamente es a quien más garra se le nota en sus interpretaciones, o quizá sea que la mala calidad del sonido no le afecta tanto a su instrumento.

 

Lo mejor: que Earthbound incluso era peor, si es que sirve de consuelo.

Lo peor: entre la mala calidad sonora y lo tedioso de la mayoría del repertorio seleccionado, vamos servidos. Si a eso le añadimos los nueve minutos de solo de batería en ‘The Sailor's Tale’, la experiencia no puede ser más esquizofrénica.

Puntuación: 3/10

KCCC03 THE BEAT CLUB, BREMEN 1972

Año de publicación: 1999

Cuando vemos que seguimos en el mismo año que en el volumen anterior, un sudor frío puede aparecer pensando que va a ser más de lo mismo. Pero nada más lejos de ello. El concierto de Jacksonville fue en el mes de febrero, mientras que esta actuación en el mítico programa de televisión alemán The Beat Club (por donde pasó lo mejor del mundo del rock mientras duró) es de octubre, lo cual quiere decir que se trata de la nueva formación de King Crimson que grabará Larks' Tongues In Aspic. Al tratarse de un programa de televisión, tampoco debemos asustarnos por la calidad del sonido. Así pues, este es el quinteto de Fripp, Wetton, Bruford, Cross y Muir, y con ellos podemos descubrir lo que entonces era una avanzadilla del citado álbum, pues tocan ‘Larks' Tongues In Aspic Part One’ y ‘Exiles’. Pero antes de llegar a ellos tenemos que padecer una improvisación atonal de ¡media hora! que probablemente quede bien con las imágenes, viendo a los músicos extraer esos sonidos de sus instrumentos, pero escucharlo desde el sofá de casa lo convierte en una amarga experiencia salvo para las personas adictas a estas extravagancias.

 

Lo mejor: poder disfrutar de dos temas de Larks' Tongues In Aspic.

Lo peor: que solo haya tres temas y uno de ellos sea la improvisación inicial de media hora.

Puntuación: 5/10

KCCC04 LIVE AT CAP D'AGDE, 1982

Año de publicación: 1999

El salto de diez años respecto a los conciertos anteriores trae como primera noticia positiva la mejora cualitativa en el sonido grabado. Aquí estamos ante el inmejorable cuarteto formado por Fripp, Belew, Levin y Bruford, toda una garantía de buen espectáculo. En realidad, todo el contenido no pertenece a la actuación señalado, pues los tres últimos temas pertenecen a un concierto del día siguiente en Fréjus, otra población francesa. Son ambos del mes de agosto, lo cual significa que el repertorio está configurado como una mezcla de Discipline y Beat (publicado este un par de meses antes), con la única excepción de ‘Larks' Tongues In Aspic II’, un tema al que han recurrido en multitud de conciertos.

 

Lo mejor: aunque en general es todo de gran nivel, cabe destacar la espectacular interpretación de ‘Thela Gun Ginjeet’.

Lo peor: los diez minutos de ‘The Sheltering Sky’ se vuelven un poco largos por su excesiva lentitud.

Puntuación: 8/10

KCCC05-6 ON BROADWAY

Año de publicación: 1999

Bien reciente resultaba este doble álbum, pues contiene una selección de grabaciones de unos conciertos casi consecutivos acaecidos en noviembre de 1995. El título debe ser uno de los puntazos de humor inglés de Fripp, pues estos conciertos tuvieron lugar en Nueva York aunque la música nada tenga que ver con lo que asociamos al nombre de Broadway. Precisamente de esos conciertos es de donde saldrá también el contenido de uno de los discos del doble álbum en directo Vrooom Vrooom, publicado en 2001. Por tanto, la formación del grupo es la de doble trío y eso les permite afrontar todo tipo de interpretaciones, sean piezas más comerciales u otras improvisaciones infumables como ‘Thrak’ o ‘Fearless And Highly THRaKked’. Pero está todo suficientemente equilibrado para poder disfrutar de este álbum, incluso recuperan ‘Red’ como casi único guiño al material de antes de los ochenta.

 

Lo mejor: la fabulosa interpretación de ‘Walking On Air’.

