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BLONDIE

BLONDIE

Año de publicación: 1976 

Puntuación:

1) X Offender; 2) Little Girl Lies; 3) In The Flesh; 4) Look Good In Blue; 5) In The Sun;

6) A Shark In Jets Clothing; 7) Man Overboard; 8) Rip Her To Shreds; 9) Rifle Range;

10) Kung Fu Girls; 11) The Attack Of The Giant Ants;

[BONUS TRACKS:] 12) Out In The Streets (1975 demo); 13) Platinum Blonde (1975 demo); 14) Puerto Rico (1975 demo); 15) The Thin Line (1975 demo);

16) Once I Had A Love (1975 demo); 17) Out In The Streets (Original Instant Records demo); 18) Platinum Blonde (Original Instant Records demo); 19) The Thin Line (Original Instant Records demo); 20) X Offender (Original Private Stock single version);

21) In The Sun (Original Private Stock single version); 22) Scenery (Outtake).

Nos situamos en el año 1976 y en la ciudad de Nueva York las corrientes musicales fluyen por todos lados. Dos de los estilos más rompedores de ese año respecto a lo que había sido la evolución musical hasta ese momento vendrán de esa misma ciudad (y del mismo local, el CBGB) y ambos derivados de una actualización de la música de finales de los años cincuenta y principios de los sesenta: el rock'n'roll clásico (tipo Chuck Berry, Eddie Cochran, etc.) por parte de los Ramones; el pop y la balada tipo Buddy Holly por parte de Blondie. El nombre elegido era contradictorio: viendo a su cantante se podía pensar que era un nombre artístico para ella, pero en realidad era el nombre de la banda y además Debbie Harry no era precisamente la rubia ingenua que algun@s podrían pensar echando mano de estereotipos. Mediante este disco dejarían claro que su propuesta musical era seria y relevante.

 

El inicio con ‘X Offender’ es un buen ejemplo de lo que encontraremos aquí: canciones pop con un liderazgo claro del teclado, algún que otro cambio de ritmo, un batería que sorprende en cualquier momento saltándose el ritmo habitualmente monótono de los temas pop y, por supuesto, la voz de Debbie Harry, quien transita entre la recitación inicial, la voz algo chillona, la sensualidad o incluso la dulzura más condescendiente, dependiendo de la ocasión. Siempre adoptando una especie de papel actoral dependiendo de la letra, como en este primer caso intentando seducir al agente de policía que la ha detenido. La imprevisibilidad musical es un componente básico para poder destacar ‘Man Overboard’, que comienza como si estuviera inspirada por la música latina hasta que llega una parte vocal de corte pop más típico con un melódico cambio en los finales de estrofa: “Yeah, I've been sailing the sea of love, experiencing romance”, lo cual representa el toque de calidad de la banda.

 

La rememoración del mejor Buddy Holly llega en piezas alegres, dinámicas y repletas de melodías como ‘In The Sun’ o la más rápida ‘Kung Fu Girls’. No puede faltar una balada de estilo bien clásico de los años cincuenta como ‘In The Flesh’, que sirve básicamente para demostrar las grandes habilidades vocales de Harry, quien logra ir elevando el tono gradualmente en esa especie de único segundo estribillo: “Went walking one day on the lower East side / Met you with a girlfriend, you were so divine”.

 

‘Rip Her To Shreds’ es una demostración de la mezcla de estilos que podían llegar a engarzar dentro de una misma composición, pues las estrofas están interpretadas como una especie de proto-rap por parte de Debbie. Luego llega un primer estribillo de corte rockabilly más un segundo de corte punk menos inspirado por lo forzado que suena el coro masculino. Desafortunadamente, en este debut se hace inevitable encontrar canciones más flojas como ‘Little Girl Lies’, de poco inspirado estribillo y donde únicamente destaca el preciso martilleo de la batería de Burke, o el simplón final de aires rumberos de ‘The Attack Of The Giant Ants’, que llega a irritar por su repetitividad y por esos chillidos de estilo mariachi que cuelan.

 

Varios ejemplos como ‘Look Good In Blue’ demuestran un gusto especial por las melodías y ritmos inquietantes que tanto desarrollarán en los próximos años. Mucho mejor todavía son ‘A Shark In Jets Clothing’ y ‘Rifle Range’. La primera sobre todo por la memorable melodía de teclado que la inicia y que actúa como leitmotiv, repetida después por la guitarra en un gran pasaje instrumental con posterior solo de teclado incluido. El segundo pasaje instrumental que llega en la parte final es todavía más arrollador, donde los músicos demuestran sus destacadas habilidades. En ‘Rifle Range’ destaca el empleo del contrapunto armónico, además de otros brutales pasajes instrumentales, que demuestran que la banda no estaba diseñada como un mero acompañamiento de su carismática cantante.

 

En los bonus tracks encontramos varias olvidables demos de sus inicios en 1975 donde puede señalarse la versión primigenia de ‘Heart Of Glass’, aquí titulada como ‘Once I Had A Love’, mucho más lenta y sin la mitad de gancho del himno disco en que se convertiría unos años después. Las demos de 1976 (para la discográfica Original Instant) tampoco aportan nada novedoso, pues dos de ellas se incluyeron después en este disco de debut y apenas difieren. El tema descartado ‘Scenery’ es una bonita balada de bien ornamentado teclado que hubiera rellenado la cuota “Buddy Holly” de este álbum.

 

En resumen, mediante este debut Blondie sentaba las bases de su sonido y una declaración de intenciones de que no podía olvidarse la primera época gloriosa de la música rock, la de sus primeras figuras de los años cincuenta y principios de los sesenta. Sin que nada de ello signifique dejar de mirar hacia adelante y de proponer un sonido fresco, novedoso y de mucho gancho melódico.

PLASTIC LETTERS

1) Fan Mail; 2) Denis; 3) Bermuda Triangle Blues (Flight 45);

4) Youth Nabbed As Sniper; 5) Contact In Red Square;

6) (I'm Always Touched By Your) Presence, Dear; 7) I'm On E;

8) I Didn't Have The Nerve To Say No; 9) Love At The Pier; 10) No Imagination;

11) Kidnapper; 12) Detroit 442; 13) Cautious Lip;

[BONUS TRACKS:] 14) Denis (alternate version); 15) Poets Problem;

16) Detroit 442 (live).

Año de publicación: 1977 

Puntuación:

El segundo álbum de Blondie demuestra que poco a poco se iban haciendo con el sonido que buscaban, siguiendo con el mismo espíritu abierto. El bajista original Valentine se marchó, entrando el guitarrista Frank Infante en su lugar. Tampoco resultó ser una baja sensible, puesto que el resto de miembros aportaban composiciones y todos tenían claro hacia dónde querían dirigirse. Así pues, con la experiencia mejoran el resultado final y volvemos a disfrutar de una música alegre, compacta y repleta de melodías pegadizas.

