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THE BYRDS

MR. TAMBOURINE MAN

Año de publicación: 1965

Puntuación:

1) Mr Tambourine Man; 2) I'll Feel A Whole Lot Better; 3) Spanish Harlem Incident;

4) You Won't Have To Cry; 5) Here Without You; 6) The Bells Of Rhymney;

7) All I Really Want To Do; 8) I Knew I'd Want You; 9) It's No Use;

10) Don't Doubt Yourself Babe; 11) Chimes Of Freedom; 12) We'll Meet Again; [BONUS TRACKS:] 13) She Has A Way; 14) I'll Feel A Whole Lot Better (alternate version); 15) It's No Use (alternate version); 16) You Won't Have To Cry (alternate version); 17) All I Really Want To Do (single version); 18) You And Me.

Estamos ante uno de los mejores grupos salidos de Estados Unidos, con una trayectoria y evolución impresionante y con unas convulsiones y tensiones internas también de antología. Aprovecho pues para recomendar The Byrds: Más Jóvenes Que Ayer, de Fernando López Chaurri, gran libro que lo compré porque a su vez lo recomendaron en el impagable programa que hacían en Radio3, Islas de Robinson. El libro es un completo estudio de los inicios y trayectoria del grupo, perfectamente documentado y brillantemente escrito. De los mejores libros sobre música que he leído, incluso mejor si cabe que el otro libro que ha escrito el mismo autor sobre los Hollies.

 

En este primer disco son varios los aspectos que más destacan en su conjunto: por un lado las versiones electrificadas de canciones de Dylan, lo que entonces se bautizó como nacimiento del folk-rock; por otro lado, la demostración del talento compositivo de Gene Clark, que surte el disco de buenísimas canciones con una inspiración clara en los Beatles; también tiene un papel predominante Roger McGuinn (entonces llamado Jim, antes de su conversión a una religión indonesia) y su guitarra Rickenbacker de doce cuerdas; y cómo no destacar las maravillosas armonías de varias voces que despliegan en la mayoría de sus canciones.

 

Era inevitable que el disco comenzara con la canción que le da el título y que también les catapultó inmediatamente a la fama. La melodía inicial la tomaron prestada de una pieza de Bach (y es que el rock también se inspirará muchas veces en el Barroco), y siendo la canción original de Dylan ya una canción maravillosa en su forma acústica, The Byrds consiguen hacerla igual de maravillosa pero desde una forma eléctrica y más rítmica, además de adornarla con sus profesionales armonías vocales. Aunque hay que reseñar que el único que tocó en realidad en ‘Mr. Tambourine Man’ fue McGuinn, ¡como no!, el resto fueron músicos de sesión. Las restantes versiones que aparecen de Dylan no suenan tan originales como ésta, da la sensación más bien de que tienen unos arreglos mucho menos imaginativos. Aunque el mismo Dylan se asombró al escuchar sus canciones en directo interpretadas por el grupo (en el CD aparece una foto con ellos en el escenario) y comentó: “¡guau tío! ¡Si esto hasta se puede bailar!”.

 

También aparecen algunas versiones más de otros autores, ‘Don't Doubt Yourself, Babe’ que es un reconocimiento a su compositor Jackie DeShannon por haberles apoyado públicamente en sus inicios, y la canción final del LP original ‘We'll Meet Again’, bastante aburrida pero que hay que tomarla como una nota humorística final, pues la grabaron tras haberla escuchado en la película de Kubrick ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, que se había estrenado el año anterior y que también utilizaba este tema irónicamente para acompañar horribles imágenes de explosiones nucleares. La otra versión que nos queda es ‘The Bells Of Rhymney’, la cual se suele utilizar como acusación a George Harrison (hasta en el mismo libreto del CD se indica), que evidentemente se inspiraría en el sonido que aquí tiene para escribir su ‘If I Needed Someone’. Y es que tenemos un gran sonido de guitarra muy característico y en este caso muy melódico.

 

Y después de todo lo comentado, podemos pasar a hablar de las canciones de Gene Clark. Cabe decir que David Crosby aquí todavía no ha empezado a componer y solo aparece co-acreditado en el modesto instrumental no publicado entonces ‘You And Me’. Pero sigamos, la primera composición que encontramos de Clark es un clásico de The Byrds, ‘I'll Feel A Whole Lot Better’. Aunque las letras de Clark suelen tratar el tema amoroso, lo cierto es que lo hace con madurez e inteligencia, además de crear unas melodías inolvidables, como en este caso, con una gran guitarra de McGuinn acompañando el ritmo. ‘Here Without You’ y ‘I Knew I'd Want You’ son dos ejemplos más de lo que acabo de escribir, unas armonías celestiales para obligarte a escucharlas una vez detrás de otra. También hay que destacar ‘It’s No Use’, con un ritmo más enérgico (quizá por ser co-escrita con McGuinn) y mucho más rock que folk, y también el bonus track ‘She Has A Way’, que sorprendentemente quedó fuera del LP original.

 

Sobre estos bonus tracks, aparte de lo que se ha dicho ya, solo queda decir que las versiones alternativas que aparecen de canciones de este disco son prácticamente idénticas a las originales, y prácticamente porque algo tendrán diferente que yo no he conseguido notar.

 

En resumen, un disco histórico que abrió una nueva vía de explotación comercial a la música rock, fusionándola con el folk, pero que fue una vaca que los Byrds con buen criterio solo volverían a ordeñar en una ocasión más, la siguiente. Bob Dylan obviamente ya se había electrificado cuando este disco salió, pero seguro que le influiría mucho, cosa que él nunca reconoció públicamente, aunque hay tantas cosas que no habrá reconocido en su larga carrera…

TURN! TURN! TURN!

Año de publicación: 1965 

Puntuación:

1) Turn! Turn!Turn! (To Everything There Is A Season); 2) It Won't Be Wrong;

3) Set You Free This Time; 4) Lay Down Your Weary Tune; 5) He Was A Friend Of Mine; 6) The World Turns All Around Her; 7) Satisfied Mind; 8) If You're Gone;

9) The Times They Are A-Changin' ; 10) Wait And See; 11) Oh! Susannah; [BONUS TRACKS:] 12) The Day Walk (Never Before); 13) She Don't Care About Time (single version); 14) The Times They Are A-Changin' (version 1);

15) It's All Over Now Baby Blue; 16) She Don't Care About Time (version 1);

17) The World Turns All Around Her (alternate mix); 18) Stranger In A Strange Land.

Segundo disco que sigue básicamente en la estela marcada por el primero, con versiones de Dylan y composiciones nuevas de Clark. Como es difícil repetir esquemas y mejorar lo que ya se ha hecho muy bien previamente, este disco palidece pues respecto de su antecesor.

 

Pero el comienzo es bueno, la archiconocida canción que da título al disco es una versión de la adaptación musical que hizo Pete Seeger de la letra del Eclesiastés, con lo que The Byrds vuelve a pasar por su matriz folk-rock una canción de puro folk. A continuación tenemos una gran composición de McGuinn, 'It Won't Be Wrong', que a estas alturas parece que es él quien le da el toque enérgico al grupo, en este caso con un buen riff de guitarra. Encontramos después la primera composición de Clark, ‘Set You Free This Time’, que es más bien discreta, sobre todo si la comparamos con su maravillosa composición que encontramos más adelante, ‘The World Turns All Around Her’, un gran himno al enamoramiento cantado por unas voces corales magníficas y una estructura compleja e imaginativa.

 

Lo que nos encontramos de Dylan en este disco es una oscura canción que ni él mismo publicó (‘Lay Down Your Weary Tune’) pero que suena bastante bien, y en las voces de The Byrds por supuesto que también. También está la versión de ‘The Times They Are A-Changin'’, que en este caso suena bastante mediocre, con una melodía de guitarra inicial muy tonta (aquí McGuinn no se acordó de Bach) y con una forma de cantar que no pega con el sentido reivindicativo de la letra. En los bonus tracks está la primera toma de la canción, que suena algo mejor pero que tampoco vale la pena demasiado. Y ahí también encontramos una versión inicial de ‘It’s All Over Now, Baby Blue’, que tampoco suena mal pero no es nada del otro mundo.

 

Hablando de los aspectos menos agradables del disco, tenemos ‘He Was A Friend Of Mine’ en honor al asesinado presidente Kennedy, que es una vieja melodía folk reciclada, con una letra que es lo único reseñable de la canción y una duración de únicamente dos minutos y medio que se hacen eternos por lo aburrida que es. Por otro lado, a petición del bajista Hillman, que todavía no se decidía a componer, realizaron su primera incursión country con una versión de la balada ‘Satisfied Mind’, que suena bastante mediocre, no es algo que a estas alturas los Byrds hicieran mejor que cualquier grupo country existente. De lo peor del disco se puede catalogar a la primera composición McGuinn/Crosby, ‘Wait And See’, que suena a canción que se compone en cinco minutos para rellenar un disco.

 

Menos mal que tenemos a Clark, que además de las canciones ya comentadas hay que añadir su ‘If You're Gone’, otro canto desesperado con su gran calidad compositiva ya habitual. En los bonus tracks tenemos un par de ejemplos más. En ‘The Day We Walk’ la melodía principal recuerda un poco –bastante– a ‘Day Tripper’ de los Beatles, quizá por ello no la acabaran publicando ni siquiera en single. La previamente rechazada para disco pero que finalmente salió como single, ‘She Don't Care About Time’, es más original aunque tiene un momento demasiado forzado, que es cuando introducen la famosa melodía de la Cantata BWV 147 de Bach (esta Cantata aparece en los dos corales que finalizan cada una de las dos partes que componen la obra del alemán). The Move en ‘Cherry Blossom Clinic Revisited’ son quiénes emplearían dicha melodía de forma magistral.

 

Finalmente, comentar que el LP original acaba con lo que ya se tomaría como la habitual nota de humor final en los álbumes del grupo, en este caso con ‘Oh! Susanna’, que hay que tomarla precisamente con humor para poder escucharla, perdonemos que los chicos lo pasen bien en el estudio alguna vez. Por suerte, el CD hace que el disco acabe con buena nota por el instrumental ‘Stranger In A Strange Land’, que se quedó sin publicar pero que es una muy buena composición de Crosby, con más energía de lo habitual pero que quién sabe si fue la falta de una letra lo que la dejó archivada sin más.

