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GENTLE GIANT

1) Giant; 2) Funny Ways; 3) Alucard; 4) Isn't It Quiet And Cold?;

5) Nothing At All; 6) Why Not?; 7) The Queen.

GENTLE GIANT

Año de publicación: 1970

Puntuación:

El debut de Gentle Giant no pudo haber sido más desafortunado en su publicación, apareciendo en el momento y el lugar menos adecuados. Debido a su portada y a la estructura del primer tema (‘Giant’), una injusta equiparación con King Crimson fue generalizada y quedaron defenestrados como banda imitadora de segunda fila. Recordemos que el rock progresivo como tal tuvo su génesis con la publicación de In The Court Of The Crimson King en 1969. Pero Gentle Giant demostró tener un estilo propio desde el comienzo, además de lanzarse hacia una mayor complejidad que sus coetáneos sin perder por ello el instinto melódico, si bien es esa complejidad la que dificulta la asimilación de su música. Dentro del rock progresivo, aquí entremezclan influencias del jazz con rock más duro, folk, música medieval y lo que se precie, buscando siempre un sonido original y estructurando sus composiciones en diferentes secciones que se van sucediendo o alternando a velocidades de vértigo.

 

El primero de los temas, ‘Giant’, ya condensa muchas más ideas y diversidad que un álbum entero de los My Morning Jacket (bueno, y probablemente más que en la discografía entera de estos). Para comenzar, qué mejor manera que escuchar surgir de la nada un órgano elevando su tono paulatinamente hasta el comienzo de la parte vocal (“The birth of a realisation”), donde cada verso va seguido de un épico riff de guitarra, estructura que repetirán varias veces hasta llegar a una inquietante segunda parte en la que flirtean con las atonalidades, aunque es bastante breve para que no nos asustemos tan pronto. Su parte central se basa en una no menos inquietante sección instrumental finiquitada por unos solemnes coros que retornarán a la parte vocal inicial. El álbum fluctúa entre los momentos más calmados y los más potentes, también dentro de los propios temas, abundando más los primeros. Una píldora de energía como ‘Why Not?’ contiene una inesperada sección de música medieval (“Why not climb a hill / With someone that hates you”) y en su recta final se transforma, de manera todavía más inusitada, en un instrumental de potente blues-rock donde Eric Clapton hubiera participado con mucho gusto.

 

Uno de los mejores y más significativos temas de este álbum es ‘Funny Ways’, que también transcurre por diferentes estados de ánimo. La parte inicial es una bella balada progresiva adornada con instrumentos de viento y poseedora de una memorable parte vocal más dulce y cálida de lo que encontraremos en el resto de su discografía. A los dos minutos, el panorama cambia por completo y se meten de lleno en un ritmo jazzístico muy rápido acompañado de un creativo juego de voces, hasta desembocar en un impresionante solo de guitarra apoyado por ostentosas trompetas que es equivalente a llegar a un nirvana musical. En un estilo similar se inicia ‘Nothing At All’, pues contiene otra deslumbrante parte vocal que incluye un adorable estribillo. En su parte central encontramos, alternándose con un breve pasaje más calmado y solemne, a los Gentle Giant más enérgicos aunque sin acelerar tampoco el ritmo, cosa que dejan para después cuando el batería se marca el consabido solo que puede escucharse con interés puesto que pronto llega un jazzístico piano de corte experimental para acompañarle. Justo cuando comenzamos a preguntarnos si esa parte va a durar mucho más, se retoma la angelical parte vocal del inicio para dejarnos bien satisfechos.

 

El título de ‘Alucard’ no es más que el nombre de Drácula escrito al revés y recoge otro potente riff en este caso liderado por el saxofón y apoyado por unos desquiciados sintetizadores, que recuerdan bastante al tema ‘Pictures Of A City’ de King Crimson. Se alterna con una parte vocal antimelódica, como si esta también estuviera reproducida en sentido inverso igual que el título, pero muy efectiva al servir de contraste con la parte instrumental. Bajo le denominación de folk progresivo es como se podría etiquetar a ‘Isn't It Quiet And Cold?’, sin instrumentos eléctricos (si acaso el bajo) y con unos distinguibles punteos de violín que la vuelven muy agradable y que luego vienen reemplazados por el xilófono. Lo que no se entiende es la inclusión final de la adaptación del himno británico, titulada ‘The Queen’. No hacen nada en especial con él y unos años después llegarían Freddie Mercury y sus amigos para apropiárselo definitivamente dentro del mundo del rock. Así que parece destinada a rellenar un minuto y medio más del LP.

 

En cualquier caso, que este último desliz no nos desvíe la atención ante la que es una de las obras maestras del rock progresivo. En las primeras escuchas puede resultar bastante complicado asimilar tanto cambio rítmico y melódico dentro de un mismo tema, pero es uno de esos casos en los que, superada esa barrera de dificultad, ya no podremos sacarnos de la cabeza muchos de sus momentos.

ACQUIRING THE TASTE

Año de publicación: 1971 

Puntuación:

1) Pantagruel's Nativity; 2) Edge Of Twilight; 3) The House, The Street, The Room; 4) Acquiring The Taste; 5) Wreck; 6) The Moon Is Down; 7) Black Cat; 8) Plain Truth.

Si por casualidad el álbum de debut de Gentle Giant te había parecido algo complejo y complicado de disfrutar la primera vez, este segundo disco triplicará esa sensación. Se vuelven mucho más experimentales, como si a todo lo que habían hecho anteriormente le hubieran dado una vuelta de tuerca más para alejarlo de los lugares comunes más habituales en el rock progresivo. Es por ello que este disco no agradará a casi nadie en la primera escucha (o quizá alguna/s más), ya que cuesta fijarse en las melodías y detalles que lo convierten en toda una experiencia, aunque pueda resultar indigesta las primeras veces.

 

El tema que da título al álbum es uno de los más reveladores del estilo desarrollado puesto que es como una tonada de corte medieval sin voces, pero con un tono lóbrego que le da al mismo tiempo un aire moderno y vanguardista. Cuando la experimentación es llevada a extremos alejados de lo comercial, consiguen desconcertantes piezas como ‘Edge Of Twilight’, donde lo más extravagante de todo es el solo conjunto que se marcan la batería y el xilófono hacia la mitad, no sin haber escuchado antes algunas florituras del violoncelo y el teclado.