 

Hay una amplia variedad estilística, como es lo habitual en Blondie, por lo que quien busque en primer lugar pop fresco y dinámico con estribillos cantables, aquí puede contentarse con ‘I Didn't Have The Nerve To Say No’. O también tenemos un intento de rockabilly clásico en ‘Kidnapper’, que desentona bastante con el carácter más moderno y vistoso del resto del álbum. Una de las canciones más conocidas del disco es ‘Denis’, que no es nada más que una nueva actualización del estilo de Buddy Holly, sencillo y accesible pero pegadizo al mismo tiempo. Es un sonido jovial aunque no pierde su potencia musical. Y este tipo sonido es recurrente en los discos de Blondie, encontrando aquí otros ejemplos como ‘Love At The Pier’. Por otro lado, lo que le da el toque especial a ‘Fan Mail’ es sin lugar a dudas la melodía de teclado que se escucha en el estribillo instrumental, como si hubieran estado escuchando a Bach o Telemann y ello les hubiera inspirado una melodía más sencilla pero igual de grandiosa que muchas de las que estos eternos compositores crearon. De ‘Contact In Red Square’ podría decirse lo mismo pero con un ritmo el doble de rápido, donde la gran melodía de teclado aparece para refrescar.

 

Una de las mejores baladas de toda la carrera de Blondie es ‘Bermuda Triangle Blues (Flight 45)’, que comienza de forma discreta aunque ya en la introducción instrumental podemos observar unos soberbios cambios de ritmo. Luego llega la memorable parte vocal repleta de melodías, que avanza y avanza hasta deleitarnos cada vez más, y unos pasajes instrumentales magistrales. Otra especie de balada, aunque el ritmo sea demasiado rápido para denominarla así, muy bien construida y ejecutada es ‘(I'm Always Touched By Your) Presence, Dear’, compuesta por Valentine, el guitarrista que se marchó de la banda. Fue publicada como single y su cara B la encontramos en los bonus tracks con el título de ‘Poets Problem’, menos vistosa pero con un gran solo de guitarra dentro de un armazón instrumental más destacable. Y es que los músicos demuestran que sin ser virtuosos consiguen un sonido excepcional. Por ejemplo, ‘No Imagination’ es mérito absoluto del teclista Destri y sobre todo del creativo batería Clem Burke.

 

El punk fue un movimiento que no afectó a Blondie, pues quizá lo único que podría acercarse a ese espíritu sea ‘I'm On E’ por su ritmo frenético, aunque demasiado suave para poder llamarse punk. Aun así, hay bastantes temas abiertamente rockeros como ‘Youth Nabbed As Sniper’ o la desquiciada ‘Detroit 442’. Para el final dejan un tema, ‘Cautious Lip’, que resulta algo aburrido hasta que llega un momento en que se empieza a acelerar el ritmo y todos se desmelenan un poco, incluida Harry, quien lanza un chillido.

 

Así pues, la progresión ascendente de la banda demostraba que Blondie era una proposición seria y con un futuro prometedor. Dentro del panorama musical representaban un soplo de aire fresco y vigoroso, pero si con tantas melodías pegadizas nos podríamos quedar satisfechos, el afán experimentador les llevaría a subir un peldaño más todavía y a marcar su nombre con letras grandes en la historia del rock. Pero eso es otra historia que llegará a continuación.

PARALLEL LINES

Año de publicación: 1978 

Puntuación:

1) Hanging On The Telephone; 2) One Way Or Another; 3) Picture This;

4) Fade Away And Radiate; 5) Pretty Baby; 6) I Know But I Don't Know; 7) 11:59;

8) Will Anything Happen?; 9) Sunday Girl; 10) Heart Of Glass;

11) I'm Gonna Love You Too; 12) Just Go Away;

[BONUS TRACKS:] 13) Underground Girl; 14) Once I Had A Love (aka The Disco Song); 15) Bang A Gong (Get It On) (live); 16) I Know But I Don't Know (live);

17) Hanging On The Telephone (live).

Ya inmersos en una dinámica ascendente, para este tercer disco se hicieron con los servicios de un nuevo productor, Mike Chapman, que había obtenido grandes éxitos con grupos más comerciales en los años anteriores. En la formación también había novedades, pues para aprovechar las dotes de Infante como guitarrista se incorporó como bajista Nigel Harrison, quien incluso participa en la composición de la magnífica ‘One Way Or Another’. Aunque el nuevo productor viniera del mundo musical más comercial, lo contrataron por su inventiva, que ayuda a desarrollar la vertiente más experimental en algunos de los temas, aunque sin abusar porque ése no era el propósito de Blondie.

 

Es curioso cómo la canción más famosa de este disco y de la discografía de Blondie, ‘Heart Of Glass’, es al mismo tiempo de las más atípicas de su carrera, pues se trata de música disco, un territorio inexplorado hasta ese momento. La interpretación de Debbie Harry es inolvidable con esa voz aguda desgranando las múltiples melodías de la canción, además del acertado empleo del teclado y más adelante de los coros cuando van repitiendo la melodía del estribillo. La versión más desnuda sin retazos de disco la podemos escuchar en los bonus tracks como ‘Once I Had A Love’. Un aspecto más sociológico pero igualmente importante es la posición de Debbie Harry como mujer de carácter, independiente y no subyugada por ningún intento de dominio masculino, que queda patente en la grandiosa ‘One Way Or Another’, donde tanto su poderosa interpretación como el endiablado ritmo y el gran solo de guitarra convierten esta canción en eterna.

 

Comenzar una canción titulada ‘Hanging On The Telephone’ con el sonido de un teléfono no es nada original, pero es lo de menos para el vendaval de energía (positiva) que supone su ágil ritmo. Cuando ya parece que hemos escuchado en los primeros treinta segundos todo lo que tiene que ofrecer este tema, llega ese giro con el “Oh why can't we talk again”, que demuestra la grandeza del grupo. Muy similar en estilo es otro inolvidable tema, ‘11:59’, donde otro cambio de ritmo, esta vez en el estribillo, crea uno de esos momentos mágicos que agradece cualquier aficionado a la música. “Today can last another million years” canta Harry en lo que podría tomarse como todo un himno del carpe diem, enfatizado por un jovial solo de teclado que parece alternar el rockabilly con Bach. ‘Sunday Girl’ es alegría pop al más puro estilo de Buddy Holly, a quien por fin se homenajea directamente interpretando una de sus canciones, la animada ‘I'm Gonna Love You Too’.