 

En definitiva, tenemos aquí un pequeño paso hacia atrás para en el siguiente disco dar diez pasos hacia delante.

FIFTH DIMENSION

Año de publicación: 1966 

Puntuación:

1) 5D (Fifth Dimension); 2) Wild Mountain Thyme; 3) Mr. Spaceman; 4) I See You;

5) What's Happening?!?!; 6) I Come And Stand At Every Door; 7) Eight Miles High;

8) Hey Joe (Where You Gonna Go); 9) Captain Soul; 10) John Riley;

11) 2-4-2 Fox Trot (The Lear Jet Song); [BONUS TRACKS:] 12) Why (single version);

13) I Know My Rider (I Know You Rider); 14) Psychodrama City; 15) Eight Miles High (alternate version); 16) Why (alternate version); 17) John Riley (version 1).

The Byrds fueron uno de los pioneros de la psicodelia, como puede comprobarse fácilmente en este disco, y eso que éste fue un disco delicado en el sentido de que desaparecieron del mapa los dos frentes principales que sustentaban el camino musical del grupo: Gene Clark y las versiones de Dylan.

 

Bueno, Clark todavía antes de irse contribuyó a componer (dio la melodía básica y la mayoría de la letra, nada menos) la que es una de las grandes canciones de la psicodelia y de la historia del rock, ‘Eight Miles High’, que no tenía nada que ver con viajes lisérgicos sino con viajar de verdad, en avión. Esta canción es también la quintaesencia del sonido del disco, una guitarra de McGuinn fuertemente influenciada en ese momento por la música de John Coltrane, en un punto intermedio entre lo melódico, la disonancia y la improvisación; unas letras que nos transportan a otros lugares; unas voces corales que parece que provengan de otra dimensión (nunca mejor dicho). Y así The Byrds pusieron el molde del sonido psicodélico que dominará el año musical siguiente.

 

Ya en la primera canción del álbum se nos habla de la 5ª dimensión acompañados de un órgano tocado por Van Dyke Parks, a quien, ¡como no!, McGuinn le dijo antes de empezar a tocar que pensara en Bach, y ciertamente por ello tenemos una gran canción con un excelente sonido de órgano eléctrico. El siguiente tema, ‘Wild Mountain Thyme’, es una hermosa versión de una canción tradicional, con un gran trabajo vocal marca de la casa y un sonido orquestal en su punto medio como perfecto acompañamiento para transmitir ese aire bucólico.

 

‘Mr. Spaceman’ es una pequeña incursión de McGuinn en lo que será el futuro country-rock, aunque con un ritmo más rápido y con unas letras que no son las habituales de ese estilo. A continuación, tenemos ‘I See You’, otro gran ejemplo de música psicodélica de primer nivel, con una guitarra que seguro que a Syd Barrett le encantó, de ese estilo ya comentado inspirado en Coltrane. Es una pieza compuesta por McGuinn y Crosby, siendo este último la fuerza emergente en este disco, con incluso una composición en solitario (‘What's Happening?!?!’) donde en palabras del propio autor él lanza unas preguntas para que McGuinn responda con su guitarra.

 

Pero por culpa de ese poder que Crosby cogió, exigió por despecho la grabación de la vieja ‘Hey Joe’, ya que decía que era una canción que había descubierto él y por no grabarla al final lo había hecho el grupo Love con éxito (¡Bryan MacLean de Love había sido roadie de los Byrds!), así como los más desconocidos The Leaves. El caso es que aquí la versión parece una imitación barata de la que había hecho Love (aunque debiera ser al contrario), y en cualquier caso, en cuestión de meses Jimi Hendrix aparecería de la nada con la versión definitiva de la canción, la única que hay que escuchar. Y siguiendo con mal gusto, a continuación grabaron ‘Captain Soul’, un penoso instrumental a petición del batería Clarke (solo una letra de diferencia, ¡y cuán distintos son Clark y Clarke en los Byrds!), que la verdad que ya podía haberse callado la boca.

 

Menos mal que a continuación vuelve la grandeza del grupo con ‘John Riley’, una versión épica de una historia similar a la Odisea, donde el protagonista debe volver a casa para comprobar la fidelidad de su amada durante su ausencia. Ah, y tampoco he comentado otra gran canción, ‘I Come And Stand At Every Door’, adaptando una melodía tradicional y utilizando la letra de un poema sobre un niño víctima de la bomba nuclear de Hiroshima, para lo que crean una emotiva y solemne canción con unos magistrales arreglos.

 

El disco original se cierra con ‘2-4-2 Fox Trot (The Lear Jet Song)’, la típica nota de humor de The Byrds, con sonidos mecánicos de aviones y una melodía algo pegadiza, repitiendo las mismas frases.

 

Los bonus tracks son una gran adición, tenemos la versión single de ‘Why’, con un sonido más psicodélico obviamente que la versión que encontraremos en el disco siguiente. ‘I Know My Rider (I Know You Rider)’ es un grandísimo intento de emular el ritmo, la fuerza y el contrapunto vocal de ‘Paperback Writer’ de The Beatles, pero es una de las joyas que quedaron inéditas de los Byrds. ‘Psychodrama City’ es una canción más oscura pero también a la altura de este disco. Y finalmente tenemos una versión inicial de ‘John Riley’, que es instrumental pero que es totalmente diferente a la que suena en el álbum, con un glorioso sonido más próximo a ‘I See You’. Y cuando acaba este tema tenemos como premio la entrevista de presentación del disco, con McGuinn y Crosby comentando algunas de las canciones.

 

En definitiva, es éste uno de los discos importantes de la historia del rock, que no tiene una calificación máxima por la gran metedura de pata que resulta ‘Hey Joe’ y el relleno de ‘Captain Soul’, pero aun así es una obra maestra que hay que conocer.

YOUNGER THAN YESTERDAY

Año de publicación: 1967 

Puntuación:

1) So You Want To Be A Rock'n'Roll Star; 2) Have You Seen Her Face; 3) C.T.A.-102;

4) Renaissance Fair; 5) Time Between; 6) Everybody's Been Burned;

7) Thoughts And Words; 8) Mind Gardens; 9) My Back Pages;

10) The Girl With No Name; 11) Why; [BONUS TRACKS:] 12) It Happens Each Day;

13) Don't Make Waves; 14) My Back Pages (alternate version); 15) Mind Gardens (alternate version); 16) Lady Friend; 17) Old John Robertson.

Este disco se puede considerar la culminación de la evolución musical del grupo. Aunque Fifth Dimension es más experimental y audaz, aquí tenemos una madurez compositiva que lo supera. Madurez representada también de forma increíble por la figura emergente del bajista Hillman, que firma cuatro (!) buenísimas canciones.

 

La primera de Hillman es la genial ‘Have You Seen Her Face’, que contiene unos magistrales fraseos de guitarra del estilo de ‘Eight Miles High’ pero algo más estructurados y acompasados con el resto de instrumentos, así como unas voces perfectas y un estribillo memorable; una canción pop excelente. De él después encontramos ‘Time Between’ y ‘Girl With No Name’, sendos grandes ejemplos de la fusión country-rock que más tarde sellarían con Sweetheart Of The Rodeo. La segunda está dedicada a una novia que tuvo Hillman, cuyo nombre era precisamente Girl, así tal cual. La cuarta canción es la experimental y memorable ‘Thoughts And Words’, que en la forma de cantar me recuerda mucho a George Harrison en ‘Think For Yourself’, y que además presenta un espectacular solo de guitarra pero grabada y reproducida hacia atrás, tan memorable como la de ‘I'm Only Sleeping’ de los Beatles. Si conseguir un sonido musical reproduciendo algo a la inversa no es genialidad, que venga alguien y me lo diga.

 

Crosby también enseña aquí sus dos lados compositivos: el bueno, con ‘Everybody's Been Burned’, una gran balada oscura y misteriosa guiada por una guitarra eléctrica con un estilo inconfundible que en años siguientes dará también buenos frutos (solo hay que recordar ‘Guinnevere’ en CSN); el lado malo aparece en la asquerosamente irritante ‘Mind Gardens’, una canción raga experimental que es una total disonancia vocal e instrumental. Incluir esta canción fue otra subida alta de tensión en las relaciones del grupo, que saltaría por los aires al iniciarse la grabación del disco siguiente. Para más recochineo en la versión remasterizada, nos aparece una versión alternativa en los bonus tracks.

 

En este disco vuelve a aparecer una versión de Dylan (‘My Back Pages’, selección muy apropiada para lo que estaban demostrando), que si bien ninguna versión podrá compararse a lo que hicieron en ‘Mr. Tambourine Man’, en este caso también es inolvidable, con un solo de guitarra tan emotivo como la misma letra, hasta el punto de que en directo el mismo Dylan la suele interpretar de forma similar a los Byrds.

 

Y bueno, aunque no haya empezado a hablar por el principio, la primera canción, ‘So You Want To Be A Rock'n'Roll Star’, es un manual de cómo hacerse una estrella del rock (algo que ellos mismos habían experimentado): coge una guitarra, aprende a tocarla, vende tu alma a tu agente, etc. Todo acompañado por unos gritos histéricos que fueron grabados precisamente durante su gira británica. El gusto de McGuinn por las naves espaciales lo vemos plasmado en ‘C.T.A.-102’, canción pop de buenas armonías con unos sonidos raros y unas voces finales extraterrestres que quedan algo infantiles, como le pasó a Jimi Hendrix.

 

McGuinn y Crosby firman dos canciones juntos, una es la que ya pudimos escuchar en versiones diferentes en los bonus de Fifth Dimension (‘Why’), que aquí se diferencia en un ritmo ligeramente más pausado y una guitarra introductoria que parece copiada del tema ‘Time After Time’ de los Wilde Flowers, pero ambos aspectos no le restan grandeza. La otra es ‘Renaissance Fair’, una de las canciones clásicas del grupo, con un sonido de guitarra eléctrica que paradójicamente nos transporta a esa feria renacentista, con un espléndido trabajo, como siempre, a las voces.

