top of page

THE DOORS

THE DOORS

Año de publicación: 1967

Puntuación:

1) Break On Through (To The Other Side); 2) Soul Kitchen; 3) The Crystal Ship;

4) Twentieth Century Fox; 5) Alabama Song (Whiskey Bar); 6) Light My Fire;

7) Back Door Man; 8) I Looked At You; 9) End Of The Night; 10) Take It As It Comes; 11) The End.

The Doors fueron uno de los más grandes grupos estadounidenses de la historia, perfectamente distinguible nombrando a sus componentes: un gran cantante con una poesía oscura como letra (Jim Morrison), un gran organista que con una mano suplía la falta de bajista y con la otra tocaba melodías maravillosas (Ray Manzarek), un guitarrista con gusto por la música barroca (Robbie Krieger), y un batería ingenioso (John Densmore).

 

Los inicios de este grupo poco se pueden equiparar a la música de sus discos finales, donde se decantaron más por un sonido blues, si bien en el fondo siempre tuvieron una predilección especial por ese género, más ejercitado en directo que en los álbumes de estudio salvo en la última etapa. Esas raíces blues quedan patentes aquí también por la versión del clásico de blues ‘Back Door Man’, que sería además una pieza habitual de su repertorio en directo. En cualquier caso, tenemos aquí grandes clásicos del grupo y del rock, uno de ellos justo al principio con ‘Break On Through’, poseedor de un arranque espectacular con esa percusión donde se van añadiendo el resto de instrumentos para que muy pronto comencemos a escuchar a Morrison cantar y dejarse la voz repitiendo el título de la canción. Más espectacular si cabe es el inicio de ‘Light My Fire’ con su inolvidable melodía de órgano, además de una interpretación vocal para la historia en la que se incluye un final apoteósico donde Jim lo da todo. A destacar también el intermedio instrumental (un delito que la borraran de la versión en single), donde Manzarek demuestra su maestría en el órgano y Krieger nos regala unos fragmentos de guitarra que recuerdan a las grandes composiciones de guitarra clásica del Renacimiento o el Barroco.

 

El otro clásico archiconocido del grupo es su canción final, ‘The End’, de gran éxito agrandado todavía más por su inclusión en la película Apocalypse Now. Es una canción mantraica donde The Doors crean una atmósfera hipnótica para que Morrison vaya cantando y después recitando, con su famoso verso de “Father, I want to kill you / Mother, I want to…”, que no escribo al completo porque incluso en la versión del disco Morrison se desata a chillar para no decirlo, supongo que por indicación de la discográfica, que estaría escandalizada. De hecho, ‘Light My Fire’ ya sufrió un intento de censura en su frase de “get much higher” por parte de Ed Sullivan, el viejete este que tenía un programa de televisón que veían millones de personas y que lanzó a la fama a los Beatles en Estados Unidos. Morrison le prometió que no diría esa frase, que diría otra parecida, pero al cantar la canción no cambió nada de nada. Y The Doors ya no volvieron a aparecer más en el programa de Sullivan. A eso se le llama integridad artística, aunque siendo Morrison quizá pensó simplemente: “Pa' chulo yo”.

 

El resto de canciones van de buenas a muy buenas, con incluso un momento de humor cuando interpretan una adaptación de la canción de Kurt Weill con letra de Bertolt Brecht, ‘Alabama Song’, preguntándose dónde está el siguiente bar y aportando una instrumentación festiva. Hay que destacar ‘The Crystal Ship’, canción calmada y relajante que tiene un gran intermedio de piano acompañado por una buena percusión, una canción que crea un aire de nocturnidad también conseguido en ‘End Of The Night’, pero con menor brillantez. Igualmente se puede destacar ‘Twentieth Century Fox’, con un gran y enérgico estribillo y ese magistral contraste de ritmos que conseguían muchas veces entre la transición de la estrofa al estribillo.

 

El resto de canciones son algo más normales, más pop, como ‘I Looked At You’ y ‘Take It As It Comes’, pero aun así presentan unos grandísimos pasajes de órgano que las sitúan por encima del nivel musical medio del momento. En cualquier caso, igualmente nos sirven para deleitarnos sobre todo con ese sonido celestial de Manzarek por el que el grupo, entre otros aspectos, ha pasado a la historia.

STRANGE DAYS

Año de publicación: 1967 

Puntuación:

1) Strange Days; 2) You're Lost Little Girl; 3) Love Me Two Times; 4) Unhappy Girl;

5) Horse Latitudes; 6) Moonlight Drive; 7) People Are Strange;

8) My Eyes Have Seen You; 9) I Can't See Your Face In My Mind;

10) When The Music's Over.

El segundo trabajo de The Doors suele ser criticado fácilmente como un disco hecho rápidamente para aprovechar el incipiente éxito del anterior, además de presentarlo como una copia de aquél, cosa esta última que solo es cierta en tanto que también se trata de un puñado de canciones que se mueven entre el pop, el rock y el blues (con sus pinceladas clásicas), además de que al final tenemos otra composición larga y mantraica como teníamos anteriormente con ‘The End’. Pero cuando se han escuchado varias veces ambos discos, lo que se puede apreciar es que el nivel compositivo ha mejorado extraordinariamente. Casi todas las canciones enganchan desde el primer momento hasta el final y excepto ‘Horse Latitudes’ (que no es más que una simple recitación poética salvaje de Morrison), todas ellas podrían estar perfectamente en un recopilatorio del grupo.

 

La canción que da título al disco ya nos introduce en un sonido misterioso y algo aterrador, magnificado por la parte cantada de Morrison, que poco a poco va sonando más distorsionada con los efectos de phasing que le van añadiendo. La fuerza que va cogiendo la canción gradualmente es un gran ejemplo de lo que encontraremos aquí. Tras el teclado inicial y el ritmo amenazante que escuchamos acto seguido, la canción ya nos introduce en ese ambiente de días raros que sobrevuela el álbum. A continuación, ‘You're Lost Little Girl’ es una balada oscura al estilo de ‘Crystal Ship’ del primer disco, con una gran melodía de guitarra. Este tipo de canciones será uno de los recursos más utilizados por The Doors, pero sin llegar a repetirse. Otro ejemplo similar aunque menos brillante lo encontramos casi al final del disco, con ‘I Can't See Your Face In My Mind’.