 

Cuando hablábamos de experimentación al principio, no nos referíamos a al teléfono de ‘Hanging On The Telephone’ sino a cosas más sutiles como ‘Fade Away And Radiate’, que cuenta además con la participación del gran Robert Fripp. Aunque en esa época King Crimson estaba inactivo, lo cierto es que Fripp no paraba en esos años, colaborando con grandes artistas de la talla de Brian Eno o Peter Gabriel, entre otros. ‘Fade Away And Radiate’ entraría dentro de la terminología de pop psicológico, pues los instrumentos van dejando desde notas aleatorias hasta cosas más complejas principalmente de la guitarra (cortesía de Fripp, probablemente). Presenta además diferentes secciones breves, como el memorable puente (“The beams become my dream / My dream is on the screen”) o la parte final en que la guitarra interpreta una melodía que parece de reggae, por lo que suena muy variada dentro de la poca duración que tiene. También juegan con ligeras disonancias en ‘I Know But I Don't Know’, precisamente la única composición de Infante, que queda algo floja y demasiado repetitiva aunque cabe destacar el potente riff principal de guitarra. En directo suena mejor sobre todo por el gran trabajo de batería. Eso sí, donde más brilla la guitarra es en una composición que no es de ninguno de los guitarristas, sino de Harry y el batería Burke (‘Just Go Away’), pues con ese instrumento se interpreta la melodía principal que introduce y da lustre al tema, que además vuelve a ofrecer una gran interpretación de Debbie en la que se muestra muy convincente para lanzar ese mensaje potente de reivindicación femenina.

 

En las canciones más lentas siguen acertando al encajar grandes melodías vocales con una instrumentación que no se limita a acompañar, pues tanto el batería con su imprevisible golpeo como los destellos que van dejando el teclista y los guitarristas, dotan a estas composiciones de una riqueza sonora excepcional para un estilo pop tan pronunciado. La progresión que sigue ‘Picture This’ hasta alcanzar los registros más altos en el estribillo es encomiable. Incluso una canción como ‘Pretty Baby’, que parece más bien discreta, se transforma cuando menos se espera en una adorable mezcla de melodías y armonías (la parte donde cantan “You, you with the comb”). En el polo opuesto, el lado más punk de Blondie aparece en ‘Will Anything Happen?’ y con resultado desastroso en el bonus track ‘Underground Girl’. Precisamente los otros bonus tracks, aparte de los ya citados, son interpretaciones en directo que desprenden entusiasmo y buen rollo, aunque tampoco aportan nada nuevo.

 

Consiguieron Blondie pues su obra maestra perdurable, su merecidísimo primer número uno en el Reino Unido (en su país natal nunca lo conseguirían) tanto en álbumes como en singles mediante ‘Heart Of Glass’. Uno de los discos de referencia dentro del variopinto marco de la llamada New Wave, que los consolidó como una propuesta seria más allá de un divertimento musical del momento. La portada es también un icono que ha sido emulada por otros grupos, como por ejemplo Blur de forma humorística. ¿Adivinan qué miembro de Blur hizo de Debbie Harry?

EAT TO THE BEAT

Año de publicación: 1979 

Puntuación:

1) Dreaming; 2) The Hardest Part; 3) Union City Blue; 4) Shayla; 5) Eat To The Beat;

6) Accidents Never Happen; 7) Die Young Stay Pretty; 8) Slow Motion; 9) Atomic;

10) Sound-A-Sleep; 11) Victor; 12) Living In The Real World;

[BONUS TRACKS:] 13) Atomic (7'' Mix); 14) Atomic (Full-Lenght Mix);

15) Heroes (live); 16) I Feel Love  (live); 17) Ring Of Fire (live).

Tras el éxito de ventas que habían tenido en el álbum anterior, se mantuvo el mismo bloque, mismo productor y mismo propósito artístico. Blondie era ya una máquina de crear música fresca, pegadiza, variada, no demasiado compleja y apta para (casi) todos los públicos. Los músicos ya son suficientemente experimentados y están perfectamente cohesionados para poder hacer lo que les plazca, aunque en algún momento parece que se pasan de la raya. No obstante, este es otro de los grandes álbumes que publicó la banda y vuelve a entusiasmar desde el principio.

 

‘Dreaming’ inicia el disco justo en el mismo punto donde lo habían dejado en Parallel Lines, proporcionando otro tema de diferentes secciones y ritmo rápido donde destaca la maníaca batería de Burke. La herencia no queda ahí, puesto que la digna heredera de ‘One Way Or Another’ sería aquí ‘Accidents Never Happen’: los Blondie memorables y pegadizos en estado puro. Y si ‘Heart Of Glass’ fue un éxito, era inevitable que grabaran otro himno disco materializado en ‘Atomic’, otro de sus grandes éxitos ideal para las pistas de baile.

 

Por otro lado, siguen demostrando su eclecticismo y su gusto por probar diferentes estilos e intentar aportar algo, lo cual no siempre resulta satisfactorio. Lo que peor se les da es el reggae, si atendemos a la incursión realizada mediante ‘Die Young Stay Pretty’. En la canción que da título al álbum, Debbie Harry intenta hacerse pasar por Patti Smith cantando igual que ella en un tema de corte punk algo convencional donde lo mejor son sus sutiles cambios de ritmo, una nueva demostración del poderío de Burke. En cambio, el repetitivo riff y el ritmo funky del inicio de ‘The Hardest Part’ engañan porque justo después se transforma en un incisivo rock repleto de florituras de teclado y una gran parte de guitarra que brilla sobre todo marcando el hipnótico ritmo de las estrofas principales. Con tanto ritmo y movimiento lo que no necesitamos es una nana simplona como ‘Sound-A-Sleep’, la cual rompe además la cadencia del álbum por completo.

 

Las actualizaciones de baladas de corte años cincuenta aquí presentan varios ejemplos: en ‘Union City Blue’ las estrofas se hacen algo pesadas con tanto “Union, union”, hasta que llega la memorable melodía vocal del estribillo (“Tunnel to the other side / It becomes daylight / I say he's mine”); algo similar podría decirse de ‘Shayla’, que mantiene un ritmo bastante lento que pocas expectativas proporciona, pero luego llega un estribillo marca de la casa, sin letra, solo la majestuosa voz de Harry entonando y deleitando al mismo tiempo. En ‘Slow Motion’ parecen rendir homenaje al estilo de los grupos femeninos de la Motown, tipo Supremes, con otra balada de ritmo más rápido y que a diferencia de las dos anteriores citadas puede presumir de memorables melodías vocales en las estrofas pero no así en el estribillo, que en este caso no es tan brillante.

 

El guitarrista Infante parecía tener predilección por las disonancias, pues si en Parallel Lines aportó la canción ‘I Know But I Don't Know’, aquí escribe junto a Harry la desconcertante ‘Victor’, la cual comienza con un ritmo caótico y unos chillidos desaforados de Harry que nos hace pensar qué les pudo pasar por la cabeza para grabar algo así. Justo cuando hacemos ademán de coger el mando y pasar de canción para evitar tanto ruido molesto, como si lo tuvieran calculado, llega una grandiosa sección que nos vuelve a hacer pensar en el motivo de no haberla iniciado y finalizado de otra manera más acorde al gran nivel de esta sección central. Un experimento mal rematado pero que demuestra las ganas de la banda de hacer cosas diferentes.