Lo peor: las improvisaciones y la, aquí, bastante irritante ‘Neurotica’.

Puntuación: 7/10

KCCC07 THE ROAR OF P4

Año de publicación: 1999

Leyendo bien lo que dice en la portada del disco, aparte de verificar que se trata de un concierto en San Francisco, vemos que esta grabación está publicada bajo el nombre de ProjecKt Four. A finales de los noventa, Fripp creó un proyecto paralelo en el cual algunos de los miembros de King Crimson, desde el retorno en los ochenta, se juntaban con él para tocar improvisaciones que pudieran servir tanto para mantener la compenetración entre los músicos como para aportar nuevas ideas de cara a la continuación de King Crimson. El presente concierto es de noviembre de 1998, donde actúa la versión existente en ese momento para estos ProjecKts. Esto quiere decir que ProjecKt Four es la cuarta versión de esas agrupaciones eventuales y además en forma de cuarteto, en este caso con Levin, Gunn y Mastelotto acompañando a Mr. Fripp. Si nos fijamos en los títulos, podemos pensar en esta actuación como una precursora de algunos pasajes de The Construkction On Light, álbum que todavía no se había gestado en ese momento. De hecho, el título de ‘Deception Of The Thrush’ puede encontrarse en otros álbumes en directo. De todas maneras, no deja impresión este álbum de ser una improvisación, pues presenta partes suficientemente elaboradas y, aparte, los dos primeros temas se interpretan enlazados, aunque en ese momento quizá no significaba para ellos dos temas. En ‘Seizure’ incluso encontramos por el principio una incisiva melodía interpretada por el bajo. Pronto comprobamos el mérito de Mastelotto por tocar manualmente una percusión estilo rave en ‘Ghost’ que podría pasar por pregrabada. Como si fuera un concierto normal de King Crimson, la pieza final titulada ‘ProjeKction’ acaba con los músicos echando el resto en una demostración de poderío equiparable a temas del tipo de ‘Larks' Tongues In Aspic’.

 

Lo mejor: que no se dediquen a experimentar sin más, sino que al mismo tiempo busquen ritmos atrayentes e incluso prueben con alguna melodía perdida (‘Seizure’).

Lo peor: precisamente el excesivo carácter experimental de ‘Ghost 3’. Pero visto lo que se podría esperar de este proyecto musical, resulta tolerable hasta para el oyente medio que no busca improvisaciones en King Crimson.

Puntuación: 6/10

KCCC08 THE VROOOM SESSIONS

Año de publicación: 1999

Como ya nos indica su título, esta nueva entrega de la colección nos remite a las sesiones de grabación del EP VROOOM, entre finales de abril y principios de mayo, que darían lugar al retorno del grupo tras una década y además en el formato de doble trío, con seis músicos que se replicaban y complementaban con sus instrumentos. En el libreto nos cuenta Fripp de manera somera cómo fue la decisión de reunirse de nuevo y con la nueva formación ampliada. Es gracioso ver en la portada como cada par de músicos del mismo instrumento lleva también una indumentaria similar. Respecto al contenido, en buena parte se trata de jams sin mayor pretensión que mejorar la cohesión y compenetración entre los músicos, pero presenta suficientes momentos de interés para diferenciarlo de lo que podríamos entender por un disco de ensayos o demos. Si nos fijamos en los títulos, no veremos ninguno familiar respecto al contenido de VROOOM salvo ‘One Time’, que aquí nos sirve para degustar su cuidado entramado instrumental porque todavía no tenía letra (o la tenía y ya se pensaba en añadirla a posteriori). En todo caos, este álbum de grabaciones sirve de enlace entre los King Crimson de los ochenta y los de fin de siglo. Igual que comprobamos que mediante ‘Fashionable’ retoman ese estilo de funk desquiciado con el que habían conseguido grandes logros como ‘Thela Hun Ginjeet’, también observamos detalles que caracterizan el sonido de la última etapa del grupo.

 

Lo mejor: ‘Fashionable’, ‘Krim 3’ y los tres últimos cortes. Pero en general nos sirve para comprobar la grandeza de unos músicos que, en el estudio y al unísono, conseguían momentos de magia musical. Y que se tomaban todo bien en serio, pues no escucharemos ni bromas ni risas, aunque esto quizá sea debido a que está todo editado para que escuchemos únicamente la música.

