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CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL

CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL

Año de publicación: 1968

Puntuación:

1) I Put A Spell On You; 2) The Working Man; 3) Susie Q;

4) Ninety-Nine And A Half (Won't Do); 5) Get Down Woman; 6) Porterville; 7) Gloomy; 8) Walk On The Water.

El primer disco de la CCR es uno de los grandes debuts que hubo en la década dorada de la música rock. Aunque el grupo había publicado anteriormente algunos singles bajo otra denominación, no fue hasta que cambiaron algo el registro musical que pudieron empezar a disfrutar de un merecido éxito. Ese estilo que demuestran de crear música moderna partiendo de la interpretación de estilos tradicionales pero con el uso de elementos contemporáneos como efectos psicodélicos o interpretaciones agresivas cual si se tratara de los Rolling Stones americanos, es una de las características principales del material que encontramos aquí. Afortunadamente, el haberse forjado musicalmente durante algunos años como paso previo a la grabación del primer LP les sirvió para adquirir un dominio instrumental y vocal que demuestran desde el mismo inicio.

 

Para empezar, la versión de ‘I Put A Spell On You’, de Screamin' Jay Hawkins, es la más brutal que haya escuchado nunca. Su incisiva y agresiva batería, su perfecta y variada guitarra (maravillosos apergios que anteceden el retorno de la parte vocal final), y los rugidos descarnados de John Fogerty, le aportan una épica y una fuerza que no tenía el original y ni tan siquiera las versiones posteriores que muchos artistas hicieron de este tema. Y la versión de ‘Susie Q’ no se queda atrás, en una especie de versión lisérgico-country con un ritmo bastante más lento que el de los Rolling Stones y algunos efectos reverberantes que van apareciendo, incluida una parte vocal que por momentos parece cantada con un megáfono y unos coros un tanto psicodélicos. Tiene una amplia parte instrumental que es todo un lucimiento de John Fogerty con su incisiva y estruendosa guitarra. Habrá todavía una tercera versión más, ‘Ninety-Nine And A Half (Won't Do)’, que empieza de forma intrigante con una percusión de cencerro, para dar paso a un buen R&B cantado al más puro estilo de los grandes artistas como Wilson Pickett, uno de los coautores de este tema. La sección instrumental vuelve a ser un elemento diferenciador del estilo que aporta el grupo en canciones que no son propias.

 

Hablando ya de las composiciones originales, todas ellas firmadas por John Fogerty, hay que decir que ‘The Working Man’ empieza de manera un tanto convencional, como una especie de country-blues, pero por suerte es un tema que se va creciendo conforme avanza y aparte es otra genial demostración de Fogerty como genial guitarrista. Obviamente, para un grupo de música de raíces americanas no podía faltar su canción de blues más puro, como es el caso de ‘Get Down Woman’, donde para darle otra vez su toque personal, la guitarra está tocada en clave psicodélica. Por otro lado, ‘Porterville’ nos devuelve a un sonido más pop-rock y accesible, con la pega de que tiene un estribillo demasiado repetitivo, pero, cómo no, vuelve a tener un gran sonido de guitarra. Y ‘Gloomy’ es una extraña mezcla donde acaba destacando esa guitarra psicodélica que contrasta con los estilos más tradicionales de los que bebe el grupo.

 

Para el final nos dejan una pieza rock más experimental, ‘Walk On The Water’, de la cual es coautor el otro hermano Fogerty –Tom, guitarra rítmica– y que empieza como un expresivo canto demoledor con una épica melodía, que más adelante cambiará bastante en una parte instrumental repleta de efectos de guitarra y que quizá pueda parecer algo derivativa en su afán experimentador.

 

En definitiva, un gran álbum de debut donde no obstante lo que más impresiona son sus versiones, interpretadas de forma genuina y original, demostrando las amplias cualidades del grupo.

BAYOU COUNTRY

Año de publicación: 1969

Puntuación:

1) Born On The Bayou; 2) Bootleg; 3) Graveyard Train; 4) Good Golly Miss Molly;

5) Penthouse Pauper; 6) Proud Mary; 7) Keep On Chooglin'.

En el segundo disco se sigue el camino iniciado en el primero, en este caso ya sin el factor sorpresa de la novedad y contando con una única composición no original, lo cual sabiendo que anteriormente las recreaciones propias de temas compuestos por otros era uno de sus puntos fuertes, consiguientemente podemos prever que si el nivel compositivo demostrado se mantiene, no podremos encontrar muchos aspectos de mejora respecto al álbum de debut.

 

En cualquier caso, nos siguen sorprendiendo con el uso de recursos propios de otros estilos ajenos tradicionalmente a la música sureña. Con un feedback a lo ‘I Feel Fine’ de los Beatles comienza ‘Born On The Bayou’, que con su riff inicial no parece anunciar nada novedoso pero que se va creciendo conforme avanza, con una gran guitarra rítmica y una potente interpretación vocal de John Fogerty. En cambio, el inicio de ‘Bootleg’ es  mediante guitarra acústica, para un tema que recuerda más al rockabilly pero interpretado de forma más rockera. El mejor momento llega pasado el 1:30, con el lucimiento de la guitarra.

