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BOB MARLEY

SOUL REBELS

Año de publicación: 1970 

Puntuación:

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1) Soul Rebel; 2) Try Me; 3) It's Alright; 4) No Sympathy; 5) My Cup; 6) Soul Almighty;

7) Rebel's Hop; 8) Corner Stone; 9) Four Hundred Years; 10) No Water; 11) Reaction;

12) My Sympathy; [BONUS TRACKS:] 13) Dreamland; 14) Dreamland (version);

15) Dracula; 16) Soul Rebel (version 4); 17) Version Of Cup; 18) Zig Zag;

19) Jah Is Mighty; 20) Brand New Second Hand; 21) Brand New Second Hand (version); 22) Downpresser.

Aunque los inicios reales de Bob Marley & The Wailers (su mítico grupo de acompañamiento) datan de 1965 con el descatalogado álbum Wailing Wailers, oficialmente se suele tomar siempre como punto de partida este Soul Rebels, ya en 1970 y con suficiente experiencia acumulada a sus espaldas. El núcleo de The Wailers estaba conformado por un trío de fenomenales músicos jamaicanos: Bob Marley (guitarra), Peter Tosh (teclado) y Bunny Wailer (batería). A estos se les unirían los hermanos Barrett, Aston en el bajo y Carlton como batería (dejando que Bunny se dedicara a cantar), conformando así lo que se podría considerar todo un supergrupo, a lo que cabía añadir otra eminencia como el productor Lee “Scratch” Perry.

 

Aunque haya tantos nombres importantes y básicos dentro de la música reggae, lo que escuchamos aquí todavía no tiene la influencia del rock en cuanto a la búsqueda de nuevos sonidos, sino que estamos ante un ejemplo de reggae puro y duro, sin mayor pretensión. También debemos situarnos en esa época en que todavía la música jamaicana estaba inscrita a su propio mercado local, el público objetivo estaba bien definido y simplemente se les proporciona lo que desean escuchar. Aun así, estamos ante unos grandes músicos que tampoco se iban a dedicar a tocar cosas sencillas y directas al consumo, por lo que nada más comenzar ‘Soul Rebel’ nos quedamos maravillados con el fenomenal bajo que lleva el peso del ritmo. Luego llega su memorable parte vocal, donde un expresivo Marley se ve acompañado de unos magníficos coros que van dejando también algunas grandes armonías por el camino. También encontramos una versión primeriza de la gran ‘Four Hundred Years’, compuesta por Tosh y cantada aquí por él mismo, con un ritmo más rápido que no le hace perder nada de fuerza y que la sitúa en el mismo gran nivel que la versión posterior. La interpretación vocal es fabulosa y su timbre imprime una emoción especial, como si estuviéramos escuchando a uno de esos esclavos.

 

Hay canciones que suenan entretenidas aunque representen lo más típico del reggae, como ‘Try Me’. En ‘No Water’ parece que repiten los mismos coros rítmicos pero con mayor protagonismo. No es el único momento en que se nos repetirán cosas, puesto que ‘My Sympathy’ es como una variación instrumental de ‘Soul Rebel’. Aunque a veces los títulos sean muy parecidos, no necesariamente significa que en ese caso guarden alguna relación. Por ejemplo, ‘No Sympathy’, compuesta por Tosh, nada tiene que ver con ‘My Sympathy’ y mantiene un inquietante ritmo acrecentado por su parte vocal. Es inevitable encontrar algunas canciones más discretas de relleno, como por ejemplo ‘Soul Almighty’ o ‘My Cup’, esta última con un ritmo demasiado prominente que al repetirse tanto la vuelve un tanto monótona. Es una versión de un tema de James Brown al que le cambiaron el título para despistar.

 

Escuchar tanto “yeah, yeah, yeah” en ‘Reaction’ nos hace pensar en una posible influencia Beatle. Quizá abusen un poco de ese recurso, pero el ritmo es pegadizo y se tolera. También pueden destacarse ‘It's Alright’, ‘Corner Stone’ o ‘Rebel's Hop’, donde añaden un poco de ‘Keep On Moving’, tema de Curtis Mayfield and The Impressions, muy reverenciados por Marley. De todas maneras, el que gusten o no estas canciones –o el álbum en general– dependerá de la tolerancia que se tenga hacia un estilo interpretado aquí de manera tan pura.

 

De entre la gran cantidad de bonus tracks añadidos a la reedición en CD, no encontramos apenas nada que pueda llamar la atención fuera de lo que esperamos de cualquier tonada reggae, siendo algunas de ellas ritmos compuestos por el productor Scratch Perry. Si acaso, señalar la versión cuasi instrumental de ‘Soul Rebel’, toda una delicia aunque sea ligeramente inferior a la definitiva, y la final ‘Downpresser’, de incisivo ritmo y bien estructurada parte vocal, escrita por Tosh. En cualquier caso, si hubiéramos de contar estos bonus tracks para la valoración del disco, la puntuación bajaría por el irrefutable relleno que conforman, salvo las dos excepciones indicadas. Pero nos fijaremos en lo que era el LP original, que ciertamente merece una valoración de buen disco y es un buen ejemplo del sonido primigenio de la música reggae y de Marley & Co.

SOUL REVOLUTION

Año de publicación: 1971 

Puntuación:

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1) Keep On Moving; 2) Don't Rock My Boat; 3) Put It On; 4) Fussing And Fighting;

5) Duppy Conqueror; 6) Memphis; 7) Soul Rebel; 8) Riding High; 9) Kaya;

10) African Herbsman; 11) Stand Alone; 12) Sun Is Shining; 13) Brain Washing;

14) Mr. Brown.

Con los mismos actores y los mismos ingredientes, Bob Marley and The Wailers se marcan otro disco similar en el que mantienen su creatividad en la recreación de ritmos y estados de ánimo. Debido a la locura de las discográficas de esa época, nos vuelven a repetir ‘Soul Rebel’ del disco anterior, que no representa mayor problema porque es uno de los mejores temas de la época anterior a la fama mundial mediante Catch A Fire. Lo que observamos en primera instancia son canciones aparentemente más convencionales y menos combativas, lo típico que asociaríamos con la música reggae de forma inmediata. Es como si Marley y compañía se hubieran relajado un poco.

 

Comenzar el disco con tres canciones tan típicas del sonido reggae como ‘Keep On Moving’, ‘Don't Rock My Boat’ y ‘Put It On’ no es una buena idea porque asienta una incorrecta impresión global. Lo que nos vamos a encontrar aquí se puede equiparar al nivel de Soul Rebels, pero nos agrupan prácticamente todo lo más discreto al principio. A partir de ‘Fussing And Fighting’ ya va todo sobre ruedas y únicamente nos encontramos algo de relleno con la versión de un tema de Richie Havens titulado ‘African Herbsman’ o con la final ‘Mr. Brown’.

 

El mensaje de las letras en esta ocasión es menos reivindicativo, como si ahora prefirieran centrarse mejor en disfrutar de los aspectos positivos de la vida jamaicana y olvidar los problemas sociales. Incluso en uno de los temas más reivindicativos en principio, el magnífico ‘Fussing And Fighting’, lo que se exige al final es tan sencillo como paz y amor entre todos. En cambio, ‘Brain Washing’ tiene un ritmo más ágil y entretenido para explicarnos una dudosa teoría que relaciona los cuentos infantiles con el lavado de cerebro de los niños. La melodía vocal de ‘Duppy Conqueror’ es encantadora pero le faltaría algo más de desarrollo o variedad para poder catalogarla como la mejor canción del disco. La final ‘Mr. Brown’ no deja de ser una regrabación menor de ‘Duppy Conqueror’ con letra diferente. Además, ya podíamos escuchar su versión instrumental como bonus track en Soul Rebels, titulada ‘Dracula’.

 

Por otro lado, ‘Kaya’ sería recuperada unos años después para darle incluso título al correspondiente álbum. Aquí posee un encanto especial al sonar algo más amateur pero con la inestimable colaboración de Tosh y Wailer. Este último adapta con éxito una canción de Cole Porter (‘Riding High’). Y más lejos que Estados Unidos, concretamente hasta Italia, parecen haberse ido para escribir ‘Sun Is Shining’, puesto que es como si se hubieran inspirado en la música de Nino Rota, de alguna película de Fellini, para introducir esa rara melodía tocada con la melódica de Tosh. Es lo único destacable de esta discreta canción.

 

El catalogado como Soul Revolution Part II no es sino el equivalente de éste pero con las versiones instrumentales de cada tema, también recomendables de escuchar al menos una vez. Resulta curioso por tanto encontrar un tema ya originalmente instrumental, ‘Memphis’, con lo cual directamente se repite, aunque por otro lado mantiene el interés gracias a su juguetona melódica. Así pues, independientemente de contar con el anexo instrumental o no, estamos ante otro recomendable disco de la primera etapa de Wailers, menos vistoso que el primero pero donde la sutileza emerge más pronto o más tarde.

THE BEST OF THE WAILERS

Año de publicación: 1971 

Puntuación:

stars 7.png

1) Sugar, Sugar; 2) Stop The Train; 3) Cheer Up; 4) Soon Come; 5) Soul Captives;

6) Go Tell It on the Mountain; 7) Can't You See; 8) Give Me A Ticket;

9) Hold On This Feeling; 10) Mr Chatterbox; 11) Soul Shake Down; 12) Soon Come;

13) Mr Chatterbox; 14) Hold On This Feeling.

De la época pre-Catch A Fire es normal encontrarse diferentes ediciones de los discos con variaciones en las canciones, pero ninguna edición se antoja tan bastarda como ésta, pues se deja por el camino algunas de las canciones que formaban parte del LP original para meter tomas alternativas de canciones ya incluidas o incluso olvidables versiones de temas ajenos populares. Cierto es que en realidad pertenece a una caja recopilatoria titulada The Complete Bob Marley & The Wailers 1967–1972, la cual ya se comentará cuando llegue el momento, pero es que otra edición no he podido encontrar. Lo que no se entiende aquí ni en el álbum original es su título, puesto que no es un recopilatorio ni tampoco es, obviamente, lo mejor de The Wailers. El nombre proviene del hecho de que estas canciones fueron grabadas y posteriormente archivadas por desavenencias de la banda con el productor; y cuando pusieron a Scratch Perry como nuevo productor, el anterior rescató las grabaciones y las publicó bajo ese pomposo título, dando a entender que lo mejor que podían hacer era lo que habían grabado con él. A eso se le llama arrogancia.