Lo peor: La imitación del New Age más aburrido de Brian Eno que es ‘Adrian's Clouds’ (cuyo título nos avisa de quién lo pergeñó), así como algunas jams donde acaban divagando de más, como por ejemplo ‘Monster Jam’.

Puntuación: 6/10

KCCC09 LIVE AT SUMMIT STUDIOS, 1972

Año de publicación: 2000

Grabación en directo para una emisora de radio que nos muestra a la misma formación de King Crimson que grabó Islands y luego el penoso (no solo por la calidad de sonido) directo Earthbounds, así como el directo Live At Jacksonville, 1972 de esta colección. El texto del libreto está escrito por el baterista de entonces, Ian Wallace, en un tono jocoso que seguro gustó a Fripp y con algunas pullas desplegadas a lo largo de varias páginas. Lo más sorprendente es la revelación que hace sobre el bajista Boz Burrell, quien en principio iba a ser únicamente vocalista pero el bajista que Fripp había contratado se acabó yendo, así que Burrell cogió el bajo sin tener experiencia y Fripp decidió dejarlo de esa manera porque el tiempo corría en su contra. El repertorio no es ninguna sorpresa respecto a lo que ya conocíamos de esa época, siendo la mayor novedad la interpretación de ‘Cadence And Cascade’, en la cual se aprecian bien las limitaciones de Boz como vocalista y por ello quizá no podamos encontrar muchas grabaciones más. Y bueno, no pueden faltar las consabidas improvisaciones que sin imágenes son a veces complicadas de digerir.

 

Lo mejor: Encontrar –¡por fin!– una calidad de sonido decente para los King Crimson de esta época, así como una interpretación de ‘Sailor's Tale’ que puede escucharse con cierto agrado, que también es bastante. Cabe destacar también las interpretaciones de ‘Pictures Of A City’ y ‘21st Century Schizoid Man’.

Lo peor: ‘Groon’ sigue resultando aburrida e incluye casi cinco minutos de solo de batería, como tampoco son plato para todos los gustos las dos improvisaciones incluidas, aunque la última deja mejor sensación en su primer tercio, donde la parte vocal se corresponde con un tema de jazz de la época (‘The Creator Has A Master Plan’), que parece que fue una idea improvisada de Burrell, según se nos cuenta en el libreto. También es lástima que ‘21st Century Schizoid Man’ comience de forma decelerada, como si no la hubieran practicado suficiente, aunque luego se animan todos y el intermedio instrumental sí que está a la altura de lo que esperamos del grupo.

Puntuación: 5/10

KCCC10 LIVE IN CENTRAL PARK, NYC

Año de publicación: 2000

Por vez primera en la colección podemos escuchar un concierto del 1 de julio de 1974, que es cuando King Crimson era un cuarteto formado por Fripp, Wetton, Cross y Bruford. La calidad del sonido deja bastante que desear, pero se aprecia bien la depurada técnica de los músicos, quienes se desenvuelven con igual de naturalidad en las piezas rápidas o en las lentas, tanto si son improvisaciones como si son piezas estructuradas. Red no había sido todavía publicado, pero podemos escuchar una interpretación de ‘Starless’ dentro del repertorio, si bien el álbum al que más se acude es a Larks' Tongues In Aspic. Como su título indica, ‘Walk On No Pussyfooting’ es un pequeño paseo ambiental por la música que grabó junto a Brian Eno en aquel álbum experimental de 1973 que le sirvió a este de debut fuera de Roxy Music. La improvisación titulada ‘Cerberus’ no convence al inicio pero luego se va creciendo hasta llegar a momentos de verdadero poderío, como también salen airosos en ‘Fracture’ y casi vencedores en otra pieza tan conflictiva como ‘The Talking Drum’. Pero quien se luce de verdad es Fripp en el intermedio instrumental de ‘21st Century Schizoid Man’, transmitiendo más fiereza que nunca.

 

Lo mejor: Algunos momentos destacables, aparte de los ya indicados, como por ejemplo la exquisita guitarra de Fripp en ‘Exiles’.