 

Los bonus tracks que aparecen aquí no aportan mucho más, tenemos una balada olvidable (‘It Happens Each Day’), una canción pop simplona más olvidable aún (‘Don't Make Waves’, donde al final se escucha a Crosby diciendo irónicamente “a masterpiece”), tomas alternativas, y los singles ‘Lady Friend’ (un intento fallido de éxito de Crosby, aunque es una aceptable canción) y ‘Old John Robertson’, éste en una versión diferente, sin el phasing que meterían para la versión del Notorious Byrd Brothers. Por cierto, si poner una versión alternativa de ‘Mind Gardens’ ya dije que era recochineo, al acabar ‘Old John Robertson’ tenemos oculta una toma instrumental de aquélla, lo cual ya es directamente ofensivo.

 

En definitiva, después de alcanzar el cénit compositivo del grupo, y teniendo en cuenta las fuertes tensiones que había en el grupo y la lucha de egos que se estaba produciendo, podemos predecir que enfilamos la cuesta hacia abajo, que en el caso de The Byrds al menos tuvo lugar de forma respetable y con momentos todavía brillantes como el siguiente disco.

THE NOTORIOUS BYRD BROTHERS

Año de publicación: 1968 

Puntuación:

1) Artificial Energy; 2) Goin' Back; 3) Natural Harmony; 4) Draft Morning;

5) Wasn't Born To Follow; 6) Get To You; 7) Change Is Now; 8) Old John Robertson;

9) Tribal Gathering; 10) Dolphin's Smile; 11) Space Odyssey;

[BONUS TRACKS:] 12) Moog Raga; 13) Bound To Fall; 14) Triad; 15) Goin' Back (version 1); 16) Draft Morning (alternate end); 17) Universal Mind Decoder.

El disco de la discordia final, donde la tensión y las discusiones llegaron a tal extremo que antes de acabar su grabación McGuinn y Hillman acudieron una tarde a casa de Crosby para decirle que ya no pertenecía a The Byrds. Y tampoco tardarían mucho más en decirle al chaval de las maracas y los tambores (Clarke) que también se largara a su casa, seguramente con la mejor intención para que el chaval pudiera dedicar tiempo a hacer un curso CEAC de percusión y que pudiera tocar en fiestas patronales y eventos de ese tipo. Pero bueno, bromas aparte, aunque limitado no se puede decir que Clarke haya sido un mal batería tampoco. Precisamente uno de los que lo sustituyó en algunas sesiones fue Jim Gordon, que después formaría parte de la banda de Clapton y que compuso junto a éste la famosa ‘Layla’.

 

Y por suerte toda esta tensión no redundó en un disco de baja calidad o menor en su catálogo, al contrario, estamos precisamente ante uno de sus mejores discos, ayudado por la inclusión en los bonus tracks de la joya perdida que provocó el mayor enfado de Crosby de todos los que tuvo. Me estoy refiriendo a ‘Triad’, bella balada psicodélica sobre un ménage à trois que parece que escandalizó al resto del grupo y por ello vetaron su inclusión en el Notorious. Y es que Crosby estaba más metido en el mundillo hippie de sexo y drogas de la Costa Oeste que sus compañeros, por algo regaló la canción a los Jefferson Airplane, que la incluyeron en su Crown Of Creation.

 

Otro de los motivos de cabreo de Crosby (esta vez sin razón) fue su negativa a incluir la versión del tema de Carole King y Gerry Goffin ‘Goin' Back’, que es precisamente uno de los momentos más memorables del disco junto al otro tema de la pareja Goffin/King ‘I Wasn't Born To Follow’. El primero es una grandísima balada rock con una gran guitarra de McGuinn y unas excepcionales armonías vocales que transmiten esa sensación de nostalgia acorde a la letra. ‘I Wasn't Born To Follow’ en cambio tiene un ritmo country y un inicio con una gran guitarra (cortesía de Clarence White, futuro componente de los Byrds) que da paso a otra maravillosa interpretación vocal para una canción que siempre irá asociada a ese recorrido motero de los protagonistas de la película Easy Rider. Todo un canto a la libertad individual.

 

Otro gran punto fuerte del disco es su variedad de sonidos y estilos. Para empezar tenemos un rock orquestal del estilo de The Soft Parade de los Doors pero con más energía, que es precisamente ‘Artificial Energy’, con referencia beatle cuando dicen “I take my ticket to ride” y con una letra en este caso referida a las drogas.

 

‘Natural Harmony’ es una gran composición de Hillman, que empieza con un ritmo lento para entrar en otro casi jazzístico pero muy melódico, todo con unos efectos psicodélicos en las voces y en los sonidos que van apareciendo. El final de la canción enlaza directamente con la siguiente, ‘Draft Morning’, tema anti-belicista que empieza como una balada psicodélica de grandes armonías pero donde de sopetón nos aparece un estribillo instrumental disonante que rompe un poco la cadencia del tema, aunque es para recrear el ambiente caótico de la entonces sangrante guerra de Vietman. Este contraste entre melodía principal y estribillo lo encontramos también en ‘Change Is Now’, en este caso tenemos una primera parte de pop-rock, luego un glorioso estribillo country (precedente de lo que sería su siguiente LP) con guitarra slide y a continuación una parte instrumental no muy buena en la que suena una aguda guitarra eléctrica con un sonido bastante duro y que pega poco con el resto del tema.

 

Y ese aire country lo volvemos a encontrar en ‘Get To You’, también por la guitarra tipo slide que suena y por la melodía que canta McGuinn; posee un sonido agradable aunque el estribillo no está demasiado bien conseguido, al sonar demasiado forzado. De igual estilo debería ser ‘Old John Robertson’, que ya la habíamos escuchado en los bonus tracks del Younger Than Yesterday, pero que aquí cambia al aparecer en una versión diferente e igual de gloriosa, con una segunda parte más psicodélica por el efecto de phasing aplicado al sonido, lo que le evita completamente la denominación de country. En cualquier caso, una de esas canciones que suenan joviales y levantan el ánimo.

 

‘Tribal Gathering’ y ‘Dolphin's Smile’ son dos grandes temas con la marca ineludible de Crosby que por suerte se incluyeron aquí antes de su salida del grupo. El primero tiene una gran melodía principal y mejores armonías, con un increíble uso de la guitarra rítmica, aunque en este caso volvemos a tener otro contraste de los comentados anteriormente, por la entrada de un solo de guitarra más propio del rock duro, pero que no le resta calidad al conjunto del tema. ‘Dolphin's Smile’ parece como la secuela musical de ‘Renaissance Fair’, aunque en este caso las bellas armonías la gran guitarra rítmica vienen acompañadas de una percusión ligera pero dinámica, que en el breve intermedio instrumental se transforma en unos golpeos contundentes.

 

Para el final del LP original y para continuar con esa particular tradición del grupo de acabar los discos con algún tema sorpresivo, aquí tenemos la horrorosa ‘Space Odissey’, horrorosa en todos los sentidos, tanto por su parte vocal imitando el estilo de balada medieval pero de forma irritante, como por la parte instrumental que amplifica el efecto negativo.

 

De los bonus tracks que encontramos se puede destacar un gran instrumental (‘Bound to fall’), que quien sabe por qué quedó fuera, probablemente por no encontrar una letra para complementarlo y desarrollarlo. Y cómo no nombrar nuevamente la ya citada ‘Triad’, aunque si queremos valorar lo que eran las relaciones internas del grupo durante la grabación del álbum hay que aguardar al final del último bonus track, pues se incluye un extracto de conversación de una toma de ‘Change is now’ que deja como una broma la pelea que tienen McCartney y Harrison en la película de Let It Be. Acaban todos hablando, pero principalmente se puede escuchar discutiendo a Crosby con el batería Clarke, apareciendo en la disputa palabras como "motherfucker", "fucking songs"… Crosby que luego le espeta que toque bien la batería, Clarke diciéndole que le explique cómo es eso... vaya tela, ¡es muyyyy violento!

SWEETHEART OF THE RODEO

Año de publicación: 1968 

Puntuación:

1) You Ain't Goin' Nowhere; 2) I Am A Pilgrim; 3) The Christian Life;

4) You Don't Miss Your Water; 5) You're Still On My Mind; 6) Pretty Boy Floyd;

7) Hickory Wind; 8) One Hundred Years From Now; 9) Blue Canadian Rockies;

10) Life In Prison; 11) Nothing Was Delivered;

[BONUS TRACKS:] 12) You Got A Reputation; 13) Lazy Days; 14) Pretty Polly;

15) The Christian Life (rehearsal); 16) Life In Prison (rehearsal);

17) You're Still On My Mind (rehearsal); 18) One Hundred Years From Now (rehearsal); 19) All I Have Is Memories.

Este disco está considerado como el inicio del country-rock, aunque buena parte de sus canciones son más country a secas que otra cosa. También tiene reputación por ser el disco donde apareció la figura legendaria dentro de aquél movimiento, me refiero a la incorporación al grupo de Gram Parsons, otro más que murió demasiado joven por una vida desenfrenada. Precisamente fue Parsons quien marcó el camino musical a seguir, pues la idea de McGuinn era grabar un disco doble que fuera como una enciclopedia musical de todos los estilos que habían surgido en los Estados Unidos desde principios de siglo hasta el presente.