 

A continuación, llegan un par de temas que son lo más flojo del disco. En primer lugar, una larguísima canción sobre un tren (‘Graveyard Train’) que en su estilo recuerda inicialmente a ‘The Last Of The Steam Powered Trains’ de The Kinks, pero con un ritmo más pausado y sin apenas nada de su gancho. Aquí no para de repetirse hasta la extenuación el mismo ritmo y el mismo riff, sin variaciones notables salvo detalles olvidables como la vulgar armónica que suena a mitad del tema. Es un blues-rock de ocho minutos que debiera haber durado dos. A continuación, ‘Good Golly Miss Molly’ no es que suene mal, pero nada añade a la original de Little Richard.

 

‘Penthouse Paper’ si que es un blues-rock con algo de interés, principalmente por los solos maníacos de guitarra que van apareciendo a lo largo del tema y que lo elevan por encima de la media. Algo similar podríamos decir de la canción final ‘Keep On Chooglin'’, que esta vez sí justifica su duración, donde Fogerty (John, claro) puede lanzar sus incisivas líneas de guitarra de diferentes maneras, otro gran ejemplo de su habilidad instrumental. Lo que lastra el resultado final vuelve a ser la mediocre armónica que se escucha a mitad del tema, además de que le puede faltar algo más de gancho a la parte principal.

 

Y no hay que acabar este análisis sin escribir sobre uno de los mejores temas de la historia del grupo y también de la historia del rock, ‘Proud Mary’. Tiene un magnífico trabajo de guitarra por parte de los dos hermanos Fogerty, que se complementan aquí a la perfección, de forma insuperable. Inolvidables sus melodías y los finales de estrofas cantando “Rollin', rollin', rollin' on the river”.

 

En conjunto, seguimos teniendo un buen disco pero algo más flojo que el anterior, por lo que el futuro de la banda se perfilará en torno al talento compositivo de John Fogerty, que aquí se ha confirmado como el único que escribe canciones del grupo y que por suerte no defraudará a los que hayan puesto su confianza en alguien que es capaz de componer algo como ‘Proud Mary’.

GREEN RIVER

Año de publicación: 1969

Puntuación:

1) Green River; 2) Commotion; 3) Tombstone Shadow; 4) Wrote A Song For Everyone; 5) Bad Moon Rising; 6) Lodi; 7) Cross-Tie Walker; 8) Sinister Purpose;

9) The Night Time Is The Right Time.

Lo que más impresiona ver en la evolución de este grupo es la aparente sencillez que desprende su música y la facilidad con la que logran grandes melodías nada convencionales y muy inspiradas, sin sonar repetitivos ni aparentar que estén imitando a otros grupos. En este disco recuperan también algo más de la fiereza que habían demostrado en su debut y que posteriormente parece que se había diluido un tanto, pero que aquí se comienza a expresar de una manera más personal.

 

Las canciones estrella del disco son sin duda ‘Green River’ y ‘Bad Moon Rising’, la segunda una balada de country-rock con una pegadiza y gentil melodía que transmite esa calma y serenidad de la vida rural a la perfección, algo que repetirán más adelante con similar efecto en ‘Lodi’, en este caso con un sentido diferente por su emotiva historia del cantante trotamundos que sueña con tener éxito, pero para poder volver a su pueblo natal, y con esos toques de calidad como los acordes transicionales que suenan más o menos a los 1:52. En la parte contraria, ‘Green River’ es una de sus más fieras composiciones, con un magnífico y reconocible riff de guitarra, una parte vocal con efecto de eco marca de la casa y un gran solo que transforman los dos minutos y medio de la canción en toda una experiencia. Justo a continuación llega ‘Commotion’, que no pierde nada de la fuerza de la anterior e incluso acelera su ritmo en lo que podría parecer la genial fusión entre un Charleston bailable mezclado con rock.

 

Aun habiendo tantas magníficas canciones, la única objeción que se le puede poner al disco es debido a unos pocos temas, demasiado convencionales para un grupo del que a estas alturas esperamos más, tal como le ocurre por ejemplo a ‘Tombstone Shadow’, donde lo mejor es el siempre efectivo solo de John Fogerty, aunque en este caso está menos inspirado que en otros momentos. ‘Wrote A Song For Everyone’ es la otra cara de la moneda, pues se trata igualmente de otro tema convencional aunque más tranquilo.

 

Pero que nada de lo anterior empañe la valoración global de este gran disco, puesto que ya en ‘Cross-Tie Walker’ encontramos nuevamente un tema más a la altura del nivel de la banda y tiene esos detalles propios de un gran grupo, pues empieza como una especie de variación de ‘Bad Moon Rising’ hasta que a los cuarenta segundos nos introducen una gran línea de bajo y luego otro buen solo de guitarra que hace que nos olvidemos de la anterior canción. Y luego llega otro de los grandísimos temas de este disco, ‘Sinister Purpose’, que con su amenazante ritmo y la atmósfera oscura que desprende, consigue transmitirnos el siniestro propósito de los pérfidos pensamientos que acechan en los recovecos de la mente.