 

Musicalmente, la relajación que se había observado en el álbum anterior quizá se expanda un poco más, lo cual únicamente vulgariza un poco el resultado aunque con un mínimo de calidad acorde al nivel del trío Marley/Tosh/Bunny Wailer (con permiso de Rita). Las canciones de Peter Tosh están entre lo mejor y por ello es el más destacado de todos. Son tres: ‘Go Tell It on the Mountain’ (de reminiscencias soul), la animada ‘Stop The Train’ (que volvería a grabarse en Catch A Fire) y ‘Soon Come’, esta última con las mejores melodías del disco, demostrando que Tosh estaba en ese momento en una posición ventajosa respecto al propio Marley. Por si fuera poco, en ‘Hold On This Feeling’ toma el protagonismo Rita Marley (casada con Bob desde 1966) con buen resultado. Así pues, daba la impresión que en ese momento era todo una democracia bien avenida donde todos tenían su parte de protagonismo. Además, Bob protagoniza los momentos más vulgares del álbum, como son los excesivos “la, la, la” de ‘Soul Captives’ y las versiones. Y es que las dos versiones que encontramos son ciertamente olvidables. Una de ellas es la pildorita pop de ‘Sugar, Sugar’, la famosa canción popularizada por los dibujos animados del grupo imaginario The Archies. La otra viene escondida bajo el nombre de ‘Give Me A Ticket’, siendo en realidad la versión de la magnífica ‘The Letter’ de The Box Tops (excepcionalmente cantada por un jovencísimo Alex Chilton) y que aquí se vulgariza bajo el sonido reggae.

 

Como parecía ser la costumbre, se incluyen también versiones instrumentales de algunas de las canciones. Precisamente ‘Soul Shake Down’ es una toma instrumental de ‘Soul Shakedown Party’, canción que aparecía en el LP original y que aquí ha desaparecido, aunque al menos en la versión instrumental podemos escuchar lo más relevante que tiene, que es precisamente el órgano.

 

Quizá la edición fidedigna al LP original mejore con las canciones que aquí faltan, pero si nos atenemos a lo que se puede escuchar en el listado indicado, el resultado es ligeramente inferior a lo que venían haciendo hasta ese momento. Quizá ése fuera el motivo del disgusto de la banda y del archivo temporal de las grabaciones. En cualquier caso, a partir de ahora ya empieza lo bueno y el verdadero inicio de la leyenda de Bob Marley.

1) Concrete Jungle; 2) Slave Driver; 3) 400 Years; 4) Stop That Train;

5) Baby We've Got A Date (Rock It Baby); 6) Stir It Up; 7) Kinky Reggae;

8) No More Trouble; 9) Midnight Ravers.

Puntuación:

Año de publicación: 1973 

CATCH A FIRE

stars 10.png

Este álbum significó el inicio del éxito mundial de Bob Marley. Principalmente debido al acuerdo con la discográfica británica Island Records, fundada por el importante empresario musical Chris Blackwell. Island Records estaba interesada en la música jamaicana y los Wailers representaban una oportunidad que no se podía dejar pasar, tampoco por parte de Marley y compañía, deseosos de darse a conocer en otros países. Bueno, no era el caso de Bunny Wailer, quien pronto mostró su rechazo a salir de Jamaica, lo que llevaría a su salida del grupo en los siguientes años. El disco se grabó en Jamaica y las cintas de grabación fueron enviadas a los estudios británicos, donde se añadieron en algunas canciones nuevas partes instrumentales para reforzar el resultado, principalmente la guitarra de Wayne Perkins (el que probaría suerte con los Rolling Stones tocando en algunos temas de Black And Blue) y el teclado de Rabbit Bundrick, quien llegaría a tocar con The Who y Roger Waters, entre otros.

 

Solo hace falta escuchar ‘Concrete Jungle’ para eliminar todos los prejuicios que cualquiera pueda tener sobre la música reggae. El sonido de teclado del inicio recuerda enseguida al mejor Stevie Wonder, y hasta encontramos un memorable solo de guitarra (¡¡un solo de guitarra en una canción de reggae!!) hacia la mitad del tema. Bueno, el solo es porque lo añadió Perkins, claro está. El ritmo incisivo que posee facilita el mensaje existencialista, apoyado en una memorable interpretación vocal de Marley con grandes momentos como la entonación de “I said darkness has covered my light”. Y es que Bob es capaz de dotar a una canción de emotividad extra con su manera de expresar sentimientos con la entonación de versos o palabras. En ‘Kinky Reggae’ lo vuelve a conseguir cada vez que canta “Ride on”. Precisamente la repetición de esa expresión en la final ‘Midnight Ravers’ es algo que le hace perder puntos por la sensación de que ya lo hemos escuchado antes. Aun así, sus aires bíblicos al estilo del primer Dylan acústico, líricamente hablando, le aportan una solemnidad como declamación religiosa y al mismo tiempo como manifestación de la igualdad entre mujeres y hombres, además del acertado empleo de los coros que puede observarse.

 

La denuncia del esclavismo, una lacra en Jamaica, aparecerá en diversas ocasiones. Una de ellas es en ‘Slave Driver’, que emplea sabiamente los coros femeninos para hacer un contrapunto armónico o potenciar el estribillo de Marley, según la ocasión, lo cual en conjunto transmite una inquietante mirada hacia los abusos colonialistas. El canto desesperado de ‘No More Trouble’ tiene un ritmo bastante incisivo en el que Marley expresa un canto desesperado aunque todavía algo simple sobre la necesidad de amor en vez de más problemas, momento en el cual la sección rítmica realiza un magistral giro de deliciosas pausas. Lo más ligero llega hacia la mitad del álbum mediante las contemplativas ‘Baby We've Got A Date (Rock It Baby)’, introducida por una infantil melodía de órgano, y ‘Stir It Up’, mejorada por Perkins con la introducción de un sonido de guitarra distorsionada por el pedal wah-wah.

 

Peter Tosh canta en dos canciones, que curiosamente son regrabaciones de dos composiciones suyas que ya conocíamos con anterioridad. La ralentización de ‘400 Years’ contrasta mucho con la primera versión en Soul Rebels, pero no resulta un problema porque coloca en primer plano una interpretación mucho más emotiva de Tosh, donde frases como “Why do they fight against the poor youth of today?” llegan al alma como denuncia de esos cuatrocientos años de esclavitud sufridos por el pueblo jamaicano. Transcurrida la primera mitad del tema, puede escucharse de fondo un sencillo pero estrambótico órgano durante medio minuto aproximadamente, que es todo un puntazo. ‘Stop That Train’ ya la pudimos escuchar en el álbum anterior y aquí vuelve a ralentizarse el ritmo para dotarla de una perspectiva diferente.

 

Pocos álbumes de reggae, si los hubiere, pueden igualarse a la grandeza de Catch A Fire, además de ser uno de los mejores ejemplos que pueden conocerse de este estilo. Prácticamente todas las canciones presentan elementos o detalles que la elevan por encima de cualquier artista o banda de reggae. Que se hubiera retocado en el estudio la grabación original es un detalle menor que no afecta a la consideración que se pueda tener de este disco. Su portada es de mal gusto, al menos para los cánones actuales, no solo por lo insalubre de fumar sino también porque probablemente no sea tabaco. Mucho más creativa era la caja original del LP, puesto que era una recreación de un encendedor Zippo y para extraer el vinilo se abría de igual manera que el encendedor. En cualquier caso, la portada es otro detalle menor que no debe crear prejuicios para disfrutar de esta obra maestra.

BURNIN'

Año de publicación: 1973 

Puntuación:

stars 8.png

1) Get Up, Stand Up; 2) Hallelujah Time; 3) I Shot The Sheriff; 4) Burnin' And Lootin'; 5) Put It On; 6) Small Axe; 7) Pass It On; 8) Duppy Conqueror; 9) One Foundation;

10) Rastaman Chant.

Una vez abierto al mundo y habiendo ganado notoriedad, Bob Marley estaba decidido a aprovechar la oportunidad y lanzar sus mensajes reivindicativos para que llegaran al máximo de gente posible. El título de este nuevo LP es apropiado porque Bob está encendido y la conciencia política en las canciones ha aumentado considerablemente respecto al álbum anterior. De hecho, se comienza con ‘Get Up, Stand Up’, una valiente invitación a la gente para que se levante y luche por sus derechos. Una de las brillantes citas del mejor ensayista valenciano del siglo XX, Joan Fuster, decía que la política que no hagamos nosotros, la harán contra nosotros. Visto lo ocurrido durante cuarenta años de democracia en España, es evidente que Marley y Fuster tienen razón y debemos sensibilizarnos e implicarnos para reclamar acciones legislativas que velen realmente por los derechos de los ciudadanos. De otra manera, serán los bancos, grandes empresas y otros grupos de presión quienes conseguirán que los políticos actúen en su favor y en detrimento de los demás, como ocurre hasta ahora.

 

En esta ocasión ya no encontraremos instrumentos adicionales añadidos a posteriori, como ocurría en Catch A Fire, pero tampoco se echan en falta porque The Wailers como banda ya podían por sí mismos añadir suficientes toques de calidad como para elevar su música por encima de lo más convencional del reggae. Así pues, la efectividad de ‘Get Up, Stand Up’ se basa en su pegadizo estribillo y un ritmo combativo dentro de lo que es la cadencia del reggae, muy adecuado para que Bob y Peter Tosh (coautor y cantante de alguna estrofa y el estribillo) suelten perlas como “Most people think Great God will come from the skies” o “You can fool some people sometimes / But you can't fool all the people all the time”.

 

Más incisiva resulta ‘I Shot The Sheriff’, tanto por su ritmo animado como por la  soberbia parte de teclado que desemboca al final en un desaforado solo. Si nos fijamos en la historia narrada en la letra, es toda una demostración de la grandeza lírica de Marley. Cantada en primera persona, se trata de la súplica desesperada de un hombre por el homicidio de un sheriff en defensa propia, algo que reconoce como consecuencia de los abusos policiales sufridos, pero al que quieren cargarle también la muerte del ayudante del sheriff. El tema del esclavismo tampoco podía faltar con desgarradores temas como ‘Burnin' And Lootin'’, aunque no todo iba a ser reivindicación y también hay espacio para la calma y la esperanza, como por ejemplo en ‘Hallelujah Time’.

 

Por otro lado, ‘Duppy Conqueror’ es una regrabación del tema que ya conocimos en Soul Revolution y sigue teniendo esas entonaciones cautivadoras que la primera vez no se captan muy bien pero que poco a poco van aflorando después. De ese álbum también volvieron a grabar ‘Put It On’, donde se nota la mejora del resultado aunque sea un tema más convencional respecto a lo que es el reggae. Y es que el resto del álbum es en general menos vistoso que las primeras canciones, puesto que ‘Small Axe’ o ‘Pass It On’ (ambas también regrabaciones aunque no formaron parte de los álbumes anteriores) inciden en el sonido estándar bien conocido. Lo único flojo es el canto casi tribal de ‘Rastaman Chant’, una simple canción tradicional religiosa que parece el equivalente rastafari del ‘Hare Krishna’.