 

Una curiosidad de este LP es que las canciones que inicialmente fueron grabadas con Parsons como voz solista tuvieron que ser posteriormente regrabadas con la voz de McGuinn o Hillman porque Parsons todavía tenía contrato con otra discográfica y ésta amenazó con demandarlos si no lo hacían. Pero lo más llamativo es que incluso antes de publicar el disco se consiguió la autorización, pero McGuinn tomó la decisión de dejarlo tal cual para compensar los temas cantados por cada uno, ya que también al final dio tiempo a grabar dos temas finales con Parsons de cantante. Estos dos temas son precisamente los que compuso él, ‘Hickory Wind’ y ‘One Hundred Years From Now’, y en los bonus tracks podemos escuchar las tomas de los otros temas que grabaron inicialmente donde cantaba Parsons, y que algo maliciosamente se marcan como ensayos. Quién sabe si lo que pensó McGuinn en ese momento fue algo como: “¿Ahora va a venir el pavo este a quitarme el liderazgo y el protagonismo a mí? Los cojones…”

 

Los mejores temas son sin duda los escritos por Dylan, que abren y cierran el LP original. Por en medio lo único que encontramos es una monótona serie de canciones country (casi todas versiones de otros autores) que si no estás prevenido para lo que vas a escuchar, la verdad que produce un efecto más bien negativo. ‘You Ain't Goin' Nowhere’, la que lo abre, tiene una grandiosa guitarra slide y una melodía y especialmente el estribillo muy pegadizos (“Whoo-ee! Ride me high / Tomorrow’s the day / My bride’s gonna come / Oh, oh, are we gonna fly / Down in the easy chair”), con las siempre inmaculadas armonías del grupo. Y al final encontramos ‘Nothing Was Delivered’, que en su inicio parece que va a ser más de lo mismo que encontramos aquí, pero que por suerte posee un magnífico estribillo rock que también invita a cantar.

 

A partir del segundo corte, ‘I Am A Pilgrim’, empieza la cuesta abajo. Aunque realmente no lo es tanto porque tampoco hay apenas nada que suene ofensivo, son inofensivas melodías country de lo más previsible que se puede esperar en su ejecución, de hecho la mayoría son versiones. Lo peor es cuando no hay ningún tipo de melodía, solo la guitarra slide intentando salvar lo insalvable (‘Blue Canadian Rockies’), o cuando lo que suena es tan simplón y tan poco inspirado que nos lamentamos de que, puestos a elegir versiones, no se hubieran decantado por algo al menos convencional, problema que encontramos en ‘Life In Prison’.

 

Otro problema es que en general resulta difícil discernir una tonada de otra por la similitud que presentan, todas ellas adornadas, eso sí, con una gran guitarra slide pero que cuando se llevan varios temas parecidos la verdad que pierde toda su frescura, siendo complicado diferenciar unos temas de otros en su inicio. Con ‘Pretty Boy Floyd’ al menos aportan algo de variedad, al ser liderado por un dinámico banjo y un violín en el ritmo más rápido del LP. Hay también alguna incursión en lo que parece un country-gospel en ‘The Christian Life’, que no suena mal pero que con el mensaje que transmite (“I like the christian life”) la verdad que entonces no podía sino dejar desconcertada a mucha gente, de ahí la caída de ventas que supuso en su momento.

 

Uno de los temas más venerados del disco, ‘Hickory Wind’, escrito por Parsons y recuperado para su segundo disco en solitario grabado poco antes de su temprana muerte, la verdad que no pasa de ser un agradable tema country pero poco más. Suena igual que cientos de baladas country que pudiéramos escuchar, algo que nunca haré por el aburrimiento soporífero que me supondría. Lo único que se podría destacar es el fragmento donde la slide sube el tono por momentos a mitad del tema, aunque es tan breve que pasa desapercibido. El otro tema de Parsons, ‘One Hundred Years From Now’, al menos se mete de nuevo en el terreno del country-rock (éste y los dos temas de Dylan son los únicos que se pueden englobar en esa categoría), con una gran melodía instrumental entre estrofas, y por consiguiente hay que destacarlo por encima de la media.

 

Los bonus tracks no aportan demasiado a nivel compositivo, aunque sí en cuanto a diversidad. La versión de ‘You Got A Reputation’, de Tim Hardin, sin ser un gran tema al menos hace respirar aliviado por encontrar un ritmo oscuro de rock. ‘Lazy Days’, curiosamente compuesta por Parsons, obliga a echar de menos su inclusión en el LP original, pues tiene mucho ritmo al ser una mezcla entre el country y el rock'n'roll de Chuck Berry, tirando más para lo último. ‘Pretty Polly’ es una canción tradicional con un ritmo rápido y un sonido intrigante, y ‘All I Have Is Memories’ es un inofensivo instrumental country sin mayores pretensiones, aunque cuando acaba y justo antes de terminarse el CD encontramos un anuncio oculto de la época muy gracioso: hay un chico y una chica discutiendo sobre si lo que escuchan es de los Byrds o no. Primero está sonando ‘Hickory Wind’ y el chico dice que no son The Byrds, pero seguidamente la chica le pone ‘You Ain't Goin' Nowhere’ y ella le dice que obviamente son The Byrds porque están tocando una de Dylan. Entonces el chico no acaba de creerlo y le dice que cambie de canción, y al sonar ‘Pretty Boy Floyd’ le confirma con voz decidida que no son The Byrds.

En resumen, tenemos tres temas de country-rock, el resto de country puro y duro, y unos bonus tracks que no suben mucho más el nivel. Por tanto mi valoración del disco queda lejos de su consideración oficial como obra maestra y, curiosamente, Gene Clark publicó ese mismo año un álbum de country-rock de nivel similar: The Fantastic Expedition of Dillard & Clark, con un par de grandes canciones como ‘The Radio Song’ y ‘Something's Wrong’ que encantarán a toda/o fan de The Byrds.

DR. BYRDS AND MR. HYDE

Año de publicación: 1969 

Puntuación:

1) This Wheel's On Fire; 2) Old Blue; 3) Your Gentle Way Of Loving Me;

4) Child Of The Universe; 5) Nashville West; 6) Drug Store Truck Drivin' Man;

7) King Apathy III; 8) Candy; 9) Bad Night At The Whiskey;

10) My Back Pages/B. J. Blues/Baby What You Want Me To Do;

[BONUS TRACKS:] 11) Stanley's Song; 12) Lay Lady Lay; 13) This Wheel's On Fire (alternate version); 14) My Back Pages/B. J. Blues/Baby What You Want Me To Do (alternate version); 15) Nashville West (alternate version).

Por si los reveses ocurridos durante la historia del grupo fueron pocos, aquí llega otro bombazo más. Tras el Sweetheart Of The Rodeo los que abandonaron el grupo fueron Gram Parsons (previsible) y Chris Hillman (¡increíble!). Ambos formaron el mítico grupo de country-rock Flying Burrito Brothers, esta vez de country-rock de verdad y no como lo que hicieron en The Byrds. Aprovechando el tirón de deserciones, McGuinn también prescindió del batería de entonces y reclutó a un equipo nuevo, donde destacaba el gran guitarrista Clarence White, que ya tocó en varias canciones de discos anteriores –empezó en Younger Than Yesterday aportando su guitarra en un par de temas de Hillman– y que fallecería trágicamente unos pocos años después debido a un fortuito atropello por parte de un conductor borracho. El batería elegido fue Gene Parsons (ningún lazo familiar con Gram) y el bajista John York.

 

La portada del disco es un aviso de intenciones de lo que vamos a encontrar aquí. Dos caras de un grupo, la country con esa pinta de cowboys, y la más rockera y contemporánea. El problema es que en ninguna de las dos vertientes logran acercarse a glorias pasadas.

 

La versión que encontramos de la composición de Bob Dylan y Rick Danko, ‘This Wheel's On Fire’, aquí aparece con un sonido de guitarra distorsionado y duro, que ciertamente tras haber escuchado la entonces ya publicada versión de The Band la verdad que no mejora nada, y más bien empeora por la menos convincente interpretación vocal de McGuinn. En los bonus tracks hay una versión alternativa que suena muchísimo mejor al ser más dinámica y eliminar la guitarra distorsionada, lo que le confiere un sonido menos artificial y más puro que en este caso ya puede competir con la original de The Band, pero aquí con su vertiente más rockera que la diferencia lo suficiente.

 

Las dos siguientes canciones son de un country-rock reminiscente del álbum anterior; ‘Old Blue’ es un tema tradicional de ritmo entretenido pero poco más, y ‘Your Gentle Way Of Loving Me’ es algo mejor por tener una más agradable melodía. También para rellenar acetato incluyeron un tema country instrumental (‘Nashville West’) que Clarence White y Gene Parsons tocaban en un anterior grupo de mismo nombre donde coincidieron, por lo que cualquiera se puede hacer a la idea de cómo suena, ideal para acompañar un documental sobre la vida en una granja de Oklahoma, con unos gritos finales que quizá le sobren. Y para cuando llega ‘Candy’ la verdad que estamos ya un poco hartos de tanto sonido country genérico, aunque en ella se incluye una parte intermedia instrumental de estilo rock más duro con un buen solo de guitarra que suena psicodélico.

 

También se incluye aquí un tema compuesto por McGuinn y Gram Parsons llamado ‘Drug Store Truck Drivin' Man’, que es una feroz crítica a un DJ de música country que quiso vetar las canciones del grupo en su emisora. Así que esto es una especie de country-protesta, aunque únicamente tiene un sonido convencional de country, entretenido y ya está.

 

Con ‘Child Of The Universe’ aparecen los problemas gordos. En este mismo tema ya vemos una cacofónica introducción con la batería bombástica, aunque al menos se salva por tener una melodía aceptable a pesar de su flojo acompañamiento instrumental. ‘Bad Night At The Whiskey’ es mejor, pues al menos consiguen con las guitarras darle una textura rock adecuada para acompañar una buena parte vocal.

 

El mejor tema del lote es ‘King Apathy III’, que empieza con un gran ritmo de guitarra devoto de los mejores Kinks, adornado por los solos de White, en una canción que tiene dos secciones bien diferenciadas, la primera más rockera y su estribillo más tranquilo, entre el folk y el country. Y para el final del LP original nos dejan lo peor de todo, un horroroso medley donde empiezan cantando un tema de Dylan que ya anteriormente habían grabado en mejores condiciones (‘My Back Pages’), pero que aquí queda fatal con las guitarras estridentes, y de ahí van pasando a otros temas del medley a cada cual peor, por momentos con una armónica de novato que también sobra. En los bonus tracks aparece una versión alternativa que mejora algo lo ya escuchado, algo que por otra parte tampoco era complicado de conseguir. Es fácil mejorar algo que sonaba tan mal en primer término.