Lo peor: La calidad de sonido que impide disfrutar de la técnica exquisita de estos músicos, aunque a Wetton la voz se le va bastante. La interpretación más floja es la de ‘Lament’, aunque eso ya era previsible.

Puntuación: 6/10

KCCC11 LIVE AT MOLES CLUB, 1981

Año de publicación: 2000

El detalle que vuelve interesante esta grabación en directo de mala calidad sonora es que tuvo lugar el 30 de abril de 1981. Esto significa que no solo precedió a la publicación del LP de retorno de la banda (Discipline), sino que también fue previa a la entrada en el estudio de grabación, de tal manera que podemos escuchar estas composiciones en “estado virgen”, por denominarlo de alguna manera. El repertorio incluye el contenido íntegro de lo que sería su próximo álbum, añadiendo ‘Red’ y ‘Larks' Tongues In Aspic Part II’ como recuerdos del pasado. La interpretación de ‘Elephant Talk’ es deslumbrante porque se palpa todo el entusiasmo de los músicos, pero la baja calidad de sonido nos deja sin el placer de comprobar si se trata de una de las mejores interpretaciones existentes de este tema. Incluso de ‘The Sheltering Sky’ se podría haber conseguido algo para recordar, de haber mejorado el tema técnico del audio. ‘Indiscipline’ queda demasiado atonal, o quizá sea simplemente que los efectos y los alardes de técnica no se pueden apreciar de forma apropiada por las circunstancias citadas. Sin embargo, no todo es debido a la grabación, puesto que la voz de Belew en ‘Thela Hun Ginjeet’ deja algo que desear, como si le costara cantar y tocar el mismo tiempo, aunque probablemente sea debido a que la letra partiera de una improvisación del momento.

 

Lo mejor: Lo excepcional de escuchar un material que todavía no habían llegado a publicar en esa fecha y los momentos de deslumbrante técnica aunada a las vibrantes melodías de los temas señalados, como también de ‘Larks' Tongues In Aspic Part II’.

Lo peor: La calidad de sonido no es nada buena para tratarse de 1981.

Puntuación: 6/10

KCCC12 LIVE IN HYDE PARK, 1969

Año de publicación: 2000

El histórico concierto en el Hyde Park de Londres que organizaron los Rolling Stones y que sirvió de homenaje al fallecido Brian Jones y como presentación del nuevo guitarrista Mick Taylor, significó también la presentación al gran público de King Crimson, quienes previamente se habían ido forjando como músicos en locales de poco aforo y todavía no habían llegado a publicar su LP de debut. El repertorio que interpretaron no presenta ninguna sorpresa porque en Epitaph ya descubrimos qué era lo que tocaba King Crimson en 1969. Y aquí no hay lugar para nada nuevo. En ‘Epitaph’ Lake le pone ganas al cantar y es una lástima que el sonido no sea bueno, algo que sorprende en principio, aunque por entonces los técnicos de sonido restarían importancia a la actuación de una banda nueva y no tomarían las medidas oportunas para registrar adecuadamente la actuación. Resulta curioso que la enlacen con esa improvisación adecuadamente titulada ‘Mantra’ donde la mala calidad de sonido llega a su mayor extremo. Respecto al repertorio, y ya por encima del simple apartado técnico de la grabación, más horrorosos no pueden sonar los coros en el estribillo de ‘The Court Of The Crimson King’. Como curiosidad, podemos escuchar como contenido adicional al concierto una de las primeras grabaciones en el estudio de ‘21st Century Schizoid Man’.

 

Lo mejor: El componente histórico de la actuación.

Lo peor: Ya es pecar de poco original el quejarse de la calidad de sonido, pero en este caso era una ocasión propicia para que los organizadores hubieran prestado más atención a King Crimson y que hubieran grabado el concierto en unas condiciones cuando menos aceptables.