 

Para el final nos dejan lo peor del disco con diferencia, que por otro lado es la única composición no original, ‘The Night Time Is The Right Time’, la cual demuestra cuan lejos quedan ya esos días donde sabían realizar versiones que sonaban creativas, inventivas y muy diferentes a las fuentes originales. Aquí es una continua repetición de unos irritantes coros que parece que no vayan a acabar nunca.

 

Con esta obra maestra la Creedence se confirma como uno de los grandes grupos surgidos a finales de los 60 en Estados Unidos, pues consiguen popularizar la música americana desde una perspectiva diferente a The Band, en este caso con un entronque más cercano con el rock y en un estilo más directo y accesible que paradójicamente no lo asociaríamos en primera instancia con la música tradicional de ese país, probablemente por la fiereza que demuestra Fogerty por momentos.

WILLY AND THE POORBOYS

Año de publicación: 1969

Puntuación:

1) Down On The Corner; 2) It Came Out Of The Sky; 3) Cotton Fields;

4) Poorboy Shuffle; 5) Feelin' Blue; 6) Fortunate Son; 7) Don't Look Now;

8) The Midnight Special; 9) Side O' The Road; 10) Effigy.

Paso atrás del grupo en la parte compositiva, a quienes parece que pudieron las prisas antes que la reflexión, de ahí que incluso tengamos dos olvidables instrumentales, algo que no se había escuchado hasta la fecha y que probablemente sean la prueba de que habían exprimido ya demasiado el cerebro compositivo de John Fogerty, pues hay que recordar que nos encontramos ante ¡el tercer disco publicado en 1969 por el grupo!. Ciertamente, si hubieran juntado lo mejor de estos tres discos del mismo año, hubieran encontrado el rival perfecto del Cosmo’s Factory para considerarlo como su mejor álbum.

 

El mayor problema de este disco es la más que probable falta de inspiración que hace que muchos temas suenen más convencionales de lo habitual, lo cual tampoco es malo, pero que tampoco es lo que ha hecho pasar a este grupo a la historia. Por tanto, disponemos de bastantes ejemplos de ello, como ‘It Came Out Of The Sky’, que es como ‘Proud Mary’ pero sin inspiración. De forma análoga, ‘Don't Look Now’ parece que sea una versión menor de ‘Bad Moon Rising’ cantada al estilo de Elvis. En cambio, ‘Poorboy Shuffle’ es un instrumental sorprendentemente guiado por una armónica y con una percusión muy rural, como si se hubieran puesto a tocarla en medio de un bosque y alrededor de una hoguera, o incluso en ese momento que se puede ver en la portada del disco, en la puerta de un comercio. Y ‘Side O' The Road’ es el otro instrumental del álbum, en este caso en un estilo blues-rock que no aporta nada salvo poder escuchar al grupo improvisando.

 

Pero no todo es tan mediocre, pues hay también canciones competentes como ‘Down On The Corner’, que no obstante suena a la típica canción que podríamos asociar a la banda, pues por un lado recuerda a tonada tradicional pero en cambio yo no podría imaginarme a nadie que no fuera cuatro chavales jóvenes interpretándolo. Lo mejor de este tema es sin duda su pegadizo ritmo, aunque no llega a ser tan brillante como otros temas porque su propósito parece que es más entretener que epatar. Es más, cuando los Creedence pretenden parecer más tradicionales y seguir entreteniendo es cuando meten la pata hasta el fondo, algo que ocurre precisamente en el tema tradicional ‘The Midnight Special’ y que transmite sobre todo tedio. En este caso sí que podría imaginarme a cuatro viejos tocándola exactamente igual, sin molestarse por estar repitiendo lo mismo una y otra vez. Y para repeticiones tenemos otro momento de bajísima inspiración, ‘Feelin' Blue’, que podría haber reducido su duración de cinco largos minutos a la quinta parte aproximadamente, además de que, al menos a mí, me resultan bastante molestas las líneas en que cantan “feelin' blue, blue, blue, blue”.

 

Por otro lado, la versión de ‘Cotton Fields’ de Leadbelly es todo un acierto al estar muy bien conseguidas las armonías vocales. No he escuchado la original, pero supongo que la de CCR debe ser más melódica, además de que no se pierde nada de la autenticidad que rezuma la letra.

 

Y tras todo este escaso entusiasmo demostrado hasta ahora por mi parte, pasemos a señalar los dos temas que evitan que este disco caiga en las catacumbas de la mediocridad o algo peor. Uno es el famoso ‘Fortunate Son’, que tiene un arranque un tanto amateur con esas notas sueltas de guitarra, pero que pronto es rescatado por una agresiva parte vocal de John Fogerty, que es lo que le aporta ese gran nivel a la canción y su carácter mítico. El otro tema para recordar es la final ‘Effigy’, que empieza con una gran melodía de guitarra que dará paso a la épica parte principal, perfectamente llevada por una gran guitarra rítmica de Tom Fogerty a la que se irán añadiendo las líneas eventuales de su hermano John, quien en el solo final lo da todo para crear una impactante cascada de sonido ante la que no cabe sino caer rendido.