 

A los bonus tracks se les puede catalogar de aceptables, con lo ya comentado más lo siguiente que encontramos. ‘Stanley's Song’ es otro tema country-rock genérico sin más, para fanáticos de ese estilo, aunque en este caso compuesta por McGuinn. La versión de ‘Lay Lady Lay’ de Dylan suena mucho mejor que la versión en single, donde aparecían unos horribles coros femeninos y se aminoraba el ritmo. Aquí es más acorde al espíritu de la original, con unos deliciosos punteos de guitarra. Y la versión alternativa de ‘Nashville West’ también suena mejor, por su prominencia del bajo que le da mayor sentido rítmico y por la eliminación de los patéticos gritos de granjero.

 

En definitiva, un disco que sin poseer tampoco especiales momentos ofensivos salvo los señalados, tiene el problema de la gran mediocridad que lo sobrevuela con bastantes canciones olvidables y nada impactantes.

BALLAD OF EASY RIDER

Año de publicación: 1969 

Puntuación:

1) Ballad Of Easy Rider; 2) Fido; 3) Oil In My Lamp; 4) Tulsa County Blue;

5) Jack Tarr The Sailor; 6) Jesus Is Just Alright; 7) It's All Over Now Baby Blue;

8) There Must Be Someone; 9) Gunga Din; 10) Deportee (Plane Wreck At Los Gatos); 11) Armstrong, Aldrin & Collins;

[BONUS TRACKS:] 12) Way Behind the Sun; 13) Mae Jean Goes to Hollywood;

14) Oil in My Lamp (Alternate Version); 15) Tulsa County Blue (Alternate Version);

16) Fiddler a Dram (Moog Experiment); 17) Ballad of Easy Rider (Long Version);

18) Build It Up (Instrumental).

Que el título de este disco no induzca a error por pensar que se trata de la banda sonora de la película Easy Rider, porque la canción que le da título sí que aparece en la película, pero ya no hay más. Por otro lado, tras el fiasco comercial del disco anterior, McGuinn decidió que ya era hora de dejarse de experimentos e intentar destacar en aquellos estilos en los que se sentían más seguros y sonaban más convincentes, de ahí que se siga la senda más roots-rock y además con muy pocas composiciones originales propias. Sobre los componentes del grupo, para seguir con su idiosincrasia de formación convulsa, poco antes de la publicación de este álbum decidieron prescindir del bajista John York, por lo que éste participó por última vez aquí, aunque tampoco le echarían de menos sus compañeros.

 

Nada más comenzar encontramos ‘Ballad Of Easy Rider’, un bellísimo tema folk de reminiscencias country que fue compuesto por McGuinn –su única composición en este álbum, pues por esa época estaba componiendo un musical junto a Jacques Levy– a partir de las líneas que expresamente le llegaron escritas por Bob Dylan: “The river flows / It flows to the sea / Wherever that river goes / That's where I want to be”. Pero tiene un perfecto balance entre la guitarra acústica, el sonido orquestal y la sección rítmica, con una voz de McGuinn cálida y sentida, en una de sus mejores interpretaciones vocales para un maravilloso canto a la libertad.

 

Aunque hay pocas composiciones originales, Gene Parsons nos regala la otra joya de este disco con ‘Gunga Din’, evocadora canción sobre la frenética agenda viajera en una gira, con una florida guitarra que adorna una parte vocal suave y melódica. La composición de York ‘Fido’, tercera y última original que encontraremos aquí, es un gran tema rock donde brillan todos sus componentes, especialmente el batería Gene Parsons que realiza un intermedio de percusión casi-latina, todo al estilo del mejor Dylan acompañado de The Band. Destacar también la gran guitarra, como siempre, de Clarence White.

 

El country-rock vuelve a sobrevolar este disco, esta vez con más gusto e inspiración que en momentos anteriores, aunque el primero que encontramos es ‘Oil In My Lamp’, que es un convencional country-rock –además de un tema tradicional– al que solo le da algo de vida la guitarra de corte duro que acompaña el tema. Al menos en los bonus tracks la versión que aparece tiene una parte vocal más melódica y que deja una mejor impresión. Pero la versión de ‘Tulsa County Blue’ sí que se puede contar entre sus grandes temas de este género, por tener una bonita melodía principal así como un elaborado estribillo, que suena más agradable que cualquier tonada country convencional, algo a lo que precisamente se asemeja la aburrida ‘There Must Be Someone’, versión de un tema de los hermanos Gosdin, quienes curiosamente fueron los que acompañaron al ex-Byrd Gene Clark en su disco de debut en solitario tras su salida del grupo. Tampoco puede destacarse algo tan convencional como ‘Deportee’, por mucho que perteneciera a Woody Guthrie y que narre la trágica historia de un accidente de aviación donde la mayoría de muertos eran trabajadores del campo en camino de ser deportados a México.

 

También encontramos la incursión de McGuinn en la música tradicional británica con ‘Jack Tarr The Sailor’, que no suena mal pero queda algo rara en el estilo de The Byrds, más si cabe cuando por ese año ya estaban brillando grupos del folk-rock inglés como Fairport Convention, Steeleye Span o Pentangle. Pero hay que reconocer que es todo un acierto el teclado que acompaña la canción y que la dota de un cierto aire sombrío acorde a la agria letra sobre la dura vida del marinero.

 

El habitual empleo de versiones de Dylan no resulta llamativo en esta ocasión, pues transforman la canción folk acústica ‘It's All Over Now Baby Blue’ en una lenta balada que no suena mal pero que deja más bien indiferente. En la época del Turn! Turn! Turn! ya habían grabado una versión algo más rítmica de este tema, tal como se puede comprobar en los bonus tracks de la edición en CD de aquel disco. En los bonus tracks de este disco podemos encontrar una versión de otro cantautor, Jackson Browne, en ‘Mae Jean Goes To Hollywood’, en la misma vena country-rock que ya se ha comentado.

 

Por otro lado, la incursión del grupo en el estilo gospel con ‘Jesus Is Just Alright’ podría haber quedado mejor de no sonar tan repetitiva su melodía principal, pues es la misma tanto en los estribillos como en los versos. Lo mejor sin duda es su rítmico inicio, con unas geniales y prominentes líneas de bajo acompañadas de una animada percusión de pandereta, un inicio que está también entre lo mejor del disco. Y finalmente, retomando esa tradición de The Byrds de finalizar los discos con una rareza o extravagancia, aquí tenemos la breve oda a los astronautas que pisaron la luna por vez primera ‘Armstrong, Aldrin & Collins’, que acaba tan rápido que no da tiempo ni a pensar si ha valido la pena.

 

En los bonus tracks, además de versiones alternativas de canciones del LP original, encontramos algunas rarezas más, como una incursión en el estilo de ‘Obviously Five Believers’ de Dylan, pero con la mitad de gancho que aquélla, que es la canción tradicional ‘Way Behind The Sun’. En ‘Fiddler A Dram (Moog Experiment)’ encontramos una curiosa versión de otro tema tradicional pero en este caso liderada en la instrumentación por un teclado que suena más psicodélico que otra cosa. Y finalmente, ‘Build It Up’ es un entretenido instrumental que suena a country-rock bailable.

 

Ciertamente, tras escuchar este disco pueden surgir dudas razonables sobre el futuro de The Byrds como grupo destacable o de referencia al mismo nivel que había demostrado en sus primeros años de vida. Un disco de música de raíces americanas plagada de versiones no augura buenas expectativas, por muy bien ejecutadas que estén, pero por otro lado en las pocas composiciones originales que se pueden escuchar, dos de ellas son de lo mejor que hay aquí. Así que en el próximo álbum dejarían claro por qué habían pasado a la historia de la música rock y por qué todavía merecían el respeto y la reputación que se habían ganado en cuanto a su nombre (ya que de los componentes originales solo quedaba McGuinn a estas alturas) y a su formación en ese momento.

UNTITLED

Año de publicación: 1970 

Puntuación:

CD I [UNTITLED]: 1) Lover Of The Bayou; 2) Positively 4th Street; 3) Nashville West;

4) So You Want To Be A Rock'n'Roll Star; 5) Mr. Tambourine Man; 6) Mr. Spaceman;

7) Eight Miles High; 8) Chestnut Mare; 9) Truck Stop Girl; 10) All The Things;

11) Yesterday's Train; 12) Hungry Planet; 13) Just A Season; 14) Take A Whiff On Me; 15) You All Look Alike; 16) Well Come Back Home.

 

CD II [UNISSUED]: 1) All The Things; 2) Yesterday's Train; 3) Lover Of The Bayou;

4) Kathleen's Song; 5) White's Lightning, Pt. 2; 6) Willin'; 7) You Ain't Goin' Nowhere; 8) Old Blue; 9) It's Alright Ma (I'm Only Bleeding); 10) Ballad Of Easy Rider; 1

1) My Back Pages; 12) Take A Whiff On Me; 13) Jesus Is Just Alright;

14) This Wheel's On Fire.

Que McGuinn únicamente aportara una composición original en Ballad Of Easy Rider no significaba que estaba pasando por una crisis compositiva ni nada por el estilo, pues compuso junto a Jacques Levy (quien sería colaborador de Bob Dylan en el disco Desire años más tarde) un proyecto fallido de ópera-rock, o más bien ópera-country-rock, llamado Gene Tryp (título que evoca claramente a Peer Gynt de Edvard Grieg) del cual se aprovecharon algunos temas para la discografía de The Byrds y también para buena parte del material de estudio de este disco. La incorporación del nuevo miembro Skip Battin en lugar de York también fue positiva en este sentido, ya que también participó en la creación de algunas composiciones. Por otro lado, dado el prestigio que habían adquirido en sus actuaciones en directo, surgió la idea de publicar un doble LP que incluyera tanto el reflejo de la calidad que se ofrecía en las actuaciones como la cantidad de composiciones nuevas que habían grabado en el estudio. De ahí este Untitled que en la era del CD se ampliaría con muchas más canciones de estudio y de directo para convertirse en un doble compacto donde el doble LP original se corresponde con el primer CD y el segundo CD con el contenido adicional que quedaría bajo el título de Unissued.