 

El inicio de ‘One Foundation’ parece directamente inspirado en el de ‘I Threw It All Away’ de Bob Dylan, aunque luego se desarrolla de manera más convencional bajo la voz de Peter Tosh, su autor, solo salvado por la especial habilidad del batería y las florituras del teclado. La referencia a Dylan puede parecer una casualidad, pero si atendemos en las composiciones de Marley a versos tan evidentes como “How many rivers do we have to cross / Before we can talk to the boss?” (de ‘Burnin' And Lootin'’) o “Now the times are changin'” (de ‘Hallelujah Time’). Era evidente que un conocedor de la escena musical mundial como Marley debía conocer también muy bien la obra de su tocayo de Duluth.

 

Si hacemos un recuento global, este álbum se compone de varios temas relevantes (dos de ellos verdaderos himnos) y otros de relleno que hacen decrecer la valoración final. En cualquier caso, es otro disco importante de Bob Marley de importancia histórica porque supuso la salida del grupo de Peter Tosh y Bunny Livingstone, dos de los tres Wailers originales. Pero el verdadero genio era Marley, tal como se podía comprobar hasta ese momento y como quedará refrendado en los años venideros.

NATTY DREAD

Año de publicación: 1974 

Puntuación:

stars 9.png

1) Lively Up Yourself; 2) No Woman, No Cry; 3) Them Belly Full (But We Hungry); 4) Rebel Music (3 O'Clock Roadblock); 5) So Jah Seh; 6) Natty Dread;

7) Bend Down Low; 8) Talkin' Blues; 9) Revolution.

Sin Peter Tosh ni Bunny Livingstone (o Bunny Wailer), comenzaba una nueva etapa en la carrera artística de Bob Marley. Se confirmaban como miembros estables el trío coral de The I-Threes (con la mujer de Bob, Rita, a la cabeza) y llegaba un nuevo guitarrista a la formación, Al Anderson, que demostraría una mejor técnica que la de Tosh, un cambio esencial que permitiría mejorar la ejecución musical aunque a cambio se perdía la originalidad compositiva de Tosh. Gracias a esta mejora técnica, Marley se siente confiado para crear composiciones que puedan extenderse en su duración sin que ello repercuta en monotonía. Bueno, el concepto de “creación” aquí es un tanto peculiar, pero solo jurídicamente hablando.

 

La historia detrás de la autoría de la famosa ‘No Woman, No Cry’ es bien conocida: Vincent Ford era un amigo de la infancia de Marley que le ayudó mucho (sobre todo a no pasar hambre) cuando este se instaló junto a su madre en el barrio marginal de Trenchtown. Como consecuencia de tanta altruista gratitud, Bob le devolvió los favores acreditándolo como autor de una de sus inolvidables canciones, lo cual le aportaría unos ingresos para toda la vida. No es el único caso, porque Marley únicamente aparece como compositor de tres de las canciones del álbum, cuando él era el único que escribía. En el resto de casos, era debido a problemas legales con los derechos de las canciones con la empresa que tenía esos derechos. Ya se sabe que todo artista, cuando inicia su andadura en el mundo de la música, tiene que bajarse los pantalones y firmar lo que le pongan delante para que no le cierren las puertas. Por cierto, la versión que más se ha difundido de ‘No Woman No Cry’ es en directo, por lo que habrá gente que no conozca la versión de ritmo ligeramente más rápido del estudio.

 

Sin poder conocer realmente cuánto sabía Bob de historia, lo cierto es que era consciente de que, cuando hay una oligarquía reinante y los partidos políticos simplemente se alternan para mantener un sistema socioeconómico injusto pero rentable a esa oligarquía, la única opción para acabar con eso es la movilización ciudadana. ‘Revolution’ es bastante explícita en ese sentido, alertando también del peligro de ser utilizado por los partidos políticos para dar imagen de modernidad y conciencia: “Never make a politician grant you a favor / They will always want to control you forever”. Que se lo pregunten en Catalunya a Els Setze Jutges y el ostracismo que sufrieron en democracia por el gobierno aparentemente nacionalista del partido demócrata-cristiano que los había apoyado durante la dictadura, quienes demostraron después que primero estaba el dinero (para sus bolsillos) y luego la bandera. En la pegadiza ‘Them Belly Full (But We Hungry)’ también podemos escuchar otra de esas frases definitorias que dan lugar a una revolución (“A hungry mob is an angry mob” --> “Una multitud hambrienta es una multitud airada”). Sobre las miserables condiciones de vida en los guetos está basada ‘Talkin' Blues’, otro motivo para abominar de los políticos de Jamaica, tal como hacía Marley, aunque al final acabaría malparado igualmente por un tiroteo de sesgo político un par de años después.

 

La música reggae entendida como música envolvente tiene una de sus mejores expresiones en ‘Rebel Music (3 O'Clock Roadblock)’, pues durante casi siete minutos mantiene un hipnótico ritmo donde no falta un sinuoso solo de guitarra de la nueva incorporación, Al Anderson. La inicial ‘Lively Up Yourself’ también se mueve en esos términos. La solemnidad de los temas más religiosos aquí alcanzan uno de sus momentos álgidos en ‘So Jah Seh’, donde los vientos alcanzan el mayor protagonismo al marcar los toques cualitativos, así como una guitarra que va soltando exquisitas líneas. Esos instrumentos de viento son también los verdaderos protagonistas de la canción que da título al álbum, una reivindicación de la cultura rastafari. El único tema más discreto que encontraremos es ‘Bend Down Low’, pero tiene un animado ritmo que la hace entretenida.

 

En resumen, el primer disco verdaderamente en solitario de Marley es todo un portento de evolución técnica y posee las mejores características de los álbumes anteriores. Bob seguía enfundando su mensaje de reivindicación en grandes melodías y entramados instrumentales, lo cual potenciaba su repercusión aunque sus ventas no seguían siendo muy altas, pero su reputación seguía creciendo entre las minorías cultas y abiertas de muchos países.

LIVE!

Año de publicación: 1975 

Puntuación:

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1) Trenchtown Rock; 2) Burnin' And Lootin'; 3) Them Belly Full (But We Hungry);

4) Lively Up Yourself; 5) No Woman, No Cry; 6) I Shot The Sheriff; 7) Get Up, Stand Up.

De dos conciertos consecutivos de julio de 1975 en el Lyceum Theatre de Londres se extrajo el repertorio que conforma este álbum, el primero en directo de Bob Marley y verdadera prueba de que como banda The Wailers eran todo un portento en el escenario también. Respecto a las versiones de estudio, se puede palpar la emoción especial que transmitían en concierto, pero no por el mensaje en sí que pudieran tener las canciones, sino porque los músicos también saben hacer que la música cobre vida por sí misma. El nuevo guitarrista que entró para la grabación de Natty Dread, Al Anderson, confirma aquí su destreza (solo hay que echarle un vistazo a su gran solo de guitarra en ‘Them Belly Full (But We Hungry)’).

 

Tampoco es que vayamos a encontrar diferencias notables respecto a los equivalentes de estudio, salvo en el caso de ‘No Woman, No Cry’, que se publicitó como single y eclipsó para la posteridad la versión original algo más rápida e intimista. Aquí se ha transformado en una especie de himno alargado/aletargado hasta los siete minutos, donde el órgano le aporta un aura religiosa de la que carecía en Natty Dread. Preferir una u otra es cuestión de gustos, pero ambas transmiten una emoción especial, sobre todo gracias a la interpretación de Marley. Bueno, la versión de aquí está también enfocada a que el público participe de los coros, lo cual no es un punto a favor. Esto último es también el único problema que presenta ‘Get Up, Stand Up’, pues no parece transmitir tanta fuerza debido a que probablemente se cantaba de manera un tanto robótica para que el público participara con ellos. Es por ello que le sobraría la parte final más interactiva.

 

Cabe destacar también la existencia de una canción inédita, que es justamente la primera de todas (‘Trenchtown Rock’), un primoroso homenaje al poder beneficioso de la música para el ser humano. Y es que así hemos de tomarnos este álbum en directo de Bob, como una celebración musical ante todo, independientemente de que además tenga el valor añadido de unas letras comprometidas y valientes. Un documento en definitiva de un artista y unos músicos en estado de gracia.

2018

RASTAMAN VIBRATION

Año de publicación: 1976 

Puntuación:

stars 8.png

1) Positive Vibration; 2) Roots, Rock, Reggae; 3) Johnny Was; 4) Cry To Me;

5) Want More; 6) Crazy Baldhead; 7) Who The Cap Fit; 8) Night Shift; 9) War;

10) Rat Race; [BONUS TRACK:] 11) Jah Live.

2018

Un nuevo álbum de estudio debía servir para consolidar a Bob Marley en solitario tras la que había sido una gran demostración de autosuficiencia mediante Natty Dread, ya sin Peter Tosh ni Bunny Wailer. También se emplean por vez primera los sintetizadores y es lo que suele destacarse de este álbum, aunque no tienen un papel predominante y simplemente forman parte del armazón sonoro habitual, no hay que temer ningún tipo de exceso y en la mayor parte del disco pasan desapercibidos. Sigue el cachondeo con la autoría de las canciones, algo que ya se explicó que fue debido sobre todo a problemas con la empresa que poseía los derechos de lo que escribiera Bob, motivo por el cual cedía esos derechos de autor a amigos, compañeros y a su mujer Rita. Pero estaba bien claro quién era la fuerza creativa.

 

Puede decirse que lo que era el LP original comienza en una nota optimista con sus dos primeras canciones y acaba en el polo opuesto, con dos canciones de tono pesimista. Dentro del optimismo que irradia ‘Positive Vibration’ y su mensaje de actitud positiva, caben también diversos ganchos musicales sencillos pero muy efectivos, tanto en su estribillo (“Rastaman vibration, yeah, Positive!”) como en versos cortos y pegadizos (“Pickin' up? / Are you pickin' up now?”). El buen rollo prosigue mediante ‘Roots, Rock, Reggae’ de la que solo puede destacarse que fue el único single que tuvo algo de ventas en Estados Unidos (los LP’s funcionaban mejor), algo sorprendente porque, aun siendo una canción con el gancho inapelable de Marley, no está a la altura de muchas otras grandísimas composiciones que conforman el cancionero de Bob.