 

En los bonus tracks encontramos tres versiones de variopinto origen, una de ellas muy inesperada, como es el caso de ‘Ring Of Fire’ de Johnny Cash, que es también la más discreta de las tres. Las otras dos bien valen la pena, pues son una impresionante interpretación de ‘Heroes’ de David Bowie, donde la guitarra brilla en toda su intensidad (aquí complementada muy bien con el teclado) y Harry hace su imitación de Bowie, y también la versión de ‘I Feel Love’ de Donna Summer, ejecutando su hipnótico ritmo a la perfección y demostrando que la voz sensual de Harry poco tenía que envidiar a la de Summer. Una perfecta manera de complementar la variedad estilística de este grandísimo álbum que mantenía a Blondie como una de las fuerzas motoras de la New Wave. Para finalizar, señalar la idea que tuvieron para el lanzamiento del álbum, que fue nada menos que acompañarlo de la filmación en vídeo musical de todos los temas. La mayoría de ellos son simples playbacks con distintas localizaciones y vestuario, donde puede destacarse el de ‘The Hardest Part’, en el que aparece Debbie Harry más femme fatale que nunca (incluida peluca negra y larga).

AUTOAMERICAN

Año de publicación: 1980 

Puntuación:

stars 7.png

1) Europa; 2) Live It Up; 3) Here's Looking At You; 4) The Tide Is High;

5) Angels On The Balcony; 6) Go Through It; 7) Do The Dark; 8) Rapture; 9) Faces;

10) T-Birds; 11) Walk Like Me; 12) Follow Me; [BONUS TRACK:] 13) Suzy & Jeffrey.

Cuando un artista quiere diversificar su sonido para hacer cosas diferentes, lo primero que debe hacer es asimilar los nuevos estilos o sonidos que quiera emplear para sus composiciones. Si se lanza indiscriminadamente a tocar cualquier cosa que le parezca bien, puede pasarle lo mismo que les ocurrió a Blondie en este álbum. Manteniéndose la misma formación y el mismo productor que tantos éxitos les estaba reportando, aquí se sienten tan confiados en sí mismos y con tantas ganas que expanden todavía más la diversidad estilística que ya habían demostrado sobradamente con anterioridad. El problema es que se lanzan a extremos demasiado alejados de lo que podían alcanzar.

 

Demuestran ser tan eclécticos que incluso se atreven con una composición de música clásica, ‘Europa’, compuesta por Stein. El resultado es predecible: una pretenciosa pieza de solemne interpretación que hubiera encajado bien como música de presentación de alguna película, pero que aquí se olvida rápidamente. Lo que no se entiende bien es esa parte final caótica donde Debbie comienza a hablar sobre coches. Igualmente sorprendente es que se lancen a tocar música de estilo jazz de los años veinte/treinta del siglo XX, tal como ocurre en ‘Here's Looking At You’. En estos casos resultan más bien aburridos, puesto que vuelven a caer otra vez en la tentación del jazz en forma de balada de piano con saxofón en ‘Faces’. Si ya habían realizado sus incursiones en los sonidos caribeños con anterioridad en fallidas experiencias reggae, aquí nos ofrecen en forma de calipso su versión de ‘The Tide Is High’, que fue además un gran éxito de ventas al ser publicada como single. No es realmente para tanto y solo la disfrutarán quienes gusten de este tipo de canciones con tanta prominencia de trompetas. Y para quien quiera escuchar a Blondie interpretando un tema tipo Motown de vistoso estribillo, aquí tiene ‘T-Birds’.

 

No todo iban a ser novedades, ya que tras los éxitos acumulados en los últimos años la música disco hace su aparición por partida doble. Bueno, si nos fijamos en ‘Rapture’, se trata en realidad de una mezcla de música disco y rap. Lo primero por el tipo de ritmo empleado (que incluye ornamentales campanas) y lo segundo porque llega un momento en que Debbie comienza a cantar de esa manera, reflejando así lo que probablemente era el primer ejemplo de una grabación de rap. La novedad es evidente, pero quizá no deberían haberse extendido tanto con ello, puesto que la mejor parte llega con la entrada de la guitarra a partir de los cinco minutos. Si pasamos a hablar de ‘Live It Up’, su ritmo disco la hace muy entretenida, lo que añadido a esos memorables “ahhhh, ahhhh, ahhhh” de Harry la convierten en un tema destacado.

 

Es curiosa la manera de comenzar de ‘Angels On The Balcony’, como si fuera una pieza de rock post-gótico de sonidos industriales. Pero enseguida se trunca y empieza el tema en sí, un glorioso pop con diferentes secciones, memorable la principal de ellas al poseer también un magnífico riff de guitarra. La otra canción de este álbum para no olvidar (‘Do The Dark’) es de parámetros similares, es decir, más ritmos animados y grandes melodías sobre todo en la estupenda interpretación vocal de Harry. En cambio, ‘Go Through It’ comienza de manera muy prometedora gracias a unos inicios de estrofa muy melódicos y con un ritmo muy dinámico, pero luego se va desinflando alarmantemente hasta que vuelven a retomar la estructura inicial. En ‘Walk Like Me’ parecen querer imitar a The Cars y les queda un tema ágil pero discreto.

 

Ya vimos en el álbum anterior que las nanas no encajaban para nada en el estilo de Blondie y aquí no iba a ser menos. Su versión del tema ‘Follow Me’ es tan solemnemente aburrida que vale la pena darle a la tecla de stop antes de que comience. Así también nos evitaríamos escuchar lo que fue la cara B del single de ‘The Tide Is High’, aquí incluida como canción adicional, una floja actualización de las baladas de los años cincuenta que tanto apreciaban, titulada ‘Suzy & Jeffrey’ y que vale la pena olvidar.

 

Cinco discos en cinco años y no es hasta este último que denotaban falta de ideas (que no de originalidad) a la hora de componer canciones con gancho. Lo que parecía en ese momento un simple desliz pasajero era realmente el síntoma de que algo estaba ocurriendo. La revista Rolling Stone masacró el álbum con una valoración de 1 sobre 5, que es una exagerada penalización para un disco más flojo de lo habitual pero que en conjunto es aceptable porque presenta suficientes canciones de mérito.

THE HUNTER

Año de publicación: 1982 

Puntuación:

1) Orchid Club; 2) Island Of Lost Souls; 3) Dragonfly; 4) For Your Eyes Only;

5) The Beast; 6) War Child; 7) Little Caesar; 8) Danceway;

9) (Can I) Find The Right Words (To Say); 10) English Boys;

11) The Hunter Gets Captured By The Game;

[BONUS TRACKS:] 12) Island Of Lost Souls (7'' Mix); 13) War Child (Extended version).