 

Vuelven los grandes juegos de voces en ‘The Moon Is Down’, la cual comienza como una balada progresiva hasta que pasados los dos minutos acelera su ritmo y se transforma en un memorable instrumental de corte jazzístico donde asoman soberbias melodías. En un estilo bastante similar a esto último transcurre la siguiente ‘Black Cat’, embellecida por los violines sin perder su sabor de jazz progresivo. En el primero de los temas del álbum revelan su conocimiento literario de la estrafalaria obra de Rabelais. Cantada en un tono oscuro, no es hasta que llega el afilado riff que finiquita las estrofas que ‘Pantagruel's Nativity’ va cogiendo brío. Las trompetas que luego van sonando de manera un tanto aleatoria, así como los juegos de voces, le confieren un aire tétrico muy particular. Pasados los dos minutos llega un intermedio introducido por un solo de guitarra y que nos lleva por la parte más interesante de todo el tema, aunque el solo más memorable llega pasados los cuatro minutos, todo un derroche de energía antes de volver a la parte principal.

 

En ‘Wreck’ asistimos por fin a un tema de rock más aguerrido, aunque lo mejor son los intermedios calmados y de sabor medieval (“How strange when you think that the sea was their way”) con clavicordio incluido. Podría ser este uno de los mejores temas del álbum, pero se acaba repitiendo tanto el “Hey, ey, hold on” que al final llega a cansar un poco. En otros casos, cuando parece que estamos ante una pieza más rockera como ‘The House, The Street, The Room’, el sonido como lejano de la voz ya nos avisa de que no se trata de una canción al uso, sino de algo mucho más artístico. Si queremos escuchar a los Gentle Giant más aguerridos hemos de esperar a la final ‘Plain Truth’, poseedora del ritmo más infernal de todos aunque luego el solo no se lo marca la guitarra, como marcan los cánones del rock, sino un frenético violín que cumple el mismo papel a la perfección.

 

En resumen, este álbum hay que escucharlo solamente cuando se tengan verdaderas ganas de oír música vanguardista, mentalizándose al efecto de que no se va a encontrar nada comercial ni estándar. Aun así, contiene suficientes melodías originales y pocas disonancias para volverlo accesible para todos los públicos, aunque cueste un poco descubrirlo. Por cierto, si hay alguien que haya pensado algo raro viendo la horrorosa portada, que sepa que al desplegar el dibujo completo se trata de un melocotón. Estos chicos no tienen el humor zafio de Frank Zappa.

2018

THREE FRIENDS

Año de publicación: 1972 

Puntuación:

1) Prologue; 2) Schooldays; 3) Working All Day; 4) Peel The Paint;

5) Mister Class And Quality; 6) Three Friends.

2018

Para su tercer disco, Minnear y los hermanos Shulman (que también eran tres) deciden que va siendo hora de crear como compositores una obra conceptual en la que se mantenga una línea narrativa. Así, se desarrolla aquí una historia de tres amigos que se conocen desde su etapa escolar, pierden el contacto de mayores por llevar vidas muy diferentes y al final vuelven a reencontrarse. A los grupos de rock progresivo se les presupone facilidad para este tipo de álbumes, si bien la implementación luego no suele estar a la altura cuando se le da demasiada importancia a la historia en detrimento de la música. Aquí queda claro que el avance musical es muy escaso, pero como el gusto por las estructuras complejas y la mezcla de estilos no decae, volvemos a encontrar temas que fluctúan entre la música medieval, la sinfónica, el jazz, el rock duro y todo lo que pueda darle variedad y fluidez a cada composición.

 

El comienzo mediante el prólogo de la historia (‘Prologue’) es musicalmente una continuación del álbum anterior pero en una dirección más accesible. Es decir, no se pierden los rasgos básicos de complejidad de la banda pero mediante el repetido riff de guitarra se busca una mayor accesibilidad que no obligue a estar especialmente concentrado en su estructura. Más complicada resulta la siguiente canción, ‘Schooldays’, la primera vez que se escucha, al tratarse de una compleja pieza de elaborada parte vocal, que sirve de precedente a la futura obra de arte titulada ‘Knots’.

 

No podía faltar en un disco de Gentle Giant alguna que otra pieza más enérgica y aquí resulta muy apropiada para un tema titulado ‘Working All Day’, aunque tampoco podía faltar un extenso pasaje instrumental central donde Minnear se explaya con el órgano Hammond y demuestra su notable técnica. Otro de los momentos de poderío eléctrico llega en un momento inesperado, puesto que el tono calmado adornado de violines en ‘Peel The Paint’ no hace prever el cambio brusco pasados los dos minutos y mucho menos el solo de guitarra bien duro que se marca Gary Green un par de minutos después. En todo caso, el mejor tema de entre los más enérgicos es ‘Mister Class And Quality’, gracias a su rápido y pegadizo ritmo, si bien la sección central no es tan llamativa como en los casos anteriores.

 

Nada mejor que finalizar el álbum con la solemne pieza de rock coral ‘Three Friends’, donde las angelicales melodías vocales se complementan con un ceremonioso ritmo y un órgano de aires medievales que encapsulan este tema en un espacio atemporal, de tal manera que podría durar diez minutos más y seguir cautivando igualmente. Una lástima que solo sea el final de un álbum que, hasta ese instante, decepciona primero por carecer de la originalidad de las anteriores obras, y luego por intentar volverse más accesibles contando una historia pero sin sustentarlo en melodías memorables que suplan la menor complejidad. Haciendo bueno el dicho de que no hay mal que por bien no venga, este álbum les serviría para darse cuenta de que debían olvidarse de las ventas (de hecho, fue un fracaso) y centrarse más en seguir desarrollando esa peculiar amalgama estilística que se había conformado como su seña de identidad. Aunque en aquellos años no tuvieran el reconocimiento que merecían.

OCTOPUS

Año de publicación: 1972 

Puntuación:

1) The Advent Of Panurge; 2) Raconteur Troubadour; 3) A Cry For Everyone; 4) Knots; 5) The Boys In The Band; 6) Dog's Life; 7) Think Of Me With Kindness; 8) River.

Muy poco tardaron en volver al estudio de grabación. Poco más de medio año hubo de transcurrir para que Gentle Giant publicara un nuevo álbum, que además iba a quedar considerado como el mejor de su carrera. En Octopus se despliega en todo su esplendor la experiencia acumulada, su distintiva habilidad para aunar estilos diferentes, tempos y estructuras complejas, con una naturalidad abrumadora. Será también el último álbum en el que participe Phil Shulman, el hermano que tocaba los instrumentos de viento que tantos grandes momentos habían proporcionado. ¿Y por qué en esta web no se considera este disco como el mejor de la banda? La respuesta es bien sencilla: porque en el álbum de debut había una mayor cantidad de melodías memorables. Así pues, dentro de esta confrontación melodía vs. técnica, que cada cual escoja su preferencia y ubique su escala de valoración en consecuencia. Pero lo que está claro es que la música, si la aislamos de otras formas de expresión artística, sobrevive al paso del tiempo en relación a sus melodías, que es lo que permanece y se recuerda siempre. Por tanto, es ese el aspecto principal por el cual se regirá esta valoración, en cuanto a la objetividad.