 

Si atendemos a la letra de ‘Johnny Was’, puede entenderse como una continuación de ‘No Woman, No Cry’ también en lo musical. Los coros femeninos que inician la canción y que la acompañan, así como el tono intimista, evocan la magia de ‘Knockin' On Heaven's Door’ de Bod Dylan, artista del que Marley no dejaba de prestar atención, tal cual queda acreditado en su discografía. Por cierto, que su voz suena mucho más grave de lo habitual y puede hacer pensar en que la canta otro de los Wailers. Hay también canciones más convencionales (‘Cry To Me’, ‘Night Shift’) que al menos suenan suficientemente agradables. No es el caso de ‘Crazy Baldheads’, iniciada con un alarido irritante de Marley para luego desarrollarse como un monolítico ritmo reggae donde se echan en falta mejores melodías vocales, además de que Bob demuestra que la improvisación vocal tampoco es lo suyo.

 

El Marley más reivindicativo e impetuoso aparece en ‘Want More’ para denunciar la futilidad de la codicia, consiguiendo un gran resultado gracias al inquietante bajo que acompaña toda la canción. También contra la falsa amistad (“Only your friend know your secrets / So only he could reveal it”) en ‘Who The Cap Fit’, aunque de forma más amigable y con un solo de sintetizador no muy afortunado. Pero Bob era ya consciente de que el problema del mundo es global, que estamos en una carrera de ratas (‘Rat Race’) que buscan el poder y el dinero a toda costa aunque buscando excusas que lo justifiquen y que acabe asumiendo la población. La manera en la que canta “rat race” ciertamente no aporta más que pesimismo ante la situación descrita. El discurso antibelicista en las Naciones Unidas del último rey de Etiopía (también icono religioso del movimiento Rastafari) sirve de letra para ‘War’, que en manos de Marley multiplica la expansión del mensaje. Para evitar la monotonía que podría resultar de un discurso, Bob añade la palabra “war” por todos lados (sobre todo en los coros femeninos) para enfatizar el terror de la palabra, así como los instrumentos de viento en los finales de estrofa y más repetidamente hacia el final, configurando la metamorfosis de un texto en algo melódico. Sinéad O'Connor también recogería ese discurso para romper una foto del Papa en un programa de televisión y protestar por los abusos sexuales a menores en el seno de la iglesia, pero esa ya es otra historia.

 

El tema adicional ‘Jah Live’ sirve para acabar de una manera relajada después de los últimos mensajes más desesperanzadores. Pero bueno, ser realista no está reñido con ser optimista, aunque será la cruda realidad de los acontecimientos venideros, sufridos en carne propia, lo que marcará el siguiente paso artístico de Marley.

EXODUS

Año de publicación: 1977 

Puntuación:

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1) Natural Mystic; 2) So Much Things To Say; 3) Guiltiness; 4) The Heathen; 5) Exodus; 6) Jamming; 7) Waiting In Vain; 8) Turn Your Lights Down Low; 9) Three Little Birds; 10) One Love/People Get Ready.

Una de las claves para entender la génesis de este álbum es un suceso que ocurrió en diciembre de 1976. Debido al clima de tensión y la escalada de violencia que comenzaba a sacudir Jamaica, Marley decidió organizar un concierto gratuito. En esa época había dos partidos políticos fuertes en la isla y en ambos existían grupúsculos armados que se tomaban la justicia por su mano sin atender a más razones que las mongoloides de “estás conmigo o estás contra mí”. Así, como el concierto gratuito había de pasar por la autorización del partido gobernante, hipotéticamente los del partido contrario lo entendieron como un posicionamiento político de Marley, más si cabe cuando poco después de anunciar el concierto el gobierno anunció también que habría elecciones, politizando todo de esa manera. Así, dos días antes del concierto, unos pistoleros acudieron al lugar donde Bob y sus músicos estaban ensayando y comenzaron a disparar a discreción. Milagrosamente, solo hubo heridos (entre ellos, Bob y Rita Marley) y ningún muerto, lo cual tampoco canceló el concierto y valientemente se pudo realizar la actuación. Como es obvio, el atentado supuso un fuerte shock y Marley abandonaría Jamaica para instalarse en Inglaterra. El éxodo que titula el disco es también ese éxodo de Bob tras ver peligrar su vida de aquella manera. ¿Y qué le puede pasar a una persona por la cabeza cuando ha estado a punto de morir? Primero, la clarividencia de reconocer qué cosas son las importantes en la vida; segundo, la vitalidad de sentirse como renacido para realizar todo lo que se tiene en la mente lo antes posible; y tercero, lanzar un mensaje definitivo a la humanidad.

 

Esos últimos puntos explican de alguna manera la evolución lírica y musical patente en este disco. Por ejemplo, la milagrosa salvación del atentado es lo que parece sobrevolar en la letra de ‘Natural Mystic’ (“This could be the first trumpet / Might as well be the last”), como una manera de reconocer Marley su incapacidad para entender los sucesos presentes y para ello exponer la necesidad de sustraerse a todo ello, de tal manera que el misticismo le vuelva a dar la respuesta necesaria. Todo ello envuelto en un ritmo prominente y hasta amenazante, como si nos estuviera recalcando lo serio del mensaje, en un estilo jam que es la base también del tema que da título al álbum. Y es que, durante más de siete minutos, ‘Exodus’ nos envuelve mediante un entramado instrumental denso y repleto de detalles en el que la llamada al éxodo hacia la tierra prometida se convierte en un canto reivindicativo muy poderoso. A esto ya no se le puede llamar reggae tal como conocemos ese género, es un paso más hacia delante. ‘The Heathen’ crea otro de esos mantras reivindicativos mediante la hipnótica repetición de la frase “The heathen back, yeah, upon the wall” (o algo así, que la pronunciación se las trae), que deja lugar para unos impresionantes solos de guitarra distorsionada de fondo, a los que vale la pena prestar atención.

 

Si hablamos de hipnotizar, la canción llamada ‘Jamming’ es otro de los mejores ejemplos que encontramos, aunque curiosamente no se parece tanto a lo que debería ser una jam. Prima más la melodía en este caso, por lo que su estructura cíclica y los notables punteos del nuevo guitarrista Junior Marvin acaban de completar un conjunto redondo y de justificada popularidad. Por otro lado, ‘Guiltiness’ en algunos momentos recuerda bastante a ‘Rat Race’ y su mensaje no se queda atrás, denunciando en este caso la falsedad e hipocresía que rige la vida de esos peces gordos cuya única ambición es conseguir más dinero a base de abusar de su posición de poder (“These are the big fish / Who always try to eat down the small fish”). Y es que apenas encontramos aquí composiciones ordinarias, sino a un Bob muy inspirado; ‘So Much Things To Say’ es casi lo único que encontraremos aquí que pueda catalogarse de relleno.

 

La melodía de teclado que introduce ‘Waiting In Vain’ penetra todas las capas dérmicas y nos anuncia la entrada en una segunda parte del álbum dominada por las canciones de amor. Ni comparación tiene con la introducción pueril de teclado de ‘Three Little Birds’, otra de esas canciones de Marley que desprenden positivismo y lo transmiten sin dificultad, además de parecer otro mensaje personal de autoayuda para superar el atentado que sufrió. Las dos citadas en este párrafo más la final ‘One Love/People Get Ready’ son tres de las canciones más universales de Bob y también de las más repetidas todavía en las emisoras de radio. Esta última ayudada también por versos sencillos y optimistas como el famoso “One love / One heart / Let's get together and feel all right”, que enfundados en melodías pegadizas aseguran su universalidad atemporal. Por otro lado, ‘Turn Your Lights Down Low’ es un nuevo ejemplo de balada tipo ‘No Woman, No Cry’, aunque con menos gancho.

 

Estamos en definitiva ante uno de los mejores discos grabados por Marley, musicalmente de los más portentosos. Aunque hubo de ser un terrible atentado lo que espoleara su creatividad, la manera de expresar y expandir su mensaje es más abstracta y universal que nunca, pero su efectividad es también mucho mayor, lo que unido a unos músicos en estado de gracia, conforman toda una experiencia sonora que se aleja definitivamente de cualquier idea preconcebida que se pueda tener sobre el reggae. Imprescindible.

Una vez echada toda la carne en el asador con Exodus, cabía relajarse un poco y comenzar a disfrutar de las cosas más cercanas. Bob estaba más tranquilo al darse cuenta que su atentado fue algo circunstancial y no que estuviera en constante peligro de muerte, así que tras tanta emoción fuerte en lo personal y en lo musical, aquí todo se reblandece, de tal manera que hasta vuelven a grabarse dos canciones antiguas que habían formado parte de Soul Revolution: ‘Sun Is Shining’ y, curiosamente, la que da título al álbum. El buen rollo y la mentalidad positiva y tranquila se transmite nada más comenzar el álbum con ‘Easy Shanking’ (“Take it easy / Got to take it easy”), que además se consigue mediante un ritmo atractivo y melodías con gancho, creando unas expectativas respecto al disco que luego no se cumplen. Si uno de los aspectos que hacían de Marley un gran músico era su capacidad de crear gran variedad dentro de un estilo aparentemente monolítico como el reggae, aquí pierde parte de ese encanto porque en muchos casos los temas ya suenan a lo que ya conocemos a estas alturas.

 

En cualquier caso, Bob y compañía ya no pretenden liderar ningún movimiento social o reivindicativo y simplemente pretenden disfrutar de lo que hacen. Transmitir a l@s oyentes, por ejemplo, el placer de dejarse llevar por la energía que transmite el tiempo soleado y la música en ‘Sun Is Shining’ (“Sun is shining / The weather is sweet / Make you want to move your dancing feet”), a través de unas prominentes líneas de bajo que marcan el tema. Ese sentimiento de amor a la naturaleza también se refleja en ‘Kaya’ (“I feel so high, I even touch the sky / Above the fallin' rain”), aunque de manera más vulgar en lo musical. Es precisamente ese el mayor problema que presenta este álbum, que todo ese relax que transmite se refleja también en una relajación compositiva que convierte parte del cancionero, esta vez sí, en típicas canciones reggae sin ese toque diferencial que solían poseer las composiciones de Marley. ‘Crisis’ es otro nuevo ejemplo de esa caída en una sospechosa vulgaridad que al menos resulta agradable y se hace llevadero. Desafortunadamente, no es el caso de ‘Running Away’, que comienza como una reescritura menor de ‘Waiting In Vain’ para seguir con una monotonía exagerada en su ritmo y una letra demasiado simplona para lo que solía hacer Bob, dando la sensación de autoparodiarse. Esto es, no es que Marley fuera un Ruben Darío escribiendo las letras porque muchas veces se limita a repetir un mismo concepto, pero al menos siempre se había mostrado convincente en sus mensajes sencillos y directos.