 

‘Love Me Two Times’, compuesta por Krieger, tiene esa famosa introducción de guitarra y es otro de los perfectos ejemplos de su manera de ir incrementado la tensión conforme avanza el tema, comandados por Morrison quien pasa de su inicial exigencia seria a una histeria controlada, acompañado por una análoga progresión instrumental. Y si la introducción de ‘Love Me Two Times’ es un acierto de Krieger, lo mismo podemos decir de Manzarek en el inicio de estilo barroco de ‘Unhappy Girl’, otra magnífica canción pop con unas deliciosas notas alargadas de la guitarra que van apareciendo cada vez que canta Morrison y que formarán también el magistral solo de guitarra que contiene. Esas notas alargadas aparecerán también, pero más brevemente, en ‘People Are Strange’, otra magnífica melodía pegadiza e inolvidable, con un gran solo de guitarra y un entretenido pasaje de órgano. Encontramos también un ritmo de tango en ‘Moonlight Drive’, canción rescatada del repertorio de sus inicios, pero aun así con una gran construcción. En cambio, ‘My Eyes Have Seen You’ comienza con un ritmo de los más movidos del disco, con un sonido de teclado próximo al clavecín y punteado por la gran guitarra de Krieger. Además, Morrison lidera la fuerza arrolladora en que se va transformando la canción gradualmente.

 

Para el final, igual que en su disco de debut tenemos otro magnum opus con ‘When The Music's Over’, que le gana a ‘The End’ en que es algo más variada musicalmente y obviamente tiene más fuerza. El inicio es del tipo de ‘Moonlight Drive’ pero menos pausado, pero pronto tras el “Turn on the lights” encontramos a Morrison en plena forma, y el tema pronto pasa a una parte instrumental con una grandísima guitarra algo distorsionada. Entramos así en una parte intermedia más pausada pero con cambios de ritmo, donde Morrison aprovechará para dar rienda suelta a sus frases poéticas, hasta llegar al clímax de “We want the world and we want it… NOW!”. Tras este intermedio encontramos una vuelta al inicio con un ritmo que recuerda al utilizado en el mismo retorno de ‘Light My Fire’.

 

En definitiva, en este segundo disco lo que tenemos es un grupo que ya domina completamente su estilo, sus composiciones, su forma de tocar, los cambios de ritmo y la tensión musical. Así pues, como aquí tenemos una mejora respecto al álbum de debut, que ya de por sí es muy bueno, este no puede tener otra puntuación que la máxima.

WAITING FOR THE SUN

Año de publicación: 1968

Puntuación:

1) Hello, I Love You; 2) Love Street; 3) Not To Touch The Earth;

4) Summer's Almost Gone; 5) Wintertime Love; 6) The Unknown Soldier;

7) Spanish Caravan; 8) My Wild Love; 9) We Could Be So Good Together;

10) Yes, The River Knows; 11) Five To One.

Tercer LP donde ya empezaron las primeras discordias, puesto que Morrison había compuesto una larga pieza con varias partes llamada ‘The Celebration Of The Lizard’ –que contiene la línea que derivaría en su apodo “I am the Lizard King” – pero el resto del grupo no vio conveniente incluirla en el disco, así que tras varias discusiones cortaron el tema y metieron aquí un extracto titulado ‘Not To Touch The Earth’, que no deja de ser demasiado caótico y simplón para el nivel que demostraba el grupo. Solo en directo sería interpretada la pieza en su totalidad. Y bueno, aparte de todo estaba la naturaleza errática de Morrison, que iba al estudio a grabar cuando le salía de las narices, lo cual lógicamente incrementaba la tensión dentro del grupo.

 

En cualquier caso, estamos también ante un gran disco con varias de sus canciones más conocidas, como es la que encontramos justo al inicio. ‘Hello, I Love You’ es una canción pop de melodía muy pegadiza, y es a veces citada como una copia de ‘All Day And All Of The Night’ de The Kinks, pero yo no lo veo así de claro; cierto es que algo de parecido se puede notar, pero de ahí a llamarlo copia dada la gran diferencia conceptual y estructural de ambas canciones, me parece exagerado.

 

Otras dos canciones antológicas del catálogo del grupo son ‘Unknown Soldier’ y ‘Spanish Caravan’. La primera de ellas es un canto antibelicista, con el intermedio donde simulan la ejecución de un soldado (en directo Robby Krieger apuntaba con su guitarra a Morrison y le fusilaba, cayendo éste a tierra), y lo mejor de la canción es su retorno apoteósico tras ese intermedio. Por otro lado, ‘Spanish Caravan’ es inolvidable por el uso de la melodía de ‘Asturias’, pieza perteneciente a la Suite Española del maestro Albéniz. La melodía la utilizan primero en forma acústica y luego eléctrica, acompañada por un formidable trabajo al teclado (como siempre) y una percusión encajada a la perfección.

 

Además de estas grandes canciones conocidas, también hay otras muy buenas. En ‘Love Street’ tenemos una agradable melodía de teclado que nos va acompañando a lo largo de la canción y que la dota de una ternura especial. Aquí Morrison no se desboca y permite que los otros músicos sean los líderes. La canción final, ‘Five To One’, es toda una descarga de adrenalina, con una de los solos de guitarra más agresivos de Krieger y una percusión pesada que la sitúan en una posición rayana al rock duro.

 

Del resto de canciones tampoco se puede hablar mal. ‘Summer's Almost Gone’ y ‘Yes, The River Knows’ son dos buenas baladas del tipo ‘Crystal Ship’ de su primer disco pero sin su aspecto novedoso. ‘Wintertime Love’ es un vals psicodélico con un gran Manzarek emulando el sonido del clavecín; y ‘We Could Be So Good Together’ es una buena canción pop movidita aunque con pocas pretensiones.

 

En definitiva, tenemos al grupo en su pleno apogeo, por lo que la maestría instrumental y vocal que poseían en ese momento la transmiten a lo largo del disco. La lástima es que las tensiones internas al final estallarán y eso se verá reflejado en el siguiente álbum.

THE SOFT PARADE

Año de publicación: 1969

Puntuación:

1) Tell All The People; 2) Touch Me; 3) Shaman's Blues; 4) Do It; 5) Easy Ride;

6) Wild Child; 7) Runnin' Blue; 8) Wishful Sinful; 9) The Soft Parade.

Si hiciéramos una clasificación de todos los discos que grabaron mientras Morrison vivió, este sin duda ocuparía el último lugar. Pero que eso no de lugar a engaños, pues estamos ante otro buen disco de los Doors. El problema es que la vida desatada de Morrison disminuyó su aportación compositiva, lo que provocó que fuera Krieger el que tuviera que compensar la falta de material. Por su parte, la poca calidad de las letras de Krieger provocó que Morrison exigiera que se indicara quién había compuesto cada canción (solo hay que escuchar las primeras frases para darse cuenta de ello: “Tell all the people that you see / Follow me down”). A esto hay que añadir la introducción de arreglos orquestales no demasiado inspirados, algo que parece que no agradó del todo a los seguidores del grupo. Por si fuera poco, hubo un momento clave en la mala relación dentro del grupo, cuando en ausencia de Morrison el resto vendió los derechos de ‘Light My Fire’ para un anuncio publicitario, algo que irritó a Morrison, quien se sintió traicionado y más apartado espiritualmente de sus compañeros.