 

El primero de los temas ya es un claro indicador de que el tono general del álbum no va a diferir de aquello que la banda había realizado hasta ese momento: constantes cambios de ritmo y giros musicales, melodías diversas que van apareciendo, mezcla de estilos… Además, tenemos uno de tantos grandes ejemplos del empleo estilístico acertado de las paradas y tiempos muertos en la música rock, recurso muy empleado por Gentle Giant. Todo ello lo podemos encontrar nada más comenzar con ‘The Advent Of Panurge’, que aparte representa una nueva incursión en el mundo de Rabelais del que parecían tan devotos. No suena muy amistosa en comparación a la final ‘River’, similar en el concepto musical de giros rítmicos y multiplicidad estilística, que incluye un pérfido solo de guitarra más propio de un aguerrido blues-rock.

 

Uno de los temas que más desconcierta es sin duda ‘Knots’, pues requiere de varias escuchas hasta llegar a disfrutarlo, si es que lo consigues. En él se pueden establecer las diferentes fases por las que se debe pasar antes de conseguir disfrutarlo, como si fuera un proceso psicológico: 1.- Negación ("Esto no vale un pimiento"); 2.- Ira ("¿Cómo tienen el valor de grabar un engendro así?"); 3.- Negociación ("Quizá analizándola más detenidamente entienda algo"); 4- Depresión ("Esto no hay por donde cogerlo"); 5.- Aceptación ("Qué se le va a hacer, es lo que hay..."). Y ya, si logras superar todas ellas llegarás a la sexta y definitiva fase en que verás ‘Knots’ como una obra de arte en la cual el complejo entramado vocal de aires barrocos actúa de señuelo musical para desviar la atención de la exquisita sección más instrumental, la cual da paso a otra impresionante sección vocal más melódica que envuelve en su majestuosidad. Si nos fijamos en ‘Raconteur Trobadour’, sería como la inversa de ‘Knots’, con estrofas más melódicas y estribillo más dirigido hacia lo atonal pero sin llegar a ello. Los juegos vocales no acaban aquí, ni mucho menos, puesto que en la sección central de ‘Dog's Life’ tenemos otro buen ejemplo, si bien la música medieval envuelve su parte principal. Aunque probablemente no tenga nada que ver, lo cierto es que su letra encajaría bien con la historia de A Dog's Life, aquel inolvidable corto de Charles Chaplin de 1918 donde se acompañaba de un perro cuyo nombre era traducido en España como Sobras, que fue por ello el nombre de mi primer perro.

 

La energía rockera más directa aparece en ‘A Cry For Everyone’, con una potente parte vocal de elaborada melodía, que luego se bifurca por caminos más vanguardistas sin perder nada de poderío. No se queda atrás ‘The Boys In The Band’, pues tras un sonido inicial de una moneda cayendo, se desarrolla un complejo riff que da paso a secciones de diferente tempo pero con melodías atrayentes.

 

Y nos queda el único tema que parece normal, es decir, de estructura más o menos lineal. Es la balada épica ‘Think Of Me With Kindness’, que no por ello se trata de una composición menor. La delicada y emotiva parte vocal está acompañada por una instrumentación suave y bien cuidada, donde los breves cambios de ritmo entran en momentos estratégicos que aportan una fluidez necesaria para este tipo de temas.

 

Gran obra de la banda donde desarrollan su propio estilo con libertad. Como ya se dijo en el primer párrafo, para quien valore la complejidad por encima de la melodía, lo preferirán respecto al álbum de debut, por lo que se recomienda su adquisición a cualquier enamorad@ de la música experimental y compleja que también busquen al mismo tiempo que sea algo accesible. Supone de alguna manera el final de una etapa porque más lejos no podían llegar por ese camino ya explorado, pero hay veces que vale la pena mantenerse si el cambio ya supone por sí mismo rebajar lo conseguido. A partir de ahora, comenzará la búsqueda de nuevas fórmulas.

IN A GLASS HOUSE

Año de publicación: 1973 

Puntuación:

1) The Runaway; 2) An Inmate's Lullaby; 3) Way Of Life; 4) Experience;

5) A Reunion; 6) In A Glass House;

[BONUS TRACKS:] 7) The Runaway/Experience (live); 8) In A Glass House (live).

El golpe que supuso la salida de uno de los hermanos Shulman, el que tocaba los instrumentos de viento, fue simplemente suplida mediante sintetizadores y la banda continuó su senda sin saber del todo hacia dónde debían dirigirse. Sin perder todavía su idiosincrasia experimental, lo cierto es que aquí comienzan a buscar un sonido más accesible, algo que no está mal mientras se demuestre creatividad y originalidad. Cabe destacar también que, después de un par de cambios en la batería, aquí ya se consolidaría Weathers, quien ya les acompañaría hasta el último álbum de estudio.

 

Demostrando el humor que tenían, mediante ‘The Runaway’ lo primero que escuchamos de esta Casa de Cristal es un sonido de cristales rompiéndose, como si todo se derrumbara nada más comenzar. El sonido de cristales acaba derivando en un ritmo, al estilo de la caja registradora de ‘Money’ de Pink Floyd. Unos meses antes había sido publicado The Dark Side Of The Moon, por lo que es muy probable que ese precedente les hubiera estimulado la creatividad. Después, a Pink Floyd les entraron ganas de producir más sonidos con objetos reales, retomando las ideas de John Cage, pero todo se quedó en el proyecto abortado Household Objects Project, aunque eso ya es otra historia. En cualquier caso, ‘The Runaway’ es un interesante tema que posee diferentes secciones, mayor cantidad de sintetizadores de lo normal y sin que falte un solo de marimbas.

 

Mediante ‘Experience’ queda demostrado que cuando se basan en la música medieval es cuando mejor resultado consiguen, sobre todo por ser una de sus características más singulares. La melodía vocal es excepcional y, a los dos minutos y medio, podría incluso pasar por un glorioso canto gregoriano cantado en tono más agudo. Tanta calma continuada no podía ser y por ello luego llega una parte más rockera, sin olvidar el gusto por las disonancias. Incluso hay cabida para un solo de guitarra de Gary Green, que en este álbum se echa en falta una mayor participación en ese sentido. De acuerdo con la aseveración del principio del párrafo, en ‘Way Of Life’ lo único que vale la pena es su sección central, luego retomada instrumentalmente en la recta final, de brillante influencia medieval. El resto es como un funky acelerado que nada tiene que ver con Gentle Giant y queda más bien como un fiasco mal encajado con la otra parte.

 

El título de ‘An Inmate's Lullaby’ es muy adecuado, puesto que alterna unas delicadas y bellas partes vocales dentro de una onírica ambientación musical, con unas secciones instrumentales que juegan a las disonancias, todo marca de la casa e ideal para ambientar su narración en primera persona de un enfermo encerrado en un manicomio. También en tono relajado se desarrolla la sencilla pero efectiva balada acústica ‘A Reunion’, llevada en su mayor parte por el violín, esta vez sin sorpresas en cuanto a la estructura ya que su duración es corta.