 

Gran final para un disco de evidentes altibajos que probablemente no hubo de ser editado tan pronto para haber obtenido mejores resultados. Tampoco puede decirse que aprendieran la lección, puesto que en 1970 publicarán dos nuevos discos, aunque el primero de ellos será toda una sorpresa, una agradable sorpresa por otra parte.

COSMO'S FACTORY

Año de publicación: 1970

Puntuación:

1) Ramble Tamble; 2) Before You Accuse Me; 3) Travelin' Band; 4) Ooby Dooby;

5) Lookin' Out My Back Door; 6) Run Through The Jungle; 7) Up Around The Bend;

8) My Baby Left Me; 9) Who'll Stop The Rain; 10) I Heard It Through The Grapevine; 11) Long As I Can See The Light.

El disco de la confirmación y la madurez de los CCR, en el que se pueden encontrar todas las variadas virtudes y ninguno de los defectos del grupo, donde también vuelve el buen gusto en la interpretación de temas no originales y los temas propios (cortesía en exclusividad de John Fogerty) siguen a un primer nivel. Aquí siguen asombrando por su habilidad melódica e instrumental, más si cabe cuando se trata de interpretar estilos en los que a priori no se espera encontrar nada novedoso.

 

De las cuatro versiones que aparecen, la mejor es sin duda la que realizan de la canción que popularizó Marvin Gaye, ‘I Heard It Through The Grapevine’, amplificando las amplias bondades que ya poseía el tema en su origen, no solo debido a sus once minutos de duración, sino por ejemplo por su énfasis en el ritmo que lo distingue o por el inquietante riff principal. Dada su extensión, también podemos disfrutar de varios solos de guitarra de John Fogerty en su elaborado desarrollo instrumental. Otra de las composiciones ajenas es ‘Before You Accuse Me’, de la cual yo ya conocía la versión acústica que realizó Eric Clapton en su disco Unplugged y que aquí suena electrificada a mayor gloria de John, que es quien la convierte en interesante. ‘My Baby Left Me’ es toda una explosión de R&B con un ágil ritmo y un sonido diferente en la guitarra, quizá para aproximarse al tema original, aunque yo no lo he podido escuchar. Y ‘Ooby Dooby’ es la más floja de todas las versiones, no por ser mala sino por sonar demasiado convencional, un dinámico rock’n’roll que recuerda a las grandes glorias de los años 50. Aunque el mejor homenaje que realizan a este tipo de música es una composición propia de John llamada ‘Travelin' Band’, tema bastante conocido del grupo y que rezuma ese sabor rockabilly auténtico, ayudado por la aparición del saxofón y luego mejorado por un frenético solo de guitarra.

 

Por otro lado, ‘Ramble Tamble’ sorprende porque consta de dos partes bien diferenciadas, la primera con un ritmo rapidísimo, casi maníaco, que recuerda a la gran ‘Commotion’ del Green River, y que pasado el minuto y medio acaba en una gran guitarra que poco a poco va aminorando su velocidad hasta que llega la épica melodía de su segunda parte instrumental, que es en la práctica un magistral crescendo donde la intensidad y el ritmo van subiendo gradualmente y de forma casi imperceptible hasta que nos vemos desbordados por el torbellino sonoro creado. Después se retomará la parte inicial, donde volverá a escucharse la voz de eco de John, algo muy característico de la música del grupo.

 

El lado más tierno y gentil de la música del grupo aparece con magníficos ejemplos como ‘Lookin' Out My Back Door’, que tiene otra maravillosa melodía iniciada con la guitarra y continuada en un agradable estilo entre el country y el pop. ‘Who'll Stop The Rain’ no se queda atrás y vuelve a mostrarnos más memorables melodías, además de tener momentos geniales como el breve interludio instrumental pasados los 1:15 o ese sonido que asemeja la caída de la lluvia poco después. Estos dos temas son de los conocidos del grupo, igual que ‘Up Around The Bend’, formado a partir de otro jovial riff de John Fogerty que actúa como perfecta introducción a este gran derroche de vitalidad. Imprescindible escuchar el breve solo a los 1:40.

 

En ‘Run Through The Jungle’ exploran ese lado más agresivo e inquietante de su música, uno de esos temas que daría miedo escuchar de noche en un bosque, gracias al perfecto trabajo de la sección rítmica que transmite una sensación de incertidumbre perturbadora. Y para el final nos queda ‘Long As I Can See The Light’, que tiene un inicio reminiscente de ‘Autumn Stone’ de los Small Faces y que crea una atmósfera calmada ideal para finalizar este impresionante álbum. Quizá le sobre el solo de saxofón, pues siempre esperamos que John nos deleite con su guitarra en cuanto aparece la mínima ocasión.