 

En cuanto al disco, donde más destaca la orquesta es en las dos primeras canciones, la primera de ellas la mediocre ‘Tell All The People’, que podían haber donado a Frank Sinatra o alguien similar, pues ni siquiera se nota que toque Manzarek. Por el contrario, ‘Touch Me’ es mucho mejor, pues tiene mayor fuerza y un gran estribillo en la parte del “I'm gonna love you”. A continuación llega ‘Shaman's Blues’, que es una gran canción de estilo blues-rock pero más cercano al rock y, eso sí, con una de los mejores momentos de Krieger con su guitarra.

 

Después llega una bajada de calidad del álbum, debido a una canción demasiado repetitiva y totalmente olvidable, ‘Do It’. Pero la siguiente ‘Easy Ride’ es todavía peor, el ejemplo perfecto de canción de relleno sin nada que destacar y sin apenas melodía. Tampoco se arregla mucho mediante ‘Wild Child’, pues aunque no llega a un nivel tan bajo como lo anterior, está basada en un riff de guitarra pesado (en su acepción heavy) y repetitivo que a mí no me parece nada del otro mundo. Están mucho mejor las entradas de Manzarek al teclado, acompañadas de la buena percusión de Densmore, por lo que lo más destacable que tiene es su sección central instrumental.

 

Con ‘Runnin' Blue’ descubrimos por qué Krieger nunca cantaba. La primera vez que escuché la canción pensaba que sería un chiquillo que pasaba por el estudio el que cantaba el estribillo, ¡pero no! el horror vocal que se escucha es del guitarrista. Pero quitando el estribillo, el resto de la canción está bien, tiene ese estilo enfático del canto de Morrison. Por otro lado, hay que decir que este tema es un homenaje a Otis Redding, fallecido en accidente de avioneta en 1967. Después nos llega uno de esos momentos tranquilos que The Doors nos regalan en cada disco, en este caso con ‘Wishful Sinful’, buena canción con los ingredientes típicos de las baladas de la banda.

 

Finalmente, ‘The Soft Parade’ quizá sea su mejor pieza larga, pues en este caso encontramos más partes diferentes que nunca. Se inicia con una de tantas declamaciones poéticas de Jim, en este caso interesante porque empieza recordando un capítulo de cuando estaba en la escuela. Eso da paso a la guitarra acústica y el teclado simulando un xilófono de Manzarek, con una bella melodía cantada por Morrison, para después ir cambiando de ritmo un par de veces más hasta llegar a los 3 minutos, donde nos anuncia que llegamos a “la mejor parte del viaje, el viaje” y empieza una jam con cierto aire latino que lleva a Morrison a cantarnos por fin sobre “The soft parade”, en lo que es una de las mejores partes. Y esta parte irá ya evolucionando en intensidad hasta el final, con diferentes voces de Jim alternándose gracias a los trucos de estudio.

 

En resumen, este es un buen disco aunque significara en ese momento un ligero paso hacia atrás en la carrera del grupo. Para el siguiente prescindirían inteligentemente de los adornos orquestales, si bien estos no representaban el mayor problema, ya que las composiciones no estaban al excelente nivel de los trabajos anteriores. En cualquier caso, sigue siendo un disco recomendable aunque no represente el sonido verdadero de la banda.

ABSOLUTELY LIVE

Año de publicación: 1970

Puntuación:

1) House Announcer; 2) Who Do You Love?; 3) Alabama Song; 4) Back Door Man;

5) Love Hides; 6) Five To One; 7) Build Me A Woman; 8) When The Music's Over;

9) Close To You; 10) Universal Mind; 11) Petition The Lord With Prayer; 12) Dead Cats, Dead Rats; 13) Break On Through; [Celebration Of The Lizard: 14) Lions In The Street; 15) Wake Up; 16) A Little Game; 17) The Hill Dwellers; 18) Not To Touch The Earth; 19) Names Of The Kingdom; 20) The Palace Of Exile]; 21) Soul Kitchen.

Estamos ante el único disco en directo que publicaron en vida de Morrison, y no está mal como ejemplo de lo que debía ser el sonido en directo del grupo. La falsa idea que yo tenía de más joven sobre ellos, pensando que eran principalmente un grupo de blues con algunas canciones más rock, la verdad que aquí no parece tan falsa. En cualquier caso, tenemos unas grandes interpretaciones, varias canciones inéditas que no están en ningún disco y la posibilidad de escuchar íntegramente la controvertida ‘Celebration Of The Lizard’.

 

El grupo empieza tocando el clásico de Bo Diddley ‘Who Do You Love?’ con una gran fuerza e incluso Manzarek añade toques que recuerdan a ‘Break On Through’. Las secciones instrumentales entre estrofas son asombrosas, con la batería subiendo la intensidad y la guitarra de Krieger creando una avalancha de sonido con unas notas largas y distorsionadas.

 

A continuación, tenemos un conjunto de canciones hilvanadas en forma de medley, con un alarido escalofriante de Morrison entre ‘Alabama Song’ y ‘Back Door Man’, lo que marca el tono para lo que va a ser su interpretación. En el medley aparece la inédita ‘Love Hides’, que no tiene nada de especial pues se trata de un acompañamiento instrumental simple a unas cuantas frases de Jim. Menos mal que al final enlazan con la potente ‘Five To One’, aquí en una versión análoga a la de estudio.

 

Otra de las canciones inéditas que encontramos es la tipo blues ‘Build Me A Woman’, compuesta por Morrison pero que parece una versión menor de ‘Back Door Man’, sin nada de la fuerza y agresividad de ésta. También incluyen una inédita versión de Willie Dixon, llamada ‘Close To You’ y que tampoco aporta nada nuevo. De todas las canciones inéditas que aparecen, la mejor es ‘Universal Mind’, con un sonido de regusto psicodélico que podría pertenecer al Waiting For The Sun y que no hubiera desentonado en él. Lo que encontramos después es una rara forma de llegar a ‘Break On Through’, pues primero tenemos a Morrison dejándose la voz con el famoso inicio del ‘Soft Parade’, luego empiezan atisbos de la música de la primera pero con otra letra (‘Dead Cats, Dead Rats’) para llegar por fin a la gran ‘Break On Through’, aquí sorprendentemente con algo menos de energía de la esperada, cosa que se repite en la final ‘Soul Kitchen’. Es como si en algunos momentos perdieran la mala leche que demuestran en otros. Pero de todas formas son buenas interpretaciones que vale la pena escuchar.

 

De ahí llegamos a la controvertida ‘Celebration Of The Lizard’, donde comprendemos por qué el resto del grupo no cedió a la pretensión de Morrison de incluirla en el Waiting For The Sun. Empieza con una recitación poética sin más, y encima por partida doble, por lo que realmente no encontramos algo que se pueda llamar canción hasta ‘A Little Game’, que no es precisamente para tirar cohetes pues se trata de Jim cantando un poco mientras Manzarek toca el teclado con un dedo, sonido que van desarrollando un poco pero sin un resultado aceptable en ‘The Hill Dwellers’. Cuando llega ‘Not To Touch The Earth’ comprendemos que su inclusión en el disco de estudio fue porque es apenas lo único musical que tiene la pieza. Aunque la siguiente ‘Names Of The Kingdom’ se deja escuchar al ser una pieza corta, tranquila y de sonido introspectivo. Para acabar este suplicio, que para mí le ha privado de una estrella más en su valoración, vuelve otra recitación poética de Morrison.