Puntuación: 4/10

KCCC13 NASHVILLE REHEARSALS

Año de publicación: 2000

Nos trasladamos aquí a una fecha muy reciente, pues de 1997 datan estas grabaciones que no llevarían a nada concreto, pues el formato de doble trío que todavía conservaban acabará disolviéndose antes de su retorno en el año 2000 con The ConstruKction Of Light. Así pues, estas grabaciones en un estudio de grabación suponen unos ensayos que quedarían como tales y que aquí se recuperan para satisfacer el ansia del fan acérrimo de King Crimson. Lo que escuchamos son en parte extractos de piezas mucho más largas, tal como sugiere el sufrido editor musical que escribe las primeras líneas de texto del libreto. Lo que podemos esperar de una grabación de este tipo son improvisaciones experimentales e indigeribles como ‘Ragin' Drone’ u otras que acaben resultando excesivamente repetitivas a pesar de sus detalles técnicos (‘JB In 7’), como tampoco puede faltar un solo de batería (‘Mulundrum’) o donde la percusión es el instrumento principal (‘Pat's Meckanical Fives’, ‘Trey, Pat & Bill’). En temas como ‘Presidents’, casi que podría decirse que están buscando sonar como un Prince experimental en alguno de sus fragmentos, mientras que podríamos imaginar sin problema algo como ‘Big Funk’ en una fiesta rave de esa época. De lo poco que podría salvarse para la posteridad (que en King Crimson equivale a decir que podría ser escuchado con atención una segunda vez al menos) son ‘Jimmy Bond’ y ‘Split Hands’, pues en ambas pueden discernirse algunas melodías y la ambientación tétrica está bien conseguida. También queda prometedora la breve ‘Seizure’, que hubiera sido una estupenda introducción de algún futuro tema. No tiene nada que ver con ‘ccccSeizurecc’, una pieza improvisada que tocarían en la futura gira europea de entonces.

 

Lo mejor: Comprobar la capacidad de los músicos para tocar improvisaciones y poder extraer a partir de ahí resultados, aunque esto llegara a quedarse inédito.

Lo peor: El resultado que obtienen no es precisamente para todos los gustos. Al fin y al cabo se trata de ensayos que no iban a ser publicados.

Puntuación: 3/10

KCCC14 LIVE AT PLYMOUTH GUILDHALL

Año de publicación: 2001

Volvemos a la formación de 1971 para escuchar un concierto del 11 de mayo, que según se nos cuenta en el libreto era el primero importante de la gira, sobre un escenario y ante un público de cierto volumen, tras cuatro conciertos iniciales en un club de Frankfurt. Nuevamente el apartado técnico de la grabación deja mucho que desear y el valor histórico supera ampliamente al musical. Una lástima, porque el repertorio interpretado hace un recorrido interesante por lo que fue su primera etapa, recogiendo en dos discos temas de cada uno de los álbumes publicados hasta entonces. La calidad floja del sonido no permite que pueda disfrutarse de los momentos de mayor energía como, por ejemplo, los que se resuelven en ‘The Letter’, como también pasa casi desapercibido el momento de relajación de ‘Lady Of The Dancing Water’. Pero ‘Get Thy Bearings’ es directamente una cacofonía insufrible. Muy cacofónicos se muestran también en ‘Sailor's Tale’, donde se ha de tener una paciencia infinita para descubrir algún pasaje interesante, como el que llega a partir de los nueve minutos. También está bien logrado, si uno consigue estar en el estado de humor adecuado, el tramo final de mellotrón. Por si fuera poco, acaba desafinando mucho la voz de Boz Burrell en ‘Pictures Of A City’ y es el componente instrumental lo que salva el desaguisado. Por otra parte, tarda mucho en arrancar ‘Cirkus’ pero su formato multiparte le sirve para pasar con garantías, aunque no se trata ni mucho menos de una interpretación definitiva.

 

Lo mejor: A estas alturas resulta difícil destacar algo como lo mejor cuando ya hemos escuchado previamente otros conciertos de esta versión de la banda, pero vale la pena escuchar ‘In The Court Of The Crimson King’ aunque no sea una interpretación para enmarcar. Lo que es muy interesante son las notas del libreto escritas en esta ocasión por el baterista de entonces, Ian Wallace.

Lo peor: La improvisación inicial de ‘Sailor's Tale’, que se vuelve interminable o las horribles interpretaciones de ‘Get Thy Bearings’ y ‘Ladies Of The Road’.