 

Y, cómo no, algo que no podía faltar es el sentimiento más grande que puede sentir el ser humano, que es el amor y que aquí aparece enfundado en canciones más ordinarias (‘Satisfy My Soul’) o en toda una oda repleta de bellas melodías como es ‘Is This Love’, el único éxito de Marley que contiene este álbum. En esta última, la mágica interpretación de Bob suena honesta y pasional, como si la hubiera cantado pensando en la más predilecta de las amantes que tuvo, el muy truhan. Desde el sobrio pero expresivo riff de guitarra que se va repitiendo, hasta momentos de gran lirismo como en el que canta “I, I'm willing and able / So I throw my cards on your table”, se trata de una canción inolvidable más dentro del catálogo del jamaicano.

 

También queda algo de lugar para los mensajes sociopolíticos mediante ‘Misty Morning’ (“Don't jump in the water, if you can't swim”), pero sorprende un poco que ante tanto positivismo vital se incluya un tema que trate sobre una relación amorosa rota (‘She's Gone’), donde las sencillas líneas de guitarra sueltas que van apareciendo no hacen sino expresar de manera acentuada el dolor del protagonista.

 

No se podía, en principio, extraer ninguna conclusión de este álbum porque era una consecuencia del principio de acción-reacción, es decir, que tras el derroche emocional de Exodus lo que tocaba era un descanso espiritual para recuperarse anímicamente. Sin embargo, el bajón musical que representa este disco dentro de su trayectoria no haría sino agravarse todavía más. Creativamente, ya no conseguirá las cotas de antaño y los momentos de brillantez irán escaseando hasta su trágica muerte. Aun así, todavía demostraría que en directo era, junto a sus músicos, toda una fuerza a tener en cuenta.

1) Easy Skanking; 2) Kaya; 3) Is This Love; 4) Sun Is Shining; 5) Satisfy My Soul;

6) She's Gone; 7) Misty Morning; 8) Crisis; 9) Running Away; 10) Time Will Tell.

Puntuación:

Año de publicación: 1978 

KAYA

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BABYLON BY BUS

Año de publicación: 1978 

Puntuación:

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1) Positive Vibration; 2) Punky Reggae Party; 3) Exodus; 4) Stir It Up; 5) Rat Race;

6) Concrete Jungle; 7) Kinky Reggae; 8) Lively Up Yourself;

9) Rebel Music (3 O'Clock Roadblock); 10) War/No More Trouble; 11) Is This Love;

12) Heathen; 13) Jamming.

Solo tres años antes se había publicado el anterior disco en directo, Live!, pero tan solo se repite ‘Lively Up Yourself’ del escueto repertorio de aquella, ya que este Babylon By Bus se nutre principalmente de los álbumes publicados entre medio, si bien solo encontraremos ‘Is This Love’ del que entonces era el más reciente. En cualquier caso, la mayor diferencia que encontraremos entre ambos discos es que Marley y los suyos se han convertido en una máquina bien engrasada a la hora de ejecutar piezas que en los últimos años también se habían sofisticado a la hora de componerlas. Todo ello queda denotado claramente por el protagonismo que toma la guitarra eléctrica en determinados momentos, gracias a aguerridos y efectivos solos que elevan el papel de los músicos por encima de meros acompañantes de Bob.

 

Aunque no estén algunos de sus éxitos más conocidos (que en buena parte ya se encuentran en Live!), a cambio podemos disfrutar de joyas como ‘Concrete Jungle’ de su álbum de debut, con un sonido actualizado y un espectacular solo de guitarra. Eso mismo consigue elevar ‘Rebel Music’ al estado de karma rastafari, si algo así puede existir. Probablemente sea ese mismo el motivo para repetir ‘Lively Up Yourself’ de nuevo en un álbum en directo, puesto que aquí el trabajo de guitarra es mucho más vistoso. Vale la pena también descubrir la canción inédita ‘Punky Reggae Party’, de ritmo aguerrido en un estilo que hubiera encajado muy bien en Exodus, además de tener un comienzo declamatorio de los que invitan a unirse al público, tal como se atestigua aquí. En contraposición, resulta curioso constatar cómo la fuerza que se desplegaba en las versiones de estudio de ‘Exodus’ y ‘Jamming’ no produce el mismo efecto en directo, donde se pierde el efecto incisivo original en pro de una mayor fijación en el mantenimiento un cierto ambiente para que Marley realice su show personal.

 

Por otro lado, es una gran idea ensamblar ‘War’ con ‘No More Trouble’, pues la primera resultaba algo repetitiva en su completitud, pero aquí aparece en su justa medida y ofreciendo todo lo mejor en una emotiva interpretación, pasando luego el testigo a otro de los grandes temas de Catch A Fire, un movimiento inesperado pero bien pensado. Lo que ya no resulta apropiado es alargar la duración de ‘Is This Love’, un tema intimista y con un brillante riff que, al repetirse en exceso, pierde buena parte de su carga emotiva y por tanto perjudica a la propia canción.

 

En cualquier caso, son pocas las objeciones para un gran álbum en directo que muestra a unos músicos jamaicanos en portentoso estado de forma, último atisbo de grandeza antes de la decadencia posterior. Por último, destacar que entre pegatinas y recortes de prensa que se encuentran en el libreto, puede observarse una que dice “Music Ibiza ‘78”. Un bonito recuerdo del concierto que realizó en la isla aquel año.

SURVIVAL

Año de publicación: 1979 

Puntuación:

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1) So Much Trouble In The World; 2) Zimbabwe; 3) Top Rankin'; 4) Babylon System;

5) Survival; 6) Africa Unite; 7) One Drop; 8) Ride Natty Ride; 9) Ambush In The Night; 10) Wake Up And Live.

Tras el relajamiento espiritual que supuso Kaya, le volvía a Bob esa necesidad de expandir un mensaje político de unión y fraternidad mundial. En esta ocasión, centrado temáticamente en el continente africano, cuna de la religión rastafari que él profesaba. Pero si en Europa ya ha costado y sigue costando conseguir una unidad, en África se multiplican los problemas y los impedimentos. Sin embargo, en lo estrictamente artístico no hay nada novedoso a destacar, como si en esta ocasión Marley se hubiera centrado en la letra por delante de la música para lanzar sus mensajes políticos sin darle mayor importancia a la envoltura. En el mejor de los casos, la sensación de repetición de ideas anteriores es evidente. Pero ni de lejos se acercan a esos ritmos incisivos y envolventes que caracterizaban las canciones más políticas de Exodus y que convirtieron ese álbum en uno de los mejores de su discografía. Precisamente el único momento en el que parece envolverse en el espíritu de aquel disco es en ‘Survival’, poseedor de un ritmo de los que enganchan pero que tampoco puede llegar a la grandeza de otros predecesores. En cualquier caso, este tema que da título al álbum es también el único que puede escucharse con agrado en repetidas ocasiones.

 

Así pues, una mezcla de reciclaje de ideas musicales con ideas políticas también recicladas no puede dar como resultado sino un disco mediocre e irrelevante, en el mejor de los casos. Algo de ‘Waiting In Vain’ rezuma en el inicio de ‘So Much Trouble In The World’. Ecos de ‘Easy Shanking’ resuenan en los coros femeninos que repiten el título de ‘Zimbabwe’ en este último tema, profética composición ya que al año siguiente el país africano conseguiría su independencia, pero bajo el yugo del dictador Robert Mugabe. Ciertamente queda muy inocente la declamación de Marley por una África unida (‘Africa Unite’), sobre todo cuando en 1974 ya había salido a la luz el clarificador documental de Barbet Schroeder sobre el trastornado y sanguinario dictador de Uganda. El tiempo ha evidenciado también la ineficacia/inacción de las Naciones Unidas para evitar matanzas étnicas y el desmembramiento de países como Sudán o Etiopía, consecuencia inevitable de la ausencia de políticas globales acordadas por el resto de países y que faciliten una necesaria evolución hacia la democracia.

 

Resulta desesperante la vulgaridad musical de temas como ‘Babylon System’, ‘Africa Unite’, o ‘Ride Natty Ride’, pues desmerecen estar en el catálogo de Marley. Es lo que podríamos esperar de cualquier conjunto típico de reggae, pero no de un artista que universalizó ese estilo a base de llevarlo a extremos que bordeaban los límites del pop y el rock. El grueso del álbum no pasa de simple música reggae de acompañamiento, que ni siquiera en la letra consigue levantar el vuelo, ya que se vuelven a repetir los tópicos de unidad, libertad, levantamiento, opresión, etc. En ‘Ambush In The Night’ vuelve a denunciar de manera valiente el empleo de la violencia como medio para conseguir objetivos políticos, pero para análisis sociológicos ya están los libros si no hay alicientes musicales suficientes. Y aquí es evidente que no los hay.

UPRISING

Año de publicación: 1980 

Puntuación:

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1) Coming In From The Cold; 2) Real Situation; 3) Bad Card; 4) We And Them;

5) Work; 6) Zion Train; 7) Pimper's Paradise; 8) Could You Be Loved;

9) Forever Loving Jah; 10) Redemption Song.

El título del último LP que Bob publicó en vida (“Alzamiento”) parece una cruel ironía respecto a la fatal realidad que se le presentaba con el cáncer que acabaría con su vida. Las fotos del libreto muestran también a un Marley tan apasionado como siempre en el escenario, sin nada que hiciera pensar en una enfermedad terminal que se le estaba extendiendo y que le llevaría por delante al año siguiente. De hecho, pocos meses transcurrieron entre la publicación de este álbum y el momento en que detectaron que el cáncer que sufría se le había extendido por todo el cuerpo.

 

En lo musical, algo se había mejorado respecto al disco anterior, aunque no demasiado. La sensación que transmite de entrada este álbum es mala, básicamente porque los cuatro temas más flojos están ubicados justo al inicio. Parece la simple continuación de la vulgaridad musical exhibida en Survival, de la cual no puede esperarse sino simple y corriente reggae, lo mismo que podría ofrecer cualquier otra banda de estilo similar. En el caso de ‘Bad Card’, es incluso una autoimitación de su estilo baladista. Y si nos fijamos en ‘Coming In From The Cold’, solo la salva de ser un verdadero desastre el fragmento donde los coros contestan “No, dread, no”. Al menos otros temas como ‘Pimper's Paradise’ o ‘Forever Loving Jah’, sin ser tampoco nada en especial, presentan en su ejecución un mínimo de gusto y también de cuidado por la melodía.