 

Menos mal que uno de los momentos más destacados del disco es una magnífica interpretación de ‘When The Music's Over’, que aunque no presenta demasiadas variaciones estructurales respecto a la versión de estudio, en directo consigue una fuerza adicional que le imprimen los músicos, lo que la convierte en una recomendable experiencia.

 

Por último, diré que espero que nadie se ponga a escuchar este disco pensando que Morrison empezará a soltar obscenidades y cosas por el estilo cada vez que acaba una canción, porque se verá defraudado de escuchar solamente a unos grandes músicos ejecutando su repertorio. Y tampoco espere que esto sea como un “Grandes Éxitos” en directo, pues no tocan casi ninguna de sus grandes canciones, ni siquiera ‘Light My Fire’.

MORRISON HOTEL

Año de publicación: 1970

Puntuación:

1) Roadhouse Blues; 2) Waiting For The Sun; 3) You Make Me Real; 4) Peace Frog; 5) Blue Sunday; 6) Ship Of Fools; 7) Land Ho!; 8) The Spy; 9) Queen Of The Highway; 10) Indian Summer; 11) Maggie M'gill.

Los dos últimos discos de los Doors (con Jim vivo) muestran en esencia un retorno al sonido más blues que fue realmente el sonido nuclear del grupo durante su existencia. Aunque también aparecen otro tipo de estilos diferentes, como el funk. El disco está dividido, sin tener claro por qué, en dos partes llamadas ‘Hard Rock Cafe’ (los seis primeros cortes) y ‘Morrison Hotel’.

 

El inicio ya es toda una declaración de intenciones, no solo por el título, sino porque se trata de un blues-rock del estilo que ellos ya dominaban a estas alturas, con un gran solo de guitarra, feroz y agresivo, así como otra gran interpretación vocal de Morrison, que hace subir más la valoración de esta canción.

 

‘Waiting For The Sun’ parece salido del disco de mismo título (quizá fue grabado entonces), pues tiene un sonido psicodélico acrecentado por los momentos tras cada estrofa donde entra el amenazante teclado acompañado del resto de instrumentos, además de la apoteósica parte central del “Waiting, waiting…”. Curiosamente, esta canción que enlaza con la música de sus primeros discos, es quizá lo mejor de aquí en mi opinión. Aunque ‘Queen Of The Highway’ también recuerda al mejor sonido pop-rock de esos discos, pero quizá le falte una sección instrumental algo más inspirada.

 

‘You Make Me Real’ es una especie de boogie-rock, sobre todo por el piano que la acompaña. Tiene también una gran guitarra llevando la melodía principal ante la borracha voz de Jim. Más o menos ese estilo se puede decir que lo repiten en ‘Ship Of Fools’ (también Morrison parece borracho), aunque en este caso tiene una intrigante parte instrumental hacia la mitad de la canción y un gran desarrollo hasta el retorno de la estrofa cantada. Y de ese estilo pasamos a un movidito funk en ‘Peace Frog’, que resulta ser una buenísima canción muy entretenida, una demostración de que podían asimilar otros estilos y tocarlos con un sonido propio particular, además de un grandioso y particular efecto de guitarra.

 

Los momentos tranquilos los encontramos en ‘Blue Sunday’, esa clase de balada oscuro tipo ‘Crystal Ship’ que son marca de la casa y que por ello no dejan de ser agradables de escuchar, además de presentar siempre una gran interpretación instrumental y vocal. Y también en ‘Indian Summer’, que parece una recreación breve de la atmósfera de ‘The End’, pero que apenas tiene melodía y no parece nada inspirada, más bien un tema de relleno para completar el LP.

 

‘Land Ho!’ empieza como una canción tipo festiva y poco inspirada solo salvada por los pasajes instrumentales, que la liberan de la monotonía de la parte cantada, además de la gran guitarra de Krieger que va apareciendo para salvar la debacle, algo que ya no se consigue en el lentísimo, monótono y aburridísimo ‘The Spy’, un blues sin más donde todos parecen aletargados, y cada vez que Krieger va repitiendo las mismas notas a la guitarra lo único que me transmiten es una pesadez absoluta.

 

Para el final tenemos ‘Maggie M'gill’, una canción de sonido duro al estilo de ‘Five To One’ del Waiting For The Sun, pero para mi gusto todavía mejor, porque el ritmo instrumental es más melódico, así que es una magnífica manera de acabar el álbum, aunque tiene un falso final brusco con una parada en seco que sirve para que se retome el amenazante ritmo inicial y para que Krieger siga lanzando notas aleatoriamente mientras la canción avanza y va desapareciendo al final lentamente…

 

En resumen, una demostración de que el grupo estaba en plena forma, independientemente de los problemas extramusicales que habían padecido y seguirían sufriendo hasta su consecuencia última.

L.A. WOMAN

Año de publicación: 1971

Puntuación:

1) The Changeling; 2) Love Her Madly; 3) Been Down So Long;

4) Cars Hiss By My Window; 5) L. A. Woman; 6) L'America; 7) Hyacinth House;

8) Crawling King Snake; 9) The Wasp (Texas Radio And The Big Beat);

10) Riders On The Storm.

Último disco grabado con Morrison, que moriría misteriosamente de un ataque al corazón en París. En esta ocasión, la senda blues iniciada anteriormente se expande todavía más, pues a más de la mitad de las canciones aquí incluidas se les puede poner esa etiqueta aunque muchas veces esté combinado con el rock.

 

Así que en este disco tenemos unos blues-rock que son más movidos, como ‘The Changeling’, que tiene un alocado teclado, una buena parte vocal y una buena guitarra, además de una gran fuerza transmitida en conjunto. También con un tempo medio está ‘Been Down So Long’, con otro magnífico trabajo a la guitarra aunque con una estructura más convencional. ‘The WASP’ era una canción que ya habían tocado anteriormente y que quizá decidieran poner aquí por el estilo más blues adoptado además de por falta de más composiciones nuevas. No deja de sonar bien y estar bien ejecutada (con un gran solo de guitarra), pero no tiene el gancho de la gran composición blues-rock del álbum, que no es otra que la que le da título. Y es que ‘L.A. Woman’ es toda una descarga de adrenalina blues, con un ritmo de bajo infernal, un teclado y guitarra que van dejando efectivas notas por todo el trayecto y un Jim Morrison en una de sus mejores interpretaciones del álbum. Durante sus más de siete minutos escuchamos una buena variedad de ritmos que hacen que no decaiga en ningún momento. En la parte final tenemos el fragmento de “Mr. Mojo Risin'”, que es un anagrama del nombre del cantante, lo cual da paso a un incremento de la tensión musical y un retorno a la parte principal. Por último, destacar la coda instrumental de antología.