 

El disco en directo recoge una selección de temas escogidos entre dos actuaciones diferentes y casi consecutivas en Nueva York. Además de incorporar algunas composiciones nuevas, realizan un recorrido por toda su carrera, enlazando de esta manera toda la trayectoria del grupo hasta lo que era entonces el presente con su nueva formación. Así, el álbum se inicia con una de las composiciones pertenecientes a Gene Tryp llamada ‘Lover Of The Bayou’, que posee una brillante instrumentación donde se complementan a la perfección las guitarras de White y McGuinn, además de que éste realiza una gran interpretación vocal, transmitiendo una fuerza y emoción poco habituales en él. En el Unissued podemos encontrar la versión de estudio que suena todavía mejor, además de ofrecernos una certera armónica que refuerza la carga emocional de este tema ambientado en la Guerra de Secesión estadounidense.

 

Todavía podemos disfrutar de una nueva versión de Dylan, en este caso de la gran ‘Positively 4th Street’, cantada por McGuinn y con un magnífico sonido de guitarra con el que demuestran que seguían siendo uno de los mejores grupos estadounidenses. En el segundo CD encontraremos muchas más canciones de Dylan, como las ya conocidas ‘You Ain't Goin' Nowhere’, la inevitable ‘My Back Pages’ o la más sorprendente ‘It's Alright Ma (I'm Only Bleeding)’, interpretada en el estilo acústico del Bringing It All Back Home pero dotándola de un toque misterioso y añadiendo una ligera percusión que quizá le sobre. También hay momentos más convencionales pero que afortunadamente en directo adquieren una magia especial, como el instrumental ‘Nashville West’ o ‘Old Blue’ en el segundo CD, ambos recuperados del mediocre álbum Dr. Byrds & Mr. Hyde.

 

Las canciones de sus primeros discos tampoco es que destaquen sobremanera, pero resulta muy agradable poder escuchar las interpretaciones actualizadas de grandes temas como ‘Mr. Tambourine Man’, ‘Mr. Spaceman’ (con un gran solo de guitarra adicional) y ‘So You Want To Be A Rock'n'Roll Star’, con esa mezcla de placer y nostalgia por los grandes momentos vividos y aquí recuperados, además de verificar el nuevo tratamiento que se les da para acoplarlas al nuevo sonido del grupo. Aunque la gran novedad en directo es la extensa recreación (más de quince minutos) del clásico de los clásicos ‘Eight Miles High’, que tiene un inicio en forma de jam que recuerda bastante el estilo de los Grateful Dead pero con la inconfundible guitarra esquizoide inspirada en la música de John Coltrane. El problema es que luego se va dejando lugar a cada componente para que se vaya explayando con su instrumento, y los minutos en los que el bajo y la batería se quedan solos tampoco es que sean demasiado brillantes, aunque no se puede negar la gran profesionalidad que demuestra el grupo. Y bueno, hasta los doce minutos no empiezan a cantar, así que mejor que nadie se desespere por escuchar las voces oníricas bien ejecutadas conforme al original, puesto que únicamente cantan una estrofa.

 

De las canciones de estudio quizá la mejor sea ‘Chesnut Mare’, rescatada del musical Gene Tryp y que está formada por dos secciones bien diferentes que representan una vuelta al sonido de sus inicios. La primera y principal, que se vuelve a retomar después, tiene un cierto sabor épico con mucho ritmo, donde su punto más álgido llega en la entonación de la parte del “And we'll be friends for life”; en la sección central todo cambia y McGuinn canta acompañado únicamente de su carismática guitarra de doce cuerdas (“Above the hills, higher than eagles were gliding / Suspended in the sky”) y no pierde nada de la épica demostrada pero ahora en clave folk, uno de los mejores momentos de la carrera del grupo. Se publicaría en single junto a ‘Just A Season’ en su cara B, la cual recupera de forma más evidente el sonido de guitarra Rickenbacker que por momentos recuerda a esos inicios folk-rock que realmente no eran tan lejanos (solo cinco años, cuando hay grupos actuales que graban discos nuevos cada tres o cuatro años).

 

Cuando alguien quiera gastar una broma a un fan de Nirvana, puede decirle que ha encontrado una canción perdida de Kurt Cobain y ponerle ‘Truck Stop Girl’, puesto que Clarence White canta en una entonación que recuerda mucho a la de Cobain, sobre todo al principio. Pero es un buen tema de rock calmado con grandes guitarras. De ‘All The Things’ y ‘Yesterday's Train’ se podría decir que son una versión convencional de la anterior, ambas con una floja parte vocal y un sonido demasiado genérico para lo que esperamos siempre de los Byrds, aun perteneciendo la primera a Gene Tryp. El estilo más rítmico del grupo se recupera en temas como ‘You All Look Alike’ y ‘Hungry Planet’, en la cual se ofrece otra demostración de cohesión sonora y de un sonido de guitarra que recuerda a los grandes maestros del blues. Y el pasado más country-rock viene reflejado en la versión de ‘Take A Whiff On Me’, donde destaca el empleo de la mandolina. Una mezcla de todo ello (el ritmo y el country-rock) aparece en la final ‘Well Come Back Home’, canto antibelicista de perfecta ejecución y parte vocal, únicamente lastrada por su coda en la que se escuchan cantos budistas que si hubieran durado poco tiempo podrían dejarse de lado, pero que se alargan lo suficiente para obligar a buscar el mando a distancia.

 

En el año 2000 se editó la edición que incluye las canciones adicionales en el segundo disco, lo que eleva un poco más la elevada categoría de éste el último gran disco de The Byrds. La mayoría obviamente son canciones en directo, algunas correspondientes a las nuevas composiciones aportadas, que en el caso de ‘All The Things’ suena muchísimo mejor que la de estudio al mejorar la parte vocal y destacarse las líneas de guitarra de White. En ‘Ballad Of Easy Rider’ podemos comprobar que sin la orquesta el tema sigue siendo una delicia, aunque los detalles country que le añaden rompen un poco la magia evocadora que transmite; y ‘Jesus Is Just Alright’ suena algo rara, al acercarse más al country-rock aunque sin alejarse del todo del gospel, donde lo mejor son los guitarrazos intermedios. Pero la mejor versión en directo de temas antiguos quizá sea la final ‘This Wheel's On Fire’, pues es una canción que se presta bien a un tratamiento rockero, tal como se podía comprobar en el Dr. Byrds & Mr. Hyde.

 

Las canciones de estudio no están nada mal, incluyendo en primer lugar dos descartes por falta de espacio como fueron ‘Kathleen's Song’, que pertenecía al Gene Tryp y es una canción acústica lenta con buenas melodías vocales; y ‘Willin'’, una bonita balada acústica con buen sonido de guitarra que fue compuesta por el mismo que escribió ‘Truck Stop Girl’. Por otro lado, ‘White's Lightning, Pt. 2’ (¿dónde está la primera parte?) es una entretenida jam con un ritmo movido pero poco más.

 

Poco más cabe decir del que sería el último gran disco de la banda, pues si bien en cuanto a actuaciones mantuvieron su prestigio hasta el final como grandes músicos, veremos en los próximos años cómo no se puede decir lo mismo de sus discos, que parecerían más meros trámites contractuales que el producto de un grupo legendario que revolucionó la escena musical estadounidense de los años sesenta.

BYRDMANIAX

Año de publicación: 1971 

Puntuación:

1) Glory, Glory; 2) Pale Blue; 3) I Trust; 4) Tunnel Of Love; 5) Citizen Kane;

6) I Wanna Grow Up To Be A Politician; 7) Absolute Happiness;

8) Green Apple Quick Step; 9) My Destiny; 10) Kathleen's Song;

11) Jamaica Say You Will; [BONUS TRACKS:] 12) Just Like A Woman;

13) Pale Blue (alternate version); 14) Think I'm Gonna Feel Better.

Después del disco anterior, uno puede tener buenas expectativas de seguir escuchando a un grupo cohesionado y con mucho recorrido aportando nuevas composiciones interesantes en ese estilo tan americano que habían desarrollado en los últimos años. Pero nada más lejos de la realidad, puesto que el sonido se vuelve aquí mucho más convencional y las canciones presentan un nivel de calidad escaso para la capacidad del grupo, quizá por ello el productor (nuevamente Terry Melcher, entre otros) añadió arreglos orquestales en algunos temas, algo que no consigue salvar la mediocridad absoluta que recorre el álbum.

 

Sin embargo, mediante un sorprendente inicio florido de piano comienza el disco y la canción ‘Glory, Glory’, un gospel que suena bien pero sin mayores pretensiones, que quizá pueda cansar un poco con tanto “aleluya”. Y justo a continuación, el instrumento prominente que sustituye al piano en ‘Pale Blue’ es la armónica. Que estos detalles sean lo más destacado de estas canciones ya dice bastante. Por otro lado, el estilo gospel, vuelve a aparecer en ‘I Trust’, aunque con un sentido más épico y una letra positivista.

 

Las cosas empiezan a torcerse realmente cuando llegan las primeras composiciones de Skip Battin, donde la primera, con su título (‘Tunnel Of Love’), ya nos anuncia la balada empalagosa tipo años cincuenta que nos van a ofrecer. Un despropósito en toda regla, impropio de una banda con tanto prestigio como The Byrds. ‘Citizen Kane’ no se queda muy a la zaga, emulando el estilo big-band de los años cuarenta pero sin demasiado gancho, llena de referencias cinematográficas que no la salvan de la mediocridad más absoluta. El mismo sonido de big-band, aunque en menor grado, continua en la única canción del disco a la que se le podría aplicar el adjetivo de pegadiza, que es la arrojadiza ‘I Wanna Grow Up To Be A Politician’ (recuperada del musical Gene Tryp), donde al menos también se pueden escuchar algunas buenas líneas de guitarra acompañando a la parte vocal, si bien el tema tampoco sea para lanzar cohetes, pero funciona como crítica de la clase política. También de Gene Tryp se recupera la otra canción que podría destacarse del disco, ‘Kathleen's Song’, que ya la conocíamos en su versión sin orquesta de la reedición del Untitled, poseedora de una bella melodía cantada de forma emotiva por McGuinn y acompañada aquí muy adecuadamente por una sobria pero embellecedora parte orquestal.