Es muy acertada la frase de que no se puede juzgar un libro por la portada, pero quien juzgue este álbum por su portada no fallará en el pronóstico. Algo estrafalario le ha ocurrido al pelo de Debbie Harry y también algo estrafalario le ha ocurrido a la música. Cuando empieza a sonar ‘Orchid Club’ nos extraña escuchar esa percusión artificial que parece programada. ¿Dónde están esos maníacos golpeos de Burke? Luego se transforma en una mezcla de percusión tribal y sintetizadores ostentosos que crean una mezcla demasiado rara. El eclecticismo desenfrenado de Autoamerican no se detiene aquí y sin un criterio claro se lanzan otra vez a tocar todo lo que se les ocurra, nuevamente con resultado desigual, pero todavía más flojo que el disco anterior porque las ideas se iban acabando.

 

Si ‘The Tide Is High’ podía representar el límite que no podían sobrepasar al pasarse al calipso caribeño, en ‘Island Of Lost Souls’ ya superan ese límite y se sumergen en lo chabacano de ese estilo. Estas trompetas ya resultan más molestas que otra cosa, aunque cabe reconocer que el bajista intenta hacer algo notable. Algo de aires caribeños presenta también ‘Little Caesar’ (que no es ningún homenaje a la antigua película protagonizada por Edward G. Robinson), pero dejando mejor sensación, que en este disco es lo mismo que decir que pasa desapercibida. Siguiendo con falsas connotaciones cinéfilas, ‘For Your Eyes Only’ no está claro si tiene alguna referencia a la película más reciente de James Bond de ese momento (parece ser que fue rechazada para la banda sonora), pero al menos posee una agradable parte principal aunque luego el estribillo no esté a la altura.

 

Mediante ‘Dragonfly’ se adentran en el terreno disco explorado por ABBA unos años antes, pero añadiendo unas partes narradas que no ayudan mucho, si bien el mayor lastre es su extensa duración de seis minutos, pues esto no es un éxito de Donna Summer y para las pistas de baile ya están los remixes. Mejor todavía es ‘War Child’, pues tiene mejores melodías, más fuerza (cada vez que Harry canta “I'm a war child!” es toda una descarga de adrenalina) e incluso la introducción de saxofón es todo un acierto, quedando todo como una exótica mezcla de música disco y sonido Filadelfia.

 

Los ochenta habían llegado y para una década que trajo tantas consecuencias nefastas a la música por el exceso de sintetizadores y artificialidad, aquí no podía evitar dejar su impronta en forma de penosa amalgama ruidosa llamada ‘The Beast’. En cambio, ‘English Boys’ es una agradable balada que hubiera pasado inadvertida en cualquiera de los anteriores álbumes. Los Blondie más clásicos por fin hacen su aparición gracias a una composición del teclista Destri, ‘Danceway’, donde paradójicamente lo más chirriante es el teclado algo cutre que se deja escuchar al inicio, como si hubiera adquirido uno de aquellos “modernos” Casio de los ochenta y quisiera mostrarlo al público. Por lo demás, presenta una de las mejores melodías vocales del álbum. Eso sí, retomar el estilo más clásico de la banda no es garantía de éxito, puesto que en ‘(Can I) Find The Right Words (To Say)’ lo vuelven a hacer otra vez pero resulta más bien aburrida.

 

Para finalizar lo que era el LP original, encontramos una interesante versión de un tema escrito originalmente por Smokey Robinson y destinado al típico conjunto Motown femenino de la época, The Marvelettes. Además, ‘The Hunter Gets Captured By The Game’ proporciona también el título al que sería en ese momento el último álbum y final de Blondie. Más de una década habría de transcurrir para que volvieran a reunirse, pero el canto de cisne que dejaron en 1982 seguro que no les dejó nada satisfechos, ni a ellos ni al público.

NO EXIT

Año de publicación: 1999 

Puntuación:

stars 7.png

1) Screaming Skin; 2) Forgive And Forget; 3) Maria; 4) No Exit; 5) Double Take; 6) Nothing Is Real But The Girl; 7) Boom Boom In The Zoom Zoom Room;

8) Night Wind Sent; 9) Under The Gun; 10) Out In The Streets; 11) Happy Dog;

12) The Dream's Lost On Me; 13) Divine; 14) Dig Up The Conjo.

Volver tras casi veinte años puede ser el inicio de una nueva etapa emocionante para una antigua pareja, pero para una banda que en sus mejores momentos se distinguió por su vitalidad y eclecticismo, había en principio escepticismo ante un retorno de este tipo. Volvía el bloque principal de Blondie y solo faltaban el bajista Harrison y el habilidoso guitarrista Infante, pero la fuerza creativa de la banda era la misma y solo faltaba comprobar si se adaptarían a los nuevos tiempos o se limitarían a realizar un ejercicio de nostalgia. Lo más digno artísticamente era tomar el primero de los caminos y eso es lo que hicieron, por lo que la absorción de las ideas existentes en los últimos coletazos del milenio para pasarlos por el tamiz del sonido de Blondie parecía una idea interesante a priori.

 

El comienzo del disco no puede ser más desconcertante, porque el ska de ‘Screaming Skin’ parecía más apropiado para haberlo probado en la primera etapa de Blondie, pues entonces gente como Madness o The Specials eran toda una sensación en ese estilo en el Reino Unido. En cualquier caso, ‘Screaming Skin’ tiene su gancho y crea buenas sensaciones, como si nada hubiera cambiado desde la disolución en 1982. Pero cuando a continuación llega la producción artificial de ‘Forgive And Forget’, ya nos queda claro que estamos definitivamente en el fin de siglo. Tampoco hay que menospreciar este tema, porque presenta una de las mejores interpretaciones de la nueva Debbie Harry. Lo que es un error total es la idea de actualizar lo que era un éxito de pop coral de los sesenta (‘Out In The Streets’) con percusión programada.

 

El megaéxito de este álbum fue ‘Maria’, que además recoge algo de la chispa de antaño con su animado ritmo y su elaborado estribillo. Lo que deberían haber hecho es recortarla dos minutos, porque lo único que consiguen es repetirse demasiado y por ello el tema pierde fuerza. Es una de las dos composiciones con el teclista Destri como único autor, junto a la inquietante y pegadiza ‘Nothing Is Real But The Girl’, que demostraban que Destri era el que estaba más inspirado de todos y el más fiel a la esencia de lo que había sido Blondie. Como si hubiera sido una decisión predeterminada, con la excepción de ‘Nothing Is Real But The Girl’ lo más flojo del disco se concentra en su parte central, dejando los mejores temas para el principio y para la recta final.

 

Así, la más floja parte central recoge una amplia diversidad estilística mediante composiciones que en algunos casos desmerecen esa intrépida variedad. Así, por un lado tenemos el pop dinámico de ‘Under The Gun’ o una agradable incursión en el jazz mediante ‘Boom Boom In The Zoom Zoom Room’. Donde no acaban de demostrar nada interesante es en las baladas, pues fluctúan entre lo tedioso (‘Night Wind Sent’) y la ya empalagosa balada ‘Double Take’. Lo que deberían evitar es el intento de parecer modernos haciendo lo que ellos creen que se necesita para parecer modernos. El resultado lo tenemos en ‘No Exit’, donde mezclan hip-hop (con el entonces exitoso rapero Coolio de invitado) con conocidas melodías clásicas (donde asoman la Tocata y fuga en Re menor, BWV 565, de Bach y la pieza En la gruta del rey de la montaña del noruego Grieg) más guitarras metaleras, todo en un lamentable batiburrillo que abochorna más que otra cosa.