 

También hay blues más lentos (lentísimos), como es el caso de ‘Cars Hiss By My Window’, que si lo escuchas por la noche probablemente te dejará dormido/a. Y ‘Crawling King Snake’ probablemente te deje dormido/a también, además de que el ritmo inicial recuerda a ‘Wild Child’ del Soft Parade. Son estos dos blues aburridos los que bajan un poco el alto listón cualitativo que tiene el disco.

 

‘Love Her Madly’ es más próximo al pop (por ese sonido similar al clavecín), aunque también tiene un sustrato blues. Pero con su magnífico ritmo rápido, es uno de los grandes momentos del disco que de lo único que adolece es de un solo de guitarra poco inspirado, menos mal que Manzarek está ahí para liderar la instrumentación. Y también hay en principio algo de rock sin más en ‘L'America’, que recuerda otra vez el estilo de ‘Wild Child’ por su melodía repetida algo atascada, que en este caso tiene un preludio intrigante mientras escuchamos cómo se va formando la canción en sí. La estructura de esta canción es algo caótica pero resulta interesante.

 

La balada tipo que solían incluir en sus discos aquí la tenemos en ‘Hyacinth House’, aunque tiene un ritmo más pop, donde la estrella vuelve a ser el gran teclado de Manzarek. Aunque su inicio es algo tedioso, conforme avanza la canción va ganando enteros por los cambios de ritmo y una buena guitarra que aparece en los momentos precisos.

 

Para poner el broche de oro a la carrera del grupo tal como lo conocemos, tenemos ‘Riders On The Storm’, una de sus obras maestras y que en este caso tiene un sonido más próximo al jazz. Desde el ruido de tormenta inicial donde empieza a sonar la percusión de platillo y el melódico teclado, no podemos sino dejarnos llevar plácidamente hasta que la cálida voz de Morrison entra mientras Krieger empieza a dejarnos algunas notas de guitarra. La parte instrumental es ultra-relajante, una delicia para los oídos, así como las pausas que anteceden al retorno a la melodía inicial. También destacar la gran coda final donde la voz de Jim va desapareciendo mientras repite el título de la canción.

 

Una lástima que la trayectoria del grupo acabara de forma tan abrupta, pero la vida es así. Quién sabe el camino que hubieran seguido con Jim de haber seguido con vida, aunque probablemente se hubieran separado igualmente o hubieran hecho algún buen disco de blues-rock más antes de acabar repitiéndose en su estilo o haber buscado otras fuentes de inspiración. En cualquier caso, lo que más asombrado me deja es el dibujo interior que hay en el CD, donde aparece un Cristo crucificado en un poste eléctrico de alta tensión, no sé si sería el último acto provocativo de Morrison hacia la sociedad.

1) In The Eye Of The Sun; 2) Variety Is The Spice Of Life; 3) Ships W/Sails;

4) Tightrope Ride; 5) Down On The Farm; 6) I'm Horny, I'm Stoned;

7) Wandering Musician; 8) Hang On To Your Life.

Puntuación:

Año de publicación: 1971

OTHER VOICES

Por qué decidieron seguir sin Jim Morrison es una pregunta que se hace cualquiera que haya escuchado alguno de los discos que grabaron sin él, y el caso es que tardaron poco en tomar esa decisión. Quien toma el relevo en la parte vocal es principalmente el teclista Manzarek (quien ya lo había hecho muchas veces en directo cuando Jim se ausentaba del escenario sin mediar palabra), pero aquí queda claro que como cantante deja mucho que desear. Y bueno, Krieger ya había demostrado en The Soft Parade que ni siquiera sabe cantar, y aquí lo vuelve a demostrar en el lamentable country ‘Variety Is The Spice Of Life’. La parte compositiva recae obviamente entre Manzarek y Krieger, aunque curiosamente lo mejor de aquí está compuesto por este último junto al batería Densmore.

 

El sonido que tenemos aquí es del tipo blues-rock que venían haciendo en sus últimos discos, con la primera canción ‘In The Eye Of The Sun’ como buen ejemplo. Es una canción aceptable y poco más, lo cual ya es mucho decir para lo que se puede escuchar aquí. De lo poco que se puede salvar es la recreación atmosférica de ‘Ships W/Sails’, con la única pega de que tiene una parte instrumental que se hace demasiado larga, pero con un ritmo tirando a latino y una buena guitarra, además de un juego de teclados que recuerda a los buenos tiempos. Si Morrison la hubiera cantado, habría conseguido un mejor efecto. La siguiente ‘Tightrope Ride’ tiene un ritmo rápido, entretenido y elaborado, pero vuelve a perder fuelle por su parte vocal, al menos salvado por un buen solo de guitarra.

 

Lo que queda de disco es un paseo por el abismo musical en el que se habían quedado como grupo, donde solo se podría destacar la nueva recreación de ‘We Could Be So Good Together’ del Waiting For The Sun que es ‘I'm Horny, I'm Stoned’, o sea, algo pasable y poco más. Lo demás ya se sitúa entre lo olvidable y lo horrible. ‘Down On The Farm’ queda como un pastiche de música ambiental aceptable encajada con música de paletos. ‘Wandering Musician’ es como un intento fallido de emular el tipo de balada-rock de piano de John Lennon, pues tiene una duración excesiva para las ideas que se aportan. Y la última canción, ‘Hang On To Your Life’, es otro uso de ritmos latinos para una canción pop bastante mediocre, además de lo mal que queda la parada que hacen para que Densmore toque como un tamborilero y vuelvan con una rápida jam caótica.

 

Y poco más que decir, salvo que después de este tropezón todavía se atreverían a sacar otro disco nuevo, lo cual denota una gran valentía, todo hay que decirlo.

1) Get Up And Dance; 2) 4 Billion Souls; 3) Verdilac; 4) Hardwood Floor;

5) Good Rockin'; 6) The Mosquito; 7) The Piano Bird; 8) It Slipped My Mind;

9) The Peking King And The New York Queen.

Puntuación:

Año de publicación: 1972

FULL CIRCLE

Tras el fiasco anterior, quizá el grupo pensó que diversificando su sonido obtendrían un mejor resultado. Y no es una mala idea, pero si el probar estilos diferentes no va acompañado de buenas composiciones, entonces del agujero no se puede salir.

 

‘Get Up And Dance’ es un ridículo intento de hacer una especie de funk divertido, algo que mejora un poco, que no mucho, en ‘Verdilac’, que además presenta un solo de saxofón (cuando la forma de parecer novedoso en tu música es introducir un solo de saxofón, suele ser señal de que estás en caída libre), aunque en este caso sí que le da un toque algo diferente al sonar varios de ellos a la vez. En cambio, ‘4 Billion Souls’ es un pop más melódico que al menos puede escucharse, aunque el intermedio instrumental queda un tanto infantil por ese sonido que parece un silbido. Eso sí, la que suena a canción infantil es ‘Hardwood Floor’, el tipo de rock que podrían haber tocado Espinete y Don Pimpón en un capítulo de Barrio Sésamo.