Puntuación: 4/10

KCCC15 LIVE IN MAINZ, 1974

Año de publicación: 2001

De nuevo en 1974 y por medio de una gira europea se recoge este concierto en Maguncia (Alemania) donde el grupo actuaba como cuarteto con Bill Bruford, John Wetton y David Cross acompañando a Mr. Fripp. No podemos encontrar muchas sorpresas si ya conocemos el concierto en Central Park de esta colección o, sobre todo, el cuádruple álbum The Great Deceiver, pero la calidad de sonido es buena y, por tanto, no podemos quejarnos. En ‘Starless’ se acaban envalentonando y llevan la parte instrumental a un frenesí total, por lo cual se agradece que esté bien grabado. La improvisación titulada ‘The Savage’ suena como si estuvieran creando algo nuevo durante la afinación de los instrumentos, mientras que ‘Trio’ nos muestra una delicadeza bucólica totalmente inesperada. La improvisación ‘Arabica’ deja algo más indiferente, pero acaba enlazando con una sensacional interpretación de ‘Exiles’. Por otra parte, hasta ahora a ‘Dr. Diamond’ solo la podíamos encontrar en The Great Deceiver, así que ya tenemos una versión más de este tema aunque no sea de lo mejor de su repertorio.

 

Lo mejor: La buena sensación que dejan la mayoría de piezas improvisadas, lo cual no es nada habitual.

Lo peor: Que no haya sorpresas en el repertorio y, salvo el caso de ‘Exiles’, no haya interpretaciones que se reputen insuperables.

Puntuación: 7/10

KCCC16 LIVE IN BERKELEY, CA
Año de publicación: 2001

Viajamos ahora a California y al año 1982, lo que significa que nos encontramos ante una de las mejores épocas de la banda. Es gracioso leer en el texto del libreto, escrito en esta ocasión por la hermana de Robert Fripp, que el día de ese concierto es cuando ella comenzó a firmar autógrafos por delegación de su hermano. Ese humor peculiar de Robert. La formación es el excelso cuarteto de Fripp, Belew, Levin y Bruford, toda una garantía, aunque la calidad del sonido no es todo lo buena que debiera. Comparada con el de otras entregas de esta colección, obviamente suena a gloria, pero aquí podríamos haber esperado una mejor resolución sonora. Pero tampoco vamos a quejarnos ante una de las épocas de gloria de la banda, cuya única concesión al pasado es la interpretación de ‘Red’. Fijándonos en la duración de los temas identificamos rápidamente aquellos en los cuales la improvisación instrumental aparece en mayor grado, que es, como es obvio, en ‘The Sheltering Sky’ (aunque en Discipline ya superaba los ocho minutos) y en ‘Indiscipline’, la cual incluye una novedosa introducción. Lo que puede destacarse es esa percepción que transmiten de que se acaban yendo hacia los extremos en ‘Thela Hun Ginjeet’ o ‘Neil And Jack And Me’, como si esa noche estuvieran todos algo enfadados y eso lo denotara la música. Pero es un concierto aconsejable para toda persona enamorada de los King Crimson de principios de los ochenta.

 

Lo mejor: Esta formación de King Crimson no puede decepcionar.

Lo peor: Centrarse demasiado en el repertorio contemporáneo porque se pierde diversidad en el sonido al tener ese estilo tan característico y de sobra conocido, pues son bastante fieles a las versiones equivalentes de estudio. Pero no faltarán las novedades y vale la pena, por ejemplo, echarle un vistazo a cómo reenergizan ‘Elephant Talk’.