 

Para el final queda el tema que da título al disco, el cual puede tomarse como una combinación lineal de todo lo escuchado en el álbum, pero no por el hecho de que justo al final aparezca un extracto breve de cada uno de los temas anteriores, sino porque vuelve a ser una composición multiparte donde asoman el rock, el jazz, la música medieval, las disonancias y todo lo más característico de este álbum y de esta etapa transitoria de la banda. A destacar la sección más rockera, casi funky, que aparece pasados los cuatro minutos.

 

Así pues, sobrevivían con nota a la salida traumática de Phil Shulman, aunque no se veía claro cuál iba a ser el futuro musical de la banda. De momento, demostraban que todavía sabían crear bellas piezas que conjugan melodía y experimentación, que es uno de los aspectos que convierte a Gentle Giant en un grupo de rock progresivo muy recomendable.

THE POWER AND THE GLORY

Año de publicación: 1974 

Puntuación:

1) Proclamation; 2) So Sincere; 3) Aspirations; 4) Playing The Game;

5) Cogs In Cogs; 6) No God's A Man; 7) The Face; 8) Valedictory;

[BONUS TRACK:] 9) Power And The Glory.

El siguiente paso de la banda fue volver a grabar un disco conceptual, pero esta vez sin un hilo narrativo más o menos claro como ocurría en el precedente similar de Three Friends. La temática en esta ocasión trata sobre la alienación inhumana en la que puede incurrir quien asume mucho poder, que es lo mismo que señalar la separación de poderes y su contrapeso ponderado como única manera de evitar los regímenes autoritarios, sean bajo la forma evidente de dictaduras o como falsas democracias donde siempre acaba gobernando la misma plutocracia. Como suele ocurrir en este tipo de álbumes, los esfuerzos en conseguir una letra que cohesione el conceptualismo provocan que el componente musical se resienta, lo cual es una verdadera lástima porque las letras están muy bien para tratarse de un grupo de rock progresivo. Siguen manteniendo sus inquietudes musicales, pero la chispa solo aparece en contadas ocasiones, aunque por suerte todavía no se han vuelto comerciales y únicamente encontramos un caso claro de este tipo, que es el tema que le da su título al álbum, ‘The Power And The Glory’, la cual originalmente no estaba incluida al publicarse a cambio como single. Es claramente un intento de sonar amigables y pegadizos, pero Gentle Giant no han nacido con el don para crear singles de éxito. Por consiguiente, el truco de repetir un simplón estribillo no les podía servir para ganar nuevos adeptos, si acaso para perder los que tuvieran.

 

En cualquier caso, algo ha cambiado en la banda cuando encontramos de entrada una pieza tan jovial y de corte funky como presentación en ‘Proclamation’. Resulta curioso, porque es compleja y accesible al mismo tiempo, con adictivas melodías y algunas disonancias, todo en el mismo recipiente para crear un cóctel explosivo. Para quien se quede con más ganas de funky, está también ‘The Face’, aunque su mejor parte es el breve interludio instrumental que se encuentra casi a la mitad. Ha de destacarse también el tema ‘Aspirations’, una pequeña joya de relajada y emotiva parte vocal, más una sutil instrumentación que en el acompañamiento de batería y bajo trae recuerdos de Pink Floyd.

 

En este álbum encontramos los dos mayores horrores que habían grabado hasta la fecha, que es su mayor lastre. En anteriores ocasiones, la existencia de varias secciones permitía que en casos poco afortunados de alguna/s de ellas, el resto compensara el resultado final. No es el caso aquí, puesto que el despropósito absoluto de ‘Cogs In Cogs’ es de lo más aberrante que el rock progresivo pudiera llegar a parir. La desagradable parte vocal no redime la situación, sino que la empeora, debido a una estructura caótica y sus triviales y miserables melodías. Es como si una banda de segunda fila hubiera querido imitar el estilo de Gentle Giant. ‘So Sincere’ no se queda nada atrás; el colmo del mal gusto es cuando empiezan a cantar “So sin-cere!” de esa manera tan horripilante.

 

El resto del disco al menos no cae a tan bajos niveles de calidad musical, pero tampoco es para lanzar cohetes. Una melodía algo infantiloide de sintetizador sirve de introducción de ‘Playing The Game’, que no presenta mucho interés hasta la misteriosa sección que comienza a los tres minutos de manera calmada hasta llegar a una improvisación de marcado ritmo que habría hecho las delicias de un jovenzuelo Michael Jackson de entonces. En cuanto a ‘No God's A Man’, se trata de la ya habitual pieza de alardes vocales y desarrollo de sus armonías. Y si nos fijamos en la parte vocal de ‘Valedictory’ parece una repetición decelerada de la de ‘Proclamation’, motivo por el cual carece de interés, ya que la parte instrumental es un mero ejercicio de técnica. En realidad quizá sea una especie de reprise, ya que vuelve a repetirse también el verso “Hail, to power and to glory's way”.

 

Esta primera apertura a nuevos sonidos y a exprimir algo más la vertiente experimental de la banda no acaba de cuajar. Menos todavía si se dirigen a un sonido comercial como el del citado single. Así pues, estamos ante el preludio de una futura decadencia artística que todavía no comenzará porque en Free Hand todavía llegarán a un nivel mínimo que aquí, por desgracia, no alcanzan a conseguir a nivel global, aunque no hay que olvidar los dos temas destacados como exiguo botín.

FREE HAND

Año de publicación: 1975 

Puntuación:

1) Just The Same; 2) On Reflection; 3) Free Hand; 4) Time To Kill;

5) His Last Voyage; 6) Talybont; 7) Mobile.

Una nueva discográfica (Chrysalis) albergaba a los Gentle Giant y por ello parecían abocados a seguir el camino de accesibilidad y comercialidad iniciado tímidamente en el álbum anterior. Nadie ficha a un grupo con pocas ventas para que hagan de investigadores en el estudio de grabación. Aun así, consiguen grabar un álbum con personalidad que mejora en parte lo visto en The Power And The Glory porque se dedican a tocar lo que mejor saben hacer, delatando al mismo tiempo que la inspiración creativa no era ya la misma y eran más susceptibles de irse repitiendo un poco. Pero bueno, eso no es un problema si lo que sabes hacer lo sigues haciendo con gusto.

 

En esa búsqueda de accesibilidad encajaría colocar como primer tema ‘Just The Same’, pues conjunta una parte principal de estilo más bien pop (y poco inspirado) con una sección central instrumental mucho más interesante al desviarse hacia terrenos progresivos, aunque acaban abusando de los sintetizadores. El único tema multiparte de corte rock, además de la ya inevitable influencia del funk, que recoge el saber hacer de la banda en estos años es ‘Mobile’, que permite finalizar el álbum con una nota de optimismo de cara al futuro, aunque luego esa esperanza se desvaneciera muy rápidamente.