 

En resumen, nada se puede objetar de este álbum imprescindible en la historia del rock. Un disco que sin duda se puede colocar entre los cinco mejores publicados en 1970 y que representa el cénit de una inolvidable banda que, por desgracia, a partir de ahora ya no volverá a repetir glorias pasadas nunca más.

PENDULUM

Año de publicación: 1970

Puntuación:

1) Pagan Baby; 2) Sailor's Lament; 3) Chameleon; 4) Have You Ever Seen The Rain;

5) (Wish I Could) Hide Away; 6) Born To Move; 7) Hey Tonight; 8) It's Just A Thought; 9) Molina; 10) Rude Awakening Number Two.

Una vez que el grupo había alcanzado la madurez y había conseguido elaborar un impresionante disco sin defectos, ¿qué se puede hacer a continuación? Pues uno de los pasos habituales es empezar a probar con diferentes estilos que no hayas empleado nunca. No es que la CCR no fuera susceptible de inspirarse en fuentes diversas, pero éstas estuvieron siempre referidas a estilos tradicionales estadounidenses. No obstante, aquí probarán a expandir más su sonido pero con resultados decepcionantes, probablemente debido a que, cuando se prueban estilos nuevos, lo mejor es dedicarle el tiempo suficiente hasta que los vas dominando, y no la rapidez con que el grupo volvía a editar otro disco meses después de su mejor obra.

 

‘Pagan Baby’ inicia el disco de manera frenética, con un ritmo potente y algo estruendoso acompañando la chillona voz de John Fogerty. La parte instrumental que une las estrofas es muy buena, pero no así los solos de guitarra de John, que en un par de momentos comienza a repetir las mismas notas una y otra vez, con lo que elimina de un plumazo todo el encanto que debería tener un solo. Aunque para caída buena está la siguiente ‘Sailor's Lament’, una lamentable canción que es como una mezcla de música caribeña y gospel, un auténtico desastre.

 

Y desafortunadamente los desastres no acaban aquí, pues en algunos temas empiezan a desarrollar una especie de pub-rock que podría haber inspirado a los peores Status Quo que se pueden recordar, como es el caso de ‘Hey Tonight’ o ‘Molina’, esta última bastante conocida, pero que en ambos casos resulta hasta molesto escuchar las voces dobladas en una entonación tan poco afinada. Y para rematar el desastre, al final del álbum nos dejan un instrumental (‘Rude Awakening Number Two’) que empieza muy bien con una agradable e incluso emotiva melodía de guitarra que durará un par de minutos hasta que acabe desapareciendo para dejar paso a una serie de sonidos y efectos psicodélicos que no se sabe muy bien qué pintan ahí ni qué le pasó por la cabeza al grupo para incluir algo así cuando el movimiento psicodélico ya había pasado a la historia dos años antes. Cuesta escucharlo hasta el final, pero si lo consigues te aseguro que no volverás a repetir la experiencia.

 

Pero no todo será tan desastroso, por suerte, y a cambio recibimos joyas como la acústica ‘Have You Ever Seen The Rain’, popularizada en los ochenta por Bonnie Tyler, y que es uno de esos temas que transmiten una relajante sensación de calma y tranquilidad, gracias a sus cuidadas melodías y su efectivo estribillo. ‘It's Just A Thought’ no se queda muy atrás en cuanto a esa transmisión de calma, en este caso atemperada por un órgano, instrumento nada habitual en el grupo hasta la fecha que aun en un segundo plano mejora muchísimo el resultado final. No será la única ocasión en que suene ese instrumento, ya que el comienzo de ‘(Wish I Could) Hide Away’ nos hace pensar en The Nice conforme empieza a sonar el órgano de manera un tanto progresiva, lo cual precisamente dotará de una épica especial a este poderoso tema con una memorable parte vocal, que recupera el lado más heroico del grupo.

 

Por otro lado, hay otros temas más convencionales pero que también suenan bien, como ‘Chameleon’ (aquí al menos con un buen uso del saxofón) y ‘Born To Move’, que parece un intento de emular el sonido Motown y además aprovechan para incluir un demasiado extenso solo de órgano.

 

Tras este fallido intento de grabar un álbum diferente, esta vez sí que se tomarán un merecido descanso hasta la grabación del siguiente, lo cual paradójicamente producirá como resultado el peor disco de su carrera con mucha diferencia. ¿Y cómo puede ser eso? Sigue leyendo y sabrás la respuesta.

MARDI GRAS

Año de publicación: 1972

Puntuación:

1) Lookin' For A Reason; 2) Take It Like A Friend; 3) Need Someone To Hold;

4) Tearin' Up The Country; 5) Someday Never Comes; 6) What Are You Gonna Do?;

7) Sail Away; 8) Hello Mary Lou; 9) Door To Door; 10) Sweet Hitch-Hiker.