 

También volvemos a tener un rock'n'roll clásico en ‘Good Rockin'’, que ya por su título se delata como una canción de lo más mediocre. En la canción de largo título que finaliza el disco también emplean un estilo rock'n'roll, aunque en este caso con un resultado embarazoso por una instrumentación repetitiva y floja, una parte vocal horrenda y unos coros femeninos todavía más horrendos.

 

Curiosamente, ‘The Mosquito’ empieza como una bossanova brasileña, aunque antes de que nos decidamos a pasar de canción empieza una frenética jam que al menos nos sube un poco el ánimo, aunque no nos acordemos de nada destacable una vez ha acabado. Y los ritmos latinos siguen en ‘The Piano Bird’, lo mejor del disco sin duda, en la línea de ‘Ship W/Sails’ del álbum anterior, con Manzarek cantando y el grupo entero ejecutando una agradable sección instrumental. Curiosamente, e igual que en el disco anterior, es la única composición donde interviene el batería Densmore. Por otro lado, ‘It Slipped My Mind’ es un fallido intento de hacer otro ‘Love Me Two Times’, pero sin Morrison eso es imposible, aunque al menos el solo de guitarra redime la canción.

 

Por suerte, tras este disco se disolvieron como grupo, aunque por desgracia todavía se les encendería la bombilla y tendrían una pésima idea (si es que realmente fue de ellos) que veremos a continuación.

AN AMERICAN PRAYER

Año de publicación: 1978

Puntuación:

1) Awake; 2) Ghost Song; 3) Dawn's Highway; 4) Newborn Awakening;

5) To Come Of Age; 6) Black Polished Chrome; 7) Latino Chrome; 8) Angels And Sailors; 9) Stoned Immaculate; 10) The Movie; 11) Curses, Invocations; 12) American Night;

13) Roadhouse Blues; 14) The World On Fire; 15) Lament; 16) The Hitchhiker;

17) An American Prayer; 18) Hour For Magic; 19) Freedom Exists;

20) A Feast Of Friends;

[BONUS TRACKS]: 21) Babylon Fading; 22) Bird Of Prey; 23) The Ghost Song.

Con la aclaración de “Jim Morrison, Music By The Doors” ya se nos advierte de que esto no va a ser una recopilación de canciones perdidas del grupo, sino algo diferente. Y de lo que se trata básicamente es de Jim recitando su poesía con música de fondo tocada por el resto del grupo, la mayoría música ya conocida anteriormente. Sí, una originalísima idea que seguro que no fue ideada con ánimo de lucro.

 

En algunos casos la poesía está extraída de actuaciones en directo, como el primer ‘Awake’. De lo poco original que se puede destacar está ‘Ghost Song’, que es totalmente nueva pero suena poco inspirada, pues no olvidemos que se trata de los mismos músicos que grabaron los dos discos anteriores. Parece música de sala de espera, y encima hay una versión más larga en los bonus tracks. La misma impresión de música de sala de espera, pero con más ritmo, es la que encontramos en la canción que da título al disco. Por otro lado, siguiendo el estilo latino que tenían más logrado según sus últimos discos, en ‘Latino Chrome’ lo tenían fácil para seleccionar la música de fondo. ‘Curses, Invocations’ no suena mal, tiene una música parece que inspirada en ‘’Riders On The Storm’ pero más repetitiva. 

 

Entre los cortes que utilizan música reciclada de discos anteriores, tenemos ‘Newborn Awakening’, donde le meten la música de ‘Peace Frog’, por lo que la forma de cantar de Jim hace pensar en que es una letra alternativa para esta canción, más recitada y menos melódica. En ‘Stoned Immaculate’ meten el ritmo de ‘The Wasp’, y para ‘The Hitchhiker’ utilizan ‘Riders On The Storm’, pero directamente la canción original incluida la parte vocal, o sea que el efecto es todavía más cutre.

 

El único premio que podemos encontrar aquí es una buena interpretación en directo de ‘Roadhouse Blues’, pero no compensa el purgatorio que representa el resto del álbum. Particularmente, a mí la poesía de Morrison no me atrae para nada (de hecho, ni me he molestado en escribir en naranja casi todo el repertorio que aparece en este álbum), por lo que el disco solo me aporta el tener el conocimiento de que durante los conciertos Jim también se dedicaba a recitar sus poemas, aunque precisamente una de sus frustraciones fue no poder vivir de la escritura sino de la música del grupo.

BOX SET

Año de publicación: 1997

Puntuación:

CD I: 1) Five To One; 2) Queen Of The Highway; 3) Hyacinth House;

4) My Eyes Have Seen You; 5) Who Scared You; 6) Black Train Song; 7) End Of The Night;

8) Whiskey, Mystics And Men; 9) I Will Never Be Untrue; 10) Moonlight Drive (demo);

11) Moonlight Drive (Sunset Sound); 12) Rock Is Dead; 13) Albinoni's Adagio In G Minor.

CD II: 1) Roadhouse Blues; 2) Ship Of Fools; 3) Peace Frog; 4) Blue Sunday;

5) The Celebration Of The Lizard; 6) Gloria; 7) Crawling King Snake; 8) Money;

9) Poontang Blues/Build Me A Woman/Sunday Trucker; 10) The End.

CD III: 1) Hello To The Cities; 2) Break On Through; 3) Rock Me; 4) Money;

5) Someday Soon; 6) Go Insane; 7) Mental Floss; 8) Summer's Almost Gone;

9) Adolph Hitler; 10) Hello I Love You; 11) The Crystal Ship;

12) I Can't See Your Face In My Mind; 13) The Soft Parade; 14) Tightrope Ride;

15) Orange County Suite.

CD IV: 1) Light My Fire; 2) Peace Frog; 3) Wishful Sinful; 4) Take It As It Comes;

5) L.A. Woman; 6) I Can't See Your Face In My Mind; 7) Land Ho!; 8) Yes The River Knows; 9) Shaman's Blues; 10) You're Lost Little Girl; 11) Love Me Two Times;

12) When The Music's Over; 13) The Unknown Soldier; 14) Wild Child;

15) Riders On The Storm.

Caja recopilatoria compuesta por cuatro discos. El primero y el tercero son diversas grabaciones en directo, demos y canciones no publicadas; el segundo se trata de un concierto completo en el Madison Square Garden de Nueva York, en 1970; y el cuarto disco es el totalmente prescindible pues se trata de un “Grandes Éxitos” donde cada miembro del grupo (menos Jim, obviamente) elige sus canciones favoritas, algo que ya podrían haber explicado simplemente por escrito.