 

Como ya es habitual y característico en Gentle Giant, es bajo la influencia de la música medieval cuando consiguen sus grandes composiciones. Ante magistrales piezas corales como ‘His Last Voyage’, solo cabe quitarse el sombrero y dejarse envolver en su atmósfera relajante que luego prosigue bordeando el jazz. La guitarra quizá sea demasiado estridente para el tono de este tema, pero es solo una pequeña objeción que no le resta importancia a la destacada sección instrumental que posee. En la primera parte de ‘On Reflection’ de alguna manera consiguen una secuela de ‘Knots’ mucho más accesible, pero lo mejor (lo realmente medieval) es la segunda parte, una dulce balada trovadoresca que podría parecer rescatada del siglo XIV y nos lo creeríamos. A la misma época nos transporta la instrumental ‘Talybont’, una pieza de animada ejecución que los hace parecer más a Amazing Blondel que otra cosa, pero tampoco desentona dentro del álbum.

 

El tema que da título al álbum recoge los aires funk de ‘Proclamation’ pero con un resultado más discreto, como si se estuvieran autoforzando ellos mismos para intentar grabar algo similar, motivo por el cual se pierde la necesaria frescura. Peor todavía es cuando además meten disonancias en una composición nada inspirada como ‘Time To Kill’, donde no se sabe cómo pero todo acaba sonando muy mal. Es por tanto un repertorio algo irregular en conjunto, que se salva porque todavía hay suficientes momentos de brillantez. Es lo mínimo que se les puede exigir. Poco más cabe decir de este pasable álbum, si acaso que no hay peor idea que, llamando a tu disco Free Hand, colocar una portada tan horrenda y pueril como la que tiene.

INTERVIEW

Año de publicación: 1976 

Puntuación:

1) Interview; 2) Give It Back; 3) Design; 4) Another Show; 5) Empty City;

6) Timing; 7) I Lost My Head.

Resulta curioso que cuando parecía que se enfilaban hacia un sonido más comercial, quizá obligados de alguna manera hacia la discográfica que les había acogido, acabaran grabando un álbum conceptual de extenuante complejidad y olvidando el significado de la palabra melodía por el camino. El disco trata sobre los aspectos vitales del mundo de la música, que es además lo único interesante que encontraremos, porque todo lo demás resulta un calvario casi de principio a fin. La falta de creatividad es alarmante y simplemente se dedican a ejecutar una música que repite ideas y, cuando no se repiten, se desvía hacia soluciones disonantes o complejas, pero nunca melódicas.

 

El tema que da título al álbum mantiene ese estilo funk con el que ya se habían acostumbrado a comenzar sus últimos discos. Aquí juegan peligrosamente con las disonancias pero sin llegar a perder el control, pero en cualquier caso no deja de ser un tema discreto que en otro álbum anterior de Gentle Giant hubiera pasado por relleno y aquí resulta que es lo mejor. Por ejemplo, el siguiente tema es en esencia lo mismo pero más lento, puesto que el ritmo atascado de ‘Give It Back’ acaba cansando, aunque por suerte el teclado va dejando algunas bonitas melodías por el camino y eso la salva de caer en el horror más absoluto. De manera análoga, los primeros dos minutos de ‘I Lost My Head’ son hasta interesantes, pero luego llega un pasaje instrumental donde el teclado (o flauta, o lo que sea) destroza cualquier tipo de ilusión y luego llega otra parte que parece una reescritura de ‘Wreck’ (y quizá de algún tema más) que le resta todo interés posible.

 

Por otro lado, temas como ‘Design’ solo pueden tener como objetivo ser complejos al máximo sin importar nada lo demás. Su comienzo coral crea buenas expectativas en cuanto a que parece que se sumergirán en la música medieval, pero casi a los dos minutos cambia el panorama por completo. Una horrible conjunción de parte vocal sin melodías acompañada de percusión casi incoherente, obligan a darle a la tecla de pasar canción rápidamente. Esa situación de comenzar bien y luego meter la pata hasta el fondo con una continuación lamentable no acaba aquí, solo tenemos que fijarnos en ‘Empty City’ pasado el primer minuto y medio, cuando empiezan a cantar el horrendo estribillo (“And everyday now so long”), luego repetido algunas veces más como si se estuvieran deleitando en la tortura musical que supone. En cambio, otros temas como ‘Timing’ o ‘Another Show’ son directamente un despropósito de principio a fin.

 

Mal, muy mal, esto dejaba claro que debían esforzarse mucho más y no obligarse a continuar la media de un disco por año. Es precisamente por obras como esta que el movimiento punk entró con justificación en la escena musical, ya que las bandas progresivas estaban perdiendo todos los aspectos positivos que las habían convertido en la sensación unos años antes. El peor álbum de la carrera de Gentle Giant.

1) Just The Same; 2) Proclamation; 3) On Reflection; 4) Excerpts From Octopus; 5) Funny Ways; 6) The Runaway; 7) Experience; 8) So Sincere; 9) Free Hand;

10) Sweet Georgia Brown (Breakdown In Brussels);

11) Peel The Paint/I Lost My Head.

Puntuación:

Año de publicación: 1977 

PLAYING THE FOOL

Para un grupo cuya música era una exposición de diversidad y complejidad, resultaba de especial interés comprobar si en directo eran capaces de reproducir ese sonido con la misma eficacia, tanto la parte instrumental (repleta de giros rítmicos, atonalidades y pasajes complicados de tocar) como la vocal con sus característicos juegos de voces. El contenido se nutre de una selección de temas pertenecientes a diferentes conciertos de una gira europea de finales de 1976. No era la mejor versión de la banda ni tampoco estaban nada finos en cuanto a creatividad a la hora de componer, pero en directo seguían demostrando que eran una de las bandas punteras dentro del rock progresivo. Si nos fijamos en el repertorio aquí incluido, la idea de ir enlazando dos temas seguidos dentro de la misma interpretación no es mala idea en cuanto a que aporta mayor dinamismo y diversidad. Encontramos de esa manera temas de todos sus álbumes, incluido el reciente y fatídico Interview, aunque de este al menos solo uno y como una continuación de ‘Peel The Paint’, que en directo deja una impresión más aceptable.

 

Resulta grato comprobar cómo son capaces de interpretar sus composiciones, tan complejas y diversas, en el escenario sin que apenas notemos las diferencias, sobre todo en los juegos de voces que requieren una compenetración especial. Ciertamente, salen ganadores y demuestran su excepcional calidad como músicos. Eso no quita que nos llevemos alguna pequeña decepción porque, ¿dónde se ha metido la guitarra eléctrica en el segmento instrumental central de ‘Funny Ways’? a cambio hay un desquiciado solo de marimbas, pero se echa en falta la memorable guitarra que presentaba la versión de estudio. Por lo demás, es una interpretación calcada al original y por ello no puede preferirse a aquella. ‘On Reflection’ también deja más que satisfecho y a partir de los cinco minutos podemos disfrutar de su preciso pasaje instrumental cargado de mucho lirismo, gracias al alegre sonido de flauta (bueno, probablemente sea un teclado) que lidera ese fragmento.