 

Cuando Marley recupera la solemnidad necesaria para imprimir un carácter duradero a sus canciones, es cuando consigue elevarse por encima de lo convencional, aunque por desgracia sea solo en un par de ocasiones. En ‘Work’ funciona muy bien la solemnidad imprimida, además de aprovechar por fin al guitarrista Junior Marvin (o quizá sea Al Anderson) para que añada unas cuantas líneas comprometidas con su mensaje de iniciativa rastafari. De manera análoga, esa poderosa manera de cantar “Zion's train is coming our way” es lo que convierte a ‘Zion Train’ en una especie de himno al que quizá le faltaría una mayor originalidad en las estrofas para haber conseguido una composición duradera. Sin nada que ver con el resto de canciones, el éxito de este álbum fue ‘Could You Be Loved’, singular y triunfante mezcla de reggae y música disco que engancha con su hipnótico ritmo y el activo empleo de los coros para dejar algunas grandes melodías complementarias.

 

No es nada usual encontrar en un artista de reggae una balada acústica de simple guitarra como ‘Redemption Song’, muy emotiva en su sencillez y con uno de sus versos que puede tomarse como una declaración de última voluntad para que el mensaje de unión y reivindicación que quiso transmitir, aunque fuera desde una perspectiva religiosa, por su universalidad no decaiga: “Won't you help to sing these songs of freedom?”. Luego llegaría el final prematuro, con tan solo treinta y seis años, sin que podamos saber cómo hubiera sido un Marley que amalgamara la música reggae con la New Wave, o si hubiera sucumbido a la moda de los sintetizadores ochenteros. En todo caso, una verdadera lástima y una pérdida irreemplazable para la música.

CONFRONTATION

Año de publicación: 1983 

Puntuación:

stars 6.png

1) Chant Down Babylon; 2) Buffalo Soldier; 3) Jump Nyabinghi; 4) Mix Up, Mix Up;

5) Give Thanks & Praises; 6) Blackman Redemption; 7) Trench Town;

8) Stiff Necked Fools; 9) I Know; 10) Rastaman Live Up!.

Este disco póstumo recoge temas inéditos grabados a lo largo de los últimos años de carrera de Marley, desde 1977 a 1980, embellecidos en la mayoría de casos en la post-producción con nuevos elementos instrumentales o mediante coros. Contando con que el material de Bob había decaído notablemente desde Kaya, dirigiéndose hacia un sonido reggae más vulgar y mucho menos atrayente, un disco de descartes no es a priori una opción acertada para quien esté deseando encontrar alguna joya nueva. De hecho, nadie la va a encontrar por mucho que busque.

 

El único tema conocido de este álbum y que suele formar parte de los recopilatorios de Marley es ‘Buffalo Soldier’, aunque podían haberse ahorrado las penosas trompetas que se escuchan en su introducción. Luego suena más entretenido y la parte vocal también tiene su gancho, incluidos esos locos “oh, yo, yo” que va cantando. En contraposición, hay algunos temas como ‘Mix Up, Mix Up’, ‘Rastaman Live Up!’ y ‘Stiff Necked Fools’ que ciertamente se quedan en el límite entro lo flojo y lo bochornoso, dependiendo de cómo se encuentre un@ de humor el día que los escuche. Y bueno, no vale mucho la pena recrearse en analizar posibles reciclajes de melodías o elementos de otras canciones conocidas, como pudiera ser claramente la melodía que introduce ‘I Know’, puesto que recuerda claramente a la de ‘I Shot The Sheriff’, igual que esa manera de cantar que transmite desesperación como en el citado éxito de Bob.

 

Sirva como evidencia de la irrelevancia de este insustancial agrupamiento de temas inéditos que lo más interesante de todo el álbum es su contraportada, en la cual se ilustra la histórica batalla de Adua de 1896, al estilo de las pinturas de la época, donde los etíopes lograron vencer a Italia y librarse de su yugo colonizador. Unas décadas después, al dictador fascista Mussolini le volverían las ínfulas expansionistas y se lanzaría de nuevo a reconquistar Etiopía y otras tierras africanas, creyéndose un nuevo Julio César que, en ese sentido, más bien representaba el reflejo del César en el espejo cóncavo de Valle-Inclán. Pero bueno, dejemos estos breves apuntes de historia porque esta no es la web indicada para seguir con ello…

1) Talkin'; 2) Talkin' Blues; 3) Talkin'; 4) Burnin' And Lootin'; 5) Talkin';

6) Kinky Reggae; 7) Get Up, Stand Up; 8) Talkin'; 9) Slave Driver; 10) Talkin';

11) Walk The Proud Land; 12) Talkin'; 13) You Can't Blame The Youth; 14) Talkin';

15) Rastaman Chant; 16) Talkin'; 17) Am-A-Do; 18) Talkin'; 19) Bend Down Low;

20) Talkin'; 21) I Shot The Sheriff.

Puntuación:

Año de publicación: 1991 

TALKIN' BLUES

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Este álbum recopila actuaciones en directo de 1973 y 1975 (excepto una, todas pertenecientes a unas grabaciones en una emisora de radio de San Francisco en octubre de 1973) y unos pocos temas inéditos que no van a ser ninguna revelación. Eso significa que en 1973 estamos en la época de Peter Tosh y Bunny Wailer (es en 1974 cuando ambos se irían), si bien este último no aparece porque en la primera salida fuera de Jamaica solo aguantó la gira británica. Cuando se dirigieron a Estados Unidos, Bunny prefirió volverse a Jamaica.

 

Intercalados entre las canciones encontramos extractos de una entrevista a Marley de 1975 (los titulados como ‘Talkin'’), que presentan la dificultad añadida de entender el complicado acento jamaicano. No en vano, en la versión original del documental Marley (2012) aparecen subtítulos de vez en cuando, para que los mismos ingleses lo entiendan. Son breves los extractos y no interrumpen significativamente el devenir de los temas, pero tampoco suponen nada relevante que se hubiere echado en falta de no haberlos incluido. La diferencia principal respecto a los álbumes en directo conocidos (Live! y Babylon By Bus) es más que evidente: Peter Tosh como guitarrista no puede competir con Al Anderson o Junior Marvin. Es difícil imaginar a Tosh tocando un solo con su guitarra, ni aunque le fuera la vida en ello. Pero bueno, a cambio tenemos su carisma y expresividad, algo mucho más genuino y que le da a estas interpretaciones un toque especial en comparación con los citados álbumes, solo hay que fijarse por ejemplo en ‘Burnin' And Lootin'’, todo un portento en todos los sentidos que supera incluso a la versión de estudio. Aquí brilla claramente el teclado y se puede apreciar la gran habilidad de Aston Barrett con el bajo.

 

Las novedades de estudio son tomas alternativas de ‘Talkin' Blues’ (recomendable) y de la distendida pero olvidable ‘Bend Down Low’, así como la inédita ‘Am-A-Do’, que no está mal pero parece un tema de relleno mejorado por el buen empleo de los coros femeninos. No son las únicas novedades, puesto que, para recordar a Bunny, en directo tocan una composición suya, inédita hasta la fecha y titulada ‘Walk The Proud Land’, que suena a reggae clásico sin mayor relevancia y es lo más flojo del álbum. Peter Tosh también tiene su momento personal y por ello ejecutan su composición aleccionadora ‘You Can't Blame The Youth’, que suena entretenida pero tampoco puede igualarse a sus mejores temas ni mucho menos a los de Marley.

 

De las canciones ya conocidas, resulta curiosa la manera de cortar en seco las notas de teclado que inician ‘Get Up, Stand Up’, la cual por otro lado no suena tan compensada como debería. Lo más novedoso de ella es que Tosh canta una parte con nuevas letras, que además revitaliza la interpretación. En ‘Slave Driver’ se echan en falta los coros, pero a cambio los músicos vuelven a demostrar su impresionante habilidad para dotar de una magia especial la interpretación. Por otro lado, el único tema en directo no perteneciente a las grabaciones de 1973 es ‘I Shot The Sheriff’, que está tomado de un concierto en Londres de 1975 y se palpa toda la fuerza de la interpretación, una de las mejores que pueden encontrarse sin desmerecer por ello a la incluida en Live!.

 

Musicalmente hablando, el valor de este álbum es algo inferior al de los discos en directo ya conocidos, porque aúna memorables interpretaciones con otras más discretas y olvidables (¿seis minutos de ‘Rastaman Chant’? ¡No, señor!). En cambio, su valor histórico es más que evidente porque presenta la primera formación de los Wailers, aunque no estuviera Bunny por sus fobias personales, cuando representaban una música exótica y muy atrayente. Pero vale la pena conocerlo y disfrutar de una etapa en la que querían triunfar fuera de Jamaica y lo consiguieron sin duda con actuaciones como las contenidas aquí.

THE COMPLETE BOB MARLEY & THE WAILERS 1967-1972 PART I 

Año de publicación: 1998 

Puntuación:

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CD I: 1) Rock To The Rock; 2) Rocking Steady (alternate); 3) How Many Times;

4) Touch Me; 5) Mellow Mood (alternate); 6) There She Goes (alternate);

7) Soul Rebel; 8) Put It On (alternate); 9) Chances Are (alternate); 10) Love;

11) Bend Down Low (alternate); 12) The World Is Changing; 13) Nice Time (alternate); 14) Treat You Right; 15) What Goes Around Comes Around;

16) What Goes Around Comes Around (version).

 

CD II: 1) Don't Rock My Boat; 2) The Lord Will Make A Way; 3) Chances Are;

4) Selassie Is The Chapel; 5) Tread Oh; 6) Feel Alright; 7) Rhythm; 8) Rocking Steady; 9) Adam And Eve; 10) Wisdom; 11) This Train (alternate);

12) Thank You Lord (alternate); 13) Give Me A Ticket; 14) Trouble On The Road Again; 15) Black Progress; 16) Black Progress (version); 17) Tread Oh (version).

 

CD III: The Best Of The Wailers.

La primera época de Bob Marley es la menos conocida porque su debut mundial fue a partir de Catch A Fire en 1973. De los álbumes previos ya se ha hablado, pero todavía quedaba mucho material de archivo o que había sido publicado en formatos menores al LP. Nótese que en la presente colección incluso se obvia el inhallable primer LP The Wailing Wailers de 1965. Así pues, en este primer volumen de una trilogía recopilatoria se recogen las grabaciones más antiguas, que incluye diferentes versiones de mismas composiciones, no solo instrumentales, y que documentan esos primeros años de Marley, Peter Tosh y Bunny Wailer. El tercer disco, subtitulado Best Of The Wailers, no se comentará aquí porque ya se analizó con anterioridad, al corresponderse (más o menos) con el álbum de mismo título que se publicó en 1971.