 

La única composición de Battin que puede salvarse –sin ser nada del otro mundo– es la intimista ‘Absolute Happiness’, pues tiene una adecuada parte vocal y unos instrumentos que acompañan a la perfección el tema, sobre todo la guitarra slide. Por otro lado, el country-western convencional aflora hacia el final del álbum, en primer lugar mediante el instrumental de estilo bluegrass compuesto por White y Parsons ‘Green Apple Quick Step’, un divertimento sin más (que en los bonus tracks aparece en una versión alternativa como canción oculta al final), y justo a continuación por la versión de una balada country llamada ‘My Destiny’. Y del tan manido cantautor norteamericano Jackson Browne, quien todavía no había iniciado su carrera en solitario, interpretan su canción ‘Jamaica Say You Will’, una balada en ese estilo triste pero agradable tan característico de su autor, aquí cantada por Clarence White y con unas buenas líneas de guitarra. Precisamente Jackson Browne toca el piano en la olvidable versión de ‘Just Like A Woman’ de Bob Dylan incluida en los bonus tracks. Y como curiosidad, se incluye una versión de un tema de Gene Clark, el que fuera uno de los componentes y compositor principal de la primera etapa de The Byrds, llamada ‘Think I'm Gonna Feel Better’, que en la interpretación de The Byrds no se hace justicia al tema.

 

Obviamente, este disco fue un fracaso de ventas con todo merecimiento y fue un triste indicador de que iba a requerir un gran esfuerzo mantenerse al nivel exigible para un grupo de la categoría de The Byrds.

FARTHER ALONG

Año de publicación: 1971 

Puntuación:

1) Tiffany Queen; 2) Get Down Your Line; 3) Farther Along; 4) B. B. Class Road;

5) Bugler; 6) America's Great National Pastime; 7) Antique Sandy; 8) Precious Kate;

9) So Fine; 10) Lazy Waters; 11) Bristol Steam Convention Blues;

[BONUS TRACKS:] 12) Lost My Drivin' Wheel; 13) Born To Rock And Roll;

14) Bag Full Of Money.

Como respuesta de protesta hacia la pomposidad en los arreglos que habían introducido los productores sin consentimiento expreso de los miembros del grupo, corrieron a los estudios para grabar un nuevo disco despojado de todo ornamento pero que de la misma manera sufriría de una falta de elaboración que podrían haber mejorado algunas de las canciones. Aunque no fuera de forma consciente, también se denota en general una intención de rememorar estilos musicales estadounidenses más antiguos, como si se hubieran fijando en la década de los cuarenta y los cincuenta como inspiración para escribir nuevo material.

 

De hecho, ya en el inicio del LP comprobamos cómo ‘Tiffany Queen’ (compuesta por McGuinn) es un rock'n'roll de estilo clásico que posee un gran riff reminiscente también de canciones tipo ‘Jumpin' Jack Flash’ y un solo de guitarra que recuerda al mejor Chuck Berry. En principio, ‘B. B. Class Road’ igualmente pudiera pasar por un homenaje a B.B. King por su título y su estilo, pero no deja de ser una canción convencional en un estilo cercano al boogie. La versión que realizan de ‘So Fine’ del grupo de principios de los sesenta Los Fiestas (aunque para ser más exactos éste su primer single data de 1959) parece un guiño a su primera época gracias a su prominente sonido de guitarra rítmica y las voces corales melódicas. Y dentro de la vertiente country que ya dominaban por completo tenemos la canción que da título al álbum, en clave balada y con buen juego de voces. Con todo lo dicho, en este caso sí que podría tomarse el álbum como un muestrario de lo que se ha llamado Música Americana.

 

Los Byrds mas memorables vuelven en la versión de ‘Bugler’, una de esas canciones que siempre se escuchan con agrado y a la que solo puede objetarse que recuerde a tiempos mejores del grupo y que no sea una composición propia. Además, tiene un gran solo de guitarra slide que es todo un primor. Más adelante, ‘Precious Kate’ incide en ese mismo estilo pero de forma más convencional ya que Battin y su compañero de escritura tampoco podían dar mucho más, aunque al menos está cantada por McGuinn. Hasta los bonus tracks no encontraremos otro tema a la misma altura que ‘Bugler’, que es ‘Lost My Drivin' Wheel’, no compuesta por los Byrds pero con un sonido y una ejecución al hilo de los mejores momentos de sus últimos años.

 

Curiosamente coescrita por todos los miembros del grupo más su manager, en ‘Antique Sandy’ –no se sabe por qué– llega un momento en el que le añaden una distorsión a la voz, algo desconcertante tratándose de una simple balada acústica con un buen acompañamiento de teclado. La versión de ‘Lazy Waters’, cantada por Battin, también continúa ese estilo acústico pero con menor nivel. Y el divertimento en clave bluegrass que encontrábamos en el disco anterior en ‘Green Apple Quick Step’ aquí se vuelve a repetir con otro instrumental llamado ‘Bristol Steam Convention Blues’.

 

Y si toca ya hablar de lo peor, que en contraste con el tono general del álbum ya es para echarse a temblar, se puede decir que en el título de ‘America's Great National Pastime’ podríamos sustituir la última palabra por “pastiche” y tendríamos una definición adecuada en el peor sentido del término, pues da la impresión de ser un batiburrillo de ideas nada originales que hace pasar totalmente desapercibida su letra pretendidamente crítica. Pero lo más gracioso del asunto es que fue elegida como cara A de single, lo cual hace entender el puesto número 152 que alcanzó el LP en la lista estadounidense de ventas. Por otro lado, en ‘Get Down Your Line’ lo peor es su estribillo a dos voces, que provoca un mal contraste con una parte principal más solemne y de sonido cohesionado que podría haber sido mejor aprovechada.

 

Por último, decir que en los bonus tracks, aparte de la grata sorpresa ya citada anteriormente, nada más se puede destacar, pues la composición de McGuinn ‘Born To Rock And Roll’ sería reciclada para el último disco de estudio del grupo y ‘Bag Full Of Money’ es un tema country sin mayores pretensiones que se olvida rápidamente. Y aquí llega otro punto y aparte –el último– de la carrera de The Byrds, algo lógico puesto que el gran nivel demostrado en el primer LP editado por esta última formación (Untitled) estaba claro que no podría ser alcanzado nuevamente, con cada miembro del grupo pensando en un camino musical diferente. El próximo y último paso de McGuinn sería toda una sorpresa, pero a la misma vez un perfecto canto de cisne.

BYRDS

Año de publicación: 1973

Puntuación:

1) Full Circle; 2) Sweet Mary; 3) Changing Heart; 4) For Free; 5) Born To Rock'n'Roll;

6) Things Will Be Better; 7) Cowgirl In The Sand; 8) Long Live The King;

9) Borrowing Time; 10) Laughing; 11) (See The Sky) About To Rain.

Gran sorpresa es la que cualquiera podría llevarse tras descubrir cómo McGuinn disolvió el grupo tal como lo conocíamos en esos momentos y la consiguiente reunión de nada menos que los cinco Byrds originales. Más democrática no podía ser esta reunión al aportar dos composiciones cada miembro (excepto el batería Clarke, obviamente), y compensando el metraje del disco con versiones de temas pertenecientes a buenos amigos de Crosby como Joni Mitchell y Neil Young. Pero es obvio que la democracia en el arte no es algo recomendable desde un punto de vista artístico, pues no todos los músicos son buenos compositores ni les vienen las buenas ideas al mismo tiempo y en la misma cantidad. De hecho, parece que la mayoría de ellos estaban pensando más en sus iniciadas o incipientes carreras en solitario y no pusieron suficientes ganas ni esfuerzo en ofrecer algo a la altura de lo esperado para músicos de tanto prestigio. Todos menos Clarke, que nada sabía hacer salvo intentar tocar los tambores de la manera que le indicaran, y de Gene Clark, que probablemente viera esta reunión como una oportunidad de reverdecer viejos laureles que había perdido inmediatamente tras su salida del grupo en 1966. No desde un punto de vista artístico, pues tuvo siempre buenas críticas en general, sino desde un punto de vista comercial, ya que sus ventas siempre estuvieron muy por debajo del nivel que ofrecía.

 

Así pues, las mejores canciones originales son las escritas por Gene Clark, en primer lugar con ‘Full Circle’ (rescatada de su fracasado disco en solitario de ese año, Roadmaster), ejecutada en clave de country-rock en la mejor vertiente de ese estilo y con una genial mandolina de Hillman; y luego la genial ‘Changing Heart’, que recuerda a lo mejor que hicieran The Byrds como grupo unos años atrás, pues posee grandes melodías, un buen estribillo y una ejecución vocal impecable.

 

Respecto a los temas de David Crosby, tenemos una de cal y una de arena, pues el ágil y poderoso rock de ‘Long Live The King’ no tiene continuidad en la demasiado larga ‘Laughing’, aunque al menos ambas aportan ese toque distintivo que poseían como grupo respecto a otros de similar estilo, y además esta última ya había sido grabada anteriormente (sin apenas diferencias, por cierto) para su primer disco en solitario, llamado If I Could Only Remember My Name. Más claro no puede estar el grado de implicación de un músico, cuando escoge una canción que ya ha grabado con anterioridad. Aunque de McGuinn podríamos casi decir más de los mismo, pues la floja ‘Born To Rock'n'Roll’ había sido rescatada de los últimos coletazos con la anterior agrupación de The Byrds, aun teniendo un repetitivo, simplón y plomizo estribillo tenemos la canción folk ‘Sweet Mary’, donde lo único que puede destacarse es la parte vocal, y.

 

Las composiciones de Chris Hillman, coescritas junto a compañeros del grupo de breve recorrido Manassas, no dejan de sonar bien pero sin embargo son canciones convencionales que no aportan nada diferente a lo que esperaríamos de cualquier grupo rock. Tal es el caso de ‘Things Will Be Better’ y de ‘Borrowing Time’, esta última en un ritmo ágil y acústico que recuerda bastante al de Simon y Garfunkel.