 

Lo más llamativo del disco es la decisión que toman respecto a Octopus, ya que realizan un medley de varios de sus temas. Esa idea la tomarían prestada los últimos Genesis a la hora de tocar las composiciones de la era Gabriel. Así pues, ‘Excerpts From Octopus’ es un excepcional resumen de aquel álbum, aunque es evidente que algunos temas podrían haberse desarrollado por sí mismos, sin necesidad de pasar página en unos pocos minutos. Se cuela por medio una breve recreación de ‘Acquiring The Taste’, única representación del disco de mismo título.

 

Los cuatro últimos temas ya sorprenden menos y bajan un poco el excelso nivel demostrado hasta ese momento, principalmente porque no son composiciones que se encuentren entre lo mejor de la banda. La única sorpresa del álbum es encontrar una versión de un viejo y conocido tema de jazz de los años veinte, ‘Sweet Georgia Brown’, que representa un breve momento de distensión para la banda y para demostrar la pericia instrumental de Ray Shulman con el violín. También salen airosos cuando tocan ‘So Sincere’ y evitan el desastre al convertirla pronto en una improvisación instrumental que tampoco es demasiado inspirada, aunque lo peor son los últimos cinco minutos dedicados al inevitable solo de batería.

 

En cualquier caso, este álbum, el primero de Gentle Giant en directo, es un documento de interés que también dejaba lugar para la esperanza, ya que si en directo todavía eran capaces de conseguir momentos de grandeza, todavía podía esperarse que afinaran un poco más con las nuevas composiciones. Pero bueno, ya se sabe que la habilidad para tocar va por un lado y la musa de la creatividad va por otro, aunque veremos que no podrán escaparse de la maldición del rock progresivo tras la confirmación definitiva del punk como género de moda.

THE MISSING PIECE

Año de publicación: 1977 

Puntuación:

1) Two Weeks In Spain; 2) I'm Turning Around; 3) Betcha Thought We Couldn't Do It; 4) Who Do You Think You Are?; 5) Mountain Time; 6) As Old As You're Young; 7) Memories Of Old Days; 8) Winning; 9) For Nobody.

Junto al declive que estaba teniendo el rock progresivo debido a la pérdida de la frescura inicial y la falta de originalidad al componer, el éxito global del punk en 1977 provocó que esas bandas ya convertidas en dinosaurios se miraran a sí mismas y se replantearan la dirección a seguir. En su mayoría, se dirigieron hacia el pop y a recortar drásticamente la duración de sus composiciones; Gentle Giant no iban a ser menos. Interview ya había sido su particular esquela de defunción respecto a su capacidad para hacer algo complejo y atractivo al mismo tiempo. Habían de elegir entre uno u otro, por lo que al final decidieron hacer algo atractivo dirigiéndose hacia el mundo del pop. Por suerte todavía encontramos trazas de su pasado glorioso, que es lo que salva este álbum de caer en el abismo.

 

No es la impresión que da al principio, puesto que el primer tema parece confrontarles con un futuro más prometedor. El peligro que tiene ‘Two Weeks In Spain’ es que sus melodías son sencillas pero muy adictivas. El funk era ya un estilo que dominaban bien y en esta canción lo vuelven a demostrar. Si las estrofas ya casi hacen bailar, la melodía del estribillo (“Never think where you're going”) es toda una delicia. Este género lo vuelven a repetir más adelante, primero mediante ‘Mountain Time’, pero con un resultado mucho más discreto, ya sin trazas de rock progresivo por ningún lado y con coros femeninos para acabar de desdibujar la esencia de la banda. Algo de funk se encuentra también en ‘For Nobody’, la cual se beneficia de una mayor energía en la implementación del ritmo y un potente solo de guitarra, que aquí quedaría entre lo más destacado del álbum debido a las constantes metidas de pata que se incluyen.

 

De todas maneras, aunque en Interview hubieran alcanzado el punto más bajo en el que podían caer, no se iban a levantar tan rápido de un batacazo así. Cuando echan la mirada atrás, los ruidos de ‘Winning’ nos retrotraen inmediatamente al disco In A Glass House, pero por lo demás es un despropósito de canción que no acaba de definirse y no cae más bajo debido a la notable ejecución de su cambiante ritmo. En ‘I'm Turning Around’ hacen una descarada imitación de Genesis, sobre todo en el estribillo repetido en demasía, pero de los Genesis más pomposos y vulgares. Y bueno, ¿qué es esto? ¿los Gentle Giant haciendo rock'n'roll? Eso es lo que escuchamos en la distendida ‘Betcha Thought We Couldn't Do It’, cuyo título parece reforzar el humor con el que ha de tomarse. En cambio, el pastiche de reggae-rock de ‘Who Do You Think You Are?’ es totalmente impresentable.

 

Aunque suene algo pop también, es cuando llegamos a la agradable ‘As Old As You're Young’ que comprobamos que algo queda del espíritu progresivo. Mucho mejor todavía es lo que llega a continuación, ‘Memories Of Old Days’, una bella balada acústica con multitud de detalles instrumentales que hace honor a su título porque sería una digna heredera de clásicos anteriores del grupo como ‘Funny Ways’. Posee una extensa introducción de más de dos minutos antes de que escuchemos la voz de Shulman, pero sirve para generar una ambientación de aires medievales (qué grandes son los Gentle Giant cuando dirigen su mirada hacia esos siglos) ideal para su poética y evocadora letra. Es la composición más larga del álbum y ni se nota.

 

La excesiva irregularidad de este disco descompensa mucho el nivel de su contenido. Debió decepcionar sin duda a los antiguos fans, mientras que para los nuevos tampoco debió de encajar demasiado esta música en los nuevos tiempos. Este término medio, que se decanta en parte hacia lo vulgar, convierte este álbum en una entrada superflua dentro de la discografía de la banda. Eso sí, vale la pena conocer los dos temas que se han destacado.

GIANT FOR A DAY

Año de publicación: 1978 

Puntuación:

1) Words From The Wise; 2) Thank You; 3) Giant For A Day; 4) Spooky Boogie;

5) Take Me; 6) Little Brown Bag; 7) Friends; 8) No Stranger; 9) It's Only Goodbye; 10) Rock Climber.