Una lástima que después de una trayectoria musical tan magnífica el grupo dejara como último disco de estudio este engendro. Tom Fogerty, el hermano de John, se había ido antes de grabarlo, pero lo más reseñable y que quizá explique el bajísimo nivel del álbum es que todos los miembros (los tres que quedan a estas alturas, pues nadie sustituyó a Tom) se lanzaron a la tarea de componer. Las malas lenguas dicen que todo fue idea de John Fogerty, que intuyendo la escasa capacidad de sus compañeros para la composición quería buscar la excusa perfecta para abandonar el grupo, pero lo que parece claro es que los otros dos componentes no hubieran compuesto nada si realmente no tuvieran interés especial en ello.

 

Los temas de Fogerty son lo único salvable, aunque la inicial ‘Lookin' For A Reason’ no crea grandes expectativas, pues se trata de un simple country incluso cantado con un marcado acento sureño que impide asociar algo tan vulgar con el grupo. En cambio, ‘Someday Never Comes’ es lo mejor del disco y el último reflejo de genio de John con el grupo. Tiene una buena parte vocal y una gran transición entre estrofa principal y estribillo, donde la guitarra pasa de los delicados apergios iniciales a unos acordes más incisivos. La tercera y última composición suya es ‘Sweet Hitch-Hiker’, donde al menos podemos escuchar algo de fuerza rockera, aunque no se acerca para nada a la brillantez de tiempos pasados. Curiosamente el batería Clifford es uno de los destacados en este tema, porque la guitarra de Fogerty solo brilla brevemente justo a mitad de la canción. Puesto que cada miembro del grupo cantará sus propias composiciones, a John ya no volveremos a escucharlo salvo en la vulgar versión de ‘Hello Mary Lou’ de Gene Pitney, que parece interpretada y ejecutada sin ganas, incluso el solo de guitarra no transmite apenas nada.

 

Con el citado Clifford, el batería, no vamos a sufrir ninguna decepción porque colmará nuestras expectativas, es decir, ya esperamos de él que no sepa componer. Así que la vulgaridad suprema de ‘Tearin' Up The Country’, que es lo que nos podemos imaginar tocando a tres abuelos vestidos de cowboys, no nos sorprende. Y el intento de sonar guay de ‘What Are You Gonna Do?’ tampoco mejora mucho más, ni siquiera por tener algún ramalazo de guitarra de Fogerty. Clifford canta y es también coautor junto al bajista Stu Cook de ‘Need Someone To Hold’, que tampoco es que sea mala pero es una canción pop de una sosería que no puede levantar el ánimo a nadie.

 

Y ya nos queda solo lo de este último, el bajista, que tampoco es que mejore mucho a su compañero, de hecho su voz como cantante es muy mala y un tema como ‘Take It Like A Friend’ hubiera quedado mucho mejor como instrumental, así hasta podría haber pasado desapercibida entre el pésimo resultado final del disco. Sin embargo, sus otras dos canciones ni siquiera podrían salvarse de esa manera, pues ‘Sail Away’ es una imitación barata del ritmo de ‘Proud Mary’ (además de una horrorosa parte vocal más propia de un borracho desafinado) y ‘Door To Door’ es el intento, igual que hizo su compañero, de sonar guay, pero es un tema que ni los Status Quo se hubieran atrevido a grabar… bueno, los Status Quo quizá sí…

 

Cualquier persona que escuche este álbum puede intuir perfectamente que ya no habría más grabaciones del grupo, aunque sorprendentemente todavía se editaría un disco en directo correspondiente a la gira que realizaron previa a la publicación de este tamaño despropósito llamado Mardi Gras y que probablemente se tomaran como una despedida digna de su público. En cualquier caso, me puedo imaginar a los franceses en su momento rebautizando este álbum como Merde Gras, con buen motivo.

LIVE IN EUROPE

Año de publicación: 1973

Puntuación:

1) Born On The Bayou; 2) Green River/Suzie Q; 3) It Came Out Of The Sky;

4) Door To Door; 5) Travelin' Band; 6) Fortunate Son; 7) Commotion; 8) Lodi;

9) Bad Moon Rising; 10) Proud Mary; 11) Up Around The Bend; 12) Hey Tonight;

13) Sweet Hitch-Hiker; 14) Keep On Chooglin'.

Así que, ¿Qué es lo que tenemos aquí? Pues un disco en directo del grupo en formato trío, ya que realizaron una gira en 1971 tras la marcha de Tom Fogerty (guitarra rítmica) y previamente a la publicación del fatídico Mardi Gras. Aún así, encontramos dos temas de ese disco, el lamentable ‘Door To Door’ (que seguramente no sirvió para que Stu Cook mirara a la audiencia y comprobara sus gestos de desaprobación, y evitar de esta forma que hubiera aparecido en el disco de estudio) y ‘Sweet Hitch-Hiker’, que suena todavía peor que en el Mardi Gras, principalmente por la mala calidad de sonido que tiene este álbum y porque John Fogerty no parece muy afinado en el canto. Y es que esa mala calidad de sonido para un grupo en el que se puede degustar cada uno de sus instrumentos es todo un lastre que baja enteros a un disco donde interpretan una buena cantidad de sus temas más conocidos. Así que podemos dar gracias a que la guitarra rítmica que falta no se eche de menos en exceso.