 

Empezando primero por los CD’s 1 y 3, comentar que hay algunos directos que tienen una pésima calidad que no justifican su inclusión, como es el caso que encontramos nada más empezar, con ‘Five To One’, donde además Morrison canta como si estuviera bajo los efectos del alcohol o cosas peores. Pero hay muchos temas nuevos interpretados en directo que no acabaron en ningún disco ni single de estudio. Es el caso de la larga ‘Black Train Song’, versión de una canción blues que no aporta muchas ideas durante sus más de diez minutos pero que se hace entretenida gracias a los músicos. ‘I Will Never Be Untrue’ es aún más floja, pues se trata de un blues lento del tipo que tomarían predilección en el L.A. Woman, blues que seguimos encontrando también en el disco tercero con dos grabaciones de baja calidad en la lenta ‘Rock Me’ y la más rápida ‘Money’. La mejor de estas novedades en directo, aun su algo baja calidad, es ‘Someday Soon’, de un concierto del año 70 pero con un sonido que la entronca más con el sonido más psicodélico de sus primeros discos.

 

Hay también en directo simples declamaciones de Morrison como ‘Hello To The Cities’ o breves provocaciones como ‘Adolph Hitler’ (“Adolph Hitler is still alive”), pero la peor es, debida a su duración, ‘Mental Floss’.

 

Por suerte, encontramos también grandísimas interpretaciones de sus canciones ya conocidas, como es el caso destacado de ‘Crystal Ship’, que tiene unas maravillosas variaciones en la sección instrumental al cambiar el piano por el órgano, que la convierten en toda una delicia. También hay que destacar ‘Break On Through’ (del concierto de la isla de Wight y con un lucimiento de Krieger a la guitarra), ‘I Can't See Your Face In My Mind’ (con el mismo sonido de órgano que ‘Crystal Ship’ al ser del mismo concierto) y cómo no, una versión en directo en un estudio televisivo de ‘The Soft Parade’, que es recomendable ver en vídeo también para sorprendernos del aspecto barbudo y gordo de Morrison.

 

Sobre las demos y canciones inéditas, la verdad que poco se puede decir salvo que no están mal en general. ‘End Of The Night’ nos viene presentada como un blues terrorífico, aterrador, como si el cantante fuera a hacernos algo en la oscuridad de la noche. ‘Whiskey, Mystics And Men’ es una divertida canción festiva del estilo ‘Alabama Song’. Por otro lado, como ‘Moonlight Drive’ fue una de sus primeras composiciones propias, aquí la escuchamos primero en una discreta versión inicial de 1965, con mucha armónica, y luego otra versión del año siguiente con algo más de ritmo y con un estilo de guitarra algo extravagante que imita el sonido de cuello de botella.

 

De lo peor del material inédito tenemos la ultralarga ‘Rock Is Dead’, que tras un pretencioso título lo único que tenemos es un buen inicio tipo blues para luego caer en un batiburrillo instrumental con Jim largando su rollo quien sabe si poético o qué, que solo se suspende momentáneamente para dar paso a otra parte blues instrumental. Del resto, curiosamente incluyen una buena versión de ‘Tightrope Ride’ de Other Voices, así como una versión de un adagio de Albinoni, que inicialmente iba a formar parte del ‘Celebration Of The Lizard’ pero que quedó fuera como le pasó a la mayor parte de dicha pieza.

 

Hablando ya del segundo disco, el del concierto de Nueva York, se puede decir que es la continuación del Absolutely Live, con el mismo craso error de incluir ‘Celebration Of The Lizard’ pero en general con una mejor selección de temas. La mejor canción es, sin duda, la perfecta interpretación que hacen de ‘Peace Frog’ con un gran teclado y guitarra, aunque el inicio con la potente ‘Roadhouse Blues’ y una mejor versión en directo de ‘Ship Of Fools’ al brillar más los instrumentos, aportan ya de entrada una buena impresión del concierto.

 

Como sorpresa, tenemos una buena versión de ‘Gloria’ de los Them, con todo el poderío que podían transmitirle los Doors como grupo. También repiten la versión de ‘Money’, aquí con mejor calidad de sonido, e incluyen un medley de varias canciones blues que, al venir en ese formato, se hace entretenido.

 

Para el final tenemos, como no, la hipnótica ‘The End’, que es el instrumento perfecto para los devaneos filosófico-poéticos de Jim, con incluso algunas paradas totales de los músicos mientras él sigue con sus demonios personales, incluida la aquí clarísima provocación edípica que llega después. Pero en todos los pasajes instrumentales demuestran el dominio en la recreación atmosférica subyugante que representa este tema.

 

Resumiendo, se puede decir que este Boxset es interesante por el buen concierto que incluye además de las rarezas y la curiosidad de escuchar primerizas versiones de canciones conocidas, aunque tampoco encontraremos muchos momentos que nos hagan abrir la boca.

LONDON FOG

Año de publicación: 2016

Puntuación:

1) Tuning (I); 2) Rock Me; 3) Baby Please Don't Go; 4) You Make Me Real; 5) Tuning (II);

6) Don't Fight It; 7) I'm Your Hoochie Coochie Man; 8) Strange Days; 9) Lucille.

Esta grabación proveniente de archivos rescatados no tiene mayor interés que documentar los inicios de The Doors justo antes de la publicación del que sería su impactante LP de debut. El título del disco no significa que la actuación ocurriera en Londres, pues London Fog era simplemente el nombre de un local del Sunset Strip de Los Ángeles, en el cual se hizo una grabación amateur de un concierto de The Doors en mayo de 1966.

 

La formación de la banda ya era tal cual la conocimos posteriormente y, como era previsible conociendo su breve historia, en los comienzos tenían una especial predilección por el blues, con las singularidades del órgano de Manzarek, la guitarra de influencia clásica de Krieger y la forma de cantar de Morrison, si bien éste todavía no se llega a desmelenar como empezaría a hacer no mucho después. Las interpretaciones de versiones de blues, que abarcan casi todo el disco, muestran ya a un grupo con ganas de demostrar su poderío en el escenario y su manera original de interpretar el cancionero conocido por los aficionados al género.

 

Lo más curioso, y lo único por lo que valdría la pena poseer este álbum, es sin duda escuchar las dos composiciones originales que formarían luego parte de su discografía. Por un lado, ‘You Make Me Real’ suena mucho más fuerte y amenazante que la versión final que escuchábamos en Morrison Hotel. Por otro lado, para ‘Strange Days’ todavía no dominaban la creación de atmósferas envolventes y por ende la instrumentación suena demasiado ligera para la inquietud opresiva que transmitía en la versión de estudio. Aun así, ya denota que era una gran composición en potencia que misteriosamente quedó fuera del disco de debut.

 

Media hora de concierto se antoja bastante escasa, incluso se añaden breves momentos de afinamiento de los músicos, pero con estas grabaciones tan antiguas podemos quedarnos satisfechos si la calidad de sonido es mínimamente aceptable, como ocurre aquí. Prehistoria de The Doors que tampoco aporta mucho a lo ya conocido de la banda, salvo la interpretación salvaje de ‘You Make Me Real’ y toda la parafernalia incluida dentro del disco, donde se ven fotos de un joven Morrison con pinta de inofensivo.