Puntuación: 7/10

KCCC17 PROJEKCT TWO - LIVE IN NORTHAMPTON, MA 1998
Año de publicación: 2001

En echar una simple ojeada al libreto de este disco y ver que Adrian Belew toca la batería (hay foto incluida) porque no hay ningún baterista en la formación de trío ya nos da una idea de la excéntrica propuesta que supone este proyecto musical. Aparte de Fripp, el otro músico participante es el bajista Trey Gunn, de tal forma que este inusual trío se dedica a experimentar para ver lo que puede salir de algo así. De todas maneras, en el libreto comprobamos que ya habían tocado previamente en varios conciertos más, según las anotaciones del diario de Trey que se incluyen, así que no era una experiencia nueva. En escuchar los primeros sonidos que aparecen al comenzar la actuación (el primer ‘Vector Shift’), ya nos hacemos una idea de lo que nos encontraremos aquí. Pero no serán atonalidades simplemente, porque Belew tiene ganas de darle golpes a los tambores y el resto se lo toma bien en serio. Así que se alternarán momentos interesantes (los menos, aunque con mucha energía) con otros más monótonos (la mayor parte del tiempo). Este álbum está destinado a coleccionistas de verdad y a amantes de la experimentación e improvisación.

 

Lo mejor: Los treinta segundos de relax de Belew con la marimba (titulado ‘Vector Shift To Planet Belewbeloid’) y el logrado crescendo de ‘Sus-Tayn-Z’, aunque tampoco son para darles una segunda escucha.

Lo peor: La gran cantidad de piezas atonales (el segundo ‘Vector Shift’, ‘Light ConstruKction’) o estridentes (el tercer ‘Vector Shift’, ‘Heavy ConstruKction’, ‘Heavy ConstruKction’), que convierten algunos momentos del disco en un infierno sónico.

Puntuación: 3/10

KCCC18 LIVE IN DETROIT, MI 1971
Año de publicación: 2001

Tras lo publicado en el volumen 14 de esta colección, muy pronto volvíamos a 1971 con la misma formación y un repertorio bastante parecido en el cual afortunadamente nos libramos de volver a escuchar ‘Get Thy Bearings’. Tampoco vale la pena extenderse mucho porque lo que podíamos decir de esta formación ya se habrá dicho en otros álbumes en directo de la misma época. Aquí nos conceden el placer de aburrirnos con ‘Formentera Lady’ y prueban nuestra paciencia con ‘Sailor's Tale’, pues nos toca aguantar su disonante comienzo antes de entrar en el frenesí liderado por Fripp. La única curiosidad reside en escuchar ‘The Court Of The Crimson King’ en modo de blues (los músicos estarían de humor ese día), aunque acaba introduciéndose en un denso rock que se desborda.

 

Lo mejor: Lo entretenido que resulta siempre leer lo que ha escrito en el libreto el baterista Wallace. En lo musical, pues ‘Picture Of A City’ y la siempre efectiva ‘21st Schizoid Man’, aunque hay interpretaciones mejores.

Lo peor: La enormemente desafinada ‘Ladies Of The Road’ y el extenso y horrible solo de batería de ‘Groon’.

Puntuación: 5/10

KCCC19 LIVE IN NASHVILLE, TN 2001
Año de publicación: 2002

Más reciente no podía ser este nuevo volumen de la colección, puesto que nos ofrece la versión más reciente que había entonces en la banda, una formación de cuarteto: Fripp, Belew, Gunn y Mastelotto. Se trata de una selección de dos conciertos en días consecutivos de noviembre que tuvieron lugar en Nashville, ciudad emblemática para la música estadounidense. Podemos escuchar algunas piezas nuevas de entonces como ‘Dangerous Curves’ o ‘Level Five’, que son las que abren el álbum y que por entonces eran inéditas, pues The Power To Believe saldría publicado un año después (dos años, si nos fijamos en que el concierto es de 2001). Tan solo encontraremos ‘Red’ de su repertorio de los setenta porque es todo contemporáneo, como cabía esperar. Respecto a la inédita ‘Virtuous Circle’, se trata de una improvisación que suena interesante y bastante reposada en muchos momentos, aunque tampoco muestra la mejor cara de estos músicos.

 

Lo mejor: Las notas del diario de Trey Gunn que podemos leer en el libreto. La vibrante interpretación de ‘Thela Hun Ginjeet’ y la siempre impactante ‘Red’.

Lo peor: La fallida ‘ProzaKc Blues’ y los primeros cinco minutos de la pieza atonal ‘The Deception Of The Thrush’, siempre aburridísima a pesar de su potente fragmento central. Eso sí, el resto de la pieza acaba siendo una relajada delicia.

Puntuación: 7/10

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