La metamorfosis hacia el pop que se había estado observando en el álbum precedente alcanza aquí la plenitud y Gentle Giant ya deja de ser una banda de rock progresivo, incluso más rápido de lo que habían necesitado, por ejemplo, Genesis. El problema es que los miembros de Gentle Giant no tienen el don de la melodía directa y precisa, requisito imprescindible para crear música pop interesante. Para empeorar las cosas, acaban sonando como otros grupos y no como debieran sonar ellos mismos.

 

El comienzo coral de ‘Words From The Wise’ y la manera de cantar nos hace pensar inmediatamente en Yes y su ‘I've Seen All Good People’, pero aquí todo se acaba convirtiendo en un pastiche de prog-pop, por denominarlo de alguna manera, que no puede dejar satisfecho a ninguno de los dos bandos. Justo a continuación, la balada pop ‘Thank You’ puede aceptarse como agradecimiento a l@s fans fieles (que algun@ habría), pero tantos “thank you” suenan demasiado repetitivos y forzados, por lo que es un tema muy flojo.

 

Lo que queda bien claro es que ahora Gentle Giant lo pasan muy bien en el estudio, tocando un poco de todo y sin tapujos a la hora de incluir estilos ajenos a su pasado. En ‘Giant For A Day’ se lanzan hacia un sonido de rock clásico casi rockabilly pero bien influenciado por la New Wave, que recuerda en su melodía a ‘Holiday In Waikiki’ de The Kinks, toda una extravagante mezcla de la que al menos salen airosos. Sorprendentemente, la referencia a los Kinks no acaba aquí, ya que la melodía vocal de ‘Little Brown Bag’ en el estribillo (“She'll be there in the morning, sitting alone with her world in her hands”) es calcada a la de ‘Tired Of Waiting For You’. El tono dramatúrgico del instrumental ‘Spooky Boogie’ también trae memorias de las óperas-rock ideadas por Ray Davies, tipo Soap Opera, o incluso de canción de dibujos animados, concretamente de la serie animada de Sherlock Holmes de los años ochenta. Vamos, que tiene su gracia y punto. Cuando se empiezan a escuchar voces, quiere decir que ya hemos pasado a la siguiente ‘Take Me’, la cual se acaba desarrollando de manera más vulgar.

 

El único momento en que recuerdan casi por inercia que una vez fueron una banda de rock progresivo es la parte final del álbum. En primer lugar, ‘It's Only Goodbye’ se retrotrae a la épica que una vez poseyeron, ya sin complejidades ni nada por el estilo pero con una destacada parte vocal y un excepcional acompañamiento instrumental que finaliza con un gran solo de guitarra de Gary Green de los que ya ni se le recordaban. A continuación y para finalizar el disco tenemos la enérgica ‘Rock Climber’, que no es nada del otro mundo y recuerda un poco a los Genesis de Peter Gabriel más directos, sobre todo por la manera de cantar de Derek Shulman. Por otro lado, ‘No Stranger’ y la pieza de guitarra acústica ‘Friends’ son agradables temas que se olvidan rápidamente, como se olvida en realidad el conjunto completo del álbum. Con este nivel, era cuestión de tiempo que Gentle Giant desaparecieran para siempre, sin capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos y sin motivación para seguir al menos con lo que habían demostrado saber hacer.

1) Convenience (Clean And Easy); 2) All Through The Night;

3) Shadows On The Street; 4) Number One; 5) Underground; 6) I Am A Camera;

7) Inside Out; 8) It's Not Imagination;

[BONUS TRACK:] 9) Heroes No More.

Puntuación:

Año de publicación: 1980 

CIVILIAN

Aun contando todas las adversidades que tenían ante un panorama musical que cerraba la puerta a todo lo que sonara progresivo, Gentle Giant al final supo adaptarse a los nuevos tiempos pero no fue entendido por los críticos musicales del momento, quienes masacraron este álbum y además las ventas fueron irrisorias. Parecía que ya no había solución tras el fiasco de Giant For A Day, pero sorprendentemente la inspiración les vuelve y consiguen así su mejor disco de estudio desde Free Hand.

 

Eso sí, ese retorno de la inspiración es a costa de perder una parte de lo que había sido la esencia del grupo. Que nadie busque música medieval aquí porque no encontrará nada. Es más, la desenfrenada percusión y los sintetizadores que introducen ‘Convenience (Clean And Easy)’, así como su desarrollo en forma de power-pop, nos hace pensar si estamos escuchando por equivocación a los XTC en vez de a Gentle Giant. Pero no está mal que busquen sonar pegadizos cuando se lanzan hacia un sonido de este tipo. El intento de hacer algo similar, ameno y dinámico, en ‘It's Not Imagination’ queda en este caso un tanto vulgar e incluso fuera de lugar. Los riffs de guitarra se muestran en algunos casos más académicos y repetitivos, pero acordes a los nuevos tiempos, que es lo que muestran en la espectacular ‘All Through The Night’, cuya parte vocal es de lo más pegadizo que hayan compuesto nunca, optimizando al máximo lo que la producción ochentera podía ofrecer para un grupo de rock.

 

El espíritu progresivo nunca puede desvanecerse del todo y por ello encontramos un fenomenal tema como ‘Shadows On The Street’, excepcionalmente liderado por el piano de Minnear y con un súbito estribillo acompañado de batería que descoloca al principio pero que forma parte de su encanto especial. El estilo progresivo más enfocado hacia el pop que estaba desarrollando Genesis es aquí emulado en ‘Inside Out’, si bien debido a su pomposidad es más devota de lo primero que del pop. Pero pomposidad bien entendida, ya que su solemne parte coral rememora la épica de antaño aunque quizá se acabe repitiendo demasiado al extenderse casi hasta los seis minutos. Una de las influencias más claras en algunas de las composiciones podría ser el tema ‘Turn It On Again’ de Genesis, si no fuera porque Duke fue publicado exactamente el mismo año y el mismo mes que Civilian. Es como si ambos grupos hubieran acabado convergiendo en un mismo punto desde orígenes similares pero diferentes, aunque Gentle Giant ya no tendría continuación mientras que Collins & Co. seguirían con la transformación paulatina en una banda de pop progresivo.

 

No sabemos la obsesión que tenían los grupos de rock progresivo por las cámaras en los ochenta, puesto que Yes hizo algo parecido en Drama con ‘Into The Lens’ (pocos meses después, por cierto) y aquí Gentle Giant presenta ‘I Am A Camera’ con sonidos de cámaras de fotos reales incluidos. Por desgracia, carece del gancho que tenía ‘Into The Lens’, cuyos autores recordemos que eran los puntales del pop sintetizado Horn y Downes, quienes formarían pronto aquel efímero pero exitoso proyecto llamado The Buggles. Ya que hemos citado a Yes, ‘Underground’ recuerda vagamente el estilo de ‘Roundabout’, aunque esta apreciación es algo subjetiva. En cuanto a ‘Number One’, deja una primera impresión de discreta hasta que llega su glorioso estribillo, nueva demostración de que la inspiración no se había desvanecido.