 

Como decíamos, la recta final del álbum, igual que la inicial, es más notable y deja buenas sensaciones. ‘Divine’ parece recoger elementos de la música popular francesa con esa melodía de teclado de regusto tradicional. En cambio, ‘Happy Dog’ suena muy moderna pero sin que ello signifique dejar de lado las buenas melodías. Encontramos también folk-pop comercial (‘The Dream's Lost On Me’) al estilo de lo que hacían entonces nombres vendedores como The Corrs. Y ‘Dig Up The Conjo’ no es más que una manera de acabar con un punto de humor este aceptable retorno de una banda que, por edad y por el lapso de tiempo transcurrido, tampoco podía llegar ya a las elevadas cotas de veinte años atrás. Pero ya quisieran muchos otros grupos de esa época alcanzar un retorno tan exitoso tantos años después en un panorama musical tan diferente.

THE CURSE OF BLONDIE

Año de publicación: 2003

Puntuación:

1) Shakedown; 2) Good Boys; 3) Undone; 4) Golden Rod; 5) Rules For Living;

6) Background Melody (The Only One); 7) Magic (Asadoya Yunta); 8) End To End;

9) Hello Joe; 10) The Tingler; 11) Last One In The World; 12) Diamond Bridge;

13) Desire Brings Me Back; 14) Songs Of Love.

El gran éxito que tuvieron tras su retorno al panorama musical les dejó ganas de continuar (que a fecha de 2017 no se han ido, como demuestra Pollinator) y cuatro años después publicaron este nuevo álbum que mantiene los parámetros de su predecesor en cuanto a la diversidad musical que ofrece. El problema, como no podía ser de otra manera, es que el nivel compositivo es inferior al de No Exit, pero en general no se puede decir que estemos ante un mal disco, sino más bien ante uno más flojo de lo habitual con demasiado relleno y algunos fallos, como ocurrió en su momento con The Hunter. También encontramos detalles de nostalgia como por ejemplo en los últimos instantes de ‘Diamond Bridge’, donde escuchamos al batería Burke golpear de esa manera seguida tal como lo hacía en otros temas antiguos como ‘Heart Of Glass’. Pero eso son tan solo detalles minúsculos que no aportan mayor interés.

 

La filosofía musical de Blondie de absorber todas las ideas posibles de su entorno para crear algo propio aquí se mantiene, aunque sin diferenciarse mucho en ese sentido respecto a lo que ya habíamos visto en No Exit. Así, volvemos a encontrar intentos de parecer modernos haciendo hip-hop (‘Shakedown’) o mediante temas electrónicos planteados directamente para las discotecas, como es el caso de ‘Good Boys’, de agradable melodía vocal pero lastrada por una producción destinada a adulterar el sonido para que nadie tenga duda de que no hay un solo instrumento real involucrado en la grabación. Tanta variedad incluye música tradicional japonesa (‘Magic (Asadoya Yunta)’) o rock algo más duro (‘Last One In The World’). Al menos lo hacen con gusto y con melodías aceptables, no como ocurre con la pueril ‘Undone’ o la artificialmente empalagosa ‘Background Melody (The Only One)’. Estas dos canciones son lo peor del álbum, aunque eso no significa que el resto sea gran cosa, pues todavía hay momentos flojos como el aburrimiento que produce ‘Rules For Living’. Más serios parecen volverse en el final del álbum, primero con las disonancias de ‘Desire Brings Me Back’ y sus aires de jazz debido al empleo del saxofón. Es precisamente una composición de la nueva saxofonista Langheld, quien repite como autora también en la más ambiental ‘Songs Of Love’, provocando que en algunos pasajes se acerque peligrosamente a la línea que separa a un lado lo aceptable y al otro a Kenny G.

 

De entre toda esta mediocridad ecléctica pueden salvarse hasta tres temas para la posteridad, dos de ellos basados en ritmos con gancho y el tercero (‘Diamond Bridge’) en su bien desarrollada tensión que mantiene el interés todo el tiempo. Otro de los temas destacados es ‘End To End’, que podría pasar por un rimo de Black Sabbath decelerado pero que resulta entretenido y se acopla muy bien a una parte vocal de Debbie que aporta cierta épica a una simple letra de nostalgia amorosa. Y justo a continuación llega el ultrapegadizo ritmo de ‘Hello Joe’, un homenaje a su amigo Joey Ramone ya que en 2001 falleció por complicaciones de una enfermedad.

 

En definitiva, poca recompensa para un disco que excede la hora de duración y que divaga en demasiadas ocasiones. Si le sirve a alguien de consuelo, es mucho mejor que el álbum Dangerously In Love, debut de Beyoncé y éxito masivo de ventas en 2003. Eso sí, la explosión de soul bailable (o lo que desde hace años denominan como R&B) de ‘Crazy In Love’ gana a todo el repertorio de The Curse Of Blondie. En fin, dejemos aquí las comparaciones odiosas.

PANIC OF GIRLS

Año de publicación: 2011

Puntuación:

1) D-Day; 2) What I Heard; 3) Mother; 4) The End The End; 5) Girlie Girlie;

6) Love Doesn't Frighten Me; 7) Words In My Mouth; 8) Sunday Smile;

9) Wipe Off My Sweat; 10) Le Bleu; 11) China Shoes.

Este nuevo retorno de la banda se quedaba muy descafeinado porque había abandonado el teclista Jimmy Destri, un fijo desde los inicios, puesto que el teclado/sintetizador se había confirmado como un instrumento principal en esta tardía etapa. Si a eso le añadimos que el batería Burke parece sustituido buena parte del tiempo por una máquina programada, el resultado se prevé todavía peor que en The Curse Of Blondie, del cual este álbum parece una secuela. Una vez más, las ganas de parecer modernos y al mismo tiempo eclécticos marca la dirección musical de la banda. La situación empeora porque el nuevo teclista vulgariza todavía más el sonido, ya que Destri tampoco estaba en su mejor época pero al menos mantenía un cierto nivel. Más todavía, solo encontraremos un tema compuesto exclusivamente por los miembros originales que quedan, que es ‘China Shoes’. Por tanto, más diluida no podía estar la visión artística primaria de esta banda.