 

Respecto a las versiones, de Joni Mitchell encontramos su canción ‘For Free’, perteneciente al gran disco Ladies Of The Canyon, aquí en una memorable versión donde The Byrds volvían a demostrar que sabían adaptar canciones de otros artistas con gran resultado cuando acertaban. No podemos decir lo mismo del otro artista versionado, pues como cualquiera que haya llegado a escuchar este disco es porque debería ser conocedor de la obra de Neil Young (o porque no tardará mucho en conocerla), las versiones aquí contenidas no ofrecen nada interesante respecto a las grabaciones originales de Young. ‘Cowgirl On The Sand’ suena demasiado ligera respecto a la original, y ‘(See The Sky) About To Rain’ al menos podía tener algo de interés en su momento, puesto que no sería grabada por Neil Young hasta el año siguiente en su disco On The Beach.

 

Y ya sí, con este disco se puso punto final a la trayectoria de The Byrds de una manera digna aunque sin compensar las expectativas que ofrecía una reunión de este calibre, de ahí que ni siquiera salieran de gira y que todo quedara en este reflejo pálido del que fue uno de los grupos de rock más importantes salidos de los Estados Unidos. Pero un disco recomendable igualmente.

1) Tomorrow Is A Long Ways Away; 2) Boston; 3) The Only Girl I Adore;

4) You Won't Have To Cry; 5) I Knew I'd Want You; 6) The Airport Song;

7) The Reason Why; 8) Mr Tambourine Man; 9) Please Let Me Love You;

10) You Movin'; 11) It Won't Be Wrong; 12) You Showed Me; 13) She Has A Way;

14) For Me Again; 15) It's No Use; 16) Here Without You;

17) Tomorrow Is A Long Ways Away (acoustic version).

Puntuación:

Año de publicación: 1988

IN THE BEGINNING

El origen de The Byrds tuvo lugar en la unión de Gene Clark, Roger McGuinn (entonces llamado Jim, antes de convertirse a una religión asiática y cambiarse el nombre) y David Crosby, quienes formaron un conjunto folk vocal llamado Jet Set al que se irían acoplando primero el batería Clarke y luego Chris Hillman al bajo. Este nombre de Jet Set incluso sería cambiado a Beefeaters para publicar algunos singles primerizos. De toda esta primera época podemos escuchar un buen repertorio de  material donde se entremezclan todos los elementos que caracterizaron los difíciles inicios del grupo: gran parte vocal a tres voces, estilo a veces beat a imitación de los Beatles, acercamiento al folk, instrumentación discreta pero efectiva, sonido amateur y entusiasmo, mucho entusiasmo y ganas de alcanzar el éxito.

 

La primera canción, ‘Tomorrow Is A Long Ways Away’, ya es un buen ejemplo de lo que encontraremos en este disco, principalmente por sus voces angelicales bien ensambladas y donde la guitarra todavía no posee un papel predominante pero sí aporta lo suficiente para dotar a la música de ese estilo entre el folk y el rock que pronto ayudarían a conformar para la posteridad. Es de las mejores canciones que podemos escuchar aquí, quizá por ello se incluya al final una versión acústica, la cual pierde fuelle en comparación con la anterior.

 

Hay obvias imitaciones del estilo de los Beatles, por cierto bastante olvidables, como sería el caso de ‘Boston’, ‘The Reason Why’ o ‘You Movin'’. Mucho mejor suenan sin duda ‘Please Let Me Love You’ y ‘You Showed Me’, que serían en cambio la demostración de que habían conseguido asimilar y evolucionar en ese estilo melódico y lleno de gancho de los de Liverpool. Ambas podrían haberse incluido perfectamente en el Mr. Tambourine Man. También hay grandes odas a la alegría amorosa como es el caso de la acústica e inocente ‘The Only Girl I Adore’, donde las voces están en todo su esplendor acompañadas únicamente por una rítmica guitarra. Un caso donde el amateurismo que denota paradójicamente le aporta un encanto especial. O ‘The Airport Song’, donde asoman atisbos de creatividad en su cuidado sonido de guitarra, en este caso eléctrica.

 

Una de las mayores curiosidades de este disco es poder escuchar versiones primerizas de canciones que aparecerían en el disco de debut e incluso en el Turn! Turn! Turn!, aunque en algunos casos no se diferencian demasiado a las ya conocidas y en algunos casos tampoco tienen justificadas su inclusión aquí desde un punto de vista musical, debido a lo poco que aportan. ‘You Won't Have To Cry’ suena más lenta y demasiado amateur que en su versión final; ‘I Knew I'd Want You’ no se diferencia demasiado, pero sigue siendo toda una delicia; en cambio, ‘It's No Use’ suena más rítmica y parecida al estilo de los Beatles. Sin embargo, decepción es lo que nos llevamos cuando escuchamos las versiones toscas de grandes éxitos de The Byrds como ‘Mr. Tambourine Man’ o ‘It Won't Be Wrong’, que son la demostración clara de que talento había, pero éste debía ser más trabajado y pulido.

 

En cualquier caso, hay que tomarse este álbum como un documento histórico de la génesis de una banda imprescindible en la historia de la música rock, donde queda patente el liderazgo artístico que poseía Gene Clark respecto a sus compañeros en sus inicios al ser el autor o coautor de más de la mitad de canciones aquí incluidas, algunas de ellas con melodías imbatibles.

LIVE AT THE FILLMORE FEBRUARY 1969

Año de publicación: 2000

Puntuación:

1) Nashville West; 2) You're Still On My Mind; 3) Pretty Boy Floyd;

4) Drug Store Truck Drivin' Man;

5) Medley: Turn Turn Turn/Mr Tambourine Man/Eight Miles High;

6) Close Up The Honky Tonks; 7) Buckaroo; 8) The Christian Life; 9) Time Between;

10) King Apathy III; 11) Bad Night At The Whiskey; 12) This Wheel's On Fire; 1

3) Sing Me Back Home; 14) So You Want To Be A Rock'n'Roll Star;

15) He Was A Friend Of Mine; 16) Chimes Of Freedom.

Aunque no estamos ante la mejor etapa de The Byrds (acababan de publicar uno de los candidatos a peor disco de su carrera), del año 1969 se recupera una selección de dos conciertos que tuvieron lugar en el mítico Fillmore de San Francisco, santuario de la psicodelia que, no obstante, sirve en este caso para interpretar una actuación de línea principal country. Al menos los músicos que formaban The Byrds en esa etapa (con McGuinn como único superviviente) demostraban en directo cohesión y buen hacer, de tal manera que eso al menos era una garantía de buen concierto a expensas del repertorio.

 

Quizá para calentar motores por la menor dificultad técnica que representa, si es que el orden de canciones respeta lo que se interpretaba originalmente en concierto, comienzan con un sencillo recital country donde ejecutan en primer lugar el instrumental ‘Nashville West’ y a continuación la convencional ‘You're Still On My Mind’ ‘Pretty Boy Floyd’ (donde al menos resulta entretenido escuchar el banjo) y ‘Drug Store Truck Drivin' Man’, todas de una tacada. Al menos después encontramos un inciso en el interesante medley que combina tres grandes éxitos de los primeros discos del grupo, aunque con McGuinn como único representante de esa época en el escenario es previsible la falta de chispa que le faltan a estas interpretaciones, muy profesionales por otra parte, comprobado con la magistral transición hacia ‘Eight Miles High’. Precisamente la mejor sección es esta última, donde los psicodélicos pasajes instrumentales la convierten en toda una experiencia que justifica la adquisición de este disco.

 

Desafortunadamente la vena country no se había acabado con la primera tanda del repertorio, por lo que luego llega otra travesía por ese estilo donde al menos resulta entretenido escuchar el instrumental ‘Buckaroo’ y la versión todavía más countryficada respecto al original de ‘Time Between’, que pierde puntos sobre todo por su forzada parte vocal, aunque a cambio gana algunos por su buen solo de guitarra, seguramente a cargo de Clarence White.

 

Lo que nunca puede fallar es una versión rockera y potente de ‘This Wheel's On Fire’, que aquí representa uno de los mejores momentos del disco gracias sobre todo al prominente sonido de guitarra, algo que nos podría servir para presentar igualmente ‘So You Want To Be A Rock'n'Roll Star’, que está interpretada con un ritmo más potente y una versión más potente, algo que refuerza el mensaje de la canción, además de que es toda una delicia escuchar las melodías que originalmente tocaba el sudafricano Hugh Masekela con su trompeta interpretadas en este caso por la guitarra eléctrica de White a la perfección. El final con ‘Chimes Of Freedom’ también deja un buen sabor de boca, más por la nostalgia que otra cosa, aunque no es tampoco una interpretación que pueda ser destacada salvo por, cómo no, los pasajes de guitarra eléctrica, la cual suena, cómo no, tirando al country.

 

Es evidente que una actuación en directo que se nutre de los discos Dr. Byrds & Mr. Hyde y Sweetheart Of The Rodeo no puede crearnos unas expectativas muy halagüeñas, pero al menos puede escucharse con agrado salvo que usted sea una persona contraria a cualquier sonido que recuerde a la música tradicional americana, en cuyo caso puede abstenerse perfectamente y colocar en su lector de CD el Fifth Dimension y disfrutar directamente de un inolvidable viaje bucólico-astral que aquí solo aparece en breves retazos.

RECOPILATORIOS

THE VERY BEST OF THE BYRDS

Año de publicación: 1997

Mi primera exposición a la música de The Byrds fue gracias al mítico programa Vuelo 605 que presentaba el gran locutor musical Ángel Álvarez, en M-80 Radio durante sus últimos años antes de fallecer. Tras un programa en el que repasaban la música del grupo, no tardé mucho en adquirir este recopilatorio, que repasa buena parte de su carrera pero obvia directamente sus tres últimos discos de estudio (del Untitled solo recoge ‘Chesnut Mare’). Con veintisiete canciones en total, es un recopilatorio recomendable, aunque como suele pasar con este tipo de discos, podrían haberse eliminado algunas canciones más convencionales (o directamente malas como ‘He Was A Friend Of Mine’ o ‘The Times They Are A-Changin'’) en favor de muchas otras. Como curiosidad, y quizá para ahorrarse trabajo,  se incluye el texto del primer recopilatorio que publicó el grupo en 1967. Pero más curioso es encontrar, tanto en ese texto como en otro nuevo, menciones a canciones que no están incluidas en el CD. Vaya metedura de pata.

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