 

El primer disco está subtitulado como la primera canción, Rock To The Rock, recogiendo el material más antiguo. Previsiblemente, los primeros años de estos músicos no tienen mayor interés que el histórico, puesto que en general se dedican a ejecutar un reggae convencional sin mayor inquietud que la expresada en algunas de las letras. Como curiosidad y como únicos temas destacables estarían la influencia del doo-wop bien clara en ‘How Many Times’ o la muy adecuada para una fiesta ‘Touch Me’, bastante pegadiza sobre todo por sus prominentes trompetas. ‘Soul Rebel’ ya la conocíamos por el álbum homónimo, pero no en su versión original, que es la presentada aquí. Es algo más lenta y con las voces en primer plano, dándole casi un aire góspel, pero demostrando igualmente la genialidad de los juegos de voces.

 

El segundo disco es más de lo mismo aunque deja mejor sensación, con algunas canciones ya conocidas previamente que aquí descubrimos que no son las originales. La etiquetada aquí como versión original de ‘Chances Are’ parece, en esta ocasión, una imitación de grupos vocales estadounidenses al estilo de los Platters, sobre todo por la sorprendente introducción de un omnipresente saxofón. Pero estaba bien claro que ese no era el camino a seguir. Recordemos también que ‘Give Me A Ticket’ era simplemente la versión de la exitosa ‘The Letter’ de los Box Tops pero en clave reggae, sin mayor recorrido. Temas más movidos como ‘Wisdom’, ‘Tread Oh’ (firmada por Bunny) o ‘Adam And Eve’ muestran a unos músicos más cohesionados en la ejecución de los ritmos para darles un adecuado toque bailable.

 

Los incisivos ritmos de ‘Feel Alright’ y ‘Trouble On The Road Again’, así como la manera de cantar en tono intimidante de Bob, son unos primeros indicios del carácter mesiánico que comenzaría a caracterizar su música y sus letras en el futuro. Son además de lo mejor que podemos encontrar en este primer volumen de la colección. El bello canto espiritual de ‘Selassie Is The Chapel’, con sus conmovedores coros femeninos, es una de las primeras muestras de adoración al entonces rey de Etiopía, la madre patria de los rastafaris. Encontramos la novedad del instrumental ‘Rhythm’, que está muy bien construido, por lo que es una lástima que no se hubiera aprovechado para algo más grande.

 

En cualquier caso, es superfluo indagar en esta etapa inicial de aprendizaje de estos músicos, solo presenta un interés histórico y cronológico para comprender mejor la evolución de Marley. Estamos ante una colección de música agradable pero sin demasiados alicientes musicales. Con la ayuda del tercer disco podría llegar a siete estrellas, pero si nos ceñimos a lo que sería material nuevo a estas alturas, la verdad es que no hay mucho que denote la superioridad artística de los Wailers respecto a otros grupos similares del momento. Solo l@s verdader@s aficionad@s a la música reggae podrán disfrutar repetidamente de esta colección, para el resto solo valdrá la pena escuchar algunos temas concretos.

CD I: … 13) Try Me (version); 14) No Sympathy (version); 15) No Sympathy (version); 16) My Cup (version); 17) Soul Almighty (version); 18) Rebel's Hop (version);

19) Corner Stone (version); 20) No Water (version) (false start); 21)

No Water (version); 22) Reaction (version); 23) Rebel (version).

 

CD II: Soul Revolution.

 

CD III: 1) Kaya (alternate); 2) Love Light (original); 3) Second Hand (original);

4) Jah Is Mighty (‘Corner Stone’ alternate); 5) Run For Cover (‘Soul Rebel’ alternate);

6) Man To Man (original); 7) Downpresser; 8) Don't Rock My Boat (alternate 2);

9) More Axe (‘Small Axe’ alternate); 10) Long Long Winter; 11) All In One (original); 12) Turn Me Loose (‘Kaya’ alternate); 13) Kaya (version 2) (scat mix); 14) Battle Axe (version); 15) Long Long Winter (version); 16) Second Hand (version);

17) Downpresser (version); 18) Shocks Of Mighty (‘Soul Almighty’ version);

19) Axe Man (‘Small Axe’ binghi version); 20) Nicoteen (‘Man To Man’ version).

Puntuación:

Año de publicación: 1999 

THE COMPLETE BOB MARLEY & THE WAILERS 1967-1972 PART II 

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En esta segunda parte de la trilogía se avanza un poco más y llegamos a terrenos conocidos y ya comentados, en mayor cantidad que en la primera parte. El primero de los discos (el cuarto volumen respecto del total) viene subtitulado como Soul Rebels porque sus diez primeros temas corresponden al álbum de mismo título de 1970, siguiendo además el mismo orden en el contenido, con la curiosa salvedad de ‘Soul Rebel’, que aquí directamente se ha eliminado sin saber el motivo. Las únicas novedades son las versiones instrumentales de los temas, una costumbre de la época como ya vimos en su momento. Análogamente, el segundo disco se corresponde casi en su totalidad con las dos partes de Soul Revolution, es decir, con la versión cantada y la instrumental.

 

Del primer disco poco cabe comentar porque las únicas novedades son las versiones instrumentales, aunque resulta chocante comprobar que la versión instrumental de ‘My Cup’ queda mucho mejor de esa manera, sin las voces. Y ‘Rebel’ no es más que otra versión instrumental alternativa de ‘Soul Rebel’, un acierto siempre. Pero realmente no hay alicientes que motiven a escucharlas.

 

Lo más curioso que tiene el tercer disco, subtitulado More Axe, es presentar versiones con una letra alternativa, donde lo más destacable es descubrir que ‘Who The Cap Fit’ de Rastaman Vibration había sido grabada con bastante anterioridad bajo el título de ‘Man To Man’, la cual sin sintetizadores deja todavía mejor impresión aunque la calidad sonora no sea muy buena. Y de ‘Kaya’ ya vemos que hay hasta dos versiones alternativas cantadas (una de ellas titulada ‘Turn Me Loose’, que es la más vulgar), más aparte la instrumental, que en este caso es muy original respecto a las demás al jugar con el ritmo y las voces. Las pocas canciones inéditas que encontraremos tampoco son gran cosa: en el olvidable reggae de ‘Long Long Winter’ los cantantes están muy influenciados por el soul vocal estadounidense; aunque se presenta irreconocible hasta que llega el famoso estribillo, ‘All In One’ es una versión primeriza de ‘One Love’, muy lejos todavía de la que sería la definitiva en Exodus; y ‘Love Light’ es muy floja, de lo peor de esta segunda parte de la trilogía recopilatoria.

 

Como vemos, si descontamos los temas ya conocidos por haber sido publicados en los álbumes correspondientes de la primera etapa, lo que queda es bastante superfluo y únicamente indicado para los amantes del reggae. Para el resto, no está mal como música de acompañamiento, pero no presenta nada revelador ni relevante respecto a la producción de Marley.

THE COMPLETE BOB MARLEY & THE WAILERS 1967-1972 PART III 

Año de publicación: 1999 

Puntuación:

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CD I: 1) All In One (alternate); 2) All In One, Part II; 3) Keep On Skanking; 4) Dreamland; 5) Love Light (alternate); 6) Brand New Second Hand (false start);

7) Brand New Second Hand; 8) Shocks Of Mighty (alternate); 9) Keep On Moving;

10) Keep On Moving; 11) Keep On Moving; 12) Concrete Jungle; 13) Screwface (alternate 2); 14) Satisfy My Soul Babe; 15) Send Me That Love; 16) Comma Comma; 17) Jungle Dub; 18) Dracula; 19) Love Light (version); 20) Dreamland (version);

21) Face Man (version); 22) Satisfy My Soul Babe (version).

 

CD II: 1) Screwface (alternate); 2) Redder Than Red; 3) Lively Up Yourself (original);

4) Trouble Dub; 5) Dub Feeling; 6) Satisfy My Soul Jah Jah; 7) Kingston 12 Shuffle;

8) Pour Down The Sunshine; 9) Gonna Get You; 10) Cry To Me (acoustic version);

11) Reggae On Broadway; 12) I'm Hurting Inside (alternate);

13) Oh Lord, Got to Get There; 14) Dance Do The Reggae; 15) Stay With Me;

16) Guava Jelly (alternate); 17) Guava; 18) Red; 19) Live; 20) Samba; 21) Screwface (version); 22) Grooving Kingston 12; 23) Choke; 24) Satisfy My Soul Jah Jah.

En la tercera parte de la trilogía, esta vez compuesta solo por dos discos, están también los mejores temas inéditos de los archivos de Marley hasta ahora. Bueno, en realidad no son los archivos sino el trabajo exhaustivo de búsqueda de un erudito de la obra de Bob. También está claro que, cuanto más nos acercamos cronológicamente a ese año 1973 en que deslumbraron al mundo entero, el nivel cualitativo ha de ser necesariamente mejor, acorde a la evolución ascendente que les permitió lograr su éxito mundial. No sería el caso del primer disco, titulado como Keep On Skanking, ya que por ejemplo se repiten temas en versiones alternativas, alguno tan flojo como ‘Love Light’.

 

En el primer disco se mantiene la misma tónica de los volúmenes anteriores y los temas inéditos no pasan en algunos casos de la categoría de morralla (‘Screwface’, ‘Send Me That Love’, ‘Comma Comma’). ‘All In One’ ya la conocíamos gracias al volumen anterior como una versión primeriza de ‘One Love’, aquí en dos nuevas versiones alternativas con la producción del excéntrico Lee “Scratch” Perry. Cuando este tipo está en la producción se nota mucho, demasiado a veces, de tal manera que un tema como ‘Keep On Skanking’ parece suyo en vez de ser de los Wailers, arruinándolo completamente tal como se puede comprobar en la segunda y tercera versión seguida. El verdadero hallazgo de este primer disco es encontrar una versión primeriza de ‘Concrete Jungle’, todavía en estado bruto y sin la grandeza de la versión final que se daría a conocer en Catch A Fire.

 

El segundo disco es mejor, aunque la calidad sonora deja mucho que desear en algunos casos, lo cual es una verdadera lástima para las emotivas ‘Trouble Dub’ y ‘Dub Feeling’, que además podrían pasar por ser la misma composición con diferente ritmo. Son temas inéditos y vale la pena descubrirlos, igual que otros temas más animados también muy interesantes como ‘Pour Down The Sunshine’ y ‘Gonna Get You’. Una de las primeras baladas acústicas de guitarra que se puedan recordar de Bob es la versión primeriza (quizá demo) de ‘Cry To Me’, que años después se recuperaría con nuevos arreglos en Rastaman Vibration. También relajada es ‘Guava Jelly’, pero ya es una canción elaborada con algunas melodías y un juego de voces nada trivial, otra nueva sorpresa agradable de tantas que podemos encontrar, por fin, en este último volumen de toda la serie recopilatoria.