 

Una de las apuestas fuertes sigue siendo la propuesta de Blondie para las discotecas, basándose claramente en una producción sintética donde se resalta la percusión programada y las guitarras que suenan artificiales. Parece que no se enteraron que, en su momento, ‘Maria’ también se podía escuchar en las discotecas, por lo que no era estrictamente necesario adulterar el sonido de esa manera. Aun así, tanto ‘What I Heard’ como ‘Mother’ suenan aceptables y estarían entre lo más destacado del disco, aunque podrían intercambiarse entre ellas y sería difícil notar la diferencia.

 

Si en el anterior disco se habían ido a Japón para tratar de aportar alguna novedad, aquí se van primero a Jamaica por partida doble para la balada reggae ‘The End The End’ y la más animada pero más floja también ‘Girlie Girlie’. En realidad, esta última era una versión de un tema popularizado por una cantante jamaicana desconocida fuera de su país. Más adelante se marchan a Latinoamérica para marcarse una bochornosa conga-dance en ‘Wipe Off My Sweat’, donde parte de la letra es en castellano. Mucho no se mejora en la siguiente ‘Le Bleu’, que parece ya una obviedad señalar que se nutre de la canción popular francesa y Debbie se lanza a cantar en francés. Al menos podemos respirar aliviados de que ‘China Shoes’ no tenga nada que ver con la música de ese país y se trate de una olvidable balada de medio tempo.

 

Cada vez escasean más los momentos relevantes y aquí solo podríamos salvar dos canciones para la posteridad. Una es el tecno-pop de corte épico de ‘Love Doesn't Frighten Me’, que hubiera encajado mejor en un álbum de mitad de los ochenta; la otra es la versión de ‘Sunday Smile’ de Beirut, inferior al original porque pierde todo el sabor tradicional a base de instrumentación estándar. Así que es significativo que, aun desvirtuando lo que era una acogedora y épica composición original, esa canción esté aquí entre lo poco a destacar. Del resto, tampoco es que se pueda decir nada interesante porque estamos ante un fallido disco que no aporta nada a la discografía de Blondie.

GHOSTS OF DOWNLOAD

Año de publicación: 2014

Puntuación:

1) Sugar On The Side; 2) Rave; 3) A Rose By Any Name; 4) Winter;

5) I Want To Drag You Around; 6) I Screwed Up; 7) Relax; 8) Take Me In The Night;

9) Make A Way; 10) Mile High; 11) Euphoria; 12) Take It Back; 13) Back­room;

[BONUS TRACKS:] 14) Put Some Color On You; 15) Can't Stop Wanting; 16) Prism.

“¡Entrando en la conexión sur-norte, un encuentro solar-sónico!”. Una voz anunciando esta excentricidad en español es lo que escuchamos nada más comenzar el disco. Sabíamos el gusto de Blondie por tocar cualquier estilo y que previamente ya habían coqueteado con los ritmos latinos, pero seguro que nadie esperaba que se lanzaran a tocar un género tan vulgar como el reggaetón, donde no faltan los consabidos espontáneos para soltar su remedo de rap. Un suicidio artístico de este tipo solo se puede justificar comercialmente por el intento de vender más en el mercado latino. En realidad, la única idea que transmite Ghosts Of Download es la de sonar lo más modernos posible (esto es, con una modernidad entendida como la moda del momento) y por ello la decadencia paulatina que veníamos observando desde su retorno aquí se ve agravada todavía más. Se trata de manipular cualquier composición en el estudio para que suene lo más artificial y comercial posible. En cualquier caso, no están haciendo nada diferente a los superventas que definitivamente han monopolizado las listas de éxitos en la segunda década del milenio.

 

El citado reggaetón vuelve a reiterarse nuevamente en el apropiadamente titulado ‘I Screwed Up’, donde vuelven a repetir los mismos ingredientes incluyendo también un invitado latino para cantar el obligado rap en español, con faltas gramaticales incluidas para no desvirtuar lo que debe ser un reggaetón hecho y derecho. Cuando comenzamos a escuchar el mismo ritmo al inicio de ‘Make A Way’, la broma definitivamente ya no tiene gracia, aunque al menos en esta ocasión se trata de un simple y vulgar tema pop.

 

Pero lo que más ansían en Blondie es hacerse un nombre en las pistas de baile modernas, por lo que abundan los temas electrónicos de baile: ‘Rave’, ‘Take Me In The Night’, ‘Mile High’, ‘Put Some Color On You’. Además, estos temas son de lo poco que se puede escuchar con relativo agrado, esto es, si se tienen ganas de escuchar música de discoteca. La más destacada de todas ellas sería ‘A Rose By Any Name’, también elegida como single de presentación del álbum, pero únicamente porque tiene al menos algo de gancho. La versión del viejo clásico de las discotecas de los ochenta ‘Relax’ es aquí sorprendentemente introducido como una balada góspel de piano, aunque luego evoluciona hasta una actualización hacia los sonidos dance más contemporáneos que no se diferencia nada de lo que hubiera hecho cualquier dj.

 

Para intentar aparentar algo de variedad, aires de calipso asoman en ‘I Want To Drag You Around’, que además incluye un solo de lo que parece un sitar pasado por un filtro sintetizado. Tampoco podía faltar un género tan socorrido como el reggae por lo sencillo, pero ‘Euphoria’ sonaría igual de endeble con otro ritmo. Por cierto, cabría preguntarse el papel del baterista Burke porque no hay apenas ninguna canción donde la percusión no dé la impresión de estar aparentemente programada. Precisamente, la única canción en la que parece asomar una batería de verdad, aunque sea electrónica, es una de las pocas a destacar del disco: ‘Winter’. Y destaca únicamente porque las melodías vocales están un mínimo elaboradas respecto al resto de composiciones y los instrumentos parecen tocados por personas y no por máquinas.

 

Este disco fue extrañamente publicado como doble álbum junto a una recopilación de regrabaciones de grandes éxitos de las que no vale la pena perder el tiempo escribiendo nada, puesto que son prácticamente iguales y solo se diferencian en la voz más anciana de Debbie Harry, además de que ya se podían escuchar en directo todas ellas en el concierto de 1999 editado en DVD (bueno, ‘The Tide Is High’ solo en la versión en CD). Al menos a Burke le servirían para volver a tocar la batería como en los viejos tiempos, que seguro que lo necesitaba. No deja de ser un detalle más que indica el carácter puramente comercial de este doble álbum.

POLLINATOR

Año de publicación: 2017

Puntuación:

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1) Doom Or Destiny; 2) Long Time; 3) Already Naked; 4) Fun; 5) My Monster;

6) Best Day Ever; 7) Gravity; 8) When I Gave Up On You; 9) Love Level;

10) Too Much; 11) Fragments.