 

En directo no se puede decir que cambien mucho en la interpretación de los temas respecto de su versión de estudio. Así que pocas novedades se pueden encontrar, por lo que al final lo que nos queda es un aceptable recopilatorio de la carrera del grupo, pero interpretado en directo y con un sonido algo tosco que quizá hasta se complemente bien con el carácter rústico de la banda. No, estaba bromeando.

 

En cualquier caso, hay curiosidades como la unión de ‘Green River/Suzie Q’, una buena idea primero por la sorpresa y luego porque parece que la segunda se adecua a la perfección en el ritmo de la primera. Y ‘Keep On Chooglin'’ tiene una sorprendente duración de más de diez minutos, lo que da lugar a una improvisación poco destacable y la entrada de un fragmento de ‘Pagan Baby’ del disco Pendulum, pero ejecutado sin demasiada convicción. Por otro lado, la parte principal de ‘Keep On Chooglin'’ está interpretada con algo más de fiereza que en la versión de estudio, algo que también se observa en la inicial ‘Born On The Bayou’.

 

También hay unos pocos temas que decepcionan, como es el caso de ‘Fortunate Son’, que suena demasiado atascada y se pierde algo de la fiereza vocal de John. Y bueno, ‘Hey Tonight’ en directo suena el doble de simplona y con unas voces el doble de irritantes que en el disco original.

 

Por otro lado, es curioso como en los temas se suele escuchar al público al inicio y al final de los temas únicamente, como que desaparece el sonido ambiente durante la ejecución de las canciones. Quien sabe si esto quiere decir que hicieron el viejo truco de hacer las grabaciones en directo en lugares diferentes para luego añadirles el sonido del público.

THE CONCERT

Año de publicación: 1980

Puntuación:

1) Born On The Bayou; 2) Green River; 3) Tombstone Shadow;

4) Don't Look Now (It Ain't You Or Me); 5) Travelin' Band; 6) Who'll Stop The Rain;

7) Bad Moon Rising; 8) Proud Mary; 9) Fortunate Son; 10) Commotion;

11) The Midnight Special; 12) The Night Time Is The Right Time;

13) Down On The Corner; 14) Keep On Chooglin'.

Esta vez si que nos encontramos ante un concierto de la época gloriosa del grupo, cuando todavía era un cuarteto, acaecido en California en enero de 1970. Aunque el repertorio incluido no resulta nada novedoso y además presenta obviamente múltiples coincidencias con el Live In Europe (solo hay que mirar el inicio y el final de los discos), al menos aquí nos encontramos con un grupo todavía cohesionado y en el cénit de su producción artística, pues estamos en la época de grabación del magistral Cosmo's Factory. Aparte de todo esto, y también muy importante, es que la calidad de sonido es mucho mejor que en el anterior disco en directo, lo que unido a la habilidad instrumental del grupo y la perfecta forma de la voz de John Fogerty, hace de su escucha una agradable experiencia.

 

La única objeción que se le puede poner está referida a la similitud de las interpretaciones en directo con las originales de estudio, por lo que tampoco voy a dedicarle tiempo a ir canción por canción escribiendo lo  mismo que ya habré escrito en los correspondientes discos. Al menos si que podemos escuchar ‘Fortunate Son’ en toda su gloria y fiereza, porque lo que destaca a primera vista de los álbumes en directo del grupo es que no son proclives a los grandes desarrollos instrumentales de los que hacen gala en los discos de estudio, aquí solo exceptuado por la final ‘Keep On Chooglin'’, que se alarga para dejar tiempo a que John toque la armónica.

 

Lo que sí hay que destacar en este disco es la brillante interpretación de ‘Green River’, donde la guitarra de John Fogerty se desata en todo su esplendor, solo hay que fijarse pasados los dos minutos en la impresionante exhibición que nos ofrece. Y es que John es el verdadero héroe de los CCR, pues en primer lugar su gran dominio de la guitarra es lo que eleva el nivel musical del grupo.

 

Y bueno, en cualquier actuación en directo siempre se puede transmitir mejor algún tema, que suene menos distante y más directo, algo que aquí observamos en el originalmente aburrido y tedioso ‘The Midnight Special’, el cual en directo mejora algo aunque tampoco sea para hacer palmas. Ni siquiera eso consiguen con ‘The Night Time Is The Right Time’, que suena igual de irritante y repetitiva que en el Green River.

 

En definitiva, buen disco no imprescindible que parece que es la mejor opción existente para conocer el sonido del grupo en directo, aunque para disfrutar realmente de ellos siempre será mejor acudir a sus mejores álbumes de estudio.