VÍDEOS

NO ONE HERE GETS OUT ALIVE

Año de publicación: 1981

Documental que repasa en una hora la carrera de The Doors mediante entrevistas a dos escritores que publicaron una biografía de mismo título que el documental, los miembros supervivientes de la banda y al productor de sus discos Paul Rothchild. A Jim Morrison podemos escucharle también pero en entrevistas de los sesenta, que no aportan nada porque tenía un carácter provocador (tal como reflejan sus compañeros) y no se le puede tomar en serio, además de estar bajo los efectos de alguna sustancia, o es lo que parece. Se desmonta el mito de que Morrison enseñó sus genitales en un concierto en Miami, por el que casi acaba en la cárcel y que les demonizó en Estados Unidos hasta el punto de que les prohibieron tocar en algunas ciudades. También resulta curioso escuchar la confesión de Rothchild, quien abandonó las grabaciones del álbum L.A. Woman porque veía que no se estaban esforzando. La única lástima es que aparecen pocas actuaciones en directo y una de ellas es una desastrosa improvisación de ‘Celebration Of The Lizard’. Las del show de Ed Sullivan son las mejores, ‘Light My Fire’ y ‘People Are Strange’, aunque de la última solo escuchamos un fragmento inicial. Al ser tan breve para poder repasar una trayectoria como la de The Doors, este documental está bien como introducción para quien no conozca apenas nada de la banda aparte de la música.

THE DOORS

Año de publicación: 1991

Oliver Stone no es tan solo un director polémico por los temas que trata, sino también en algunas ocasiones por buscar lo más morboso o polémico del asunto en cuestión, sin plantearse si el conjunto queda deshilvanado por ello o no. En este biopic no podemos decir que esté situado en uno de esos polos, pero se acerca mucho más a lo segundo. Val Kilmer interpreta el papel de Jim Morrison y lo borda, haciéndolo creíble. Otra cosa es valorar si ese Jim que vemos en la pantalla representa a la persona humana que vivió bajo ese nombre, es decir, porque vemos casi exclusivamente el lado oscuro del personaje. Drogas, sexo, chamanismo y conductas fuera de lugar nutren la mayoría del metraje, por lo que el aspecto creativo de The Doors o su manera de grabar apenas tienen cabida. Tampoco hay apenas referencias personales de Morrison para poder entender su conducta errática y autodestructiva, por lo que queda todo desdibujado y enfocado a exponer una serie de viñetas sueltas sobre la vida y milagros de Jim. Si no eres fan devot@ de cualquier producto que tenga que ver con esta banda, es mejor dirigirse al documental When You're Strange (2009) de Tom DiCillo para introducirse mejor en la historia del grupo. Como curiosidad, en este film de Oliver Stone aparece un breve cameo del batería John Densmore (pues la película se basa en la biografía escrita por este) casi al final y sin pronunciar palabra, así como del productor Paul Rothchild.

SOUNDSTAGE PERFORMANCES

Año de publicación: 2002

Este DVD recoge actuaciones en directo de tres etapas diferentes de la banda. En primer lugar, una interpretación de ‘The End’ de 1967 en Toronto; luego, parte de una actuación en la televisión danesa, que no aparece completa tal como puede descubrirse en el DVD Live In Europe 1968; por último, y el motivo por el cual vale la pena verlo (aunque se haya recuperado con defectos de mala conservación), es una actuación televisiva en Nueva York de 1969, poco después de la grave acusación sobre Morrison de mostrar sus genitales durante un concierto en Miami, ya que podemos escuchar canciones de The Soft Parade, incluida la que le da título, una verdadera rareza. Que el hecho de acabar casi en la cárcel le afectó psicológicamente, da fe la entrevista que vemos a continuación, en la que un barbudo y algo gordo Morrison se muestra apocado y desmotivado. Se añaden extractos de entrevistas actuales a los tres miembros restantes, donde por ejemplo niegan que Jim enseñara nada en Miami. Y la parte final del vídeo resulta interesante porque cuentan anécdotas sobre la creación y grabación de algunas de las canciones.

LIVE IN EUROPE 1968

Año de publicación: 2004

En 1968 The Doors realizaron una gira europea por varias ciudades, de donde se recogen algunas grabaciones en este vídeo, principalmente de estudios televisivos, de apenas una hora de duración. Se recogen también algunos comentarios de Grace Slick y Paul Kantner, miembros de los Jefferson Airplane, grupo que acompañó a The Doors en la gira. Tampoco es que hablen mucho y simplemente resaltan como testigos lo que ya conocemos: que Jim Morrison no decía que no a cualquier sustancia que se le ofreciera y que luego eso afectaba a su estado en el escenario, donde a veces el bueno de Manzarek debía cantar (además de tocar el órgano y suplir el bajo) para tapar las deficiencias, o incluso ausencias, del cantante. Y lo dicen los de Jefferson Airplane, que es como si Donald Trump tildara a alguien de arrogante o machista. La mayoría de canciones que aparecen son en directo, aunque la calidad no es precisamente perfecta y buena parte de ellas ya estaban incluidas en Soundstage Performances. Pero vale la pena poder escuchar ‘When The Music's Over’, ver la interpretación teatral de ‘Unknown Soldier’ o la infalibilidad de Krieger interpretando la melodía clásica de ‘Spanish Caravan’. Y por supuesto, ‘Light My Fire’.

WHEN YOU'RE STRANGE

Año de publicación: 2009

Quizá el mejor documental que se haya hecho sobre The Doors y la mejor introducción posible a la banda y su trayectoria, aunque su escasa duración tampoco da para mucho. El peculiar director estadounidense de cine independiente Tom DiCillo realiza esta película a partir de imágenes de la época (no hay nada posterior), con la voz de narrador de Johnny Depp como hilo conductor. Jim Morrison aparece como el antihéroe, sin esquivar su adicción a todo tipo de sustancias ni su carácter errático. Sin embargo, no se mencionan sus desvaríos racistas y machistas, si atendemos a lo explicado por Stephen Davis en su biografía sobre Morrison. De hecho, en la película se nos comenta que Janis Joplin le rompió una botella en la cabeza sin mayores explicaciones, lo cual también se comenta en el libro, pero señalando que fue tras aflorar el Jim machista y sobrepasarse en esa actitud respecto a ella. En cualquier caso, no es una hagiografía lo que aquí encontraremos, tal como indicaron algunos críticos cinematográficos de manera superficial, puesto que queda clara la actitud arrogante y chulesca que tuvo Morrison hasta que le condenaron por el ya citado anteriormente suceso de Miami, así como su personalidad realmente débil que le impidió dejar de tomar sustancias hasta su muerte, aun cuando solo fuera alcohol y tras haber sido apercibido por un médico debido a problemas de salud detectados. En definitiva, un gran documental y una mejor banda sonora, con muchas curiosidades que nos hacen entender un poco más a The Doors.

bottom of page