Más que un disco de Blondie, Pollinator podría denominarse como un concurso para que la gente envíe sus canciones y que la banda realice una selección de las que quiere tocar. ¿Te gusta Blondie? ¿te haría ilusión que cantaran algo compuesto por ti? No lo pienses más y envía tu composición, que además de salir en los créditos del álbum te daremos las gracias. Un anuncio así podría haber sido el origen de este disco, el cual por un lado les permite volver a su sonido más tradicional (porque si un fan de Blondie compone una canción para ellos es pensando en su época dorada, claro está) y por otro lado acaba de despersonalizar más todavía el resultado final, donde los miembros originales que quedan cada vez aportan menos a nivel creativo. De todas formas, Clem Burke seguro que se puso muy contento porque vuelve a tocar una batería de verdad. Para el repertorio echan mano de una gran variedad de compositores, la mayoría modernos y habituales en la escena musical actual (que Blondie siempre han añorado estar cerca de los jóvenes), entre los que puede señalarse a uno de los miembros de The Strokes y al lánguido de Johnny Marr, quien fuera fuerza motora de The Smiths y que luego se extinguió de la noche a la mañana.

 

La mirada hacia atrás es evidente desde el inicio mediante ‘Doom Or Destiny’, concretamente hacia Eat To The Beat, porque este tema es una especie de reescritura menor de ‘Dreaming’ en la que participa la rockera de los ochenta Joan Jett en los coros. No en vano, es la única composición acreditada únicamente a Harry y Stein junto a ‘Love Level’, si bien esta última es un batiburrillo de ritmos modernos y una parte vocal sin melodía que justifican la necesidad de buscar compositores externos. Es irónico que quienes debían componer canciones más genuinas acaben haciendo una de las más despersonalizadas y ambas entre lo más discreto. Uno de los temas que parece recoger mejor la esencia de esos Blondie anteriores es la final ‘Fragments’, que además justamente contiene la esencia de los Blondie más dinámicos y en su recta final de los más calmados y melódicos, aunque en su sombrío comienzo parece que estén emulando a Joy Division. Hay que estar de enhorabuena porque hay muchos temas con gancho (‘Gravity’, ‘Best Day Ever’), que encontramos incluso en otros más relajados como ‘When I Gave Up On You’, donde podemos escuchar por fin una guitarra acústica después de muchísimo tiempo.

 

En el polo opuesto, ‘Already Naked’ pretende rememorar las baladas tipo Spector que Blondie gustaba de hacer en su primera época, pero repitiendo hasta la saciedad una pueril melodía vocal, aparte de que los gritos de Harry recuerdan a los de Kate Bush en la parte final de ‘Cloudbusting’. En comparación, un vulgar pop como ‘Too Much’, compuesto por el teclista oficial de la banda en ese momento, parece mejor de lo que es.

 

Como ocurría en el álbum anterior, los temas más enfocados a las pistas de baile al menos suenan bien dentro de su artificialidad (‘Fun’, ‘Long Time’) y dejan buena impresión. En ‘Long Time’ además emplean una variación simplificada de la parte instrumental de ‘Heart Of Glass’ como base para la parte principal. Por otro lado, la aportación de Johnny Marr es ‘My Monster’, otra de las canciones destacables y disfrutables pero por sus propias cualidades, ya que la voz de Debbie es lo único reconocible respecto a lo que se entiende por Blondie. Uno de los mejores temas del álbum viene oculto al final tras ‘Fragments’ y es el single ‘Tonight’, solemne balada perfectamente ejecutada y con una afilada guitarra en su recta final, que además cuenta con la participación vocal de Laurie Anderson. Cuando se escucha el verso “Tell me, can you hear me?”, hace gracia porque parece que diga “Tommy, can you hear me?”; hubiera sido un pequeño homenaje a The Who.

 

Visto el ritmo que llevan, no parece en principio que sea este el final de la banda, aunque Debbie Harry ya ha sobrepasado los setenta años y puede que en algún momento necesite descansar del negocio musical. Pero si consiguen que les escriban canciones con un nivel tan bueno como la mayoría del contenido de este Pollinator, bienvenidos sean. Este disco no contiene ninguna canción que pueda igualarse a sus grandes éxitos anteriores, pero tiene muchos momentos buenos que permiten darle una valoración que, en el caso de Blondie, lo cataloga como aceptable, que a estas alturas ya es más que suficiente.

RECOPILATORIOS

THE BEST OF BLONDIE

Año de publicación: 1981

Viendo la fecha en la que fue publicado este recopilatorio, en 1981, sabemos que se libra de contener nada de The Hunter. Contiene las canciones más populares de Blondie hasta ese momento (tampoco es que habría mucho más que añadir de haberse publicado en 2017) donde se incluye una que no formaba parte de ninguno de los álbumes editados. Me estoy refiriendo al gran éxito ‘Call Me’, grabado para la banda sonora de la película American Gigolo de 1980. Es un ultrapegadizo tema de estilo disco y ritmo demente repleto de inolvidables melodías vocales donde Debbie Harry da lo mejor de sí. Que nadie deje de escucharlo.

VÍDEOS

LIVE

Año de publicación: 1999

Este vídeo recoge el primer concierto que realizaron tras su reunión, actuación que tuvo lugar en febrero de 1999 en Nueva York, días después de la publicación de No Exit. Aunque sirviera de presentación de su nuevo álbum, el repertorio se compone de sus grandes éxitos de siempre con algunas de las canciones nuevas insertadas. En la banda, hay un primer guitarrista y un bajista nuevos, y al resto se le nota el transcurso de los años en sus interpretaciones, salvo al batería. Destri en el teclado cumple y punto; Stein demuestra que nunca ha sabido tocar bien la guitarra; y la verdadera lástima es comprobar cómo Debbie Harry ha perdido sus registros más agudos, desvirtuando temas como ‘Call Me’ o ‘Rapture’. En cambio, el batería Burke demuestra que no ha perdido un ápice de su destreza, no como Nick Mason de Pink Floyd, que a su edad ya necesitaba en directo de un segundo batería que le hiciera el trabajo importante. Burke incluso se llega a colocar de pie en su batería, cuando Mason casi ni sabía ya cómo sentarse. Las interpretaciones en general están muy bien para el año en curso, aunque no se puede fallar cuando la mayoría del repertorio son sus mejores canciones. En la edición en CD hay una canción adicional, pero es ‘The Tide Is High’, así que tampoco nos perderemos nada relevante. En los extras del DVD encontramos el vídeo musical de ‘Nothing Is Real But The Girl’, donde la tecnología consigue que Debbie Harry parezca más joven. Eso sí, en el concierto hay momentos en que Debbie tiene una expresión facial que recuerda a la novia de Chucky, el muñeco diabólico.

GREATEST VIDEO HITS

Año de publicación: 2002

Blondie hicieron una gran cantidad de vídeos musicales en su primera etapa, algunos de ellos recogidos aquí, sobre todo porque en algunos de sus discos llegaron a grabar vídeos de todas las canciones. No obstante, el nivel cualitativo deja mucho que desear y, en el mejor de los casos, se trata de playbacks sin mayor interés. Lo más pesado de este DVD es el inicio, ya que mientras suena ‘Call Me’ nos toca aguantar todo el tiempo el paseo de un taxista por Nueva York. Solo recomendable para fanáticos de la banda.

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