BOX SET

Año de publicación: 2001

Puntuación:

CD I: 1) Come On Baby; 2) Oh My Love; 3) Have You Ever Been Lonely; 4) Bonita;

5) Don't Tell Me No Lies; 6) Little Girl (Does Your Mama Know); 7) Where You Been;

8) You Came Walking; 9) You Can't Be True (First version); 10) You Got Nothin' On Me; 11) I Only Met You Just An Hour Ago; 12) Brown-Eyed Girl; 13) You Better Be Careful;

14) Fight Fire; 15) Fragile Child; 16) She Was Mine; 17) Gonna Hang Around;

18) Try Try Try; 19) Instrumental #1; 20) Little Tina; 21) Walking On The Water;

22) You Better Get It Before It Gets You; 23) Tell Me;

24) You Can't Be True (Second version).

CD II: 1) Call It Pretending ….

CD V: …. 3) 45 Revolutions Per Minute (Part 1); 4) 45 Revolutions Per Minute (Part 2) ….

Caja recopilatoria que consta de seis discos compactos donde se incluyen todos los discos de estudio más los dos en directo que hemos comentado anteriormente, es decir, todo lo que grabaron y publicaron como grupo. Si lo he destacado aquí para comentarlo es debido a que también hay material inédito, concentrado principalmente en su primer CD y correspondiente a la época anterior a la formación de la banda. Los cuatro primeros temas de este primer volumen corresponden a su etapa como The Blue Velvets, y el resto cuando se llamaban The Golliwogs.

 

Y bien, ¿qué es lo que tenemos aquí? Pues ningún atisbo de lo que sería la Credence se puede entrever en lo que escuchamos, ya que parece ser que The Blue Velvets se dedicaban a hacer vulgares baladas de rock'n'roll que no se diferenciaban en nada del sonido de la época. Con el cambio a The Golliwogs le añaden más ritmo a algunos temas y realizan una transición a un sonido más movido tipo R&B, seguramente acorde a la destreza que iría adquiriendo John Fogerty con la guitarra, pues en los primeros temas lo que más destaca es el piano. Y la verdad que tampoco hay mucho que se pueda reseñar en esa segunda etapa. ‘You Got Nothin' on Me’ es un R&B del estilo de lo que estaban haciendo los Rolling Stones (aunque nada comparable a lo que podían ofrecer los ingleses); ‘Brown-Eyed Girl’ no tiene nada que ver con Van Morrison y es una de las primeras demostraciones de fiereza del grupo, un estilo que se escucha algo mejorado en ‘She Was Mine’, entroncado en este caso con un sonido más pop y un buen uso de los coros. ‘Tell Me’ tiene un comienzo que recuerda a ‘Evil Hearted You’ de los Yardbirds, y se trata de otro tema cercano al pop, de los que servirían para desarrollar la acertada faceta melódica de John, en esta época ayudado en la composición por su hermano Tom Fogerty.

 

Pero la mejor canción de esta etapa pre-CCR es sin duda ‘Try Try Try’, donde encajan a la perfección una pegadiza melodía con unos contrapuntos corales que convergen en el poderoso estribillo al más puro estilo Beatles de los inicios. Tampoco hay que obviar la versión inicial de ‘Walking On The Water’, algo más floja que la que aparecería en el disco de debut Creedence Clearwater Revival, y donde la guitarra es sustituida por un sonido de teclado parecido al clavecín que le aporta un toque casi psicodélico, acrecentado por los maníacos sonidos posteriores.

 

Por otro lado, ‘Call It Pretending’ del segundo disco fue incluso utilizada como cara B de su primer single como CCR, pero no deja de ser un tema convencional sin nada que destacar salvo tener un comienzo que recuerda inmediatamente a la gloriosa ‘Fortunate Son’. Y en el quinto disco encontramos las dos partes de un experimento llamado ‘45 Revolutions Per Minute’, compuesto por collage de entrevistas, trozos musicales, sonidos variados… una mezcla nada recomendable que no se sabe bien qué pinta aquí, salvo que sea un burdo intento del grupo por parecer artsy.

 

En resumen, lo que tenemos es una inofensiva retahíla de temas rock y R&B que salvo los casos comentados tampoco se van a echar de menos. Si ya tienes los discos por separado del grupo, no vale la pena que te gastes el dinero en este Box Set. Eso sí, si no tienes absolutamente nada del grupo, ¡corre a comprarlo en cuanto lo veas!

RECOPILATORIOS

THE LOOK BEHIND COLLECTION

Año de publicación: 1992

Yo creo que Creedence Clearwater Revival fue inicialmente el grupo con más ediciones recopilatorias del mercado. En cualquier tienda de discos podías encontrar alguna recopilación del grupo, pero por otra parte era complicado que encontraras exactamente la misma en dos lugares diferentes. Esta que tengo yo consta de dos discos y, curiosamente, incluye todos los temas de los dos primeros álbumes, aunque no ordenados cronológicamente. Sería curioso conocer el criterio, si lo hubo, para seleccionar los temas incluidos, aunque los más conocidos están prácticamente todos. Pero está claro que al introducir los dos primeros discos del grupo al completo, eso deja luego menos espacio para seleccionar otros grandes temas del resto, así que mejor será buscar otros recopilatorios más coherentes que éste.

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