 

La segunda mitad del disco es notablemente más floja que la primera, aunque tampoco hay metidas de pata graves salvo la ya citada ‘It's Not Imagination’. En algunos casos se quedan a medio camino como en el bonus track ‘Heroes No More’, cuyo título suena gracioso si un@ se acuerda del éxito de los Stranglers ‘No More Heroes’, que data de 1977. El caso es que ‘Heroes No More’ tiene buenos mimbres al poseer una consistente estructura instrumental donde el teclado ejecuta una llamativa melodía marcando el ritmo, pero la parte vocal queda tan convencional y su estribillo tan poco inspirado que la canción no consigue despegar.

 

A pesar del buen nivel ofrecido durante buena parte del contenido del álbum, el fracaso absoluto les llevó a replantearse su vida de músicos y acabaron disolviendo Gentle Giant. Aunque sea una injusticia que este disco fuera ninguneado, si estaban desmotivados lo mejor era dejarlo, ya tenemos demasiados ejemplos de lo que ocurrió en los ochenta con los grupos y artistas de renombre que se lanzaron a grabar música fácil y comercial. Al menos Civilian les sirvió para abandonar con la cabeza bien alta.

2022

UNDER CONSTRUCTION

Año de publicación: 1997

Puntuación:

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CD I: 1) Radio Bit; 2) Freedoms Child; 3) Hometown Special; 4) Weekend Cowboy;

5) Bringing Me Down; 6) Nothing At All; 7) Rondo – Playing The Game;

8) DVS Guitars; 9) Robin Hood; 10) Interview Whispers; 11) Interview (live);

12) Timing (live); 13) Unreleased Civilian Track; 14) You Haven't A Chance;

15) Sample Archive.

CD II: 1) The House, The Street, The Room; 2) Prologue; 3) Schooldays;

4) Peel The Paint Demo; 5) Peel The Paint Studio; 6) Mr Class & Quality;

7) Advent Of Panurge; 8) SHH; 9) An Inmates Lullaby; 10) Way Of Life;

11) Experience; 12) So Sincere – Demo; 13) So Sincere – Studio; 14) Intro 74;

15) Cogs In Cogs; 16) Intro 76; 17) Just The Same; 18) Free Hand; 19) Time To Kill;

20) Interview Demo; 21) Give It Back; 22) Design; 23) Another Show; 24) Empty City; 25) I Lost My Head – Demo; 26) I Lost My Head – Studio; 27) Convenience;

28) Freedoms Child – Demo; 29) Kerry.

Gentle Giant Under Construction.jpg

2022

Los grupos de rock progresivo siempre han tenido una predilección especial por las cajas recopilatorias, lo cual tiene su lógica si pensamos que para tocar rock progresivo había que tener una técnica instrumental por encima de la media, es decir, que no es lo mismo escuchar los descartes de alguien que domina su instrumento que de alguien que tiene sus colecciones de acordes y no es capaz de salir de ahí. De Gentle Giant encontramos este doble álbum que nos ofrece, por un lado, un primer disco de material inédito y otro de tomas alternativas de estudio durante las grabaciones de sus álbumes. Todo ello recorriendo desde sus inicios hasta la despedida mediante Civilian.

 

Si obviamos esa penosa voz radiofónica que se escucha al principio, en el primer disco encontramos en primer lugar cuatro temas grabados antes de su debut, donde sorprende escuchar unas vertientes musicales inauditas (alguna impensable) para un grupo que iba a adherirse al rock progresivo. Bueno, podemos exceptuar ‘Hometown Special’ porque sí puede entroncarse con lo que sería su debut, aunque sea en un tono más rockero y directo que las calculadas estructuras de ese álbum homónimo de 1970. Pero ‘Weekend Cowboy’, a pesar de su título, es un pop muy inglés donde no faltan cornos franceses, y ‘Freedoms Child’ es un sorprendente folk-rock, aunque para algo tenían un violinista en la banda. En el segundo disco podemos encontrar una demo menos interesante de este tema. Aunque contiene un inicio coral, la pegadiza ‘Bringin Me Down’ es una imprevista incursión en el R&B con un resultado mucho mejor de lo que cabría esperar, si bien acaban transformándolo en rock progresivo durante el desarrollo instrumental intermedio. Queda así como una idea de fusión, original pero finalmente descartada.

 

Tras tanta sorpresa inicial, nos adentramos luego en terrenos más conocidos aunque en buena parte también con su interés. No ocurre así con otro de los temas inéditos que encontramos, ‘You Haven't A Chance’, que no deja de ser una reescritura de ‘Giant For A Day’. En cambio, la versión primeriza de ‘Nothing At All’ denota la capacidad de mejora que tenía el grupo desde el comienzo, pues aquí todavía suena sin esa grandeza adquirida posteriormente. Lo más interesante es el retorno de la sección principal tras el solo de batería, pues es enteramente instrumental y permite que apreciemos este tema desde otra perspectiva. Encontramos algo de pruebas en el estudio (‘DVS Guitars’), mientras que ‘Robin Hood’ era parte del fallido proyecto de banda sonora para la película de mismo título, aunque no deja de ser un irrelevante corte de música incidental destinado a acompañar las imágenes.

 

De Interview encontramos dos grabaciones en directo, el tema que le daba título y ‘Timing’. Esta última al menos aquí puede escucharse con agrado, aunque el solo de violín se alargue un poco. Habiendo quedado Civilian como un digno canto de cisne, suscita interés encontrar un descarte de esas sesiones de grabación (‘Unreleased Civilian Track’) que además no decepciona a pesar de no disponer de parte vocal, pues posee un atractivo comienzo por el que los Yes de la época habrían matado. Lo que podrían haberse ahorrado es ese corte titulado ‘Sample Archive’ que únicamente recopila durante nueve minutos sonidos aleatorios grabados en el estudio, con suerte alguna melodía, pero todo tan inconexo que se pierde pronto el interés.

 

El segundo disco está directamente dirigido a l@s fans incondicionales del grupo, pues se trata de tomas de grabación de diferentes temas que dejarán anonadado al oyente casual porque no sabrá cómo digerir un material de este tipo. Ofrece sus momentos interesantes, pero la mayor parte del tiempo escuchamos al grupo haciendo pruebas, que precisamente de eso se trata cuando alguien entra a un estudio de grabación con ideas (o incluso sin ellas). Pero en general se vuelve muy tedioso estar escuchando tanta prueba y tanto ensayo con tan pocos momentos realmente fructíferos o novedosos. Por lo demás, pueden escucharse algunos comentarios de los miembros de Gentle Giant y encontramos alguna pequeña broma como los cortes titulados ‘SHH’ o ‘Kerry’, pero en conjunto esta recopilación está dirigida únicamente a los fans ávidos de cualquier novedad sobre este grupo.

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