 

Para quienes busquen la vertiente política de Marley, que no se hagan ilusiones con ‘Redder Than Red’ porque no es ningún manifiesto comunista y musicalmente tampoco es gran cosa. El cuasi instrumental ‘Kingston 12 Shuffle’ parece más bien una improvisación sobre un ritmo que no acaba de tomar ninguna dirección concreta, ni siquiera en la parte vocal donde a Marley se le escapa un aullido poco ortodoxo. En el polo opuesto, ‘Stay With Me’ es puro reggae, pero con suficientes ganchos melódicos para mantener el interés y una percusión un tanto marcial, demostrando nuevamente que los Wailers eran algo más que otro grupo más de Jamaica. ‘Guava Jelly’

 

Parece que hubo una breve época en la que pensaron que los instrumentos de viento debían representar una parte importante en el sonido de la banda, seguramente por la influencia de la música de color de Estados Unidos, esto es, el sonido de la Motown y similares. El título de la pegadiza ‘Reggae On Broadway’ no oculta su inspiración, en este caso curtida en el sonido soul y su apertura hacia el funky en los primeros setenta, pero sin perder su base reggae, como no podía ser de otra manera. Las trompetas toman un papel predominante en la dinámica ‘I'm Hurting Inside’, de parte vocal que busca una cierta épica en la solemnidad de los coros. Ahora bien, para hacer algo tan vulgar como ‘Oh Lord, Got to Get There’, bien podían haberse ahorrado la molestia. En ‘Dance Do The Reggae’ representan un mejor papel, donde lo mejor de la canción es la parte donde cantan “You're young and you're strong / Rock all night long”. La influencia estadounidense es también evidente cuando vemos asomar la música góspel en ‘Satisfy My Soul Jah Jah’.

 

Las versiones instrumentales que encontramos en la parte final del disco es lo de siempre, cuando se encuentran suficientes detalles adicionales que no sean el monótono rasgueo característico del reggae es cuando puede recomendarse su escucha, lo cual tampoco es el caso en las inéditas ‘Samba’ o ‘Choke’. En todo caso, este segundo disco (octavo volumen en conjunto) es el más clarividente de todos en el caso de que se conozcan los álbumes pre-Catch A Fire ya comentados en su momento. Con ello se pone punto y final a esta extensa colección arqueológica, más histórica que relevante, que ahonda en esos primeros años definitorios de lo que sería la carrera del artista musical más universal que ha surgido de un país de los considerados subdesarrollados.

CD I: 1) Introduction; 2) Trenchtown Rock; 3) Burnin' And Lootin';

4) Them Belly Full (But We Hungry); 5) Rebel Music (3 O'Clock Roadblock);

6) I Shot The Sheriff; 7) Want More; 8) No Woman, No Cry; 9) Lively Up Yourself;

10) Roots, Rock, Reggae; 11) Rat Race.

 

CD II: 1) Positive Vibration; 2) Get Up, Stand Up/No More Trouble/War.

Puntuación:

Año de publicación: 2003 

LIVE AT THE ROXY

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Un nuevo disco en directo de Bob Marley siempre se recibe con los brazos abiertos dado el legendario prestigio de las actuaciones de estos jamaicanos, más si cabe cuando se trata de un concierto de 1976, época en la que todavía estaban todos en un buen momento. Bueno, no todos, porque la ausencia del guitarrista Al Anderson por motivos que ahora desconozco no es suplida por otro guitarrista de su envidiable habilidad para los solos, que es de entrada una de las pocas pegas que se pueden poner a esta actuación ya que su ausencia por desgracia se nota demasiado. El motivo de estar todo dividido en dos discos no es tan solo porque en total supera ligeramente los ochenta minutos, sino también porque el primer disco ya había sido incluido como apéndice en la reedición Deluxe de Rastaman Vibration, puesto que el concierto pertenece a la gira de presentación de dicho álbum. Cabe señalar también que el segundo disco se corresponde con los bises de ese concierto.

 

El repertorio no presenta ninguna sorpresa, ya que repite el contenido íntegro que conocíamos de Live! (pero sin tanta brillantez) más la interpretación de la mitad del cancionero de Rastaman Vibration. ¿Y qué interés puede tener entonces un nuevo disco en directo sin novedades y sin un guitarrista destacable? Pues ciertamente ninguno en especial salvo la sorpresa final, lo cual no quiere decir que no valga la pena escuchar este concierto como reflejo de una época en la cual Bob Marley y los Wailers eran una sensación a nivel mundial. Lo que hemos denominado como sorpresa final es la verdadera joya de este álbum, que está en los bises. Cualquiera podría esperar que tocaran un par de canciones más en los bises, lo que seguro que nadie esperaba es que la segunda se extendiera durante más de veinte minutos, comenzando como ‘Get Up, Stand Up’ y enlazando con unas brutales ‘No More Trouble’ y ‘War’, transmitiendo una energía abrumadora cuando en teoría ya se habían despedido de público previamente. Lo curioso es que el ritmo más o menos se mantiene, pero esa es la grandeza de Marley, esto es, que consigue una diversidad sonora y melódica asombrosa para un estilo tan delimitado en apariencia como el reggae. En cualquier caso, la unión de ‘No More Trouble’ y ‘War’ ya la conocíamos del Babylon By Bus.

 

Ese final de concierto es lo mejor del álbum y toda una demostración del acontecimiento que implicaba una actuación de Bob y sus acólitos. Por lo demás, el resto del repertorio no defrauda pero tampoco consigue ningún logro destacable. Ninguna de las interpretaciones mejora nada de las ya conocidas en los álbumes en directo anteriores, más bien al contrario puesto que por ejemplo, en ‘I Shot The Sheriff’, la interpretación decelerada no permite mucho margen de mejora. El solo de guitarra no está mal, pero no llega al nivel que habíamos comprobado en los citados álbumes en directo de los setenta. La ya comentada ausencia del mejor guitarrista que tenían los Wailers en esa época es lo que coloca Live At The Roxy un peldaño por debajo de los mejores álbumes en directo de Marley, pero aun así se recomienda darle una oportunidad.

RECOPILATORIOS

RASTA REVOLUTION

Año de publicación: 1974

Esta recopilación recoge una selección de canciones de los años 1970-71, principalmente del disco Soul Rebels. Alguna de ellas aparece en una versión alternativa, pero las diferencias son tan escasas que no vale la pena perder el tiempo descubriéndolas, además de que, para versiones alternativas, ya nos quedaremos sobrados si escuchamos los recopilatorios The Complete Wailers 1967-1972. Para quien no haya escuchado nada anterior a Catch A Fire, es una buena opción para descubrir resumidamente esa etapa porque recoge muchas de las mejores canciones de ella.

LEGEND

Año de publicación: 1984

Uno de los discos más vendidos de la historia, este recopilatorio abarca la carrera de Marley desde Catch A Fire hacia delante. Contiene los mayores éxitos que logró a nivel mundial y muchas de estas canciones forman parte de la memoria colectiva de tod@s. De hecho, ‘No Woman, No Cry’ es más conocida en su versión en directo porque es esa misma la incluida aquí. Si tu único acercamiento a la carrera de Marley es este y al menos la tercera parte de este álbum enamora tus sentidos, lo cual es algo muy probable, no dudes ni un segundo en descubrir su discografía completa. Será un buen síntoma para la salud de este planeta que su música y su mensaje se mantengan presentes para las generaciones posteriores.

VÍDEOS

CLASSIC ALBUMS: CATCH A FIRE

Año de publicación: 2006

Dentro de la colección de documentales sobre señalados álbumes de la historia del rock, Classic Albums, no podía faltar una entrega dedicada al álbum que dio a conocer a Bob Marley en todo el mundo, pues fue el primero ideado para el mercado europeo o estadounidense. Este documental dura tan solo una hora, pero se explica muy bien cómo fue la gestación del álbum y añade imágenes inéditas. Aparte, podemos escuchar al productor Chris Blackwell, al ingeniero de sonido y al guitarrista y el teclista que en Londres añadieron sus partes a lo que los Wailers habían grabado en Jamaica. Lo peor es que los fragmentos de entrevistas a Marley no son muy afortunados, nos muestran a un hombre demasiado tosco y hablando de cosas poco interesantes.

MARLEY

Año de publicación: 2012

Para quien quiera conocer la vida de Bob Marley, no tanto su obra, este documental del director Kevin Macdonald (conocido sobre todo por sus documentales y el biopic sobre el dictador de Uganda, el esperpéntico Idi Amin) y autorizado por la familia de Marley repasa toda su trayectoria vital. Es esencial conocer los aspectos biográficos de Bob para entender su música, puesto que en las canciones se reflejaba todo ello. Así, podemos ver aspectos muy significativos como por ejemplo: la discriminación que los rastafaris sufrían en Jamaica; la convulsa situación política del país tras su independencia en 1962 (donde las muertes violentas por luchas políticas eran lo habitual) y que derivó en un tiroteo del que Marley y sus músicos salieron milagrosamente con vida; y el estilo de vida vitalista, positivo y despreocupado que siempre llevó y transmitió a su entorno, que fue precisamente lo que llevó a la tumba. A partir de entrevistas a gente de su entorno que todavía seguía viva y material de archivo, este documental nos refleja la honestidad de un artista que luchó por llegar al máximo de gente posible con su mensaje de igualdad, tolerancia y de no quedarse parado ante las injusticias. Nadie como él entendió que son las masas unidas las que obligan a cambiar la actitud de sus gobernantes.

WHO SHOT THE SHERIFF?

Año de publicación: 2018

Sabiendo que este documental de una hora de duración trata sobre el tiroteo que sufrieron Marley y sus acompañantes, y que es una producción de Netflix, un@ puede pensar que se van a centrar en la parte morbosa del asunto y en perder el tiempo con hipótesis varias de lo ocurrido (recordemos que nunca hubo una investigación oficial para esclarecer los hechos). En cambio, lo que nos encontramos es con una información bien planteada y narrada del entorno sociopolítico de Jamaica durante los años setenta a través de la trayectoria de Marley, quedando el tiroteo casi como un McGuffin que sirve como excusa para hablar de la importancia social de Bob y la vorágine de violencia que coartó cualquier posibilidad de que Jamaica pudiera progresar de forma autónoma sin convertirse en un satélite de Estados Unidos (con la CIA siempre conspirando en la sombra) o en aliada de la Cuba castrista.

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